lunes, 3 de diciembre de 2018

Rescatada la huella de un dinosaurio de ocho metros en Tazones

El equipo científico del MUJA  ha recuperado  la huella, de 400 kilos,  de un terópodo similar a un allosaurus, con ayuda del helicóptero de Bomberos

La directora general de Patrimonio Cultural, Otilia Requejo, 
junto al equipo científico del Muja.
El equipo científico del Museo del Jurásico de Asturias (MUJA) ha recuperado hoy una huella de terópodo, un dinosaurio bípedo y carnívoro, de los acantilados de Tazones, en Villaviciosa, con la ayuda del helicóptero de Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA). La recuperación de la huella se ha realizado ante el riesgo de desaparición y por su importante valor.

La huella de pisada fósil o icnita se conserva como contramolde en la base de un bloque suelto de arenisca, con un peso estimado de entre 350 y 400 kilogramos.

Fue descubierta por el equipo de investigación del MUJA hace aproximadamente dos años en los acantilados de Tazones, muy cerca del límite de esta parroquia con la de Oles, en Villaviciosa, al este de la Punta del Olivo.

La «magnífica conservación de la huella» permite apreciar diversos caracteres específicos, como tres dedos relativamente largos y estrechos terminados en garras, la presencia de almohadillas digitales y un entrante marcado en la zona posterior.

Ello permite a los expertos atribuirla a un dinosaurio terópodo que caminaba sobre un barrizal apoyando exclusivamente en sus patas traseras.

Además, la presencia de ese entrante o escotadura en la zona posterior de la huella indica que fue producida por el pie izquierdo del reptil. S

Sus dimensiones, 57 centímetros de longitud y 50 de anchura, prueban que se trataba de un terópodo de gran tamaño, de al menos 2,3 metros de altura hasta la cadera, unos 8 metros de longitud y un peso aproximado entre 1 y 2 toneladas, similar a un Allosaurus.

El bloque de arenisca que contiene la huella pertenece al conjunto de rocas silíceas de la segunda mitad del Jurásico que se conoce como Formación Lastres, originadas cuando la antigua costa de Asturias, mucho antes del desarrollo de los actuales acantilados, estaba dominada por sistemas deltaicos que desembocaban en un mar interior, hace ahora unos 154 millones de años. 

El estudio de esta icnita junto con otras seis más, un diente y una vértebra, también de dinosaurios carnívoros, fue publicado en julio de este año en la revista internacional Peer J.El artículo, según el MUJA, demuestra la presencia de al menos dos grupos diferentes de terópodos de tamaños muy grandes o gigantes en el Jurásico Superior de Asturias.

En concreto, la vértebra perteneció al mayor dinosaurio terópodo que existió en Europa, probablemente un Torvosaurus o Megalosaurus, de más de 10 metros de longitud.

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