domingo, 30 de abril de 2023

Fracturas de los dinosaurios saurópodos por su posición vertical

En las últimas décadas, el acceso a distintas tecnologías médicas, como las tomografías, están posibilitando a los paleontólogos realizar nuevas investigaciones sobre la paleobiología de los dinosaurios con las que poder responder a numerosos interrogantes relacionados con sus hábitos.

Fracturas de los dinosaurios saurópodos por su posición vertical. En efecto, el estudio de las paleopatologías de organismos fósiles permiten conocer la fisiología y también diferentes aspectos de la vida de especies de otros tiempos. En el caso de estos gigantes desaparecidos, a través de estas nuevas exploraciones, se pueden intuir algunas de las interacciones sociales entre individuos de la misma especie en la naturaleza, entre diferentes especies e incluso con el medio en el que vivían.

El investigador Leonardo Filippi. / L. Filippi
Recientemente, los investigadores Penélope Cruzado-Caballero (Universidad de La Laguna, España) y Leonardo Filippi (Museo Municipal Argentino Urquiza, Neuquén, Argentina), entre otros expertos, llevaron adelante el estudio de dos vértebras caudales aisladas (vértebras de la cola). Las mismas pertenecían a dinosaurios saurópodos titanosaurios. Algunos de cuyos ejemplares podrían haber alcanzado los 10 metros de largo y las 12 toneladas de peso.

La Invernada y Loma de los Jotes

Estas vértebras habían sido encontradas en las localidades de La Invernada y de Loma de los Jotes, cerca de la ciudad de Rincón de los Sauces (Neuquén, Argentina). En estos huesos, lo que llamó la atención de los investigadores fue que presentaban ciertas deformaciones y engrosamientos. Que no eran propios de la anatomía habitual de estas vértebras. Esto les hizo pensar en la posible presencia de algún tipo de patología que habrían sufrido los dinosaurios a los que pertenecían los restos fósiles.

Para estudiar esas estructuras extrañas que presentaban las vértebras se les realizó una tomografía computarizada en la Clínica y Maternidad Eva Perón de Rincón de los Sauces (Neuquén, Argentina).

Micro-racturas por estrés

Tras un análisis de la superficie de los fósiles y de las imágenes obtenidas con la tomografía, los paleontólogos descubrieron que una de las vértebras presentaba una patología que era difícil de apreciar a simple vista. Esta se localizaba entre dos huesos. La parte ventral del cuerpo de la vértebra y un hueso llamado chevrón que articula con esta. Entre ambos, se observaba una masa amorfa de hueso que los cubría. La cual fue interpretada como una espondiloartropatía (un tipo de artritis inflamatoria), que pudo haberse producido por diferentes causas.

Este tipo de artropatía (enfermedad de la articulación) no habría causado dolor ni reducción de la movilidad de la cola. Al contrario de lo que debió ocurrir con la segunda vértebra que se estudió. En este caso, se trataba de una vértebra de la parte media de la cola de otro dinosaurio, la cual presentaba, en uno de sus laterales, un crecimiento de hueso que se diferenciaba claramente del resto de la vértebra.

Además, asociado a este crecimiento de hueso se observaba un orificio que ingresaba dentro del hueso. Y que tiene la típica forma de lo que se conoce como cloaca. Este orificio es una estructura que se produce cuando hay una infección en el hueso que genera pus, que necesita ser expulsado del mismo. Este tipo de infecciones que afectan a los huesos son conocidas como osteomielitis.

Posturas poco recomendadas

Debido a su localización y al desarrollo que presentaba la infección, se llegó a la conclusión de que podría haber causado cierta incomodidad y dolor al dinosaurio. E incluso habría podido llegar a restringir un cierto grado de la movilidad de la parte posterior de la cola.

Junto con el trabajo de ‘paleoveterinarios’ que realizaron los paleontólogos, se efectuó también un exhaustivo análisis de todo lo que se ha publicado a nivel mundial sobre las patologías registradas en las colas de los dinosaurios saurópodos. Con el objetivo de ver si había alguna enfermedad que incidiese más que otra en este grupo de animales.

Como resultado, se vio que la mayoría de los trabajos sobre saurópodos al respecto se había realizado en el grupo de los titanosaurios (69 % del total). Y que, en cuanto a la diversidad de patologías que afectaban a los saurópodos, destacaban la conocida como DISH (hiperostosis esquelética difusa idiopática con 36 % de los casos). O la ya nombrada espondiloartropatía (16 % de los casos).

¿Fracturas por cópula?

Como curiosidad, cabe señalar que los científicos especulan con que estas patologías podrían estar relacionadas con el momento de la cópula. Ya que podrían ser la consecuencia de la reacción del hueso ante micro-fracturas por estrés. Que podrían ser el resultado de una postura vertical del animal. Puesto que habría apoyado todo su peso en el suelo, entre las patas traseras y la cola.

Finalmente, el equipo concluye que el estudio de los dinosaurios a través de sus huesos nos permite conocer, entre otras cosas, cómo eran, el tamaño que tenían, cuáles eran las relaciones de parentesco entre los diferentes grupos y, ahora, también, esas patologías que los acercan al presente. Fracturas de los dinosaurios saurópodos por su posición vertical.

ecoticias.com

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