sábado, 27 de enero de 2024

“Ahora podemos saber cómo los dinosaurios veían, oían y olían el mundo”

Ariana Paulina Carabajal, paleontóloga

La paleontóloga argentina Ariana Paulina Carabajal estudia la morfología craneal
 y endocraneal de  dinosaurios y otros reptiles extintos. / Foto cedida por la autora
.
Gracias a tomógrafos cada vez más potentes, la paleoneurología está transformando nuestra comprensión de estos animales extintos. Investigaciones sobre el cerebro, el sistema nervioso y otros tejidos blandos que dejaron marcas en el cráneo de estas criaturas nos revelan sus capacidades cognitivas, así como también sus limitaciones.

Ariana Paulina Carabajal visita clínicas y hospitales con frecuencia. No está enferma. Esta paleontóloga recorre los pasillos llevando en camillas los restos de seres hace tiempo fallecidos. Con el mayor de los cuidados, deposita los cráneos fosilizados de toda clase de dinosaurios, pterosaurios, cocodrilos, tortugas y aves en el interior de enormes tomógrafos médicos. Y espera con paciencia para revelar sus más profundos secretos.

Esta investigadora argentina es una de las máximas representantes a escala mundial de la paleoneurología, una rama de la paleontología que está revolucionando la comprensión que tenemos de especies desaparecidas hace millones de años. “Estudiamos los cerebros y el sistema nervioso de animales extintos”, cuenta a SINC esta científica del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (Conicet), en la ciudad de Bariloche, al norte de la Patagonia argentina.

“Lo hacemos de forma indirecta a través de los fósiles ya que estos tejidos blandos no se preservan. El encéfalo comienza a descomponerse inmediatamente luego de la muerte del animal. El único rastro de su presencia es la cavidad que ocupaba el cerebro, en la parte posterior del cráneo. Los estudios paleoneurológicos nos llevan a pensar más allá del esqueleto estático de un dinosaurio”, señala Carabajal.

¿Hay muchos paleoneurólogos en el mundo?

La verdad que no. Somos pocos. Cuando empecé a estudiar esto pensé que era algo imposible, que no se podía hacer. En mi doctorado me propusieron indagar sobre los cerebros de los dinosaurios carnívoros de Argentina. En ese momento, se conocían pocos de estos depredadores en la región. Así que me puse a investigar los neurocráneos disponibles, es decir, las estructuras complejas formadas por varios huesos generalmente fusionados entre sí que rodeaban y protegían el encéfalo y órganos de los sentidos de estos animales.

Tienen un montón de orificios por los que pasaban nervios y venas y arterias, como la carótida interna, que llevaba sangre oxigenada al cerebro. Hasta hace unos años, el estudio del neurocráneo era con frecuencia soslayado. Los paleontólogos le tenían algo de miedo y no lo describían.

Mi supervisor, el paleontólogo canadiense Philip J. Currie, me ayudó bastante. Empecé a preparar manualmente el material: hice moldes endocraneanos de látex de las cavidades, copias del espacio que queda dentro del cráneo y que estaba ocupado por el encéfalo en vida del animal. Todo de manera muy artesanal. Fui generando una colección de cerebros. No tenía a nadie con quien compartir mis dudas. Hasta que, de pronto, le fui encontrando el gusto. Fui descubriendo un mundo nuevo.

¿Cómo incidió la tomografía computada por rayos X en estos trabajos?

Lo cambió todo. Desde finales de la década de 1990, hubo un boom a escala mundial gracias a estas técnicas no invasivas. Por primera vez, fue posible extraer información sobre la forma del cerebro y las vías nerviosas sin tener que dañar el cráneo fósil en absoluto. Nos permitió crear moldes endocraneanos digitales. Sin el peligro de romper o destruir la muestra en el proceso, las tomografías nos permiten visualizar estructuras o cavidades ocultas a simple vista. Los primeros estudios publicados de paleoneurología de dinosaurios basados en tomografías computarizadas se realizaron en un carnívoro conocido como Allosaurus. En el año 2000, se publicaron estudios digitales del cerebro del Tyrannosaurus.

Sin el peligro de romper o destruir la muestra en el proceso, las tomografías nos permiten visualizar estructuras o cavidades ocultas a simple vista 

En especial, ¿qué hacen los tomógrafos?

Generan una serie de “rodajas” virtuales del cráneo. Luego un software permite reconstruir digitalmente y en tres dimensiones el encéfalo, los nervios, el oído interno y otras estructuras.

¿Qué otras tecnologías se emplean?

Las tomografías computadas por rayos X permiten extraer información sobre
la forma del cerebro y las vías nerviosas de los dinosaurios sin tener que dañar
el cráneo fósil. / Foto cedida por la autora.
También se estudian fósiles en sincrotrones o aceleradores de partículas para observar estructuras internas con mayor detalle. Gracias a esto más del 60 % de los trabajos en esta rama se publicaron en los últimos 20 años. Lo mismo se ve en otros grupos de animales: cocodrilos, tortugas, serpientes. El 80 % de los estudios paleoneurológicos de estos grupos se publicaron en los últimos cinco años. El impacto de las tomografías en la paleoneurología es innegable.


Qué tenían los dinosaurios en la cabeza

¿Usted dónde realiza estas tomografías?

Las primeras tomografías las hice en hospitales en Buenos Aires. En otra ocasión, las realicé en Canadá y en la Clínica Moguillanksy en la provincia de Neuquén, donde tomamos la del Giganotosaurus y confeccioné un molde digital de su encéfalo.

Uno de los problemas que tiene la paleontología argentina es que tenemos pocos ejemplares de cada especie descubierta
Pero primero hay que solicitar permiso para acceder a estos fósiles. ¿Cómo reaccionan sus colegas cuando les pide prestado un cráneo de dinosaurio?

En general, la respuesta siempre ha sido buena porque la paleoneurología es algo novedoso. Los materiales están depositados en colecciones y le pido permiso al curador explicándole lo que quiero hacer. Solicito una autorización para ver esos fósiles y para moverlos: porque también me comunico con un hospital cercano para poder devolver el fósil en el mismo día. Uno de los problemas que tiene la paleontología argentina es que tenemos pocos ejemplares de cada especie descubierta.

En general, cada una de las especies se conoce a partir de un único esqueleto, el “holotipo”. Las tomografías permitieron estudiarlos sin miedo a dañarlos. Solo hay que meter el material en un tomógrafo, sacarlo luego de escanearlo y después devolverlo sano y salvo.

Y en las clínicas, ¿qué reacción tiene la gente cuando llega con un cráneo de dinosaurio y solicita usar el tomógrafo?

Representación digital del cráneo y del cerebro del titanosaurio Sarmientosaurus
 musacchioi, descubierto en Argentina. / WitmerLab, Universidad de Ohio.
Siempre hay mucho interés. Sirve bastante ir a hablar en persona con aquellos que están a cargo de los aparatos y contarles lo que hacemos. Obviamente, si hay una emergencia, la prioridad la tienen los humanos. En los hospitales, muchos se sorprenden al ver pasar el cráneo de un dinosaurio en una camilla. Los técnicos y médicos muestran mucha curiosidad cada vez que vamos.

Los paleoneurólogos trabajan con una especie de ausencia, con tejidos que no se fosilizan. ¿Cómo es trabajar con algo que no se tiene?

Es un estudio indirecto. Una cosa es describir los huesos de la caja craneana. Pero otra es hacer interpretaciones de las partes blandas que no se preservaron. Estos tejidos encefálicos dejaron marcas dentro de las paredes de la cavidad. Son lo que llamamos “correlatos osteológicos”.

El problema con los reptiles es que el encéfalo no rellena la cavidad al cien por cien, como sí ocurre en mamíferos, aves y serpientes. Hay un espacio extra que creemos que estaba rellenado con fluidos y otros tejidos. Eso hace que no podamos tener una visión completa de cómo era ese encéfalo. Cada año vamos sumando información. 

En los hospitales, muchos se sorprenden al ver pasar el cráneo de un dinosaurio en una camilla 

¿Y cómo eran los cerebros de estos animales?

Los dinosaurios contaban con un cerebro pequeño en comparación a su masa corporal. Los herbívoros en general, como los grandes saurópodos de cuello largo, tenían cerebros globosos y cortos. Mientras que los de los carnívoros eran más alargados y comprimidos lateralmente. Por ejemplo, el cerebro de un enorme depredador como el Giganotosaurus, que vivió hace aproximadamente unos 98 millones de años y alcanzaba hasta 13 metros de largo, ocupa no más de dos palmas juntas. En el caso de dinosaurios carnívoros más pequeños, sus cerebros caben en una sola mano.

¿Qué revela el estudio de los cerebros de estos animales?

Hasta hace diez años encontrabas un cráneo de dinosaurio, lo describías y lo publicabas. Ahora hacemos mucho más: con esta información paleoneurológica inferimos comportamientos. Se está abriendo una rama muy interesante que se conoce como biología sensorial. Podemos saber cómo los dinosaurios veían, oían y olían su mundo: en la caja del cerebro se conservan marcas o impresiones del oído interno, así como también de los bulbos olfatorios, que estaban situados por delante de los hemisferios cerebrales. Dinosaurios carnívoros como Giganotosaurus o los de la familia de los abelisaurios tenían bulbos muy grandes.

Los cerebros de dinosaurios carnívoros eran alargados y comprimidos lateralmente.
 / Universidad de Ohio/Anthony Hutchings.
Para estos animales, el sentido del olfato era muy importante. Lamentablemente, no podemos ver o estudiar los receptores olfativos, pero sí analizar la relación entre el diámetro del bulbo olfatorio y el tamaño del cerebro e inferir la agudeza olfativa. En el caso de la audición, la morfología del oído interno nos indica cuán graves o agudos eran los sonidos que podían escuchar y si estaba desarrollado su sentido del equilibrio. Aun así, no hay que olvidar que todas estas estimaciones son hipótesis, interpretaciones que siempre hay que tomar con pinzas.

El problema de la inteligencia

¿Se puede saber cómo de inteligentes eran los dinosaurios?

Es muy relativo porque no hay una forma certera de medirla. Lo que hacemos es calcular el cociente o índice de encefalización que relaciona el tamaño del cerebro con el tamaño corporal del animal. Por ejemplo, el Giganotosaurus tenía un volumen craneano de alrededor de 300 cm³.

En cambio, el Tyrannosaurus rex contaba con un volumen encefálico más cercano a los 400 cm³, lo cual sugiere que era un poco más inteligente y probablemente más ágil. Muchas veces comparamos este índice con el de distintos grupos de animales vivos en la actualidad. Por ejemplo, una gallina tiene un índice de encefalización mucho más alto que estos dos grandes dinosaurios carnívoros, a pesar de tener un encéfalo de volumen muchísimo menor.

El gran problema que tenemos es que no contamos con un representante actual muy parecido a los dinosaurios. Sabemos que las aves descienden de ciertos dinosaurios carnívoros, pero están muy alejadas en el tiempo y en la morfología. Han cambiado mucho a lo largo de su evolución.

Una gallina tiene un índice de encefalización mucho más alto que estos dos grandes dinosaurios carnívoros, a pesar de tener un encéfalo de volumen muchísimo menor 

¿Qué cráneos estudian actualmente?

Estoy realizando reconstrucciones tridimensionales digitales del encéfalo del dinosaurio carnívoro Herrerasaurus ischigualastensis, del Triásico de la provincia de San Juan. Es un animal súper importante debido a su antigüedad y su posición en el árbol filogenético de los dinosaurios.

Menos del 5 % de los encéfalos de dinosaurios estudiados a nivel mundial corresponden a dinosaurios del Triásico, es decir, de hace 250 millones de años. Investigar sobre las especies más primitivas nos va a permitir entender mejor cómo fue la evolución de la inteligencia y los sentidos en los distintos grupos de dinosaurios.

Además de estudiar cerebros, participó en campañas paleontológicas en Mongolia y en la Antártida. ¿Qué puntos en común tuvieron estas expediciones?

El paisaje del desierto de Gobi es majestuoso. Ambas experiencias se asemejan en la sensación de extrema vastedad. La campaña antártica durante febrero de 2011 fue una experiencia única, como viajar a la Luna. Allí uno siente que está verdaderamente aislado del resto del mundo y hay que tener cuidado con todo. Con los paleontólogos Ignacio Cerda y el técnico Juan José Moly, acampamos en la Isla James Ross y sentimos de inmediato la paz, el “olor a nada”, el silencio total. Estuvimos en el campo 19 días. Aquella vez tuvimos la suerte de encontrar una vértebra caudal de gran tamaño de un saurópodo. Fue un descubrimiento impresionante: la primera evidencia de la presencia de este tipo de dinosaurios herbívoros en la Antártida.

En 2011, la paleontóloga Ariana Paulina Carabajal (centro) descubrió el primer
fósil de saurópodo en la Antártida. / Foto cedida por la autora.
El primer dinosaurio antártico, el anquilosaurio Antarctopelta oliveroi, había sido descubierto en la misma zona por el geólogo argentino Eduardo Olivero en la década del 80. Por entonces, se sospechaba que alguna vez existieron saurópodos en esta región —por como estaban ubicados hace millones de años los continentes— pero hasta entonces no se habían encontrado restos de uno. Aunque el fósil no estaba muy bien preservado y no alcanzaba para identificar ni el género ni la especie, era su presencia en la Antártida lo que le otorgaba su importancia. Volvimos cansados pero muy felices por el hallazgo.

Fuente: SINC

Derechos: Creative Commons

agenciasinc.es

VIII MUSHING TIERRA DE DINOSAURIOS: RUTA HUELLA DINOSAURIOS

CAMPEONATO DE ESPAÑA DE MUSHING TIERRA SPRINT

A cargo de Fidel Torcida, director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos)

Sábado 27:

-16:15 h. Visita guiada al yacimiento de Costalomo (huellas de dinosaurio). Salida polideportivo.

Ruta 2,5 km (Ida)

17:00 h. En el yacimiento de Costalomo. Explicación de las huellas y del yacimiento.



















canicrossburgos.com

viernes, 26 de enero de 2024

Pueblos del mundo, extinguíos

El Correo de Burgos

Opinión

Ricardo Gª Ureta

INOCENTE de mí, pensaba yo que el tiempo de las ocurrencias legislativas había pasado a la historia en Castilla y León y las divagaciones de Ciudadanos las había borrado Vox con su supuesto sentido común aplicado a la política. Pero por lo visto, el nuevo socio de gobierno del PP en la Comunidad ha decidido que merecía la pena preservar uno de tantos errores del legado de la extinta, por algo será, formación naranja. Se lo pude preguntar personalmente al consejero de Cultura en una comparecencia en Burgos y entonces demostró porqué es uno de los aficionados al toreo con más conocimientos de la Comunidad. Con su peculiar tono pausado y calmo me arreó dos largas cambiadas y cuando desperté del adormecimiento me había cambiado el tercio y ya no había opción de banderillear. Me quedó claro, no obstante, que esta patata caliente no iba para él sino que el destinatario final será el consejero multitarea al frente del Medio Ambiente, la Vivienda, la Ordenación del Territorio y ahora también de los dinosaurios. Porque el Proyecto de Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León consagra que las excavaciones arqueológicas de todo lo que no sean fósiles del género Homo corresponden a Medio Ambiente. Santonja se queda con Atapuerca o Siega Verde, donde manda su hermano, y le endosa a Suárez Quiñones los dinosaurios, las icnitas y los trilobites que cantaba Siniestro Total en ‘Pueblos del mundo, extinguíos’. Es lo que merecemos por saber meter la pata tan a conciencia. Lo de sacar a los dinosaurios del ámbito de la Cultura ya se le ocurrió a los ínclitos de Ciudadanos en la pasada legislatura. Pero insistimos en el error de forma que «Castilla y León va en sentido opuesto al resto de comunidades autónomas», tal y como critica el portavoz del Colectivo Arqueo-Paleontológico de Salas de los Infantes y posiblemente el mayor experto autonómico en dinosaurios. Qué tendrán que ver las especies de dinosaurios únicas en el mundo que llevan el nombre de Salas con la repoblación de truchas en el río Nela o la compra de la casa del cura de no sé qué pueblo para repoblar el medio rural con jóvenes, todas ellas competencias que le caen a la Consejería de Medio Ambiente. Otras autonomías hacen de sus mucho más escasos y relevantes, desde el punto de vista científico, restos de dinosaurios un auténtico reclamo turístico que ayuda a crear y mantener empleo rural. Aquí se ha institucionalizado el olvido de los restos de dinosaurios de la comarca de Pinares. El museo dedicado a estos hallazgos en Salas tiene el tamaño de una garita y se le salen por los garajes las piezas amontonadas mientras la Junta lleva más de veinte años relegándolo. El resto de los partidos políticos son cómplices porque entre las tropecientas enmiendas a la nueva ley que están ahora en debate no aparece ni una triste mención a los dinosaurios. Ni siquiera por la UPL leonesa ni por Soria Ya, donde también tienen restos de dinosaurios. Vamos a la extinción.

martes, 23 de enero de 2024

Salas reunirá a 300 participantes en el Nacional de Mushing

Salas reunirá a 300 participantes en el Nacional de Mushing.
Foto: F2 Estudio Rebeca Ruiz
VIII MUSHING TIERRA DE DINOSAURIOS

CAMPEONATO DE ESPAÑA DE MUSHING TIERRA SPRINT

El Campeonato de España absoluto tendrá lugar en la localidad burgalesa el sábado 27 y el domingo 28 de enero en horario matutino.

Álvar Camarero, Ángel Carretón e Ismael Mediavilla. Foto: Valdivielso
Salas de los Infantes celebrará este fin de semana el Campeonato de España de Mushing Tierra y reunirá a 300 participantes de diferentes partes del país. Se competirá desde el sábado a partir de las 9.00 horas en el circuito de la Dehesa de Santa María, junto al polideportivo municipal. Las modalidades son 8 perros, 6 perros, 4 perros, bikejoring y canicross. Entre todos los competidores, destaca la presencia del burgalés Esdras Menéndez, vigente campeón del mundo júnior.


diariodeburgos.com

La ley de Patrimonio consagra al olvido a los dinosaurios de Salas

Se ultima su tramitación en las Cortes y «borra lo que no esté relacionado con la evolución humana».  La riqueza paleontológica de Salas «quedaría desprotegida y sin opción para financiar su conservación o investigación»

Torrelara es la última y fructífera excavación de dinosaurios realizada por el 
Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes. / C.A.S.
Drumheller es una localidad de Alberta (Canadá) donde los dinosaurios se han convertido en el principal tirón económico tras la crisis de la minería del carbón. Un gran museo (Royal Tyrrel Museum) y referencias constantes a su patrimonio paleontológico que está protegido y nadie toca aunque emerge en las superficie de las rutas de yacimientos y sus singulares formaciones geológicas.

A 7.000 metros de distancia un océano de indiferencia es lo que recibe la riqueza paleontológica de Salas de los Infantes. Con cuatro especies propias, dos holotipos de dinosaurios descritos en sus tierras (Demandasaurus Darwini Europatitán Estwoodi). También una especie única de tortugas como Larachelus Morla y de lagarto, el Arcanosaurus Ibericus. Hay miles de fósiles ya extraídos en 20 años de excavaciones periódicas.

El material desbordan el pequeño Museo de Dinosaurios de Salas, el único donde se restauran y conservan este tipo de piezas en la región, donde no hay espacio para exponer reproducciones de más de diez metros de altura como los dos saurópodos descritos en tierras Salenses.

Taller de restauración del Museo de Dinosaurios de Salas donde ya no caben los
 fósiles extraídos. ISRAEL L. MURILLO
«Esta todo inventariado, se entregó Demandasaurus que acabamos la excavación en 2004, se inició con Europatitán pero al final quedo en nada y los de Torrelara ya el inventario, que lo hacemos y somos escrupulosos con el proceso, no tenemos respuesta de la Junta», explica el director del Museo de los Dinosaurios, Fidel Torcida. Y todo puede ir a peor si se aprueba la Ley de Patrimonio de Castilla y León, que ultima su tramitación en las Cortes de Castilla y León.

La norma, que nació en 2020 con Ciudadanos gestionando la materia de patrimonio cultural, afronta su fase final de tramitación en las Cortes de Castilla y León de la mano de Vox al frente de Cultura. Ambos derivan la gestión de este patrimonio al área de Medio Ambiente más que a la cultural. Es la única comunidad autónoma que hace este giro de competencias.

El borrador de la ley que se sometió a alegaciones «no parece haber cambiado en nada». Y condena al ostracismo la riqueza paleontológica de Salas de los Infantes con fósiles prácticamente abandonados a su suerte y a la voluntad del Colectivo Arqueo-Paleontológico Salense (CAS), cuando sus huellas son Bien de Interés Cultural. Afecta también a otras zonas de la comunidad como el Carbonífero del norte de León, las crucianas del fondo marino de Peña Francia en Salamanca o la colección de tortugas zenozoicas de Salamanca donde hay restos únicos de tortugas y lagartos de Zamora. Y pone en riesgo todo lo que pueda aparecer en la zona de Soria, donde son conocidas las icnitas, o el Geoparque de las Loras, entre Palencia y Burgos, donde también hay restos de interés.

«Si se aprueba esta ley cualquiera que esté de acuerdo con el propietario del terreno puede iniciar una excavación sin permiso de las autoridades ¿Cómo controlar y conservar lo que aparezca?», se pregunta Torcida. La nueva ley «deja un vacío para todo este tipo de patrimonio, y si no se reconoce su protección lo excluyes de cualquier financiación de excavación, investigación o conservación», añade.

La Junta de Castilla y León, a contracorriente

Los académicos e investigadores en el área paleontológica reflejan que la deriva que ha tomado la Ley de Patrimonio que afronta su fase final de tramitación en las Cortes de Castilla y León va a contracorriente de lo que están haciendo en otros territorios. La Ley de Patrimonio nacional no especificaba protección concreta, pero tampoco la excluía. Y las normas autonómicas en Castilla La Mancha, Aragón, Asturias, La Rioja, Cataluña, Comunidad Valenciana, Murcia, País Vasco, Canarias y Comunidad de Madrid recogen concretamente la protección del patrimonio paleontológico.

Consideran que es una riqueza formada por «yacimientos y restos fósiles, manifestación del pasado geológico, de la evolución de la vida en la tierra y sus espacios asociados, hayan sido o no extraídos tanto si se encuentran en superficie como en el subsuelo o en zona acuática», especifica la ley de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid. «Castilla y León va en sentido opuesto al resto de comunidades autónomas», señala.

En el Museo de los Dinosaurios de Salas de los Infantes, que saben mucho de olvidos en los últimos años por parte de la Junta de Castilla y León, reconocen que «no estamos en ninguna listas de prioridades ni de cuestiones secundarias» y consideran que «contar con algún experto en paleontología o geólogos les permitiría comprender las propuestas que se hacen porque hay un vacío en estos perfiles».

Mientras tanto, el equipo de la Fundación de Dinosaurios de Castilla y León, el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes y el Colectivo Arqueo-Paleontológico de Salas (CAS) siguen trabajando a pesar de los oídos sordos y la puerta casi cerrada de la Junta de Castilla y León. Sienten en la comarca que es una oportunidad perdida para relativizar una zona marcada por la despoblación. La ayuda a excavaciones de la Diputación y el apoyo de las entidades locales del territorio es lo único con lo que cuentan. 

«Es duro seguir, pero hay una implicación personal del grupo que lo que estamos haciendo es bueno para nuestro territorio, es ciencia pero la falta de respuesta institucional, especialmente del ámbito regional, es triste», explica Torcida. Al final los fósiles y la tierra de dinosaurios de la Demanda levantan el ánimo. Torrelara ha sido el último y refrescante empujón. «Se van consiguiendo éxitos, lo de Torrelara está siendo espectacular en lo científico, en la convivencia del grupo de trabajo, pero claro vas consiguiendo éxitos y esto no sólo no mejora, es que va completamente en sentido contrario», lamenta. 

elcorreodeburgos.com

sábado, 20 de enero de 2024

Hallan una enorme superestructura bajo el Pacífico que no ha dejado de crecer desde la era de los dinosaurios

Esta meseta submarina es casi tan grande como Reino Unido y se construyó en varias fases volcánicas distintas.

Hallan una enorme superestructura bajo el Pacífico que no ha dejado de crecer
desde que habitaban los dinosaurios. / 
Midjourney/ Sarah Romero
La superestructura que se remonta a la era de los dinosaurios comenzó a formarse con erupciones volcánicas durante el período Cretácico (hace 145 a 66 millones de años), y todavía se encuentra en fase de crecimiento en la actualidad, descubre una nueva investigación publicada en la revista Earth and Planetary Science Letters.

La meseta fronteriza de Melanesia, ubicada al este de las Islas Salomón (y que es un cementerio geológico de arrecifes muertos e islas fallidas), se formó a través de cuatro pulsos separados de vulcanismo, todos con diferentes causas. Estas superestructuras geológicas suelen ser el resultado de enormes volúmenes de roca que se desprenden del interminable deslizamiento y trituración de la tectónica de las placas oceánicas.

Algunas de las estructuras creadas por la actividad volcánica se han convertido en formaciones más grandes con el tiempo, generalmente en un gran evento en los bordes de las placas que forman la corteza terrestre, donde se encuentran dos placas; pero hay ciertas estructuras, como la superestructura de placa media oceánica, que tienen un origen menos obvio o sencillo.

¿Cuándo se formó?

Ahora, un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores dirigido por el geocientífico Kevin Konrad de la Universidad de Nevada (Estados Unidos), ha descubierto evidencia crítica sobre la formación de la Meseta Fronteriza de Melanesia (MBP) -que cubre alrededor de 222.000 kilómetros cuadrados- que podría ayudarnos a comprender mejor las fuerzas que dan forma a todo nuestro planeta.

Ubicación de la meseta fronteriza de Melanesia, cerca de Fiji.
(Konrad, Earth and Planetary Science Letters)
Los investigadores utilizaron datos sísmicos, muestras de rocas y modelos informáticos para identificar cuatro períodos de erupciones volcánicas en las profundidades de la superficie que comenzaron hace muchos millones de años. La meseta en cuestión está muy, muy por debajo de la superficie del océano.

Por ejemplo, durante una expedición oceánica en 2013, recolectaron muestras de roca de múltiples puntos alrededor de la meseta fronteriza de Melanesia dragando a lo largo de sus laderas durante una misión que duró cinco semanas. Hay que tener claro que extraer evidencia del fondo del océano no es tan fácil como buscar pistas en tierra firme, ya que se han dragado escasos minerales y los resultados anteriores apuntaban a, al menos, 25 estructuras volcánicas distintas responsables de su generación. Afortunadamente, tras analizar las edades y la composición química de estas rocas, pudieron reunir las piezas piezas suficientes de este rompecabezas.

Cuatro fases

La corteza terrestre es un intrincado mosaico de placas tectónicas que se mueven constantemente, y la meseta fronteriza de Melanesia es un excelente ejemplo de la compleja interacción entre estas placas.

Según el nuevo estudio, la meseta comenzó a formarse a partir de la actividad volcánica submarina durante el período Cretácico cuando los dinosaurios aún vagaban por la Tierra. Una parte de la meseta subyacente a las otras rocas, conocida como Robbie Ridge, probablemente se formó hace 120 millones de años durante una enorme inundación de lava basáltica, lo que condujo a la creación de una gran meseta submarina que probablemente no se elevaba sobre el nivel del mar. Es la primera fase gracias al derrame masivo de lava que coincidió con la desintegración del supercontinente Gondwana.

Unos 45 millones de años después (hace entre 56 y 33,9 millones de años), la misma sección debilitada de la corteza se encontró con una segunda región conocida como punto crítico Rurutu-Arago, donde aconteció el surgimiento de nuevas islas y montes submarinos; esto es, la meseta experimentó un mayor crecimiento a medida que avanzaba sobre un punto volcánico, lo que llevó a la creación de más montes submarinos e islas que nuevamente se erosionaron bajo el nivel del mar con el paso del tiempo.

Otro evento más. El tercero ocurrió durante la época del Mioceno, hace entre 23 y 5,3 millones de años, cuando las ballenas y los tiburones se hicieron numerosos en los océanos y los primeros simios comenzaron a caminar erguidos. En ese momento de la historia de la Tierra, algunas de las islas y puntos críticos existentes se reactivaron cuando la región pasó sobre el punto crítico de Samoa. Este período de actividad estuvo influenciado por una colisión entre la placa australiana y la meseta de Ontong Java, así como por la actividad volcánica del punto caliente de Samoa.

Cuatro eventos - Midjourney/ Sarah Romero
¿El cuarto evento? Desde ese momento hasta la actualidad. Es el cuarto pulso de formación de la meseta debido a una columna ascendente de roca caliente desde las profundidades de la Tierra que sigue dando forma a la estructura de la meseta. Según los expertos, las fuerzas que deforman y cicatrizan nuestra corteza terrestre, continúan a día de hoy dando forma a la superestructura en un proceso muy complejo y lento.

Los investigadores volverán junto a Ocean Exploration Trust y la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica a realizar una nueva misión de exploración y dragado de las profundidades del Pacífico para analizar las muestras y continuar arrojando luz sobre la complejidad del origen de las grandes formaciones ígneas del mundo submarino.

Referencias:

Kevin Konrad, Andrea Balbas, Valerie A. Finlayson, Matthew G. Jackson, Jasper G. Konter, Anthony A.P. Koppers, Allison A. Price, Bernhard Steinberger, Four distinct pulses of volcanism built the Melanesian Border Plateau: Implications for oceanic mid-plate superstructure formation, Earth and Planetary Science Letters, Volume 626, 2024, 118549, ISSN 0012-821X, DOI: https://doi.org/10.1016/j.epsl.2023.118549.

muyinteresante.es

El mapa que muestra cómo sería la Tierra dentro de 250 millones de años

Los movimientos de la tectónica de placas configurarán un supercontinente similar a Pangea.

Próxima Pangea - Kindelán
















Todo vuelve, no solo en la moda y las tendencias artísticas, sino también en el movimiento de las placas tectónicas.

Si hace 335 millones de años los distintos fragmentos de la litosfera se unieron y formaron el supercontinente conocido como Pangea (al igual que ya había sucedido otras nueve veces anteriormente en los 4.500 millones de años de existencia de la Tierra), todo apunta, de acuerdo a estos ciclos geológicos, que dentro de 250 millones la historia volverá a repetirse: el mundo continental estará unido casi en su totalidad en un solo bloque llamado Pangea Próxima (o Pangea Última, Neopangea o Pangea 2).

Fue Christoper Scotese, geólogo y paleógrafo estadounidense, quien en 1982 propuso esta configuración y expuso, de acuerdo a una serie de análisis, cómo quedaría.

Aunque a lo largo de los años ha cambiado sus predicciones respecto al aspecto final de este supercontinente –algo harto difícil de vaticinar tanto por el movimiento de las placas como por el horizonte temporal de tal escenario–, Scotese y otros científicos sostienen que, en esta futurible megaextensión de tierra, las zonas interiores serían desiertos áridos inviables para la vida.

De la misma forma, la colisión de placas provocará alteraciones geológicas que en conjunto afectarán al clima, la temperatura y la vida misma en todo el planeta.

eldebate.com

¿Sabías que se han hallado restos de una piel reptiliana que permitió a los animales conquistar la tierra?

La piel que han encontrado en el yacimiento de Richard’s Spur, en Oklahoma (EE UU), es la de uno de los primeros animales que salieron del agua para vivir sobre la tierra, hace unos 300 millones de años. Se trata del ancestro de las aves, reptiles y los mamíferos. Nos lo cuenta el director del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza, José Ignacio Canudo.

https://www.cartv.es/aragonradio/podcast/emision/sabias-que-se-han-hallado-restos-de-una-piel-reptiliana-que-permitio-a-los-animales-conquistar-la-tierra?fbclid=IwAR2Xxncm93lfCvcIVMbK82GtbgSNNKa_YKNzalMTBB1-0ikE9MlLzkdW0PE

cartv.es

Los fósiles de dinosaurios quedan fuera de la Ley de Patrimonio Cultural de la Junta

LA 8 BURGOS

NOTICIAS 8 PRIMERA EDICIÓN | 16-01-2024

Del 0:11 al 0:51 minutos y del 8:04 al 9:57 minutos.


cyltv.es

Cultura deja en un 'limbo' a los dinosaurios

El Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes (Burgos) (CAS) considera que el borrador de Ley de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León excluye el patrimonio paleontológico no antrópico.

Entrevista (pincha en el siguiente enlace):

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El Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes (Burgos) (CAS) considera que el borrador de Ley de Patrimonio Cultural que la Consejería de Cultura ha presentado en las Cortes de Castilla y León contraviene lo legislado en otras Comunidades autónomas y la normativa estatal, al excluir el patrimonio paleontológico no antrópico.

En un comunicado que han difundido hoy, los miembros del CAS señalan que, si se aprueba esta ley tal como está planteada, los restos fósiles de dinosaurios de su zona quedarían fuera de la protección, de la conservación y de la financiación públicas, a pesar de contar con especies únicas en el mundo y de custodiar fósiles de una paleodiversidad reconocida por la comunidad científica internacional.

Para el colectivo, resulta incomprensible que la Consejería de Cultura obvie este patrimonio cuando dispone de un inventario de yacimientos y fósiles de fauna y flora paleozoica y mesozoica desde hace más de veinte años.

De aprobarse la ley como se ha redactado, a pesar de las alegaciones que se han presentado por distintas asociaciones, decenas de científicos, gestores de patrimonio y centenares de personas sensibilizadas con el patrimonio relacionado con los dinosaurios, se estrangularía una posibilidad de desarrollo económico en ámbitos rurales con problemas de despoblación que está siendo desarrollada con éxito en numerosas regiones de España y de Europa.

Por esta razón, solicitan a los procuradores de las Cortes de Castilla y León que no avalen una ley que perjudica gravemente las posibilidades de desarrollo de una parte fundamental del patrimonio de Castilla y León.

En el comunicado, se insiste en que el proyecto de Ley de Patrimonio Cultural no  incluye el patrimonio paleontológico no relacionado con la historia de la humanidad, lo que supondría que todo el patrimonio paleontológico no antrópico, incluido el relacionado con los restos directos de los dinosaurios y de las faunas y floras coetáneas, quedaría excluido de su consideración como uno de los bienes integrantes del patrimonio cultural de Castilla y León.

Esto también dejaría este patrimonio fuera de los ámbitos y figuras de regulación, protección, conservación, gestión y acceso a financiación pública como patrimonio de interés para la comunidad de Castilla y León, lo que, según el colectivo, contraviene lo que prescribe el artículo 70 del Estatuto de Autonomía de Castilla y León.

Además, el colectivo señala que la Ley de Patrimonio Histórico Español incluye entre los bienes integrantes del patrimonio cultural el patrimonio paleontológico no relacionado con la historia de la humanidad. Del mismo modo, se señala que numerosas Comunidades Autónomas, gobernadas por diferentes partidos políticos, han regulado en sus leyes de Patrimonio Cultural la inclusión de este patrimonio paleontológico no antrópico.

Todas estas leyes establecen las figuras de prevención, protección, conservación, divulgación, gestión y acceso a la financiación del patrimonio paleontológico no antrópico.

El colectivo recuerda que en Castilla y León no sólo existen yacimientos inventariados con restos fósiles de dinosaurios y otros seres mesozoicos, sino que se han descrito especies de dinosaurios y otros reptiles nuevas para la Ciencia en nuestro territorio, y, por tanto, únicas en el planeta.

cadenaser.com

martes, 16 de enero de 2024

La España ‘Jurásica’; los mejores lugares del país para ‘ver’ dinosaurios

Museos, huellas en la roca, verdaderas concentraciones del fósiles… España también es un destino ‘dinosáurico’ con lugares de gran importancia científica que nada tienen que envidiar a otras partes del mundo como la Patagonia, el Gobi o los parajes desolados de Arizona.

Reproducciones a escala real en Dinópolis. 
Ricardo Cabello
Los yacimientos de fósiles de dinosaurios suelen ser lugares aislados, rocosos, apartados… Como si los bichos hubieran elegido los puntos más aislados del mundo para fosilizarse. Hace unos años, cuando visitábamos el Museo Paleontológico Egidio Feruglio de Trelew, en Argentina, preguntamos a su director porqué la Patagonia era tan generosa en este tipo de fósiles. Y la respuesta nos sorprendió. Aquí se encuentran más fácil porque no hay vegetación y se puede acceder a los estratos geológicos más antiguos. Y añadió que los dinosaurios están por todo el mundo. Bajo los bosques, las ciudades, los mares… Por todos lados.


¿Y En España? Obvio que también. Lo primero que hay que tener en cuenta es que durante aquella época de millones y millones de años, la Península Ibérica no estaba donde está ahora y que los territorios que ahora forman España estaban integrados en Pangea (hace unos 220 millones de años) para luego formar parte de una de las grandes islas que servían de ‘puente’ entre los grandes continentes. Dicen los expertos que los territorios de Iberia siempre fueron un lugar de importancia capital para la biodiversidad mundial. Los registros fósiles en España abarcan un periodo que va desde los 170 millones de años (Jurásico) hasta los 65 millones de años (Cretácico tardío) cuando el mundo de los dinosaurios colapsó.

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Dinosaurios para parar un tren o dos en Enciso e Igea (La Rioja).- Estamos hablando de una de las mayores concentraciones de huellas de dinosaurio de toda Europa. En La Rioja se han localizado hasta 170 lugares con huellas de los ‘lagartos terribles’ y los hallazgos más recientes datan de apenas unos meses atrás (octubre de 2023). Los lugares más espectaculares son los municipios de Enciso e Igea dónde se concentran miles de icnitas (huellas fosilizadas) con yacimientos en los que se superan las 500 huellas. En algunos de estos lugares pueden verse los rastros definidos de grandes herbívoros, de carnívoros, las huellas de colas y hasta árboles fosilizados. Estamos ante uno de los lugares de interés científico más importantes de España. También puedes visitar dos museos. El Centro Paleontológico de Ensiso (El Portillo, 2) y el Centro de Interpretación Paleontológica de La Rioja de Igea (Mayor, 10) con información sobre los diferentes yacimientos y mucho material para conocer las especies que habitaron estas tierras y su hábitat (incluyendo varios fósiles encontrados en la comarca). El Barranco Perdido (Carretera Navalsaz –Enciso-).- Este parque temático alterna piscinas y juegos infantiles con actividades relacionadas con las huellas y los fósiles de la comarca. Ideal para ir con nenes.

Icnitas en La Rioja. Santiago López Pastor



Dinosaurios en la Serranía de Cuenca.-  En las sierras de Cuenca se encuentra el Yacimiento de Cañada del Hoyo (acceso por CUV-9142), un lugar muy importante para la Paleontología española de la que se han recuperado hasta 20.000 restos fósiles de animales y plantas –algunos únicos en el mundo y paradigmáticos-. Es el punto culminante de una ruta que se inicia en la capital de provincia y que se interna en las Serranías conquenses recorriendo una veintena de puntos donde se puede rastrear la presencia de los dinosaurios por la zona. Este camino por el pasado se inicia en el Museo Paleontológico de Castilla La Mancha (Río Gritos, 5 –Cuenca-), uno de los grandes museos de referencia de la materia de toda España. Aquí vas a encontrar fósiles y reproducciones de hallazgos de toda la región, pero con especial atención a los yacimientos conquenses. Aquí vas a encontrar casi de todo (con unas reproducciones a tamaño real alucinantes), pero la estrella es Pepito. Así llaman al impresionante ejemplar de Concavenator corcovatus que se conserva aquí: enterito. Hasta con restos de piel fosilizada y parte del contenido de sus vísceras. Los recursos a disposición del viajero se completan con el Centro de Interpretación Ruta de los Dinosaurios de Cañada del Hoyo (CUV-9142), centrado en el entorno en el que vivió el Concavenator corcovatus, y el Centro Expositivo de Fuentes (Camino de Villar del Saz de Arcas) en el que puedes ver algunos de los hallazgos del yacimiento de Lo Hueco. Aquí puedes ver la reproducción a tamaño real de un Titanosaurio.

Dinosaurios a dos pasos de Atapuerca.- El Europatitan easwoodii es, hasta el momento, el dinosaurio más alto descubierto en territorio europeo. Este gigante medía casi 30 metros de los que diez correspondían a su cuello. Estamos hablando de un bicharraco de más de 35 toneladas que vivió hace unos 125 millones de años. Este cuellilargo es la estrella de los fósiles descubiertos en la Sierra de la Demanda (Burgos) y también es uno de los ejes de la colección del Museo de Dinosaurios de Salas de Los Infantes (Jesús Aparicio, 9) que exhibe algunos ejemplares únicos como Demandasaurus darwini, de 12 metros de longitud, el Arcanosaurus ibericus, o la tortuga Larachelus morla. Este museo sirve como pilar didáctico de una ruta que incluye algunos yacimientos con icnitas como Las Sereas 7 (BU-V-8207); La Pedraja (acceso desde Campolara) o Costalomo (acceso desde Salas de Los Infantes) en dónde puedes ver una huella fosilizada en positivo (en relieve), algo casi insólito en el mundo de la paleontología.

La Ruta de las Icnitas de Soria.- En las Tierras Altas de la provincia de Soria nos encontramos otro de esos parajes ásperos que dejan al descubierto las tripas del planeta. Aquí, entre quebradas y picos se encuentran casi una veintena de yacimientos con icnitas de dinosaurios. Estamos hablando de una concentración brutal de rastros fósiles que se encuentra muy cerca de la frontera con La Rioja. Es un lugar brutal desde el punto de vista paleontológico y también histórico ya que hay yacimientos arqueológicos a patadas.

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