jueves, 10 de febrero de 2022

Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia: Gloria Cuenca y Nathalie Bardet

Os dejamos algunos comentarios que nos han enviado nuestras colegas por el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia que se celebra mañana 11 de febrero


Gloria Cuenca Bescós

Gloria viendo la geología en Castiello de Jaca. / 
Foto: Gloria Cuenca.
Soy mujer, soy madre, fui una niña, fui una adolescente, ahora soy adulta y soy científica, educadora y trabajo para mi universidad, la Universidad de Zaragoza. Con ella, con la UNIZAR trabajo también para la sociedad, la ciencia y los niños y niñas que serán adultos en el futuro.

La ciencia de las pequeñas cosas, los detalles de los seres vivos, plantas y animales me fascinaron desde pequeña. Iba mirando por el monte todo aquello que se movía y mientras más pequeño fuera mejor. Aprendí lo bello que eran las colonias de hormigas avanzando como ejércitos hacia un alimento que llevar al hormiguero. Las aves, que pronto empecé a conocer por su nombre y costumbres. Me gustan los seres vivos, todos. Cuando quise dedicarme a la zoología vi que en la UNIZAR se ofertaba geología, la ciencia que estudia la historia de la tierra, y en ella, la historia de la vida. Buscar pues en las rocas, los vestigios de la vida en el pasado, se convirtió en la actividad más importante de mi vida como estudiante y luego como investigadora. Esto me llevó a convertirme en la científica que soy ahora, una paleontóloga que descifra el paisaje y las edades de las rocas a partir del análisis de los fósiles de microvertebrados terrestres. Que ¿qué es un fósil de microvertebrado?  Es el resto fosilizado de un mamífero, ave, reptil, anfibio, que por su pequeñísimo tamaño hay que excavar y estudiar con técnicas micropaleontológicas. Estas son lavado, tamizado, microscopios de luz transmitida, estereomicroscopios o microscopios estéreos o binoculares de luz reflejada, de barrido... y la mayor innovación de los últimos 10 años en paleontología de vertebrados diminutos, el microescáner. Estos restos fosilizados son generalmente huesos.

Desde que me licencié como geóloga he estado prospectando, excavando y descubriendo diminutas especies de pequeños mamíferos en las Cuencas Geológicas del Ebro, Teruel, Duero y en las cuevas de Atapuerca, Pirineos, sur de Francia...Ardillas, ratones nórdicos extintos, marmotas, castores, topillos, hámsteres son todas grupos de especies de pequeños mamíferos cuyos fósiles sirven sobre todo para datar por el método bioestratigráfico y conocer el clima y el paisaje del pasado por diversos métodos ecológicos, geográficos y climáticos.

La paleontología me ha permitido descubrir que nuestro planeta aloja una biodiversidad fantástica, resultado de la evolución de las especies, adaptándose a las condiciones de su momento y que no podemos perder. Algunas especies, abundantes hace unos pocos cientos de años, preciosos endemismos ibéricos como el iberón (muy pequeñito para medirse con el lince ibérico pero de la misma importancia ecológica), el musgaño acuático, el topo y algunos topillos, están desapareciendo a un ritmo difícil de detener.

Mi sueño, que la paleontología, que mi trabajo, ponga su granito de arena, para frenar el desastre ecológico que la mala gestión política, la ambición desmedida y sobre todo, el desconocimiento, están provocando. Me encanta pensar que algo he conseguido demostrando que el castor es una especie antigua de nuestra península ibérica, lleva más de un millón de años con nosotros y se conoce hasta la edad media. Que la codicia de los cazadores de pieles casi extinguiera a esta bella especie de roedor acuático no significa que no debamos considerarla como una especie nuestra, que ayuda que ríos y arroyos se regulen, manteniendo sus orillas limpias, evitando inundaciones y ampliando llanuras fértiles en las vegas de los ríos. 

Dra. Gloria Cuenca Bescós

Catedrática de la Universidad de Zaragoza


Nathalie Bardet

N. Bardet excavando un esqueleto de mosasauiro en los
fosfatos de Marruecos. / Foto: Nathalie Bardet.
De pequeña, con 7-8 años, quería ser paleontóloga. La afición me venía de la curiosidad generada por los fósiles encontrados en los terrenos de mi casa en Provenza. También por la imaginación que despertaban en mí las imágenes de tiempos remotos vistas en la enciclopedia familiar (en mi época, era la única fuente disponible). Pero soñar no es suficiente para que una afición se convierta en realidad. Para sacar adelante una carrera científica hay que trabajar mucho y ser muy exigente. Seguir la ruta fijada con tesón para subir escalones. Ser paciente, fuerte y adaptable para aguantar frustraciones y precariedades. También hay que tener un poco de suerte… Como mujer, he sido afortunada de nacer en un país y en un ambiente familiar que me han permitido (y animado) a desarrollar esta extraña pasión. Hoy en día la Paleontología ha dejado de ser “una cosa de hombres” y las chicas tienen casi las mismas oportunidades que los chicos. El problema actual no es de género sino la falta de trabajo… Pero el resultado vale la pena: viajar tanto en el espacio como en el tiempo (como lo permite la Paleontología) a la búsqueda de mundos desconocidos es un placer absoluto e inestimable. 

¡Muchos ánimos a todas para seguir vuestra ruta científica y realizar vuestro sueño! A pesar de los obstáculos, hay que recordar siempre que la llave suprema está en cada una de nosotras: ¡cree en ti misma!  

Dr. Nathalie BARDET

Directora de Investigación del CNRS, Muséum National d’Histoire Naturelle, Paris (France).


¡Muchas gracias a las dos!

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