domingo, 30 de julio de 2023

Paleontólogos hallan un fósil que podría cambiar todo lo que se sabe de los dinosaurios en América

Un sorprendente hallazgo muestra el pasado de estos ancestrales gigantes en el norte de América.

Ilustración del terópodo Acrocanthosaurus.

Vivimos en un mundo que fue dominado hace decenas de millones de años por unos extraordinarios seres, que han dejado su legado en multitud de especies en el planeta. La Tierra fue habitada por dinosaurios carnívoros y dinosaurios herbívoros y aún hoy en día continuamos encontrando sus rastros en diferentes países. En esta ocasión, Estados Unidos ha tenido el privilegio de constatar un impresionante descubrimiento paleontológico.

Un lecho de huesos en Maryland da las claves del pasado de los dinosaurios en América

El departamento de Parques y Recreación de Estados Unidos ha publicado un artículo en el que se presenta el hallazgo del fósil de terópodo más grande jamás hallado en el este del país, concretamente en un área denominada Dinosaur Park, en la que los visitantes pueden acompañar a paleontólogos en su búsqueda de fósiles. El hallazgo ha permitido que esta zona sea considerada como un lecho de huesos, que es la denominación que reciben las áreas pobladas de restos de fósiles.

Fue JP Hodnett quien realizó el descubrimiento principal y quien, además, clasificó el primer hueso como una espinilla de 90 centímetros de longitud, perteneciente a un ejemplar de la familia de los terópodos, con una hipótesis inicial de que podía tratarse de un Acrocanthosaurus, con más de 10 metros de longitud. La teoría también viene dada porque en el pasado se habían hallado dientes de esta misma especie. Según las declaraciones de Matthew Carrano, paleontólogo del Smithsonian:

Los fósiles de dinosaurios son excepcionalmente raros en el este de los Estados Unidos, y entre estos, solo Maryland ha producido dinosaurios del Período Cretácico Inferior. Por lo general, solo se encuentran uno o dos huesos a la vez, por lo que este nuevo descubrimiento de un lecho de huesos de fósiles es extremadamente importante. Sin duda, es la colección más importante de huesos de dinosaurio descubierta a lo largo de la costa este en los últimos cien años.

Desde el año 2018, decenas de especies han sido descubiertas en el Dinosaur Park, entre las que se pueden encontrar al propio Acrocanthosaurus, almejas grandes de agua dulce, saurópodos o celurosaurios, una especie carnívora del tamaño de un pollo.

Y es que este nuevo descubrimiento ha vuelto a exponer un lugar repleto de recuerdos fosilizados de hace millones de años y hacer que los paleontólogos tengan que volver a plantearse el tipo de vida que existía en esta región de Estados Unidos en la era en la que los dinosaurios dominaban la Tierra.

mundodeportivo.com

domingo, 23 de julio de 2023

La Universidad de Burgos estrecha su relación con los yacimientos de dinosaurios de Torrelara

A partir de las próximas semanas se elaborarán las propuestas de convenio entre la UBU y el Ayuntamiento de Salas, con el Museo de Dinosaurios como eje de las diferentes acciones

El vicerrector de Investigación de la UBU, José Miguel García Pérez, visitó
el yacimiento de restos fósiles de dinosaurios de Torrelara. CAS.
La Universidad de Burgos y el Ayuntamiento de Salas, con el Museo de Dinosaurios como eje, firmarán un convenio de colaboración, para impulsar acciones conjuntas. De momento no hay fecha, pero es la voluntad de ambas instituciones, según expresaron desde el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas en un comunicado que recoge Ical, tras la visita del vicerrector de Investigación, Transferencia e Innovación de la UBU, José Miguel García Pérez, a los yacimientos de dinosaurios.

En esta ubicación de Valdepalazuelos- Tenadas del Carrascal, en terrenos del pueblo de Torrelara se desarrolla la XX Campaña de excavaciones paleontológicas en yacimientos de restos de dinosaurios de la Sierra de la Demanda en Burgos.

El vicerrector expresó el interés de la UBU por apoyar el proyecto paleontológico relacionado con el mundo de los dinosaurios y profundizó en las posibilidades y distintas vías de colaboración de la Universidad de Burgos con el trabajo que se realiza con el patrimonio de dinosaurios de Burgos de Salas.

El equipo de la UBU ha conocido esta semana el trabajo de recuperación de fósiles que desarrolla la veintena de excavadores de la campaña de la mano de su director, Fidel Torcida Fernández-Baldor, y ha podido valorar in situ la extraordinaria riqueza y variedad de fósiles de distintas especies de dinosaurios presentes en Torrelara.

Este yacimiento cuenta ya con un millar de registros identificados y constituye uno de los yacimientos paleontológicos de dinosaurios de la península Ibérica más importante del período final del Jurásico, hace 145 millones de años.

elcorreodeburgos.com

sábado, 22 de julio de 2023

La UBU y el Ayuntamiento de Salas impulsarán el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes

El equipo de la UBU ha conocido esta semana el trabajo de recuperación de fósiles que desarrolla la veintena de excavadores de la campaña de este año en Valdepalazuelos

Los yacimientos de dinosaurios de Valdepalazuelos, Torrelara.  C.A.S.
La Universidad de Burgos y el Ayuntamiento de Salas, con el Museo de Dinosaurios como eje, firmarán un convenio de colaboración, para impulsar acciones conjuntas. De momento no hay fecha, pero es la voluntad de ambas instituciones, según expresaron desde el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas en un comunicado.

Todo ello tras la visita del vicerrector de Investigación, Transferencia e Innovación de la UBU, José Miguel García Pérez, a los yacimientos de dinosaurios de Valdepalazuelos- Tenadas del Carrascal (Torrelara), donde se desarrolla la XX Campaña de excavaciones paleontológicas en yacimientos de restos de dinosaurios de la Sierra de la Demanda en Burgos.

El vicerrector expresó el interés de la UBU por apoyar el proyecto paleontológico relacionado con el mundo de los dinosaurios y profundizó en las posibilidades y distintas vías de colaboración de la Universidad de Burgos con el trabajo que se realiza con el patrimonio de dinosaurios de Burgos de Salas.

El equipo de la UBU ha conocido esta semana el trabajo de recuperación de fósiles que desarrolla la veintena de excavadores de la campaña de la mano de su director, Fidel Torcida Fernández-Baldor, y ha podido valorar in situ la extraordinaria riqueza y variedad de fósiles de distintas especies de dinosaurios presentes en Torrelara.

Este yacimiento cuenta ya con un millar de registros identificados y constituye uno de los yacimientos paleontológicos de dinosaurios de la península Ibérica más importante del período final del Jurásico, hace 145 millones de años.

burgosconecta.es

El yacimiento paleontológico de dinosaurios de Torrelara (Burgos) finaliza su última campaña de excavaciones

Noticias de La 1 de RTVE

Los próximos trabajos en el yacimiento se centrarán en estudiar los restos paleontológicos encontrados en esta sexta campaña en el yacimiento de Valdepalazuelos-Tenadas del Carrascal (Torrelara).


rtve.es

Descubren en Teruel el mayor dinosaurio ornitópodo del Jurásico de Europa

El nuevo ejemplar ha sido bautizado como ‘Oblitosaurus bunnueli’ en honor al célebre director de cine Luis Buñuel. Los fósiles proceden de las excavaciones paleontológicas llevadas a cabo por la Fundación Dinópolis en el yacimiento Barrihonda-El Húmero en el municipio turolense de Riodeva.

Ilustración de ‘Oblitosaurus bunnueli’ y sus fósiles realizada por Daniel Ayala.
/ Fundación Dinópolis
Investigadores de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis han descrito un nuevo género y una nueva especie de dinosaurio ornitópodo al que han denominado Oblitosaurus bunnueli “El lagarto olvidado de Buñuel” en honor al prestigioso director de cine de Calanda (Teruel) Luis Buñuel (1900–1983). Los resultados se han publicado en la revista Zoological Journal of the Linnean Society.

O. bunnueli es el ornitópodo de mayor tamaño del Jurásico de Europa, ya que su longitud podría alcanzar los 7 metros, y habitó los ecosistemas costeros del este peninsular durante el Jurásico Superior (hace aproximadamente 150-145 millones de años).

‘O. bunnueli’ es el ornitópodo de mayor tamaño del Jurásico de Europa y su longitud podría alcanzar los 7 metros

Los dinosaurios ornitópodos se caracterizaban por alimentarse de plantas, caminar de forma bípeda y/o cuadrúpeda, tener un pico córneo, un cuello corto, exhibir un pulgar de la mano convertido en un pequeño espolón cónico, y carecer de “armadura”. El tamaño de O. bunnueli es excepcionalmente grande para un ornitópodo de este periodo de tiempo geológico. De hecho, se asemeja en sus dimensiones a otros ornitópodos “más modernos” del Cretácico Inferior (hace aproximadamente 125 millones de años).

Diseño, a modo de cartel anunciador de película, que representa al nuevo
dinosaurio ornitópodo ‘Oblitosaurus bunnueli’ y al director de cine
turolense Luis Buñuel. / Fundación Dinópolis
Sergio Sánchez Fenollosa, primer autor del estudio, señala que “las características únicas presentes en los huesos fósiles estudiados, diferentes a las de otros dinosaurios similares, ha permitido definir este nuevo género y esta nueva especie de dinosaurio ornitópodo. Estas particularidades, junto a otras incluido su tamaño, son las que hacen de O. bunnueli un dinosaurio muy importante para entender y reconstruir la historia evolutiva de este linaje, todo ello en un contexto en que los fósiles de este tipo de dinosaurios son especialmente escasos en el Jurásico europeo.

“Nuestro estudio ha revelado la identidad de un posible productor de las grandes huellas ornitópodas halladas en el Jurásico Superior de toda la península ibérica”, añade.

Según Francisco Javier Verdú, coautor de la publicación, el ejemplar “ayuda a conocer mejor cómo era la diversidad de este grupo de dinosaurios durante el Jurásico. Además, el análisis de las relaciones evolutivas de O. bunnueli con otros ornitópodos permite redefinir qué son los anquilopolexios y disponer de más evidencias para resolver la relación existente entre las especies del género Camptosaurus, cuyos fósiles se han descubierto en Norteamérica y Europa”.

Yacimiento turolense del Jurásico superior

Los fósiles del espécimen (fémur, tibia, fíbula, calcáneo, astrágalo, metatarso, falanges del pie y de la mano, y un diente) proceden de las excavaciones paleontológicas llevadas a cabo por la Fundación Dinópolis en el yacimiento Barrihonda-El Humero, ubicado en sedimentos del Jurásico Superior del término municipal de Riodeva (Teruel). De este mismo yacimiento proceden los fósiles del mayor dinosaurio saurópodo definido en Europa hasta el momento, Turiasaurus riodevensis, y fósiles del estegosaurio Dacentrurus armatus, entre otros vertebrados e invertebrados.

Debido a las grandes dimensiones de los fósiles de saurópodos y estegosaurios procedentes de este mismo yacimiento, los asignados a ornitópodos habían pasado algo desapercibidos

Alberto Cobos, director de la Fundación Dinópolis

Alberto Cobos, director gerente de la Fundación Dinópolis y coautor del trabajo, afirma que “se puede decir que, debido a las grandes dimensiones de los fósiles de saurópodos y estegosaurios procedentes de este mismo yacimiento, los asignados a ornitópodos habían pasado algo desapercibidos. Por eso hemos denominado al género del nuevo dinosaurio, Oblitosaurus `lagarto olvidado´ y, a través de una de sus películas más conocidas, Los Olvidados, lo hemos relacionado con uno de los directores más célebres de la historia del cine, el turolense Luis Buñuel; de ahí la denominación de la nueva especie O. bunnueli”.

Para Cobos, “este marco otorga a una investigación estrictamente paleontológica, un valor adicional que fomenta la difusión del patrimonio cinematográfico de España y de México. Sin duda, esta publicación es la mejor manera de conmemorar los 25 años de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis y de rendir homenaje a Luis Buñuel en el marco del 40 aniversario de su fallecimiento”.

Referencia:

Sergio Sánchez Fenollosa et al. “The largest ornithopod(Dinosauria: Ornithischia) from the Upper Jurassic of Europe sheds light on the evolutionary history of basal ankylopollexians”. Zoological Journal of the Linnean Society (2023).

Fuente: Fundación Dinópolis

Derechos: Creative Commons.

agenciasinc.es

jueves, 20 de julio de 2023

No sólo fueron los mayores animales que jamás caminaron sobre la Tierra. Repitieron la jugada muchas veces

Los animales más grandes que han existido en la Tierra nunca salieron del mar. Y no es para menos, un gran tamaño no es fácil de gestionar una vez fuera del agua. Sin embargo los saurópodos lograron crecer hasta límites que no se han vuelto a conocer en nuestro planeta. Lo más curioso es que lo hicieron muchas veces.

Imagen: Gerhard Boeggemann, CC BY-SA 2.5

Una historia repetida. Un nuevo estudio realizado por un investigador de la Universidad Adelphi de Nueva York ha descubierto una extraña tendencia en la evolución de los saurópodos (Sauropoda), un tipo de dinosaurio que engloba especies como el diplodocus o el brachiosaurus.

Estos animales no sólo evolucionaron para ser los más grandes animales terrestres de la historia, también evolucionaron este gigantismo en múltiples ocasiones. El descubrimiento contradice una hipótesis evolutiva postulada en el siglo XIX, la regla de Cope.

“Previamente se creía que los saurópodos evolucionaron sus tamaños excepcionales independientemente unas pocas veces en su historia evolutiva, pero a través de un nuevo análisis sabemos ahora que este número es mucho mayor, con alrededor de tres docenas de instancias a lo largo de 100 millones de años en todo el mundo” explicaba Michael D’Emic, firmante del estudio, en declaraciones recogidas por el medio SciTechDaily.

Una regla obsoleta. El trabajo de D’Emic contradice la llamada regla de Cope, una regla que trata de predecir cómo el tamaño de las distintas especies animales crece progresivamente con el tiempo. La tendencia evolutiva sin embargo parece más irregular, con múltiples instancias en las que nuevas especies van adquiriendo un mayor tamaño, a veces rápido, otras no tanto.

Esto podría ser efecto de cambios en la ecología, bien a través del tiempo o bien a través de migraciones. Es decir, los animales van creciendo una vez encuentran un nicho ecológico que se lo permite.

De los huesos al árbol genealógico. El investigador analizó los restos fósiles de numerosas especies de esta familia de dinosaurios centrándose en aquellos que tuvieran entre sus funciones la de soportar peso. Con ello pudo estimar el tamaño que podían alcanzar especies cuyo registro fósil es aún limitado.

Con ello construyó una genealogía de las 200 especies conocidas de esta familia, ordenándolas no sólo en el tiempo sino también en tamaño. Los detalles de este estudio fueron publicados recientemente en la revista Current Biology.

Diversidad metabólica. El investigador también observó que las distintas especies de dinosaurio analizadas en este y otros estudios mostraban que estos animales crecían también de manera diversa a lo largo de sus vidas. “No hay una sola forma de que un dinosaurio crezca”, señalaba el investigador en una nota de prensa relacionada con otro estudio.

En este segundo estudio el equipo responsable analizó los huesos de varios dinosaurios como si fueran troncos de un árbol, en busca de anillos que permitieran comprobar el ritmo de crecimiento de éstos. Lo que observaron fue una gran diversidad en lo que al ritmo de crecimiento se refiere.

Evolucionar hacia un crecimiento rápido puede tener ventajas: dejar de ser una presa para muchos animales; pero también tiene la desventaja de requerir mucha energía. Cada especie habría ido adaptando su ritmo de crecimiento en función de su entorno específico. En contextos de escasez crecer poco a poco habría sido la mejor opción mientras que con alimentos disponibles el crecimiento rápido habría sido preferible.

Comprender los detalles. El estudio expande nuestro conocimiento sobre la evolución de este grupo de dinosaurios, pero habrá quien se pregunte aún cómo es posible que estos animales alcanzaran estos tamaños.

Hace unos años un equipo ibérico de investigadores utilizó restos fósiles depositados en el Museo Paleontológico de Elche para responder a esta pregunta. Lo que observaron creando una reconstrucción digital del animal fue que los huesos en la cadera de estos animales podrían haber jugado un importante papel a la hora de permitir a estos animales alcanzar semejantes tamaños.

Los saurópodos son algunos de los dinosaurios más conocidos, sin embargo aún es mucho lo que no sabemos de ellos. Con cerca de 200 especies documentadas, este grupo de animales vivió y evolucionó a lo largo de más de 100 millones de años, tiempo de sobra para superar el récord de convertirse en el mayor animal en la superficie de la Tierra. Numerosas veces.

xataka.com

Un fósil inmortaliza el ataque de un mamífero a un dinosaurio hace 125 millones de años

'Repenomamus robustus' ataca a 'Psittacosaurus lujiatunensis' momentos antes
de que un flujo de escombros volcánicos los sepulte a ambos, hace unos
125 millones de años. Copyright 2023 Michael W. Skrepnick /
Museo Canadiense de la Naturaleza
Investigadores canadienses y chinos han descubierto los restos fosilizados de una especie de dinosaurio herbívoro en el momento de ser atacado por un mamífero carnívoro de menor tamaño

Un mamífero extinto parecido a un tejón que vivió durante el Cretácico, fue depredador de dinosaurios herbívoros de tamaño considerablemente más grande. Así lo indica un estudio de científicos canadienses y chinos, publicado en la revista Scientific Reports.

El equipo ha descrito el hallazgo de un inusual fósil que muestra el dramático momento en el que un mamífero carnívoro ataca a un dinosaurio herbívoro de mayor tamaño. Los restos, que datan de hace unos 125 millones de años, se conservan ahora en las colecciones del Museo escolar Weihai Ziguang Shi Yan, en la provincia china de Shandong.

El fósil revela el momento en el que un mamífero intenta dar caza a un dinosaurio de mayor tamaño cuando son sepultados por lodo volcánico

“Encontramos los restos enredados de un dinosaurio y un mamífero de menor tamaño en los yacimientos de Lujiatun, en la provincia china de Liaoning”, comenta a SINC Jordan Mallon, paleobiólogo en el Museo Canadiense de la Naturaleza y coautor del estudio. “Este fósil revela un intento de depredación por parte del mamífero, que fue frustrado rápidamente por un desprendimiento de lodo volcánico hace 125 millones de años”, subraya.

Los esqueletos de 'Psittacosaurus' (dinosaurio) y 'Repenomamus' (mamífero)
dejan entrever los detalles de su interacción. Gang Han
El descubrimiento de estos restos pone en entredicho la creencia de que los dinosaurios apenas se viesen amenazados por sus contemporáneos mamíferos durante el Cretácico, periodo en el que los primeros eran los animales dominantes.

Según el científico, en términos generales, “las interacciones dinosaurio-mamífero durante la Era Mesozoica no eran simplemente unidireccionales, es decir, los dinosaurios más grandes no se comían simplemente a los mamíferos más pequeños”.

Reconstrucción que muestra a 'Psittacosaurus' (dinosaurio) siendo atacado por
'Repenomamus' (mamífero), hace 125 millones de años Michael.
 W. Skrepnick / Museo Canadiense de la Naturaleza)
Los restos del dinosaurio pertenecen a una especie de Psittacosaurus, del tamaño aproximado de un perro grande. Estos herbívoros se cuentan entre los primeros dinosaurios con cuernos que se conocen, y asimismo, se estima que vivieron en Asia durante el Cretácico Superior, hace entre 125 y 105 millones de años.

El mamífero de la pareja de fósiles se corresponde con un animal que se parece a un tejón, denominado Repenomamus robustus. Aunque en comparación con los dinosaurios no es tan grande, se trata de uno de los mamíferos de mayor tamaño del Cretácico, una época en la que estos animales aún no dominaban la Tierra.

Esqueletos enredados de Psittacosaurus (dinosaurio) y Repenomamus (mamífero).
La barra de escala equivale a 10 cm. Gang Han
Tal como se aprecia en el nuevo fósil, “a veces, los pequeños mamíferos como Repenomamus (con un peso de 3-4 kg) podían suponer una amenaza para los dinosaurios casi adultos: nuestro ejemplar de Psittacosaurus solo pesaba unos 10 kg”, según el científico. 

Antes de este descubrimiento, los paleontólogos sabían que esta Repenomamus devoraba dinosaurios, “La coexistencia de estos dos animales no es una novedad, pero lo que es nuevo para la ciencia es el comportamiento depredador de este mamífero, como vemos gracias a este asombroso fósil”, señala el coautor del estudio. 

“Lo que más nos sorprendió fue el hecho de que el mamífero, —más pequeño que su contrincante—, tuviera la osadía de atacar a un dinosaurio tres veces más grande, según la masa corporal estimada”, explica. No obstante, “hoy en día los mamíferos que cazan en manada pueden cooperar para abatir animales mucho mayores que ellos, aunque no tenemos pruebas para evidenciar que Repenomamus fuera un cazador en manada”, apunta el investigador. Además, “a veces, incluso los cazadores solitarios pueden derribar grandes presas, como es el caso de los lobos que cazan renos”, agrega. 

A la pregunta de si esta evidencia podría deberse a un momento de caza puntual o bien a un hábito común entre este tipo de mamíferos, Mallon considera que estos no cazaban grandes dinosaurios con regularidad, en todo caso, presas más pequeñas que ellos (incluso crías de Psittacosaurus). Sin embargo, “sí puede ser que cazasen animales más grandes en una situación de hambre o desesperación”, sostiene el investigador.

Evidencias de comportamiento depredador

Los autores descartan la posibilidad de que el mamífero fosilizado objeto del estudio estuviera simplemente husmeando la carroña de un dinosaurio muerto. Según explican, los huesos del dinosaurio no tienen marcas de dientes, lo cual sugiere que no estaba siendo comido por un carroñero, sino más bien depredado. Tampoco es probable que los dos animales se hubieran enredado tanto si el dinosaurio hubiera muerto antes de que el mamífero se le echara encima. Además, la posición de uno sobre el otro indica quién era el agresor.

En el mundo moderno se conocen analogías de animales más pequeños que atacan a presas más grandes. En este sentido, como sostienen los investigadores, se sabe que algunos lobos solitarios cazan animales más grandes, como caribúes u ovejas domésticas. Por otro lado, en la sabana africana, perros salvajes, chacales y hienas atacan a presas aún vivas, que se desploman, a menudo en estado de shock.

Precisamente, “este parece ser el caso que se representa en el fósil, en el que el Repenomamus se comió al Psittacosaurus cuando aún estaba vivo, antes de que ambos tuvieran el rocambolesco desenlace”, como señala Mallon.

La ‘Pompeya’ de los dinosaurios de China

El enigmático fósil, que fue recogido en la provincia china de Liaoning en 2012, se encontró en buen estado de conservación puesto que ambos esqueletos están casi al completo. Su integridad se debe a que proceden de una zona conocida como los yacimientos fósiles de Lujiatun, que han sido apodados “la Pompeya de los dinosaurios de China”.

El nombre hace referencia a los numerosos fósiles de la zona pertenecientes a animales que quedaron sepultados repentinamente en masa por aludes de lodo y escombros tras una o varias erupciones volcánicas: dinosaurios, pequeños mamíferos, lagartos y anfibios.

Finalmente, dado el alcance de la antigua actividad volcánica en la región, los autores especulan con que esta zona podría convertirse en una importante fuente de pruebas científicas y proporcionar más información sobre el ecosistema del Cretácico.

En particular, el equipo sugiere que los depósitos de origen volcánico de los yacimientos fósiles de Lujiatun seguirán aportando nuevas evidencias de interacciones entre especies, desconocidas hasta ahora en el resto del registro fósil.

Referencia: Jordan C. Mallon, Xiao‑ChunWu et al. An extraordinary fossil captures the struggle for existence during the Mesozoic. Scientific Reports (2023)

Fuente: SINC | Derechos: Creative Commons.

eldiario.es

La XX Campaña de excavaciones de dinosaurios en la Sierra de la Demanda (Burgos) desvela un dinosaurio terópodo

Este hallazgo incrementa el número de especies presentes en el yacimiento

Foto: C.A.S.
Los primeros resultados de la XX campaña de excavaciones paleontológicas en la Sierra de la Demanda (Burgos) desvelan un dinosaurio terópodo (carnívoro) de tamaño medio, que incrementa el número de especies presentes en el yacimiento según ha anunciado el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (C.A.S) desde donde también se pone en valor estos “primeros resultados sobresalientes” de la campaña de excavaciones que se extenderá hasta el día 23 de julio.

El Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas desarrolla esta nueva campaña de excavaciones paleontológicas en la Sierra de la Demanda (Burgos) en Torrelara. La edad del yacimiento, estimada en 145 millones de años aproximadamente, corresponde al paso del Jurásico al Cretácico.

Foto: C.A.S.
Según explican, del dinosaurio terópodo se están recuperando vértebras completas y en buen estado de conservación, pero no se descarta la aparición de huesos de otra parte de su esqueleto. “Hasta ahora los terópodos estaban representados por varias decenas de dientes recogidos en las campañas anteriores y que corresponden a varios tipos o especies, lo que sugiere una compleja estructura del ecosistema que existía en la zona a finales del Jurásico”, explican. Asimismo, afirman que comienzan a aflorar huesos de saurópodos (cuadrúpedos, de cuello y cola largos) de gran tamaño que pertenecerían a uno de los tres tipos de dinosaurios de ese tipo que se han documentado en el yacimiento.

En esta línea, señalan que no solo hay un “número alto de hallazgos”, sino que la diversidad de dinosaurios y otros vertebrados, así como de plantas fosilizadas, convierten al yacimiento de Torrelara en “uno de los yacimientos de la península ibérica más importantes de la etapa final del Jurásico”.

La preparación de estos fósiles y su posterior estudio aportará información amplia y relevante sobre las faunas de dinosaurios jurásicas en el sur de Europa. Hasta el momento se han realizado tres estudios sobre los hallazgos de Torrelara, que señalan la presencia de dos saurópodos, uno de tipo braquiosáurido y otro camarasáurido; seis terópodos de tamaños diversos; un tireóforo, con placas y espinas óseas.

Los participantes en esta campaña cuentan con una “larga experiencia” en excavaciones paleontológicas, entre ellos doctores, másteres, graduados y estudiantes universitarios de Biología, Geología o Paleontología. Proceden de la propia comarca serrana, Asturias, Galicia, País Vasco, Castilla y León, La Rioja, Aragón, Castilla-La Mancha, País Valenciano, Islas Baleares.

El Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (C.A.S.), el Museo de Dinosaurios, Fundación Dinosaurios de Castilla y León, organizan estas excavaciones. La campaña está promovida por el Ayuntamiento de Torrelara y cuenta con el patrocinio de la Diputación de Burgos.

cope.es

domingo, 16 de julio de 2023

Hallan en Santander fósiles de tortugas marinas que ayudan a entender su evolución en la Tierra

Científicos hallaron en Zapatoca, Santander, los fósiles de tortugas marinas que habitaron en esta zona de Colombia hace aproximadamente 135 millones de años.

El paleontólogo Edwin Cadena, profesor de la Universidad del Rosario y oriundo de Zapatoca, Santander, junto a un estudiante de geología de la Universidad Nacional de Colombia, Diego Combita, hallaron fósiles de tortugas marinas que ayudan a entender la evolución de estos animales.

“Lo que muestran los fósiles de Zapatoca es que el gigantismo en este grupo de tortugas fue una característica adquirida tempranamente en su proceso evolutivo y no algo que surgió a través del tiempo. El tamaño inicial de estas tortugas fue cercano a dos metros de largo, algo bastante grande para cualquier tortuga de su época”.

El estudio de los fósiles, que será publicado en la revista internacional Zoological Journal of Linnean Society, presenta el análisis de varios huesos de las extremidades y restos fósiles del caparazón.

La investigación, cuenta Cadena, también explora las condiciones ecológicas y demuestra que estas tortugas marinas extintas tenían que enfrentar posibles ataques realizados por tiburones, como se evidencia en marcas de cortes hechas por los dientes de estos en la superficie de los huesos de las tortugas.

“Los fósiles de tortugas marinas de Zapatoca contribuyen a la comprensión de los ecosistemas antiguos y las posibles dinámicas ecológicas y ambientales que dieron forma a la evolución de estas magníficas criaturas. Las tortugas marinas que habitaban este antiguo mar constituían un grupo hermano, pero a su vez distinto de las tortugas marinas actuales, conocido como Protostegidae”, indica Cadena, geólogo de la UIS y director del programa en Ciencias del Sistema Tierra de la Universidad del Rosario.

Este hallazgo se suma a otros realizados por este santandereano y su equipo en dos zonas de Colombia. En el ‘mar de fósiles’, como le llama Cadena a Zapatoca, fueron encontrados por el científico partes de una mandíbula y de algunas extremidades de los primeros reptiles voladores de Colombia, conocidos como pterosaurios y también un fósil de tiburón de dientes planos en Santander, que constituyó el primer registro en su grupo en América.

También descubrió, con apoyo de Rubén Darío Vanegas, del Museo de Historia Natural de La Tatacoa, es el registro más antiguo en el país del género de la tortuga Podocnemis o tortuga de río como se conoce comúnmente, especie que actualmente está en peligro de extinción.

“A medida que nuestra comprensión de la vida prehistórica continúa aumentando, estudios como este desempeñan un papel crucial en descubrir los secretos de los antiguos habitantes de nuestro planeta y sus notables adaptaciones”, indicó el paleontólogo.

vanguardia.com

sábado, 15 de julio de 2023

Calvarius rapidus, la nueva especie de dinosaurio que casi presenció la caída del meteorito

Los paleontólogos del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) y del Museu de la Conca Dellà (MCD), Albert Prieto-Márquez y Albert Sellés, han descrito una nueva especie de dinosaurio llamado Calvarius rapidus a partir de un hueso del pie encontrado en el Pallars Jussà (Lérida, Cataluña). Es uno de los últimos dinosaurios que existió antes de su extinción en todo el planeta. La investigación ha sido publicada recientemente en Journal of Vertebrate Paleontology.

La nueva especie es un ornitópodo, uno de los grupos de dinosaurios herbívoros más diversos, longevos y cosmopolitas, del cual forman parte algunos representantes emblemáticos como los iguanodontes o los hadrosaurios de ‘pico de pato’. Dentro de los ornitópodos, C. rapidus pertenece al grupo de los estiracosternos y habitó en los actuales Pirineos catalanes durante la etapa final del Cretácico, hace aproximadamente 66 millones de años, específicamente en los últimos cien mil años del Mesozoico. Esta era geológica terminó con el conocido impacto de un meteorito en la Tierra que provocó la extinción de todos los dinosaurios no-avianos, junto con muchos otros grupos de organismos. Por lo tanto, Calvarius rapidus es uno de los últimos dinosaurios que pisó el planeta.

Es precisamente la proximidad temporal entre este evento de extinción masiva y la antigüedad del fósil lo que ha dado nombre al nuevo género Calvarius, por el "calvario" que supuso el impacto del meteorito en la biosfera. El epíteto específico rapidus hace referencia a las adaptaciones propias de animal corredor que presenta el ejemplar.

Los restos fósiles que se han recuperado de Calvarius consisten en un hueso metatarsiano largo y delgado del cuarto dedo del pie izquierdo. Este material fue excavado en 2019 en el yacimiento de la Masia de Ramon, cerca de Figuerola d'Orcau, en la comarca de Pallars Jussà (Lleida, noroeste de Cataluña). Esta localidad fue descubierta en 2001 por un equipo de paleontólogos del Museu de la Conca Dellà (MCD) y el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) durante unos trabajos de prospección en la cuenca central de Tremp en el Prepirineo catalán.

Metatarsiano IV izquierdo del holotipo de Calvarius rapidus en vista dorsal (A),
 lateral (B), plantar (C) y medial (D)
"En las excavaciones realizadas en la zona se encontró una vértebra de cocodrilo y varios fragmentos óseos no identificados, junto con los restos del holotipo de Calvarius rapidus", explica Albert Prieto-Márquez, investigador del grupo de investigación de Ecosistemas de los Dinosaurios del ICP y coautor del estudio. El hueso encontrado está relativamente bien conservado; "Es un metatarsiano muy inusual para este grupo de dinosaurios. Aunque solo disponemos de este resto, el hecho de combinar características típicas de los ornitópodos estiracosternos con una morfología fina y alargada, nos muestra claramente que estamos frente a una especie nueva para la ciencia dentro de este grupo", añade el investigador.

"El hecho de que Calvarius presente un metatarsiano tan delgado y largo recuerda a los metatarsianos de los pequeños dinosaurios herbívoros que se ramificaron en sus propias líneas evolutivas antes del último ancestro común de los estiracosternos", comenta Albert Sellés, coautor del artículo e investigador del ICP. Gracias al conocimiento acumulado por diferentes estudios sobre la evolución de la historia vital de los estiracosternos, junto con los resultados obtenidos gracias al análisis histológico —la estructura interna de los tejidos óseos del fósil— del holotipo de C. rapidus, sabemos que era un subadulto tardío en el momento de su muerte. Aún no había completado su crecimiento, pero estaba llegando a la madurez esquelética, que probablemente alcanzaba entre los 8 y 10 años de edad.

El artículo publicado en el Journal of Vertebrate Paleontology destaca que probablemente el animal era un veloz corredor. A partir de la longitud del metatarsiano, de unos 15 centímetros, los investigadores estiman que el animal no debía superar los dos metros de longitud. "Si bien algunas especies de este grupo de dinosaurios alcanzaban más de 10 o 12 metros de longitud, C. rapidus sería el dinosaurio estiracosterno más pequeño del planeta", señala Sellés.

El estudio sugiere que estas reducidas dimensiones pueden deberse a que C. rapidus sería una especie endémica altamente transformada, dando lugar a adaptaciones particulares para el entorno insular en el que vivía, marcado por la regla de la 'ley insular' o 'efecto isla' (Island Rule). La limitación de alimentos que implica vivir en una isla hace que las faunas que evolucionan allí tiendan a ser formas pequeñas e incluso enanas. Hace 66 millones de años, los actuales territorios del norte de España y sur de Francia formaban una gran isla conocida como Ibero-Armorica, parte de un gran archipiélago donde ahora se encuentra el continente europeo.

La interpretación geológica de los estratos donde se encontró C. rapidus indica que este animal murió cerca de un río meandriforme, rodeado de una abundante vegetación de arbustos y helechos. El clima a finales del período Cretácico en el Prepirineo era más cálido y húmedo que en la actualidad, muy similar al de las regiones subtropicales, con períodos largos de sequía y épocas de lluvias torrenciales. Además de C. rapidus, en el yacimiento de Masia Ramon también se han encontrado restos de cocodrilos, peces y pequeños vertebrados como lagartijas. Este es el entorno en el que vivía la especie en cuestión, compartiendo los ecosistemas ibero-armoricanos con otros dinosaurios como los enormes saurópodos titanosaurios de cuello largo y los grandes hadrosáuridos lambeosaurinos con su distintiva cresta ósea.

Los Pirineos preservan uno de los registros fósiles más ricos de los últimos dinosaurios que vivieron en Europa antes de su extinción en todo el mundo. Durante más de tres décadas, investigadores del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont han organizado campañas de excavación en la zona y sus hallazgos han dado lugar a cientos de publicaciones científicas que documentan cómo era la vida durante los últimos cuatro millones de años del Mesozoico en esta región del mundo.

Paralelamente, el proyecto de divulgación “Dinosaurios delos Pirineos” impulsado por el ICP busca dar a conocer esta extraordinaria riqueza al gran público a través de museos y salas de exposiciones como el Museu de la Conca Dellà (Isona, Pallars Jussà) o Dinosfera (Coll de Nargó, Alt Urgell).

Imagen principal: Recreación del aspecto de Calvarius rapidus. Roc Olivé / © Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont. Con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología – Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.

Artículo original:

Prieto-Márquez, A., & Sellés, A. (2023, published online). Evolutionary convergence in a small cursorial styracosternan ornithopod dinosaur from western Europe. Journal of Vertebrate Paleontology, e2210632. https://doi.org/10.1080/02724634.2023.2210632

icp.cat

jueves, 13 de julio de 2023

Ofrecen visitas guiadas a las excavaciones de dinosaurios

Se pueden reservar plaza en dos turnos, uno a las 12:45 y otro a las 18:45 horas, del 12 al 15 y del 17 al 22 de julio (sábados sólo de mañana), con un máximo de 15 participantes por visita.

En la excavación trabajan 19 personas, muchos universitarios. Foto: C.A.S. Salas.
El Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas  de los Infantes (C.A.S.) ha comenzado la campaña en el yacimiento Valdepalazuelos-Tenadas del Carrascal (Torrelara) y ofrece visitas guiadas para conocer el trabajo que allí desarrolla el equipo, integrado por 25 personas, 19 a pie de excavación.

Los interesados pueden reservar plaza en dos turnos, uno a las 12:45 y otro a las 18:45 horas, del 12 al 15 y del 17 al 22 de julio (sábados sólo de mañana), con un máximo de 15 participantes por visita. Para ello se puede acudir al Museo de Dinosaurios de Salas, llamar al 947397001 o enviar un correo a museodesalas@salasdelosinfantes.net.

La edad del yacimiento de Torrelara, estimada en unos 145 millones de años, corresponde al paso del Jurásico al Cretácico. Ese tiempo resulta muy atractivo para los paleontólogos, puesto que se dieron cambios importantes en las faunas globales de dinosaurios. Entre los objetivos de la campaña 2023 se incluye ampliar la superficie abierta para conocer si el yacimiento es aún mayor; lo que puede aumentar el número de fósiles semejantes a los de años anteriores y sumar más tipos de dinosaurios a los ya representados, de modo que el ecosistema gane en complejidad.

diariodeburgos.es

martes, 11 de julio de 2023

Campaña dinosaurios en Hoy por Hoy Burgos

Campaña de dinosaurios en Hoy por Hoy.

Entrevista a Fidel Torcida, director de las excavaciones paleontológicas de dinosaurios de la Sierra de la Demanda (Burgos). XX Campaña.
15:41 minutos.


lunes, 10 de julio de 2023

El yacimiento de Torrelara, clave para entender la evolución de los dinosaurios

Un total de 19 personas iniciaron el pasado sábado los trabajos de excavación por sexto año en Torrelara.

Portada del Diario de los Dinosaurios que recoge información sobre
 los trabajos en los yacimientos de Torrelara.
El yacimiento de Valdepalazuelos-Tenadas del Carrascal, en Torrelara (Burgos) será clave para comprender los cambios que se produjeron en los dinosaurios hace 145 millones de años, dada su gran diversidad de fósiles en buen estado de conservación, afirma el director del Colectivo paleontológico de Salas de los Infantes, Fidel Torcida.

Diecinueve personas iniciaron el pasado sábado los trabajos de excavación, que incluirán varias prospecciones para tener una idea más precisa del perímetro de un yacimiento donde llevan seis campañas de trabajo estival, aunque tanto el número de personas como la duración, hasta el 23 de julio, se mantienen porque resultan adecuados.

La edad del yacimiento de Torrelara, estimada en 145 millones de años aproximadamente, corresponde al paso del Jurásico al Cretácico, especialmente atractivo para los paleontólogos, al ser un periodo significativo en la evolución de los dinosaurios, en el que se dieron cambios importantes en las faunas globales de estos animales.

En 2020 se localizó en el yacimiento un enorme hueso de dinosaurios saurópodo en un “excelente estado de conservación”, aunque también se han encontrado restos de otro saurópodo, fósiles de cinco dinosaurios carnívoros, restos de otros dinosaurios con escudo y placa y otro de tamaño medio sin identificar.

Torcida recuerda que en los veinte años de excavaciones en esta zona de la Sierra de la Demanda se han localizado 850 fósiles de animales y plantas, incluso de polen, que permiten hacer una reconstrucción más precisa del ecosistema de la época.

Su relevancia científica está dando lugar a publicaciones en revistas especializadas, como la del húmero encontrado en 2020, dos que se están preparando para este año sorbe un diente y un trozo de mandíbula y otra que está en preparación sobre la diversidad de los carnívoros.

Sin embargo, Torcida lamenta que este reconocimiento científico no lleve aparejado un mayor compromiso de la Junta de Castilla y León, sobre todo para respaldar las excavaciones y ampliar el museo de dinosaurios de Salas de los Infantes.

La falta de espacio en el centro es tan acuciante que muchas piezas quedan almacenadas, sin poder exponerlas al público, como ocurre con los restos de Europatitán, uno de los dos dinosaurios únicos en el mundo encontrados en la zona.

Su gran tamaño hace que no tenga cabida en el museo, que tampoco reúne las condiciones necesarias de seguridad.

cadenaser.com

Tercer día de excavaciones en Torrelara y ya se comienza a realizar la primera momia

Tercer día de excavaciones en Torrelara y ya se comienza a realizar la primera momia. Las momias son muy necesarias en el yacimiento, puesto que nos permiten extraer los restos fósiles con seguridad.

Desde las excavaciones, la restauradora-conservadora del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes y una de las responsables de la excavaciones, Caterine Arias Riesgo nos cuenta y nos muestra cómo se realiza una "momia".

1°- Se retira el sedimento de alrededor del fósil, de modo que este queda en una especie de isla.

2°- Se protege la superficie fósil con una capa de papel de aluminio, para así evitar el contacto directo con el poliuretano.

3°- A continuación se rodea la pieza con un cartón que hará la función de muro de contención. Este se rodea de sedimento para asegurar su sujeción y estabilidad.

4°- Se humedece con agua la superficie previamente a la aplicación del poliuretano.

5°- Se aplica el poliuretano alrededor de toda la pieza y se deja secar.

6°- Una vez seco el poliuretano, se separa la momia del suelo mediante la ayuda de escoplos.

7°- Se voltea la pieza y se repiten los pasos. Colocación de una capa de papel de aluminio, humectación de la zona y posterior aplicación del poliuretano.

8°- Finalmente, e imprescindible, se identifica la pieza mediante una sigla de excavación. La sigla "VPCR" es el diminutivo de Valdepalazuelos-Tenadas del Carrascal, el nombre del yacimiento, y el número 866 hace referencia a los registros fósiles.

sábado, 8 de julio de 2023

¿Cómo sobrevivieron las aves a la extinción de los dinosaurios? La respuesta está en sus plumas

Cuando el asteroide Chicxulub impactó hace 66 millones de años, la era de los dinosaurios llegó a su fin. Ni siquiera el Tiranosaurio rex, el reptil prehistórico más desarrollado, pudo soportar las condiciones extremas de un planeta Tierra en llamas. Pero sabemos que algunos miembros del árbol genealógico de los dinosaurios sí sobrevivieron a esa extinción masiva, y acabaron convirtiéndose en las aves modernas.

Ahora bien, ¿cómo es que lo lograron? Dos estudios fósiles han revelado el secreto y, como no podía ser de otra manera, está relacionado con sus plumas.

Por qué algunos dinosaurios sobrevivieron como aves

Muda de plumas primarias en aves y dinosaurios aviares / Créditos: Nature
Las plumas son uno de los rasgos clave que comparten todas las aves, desde las palomas hasta los pingüinos. Estas estructuras están hechas de una proteína llamada queratina, la misma que contienen nuestras uñas y cabello, gracias a la cual las aves son capaces de volar, camuflarse, atraer parejas o mantenerse calientes en las peores condiciones climáticas. Sin embargo, una vez que se rompen las plumas no se pueden reparar.

Es por eso que para mantenerlas en buen estado, las aves “mudan” regularmente a medida que crecen. Los pájaros bebés pasan por mudas sucesivas, períodos en los que pierden y ganan un nuevo conjunto de plumas, antes de alcanzar finalmente su plumaje adulto. En cambio las aves adultas solo mudan aproximadamente una vez al año.

La muda es un proceso que requiere mucha energía, y perder muchas plumas a la vez puede dificultar que un ave se mantenga caliente. Pero menos tiempo dedicado a la muda también significa menos oportunidades de morir durante ella y convertirse en un fósil. Esto podría explicar por qué las aves son el único grupo de dinosaurios que sobrevivió a la extinción masiva hace 66 millones de años.

Es posible que las aves fósiles simplemente no mudaran con tanta frecuencia como la mayoría de los ejemplares modernos. Por lo tanto, pudieron gozar de los beneficios que les ofrecían estas estructuras, en cuanto a protección y calor, pero sin exponerse a los riesgos.

Fósiles de plumas ancestrales

Enantiornitinos, un ejemplar juvenil y uno adulto a medida que
 cambiaron sus plumajes / Créditos: Phys
Para demostrar esta hipótesis, dos estudios analizaron a los dinosaurios aviares que no sobrevivieron a la extinción. Hablamos de los enantiornitinos, que eran el grupo de aves más diverso del Cretácico hasta la fecha.

Los investigadores hallaron plumas conservadas en ámbar de una cría de enantiornitino que vivió hace 99 millones de años. Usualmente, los pájaros modernos nacen desnudos para que sus padres puedan transmitir de manera más eficiente el calor corporal a la piel de los polluelos. Pero los investigadores notaron que todas las plumas del fósil estaban básicamente en la misma etapa de desarrollo, lo que significa que todas comenzaron a crecer simultáneamente. 

Esto sugiere que el ave prehistórica pasó por una «muda rápida” y catastrófica. Así que cuando el asteroide golpeó, estas aves no solo tenían demandas de energía aún mayores para mantenerse calientes, sino que no tenían los recursos para satisfacerlas.

“Hallamos docenas de aves modernas en una muda activa, pero entre las mudas simultáneas, casi no encontramos ninguna. En este caso, la ausencia de muda sugiere que los dinosaurios aviares que superaron la extinción no mudaban con tanta frecuencia”.

Jingmai O’Connor, curador asociado de reptiles fósiles del Field Museum

Tanto el espécimen de ámbar como el estudio de la muda en las aves modernas apuntan a un tema común: las aves prehistóricas mudaron de forma diferente a las aves actuales. Ese es posiblemente el motivo por el que sobrevivieron mientras los reptiles, y algunos mamíferos, desaparecían del planeta Tierra.

Referencias:

Immature feathers preserved in Burmite provide evidence of rapid molting in enantiornithines https://dx.doi.org/10.1016/j.cretres.2023.105572

Rarity of molt evidence in early pennaraptoran dinosaurs suggests annual molt evolved later among Neornithes https://dx.doi.org/10.1038/s42003-023-05048-x

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