viernes, 22 de noviembre de 2024

Científicos pretenden resucitar el sonido de este dinosaurio

Expertos de la Universidad de Nueva York han presentado ya sus resultados preliminares y esperan poder reconstruir el sonido que hacía el Parasaurolophus

Paleoarte de un Parasaurolophus walkeri. / Stevoc86 / Wikimedia Commons
Cada vez somos más conscientes de cómo nos ha condicionado la industria del cine. Nuestras expectativas están mediadas por sus historias y, dejando a un lado la muy necesaria crítica al machismo de la industria y a los inalcanzables cánones de belleza que impone, sus garras han llegado incluso más lejos, hasta la ciencia. ¿Cómo sonaba un dinosaurio? Estamos tan acostumbrados a escucharlos bramar en las películas que apenas nos percatamos de que, en realidad, no tenemos prácticamente ni idea. Es una de las grandes incógnitas de la palentología aunque, ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva York pretenden resucitar la voz de uno de estos “lagartos terribles”.

Concretamente, su mirada está puesta en los Parasaurolophus, un género de dinosaurios herbívoros con pico de pato (hadrosaurios) que posiblemente nos suenen por su icónica cresta en forma de tubo “repeinado”. En la ficción los hemos visto numerosas veces con crestas a cada cual más fantasiosa pero las reconstrucciones más rigurosas son austeras y lo representan con la cresta desnuda, sin membranas ni estructuras adicionales. Y es que, precisamente como hay mucho que desconocemos, lo más cauto es reducir las especulaciones al mínimo y quedarnos con lo que sabemos con gran seguridad, por ejemplo: que la cresta de estos dinosaurios tenía una función sonora, permitiéndoles actuar como una caja de resonancia. Dicho de otro modo: las estructuras internas amplificaban y regulaban el sonido como hace un tambor o el cuerpo de una guitarra.

Lo que sabemos hasta ahora

Durante la últimas décadas se han publicado muchos estudios sobre los sonidos que podían producir los dinosaurios y, en concreto, el Parasaurolophus (en especial el Parasaurolophus walkeri) ha sido muy protagonista. Tenemos incluso imágenes de sus cráneos obtenidas por tomografía computarizada y, por supuesto, modelos digitales a partir de esa información. En particular, los modelos se centran en la cresta que caracteriza a este género y que nos ocupa hoy, explorando su función como posible cámara de resonancia.

Si nos basamos en esos estudios, debemos tener en cuenta que, mediante simulaciones, demostraron cómo la estructura amplificaría sonidos graves que podrían haber sido usados para comunicación a larga distancia. Además, se apoyaron en estudios de huellas cerebrales fósiles esto es: los volúmenes del interior de su cráneo para determinar qué estructuras cerebrales estaban más desarrolladas y ver qué funciones cumplen en sus parientes vivos más cercanos (aves y cocodrilos). Así pues, parece que tenían un sentido del oído bastante sofisticado, lo que sugiere que los Parasaurolophus estaban adaptados para interactuar en un entorno acústico complejo, puede que en manadas bastante escandalosas o, quizás en un entorno con mucho ruido de fondo. Este estudio no solo propone una hipótesis sólida sobre cómo podrían haber sonado estos dinosaurios, sino que también refuerza la idea de que el sonido jugaba un papel crucial en su comportamiento social.

Dame un si(mulador)

Un modelo impreso en 3D de los cráneos de Parasaurolophus a una escala de 1:3
en comparación con el fósil original. El modelo blanco representa
los pasajes nasales dentro del cráneo. Hongjun Lin / Eurekalert
A partir de los estudios previos, el equipo de investigadores de la Universidad de Nueva York ha diseñado un modelo físico que, dicho de otro modo, no es más que una maqueta que, en este caso, se comporta de forma parecida a como podría hacerlo al cresta de estos dinosaurios. Para ello, también han tenido en cuenta ejemplos modernos de parientes cercanos, como las aves, cuyas crestas en ocasiones también actúan como cajas de resonancia. El modelo dista mucho de parecerse a la bestia prehistórica de 80 millones de años de antigüedad, 5 metros de alto y más de 3.000 kilos, pero el aparato, apodado “linophone”, es una aproximación interesante. En pocas palabras, el modelo consistía en una estructura similar a las cavidades de resonancia de la cresta del Parasaurolophus suspendida en el aire con hilos de algodón.

Los investigadores reprodujeron sonidos utilizando este modelo y captaron el resultado con un micrófono para luego analizar los datos. Y, hasta donde han podido estudiar, los resultados encajan con lo esperado a partir del modelo matemático que han utilizado, confirmando que sus investigaciones van por buen camino. “Quería algo simplificado y accesible tanto para modelar como para construir un dispositivo físico”, explicó Hongjun Lin, que ha presentado los resultados del modelo físico hoy en el 187º Encuentro Virtual de la Sociedad Acústica de América.

“Pasaba horas leyendo libros, viendo películas e imaginando cómo sería si los dinosaurios todavía existieran. No fue hasta la universidad que me di cuenta de que los sonidos que escuchamos en películas y programas—aunque hipnóticos—son completamente fabricados utilizando sonidos de animales modernos. Fue entonces cuando decidí profundizar y explorar cómo podrían haber sonado realmente los dinosaurios”. Testimonios que el experto remató con una clara declaración de intenciones: “Mi objetivo final es recrear el sonido del Parasaurolophus”, un sueño que todavía está lejos a pesar de los muchos intentos que la paleontología ya carga a sus espaldas, pero que, sin duda, está un poco más cerca que ayer.

QUE NO TE LA CUELEN:

Durante algún tiempo se supuso que los dinosaurios, tal vez, no eran capaces de vocalizar, dado que los cocodrilos no tienen cuerdas vocales y son sus parientes vivos más próximos junto con las aves. Sin embargo, las hipótesis más aceptadas sostienen que eran capaces de modular la voz de forma más parecida a como lo hace un pájaro que al aéreo sonido que emite un cocodrilo.

REFERENCIAS (MLA):

Acoustical Society of America. “The Parasaurolophus’ Pipes: Modeling the Dinosaur’s Crest to Study Its Sound”. 187th Meeting of the Acoustical Society of America, 21 Nov. 2024.

Riede T, Eliason C, Miller E, Goller F, Clarke J. Coos, booms, and hoots: The evolution of closed-mouth vocal behavior in birds. Evolution (N Y). 2016;70(8):1734-1746. doi:10.1111/evo.12988 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/27345722

Clarke J, Chatterjee S, Li Z et al. Fossil evidence of the avian vocal organ from the Mesozoic. Nature. 2016;538(7626):502-505. doi:10.1038/nature19852 https://static1.squarespace.com/static/5440102fe4b06dfc38466967/t/5804ff769f745696920778ed/1476722554263/fossil-evidence-of-the-avian-vocal-organ-from-the-mesozoic.pdf

Senter P. Voices of the past: a review of Paleozoic and Mesozoic animal sounds. Hist Biol. 2008;20(4):255-287. doi:10.1080/08912960903033327 https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/08912960903033327

larazon.es

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