martes, 24 de julio de 2012

Jornadas intensas de trabajo con Juje y Juan Canale en el laboratorio del Museo Ernesto Bachmann


Jornadas intensas de trabajo con Juje y Juan Canale en el laboratorio del Museo Ernesto Bachmann. Objetivo: desarrollar los trabajos de investigación sobre fósiles de dinosaurios rebaquisáuridos hallados cerca de Villa el Chocón, emparentados con Demandasaurus darwini del Museo de Salas de los Infantes. El primero de ellos se centra en un esqueleto semicompleto que se recuperó hace varios años, y en cuya excavación tuvimos oportunidad de participar en nuestra estancia de Navidad de 2010.

 Se conserva la mayor parte de las vértebras cervicales, un número alto de vértebras dorsales, la escápula-coracoides izquierda, el húmero izquierdo, y costillas cervicales y dorsales. Su preservación es muy buena.

 Hay 3 publicaciones previas sobre este ejemplar: una primera en la que se cita su hallazgo; la segunda en que se describe una curiosa articulación intervertebral característica de éste y otros rebaquisáuridos; y la tercera con una descripción sobre la homología de algunas láminas óseas típicas de las vértebras de diplocodoideos.

 Para la futura publicación, en la que colaboraremos salenses y argentinos, la hipótesis de partida es que se trata de una especie nueva, por lo que se desarrollará una descripción detallada de sus características anatómicas y un análisis cladístico que permita establecer las relaciones filogenéticas entre éste y otros dinosaurios saurópodos. Con Juje hemos analizado en profundidad los caracteres anatómicos usados en las matrices de datos de los varios autores que han planteado hipótesis filogenéticas sobre dinosaurios saurópodos.


El otro rebaquisáurido que estamos estudiando se compone de restos muy fragmentarios, entre los que destacan un arco neural y un centro vertebral. El arco neural conserva el hiposfeno, una estructura que aparece en rebaquisáuridos basales (como Histriasaurus) y en Nigersaurinos (Demandasaurus y Nigersaurus), mientras que en los Limaysaurinos habría desaparecido (como Limaysaurus). La existencia del hiposfeno promueve el desarrollo de hipótesis sobre la evolución del complejo articular hiposfeno-hipantro en rebaquisáuridos, por lo que estos fósiles de El Chocón pueden aportar datos interesantes al debate. El arco neural había sido objeto de preparación parcial por parte de los técnicos del Museo local, pero ha sido necesario el cuidadoso trabajo de nuestro compañero Rubén Contreras para reconstruir el arco en su totalidad y así poder estudiar todas sus características anatómicas.

En el laboratorio del Museo mirábamos asombrados a uno de sus nuevos “ocupantes”: un gran Carcharodontosáurido que está estudiando Juan Canale, y del que se ha recuperado elementos de distintos puntos de su esqueleto, incluido un cráneo. El Chocón sigue siendo un paraíso para los dinosauriólogos, y todo apunta a que en el futuro se producirán más descubrimientos importantes.

Hemos tenido tiempo para visitar un yacimiento de icnitas de dinosaurios situado a orillas del embalse, que conserva grandes huellas terópodas. A pesar de no ser un yacimiento espectacular, ha sido objeto de una intervención de protección y puesta en valor resaltables. Su gran problema es que quedan sumergidas durante algunos meses al año con la crecida del embalse tras el deshielo andino.

P.D.: Es de justicia citar las magníficas comidas y cenas que nos prepara nuestro genial Alberto Bengoechea. Con cuatro ingredientes elabora sustanciosos platos que nos mantienen lejos del frío invierno patagónico.

Fotos CAS

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