sábado, 11 de mayo de 2024

Viaje al pasado en la Conca Dellà, la tierra de los dinosaurios

La comarca leridana guarda las huellas de nuestros antepasados extintos hace más de sesenta millones de años

Un territorio lleno de huellas que indican que hace 66 millones de años,
los dinosaurios  eran sus habitantes Anna Sastre
En busca del Valle Encantado, Parque Jurásico, La Edad de Hielo o El viaje de Arlo son solo algunas de las películas que tienen como protagonistas a los dinosaurios. Y es que estos reptiles, propios del mesozoico, siempre han atraído la atención de pequeños y mayores. La variedad de especies que hubo, su envergadura, el misterio que envuelve su desaparición y el miedo que infunden algunos como el T-Rex, son, seguramente, las causas de su magnetismo.

Pues bien, aquellos que se consideren amantes de estos desaparecidos animales, no hace falta que viajen a Argentina o a Estados Unidos para ver sus huellas. Mucho más cerca, en la Conca Dellà (Pallars Jussà), se encuentran varios de los mejores yacimientos paleontológicos de Europa. Repartidos por diferentes lugares de este valle, localizaremos señales que nos indican que 66 millones de años atrás esta zona y sus habitantes eran bien diferentes.

66 millones de años atrás esta zona y sus habitantes eran bien diferentes

Huellas de dinosaurio cerca del pueblo de Orcau (Anna Sastre)
Lo que hace especial a la Conca Dellà de otras zonas del planeta es que se han encontrado restos fósiles de dinosaurio representativos de sus últimos cuatro millones de años de existencia. Esta información ha sido de gran utilidad para los científicos a la hora de saber de qué manera evolucionaron en Europa antes de su extinción.

Aquí vivían diferentes especies, entre las que destacan el titanosaurio, el dromeosaurio (que era un pequeño carnívoro primo del velociraptor) y el hadrosaurio, conocido como pico de pato y que se alimentaba, entre otras cosas, de plantas acuáticas.

Las huellas de Orcau

Cualquier mortal que pasee cerca del pueblo de Orcau solo apreciará un bonito paisaje que cambia con el paso de las estaciones. Pero quien tenga la suerte de ir acompañado de un paleontólogo descubrirá en una pared de roca decenas de huellas que dejaron los titanosaurios. Este tipo de reptil llegaba a medir quince metros, cinco de los cuales correspondían a su cuello.

Una playa llena de rayas marinas

Huevos de titanosaurio (D. Gutiérrez)
En La Posa, donde hay una iglesia, un merendero y también búnkers de la Guerra Civil, existe otro yacimiento muy especial. Hace unos años descubrieron unas huellas que se atribuyeron a pisadas de dinosaurios, pero posteriores investigaciones han confirmado que se trata de cerca de 2.000 marcas que dejaron rayas marinas al final del cretácico, cuando el mar cubría las montañas.

Huevos petrificados en Basturs i Suterranya

En Basturs, además de huellas de hadrosaurios, hay un yacimiento de huevos de titanosaurio que hace algunos años era un de los más relevantes a nivel internacional. Estos cigotos eran esféricos y medían unos 20 centímetros de diámetro. Eso sí, para poder identificar los restos paleontológicos en la roca conviene ir acompañado de un guía experto como los de Eureka que nos ayude a encontrarlos. En la actualidad las visitas para ver marcas de huevos se hacen en otro enclave ubicado en el vecino pueblo de Suterranya.

Un (reformado y ampliado) museo para todos los públicos

El Museo de la Conca Dellà muestra el cuello entero de dinosaurio
saurópodo (D. Gutiérrez)
En Isona, la capital de la Conca Dellà, hay un museo que explica el pasado romano de esta villa, Aeso, pero que también hace un repaso a los dinosaurios que habitaron la zona. El centro, recién remodelado y ampliado, propone un viaje por el cretácico y expone diferentes restos paleontológicos recuperados en distintos yacimientos. La visita al Museo de la Conca Dellà resulta muy interesante para entender cómo vivían estos gigantes hace 66 millones de años. Desde el centro también ofrecen visitas guiadas por paleontólogos a los yacimientos antes mencionados.

Un mirador al cretácico en Coll de Nargó

A una hora en coche de Isona está Coll de Nargó (Alt Urgell), donde se llega por una sinuosa y preciosa carretera — la L-511—, muy apreciada por motoristas. Aunque este pueblo no se ubica en la Conca Dellà, también merece una mención. Coll de Nargó cuenta con el mirador del Cretácico (situado en el yacimiento de huevos de titanosaurio más importante de Europa) y el Centro Paleoambiental Dinosfera, que invita a hacer un viaje en el tiempo de 70 millones de años para descubrir cómo se reproducían estos enormes animales.

lavanguardia.com

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