sábado, 31 de agosto de 2024

Ciclo Demanda Ciencia: Conferencia: Dra. Marta Olivares Sevilla · 7 de septiembre de 2024 · Salas de los Infantes

Retomamos, después del mes de agosto, el Ciclo 'Demanda Ciencia' que desde el Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas, la Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León y el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes organizan este ciclo de divulgación científica.

En esta ocasión, la Dra. Marta Olivares Sevilla, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos - CSIC, especialista en ecología microbiana, nutrición y salud, impartirá una conferencia sobre la "Microbiota intestinal: el microuniverso que define nuestra salud".  

Será el próximo sábado 7 de septiembre de 2024 a las 20:00 horas en el Teatro-Auditorio 'Gran Casino' de Salas de los Infantes.

Diplomada en Nutrición Humana y Dietética (2003-3006), licenciada en Ciencia y Tecnología de Alimentos (2006-2008) por la Universidad de Valencia y máster oficial en Ciencia e Ingeniería de los Alimentos (2008-2010) por la Universidad Politécnica de Valencia. Doctorada en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA) del CSIC, en el grupo de Ecología Microbiana, Nutrición y Salud. Su área de investigación se ha centrado en el estudio de la influencia de la microbiota intestinal y otros factores ambientales, como la lactancia materna y la ingesta de gluten, en el riesgo de desarrollar la enfermedad celiaca. Durante su formación predoctoral ha realizado estancias de investigación en la Academia de Ciencias de la República Checa (Praga) y en la Universidad de Michigan (Ann Arbor).

Más información de algunas de las actividades del Ciclo 'Demanda Ciencia'

https://fundaciondinosaurioscyl.blogspot.com/2024/04/el-ciclo-demanda-ciencia-programa.html

viernes, 30 de agosto de 2024

Huellas de dinosaurios revelan un camino que conectaba África con Sudamérica hace 120 millones de años

Huellas de dinosaurios revelaron que estos animales prehistóricos posiblemente alguna vez se movilizaron por un camino que conectaba lo que hoy es África y Sudamérica, según una investigación hecha por un equipo internacional de paleontólogos.

Huella de dinosaurio terópodo | SMU
Estos resultados provienen del análisis de 260 huellas fosilizadas que han sido encontradas en Brasil y Camerún, país de África central. La investigación fue liderada por el paleontólogo Louis L. Jacobs, del Shuler Museum of Paleontology (SMU).

Las huellas pertenecen al Período Cretácico Inferior, antes de que los continentes se separaran del todo, y coinciden en edad, forma y contexto geológico, según un comunicado del SMU.

“Hemos determinado que, en términos de edad, estas huellas eran similares. En sus contextos geológicos y tectónicos de placas, también eran similares. En términos de sus formas, son casi idénticas”, explicó Jacobs.

Las pisadas de dinosaurios se remontan hace unos 120 millones de años atrás en lo que fue el supercontinente Godwana, pero en la actualidad se hallaron a 6.000 kilómetros de distancia unas de otras.

“Una de las conexiones geológicas más jóvenes y estrechas entre África y Sudamérica fue el codo del noreste de Brasil, enclavado en lo que hoy es la costa de Camerún, a lo largo del Golfo de Guinea. Los dos continentes eran continuos a lo largo de ese estrecho tramo, de modo que los animales a ambos lados de esa conexión podían potencialmente moverse a través de él”, aseguró el paleontólogo.

Las huellas de los dinosaurios

De acuerdo con los análisis, las huellas corresponden en su mayoría a dinosaurios terópodos, que tenían 3 dedos, otras pueden ser de saurópodos u ornitisquios. Estos animales pudieron movilizarse por el camino, incluso mientras los continentes comenzaban a separarse.

Recordemos que lo que hoy es África y Sudamérica, se estima, comenzó a separarse hace unos 140 millones de años aproximadamente, pero no fue un proceso inmediato, pudo tomar bastante tiempo.

A la izquierda una huella de terópodo de la cuenca de Sousa, al noreste de Brasil
y a la derecha, huella de terópodo de la cuenca de Koum, en Camerún | SMU
Lo que se separaba exactamente eran las placas tectónicas, esto implicaba que el magma del manto de la Tierra salía a la superficie y formaba nueva corteza oceánica, fallas y otros tipos de relieves a medida que los continentes se alejaban.

En las regiones donde aparecieron las huellas, hacia el noroeste de Brasil y al norte de Camerún, hay rastros de esta separación, cuencas y semifosas, donde quedan sedimentos de ríos y lagos antiguos que contienen las pisadas. Allí también se encontró polen fosilizado que indica una edad de hace 120 millones de años.

En ese momento, “los ríos fluían y se formaban lagos en las cuencas. Las plantas alimentaban a los herbívoros y sustentaban una cadena alimentaria”, señaló Jacobs.

“Los sedimentos fangosos que dejaron los ríos y lagos contienen huellas de dinosaurios, incluidas las de carnívoros, lo que documenta que estos valles fluviales podrían proporcionar vías específicas para que la vida viajara a través de los continentes hace 120 millones de años”, concluyó.

biobiochile.cl

Testigos de la catástrofe: descubren que la extinción de los dinosaurios está escrita en el genoma de las aves

Un estudio pionero identifica, por primera vez, los dramáticos cambios genéticos impulsados por la extinción masiva de hace 65 millones de años y que permitieron la enorme diversificación de las aves actuales

El meteorito que mató a los dinosaurios era un raro asteroide que llegó de más allá de Júpiter

Evolución de los dinosaurios terrestres a las aves./ Archivo.
Hace 65 millones de años, un asteroide de 10 kilómetros de diámetro chocó contra nuestro mundo y cambió para siempre el curso de la vida en la Tierra. La roca espacial puso en marcha una dramática reacción en cadena de cambios que puso punto y final al largo reinado de los dinosaurios, pero abrió al mismo tiempo el camino para la llegada de otras formas de vida.

Poco después del impacto, en efecto, surgieron los primeros ancestros de las aves actuales. Y ahora, un estudio de la Universidad de Michigan ha conseguido identificar, por primera vez, los rastros de aquella catástrofe en los genomas de las aves: cambios dramáticos provocados por la extinción masiva y que permitieron a las aves diversificarse y convertirse en los animales tremendamente exitosos y variados que son hoy. El trabajo se acaba de publicar en 'Science Advances'.

«Al estudiar el ADN de las aves vivas -explica Jake Berv, autor principal del artículo-, podemos intentar detectar patrones de secuencias genéticas que cambiaron justo después de uno de los eventos más importantes en la historia de la Tierra. La firma de esos acontecimientos parece haber quedado impresa en los genomas de los supervivientes de una manera que podemos detectar incluso decenas de millones de años después».

Los componentes fundamentales del ADN (los nucleótidos) se componen de cuatro bases diferentes, denominadas A, C, G y T (adenina, citosina, guanina y timina). Las proporciones de estos cuatro 'ingredientes' dentro del genoma pueden cambiar, lo que resulta en cambios en el desarrollo de las criaturas.

Y eso es precisamente lo que Berv y su equipo descubrieron en su análisis: el evento de extinción masiva provocó cambios en la composición de los nucleótidos de los pocos dinosaurios 'aviares' que sobrevivieron a la extinción. Y también descubrieron que estos cambios parecen estar relacionados con la forma en que las aves se desarrollan cuando son bebés, su tamaño adulto y su metabolismo.

Por ejemplo, aproximadamente entre 3 y 5 millones de años después de la extinción masiva, los linajes de aves supervivientes tendieron a desarrollar tamaños corporales más pequeños. También cambiaron la forma en que se desarrollaron como crías, y más especies se volvieron 'altriciales'. Es decir, que aún están 'incompletos' cuando nacen y necesitan que sus padres los alimenten y cuiden durante muchas semanas, incluso meses. Las aves que nacen listas para valerse por sí mismas, como las gallinas y los pavos, se denominan 'precociales'.

Estudios anteriores sobre la evolución de las aves habían supuesto una composición fija del ADN que no podía cambiar. Pero los nuevos métodos utilizados por los investigadores en su estudio dejaron claro que no es así.

abc.es

miércoles, 28 de agosto de 2024

Así es el primo (lejano) argentino de los Dinosaurios de Salas

El Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes colabora con investigadores argentinos y norteamericanos en la descripción de un nuevo rabaquisáurido en Argentina. El Campananeyen fragilissimus

El Campananeyen fragilissimus es pariente de Demandasaurus Darwini. ECB.
Un nuevo gigante asoma en el universo de los dinosaurios de hace millones de años. Está radicado en Argentina, en la localidad de El Chocón, y pertenece al grupo de rebaquisáuridos gigantes que hace 90 millones de años paseaba por la Patagonia argentina. Campananeyen fragilissimus es un herbívoro único porque tiene rasgos específicos. El saurópodo tiene un ilion extremadamente delgado «hay zonas con un grosor de una hoja de papel» y está invadido por sacos de aire que derivan del sistema pulmonar en su esqueleto.

Es una especie emparentada con un dinosaurio de la Sierra de la Demanda. El único rebaquisáurido descrito en Europa y Asia. El Campananeyen argentino es un primo lejano de Demandasaurus darwini, el gigante de hocico redondeado y herbívoro localizado en Castrillo de la Reina con una antigüedad de 129 millones de años. Es 50 millones de años más viejo que su pariente argentino.

La nueva especie se ha publicado en la prestigiosa revista ‘Historical Biology’ bajo el sugerente título ‘Todos flotaron en el Cretácico: nuevo rebaquisáurido (sauropoda, Diplodocoidea) con un esqueleto altamente neumatizado del Cretácico superior de Patagonia’. El artículo está encabezado por Lucas Lerzo y como segundo firmante el paleontólogo salense Fidel Torcida. Junto a ellos han estudiado las características del ejemplar Juan Ignacio Canale, John Whitlock, Alejandro Otero y Pablo Ariel Gallina.  

El Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes (C.A.S.) han colaborado con el Museo Paleontológico Ernesto Bachmann de Villa El Chocón desde 2009. «En Argentina hay una gran tradición del estudio de dinosaurios, son investigadores muy buenos y tienen mucha riqueza de fósiles, se considera que es el origen de la especie de rebaquisáuridos, con la que asociamos a Demandasaurus, y fue el lugar para mejorar nuestro conocimiento al respecto, desde entonces hemos colaborado con ellos», recuerda el paleontólogo Fidel Torcida. 

Esta zona es la tierra de los saurópodos diplodocoideos de la especie rebaquisáuridos de los que en Europa y Asia solo hay un ejemplar, el Demandasaurus del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes. «Este tipo de especies están mas presentes en América del sur aunque los fósiles de Demandasaurus están más emparentados con africanos como Nigersaurus y son más antiguos que la nueva especie pero era un lugar para su estudio ideal y seguimos manteniendo la colaboración», recuerda Torcida.

Así, participaron en las excavaciones paleontológicas realizadas en la zona en diciembre de 2010 y se acordó el estudio conjunto de dos dinosaurios conservados en esa localidad. Uno de ellos es el descrito como Campananeyen cuyos restos sorprenden a los científicos por su gracilidad. «Es una especie enigmática y lo más peculiar es el grado de neumatización que presenta este nuevo ejemplar, los huesos aligerados son habituales en la especie pero en este caso están ahuecados al máximo, el ilion en algunas zonas llega a tener un milímetro de grosor», explica.

Y con esa ligereza ósea el esqueleto era capaz de sostener y mover animales con toneladas de peso. «Son ejemplares grandes pero muy frágiles que puede deberse a una solución evolutiva para que los animales tan grandes pudieran moverse sin gastar tanta energía», concluye Torcida.

El equipo argentino ultima también en estos meses la investigación de un segundo ejemplar de rebaquisaurido que apareció con Campaneneyen en el que también colaborarán los científicos burgaleses. Una relación bidireccional porque el trabajo con los equipos argentinos también se relacionan con estudios de los fósiles salenses.

El ejemplar que se acaba de describir en Argentina cuenta con una colección de restos formados por una parte del cráneo, una vértebra de la espalda, una vértebra de la cola, el ilion y dos garras del pie. Las piezas del cráneo fueron publicadas previamente definiéndolo como un rebaquisáurido indeterminado. Ahora el estudio de los huesos del cráneo a la cadera presenta evidencias de que el sistema pulmonar invadió el esqueleto de este dinosaurio hasta niveles máximos. Son huesos de aire tremendamente frágiles.

El equipo científico del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes mantiene estas colaboraciones internacionales con Argentina o Marruecos sobre el terreno. «Nuestros fósiles Europatitan o Demandasaurus tienen una proyección internacional y el trabajo científico que hacemos también es reconocido entre los especialistas», señala Torcida. Y en esa labor de investigación se centran, a pesar de que «es frustrante tener cada vez menos medios». Aunque «la investigación es lo que nos gusta, tenemos muchos fósiles y trabajo por hacer». La mejor manera de reivindicar un proyecto científico y cultural ante la indiferencia institucional.

elcorreodeburgos.com

El dinosaurio que une la Patagonia con Burgos

El Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas participa en el estudio que define una nueva especie de rebaquisáurido como 'Demandasaurus Darwini' con huesos de aire, «finos como el papel»

Fidel Torcida con investigadores en una de las estancias en Villa del Chocón
analizando  los restos del rebaquisáurido. ECB.
Un nuevo gigante asoma en el universo de los dinosaurios de hace millones de años. Está radicado en Argentina, en la localidad de El Chocón, y pertenece al grupo de rebaquisáuridos gigantes que hace 90 millones de años paseaba por la Patagonia argentina. Campananeyen fragilissimus es un herbívoro único porque tiene rasgos específicos. El saurópodo tiene un ilion extremadamente delgado «hay zonas con un grosor de una hoja de papel» y está invadido por sacos de aire que derivan del sistema pulmonar en su esqueleto.

Es una especie emparentada con un dinosaurio de la Sierra de la Demanda de Burgos. El único rebaquisáurido descrito en Europa y Asia. El Campananeyen argentino es un primo lejano de Demandasaurus darwini, el gigante de hocico redondeado y herbívoro localizado en Castrillo de la Reina con una antigüedad de 129 millones de años. Es 50 millones de años más viejo que su pariente argentino.

La nueva especie se ha publicado en la prestigiosa revista ‘Historical Biology’ bajo el sugerente título ‘Todos flotaron en el Cretácico: nuevo rebaquisáurido (sauropoda, Diplodocoidea) con un esqueleto altamente neumatizado del Cretácico superior de Patagonia’. El artículo está encabezado por Lucas Lerzo y como segundo firmante el paleontólogo de la localidad burgalesa de Salas de los Infantes Fidel Torcida. El Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (CAS) han colaborado con el Museo Paleontológico Ernesto Bachmann de Villa ElChocón desde 2009. «En Argentina hay una gran tradición del estudio de dinosaurios, son investigadores muy buenos y tienen mucha riqueza de fósiles, se considera que es el origen de la especie de rebaquisáuridos, con la que asociamos a Demandasaurus, y fue el lugar para mejorar nuestro conocimiento al respecto, desde entonces hemos colaborado con ellos», recuerda el paleontólogo Fidel Torcida.

Esta zona es la tierra de los saurópodos diplodocoideos de la especie rebaquisáuridos de los que en Europa y Asia solo hay un ejemplar, el Demandasaurus del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes. «Este tipo de especies están mas presentes en América del sur aunque los fósiles de Demandasaurus están más emparentados con africanos como Nigersaurus y son más antiguos que la nueva especie pero era un lugar para su estudio ideal y seguimos manteniendo la colaboración», recuerda Torcida.

Así, participaron en las excavaciones paleontológicas realizadas en la zona en diciembre de 2010 y se acordó el estudio conjunto de dos dinosaurios conservados en esa localidad. Uno de ellos es el descrito como Campananeyen cuyos restos sorprenden a los científicos por su gracilidad. «Es una especie enigmática y lo más peculiar es el grado de neumatización que presenta este nuevo ejemplar, los huesos aligerados son habituales en la especie pero en este caso están ahuecados al máximo, el ilión en algunas zonas llega a tener un milímetro de grosor», explica.

Y con esa ligereza ósea el esqueleto era capaz de sostener y mover animales con toneladas de peso. «Son ejemplares grandes pero muy frágiles que puede deberse a una solución evolutiva para que los animales tan grandes pudieran moverse sin gastar tanta energía», concluye Torcida.

El equipo argentino ultima también en estos meses la investigación de un segundo ejemplar de rebaquisaurido que apareció con Campaneneyen en el que también colaborarán los científicos burgaleses. Una relación bidireccional porque el trabajo con los equipos argentinos también se relacionan con estudios de los fósiles salenses.

Colaboraciones

El equipo científico del Museo de los Dinosaurios de Salas de los Infantes mantiene estas colaboraciones internacionales con Argentina o Marruecos sobre el terreno. «Nuestros fósiles Europatitan o Demandasaurus tienen una proyección internacional y el trabajo científico que hacemos también es reconocido entre los especialistas», señala Torcida. Y en esa labor de investigación se centran, a pesar de que «es frustrante tener cada vez menos medios». Aunque «la investigación es lo que nos gusta, tenemos muchos fósiles y trabajo por hacer». La mejor manera de reivindicar un proyecto científico y cultural ante la indiferencia institucional.

diariodecastillayleon.es

Pódcast Vive! Radio Burgos · Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes

Con Fidel Torcida, director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos)

Viajamos a Salas de los Infantes porque han descubierto en Argentina un nuevo pariente del Demandasaurus burgalés. 

Del minuto 31:33 al 39:40.


open.spotify.com

domingo, 11 de agosto de 2024

HORARIO MUSEO DE DINOSAURIOS FIESTAS PATRONALES 2024 SALAS DE LOS INFANTES

Con motivo de las Fiestas Patronales de Nuestra Señora y San Roque de Salas de los Infantes, el Museo de Dinosaurios tendrá el siguiente horario:














Después de las Fiestas Patronales, el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, volverá a su horario habitual de apertura. 

¡DESDE EL MUSEO DE DINOSAURIOS Y LA FUNDACIÓN DINOSAURIOS CYL OS DESEAMOS UNAS FELICES FIESTAS A TODOS LOS SALENSES Y A TODOS LOS VISITANTES!

sábado, 10 de agosto de 2024

Semillas fósiles gigantes registran una antigua migración vegetal

Fósiles de frijoles, del tamaño de limas modernas y que están entre las semillas más grandes conocidas, ilustran la evolución de las selvas tropicales del sudeste asiático y de Australia.

Scans of the a giant fossil legume revealed the extinct species is a relative
to the modern black bean tree. Credit: Provided by Edward Spagnuolo.
 All Rights Reserved.
Investigadores de la Universidad de Penn State descubrieron que los fósiles representan un género de leguminosas ahora extinto que vivió en el sudeste asiático y que estaba estrechamente relacionado con el Castanospermum moderno, conocido como el árbol del frijol negro. Este árbol solo se encuentra hoy en día en las selvas tropicales costeras del norte de Australia y las islas vecinas. 

El equipo, que también incluyó paleontólogos con base en Indonesia, Canadá, el Reino Unido y otras partes de los Estados Unidos, informó sobre sus hallazgos en el International Journal of Plant Sciences

Los fósiles, descubiertos en Borneo, Indonesia, datan del período Eoceno, hace aproximadamente entre 34 y 40 millones de años. Sugieren que los antepasados del árbol del frijol negro migraron de Asia a Australia durante la colisión de placas tectónicas que unió las masas terrestres y permitió un intercambio de plantas y animales entre los continentes. 

La colisión de las placas tectónicas del sudeste asiático y de Australia, que comenzó hace unos 20 millones de años y continúa hoy en día, provocó un gran intercambio de especies vegetales y animales entre las masas terrestres, dijeron los científicos. 

Los hallazgos proporcionan la primera evidencia macrofósil de un linaje vegetal que se trasladó desde Asia a Australia después de la colisión tectónica entre Asia y Australia, dijeron los investigadores. Los fósiles también son las legumbres fósiles definitivas más antiguas (la familia de las judías) del archipiélago malayo y el primer registro fósil de plantas relacionadas con el árbol de la judía negra.

"Estas semillas fósiles sugieren que los antiguos parientes del Castanospermum migraron a Australia desde el sudeste asiático durante el evento de colisión tectónica y luego se extinguieron en Asia", dijo en un comunicado Edward Spagnuolo, estudiante de doctorado en el Departamento de Geociencias de Penn State y autor principal del estudio. 

La sugerencia se opone a la mayoría de la evidencia macrofósil directa existente de migraciones de plantas, que representa linajes que se trasladaron desde Australia a Asia. 

Según los científicos, la falta de evidencia directa de un movimiento desde Asia hasta Australia se debe, al menos en parte, a un pobre registro de fósiles de plantas en el archipiélago malayo, que incluye Filipinas, Indonesia, Timor Oriental, Papúa Nueva Guinea y partes de Malasia. 

"Es realmente difícil recolectar fósiles en esta parte del mundo", dijo Spagnuolo. "La mayoría de las rocas de la superficie están destruidas por las fuertes lluvias tropicales o cubiertas por vegetación, agricultura y edificios, por lo que hay pocos lugares donde buscar fósiles aparte de los afloramientos de minas y canteras.

"También hay muy poca infraestructura paleontológica. Tenemos la suerte de contar con una asociación con paleontólogos indonesios del Instituto Tecnológico de Bandung en Java, que hacen posible este trabajo". 

Un equipo de investigación internacional, que incluye a Peter Wilf, profesor de geociencias en Penn State, recolectó los fósiles en 2014 de las vetas de una mina de carbón en Kalimantan del Sur, Borneo indonesio. 

La colección incluía tres frijoles grandes, muestras de polen y alrededor de 40 hojas. Junto con las plantas, el equipo también descubrió diversas huellas fosilizadas de aves, rastros de excavaciones de invertebrados marinos y restos fósiles de tortugas, entre otros fósiles publicados recientemente o en estudio continuo. 

Las semillas son algunas de las más grandes del registro fósil, excluyendo los cocos y algunas otras palmeras. Habrían crecido en una vaina que probablemente alcanzó hasta 3 pies de largo, o la longitud de un bate de béisbol, y cabían hasta cinco semillas, dijeron los científicos. 

Después del trabajo de campo, los fósiles fueron prestados a Penn State, donde las semillas se sometieron a imágenes de tomografía computarizada. Spagnuolo y Wilf analizaron Los fósiles de frijoles se clasificaron taxonómicamente, describiendo caracteres anatómicos útiles para la identificación, y se descubrió que se parecían más al Castanospermum moderno, que no tiene representantes fósiles anteriores. 

"Aunque algunas de las características de estos fósiles son comunes a todas las legumbres, no hay ningún fósil o grupo de legumbres viviente además del Castanospermum que tenga una combinación de características que coincida estrechamente con los fósiles", dijo Spagnuolo. "Eso nos da confianza en nuestra identificación". 

Las semillas fósiles se llamaron Jantungspermum gunnellii. El nombre del género se refiere a la forma de corazón del fósil: jantung significa corazón en indonesio y esperma significa semilla en latín. El nombre de la especie honra al difunto Gregg Gunnell, un paleontólogo de vertebrados que anteriormente trabajaba en el Centro de Lémures de la Universidad de Duke, quien dirigió la excursión de campo. 

Las legumbres son una familia diversa de plantas con flores, con alrededor de 20.000 especies vivas en la actualidad que incluyen muchos árboles tropicales grandes, dijeron los científicos. Pero a pesar de su abundancia y diversidad en los ecosistemas modernos, estas semillas son los únicos fósiles de legumbres definitivos de antes del período Neógeno, el intervalo entre 2,6 millones y 23 millones de años atrás, en los trópicos húmedos del sudeste asiático. 

"Los trópicos son el bioma más diverso de la Tierra", dijo Wilf. "Sabemos muy poco a partir del registro fósil sobre cómo evolucionaron los ecosistemas tropicales, especialmente en Asia, a pesar de que los riesgos de extinción están aumentando rápidamente y perdemos vastas áreas cada año debido a la deforestación. 

"El grupo de paleobotánica de Penn State está trabajando en este problema en el campo con colegas en varios países asiáticos, y los nuevos fósiles gigantes de frijoles de Borneo son un ejemplo fantástico del potencial de descubrimiento".

 Estos hallazgos confirman la presencia de legumbres en el sudeste asiático y llenan un vacío crítico en el registro fósil, dijeron los científicos. 

"Tenemos un gran registro fósil de legumbres para gran parte del mundo, pero no para el sudeste asiático", dijo Spagnuolo. "Nuestro trabajo resalta el potencial paleobotánico descuidado de esta región y la necesidad de más muestreos de fósiles en el archipiélago malayo".

infobae.com

¿Un cocodrilo-zorro? Descubren restos fósiles de un animal desconocido en la Patagonia argentina

La especie descubierta es un pariente evolutivo de los cocodrilos actuales. Los restos fósiles, hallados en Río Negro, Argentina, datan de hace unos 100 millones de años.

Reconstrucción de cómo debía ser en vida un ejemplar adulto típico de
Araripesuchus manzanensis. (Imagen: Gabriel Díaz Yantén)
Si algún viajero en el tiempo tuviera la oportunidad de viajar unos 100 millones de años atrás, en alguna región entre las actuales provincias argentinas de Neuquén y Río Negro, se encontraría, entre la rica fauna de la época, un grupo particular de cocodrilos, los araripesuquios, de no más de un metro y medio de largo y 40 centímetros de alto. Estos animales tenían un hocico angosto y con las fosas nasales al frente, ubicadas del mismo modo que las de un zorro o un perro.

Ahora, unos investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, la Fundación Azara de Argentina y otras instituciones han identificado en el Área Paleontológica de La Buitrera, en Río Negro, restos de una especie de estos antiguos cocodrilos que hasta ahora era desconocida y que ha recibido el nombre de Araripesuchus manzanensis. Esta especie se diferencia de las anteriores especies de araripesuquios halladas en Argentina por sus dientes posteriores menos puntiagudos, más redondeados.

“Esos dientes, que llamamos molariformes, recuerdan a los que podríamos ver en algunos mamíferos que comen animales pequeños de caparazón duro, como caracoles e insectos, lo que se conoce como dieta durófaga. Sin dudas, tener una especie más de araripesuquios aumenta la diversidad de especies de lo que vamos conociendo”, subraya a la Agencia CTyS-UNLaM Sebastián Apesteguía, investigador del CONICET y la Fundación Azara y uno de los autores de la investigación.

Fue justamente Apesteguía el que había descubierto, junto al investigador Diego Pol, otra de las especies de este grupo, en 2005: el Araripesuchus buitreraensis, también en Río Negro. La otra especie de la región (además de otras tres halladas en África) es la A. patagonicus, de Neuquén.

El estudio actual, publicado en la revista académica Journal of Systematic Palaeontology, cuenta con una descripción detallada enfocada en dos cráneos casi completos, de no más de 10 centímetros de largo, además de una mandíbula con la porción anterior del cráneo. Además, se realizaron escaneos por tomografía computerizada para una mejor descripción de los huesos que se encontraban cubiertos de sedimento.

Un cocodrilo con aires de zorro

Cuenta Apesteguía que, en el caso de los araripesuquios, sus ojos se hallaban a los costados de la cabeza. Y que sus brazos y piernas, en lugar de salir hacia los costados, se ubicaban bien debajo del cuerpo. “Así, llevaban su panza lejos del suelo y eso les permitía ser animales ágiles que recorrían al trote el desierto buscando comida animal o vegetal, de un modo más parecido al de los zorros actuales que al de otros cocodrilos. Por eso los conocemos como cocodrilos-zorro”, describe.

De acuerdo con hallazgos anteriores, se sabía que este grupo de cocodrilos fue exitoso, en el sentido de que geográficamente se expandió bastante, como atestiguan los restos de sus especies hallados en diversos lugares. “Pero el hallazgo del Araripesuchus manzanensis es clave porque nos da indicios de cuán diversas pueden ser las especies dentro de este mismo grupo en relación con su dieta. No es fácil hallar nuevos animales que tengan fuentes de alimentación diferentes”, precisa el investigador.

Apesteguía, además, agrega que una de las características más interesantes de este antiguo desierto era que muy pocas especies de animales pequeños y medianos podían vivir en él.

“Eran especies que necesitaban características capaces de hacerlos especialistas. De animales prehistóricos como el esfenodonte o las serpientes Najash, por ejemplo, hemos encontrado cientos y decenas de especímenes, respectivamente, pero siempre de la misma especie. El hallazgo del A. manzanensis, al ser una especie distinta a los otros araripesuquios, nos viene a mostrar un poquito más de complejidad en ese ecosistema”, completa el investigador, en relación con la diversidad taxonómica y ecológica de este grupo de cocodrilos terrestres del desierto.

Otros coautores del estudio son María Lucila Fernández Dumont, también de la Fundación Azara; Diego Pol, del Museo Argentino de Ciencias Naturales; y Paula Bona, del Museo de La Plata.

El nombre de la especie fue elegido para honrar a “El Manzano”, un establecimiento rural, conocido en la década de 1920 como “Rancho de Ávila”, donde las familias Pincheira y Zúñiga brindan, desde 1999, su lugar y cuidados para que el equipo de trabajo pueda acampar y guarecerse de las duras condiciones imperantes al aire libre durante las numerosas campañas paleontológicas a La Buitrera.

La Buitrera ha aportado a la ciencia una impresionante lista de hallazgos completamente nuevos como dinosaurios carnívoros pequeños (Buitreraptor, Alnashetri), herbívoros acorazados (Jakapil), reptiles esfenodontes herbívoros (Priosphenodon) y carnívoros (Tika), lagartijas, serpientes con patas (Najash), pequeños mamíferos de hocico largo (Cronopio), tortugas de agua (Prochelidella) y peces pulmonados. (Fuente: Nicolás Camargo Lescano / Agencia CTyS-UNLaM)

noticiasdelaciencia.com

viernes, 9 de agosto de 2024

Hallan en China algunas de las huellas de dinosaurios más pequeñas del mundo

(EFE).- Un grupo de expertos descubrió recientemente un conjunto de cinco huellas fosilizadas de pequeños dinosaurios del período Cretácico en la provincia occidental china de Gansu que están entre las más pequeñas conocidas en el mundo.

Hallan en China algunas de las huellas de dinosaurios más pequeñas del mundo.
Las huellas, que tienen un tamaño de entre uno y tres centímetros de longitud, fueron halladas recientemente en un complejo llamado Geoparque Global de Linxia, después de que las continuas lluvias a principios de agosto las dejaran expuestas en una superficie rocosa erosionada.

El profesor asociado de la Universidad de Geociencias de China en Pekín Xing Lida, citado hoy miércoles por la agencia Xinhua, indicó que pequeñas huellas similares ya se habían encontrado previamente en las provincias chinas de Sichuan (centro) y Shandong (este), así como en Corea del Sur.

Su aparición en Gansu sugiere una distribución más amplia de estas huellas durante el mismo período, lo cual es “significativo para el estudio de las edades geológicas y la diversidad de dinosaurios en estas regiones”.

Xing destacó el valor científico del descubrimiento, afirmando que ofrece una “nueva perspectiva” sobre la reducción de tamaño experimentada por los dinosaurios, en lo que se considera un paso crucial en la evolución de las aves.

Desde finales de la década de 1990, se han encontrado más de 2.000 huellas de dinosaurios en las inmediaciones.

Según Xing, las nuevas huellas sugieren que los dinosaurios que las dejaron no eran de movimiento rápido y que permanecían cerca del agua: “La superficie rocosa muestra marcas de ondulación claras, lo que indica que los pequeños dinosaurios estaban activos cerca del agua, con muchas huellas de aves acuáticas encontradas junto a ellas, formando una combinación típica que coincide con hallazgos en otras regiones”, agregó.

eldiario.es

Hallaron en Uruguay fósiles del “ave del terror” que se extinguió hace dos millones de años

Padre e hijo encontraron en San José restos fósiles de Phorusrhacidae, un animal de gran tamaño que tuvo su origen hace 60 millones de años y reemplazaron a los dinosaurios como depredadores

Huesos "Aves del Terror", encontrados en Uruguay.
La foto de una garra publicada en el Instagram del sitio especializado Fósiles del Uruguay llamó la atención de Facundo Chamorro y su padre. La imagen les sonaba familiar. El texto que acompañaba la historia en la red social decía que se comprobó en la Antártida la presencia de las conocidas como aves del terror. “Tremendo hallazgo”, resaltaba la publicación.

Los Chamorro se dieron cuenta de que tenían una garra similar en su casa de San José –una ciudad a unos 90 kilómetros de la capital uruguaya Montevideo– y quisieron saber si ellos estaban frente a esa ave llamada oficialmente Phorusrhacidae. Los familiares tenían ese material hace 16 años, pero nunca habían podido descifrar de qué se trataba.

Padre e hijo decidieron entregarle la pieza al paleontólogo Andrés Rinderknecht, que se dio cuenta que estaba ante un elemento prometedor, como publicó la cuenta Fósiles del Uruguay.

“Una vez analizada, se determinó que era la primera falange distal del pie de un ave del terror, la única y primera identificada en nuestro país encontrada en San José”, destaca la publicación.

Luego explica se estos animales son conocidos como Phorusrhacidae. Se trata de un grupo de aves de gran tamaño que ya no existen más. Estuvieron dispersas por toda América y su origen está hace 60 millones de años. Hace 2 millones de años que se extinguieron. “Eran depredadores y de un tamaño notable”, detallan los expertos. Algunas especies estaban cerca de los tres metros de altura.

Rinderknecht dijo que las “aves del terror” es uno de los “bichos raros” difíciles de encontrar en Uruguay. El paleontólogo destacó que la encontrada por Chamorro es la “primera y única” garra que existe en el país. “Es un muy lindo hallazgo”, celebró.

Según el Centro de Estudio Paleontológicos de Chile, la familia de los Phorusrhacidae constituyen un “linaje” que tras la extinción de los dinosaurios “prosperó durante gran parte de la Era Cenozoica” (conocida como la edad de los mamíferos). “El gran tamaño y las características depredadores de este grupo de aves extintas no voladoras las ha hecho conocidas como ‘aves del terror’, ubicándolas en la cúspide de la cadena alimenticia y como un grupo dominante de los ecosistemas del Paleógeno y Neógeno de Sudamérica”, dice el resumen de una publicación académica de este centro.

Las aves del terror habitaron preferentemente en América del Sur hace unos 60 millones de años y reemplazaron a los dinosaurios en su función como depredadores. Eran animales muy desarrollados, que comían a pequeños vertebrados e incluso a mamíferos herbívoros de gran porte, detalla la publicación del investigador Roberto Díaz Aros, de la Universidad de Alicante.

Se cree que estuvieron en la región hasta hace 1,8 millones de años. Esta última presencia estuvo documentada por el hallazgo de restos fósiles de un tibiotarso (un hueso de las aves) encontrado también en San José, donde ahora se comprobó que había una garra.

“La mayor parte de este tiempo, este linaje de aves habitaron en América del Sur, hasta que hace aproximadamente unos 3 millones de años emergió un puente terrestre (istmo de Panamá) entre ambos bloques continentales y estas aves emigraron al Norte, documentándose su presencia en Estados Unidos”, señala el paper.

Las aves del terror habían perdido su capacidad de vuelo y estaban dotadas de enormes y robustos picos. Sus extremidades les servían para alcanzar grandes velocidades, lo que los convertía en veloces cazadoras. Algunas especies de esta familia alcanzaban una velocidad de 97 kilómetros por hora.

“En principio se pensó que la fuerte estructura de los huesos de las patas de estas aves tenían únicamente relación con la necesidad de alcanzar una gran velocidad para dar alcance a sus presas, sin embargo, con el tiempo surgió otras interesante posibilidad, que se observa en aves corredoras actuales como el avestruz y el ñandú”, dice el texto académico.

infobae.com

miércoles, 7 de agosto de 2024

Fósiles hallados en el centro de Groenlandia revelan un peligroso futuro en la Tierra

El derretimiento del 90 % de este territorio en el último millón de años aumenta las predicciones de riesgo de catástrofe por la subida de nivel del mar. Restos de plantas, insectos y hongos del suelo hallados bajo tres kilómetros de hielo son pruebas inequívocas de este acontecimiento.

Halley Mastro observa al microscopio material vegetal antiguo procedente de Groenlandia. / Joshua Brown/UVM

La mayoría de la capa de hielo de Groenlandia desapareció en el último millón de años, con concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera más bajas que las actuales, por lo que es más frágil de lo que los científicos habían estimado.

Esta es la principal conclusión de un nuevo estudio, publicado en la revista PNAS, que proporciona la primera evidencia directa de que el centro (no solo los bordes) de la capa de hielo de esta región se derritió en el pasado geológico reciente.

La isla, ahora cubierta de hielo, albergaba entonces un paisaje verde de tundra, un hecho que aumenta de forma drástica los pronósticos de riesgo de catástrofe global por el aumento del nivel del mar si no se actúa para reducir las emisiones.

Un equipo científico, coliderado por Paul Bierman, científico de la Universidad de Vermont (EE UU) y Halley Mastro, estudiante de posgrado de la misma universidad, junto con otros nueve investigadores examinaron unos cuantos centímetros de sedimento del fondo de un núcleo de hielo.

La capa de hielo de Groenlandia era lo suficientemente sensible a los cambios climáticos naturales como para derretirse casi por completo. / Halley Mastro, Universidad de Vermont 

Las muestras fueron extraídas en el mismo centro de Groenlandia en 1993 y conservadas durante 30 años en un depósito de Colorado. Los investigadores se sorprendieron al descubrir que el suelo contenía madera de sauce, partes de insectos, hongos y una semilla de amapola en perfecto estado.

Escamas de brotes de sauce, semillas de amapola ártica, cuerpos fúngicos y
megasporas  de spikemoss de roca encontradas en la muestra de suelo GISP2
vistas al microscopio en la Universidad de Vermont. / Halley Mastro
“Estos hallazgos nos dicen que la capa de hielo de Groenlandia era lo suficientemente sensible a los cambios climáticos naturales, con niveles más bajos de gases de efecto invernadero en la atmósfera que los actuales, como para derretirse casi por completo y cambiar significativamente el nivel global del mar en aquel entonces, y sabemos que los seres humanos han alterado drásticamente nuestro sistema climático desde entonces”, recalca a SINC Mastro.

Peligros para las poblaciones costeras

Si esto ocurrió sin influencia humana, ahora con un calentamiento del clima a niveles sin precedentes, el pasado está destinado a repetirse, “a menos que reduzcamos los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera, lo que ahora es hielo pronto será agua oceánica”, advierten los autores.

El derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia contribuiría en unos seis metros de subida, ya que toda el agua encerrada en forma de hielo en tierra se liberaría y llegaría al océano. “Si ocurriera lo mismo en la actualidad, ciudades y comunidades costeras como Nueva York, Boston, Yakarta y Bombay sufrirían graves consecuencias”, alerta la científica.

Si ocurriera lo mismo en la actualidad, ciudades y comunidades costeras como Nueva York, Boston, Yakarta y Bombay sufrirían graves consecuencias. / Halley Mastro 

Bierman comenta a SINC: “Varios cientos de millones de personas se verán desplazadas por esa subida del nivel del mar, que ya ha comenzado y aumentará rápidamente a medida que el clima se caliente. Pasarán de varios siglos a varios miles de años antes de que desaparezca todo el hielo de Groenlandia. pero gran parte del calentamiento futuro ya es seguro, porque los niveles de carbono atmosférico se mantendrán altos durante decenas de miles de años”.

Paisaje rocoso con plantas de tundra cerca de la costa oriental de Groenlandia,
similar a cómo pudo haber sido el interior de la isla cuando su enorme capa
de hielo se derritió. / Joshua Brown
Según los científicos, esta será la consecuencia más grave, pero, además, la pérdida de hielo en el Ártico provocará el oscurecimiento de la superficie. “La nieve y el hielo reflejan la mayor parte de la luz solar entrante enfriando el planeta. Cuando desaparece el hielo, el suelo oscuro y las plantas absorben más radiación solar y provocan un mayor calentamiento”, explica el experto.

Una Groenlandia verde

En las últimas décadas, los científicos han visto que el Ártico se está calentando más rápidamente que el resto del planeta y esto ha provocado que en algunos lugares se observen tendencias de "reverdecimiento", sobre todo utilizando satélites.

“Se cree que se debe principalmente a una expansión de la vegetación arbustiva hacia el norte. Dicho esto, Groenlandia sigue albergando una de las dos mayores capas de hielo del mundo, que retiene en forma de hielo el agua equivalente a unos siete metros de aumento del nivel del mar”, señala la investigadora de la Universidad de Vermont.

Todos estos resultados nos ayudan a saber que tenemos que actuar con más urgencia y trabajar para eliminar de la atmósfera el carbono que ya hemos emitido. / Halley Mastro 

Este aumento supone hoy más de 2,50 cm por cada década. “Y cada vez lo hace más rápido”, dice Bierman.

El fenómeno de deshielo pasado probablemente perduró durante muchos miles de años, tiempo suficiente para que se formara el suelo y se arraigara un ecosistema. “Todos estos resultados nos ayudan a saber que tenemos que actuar con más urgencia para disminuir las emisiones y trabajar para eliminar de la atmósfera el carbono que ya hemos emitido”, concluye Mastro.

Referencia:

Halley Mastro et al. "Plant, insect, and fungi fossils under the center of Greenland's ice sheet are evidence of ice-free times". PNAS

Fuente: SINC

Derechos: Creative Commons.

agenciasinc.es

Los mamíferos comenzaron a diversificarse mucho antes de la extinción de los dinosaurios

La evolución de los mamíferos ha estado marcada por eventos importantes, como la extinción masiva que acabó con los dinosaurios no avianos y que se cree facilitó el auge de los mamíferos.

En un estudio publicado en Science, que combina información sobre especies actuales y extintas, los científicos encontraron que los mamíferos habían comenzado a diversificarse antes de esa extinción masiva, y que esta última afectó más a las especies con bajas tasas de especiación, es decir, aquellas que generan pocas especies.

Una de las grandes preguntas de la biología evolutiva es por qué la biodiversidad varía de forma tan espectacular entre unos grupos de organismos y otros. En los mamíferos, por ejemplo, el grupo de los marsupiales y los placentarios cuenta con más de 6,500 especies vivientes reconocidas, mientras que su grupo hermano, los monotremas (como el ornitorrinco y el equidna), cuenta solo con 5 especies vivientes reconocidas actualmente, una asimetría que parece haberse mantenido desde su origen.

Para entender por qué varía así la diversidad, es necesario examinar los cambios en la diversificación, es decir, el resultado neto entre la generación de nuevas especies (especiación) y la disminución por su desaparición (extinción). A lo largo de la historia evolutiva de los mamíferos, que se extiende por más de 200 millones de años, varios eventos han influido en su diversificación, incluyendo la adquisición de innovaciones evolutivas como la placenta, la aparición de las plantas con flores, su interacción con los dinosaurios y la extinción masiva que siguió y que acabó con todos los dinosaurios, excepto las aves (extinción masiva "K-Pg"), entre otros.

Los científicos estudiaron la radiación evolutiva de los mamíferos combinando información sobre miles de especies filogenéticas y fósiles con un nuevo modelo flexible que proporciona una resolución fina de cómo la diversificación ha cambiado con el tiempo y a través de las líneas evolutivas. La integración de especies existentes y extintas a esta gran escala ha sido esencial para reconstruir mejor las dinámicas de diversidad, especiación y extinción en los mamíferos a lo largo de tiempos profundos.

Los científicos encontraron que los mamíferos, en particular aquellos con placenta, aceleraron su diversificación mucho antes de la extinción de los dinosaurios, lo cual contrasta con la idea de que los dinosaurios limitaron la riqueza de los primeros mamíferos. Durante la extinción masiva que siguió, hace unos 66 millones de años (en el límite K-Pg), y que mató a la mayoría de los dinosaurios, la diversidad de los mamíferos también fue gravemente afectada, sobreviviendo solo un tercio de las especies.

Radiación completa de mamíferos, incorporando el árbol de especies existentes, las líneas que se han extinguido o que no han sido muestreadas actualmente (una muestra de árbol representativo completo); los colores más cálidos representan tasas de especiación más altas. Los arcos radian coloridos que los rodean identifican la diversidad de los 14 clados de mamíferos, con siluetas de especies y números romanos para la identificación. Las líneas grises punteadas especifican la escala de tiempo cada 40 millones de años en el pasado, y las líneas grises completas especifican, en orden, el evento de extinción masiva K-Pg. / Ignacio Quintero.

De manera intrigante, las líneas de mamíferos que sobrevivieron a la extinción masiva K-Pg no fueron aquellas con tasas de extinción de fondo más bajas, sino aquellas con tasas de especiación de fondo más altas, es decir, aquellas que producían más especies en el momento del evento. La extinción de las líneas con especiación lenta se traduce en un aumento de las tasas promedio de especiación al comienzo del Cenozoico, dando una ventaja evolutiva a ciertas líneas sobre otras, especialmente a los placentarios frente a los marsupiales.

Sin embargo, incluso dentro de estos grupos, las velocidades de especiación varían considerablemente entre líneas, lo que sugiere que los periodos de generación rápida de especies dependen de una combinación impredecible y efímera de diferentes factores. El estudio revela una visión contingente de la macroevolución, donde la acumulación de la biodiversidad no se explica por unas pocas innovaciones o eventos ambientales destacados, sino que depende de líneas que experimentan temporalmente condiciones óptimas de especiación.

Referencias:

Imbalanced speciation pulses sustain the radiation of mammals

Quintero, I., Lartillot, N., Morlon, H.

Science, 30 de mayo de 2024, DOI:10.1126/science.adj2793

techno-science.net

viernes, 2 de agosto de 2024

Dinosaurios de un ecosistema tropical en la Sierra de la Demanda

Revista Agalsa Sierra de la Demanda · Verano 2024 · Número 61

Texto y foto: Fidel Torcida (director de la XXI Campaña de excavaciones paleontológicas en la Sierra de la Demanda)











































sierradelademanda.com

jueves, 1 de agosto de 2024

Todo un éxito en las excavaciones del mes de julio

El director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) y de la XXI Campaña de excavaciones paleontológicas en la Sierra de la Demanda, Fidel Torcida, nos cuenta cómo se han desarrollado las excavaciones del mes de julio.

canal54.es

Dinosaurios olvidados

DIARIO DE CASTILLA Y LEÓN











Ricardo Gª Ureta

Cada verano es más evidente y más difícil de ocultar que Castilla y León lleva décadas desaprovechando de una manera incomprensible el potencial científico, turístico y de vertebración del medio rural que supone la importantísima y abundante presencia de restos fósiles de dinosaurios en varios provincias de la Comunidad, principalmente en Burgos y Soria. Es tan arbitraria la gestión de este patrimonio prehistórico que cae en la incongruencia total y a nadie se le rasgan las vestiduras por sostener sin enmendar este sin sentido. Porque no me dirán que no se puede calificar de otra manera el hecho de que existen emplazamientos de huellas de dinosaurios que han sido declarados como bien de interés cultural por la Junta de Castilla y León, pero por el contrario carecen de esa misma figura de protección y reconocimiento los yacimientos en los que se están hallando los fósiles de los dinosaurios que dejaron esas huellas hace millones de años. La huella sí, pero el bicho no. Esto es dinofobia y está asentada en la administración autonómica. Otra cuestión incomprensible es que todo lo que tenga que ver con la prehistoria del hombre, incluida la evolución humana y, como no, Atapuerca, está tutelado y protegido por la Consejería de Cultura, donde no pierden la ocasión de colgarse la medalla por los descubrimientos y hacerse la foto en Atapuerca con restos fósiles que pudieran ser de oso cavernario o de cualquier otro bicho. Esos restos, que los hay a paladas, sí estarían amparado porque Atapuerca no sólo es BIC, es Patrimonio de la Humanidad. Pero el rarísimo y antiguo ankilosaurio con armadura corporal descubierto este verano en la comarca de La Demanda de Burgos carece de esa misma protección. Tal es la incoherencia que todo lo que tiene que ver con dinosaurios no corresponde a la consejería de Cultura sino a la de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio. Científicos y estudiantes llegan de toda España y el extranjero a excavar en Salas de los Infantes y la Demanda en vista de los prolíficos yacimientos que desvelan cada año restos de gran valor. De hecho, hay especies únicas en el mundo que se han descubierto por los investigadores del Colectivo Arqueológico Salense, pero para la administración autonómica entran en el mismo saco que la repoblación de truchas en el río Pedroso, que el arreglo de la casa del cura de no sé qué pueblo para convertirla en vivienda joven o cualquiera otra de las múltiples competencias que acumula la consejería de Medio Ambiente. Verano tras verano, año tras año van surgiendo hallazgos que hacen insostenible que Castilla y León no monte en La Demanda un complejo como el de Atapuerca dedicado a los dinosaurios. Razones científicas las hay.

diariodecastillayleon.es