A pesar de estar unida durante millones de años al sur de
África, los fósiles de la Antártida son únicos en comparación con otras
regiones del planeta.
Crédito: Adrienne Stroup, Field Museum
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Resulta complicado imaginar la Antártida sin nieve. Sin
embargo, no siempre fue así. De hecho, antes de que Pangea se descompusiera en
el inmenso puzle que es hoy en día se encontraba unida al sur de África.
Esto lleva a pensar que las especies que vivían en ambas
zonas en el pasado debían ser muy similares. Sin embargo, cada vez son más los
fósiles hallados en la Antártida que demuestran que el continente helado ya era
único hace miles de años, como si ya estuviese preparado para la separación que
estaba por venir.
La última prueba de esta fauna sin igual ha sido mostrada
justo hoy, en un estudio de Journal of Vertebrate Paleontology en el que un
grupo de científicos del Museo Fields describe el fósil de un pariente de los
dinosaurios, del tamaño de una iguana, que ha sido hallado recientemente en la
tierra de los pingüinos.
El misterio alimentado por el rey de la Antártida
En el estudio estos investigadores describen el hallazgo de
un pequeño archosaurio, al que han bautizado como Antarctanax shackletoni. La
primera parte del nombre significa “rey de la Antártida”, mientras que la
segunda es un homenaje al explorador Ernest Shackleton. Los archosaurios
componen un grupo de animales que tuvo especial importancia en la Tierra
durante el Triásico. Dentro de él se encontraban los dinosaurios y los
pterosaurios, entre otros. A día de hoy los únicos animales emparentados con
ellos que sobreviven son los cocodrilos y las aves.
El fósil hallado pertenece a un pequeño reptil carnívoro, del tamaño de una iguana
En el caso de este fósil no se encontraba el ejemplar
completo, aunque había huesos suficientes para definirlo como un animal
carnívoro, que cazaba insectos, anfibios y pequeños antecesores de los
mamíferos actuales.
Vivió dos millones de años después de que tuviera lugar una
gran extinción masiva, que fulminó al 95% de las especies marinas y el 70% de
los vertebrados terrestres, a causa de la inestabilidad creada por un gran
número de erupciones volcánicas. A pesar de todo, la vida volvió a florecer y
algunos de los grupos animales que sobrevivieron comenzaron a expandirse por
todo el planeta. Este fue precisamente el caso de los archosaurios, que antes
de la catástrofe vivían solo en las inmediaciones del ecuador, pero comenzaron
a extenderse poco a poco por otras regiones durante los siguientes millones de
años. Pero esta diversificación se hizo especialmente rica en la Antártida,
donde parece ser que se creó un reducto de especies que ya estaban extintas en
otros puntos del globo.
Este último hallazgo ayudará un poco más a conocer qué
ocurrió exactamente, pero en realidad queda mucho aún por estudiar. Como ha
señalado uno de los responsables del hallazgo, Brandon Peecook, en un
comunicado de prensa, la Antártida es uno de esos lugares del planeta en los
que el ser humano no ha hecho más que empezar a explorar. Seguramente quedan
muchos misterios por descubrir sobre aquella Antártida sin hielo, aquella
Antártida que podría volver antes de lo que creemos si no tomamos las medidas
adecuadas contra el cambio climático a tiempo.
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