sábado, 19 de febrero de 2022

A la sombra del Tiranosaurio: Otros dinosaurios carnívoros verdaderamente temibles

Francesc Gascó-Lluna (Pakozoico)

Hubo grandes dinosaurios carnívoros más allá del famoso Tyrannosaurus. A lo largo de 150 millones de años, llegaron a aparecer gigantescos dinosaurios depredadores más de una vez.

Reconstrucción de Spinosaurus. FGL.
Hay vida más allá del famoso Tyrannosaurus. Este gigantesco dinosaurio carnívoro es el favorito de mucha gente y protagonista indiscutible de la saga de Jurassic Park. Pero lo cierto es que cuando este popular dinosaurio apareció, la era de los dinosaurios estaba prácticamente llegando a su fin. Y es que Tyrannosaurus rex habitó Norteamérica durante el piso o época Maastrichtiense, entre hace 70 y 66 millones de años. Y antes de esto, los dinosaurios ya llevaban 150 millones de años dominando las faunas terrestres del planeta. Y claro, dio tiempo a que grandes dinosaurios carnívoros aparecieran más de una vez.

Los dinosaurios se dividen tradicionalmente en dos principales grupos Saurísquios y Ornitísquios. Y dentro de los Saurísquios existen dos grandes grupos, los Sauropodomorfos (grandes dinosaurios de cuello largo y sus parientes cercanos, a este grupo pertenecen formas tan populares como Diplodocus, Brachiosaurus, Camarasaurus o Brontosaurus) y los Terópodos (principalmente carnívoros, con dientes afilados y garras, que incluyen a formas tan famosas como Tyrannosaurus, Velociraptor o Deinonychus, así como al linaje de las aves). Estos dinosaurios terópodos, como los demás grupos de dinosaurios, aparecieron a mediados del periodo Triásico. Al principio eran animales de pequeño y mediano tamaño, ya que compartían el mundo con otros animales, como los “rauisuquios”, unos parientes de los cocodrilos que fueron grandes depredadores de su época. Pero a finales del Triásico tuvo lugar una gran extinción en masa que fulminó toda competencia. Y ahí si que los dinosaurios empezaron a dominar el mundo. En este periodo, el famoso Jurásico, los dinosaurios se diversificaron y llegaron a hacerse gigantes. Faunas de dinosaurios fueron apareciendo y relevándose a lo largo de los siguientes 140 millones de años. Y entre los terópodos aparecieron formas realmente formidables.

Spinosaurus

Fue descrito en 1915 por el paleontólogo alemán Ernst Stromer a partir de un esqueleto parcial encontrado en Egipto que, lamentablemente, fue destruido en los bombardeos de Munich de la Segunda Guerra Mundial. Spinosaurus (cuyo nombre significa “lagarto con espinas”), tiene una apariencia muy característica por tener espinas vertebrales muy altas formando una vela a lo largo de su lomo. Sin embargo, los pocos fósiles con los que fue descrito en 1915, y el poco conocimiento sobre sus parientes cercanos que teníamos entonces, llevaron a que su reconstrucción fue un terópodo muy generalista con vela.

Con el paso de las décadas y gracias a nuevos descubrimientos se pudo ir afinando mejor su aspecto. Por ejemplo, con el hallazgo de su pariente Baryonyx, descubierto mucho más tarde, en 1983. Baryonyx era un terópodo extraño, con un hocico alargado, dientes cónicos y garras enormes en las manos. Su anatomía permitió relacionarlo con Spinosaurus, del que se corrigió su reconstrucción, ahora incluyendo un hocico alargado semejante al de un cocodrilo, y garras grandes en sus manos.

En 2014, justo 100 años después de la descripción original de Stromer, el paleontólogo Nizar Ibrahim y sus colaboradores, entre quienes estaba Paul Sereno, publicaron el hallazgo de nuevos ejemplares de Spinosaurus encontrados en Marruecos. Estos revelaron que, si bien las reconstrucciones de este dinosaurio no iban desencaminadas, era todavía más extraño. Piernas cortas, lomo alargado, brazos largos que posiblemente llegaban al suelo. Su vela parecía tener una morfología más cuadrada e irregular y, lo más sorprendente, posiblemente sea el primer dinosaurio no aviano que podría estar adaptado a una vida anfibia. Gracias a los nuevos hallazgos, además, se ha podido estimar que su longitud superaba a los 13 metros de Tyrannosaurus rex. Vivió en el Cretácico inferior en lo que hoy es África.

Carcharodontosaurus

Reconstrucción de Carcharodontosaurus. FGL.
Stromer también describió en 1931 otro terópodo impresionante hallado en las expediciones africanas, Carcharodontosaurus (cuyo nombre significa “lagarto con dientes de tiburón”), un terópodo emparentado con los Allosaurus del Jurásico. Pero vivió a mediados del Cretácico. Si bien no se ha encontrado un esqueleto completo, los restos hallados hasta la fecha (un gigantesco cráneo muy completo, patas traseras, vértebras sueltas) permiten estimar que se trataría de un dinosaurio terópodo de gran tamaño, capaz de rivalizar con Tyrannosaurus rex en dimensiones. Lamentablemente, los fósiles que formaron parte de la publicación original de Stromer también se perdieron en el mismo bombardeo que los de Spinosaurus, pero por suerte, se han realizado más hallazgos desde entonces.

Giganotosaurus

Reconstrucción de Giganotosaurus. FGL.
Se trata de un pariente cercano de Carcharodontosaurus, sólo que vivió en Sudamérica a mediados del Cretácico. Sus primeros fósiles fueron descubiertos en 1993 por el aficionado Rubén Carolini en la provincia de Neuquén, en Argentina. Fue estudiado y publicado en 1995 por los paleontólogos Leonardo Salgado y Rodolfo Coria. Su esqueleto está más completo que el de Carcharodontosaurus, y permite estimar que tendría un tamaño comparable al de Tyrannosaurus, o mayor. De ahí su nombre, que significa “lagarto gigante del sur”.

Torvosaurus

Reconstrucción de un Torvosaurus alimentándose de un Turiasaurus. FGL.
Aunque todos los dinosaurios terópodos gigantes que hemos mencionado hasta ahora son del periodo Cretácico, la primera edad de losgigantes fue el Jurásico. Y para los dinosaurios terópodos no fue menos. Megalosaurus (el primer dinosaurio descubierto por la ciencia) fue un dinosaurio terópodo del Jurásico medio de Europa que fácilmente habría alcanzado los 9 metros de largo. Pero un pariente suyo, Torvosaurus, podría haber superado con facilidad ese tamaño, lo que lo convierte en candidato a haber sido “el rival” de Tyrannosaurus rex durante el Jurásico superior. Torvosaurus fue descrito por Peter Galton y James Jensen en 1979 a partir de un esqueleto parcial encontrado en Colorado, Estados Unidos. Restos parecidos, pertenecientes a Torvosaurus o un pariente muy cercano han sido descritos también en Uruguay. E incluso en la Península ibérica: se han descrito fósiles de Torvosaurus en Portugal, y entre las faunas de finales del Jurásico cuyos restos se encuentran en yacimientos de la cordillera Ibérica (como en yacimientos de Teruel o Valencia) se atisba la presencia de un gigantesco megalosaurio que podía alcanzar o superar los 10 metros de largo.

Más allá de lo temibles que puedan parecernos estos dinosaurios, y de las pasiones que levanten por sus dientes y garras, la presencia de superdepredadores en los ecosistemas del Mesozoico tuvo su efecto. Envueltos en una carrera armamentística, depredadores y presas aumentaron el tamaño hasta los máximos que ha contemplado la vida sobre la Tierra firme. Las adaptaciones fisiológicas que permitieron este aumento de tamaño y sus límites son todo un tema de investigación en la actual paleobiología de dinosaurios. Y, por lo tanto y como suele decirse, eso ya es otro tema.

Referencias:

Stromer, E. 1931. Wirbeltiere-Reste der Baharijestufe (unterestes Canoman). Ein Skelett-Rest von Carcharodontosaurus nov. gen. Abhandlungen der Bayerischen Akademie der Wissenschaften, Mathematisch-naturwissenschaftliche Abteilung, 9(Neue Folge): 1–23.

Brusatte, S.L.; Sereno, P.C. 2007. A new species of Carcharodontosaurus (dinosauria: theropoda) from the Cenomanian of Niger and a revision of the genus. Journal of Vertebrate Paleontology, 27(4): 902-916.

Ibrahim, N. et al. 2014. Semiaquatic adaptations in a giant predatory dinosaur. Science. doi:10.1126/science.1258750

Coria, R. A.; Salgado, L. 1995. A new giant carnivorous dinosaur from the Cretaceous of Patagonia. Nature, 377 (6546): 224–226.

Galton, P.M.; Jensen, J.A. 1979. A new large theropod dinosaur from the Upper Jurassic of Colorado. Brigham Young University Geology Studies, 26(1):1-12.

Cobos, A. et al. 2014. Megatheropods as apex predators in the typically Jurassic ecosystems of the Villar del Arzobispo Formation (Iberian Range, Spain). Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 399: 31-41.

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