domingo, 24 de noviembre de 2019

Coprolitos de hace 126 millones de años revelan nuevas relaciones tróficas del Mesozoico

Los celacantos y los pterosaurios se alimentaban de peces picnodontiformes en los periodos más húmedos del yacimiento barremiense de Las Hoyas. Las pruebas de esta interacción trófica, poco frecuente en el registro fósil mundial, han sido presentadas por paleontólogos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) tras el análisis de heces fosilizadas.

Microscopía electrónica de barrido (SEM) que muestra dientes de peces 
picnodontiformes en uno de los coprolitos del yacimiento de Las Hoyas
El estudio de dos coprolitos de hace 126 millones de años, hallados en el yacimiento de Las Hoyas, ha revelado relaciones tróficas poco frecuentes en el registro fósil mundial. Los resultados han sido publicados en el Journal of Vertebrate Paleontology por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

Los coprolitos son heces fósiles que permiten estudiar la biología y la ecología del pasado, permitiendo establecer la relación depredador-presa de un ecosistema, así como características de preservación del ambiente donde se fosilizaron. Los restos de alimento no digerido que fueron encuentradas en la matriz de los coprolitos permiten en ocasiones identificar la presa ingerida, mientras que la forma y tamaño del propio coprolito pueden revelar su posible productor.

En el caso de los dos coprolitos del yacimiento de Las Hoyas, las presas ingeridas fueron peces picnodontiformes. Estos pudieron ser identificados gracias a la preservación excepcional de sus dientes, que son muy característicos y raramente se encuentran tan bien preservados en el registro fósil.

La forma de los coprolitos apunta a que fueron producidos en los periodos más húmedos del ecosistema, debido a que la forma original de las heces no se preserva, pero sí puede ser inferida en uno de los especímenes.

“Esto apunta a una disolución de la masa fecal tras su deposición. Además, su tamaño permite descartar ciertos organismos depredadores del ecosistema como posibles productores (animales invertebrados, peces de pequeño tamaño, salamandras, tortugas, pequeñas aves), ya que se trata de animales demasiado pequeños como para haber producido heces del tamaño de los coprolitos estudiados”, detalla Sandra Barrios de Pedro, firmante del trabajo e investigadora del departamento de Biología de la UAM.

Por otro lado, la preservación de las inclusiones apunta a un sistema digestivo poco efectivo del organismo productor de las heces. Esto, sumado a la cantidad de restos presentes en la matriz de los coprolitos, sugiere que los posibles productores habrían sido peces de gran tamaño (celacantos) o posiblemente pterosaurios.

Estas conclusiones fueron posibles gracias a la realización de estudios a macroescala con binocular y cámara, que permitieron establecer las características morfológicas de los dos ejemplares estudiados. También se realizaron estudios de microscopía electrónica de barrido con un microscopio ambiental a bajo vacío (ESEM), que permitieron identificar los restos de alimento no digerido (restos de la presa). Por último, se aplicaron técnicas de tomografía computerizada (CT-Scan), que posibilitaron estudiar el interior de los coprolitos sin intervenir en ellos. 
_____________________

Referencia bibliográfica:

Sandra Barrios-de Pedro (2019). “Bones of pycnodontiform fishes (Actinopterygii: Pycnodontiformes) in coprolites from the Barremian fossil site of Las Hoyas (Cuenca, Spain)”. Journal of Vertebrate Paleontology. DOI: 10.1080/02724634.2019.1667814

No hay comentarios:

Publicar un comentario