El pueblo hunde sus raíces en la historia más remota pero siempre a la sombra de la emblemática Peña Carazo, imán de excursionistas y montañeros / La fama le llega en el siglo XX con el cine
Vista panorámica de Carazo a los pies de la peña. A enfrente el collado de xx, a la izquierda Soncarazo y a la derecha, San Carlos. CHARI RUIZ |
Desde las alturas de su gigantesco muro de piedra, de perfil inconfundible y verdadero pórtico de entrada a la comarca serrana, la peña va contemplado el paso del tiempo desde los tiempos remotos en los que los dinosaurios dejaron sus huellas en La Pedraja de Mambrillas de Lara, los restos de industria lítica achelense en La Revilleja de Valparaíso de Hortigüela a los orígenes de Castilla en San Pedro de Arlanza, por no seguir llevando de tachuelas históricas la línea del tiempo que ha dejado innumerables marcas en este rincón de Burgos.
Uno de los rincones de la localidad. ROWANWINDWHISTLER |
Con todo, Carazo sigue siendo referente para los excursionistas y montañeros a los que la atracción por la gran peña lleva hasta el pueblo donde el monumento más relevante es la iglesia de Santa Eugenia y su retablo policromado del siglo XVI.
En la Edad Media era una de las pocas villas que no dependía de Salas de los Infantes y hay referencias históricas de Carazo aparece en el poema de Fernán González en el siglo XIII, pero su pasado se remonta mucho más atrás ya que se conocen vestigios de ocupación en época romana al hallarse en medio de una vía que unía Clunia con Tritium Magallum.
Entrada por carretera a Carazo. ECB |
En las fiestas patronales, en agosto, se realiza la procesión de su Virgen del Sol a su ermita situada en la falda del Soncarazo y donde se baila (espaldas al camino) por parte de la juventud al son de dulzaineros y tamboriles del folklore popular.
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