sábado, 16 de septiembre de 2023

Qué dinosaurios y otros animales prehistóricos encontraron las pioneras en paleontología de América Latina

Empezaron en la década de 1920, pero eran destinadas más a los laboratorios y menos al trabajo de exploración y excavación. Cuáles fueron los obstáculos que superaron

Por Valeria Román

Mathilde Dolgopol de Sáez fue la primera paleontóloga en la Argentina
y en Sudamérica/Familia Sáez
La ciencia de la paleontología suele atraer por los dinosaurios, el grupo diverso de reptiles que se desarrollaron en el planeta hace más de 240 millones de años. También se tiende a pensar que detrás de un gran hallazgo hay un científico varón como el personaje del doctor Alan Grant en la popular película Jurassic Park dirigida por Steven Spielberg.

La película Jurassic Park popularizó a la ciencia de la paleontología y a los
dinosaurios  a partir de 1994. Esa disciplina fue también construida por mujeres
 en América Latina, que ahora empiezan a ser más visibilizadas
(Archivo Universal Pictures)
Sin embargo, la paleontología es una ciencia que abarca mucho más. Se dedica desde el estudio de fósiles microscópicos hasta las plantas fósiles y las huellas, entre otros. También es una disciplina que ha sido construida por mujeres. En la película de Spielberg, el otro personaje protagónico de Ellie Sattler es una paleobotánica.

La paleontología de América Latina hoy se destaca en el mundo. En su historia, también participaron científicas y ahora se están visibilizando más sus aportes y sus luchas desde principios del siglo pasado.

Se abrieron camino a pesar de las dificultades. Frecuentemente sus tesis de licenciatura o doctorado no eran publicadas como pasaba con los varones, no les daban becas para investigar si tenían hijos o les limitaban las oportunidades para ir a explorar y hacer excavaciones en el terreno. Fueron distintos obstáculos que interfirieron en que las científicas pudieran encontrar restos de los dinosaurios en la misma época en que sí lo hacían sus pares varones.

Dolgopol de Sáez trabajó en la Universidad Nacional
de La Plata/ Crédito Libro Mujeres de las piedras
La primera paleontóloga en la Argentina y en América Latina fue Mathilde Dolgopol de Sáez. Estudió en el Museo de La Plata, y allí conoció al que luego sería su esposo, Francisco Alberto Sáez. Obtuvo el título de doctora en ciencias naturales por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) en 1927 bajo la dirección de Ángel Cabrera. Su tesis trató sobre fósiles de aves que vivieron hace más de 16 millones de años.

Su tesis doctoral se encuentra extraviada. Pero las científicas Ariana Paulina Carabajal y Julia Brenda Desojo se ocuparon de reconstruir la historia de Dolgopol de Sáez en un artículo publicado por el Museo de La Plata. Encontraron que la investigadora Dolgopol de Sáez dejó especificado el tema de su tesis en una nota al pie de página de un artículo que fue catalogado como “folleto” publicado en los Anales de la Sociedad Científica Argentina el mismo año de la defensa doctoral.

Dolgopol de Sáez fue una de las fundadoras de Asociación
Paleontológica Argentina/Revista Museo UNLP
Durante su carrera, los trabajos de la pionera en Sudamérica se centraron en el estudio de peces prehistóricos, pero también describió aves corredoras, cocodrilos, e invertebrados. Llegó a ser jefa de laboratorio y de trabajos prácticos de la cátedra de paleontología en la UNLP, y allí se desempeñó como docente e investigadora hasta cuando murió en 1957. Fue socia fundadora de la Asociación Paleontológica Argentina, y fue madre de dos hijos que tuvo con su esposo científico.

“Mathilde estudiaba los fósiles en el laboratorio. No iba al campo. En aquella época no estaba bien visto ir a hacer un trabajo de campo. Era una persona muy querida. Daba charlas de divulgación y participaba activamente en promover la disciplina hace más de 80 años”, contó a Infobae la doctora Julia Brenda Desojo, presidenta actual de la Asociación.

“Los cambios de la paleontología fueron de la mano de los cambios sociales. Recién en la década de 1980 empieza a haber más mujeres que a su vez forma más recursos humanos”, agregó.

Al cumplirse el año de la muerte de Dolgopol de Sáez, una amiga y colega Dolores López Aranguren reconoció su impronta: “Ninguno de nosotros recorrió su camino sin tu participación hermana, sin tu voz alentadora y tu opinión verdadera en el momento oportuno”, escribió.

Rosalvina Rivera fue paleontóloga y geóloga en Perú/
Libro Mujeres de las Piedras (F. Castaño -S. Apesteguía)
Otra pionera en América Latina fue Rosalvina Rivera, la primera mujer en obtener un grado doctoral en Perú. “Fue un hito en la historia de la lucha de las mujeres peruanas por la igualdad”, escribieron Fernanda Castaño, quien es estudiante de paleontología en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, y el investigador del Conicet y la Fundación Azara, el doctor Sebastián Apesteguía, en el libro Mujeres de las Piedras.

Rivera hizo una tesis sobre los fósiles de la región de Puente Inga, cerca de Lima. Siguió trabajando en amonites (eran moluscos que están extintos ahora), y unas algas que sirven como indicadores de los ambientes del pasado. Mientras completaba su doctorado, obtuvo una beca en los Estados Unidos para estudiar moluscos fósiles en Washington y luego fue becada en la Universidad de Stanford en 1961.

Trabajó más de una década en el ex Instituto Geológico del Perú (luego Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Minero) y en la Compañía Cerro de Pasco Petroleum Corporation. Fue docente en la Universidad de Ingeniería de Perú hasta su jubilación en 1974. Creó allí el Museo de Paleontología, una mapoteca y biblioteca.

Gloria Alencáster Ybarra fue la primera paleontóloga, docente
e investigadora en México/
En México, Gloria Alencáster Ybarra fue la primera paleontóloga, docente e investigadora. Fue una gran impulsora de la carrera de paleontología en México y de la participación de las mujeres.

Leila Duarte Da Silva Santos fue paleobotánica de Brasil. Formó parte del primer comité Organizador de la Asociación Latinoamericana de Paleobotánica y Palinología (ALPP), junto a otros pioneros en el continente, como Jaime Gaxiola, de México, y Sergio Archangelsky.

Gloria Arratia -nacida en 1942- ha sido una pionera en Chile.
Se ha especializado en fósiles de peces.
Gloria Arratia -nacida en 1942- ha sido una pionera en Chile. Se doctoró en Geología Histórica y Paleontología, en la Universidad de Upsala, Suecia y se ha especializado en fósiles de peces.

Se ocupó de investigar la historia evolutiva de los antepasados de peces como los salmones, los atunes o las carpas. Durante la década de 1970 descubrió especies desconocidas de peces y detectó que algunas poblaciones estaban en riesgo de extinguirse.

“Sabemos que hubo muchas más mujeres a principios del siglo XX que intentaron trabajar en paleontología. Pero si tenían hijos, les resultaba difícil conseguir becas de investigación y por eso no publicaron muchos papers. Algunas incluso dejaban y volvían más tarde. Eso empieza a cambiar bastante después en la década de 1960. Una madre que dejaba a sus hijos muy chicos para desarrollar su carrera para buscar fósiles siempre recibió una mirada muy crítica de la sociedad”, comentó Castaño, en diálogo con Infobae.

“Los grandes reptiles marinos han sido estudiado por paleontólogas. Es cierto que los dinosaurios, que es un tema más popular han sido investigados más por científicos”, señaló Apesteguía.

Zulma Brandoni de Gasparini fue una de las pioneras en la
descripción de los dinosaurios en América Latina/Archivo
¿Cuándo las mujeres describieron dinosaurios? Una de las primeras fue Zulma Brandoni de Gasparini, nacida en 1944, quien este próximo martes recibirá uno de los Premios Konex Diploma al Mérito 2023 en la categoría Paleontología. Sus primeros estudios de los cocodrilos extintos se extendieron al conocimiento integral de reptiles marinos mesozoicos desde la Antártida hasta el Caribe.

“Los dinos no fueron mi especialidad pero he colaborado con dos grandes científicos, José Bonaparte y Leonardo Salgado, experto en los grandes titanosaurios”, contó Brandoni de Gasparini a Infobae.

“Como la paleontología fue una ciencia de hombres hubo muy pocas mujeres que se dedicaron al estudio de fósiles. De esas pocas y durante la primera mitad el siglo XX fueron principalmente argentinas de la Universidad Nacional de La Plata, de la UBA, y del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia. Luego se sumaron las que trabajaban en YPF y en Minería. En esas pocas, la mayoría se dedicó al estudio de invertebrados, microfósiles y polen que tenían directa aplicación al conocimiento de los ambientes y edades del pasado y que se requería en las industria petrolera y minera”, recordó.

Brandoni de Gasparini describió el primer dinosaurio descubierto en la Antártida,
pero nunca fue a la Antártida. Estaba prohibido para las mujeres/Archivo
“A las mujeres se les asignó los trabajos de laboratorio. Con alguna excepción, no participaban de las grandes exploraciones. Esto ocurrió en América Latina y en el resto del mundo. El rol de las paleontólogas se veía como secundario, muchas veces de apoyo y pocas veces tenían visibilidad a través de la firma como primeras autoras”, expresó.

“A fines de 1960 sólo mi colega Ana Báez de la UBA y yo en el Museo de La Plata estudiábamos vertebrados extintos. Con el tiempo la participación de las mujeres aumentó significativamente en los trabajos de campo y en la dirección de exploraciones en el país, en la Antártida y en el exterior”, afirmó.

“Yo pude estudiar el primer dinosaurio descubierto en la Antártida, pero nunca fui a la Antártida: estaba prohibido para las mujeres”, dijo Brandoni de Gasparini. Al dinosaurio le pusieron Antarctopelta, que significa “escudo antártico”.

Una especie de dinosaurio fue dedicada a la científica. Se llama Gasparinisaura cincosaltensis.
Estaba en la localidad de Cinco Saltos, en la provincia de Río Negro (Fundación Azara)
Se trataba de un dino herbívoro que vivió durante el Cretácico Superior en lo que hoy es la isla James Ross, en la Antártida. Los restos del Antarctopelta fueron hallados en 1986 por los geólogos argentinos Eduardo Olivero y Robert Scasso.

Gasparini desarrolló también una carrera docente en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata. Un grupo de colegas la homenajeó al ponerle su nombre a una especie de dinosaurio que se identificó en Cinco Saltos, Río Negro. Se llama Gasparinisaura cincosaltensis, que significa “reptil de Zulma Gasparini” de la localidad de Cinco Saltos, en la provincia de Río Negro.

“Hay que destacar la generosidad y el don de gente que siempre ha tenido Zulma hacia sus dirigidos, proponiendo excelentes temas de trabajo y ofreciendo todas las posibilidades, desde materiales ya colectados hasta cartas de recomendaciones y conexiones con otros investigadores, para que los jóvenes becarios desarrollen sus tesis en un marco de total libertad”, escribieron en una semblanza sus discípulos Marta Fernández y Marcelo de la Fuente. “Dos generaciones de becarios y doctorandos atestiguan su legado”, agregaron.

También en 1986 otras dos mujeres, Olga Giménez y Graciela Bochatey, participaron la descripción del dinosaurio Xenotarsosaurus junto con el paleontólogo Ricardo Martínez. Los restos se encontraban en la provincia argentina de Chubut.

infobae.com

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