jueves, 20 de noviembre de 2014

La falta de espacio en el Museo de los Dinosaurios es cada vez mayor

El 21 de noviembre de 1944 Diario de Burgos dio a conocer un curioso hallazgo. El de varios fragmentos óseos de un dinosaurio ‘Iguanodón’ en el paraje denominado Los Charrancos, en las proximidades de Salas de los Infantes. En concreto, había aparecido un fémur de unos 75 centímetros de largo, un hueso del brazo y otro de la región pelviana. De aquella noticia se cumplirán 60 años la próxima semana y respecto a si supuso un antes y un después en el despegue del  proyecto, el director del Museo de los Dinosaurios, Fidel Torcida, asegura que es «una referencia. Siempre tiene que haber algo que te permita empezar una actividad». En este sentido, recuerda que lo que hoy es el Colectivo Arqueológico-Paleontológico Salense (CAS) nació en 1975 como Club Arqueológico de Salas: «Entonces éramos un grupo de chiquillos dirigidos por un joven que ya entonces sabía de la existencia de estos valiosos restos». Desde ese año hasta la actualidad, el colectivo lleva desarrollando una amplia labor de investigación, difusión y puesta en valor del rico patrimonio paleontológico de la comarca salense.
Sin embargo, años atrás ya se habían dado algunos otros pasos. En 1921, el geólogo Miguel de la Cámara encontró restos de árboles fósiles y huesos de dinosaurio. Y en 1926 y 1931 otro geólogo, apellidado Rollo y Gómez, conocedor del trabajo de Miguel de la Cuadra, recogió algunos huesos de dinosaurios sobre todo entre Salas y Castrillo de la Reina y los llevó al Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid. Otro personaje clave fue Saturio González, paleontólogo y fraile de Silos que en los años 40 contactó con un vecino de Salas, David Arroyo, con quien compartía aficiones. En 1944 ambos llegaron a excavar en un lugar cercano a Salas.
En los últimos años, Torcida reconoce que se han conseguido varios hitos. El primero de ellos -asegura- la apertura en 2001 del Museo de Dinosaurios, después de que el CAS donara su colección de arqueología y paleontología al ayuntamiento de Salas. «Esta institución asumió que era interesante proteger y conservar ese patrimonio», apunta. A raíz de ello, en 2002 se iniciaron las campañas de excavaciones. «La primera se desarrolló cerca de Ahedo de la Sierra, donde aparece la especie ‘Demandasaurus’, por lo que fue una excavación de éxito», añade. En paralelo, y esto lo destaca como otro de los logros conseguidos en estas décadas, se empezaron a organizar las primeras jornadas paleontológicas internacionales (1999).  «Es el único congreso monográfico sobre dinosaurios que se realiza en España», resalta.
Igualmente alude a la importancia de las exposiciones ‘titanes’ llevadas a cabo en Burgos y Valladolid, así como, a nivel de investigaciones, la descripción del dinosaurio ‘Demandasurus darwini’, «que tiene un significado científico bastante grande». En este sentido, recuerda que el trabajo empezó en la excavación en 2002 y culminó, nueve años después, con la publicación de un artículo en una revista científica. También el pasado verano los medios de comunicación se hicieron eco de el hallazgo de una icnita de saurópodo único en el mundo, localizado en el yacimiento de las Sereas 8, entre Quintanilla de las Viñas y Mambrillas de Lara. En la presentación de la noticia, Torcida concretó que se trataba del rastro de un saurópodo que se extiende en 17 metros de longitud, que permite localizar 17 huellas y que habitó en la provincia de Burgos hace más de 140 millones de años.
Respecto a la posibilidad de ampliar el actual museo -que cuenta con el apoyo de la Fundación Dinosaurios de Castilla y León- recuerda que «la Junta de Castilla y León hizo público hace tiempo el compromiso de construcción de uno nuevo  y de ayudar a su mantenimiento anual. Sin embargo, eso se ha ido diluyendo y en los últimos años no he visto ningún movimiento salvo declaraciones que para nosotros no son optimistas».
En este sentido, el director general de Patrimonio de la Junta, Enrique Saiz, reconoció en una entrevista a DB, publicada en octubre pasado, que el asunto no tenía fácil solución. «Llegamos al acuerdo con el Ayuntamiento de una nueva ubicación con un nuevo edificio, pero en los últimos tres años ha cambiado completamente el marco de disponibilidad presupuestaria, y además la normativa urbanística no permite edificar en la parcela también por un problema de aguas. El museo merece mejoras, desde luego, pero se trata de adaptarse a los tiempos y ver cómo se puede hacer de forma temporal en su actual ubicación», dijo.
Por ello, Torcida es pesimista: «No conozco ningún paso en firme que nos pueda hacer pensar que el proyecto sigue vigente. Y ello pese a que el problema de espacio es cada vez mayor». De hecho, puntualiza que se necesitan dependencias de investigación, salas de conferencias y reuniones, almacenes más grandes...
Precisamente esa limitación de espacio impide almacenar posibles hallazgos de yacimientos con huesos fósiles. Por este motivo, en los últimos años han apostado por excavar en yacimientos de huellas, de forma que no tengan que trasladarlas. «En este sentido, la zona de Lara es especialmente interesante», matiza Torcida.

Enmienda PSOE. A este respecto, la procuradora  socialista María Fernanda Blanco denunció hace unos días que la Junta ha «olvidado» en los presupuestos regionales algunos proyectos como éste del museo salense. Por eso, reclamó -y el PSOE lo materializó vía enmienda- una partida de 100.000 euros.
Torcida añade que el patrimonio paleontológico que se está poniendo en valor desde el punto de vista científico «cada vez está más claro que es más singular y que merece una protección y una difusión a la sociedad». E incide en otro aspecto: «Estamos en una zona rural sufriendo no sólo la crisis económica sino también una crisis de población hace años y un proyecto de este tipo sería un estímulo muy importante para la economía, el desarrollo social y cultural de la comarca». Por eso, asegura que «no nos rendimos. Es más, cada vez vemos más claro que si se ampliara, desde el minuto cero es un proyecto que funcionaría bien tanto en lo que respecta a público como en investigación y difusión». Prueba de ello es que cada año reciben entre 11.000 y 12.000 visitantes (el pasado 20 de agosto celebraron la llegada del número 150.000). «Y tenemos ejemplos en España de museos de este tipo que funcionan bien como es el caso de Dinópolis en Teruel y el Jurásico de Asturias (MUJA)», recuerda. Lo mismo sucede en el extranjero, en países como Alemania y Suiza, donde estos centros registran mucho público «porque los dinosaurios atraen».

Convenio Cenieh. Por último, y respecto al convenio que el Museo firmó en marzo con el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh), apunta que siguen trabajando en la exposición que está previsto organizar en 2015. Confirma que ya han mantenido alguna reunión al respecto y asegura que la idea es montar una muestra que sea «transportable» con la idea de que pueda verse en otros lugares. No obstante, primero se requiere elaborar un presupuesto aproximado y buscar financiación. El convenio también  incluía continuar con la investigación en yacimientos de  la zona de Quintanilla de las Viñas.

Entre los retos principales de cara al futuro inmediato, señala, además de seguir investigando, hacer hincapié en la protección, difusión y puesta en valor de los hallazgos. «El yacimiento de  la zona de Quintanilla de las Viñas se extiende a lo largo de 5 kilómetros  y hay algunos afloramientos muy accesibles al público por la carretera y lo que queremos es consolidarlos bien y prepararlos para la visita al público».


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