miércoles, 18 de agosto de 2010

Balance IX Campaña de excavaciones paleontológicas en la Sierra de la Demanda: Dinosaurios entre bosques y lagunas

Durante este verano de 2010 se ha desarrollado la IX Campaña de excavaciones paleontológicas en la Sierra de la Demanda, organizada por el Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas (C.A.S.), La Fundación para el estudio de los dinosaurios en Castilla y León, y el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes.

Las excavaciones constituyen una actividad de campo, fundamental en el proceso científico paleontológico que se completa posteriormente con el trabajo de laboratorio y de los gabinetes de investigación. Es el primer paso para poner en valor los yacimientos de fósiles, de generar conocimiento y poder ofrecerlo a la sociedad como un bien cultural que podemos disfrutar como ciudadanos.

En el esfuerzo que supone organizar las excavaciones han colaborado este año Ford-Autocid, Land Rover-Fausto Motor, Ejército español y Grupo Mahou San Miguel, que de esa manera muestran su sensibilidad por la importancia del estudio y de la protección del patrimonio paleontológico.



Asimismo merecieron la atención e interés de estudiantes universitarios que trabajaron en las excavaciones, procedentes de distintos lugares: Vigo, Zaragoza, País Vasco, La Coruña, Madrid, Salamanca, León, Burgos, Francia y México.

Este año se planteó una doble actividad: excavaciones paleobotánicas, y de icnitas de dinosaurios.
La primera fase se dedicó a la paleobotánica (estudio de los vegetales fosilizados), en la que se contó con la coorganización de la Universidad de Vigo. Desde 2008 la Junta de Castilla y León promueve el proyecto “Paleoflora de los ecosistemas cretácicos en la provincia de Burgos” en el que participan el C.A.S., el Museo de Dinosaurios salense, las Universidades de Zaragoza, Vigo (España), Lyon, y Pierre et Marie Curie (Francia). Este proyecto tiene como peculiaridad, dentro de España, que busca información para conocer las interacciones entre los dinosaurios y los ecosistemas que ocupaban, así como reconstruir el clima y los paisajes de la Sierra de la Demanda en el Cretácico (de 144 a 65 millones de años atrás). Los trabajos se centraron en los yacimientos de Horcajuelos (en las proximidades de Salas de los Infantes) y Vallazmorra (Hortezuelos, pedanía de Santo Domingo de Silos). Las excavaciones se completaron con labores de prospección en una amplia zona de la comarca serrana, en búsqueda de nuevos yacimientos o para recuperar restos fósiles que sufran peligro de destrucción.

El balance de esta primera fase de las excavaciones ha sido altamente positivo. Se han recuperado cientos de muestras con tallos y hojas fósiles de helechos, equisetales (“colas de caballo”), coníferas y posibles angiospermas (plantas con flores). Otros yacimientos han proporcionado tallos de helechos con apariencia de árbol, troncos de coníferas, que quizás sean los fósiles vegetales más conocidos de la comarca, y troncos de benetitales. Estas últimas son plantas ya extinguidas con aspecto de palmeras enanas, de troncos globosos o cilíndricos y adaptadas a ambientes secos.
Los fósiles hallados ahora se suman a los conservados y expuestos en el Museo de Dinosaurios salense, que conforman una de las colecciones más completas de benetitales conocidas. Por último se visitaron otros yacimientos que se han valorado como candidatos idóneos a ser excavados en 2011, pues el proyecto de investigación se prolongará durante varios años más, una vez constatada la riqueza e importancia de los restos fósiles de vegetales identificados hasta el momento.

Un aspecto relevante que merece la pena subrayar es la presencia de angiospermas, tanto de tallos, hojas como polen, en los yacimientos serranos. Estas plantas vivían durante el Cretácico inicial una dura pugna competitiva con las gimnospermas (coníferas y otras plantas relacionadas) en la que cada grupo de plantas intentaba expandirse por la mayor superficie posible a lo largo de todo el planeta. Durante ese periodo cretácico, y con los dinosaurios como testigos de excepción, las angiospermas comenzaron a ganar la partida, de modo que actualmente constituyen la flora dominante en la Tierra, aliadas con una corte de insectos polinizadores que ayudaron enormemente en esa expansión gracias a su actividad de “reproducción asistida” como gusta de expresar el paleobotánico José Bienvenido Diez (Univ. de Vigo). De confirmarse la presencia de angiospermas en la Sierra de la Demanda hace 130 millones de años, estaríamos ante unos de los fósiles de estas plantas más antiguos encontrados en la Península ibérica, y cuyo estudio puede proporcionar claves para entender su evolución.

La segunda fase de las excavaciones se centró en las icnitas o huellas fósiles de dinosaurios. Durante la campaña de 2009 se trabajó en Las Sereas 3, que forma parte de un macroyacimiento que se extiende por la comarca de Lara a lo largo de unos 5 Km de longitud, y que se estima contiene más de un millar de huellas. Corresponde a las orillas de una laguna de poca profundidad donde acudirían los dinosaurios a beber y comer. Se hallaron casi 400 icnitas de grupos diversos de dinosaurios: estegosáuridos (herbívoros cuadrúpedos dotados de placas óseas en el dorso del cuerpo y cola), terópodos de tamaños grande y mediano (carnívoros bípedos) y saurópodos (herbívoros cuadrúpedos de gran tamaño).

En la actual campaña de excavaciones se trabajó en otros dos afloramientos del macroyacimiento burgalés: Las Sereas 6 y 7. Se eligen estos afloramientos por el número de icnitas visibles que contienen y por su grado de conservación; se da la circunstancia además de que son de fácil acceso, pues se encuentran muy cerca de la carretera que se dirige a Quintanilla de las Viñas, lo que puede facilitar una futura puesta en valor de los yacimientos. Al final de la excavación se ha descubierto y limpiado casi un centenar de icnitas, generalmente bien preservadas, aunque el estado de la roca que las contiene es precario. Destacan entre lo hallado dos rastros de terópodos de tamaño grande y, muy especialmente, un rastro de saurópodo en Las Sereas 7. Este último rastro se compone de varias pisadas de “pies” y “manos” profundas, con rebordes de barro fosilizado que las patas del dinosaurio removieron al penetrar profundamente en el suelo fangoso de la laguna; el suelo quedaba deformado y, como un regalo para los paleontólogos que acudiríamos 144 millones de años después, guardando el detalle de los dedos de las patas, carácter anatómico infrecuente en las icnitas de este tipo halladas en España.

Al tratarse de un yacimiento tan extenso, el objetivo de estas campañas es muestrear distintos afloramientos con huellas, de modo que se pueda reconstruir de modo global la actividad y comportamiento de los dinosaurios en torno a la laguna existente entonces. Asimismo, la identificación de distintos grupos de dinosaurios es especialmente interesante si consideramos que la edad de Las Sereas es de 144 millones de años (el paso del Jurásico al Cretácico), cuando se estaba produciendo un cambio de faunas de dinosaurios en el palneta. Por ejemplo, los dinosaurios estegosáuridos declinaron en cierta medida, mientras que otros herbívoros como los Ornitópodos comenzaban un período de gran desarrollo.

Fotos: Fundación Dinosaurios/Museo Dinosaurios

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