domingo, 27 de marzo de 2022

3 dinosaurios que habitaron España

Criaturas que caminaron hace millones de años por el suelo que hoy pisamos nosotros.

Pequeños y emplumados, feroces carnívoros que corrían sobre dos poderosas patas, y gigantes con cuellos tan largos que les tendríamos que colocar la comida en la azotea de nuestros edificios. Multitud de formas de vida de la era de los dinosaurios dejaron sus huellas en el territorio que ahora dominamos los humanos. Algunos de esos restos son raros de encontrar y otros destacan por su exquisita conservación. En este artículo os hablamos de tres dinosaurios que habitaron España.

España cuenta con interesantes yacimientos fosilíferos. Por supuesto, destaca Atapuerca, en Burgos, como uno de los mejores enclaves arqueológicos y paleontológicos para estudiar la evolución del ser humano. Pero no solo contamos con importantes restos de homínidos en nuestro territorio, sino que nos podemos remontar millones de años atrás para seguirle la pista a dinosaurios que caminaron por la Península Ibérica.

Claro que decir Península Ibérica o España es caer en un ignorante presentismo. Cuando los dinosaurios dominaban la tierra, durante el Mesozoico, los continentes no tenían la distribución que le reconocemos hoy día. Al inicio de la era de los dinosaurios, toda la masa terrestre se agolpaba unida, conocida como  Pangea. Hace unos 175 millones de años los continentes comenzaron a separarse hasta el día de hoy, en el que continúan sus movimientos. En aquella masa continental, lo que hoy es España ocupaba un lugar central, así que ni España, ni península que valga. Lo que está claro es que por esta porción de tierra pasaron dinosaurios y, para muestra, los fósiles que aparecen en los yacimientos (ahora sí) españoles. Y como tenemos un buen surtido donde escoger, en esta ocasión vamos a ver tres especies de dinosaurios de distintos tamaños, desde la más pequeña a un auténtico gigante del pasado. 

Tamarro insperatus

Los restos de esta especie fueron encontrados en el Pirineo catalán en unas intervenciones paleontológicas que tuvieron lugar en 2003. Su nombre significa “tamarro inesperado”, basado en una criatura del folclore pirenaico que resulta difícil de encontrar. Y es que, efectivamente, este fósil supuso la primera y única muestra de troodóntido jinfengopterygine en Europa. Vaya, que es un fósil bastante exclusivo. 

Fue un dinosaurio de poco tamaño y vivió hace unos 66 millones de años, no muy lejos en el tiempo de la extinción masiva que acabó con la mayoría de los dinosaurios. Nos lo podemos imaginar cubierto de plumas, con alas de tamaño medio en comparación con su cuerpo, ya que mediría entre 1,5 y 2 metros de largo, con una cola tan larga como su cuerpo que le ayudaría a dirigir el vuelo. Aunque los investigadores creen que más que volar, eran planeadores, como las actuales gallinas. Apenas superaba el metro de altura y los 20 kilos de peso. Entre su alimentación se incluyen pequeños animales o carroña, que podían desgarrar cómodamente por sus fuertes mandíbulas y las garras de sus dos potentes patas.

Concavenator corcovatus

“El cazador jorobado de Cuenca” es la única especie que conocemos de los extinguidos Concavenator, que vivieron hace unos 130 o 125 millones de años, a inicios del período Cretácico. Popularmente llamado “Pepito”, sus restos, excelentemente conservados, se hallaron en la actual meseta semiárida de Las Hoyas, un yacimiento de Cuenca que por entonces sería un humedal subtropical. Junto con el lugar donde se encontró, su nombre se explica por la característica joroba que subía desde la parte baja de la espalda de este dinosaurio hasta la cadera (lo que sería nuestra zona lumbar). Podía medir entre unos cuatro a seis metros de largo y era un terópodo, es decir, pertenecía al grupo de los famosos dinosaurios carnívoros que caminaban sobre dos patas, como el Tyrannosaurus rex y el  Velociraptor. Es un espécimen que ha generado un interesante estudio acerca del origen de las plumas en los terópodos. “Pepito” pudo haber lucido un plumaje primitivo, lo cual retrocedería en el tiempo las actuales cronologías que indicaban el inicio de los terópodos emplumados.

Europatitan eastwoodi

Ilustración de Davide Bonadonna.
Nominado a uno de los nombres más molones de dinosaurios, “es uno de los saurópodos titanosauriformes más completos del Cretácico Inferior de Europa”, según podemos leer en la investigación encabezada por Fidel Torcida Fernández-Baldor, geólogo y director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, en Burgos. Su nombre es un homenaje al actor y director estadounidense Clint Eastwood, cuya famosa película, “El bueno, el feo y el malo” fue filmada cerca de donde se encontró el fósil. Sus restos se encontraron entre 2003 y 2006, pero no fue descrito hasta 2017. Vivió hace 125 millones de años y estamos ante un gigante que pesaría 35 toneladas y pudo alcanzar los 27 metros de longitud, y, con su larguísimo cuello, contaría con una altura que elevaría su cabeza a los 16 metros. Estamos ante uno de los dinosaurios más altos descubierto en Europa.

Referencias:

Ortega, F. et al. 2010. A bizarre, humped Carcharodontosauria (Theropoda) from the Lower Cretaceous of Spain. Nature 467, 203-206. DOI: 10.1038/nature09181.

Sellés, A. G. et al. 2021. A fast-growing basal troodontid (Dinosauria: Theropoda) from the latest Cretaceous of Europe. Scientific Reports 11, 4855. DOI: 10.1038/s41598-021-83745-5.

Torcida Fernández-Baldor, F. et al. 2017. Europatitan eastwoodi, a new sauropod from the lower Cretaceous of Iberia in the initial radiation of somphospondylans in Laurasia. PeerJ 5:e3409. DOI: 10.7717/peerj.3409.

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