miércoles, 26 de septiembre de 2018

Un fósil del Cretácico ilustra la evolución del vuelo en las aves


CHUNG-TAT CHEUNG
Fósiles de ave de hace 127 millones de años recién identificados en el noreste de China proporcionan nueva información sobre el desarrollo aviar durante la evolución temprana del vuelo.   

Los doctores Wang Min, Thomas Stidham y Zhou Zhonghe, del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados (IVPP) de la Academia de Ciencias de China informan sobre los resultados de su estudio del esqueleto completo y las plumas bien conservadas de esta ave temprana en 'Proceedings of the National Academy of Sciences’.

El análisis de este fósil del Cretácico inicial muestra que se trata de un punto fundamental en la evolución del vuelo, después de que las aves perdieron su larga cola ósea, pero antes de que desarrollaran un abanico de plumas de vuelo en su cola acortada, informa la Academia de Ciencias de China.

Los científicos llamaron a esta especie extinta 'Jinguofortis perplexus'. El nombre del género 'Jinguofortis' honra a las mujeres científicas de todo el mundo, ya que deriva de la palabra china 'jinguo', que significa mujer guerrera, y la palabra latina "fortis" que significa valiente.

'Jinguofortis perplexus' tiene una combinación única de rasgos, que incluye una mandíbula con dientes pequeños, como sus parientes de dinosaurios terópodos; una cola ósea corta que termina en un hueso compuesto llamado pigostilo; una molleja que muestra que principalmente comía plantas; y un tercer dedo con solo dos huesos, a diferencia de otras aves tempranas.

UN VUELO TEMPRANO DIFERENTE AL DE LAS AVES DE HOY   

La articulación del hombro del fósil también da pistas sobre su capacidad de vuelo. En las aves voladoras, el hombro, que experimenta un alto estrés durante el vuelo, es una unión apretada entre huesos no fusionados. Por el contrario, 'Jinguofortis perplexus' conserva una cintura escapular donde los huesos principales del hombro, el omóplato (escápula) y el coracoides se fusionan entre sí, formando un escapulocoracoide.

La existencia de una cintura escapular fusionada en este fósil de cola corta sugiere una variedad evolutiva durante esta etapa de la evolución, lo que probablemente resultó en diferentes estilos de vuelo. Basado en su esqueleto y plumas, 'Jinguofortis perplexus' probablemente voló un poco diferente que las aves actuales.

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