martes, 22 de noviembre de 2016

Plumas fósiles conservan queratina y melanosomas de 130 millones de años

Fotografía del nuevo espécimen fósil, indicando las 
ubicaciones de la muestra. (PNAS)
Plumas fósiles de un ejemplar de Eoconfuciusornis, que vivió hace 130 millones de años durante el Cretácico Inferior en el noroeste de China, han conservado trazas de queratina y melanosomas, según un estudio que publica este lunes la revista PNAS.

El estudio amplía así el marco temporal en el que moléculas originales pueden conservarse y demuestra la capacidad de distinguir entre antiguas microestructuras en fósiles.

Los Eoconfuciusornis, del tamaño de un cuervo y que poblaron lo que hoy es China hace 130 millones de años, fueron de las primeras aves en carecer de dientes y tener queratina en el pico, como los pájaros modernos.

Estudios previos señalan que las plumas de ese y otros pájaros prehistóricos y dinosaurios conservaban unas estructuras llamadas melanosomas, que contienen pigmentos como la melanina y dan a las plumas su color, pero no se podía probar si se trataba de eso o de microbios que habían cubierto el animal durante su descomposición y fosilización.

Las autoras de estudio, Yanhong Pan, de la Academia China de Ciencias, y Mary Schweitzer del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte (EEUU), examinaron plumas de un fósil de Eoconduciusornis para dilucidar la naturaleza de los organismos redondeados y alargados que se encontraban en las plumas.

“Si fuesen melanosomas deberían estar incrustados en una matriz queratínica, puesto que las plumas contienen betaqueratina”, explicó Schweitzer, y, de no encontrarse queratina, entonces podían ser microbios o una mezcla de microbios y melanosomas.

Las expertas usaron diversas técnicas para analizar tanto la superficie como el interior de las plumas para llegar a la conclusión de que las estructuras encontradas eran melanosomas y no algún tipo de microorganismo resultado del proceso de descomposición y fosilización.

Este estudio “es el primero en demostrar la evidencia tanto de queratina como de melanosomas a través del uso de métodos estructurales, químicos y moleculares”, indicó Pan.


Esos métodos “tienen el potencial de ayudarnos a entender -a nivel molecular- cómo y por qué evolucionaron las plumas en esos linajes” de aves, agregó la experta.

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