viernes, 2 de marzo de 2012

El Bonapartenykus ultimus cuidando de sus crías

Si el hallazgo de huevos fósiles de dinosaurios es de por sí un acontecimiento infrecuente, encontrarlos asociados con restos de alguno de sus progenitores lo es mucho más.


Por eso, el descubrimiento realizado por investigadores de la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, el Museo Argentino de Ciencias Naturales, el Instituto Miguel Lillo de Tucumán y la Universidad de Upsala, en Suecia, es un premio mayor en paleontología: los científicos encontraron, estudiaron y describieron los restos fósiles de una nueva especie de dinosaurio claramente asociado con su camada de huevos. Uno de los ejemplares se aloja en el Museo de Paleontología y Geología de la ciudad de General Roca, en Río Negro.

"En el pasado ha habido varios descubrimientos de nidos y huevos de dinosaurios herbívoros, pero esto ha sido mucho menos común para los carnívoros

El nombre al nuevo ejemplar. Lo llamaron Bonapartenykus ultimus .
 
 Bonapartenykus , en honor al doctor José Bonaparte, que fue quien bautizó a los alvarezsaurios en honor de Augusto Alvarez, un historiador neuquino -explica Novas-, y ultimus , porque vivió hacia el final de la era de los grandes saurios, en el Cretácico."
 
Probablemente su principal alimentación hayan sido los insectos y otros pequeños animales. Poseía el cuerpo cubierto totalmente de plumas (igual que las aves actuales) y su mano se encontraba muy reducida: tenía dedos cortos, con excepción del pulgar, que se encontraba agrandado, y poseía una enorme y pesada garra cuya función aún se desconoce.
 
Actualmente, existen pruebas que sugieren que los dinosaurios cuidaban activamente de sus pichones, tal como ocurre con las aves actuales, y no los dejaban abandonados, como sí hacen muchos reptiles de hoy, como las tortugas y lagartijas.


En efecto, los dinosaurios como el Bonapartenykus preparaban prolijamente su nido, empollaban sus huevos y luego de que éstos eclosionaran, alimentaban y protegían a sus pichones recién nacidos de los numerosos depredadores que abundaban en aquellas épocas lejanas.

Fuente:La Nación

Ilustración: Gabriel Lio

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