martes, 19 de noviembre de 2024

Los primeros coleccionistas de fósiles de la historia

Hace 46.000 años los neandertales de la cueva burgalesa de Prado Vargas recolectaban fósiles marinos del Cretácico y los trasladaban al interior de esta cavidad de Ojo Guareña, donde tenían su campamento

Los primeros coleccionistas de fósiles de la historia
Por su belleza, para jugar, a modo de moneda de cambio o como elemento identitario del grupo. Una de estas cuatro hipótesis explicaría el motivo que llevó a los neandertales de Prado Vargas a reunir en su cueva la primera colección de fósiles marinos de la historia, hace 46.000 años. Un grupo de investigadores coordinados por la profesora de la Universidad de Burgos Marta Navazo Ruiz acaba de publicar un artículo en la revista internacional Quaternary con los resultados del análisis de los 15 fósiles marinos que desde el año 2016 se han descubierto en la excavación sistemática del nivel 4 del yacimiento de Ojo Guareña.

También se apunta la posibilidad de que fueran los niños quienes se encargarán de ello, ya que hay estudios que prueban que la afición por coleccionar objetos aparece en la infancia, entre los 3 y 6 años, y continúa hasta los 12 para después debilitarse y reaparecer a partir de los 40 años.

El estudio taxonómico de los fósiles ha dado como resultado que todos ellos pertenecen al filo de los moluscos (Mollusca), excepto uno de ellos, que se corresponde con el filo en el que se engloban los erizos de mar (Echinodermata). De los moluscos, la mitad pertenecen a la clase de los bivalvos (Bivalvia) y la otra mitad a la de los gasterópodos (Gastropoda). Dentro de los gasterópodos encontramos que la familia mejor representada con seis especímenes es la de los tylostoma (Tylostomatidae). Los tylostomas son fósiles que pertenecen a la misma clase que los caracoles actuales y que pueden alcanzar los 10 cm, poseen una concha holostomada, con varias espiras, la última de las cuales es de mayor tamaño. Los fósiles de tylostomas hallados en la cueva de Prado Vargas fueron caracoles que habitaron sobre la superficie de fondos marinos poco profundos hace millones de años.

La formación de estos fósiles marinos se produjo durante el Cretácico superior, entre los 100 y los 66 millones de años, en la época de los dinosaurios. Muchos millones de años antes de la aparición de los primeros homininos. En dicho periodo toda esta parte de la Península Ibérica se encontraba sumergida y formaba parte de un mar. Fue la precipitación del carbonato cálcico de estos animales lo que originó en el fondo de este mar la roca caliza. Con el paso del tiempo, los movimientos tectónicos y la acción erosiva del agua, elevó y modificó estos estratos calcáreos, de tal manera que, cuando llegaron los neandertales a Ojo Guareña se encontraron un paisaje y un sistema de cuevas muy parecido al actual, en el cual se conservaban algunos depósitos Cretácicos que contenían estos fósiles.


Los neandertales de la cueva de Prado Vargas, en sus continuos recorridos por el territorio en busca de alimento, maderas para fabricar sus jabalinas o sílex para tallar sus herramientas, localizaron varios depósitos donde afloran estos fósiles. Estos grupos de neandertales procedieron a recogerlos y trasladarlos hasta la cueva, la cual se encuentra a una distancia entre dos y cuatro kilómetros de los diferentes afloramientos con fósiles.

¿Pero por qué los neandertales recolectaron fósiles? Para los coleccionistas prehistóricos, estos fósiles debieron tener un carácter especial más allá del objeto mismo, ya que solamente uno de los fósiles presenta estigmas de haber sido utilizado como percutor para fabricar sus herramientas de piedra. Está claro que la selección y traslado de estos fósiles por parte de estos neandertales al interior de la cueva tienen algún significado y simbolizan algo. Esto ha llevado al equipo investigador a plantear diferentes hipótesis para explicar este comportamiento:

1.- Pudieron haber sido coleccionados simplemente por razones estéticas porque les gustaba la forma de los fósiles.

2.- Pudieron haber sido coleccionados para ser utilizados como elementos para intercambiar dentro del grupo o con otros grupos de neandertales.

3.- Pudieron haber sido coleccionados para ser utilizados como elementos para jugar en el propio campamento.

4.- Pudieron haber sido coleccionados para reforzar la identidad cultural como un elemento de cohesión social del propio grupo, en la medida que estos fósiles les relacionaban directamente con el territorio en el que vivían.

En resumen, es posible que los neandertales de Prado Vargas encontraran los fósiles intencionalmente o por casualidad, pero lo que está claro es que su transporte hasta la cueva fue deliberado, sistemático y repetitivo, por lo que se constata su impulso e interés por recolectar estos fósiles. De esta forma, los neandertales de esta cueva burgalesa se han convertido, hasta el día de hoy, en los primeros coleccionistas de fósiles de nuestro proceso evolutivo.

En el artículo han colaborado investigadores de la UBU, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, de la Universidad de Málaga y del Museo de la Evolución Humana.

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