martes, 28 de marzo de 2017

Los drones ya son capaces de desenterrar dinosaurios

DRONES ARQUEOLÓGICOS


Ya no hace falta sacar un molde de sus huellas.
Hace 24 años ya de aquella escena en Parque Jurásico en la que un Alan Grant apesadumbrado le contestaba a un ayudante que usaba un escáner para ver huesos enterrados y soltaba una frase premonitoria: “Dentro de unos años no tendremos ni que excavar”. Pues eso es básicamente lo que está haciendo un equipo de expertos, usando la tecnología de los drones para encontrar huellas de dinosaurios.

Capaces de desenterrar dinosaurios

Anthony Romilio, del Laboratorio de Biomecánica y Paleontología de Vertebrados en la Universidad de Queensland, Australia, y su equipo han aprovechado la medición por láser y la capacidad de movimiento y autonomía que da un dron en una ‘autopista de dinosaurios’, un lugar por el que estas bestias transitaban masivamente- Localizada en la costa noroeste de Australia, Romilio y lo suyos han usado láseres, drones e imágenes fotográficas aéreas de alta resolución para rastrear las huellas de decenas de teròpodos de dos patas y saurópodos de enormes cuerpos que pasaron por allí hace ‘sólo’ 130 millones de años, en pleno Cretácico.

Un mapa 3D generado con la combinación de tecnologías documentando la
 autopista de dinosaurios
Si hay algún paleontólogo leyendo, seguro que se preguntará porqué sencillamente no salieron a hacerlo de la forma habitual, que es haciendo fotos, trazando a mano un perímetro alrededor de la huella y sobre un trozo de plástico, y sacando un molde de esta. Pues sencillamente porque A- es un método que consume mucho tiempo y recursos humanos y técnicos; y B- porque en este caso hablamos de una autopista de dinosaurios que la mayoría del tiempo está bajo el agua de la costa australiana debido a su enclave. Y sacar moldes de una excavación de 100 kilómetros en potencia sería inasumible.

Moldes digitales

¿Se ha quedado la ciencia anticuada? ¿O como diría Ian Malcom, "extinta"?
Combinando los datos obtenidos de las fotos aéreas, los drones y la medición láser, el equipo pudo documentar con más rapidez el hallazgo creando un modelo 3D del paisaje con más fidelidad y muchos más datos. Lo bueno de los mapas digitales es que son capaces de mostrar un nivel nuevo de detalle sobre las propias huellas que sacándolas en un molde. De hecho “puedes ser capaz de confirmar qué tipo de dinosaurio era, si se estaba moviendo de una forma en particular, si lo que has encontrado no es en sí huellas de dinosaurio”, si se movían en manadas, la velocidad de su paso, etc.

Lo siento doctor Grant, pero como su alumno le decía hace 24 años, hemos llegado a un punto en el que ya no habrá que excavar siquiera para obtener información sobre nuestro pasado.

La diversidad de dinosaurios de Portugal es mayor de lo que se pensaba

Al menos cuatro grupos diferentes de saurópodos convivieron en el Jurásico superior de Portugal, hace unos 150 millones de años. Un estudio detallado de muestras de dientes procedentes de estos dinosaurios, en el que participa la Universidad Nacional de Educación a Distancia, revela que la disparidad ecológica de estos dinosaurios podría ser mayor que la conocida en registros de América del Norte o África.

Los cuatro grandes grupos de saurópodos identificados en el Jurásico superior de la península ibérica 
relacionados con su tipo de dentición. De izda a dcha, arriba: turiasaurios y diplodocoideos; 
abajo: braquiosaurios y camarasauriformes. / Reconstrucción de Carlos de Miguel.

















El estudio de más de 60 dientes de saurópodos del Jurásico superior (hace entre 161 y 145 millones de años) hallados en la costa de Portugal sugiere que, a pesar de que el número de especies registradas es mucho menor que en América del Norte para el mismo periodo, la disparidad de grupos que habitaron la cuenca lusitánica pudo haber sido mayor. Mientras que en Norteamérica existen más especies que se incluyen en tres grandes grupos –diplodócidos, camarasáuridos y braquiosáuridos–, tanto en España como en Portugal se registra un grupo más, los turiasaurios.

“Esta diversidad podría ser parcialmente explicada por el hecho de que los ambientes en la península ibérica durante el Jurásico superior serían más húmedos promoviendo una mayor disparidad de faunas que la registrada en el oeste de América del Norte, donde predominan los ambientes semiáridos de tipo sabana”, señala Francisco Ortega, quien dirige el Grupo de Biología Evolutiva de la Universidad nacional de Educación a Distancia (UNED).

El estudio, recién publicado en Papers in Palaeontology, pretende conocer mejor la diversidad de los dinosaurios saurópodos en la península ibérica mediante la descripción detallada de los distintos tipos de dientes y su comparación con el registro conocidos en España, América del Norte y África.

Dientes que indican la diversidad de dinosaurios

El equipo de paleontólogos portugueses y españoles ha reconocido, a partir de la forma general y algunos caracteres microscópicos de la superficie, cuatro tipos de dientes que se asocian a distintos saurópodos: dientes con forma de corazón (turiasaurios), dientes con forma de lápiz (diplodocoideos), dientes en forma de cuchara (camarasáuridos) y dientes en forma de espátula o de cincel (braquiosáuridos). Una diversidad congruente con la que se ha propuesto en los últimos años a partir de restos esqueléticos.

“Esta disparidad, reconocida en este trabajo a partir de los dientes, indica diferentes procesos de alimentación, probablemente adaptaciones a consumir distintos tipos de vegetación, lo que indicaría un reparto de los nichos del ecosistema”, explica Pedro Mocho, primer firmante del artículo. “Así, se puede interpretar que algunas especies se alimentarían de vegetación de menor altura (como en el caso del diplodócido Dinheirosaurus), mientras que otras consumirían vegetación de porte arbóreo (probablemente Lusotitan y Lourinhasaurus)”, subraya.

Además de esta variedad de grupos, se ha observado una marcada variabilidad morfológica en cada uno de los tipos de dientes, lo que podría interpretarse como consecuencia de las variaciones de la forma de los dientes según su posición en el cráneo, o debido a la presencia de especies aún no descritas.

La investigación se basa fundamentalmente en una colección de material depositada en la Sociedade de História Natural en Torres Vedras, Portugal. El estudio ha sido liderado por el paleontólogo portugués Pedro Mocho del Natural History Museum of Los Angeles County (EEUU) con la colaboración de investigadores del Grupo de Biología Evolutiva de la UNED, de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, de la Sociedade de História Natural, del Instituto Don Luiz y del Museu Nacional de História Natural e da Ciência (Portugal).

Referencia bibliográfica:         

Pedro Mocho, Rafael Royo-Torres, Elisabete Malafaia, Fernando Escaso, and Francisco Ortega. 2017. "Sauropod tooth morphotypes from the Upper Jurassic of the Lusitanian Basin (Portugal)". Papers in Palaeontology marzo de 2017

La ciudad lusa de Lourinha exhibirá en sus calles a tamaño real los dinosaurios del Jurásico

La ciudad costera portuguesa de Lourinha, al norte de Lisboa, sorprenderá a partir de esta semana tanto a sus habitantes como a los turistas con seis dinosaurios a tamaño real colocados en lugares estratégicos de la localidad.

La ciudad costera portuguesa de Lourinha, al norte de Lisboa, sorprenderá 
tanto a sus habitantes como a los turistas con seis dinosaurios a tamaño real 
colocados en lugares estratégicos de la localidad. EFE/ Archivo
Según informó a EFE el Ayuntamiento de Lourinha, se trata de modelos como el "Tiranosaurios Rex" (de 640 kilos y 13 metros de largo), el "Triceratops" (500 kilos y 7 metros) o el "Styracosaurus" (340 kilos y 6 metros), que formarán parte del paisaje urbano de esta ciudad próxima a la playa de Peniche, con gran tirón turístico.

La media docena de dinosaurios, construidos todos en Alemania, se completa con réplicas de un "Stegosaurus", un "Allosaurus Jungtie" y el "Fotokopf Raubsau".

Esta iniciativa forma parte del proyecto "Parque de los Dinosaurios", un parque temático que está en construcción y que se abrirá al público el próximo año para mostrar 120 dinosaurios a tamaño real.

En esta ciudad se encuentra el Museo de Lorinhã, que posee la mayor colección ibérica de fósiles de dinosaurios del Jurásico Superior.

Entre esos fósiles con 150 millones de años, se encuentran varios vestigios de dinosaurios carnívoros, como el "Lourinhanosaurus Antunesi", o los gigantescos herbívoros, como el "Dinheirosaurus Lourinhanensis".

El Museo expone una serie de dinosaurios que son los únicos ejemplares conocidos de esas especies y también exhibe observar fósiles de diferentes invertebrados, peces, cocodrilos, tortugas o mamíferos.

Las salas del museo también cuentan con huevos fósiles de dinosaurio carnívoro, junto con los embriones de dinosaurio más antiguos del mundo, además del segundo nido de cien huevos, el segundo más grande del mundo, según el museo.

El Ayuntamiento de Lourinha quiere convertirse en uno de los centros mundiales más representativos para los turistas interesados en conocer el mundo de los dinosaurios.

Incluso ha señalizado varias rutas por diferentes caminos próximos a la costa que discurren por zonas en las que han sido localizados vestigios de estos animales prehistóricos.

Además, para el próximo mes de agosto, entre el 11 y el 13, Lourinha organizará el evento "Dinosaurios salen a la calle" para a traer a todo tipo de turismo, especialmente el familiar, ya que habrá actividades para grandes y pequeños en torno a los dinosaurios.

Un 'Jurassic Park' de dinosaurios en la costa de Australia

Unos investigadores descubren en un paraje remoto del noroeste del país 150 huellas de 21 especies diferentes

Una de las mayores huellas encontradas en Walmadany, en el noroeste de 
Australia. Stiven Salisbury.
Un total de 150 huellas de 21 especies diferentes de dinosaurios han sido localizadas en la costa de Walmadany, una región inhóspita del noroeste de Australia, según han anunciado investigadores de la universidades de Queensland y James Cook. El descubrimiento, dicen sus autores, no tiene precedentes en el mundo por el tamaño, la antigüedad y la variedad de las pisadas. "Es un lugar mágico, es el Jurassic Park australiano", ha declarado el coordinador de los trabajos, el geólogo y biólogo Steve Salisbury.

Las huellas corresponden a seis especies de saurópodos herbívoros de cuello largo, seis de dinosaurios con armadura, cinco de dinosaurios depredadores y otras cuatro de ornitópodos herbívoros bípedos, según ha informado la universidad en un comunicado. Se calcula que tienen una antigüedad comprendida entre 90 y 115 millones de años.

El hallazgo se ha publicado en la revista especializada Journal of Vertebrate Paleontology.

Entre las huellas descubiertas destacan varias correspondientes a saurópos que miden 1,7 metros de largo, sin parangón en el mundo, aunque posiblemente el animal que las creó no pasara de seis metros. Otra es el primer registro de un Stegosaurus en Australia. Por la variedad de grandes dinosaurios, la región debió de ser "una especie de Serengeti del Cretáceo", considera Salisbury.

Salisbury afirma que el descubrimiento "es extremadamente importante porque supone el primer registro de dinosaurios no aviarios en la mitad occidental del continente y es la única huella de la fauna de dinosaurios de Australia durante la primera mitad del Cretáceo temprano".

La región, que contiene miles de huellas de dinosaurios, fue incluida en el Patrimonio Nacional de Australia en el 2011..

ABORÍGENES AUSTRALIANOS

El pueblo aborigen Goolarabooloo, habitante tradicional de Walmadany, acudió a Salisbury y su equipo para que investigasen los rastros después de que el Gobierno hubiese seleccionado la zona para construir instalaciones de procesamiento de gas natural licuado. Las huellas de dinosaurios aparecen en las canciones de los Goolarabooloo sobre el creador Marala, también conocido como hombre emu, quien entregó a este pueblo sus leyes.

El primer 'Parque Jurásico' de verdad abrirá en el Reino Unido

Cine y TV'Dinosaurs in the Wild', el nuevo proyecto de la BBC



Los amantes de los dinosaurios están de enhorabuena. 'Dinosaurs in the Wild' es el nombre del primer 'Parque Jurásico' de verdad que, según informa Digital Spy, se abrirá en junio en el Reino Unido. 

El nuevo proyecto de la BBC, basado en la famosa serie documental 'Caminando entre dinosaurios', ofrecerá atracciones y espectáculos teatrales, además de usar los últimos avances tecnológicos para que el público sienta que realmente está conviviendo con dinosaurios. 

Los visitantes podrán observar ejemplares reales de dientes y elementos que están siendo investigados en la actualidad. Descubrirán todo sobre el Tyrannosaurus rex, el Triceratops o el Alamosaurus. 

'Caminando entre dinosaurios' regresó a la BBC en el año 2013 con tecnología 3D.

sábado, 25 de marzo de 2017

ENTREVISTA A JOSÉ LUIS CORRAL EN EL CORREO DE BURGOS / HISTORIADOR Y ESCRITOR

En apenas una hora estará con todos nosotros en el Teatro-Auditorio "Gran Casino" de Salas de los Infantes 

«La política actual parece un juego de trileros»

José Luis Corral con un ejemplar de su última novela.
ICAL
Bucea en la historia y se documenta como pez en el agua para sus novelas y ensayos. Aplica el rigor en los textos y mete la directa en las opiniones. No tiene pelos en la lengua, pero tampoco peca de soberbio. Sabe de lo que habla, conoce el pasado y se imagina el futuro.

Lo que más le sorprende a José Luis Corral de estos tiempos en los que «prima lo banal y lo inane» es que todavía «haya personas que se interesen por la cultura». El historiador y novelista zaragozano lleva nueve meses recorriendo España para presentar su última obra: Los Austrias. El vuelo del águila. Hoy recala en Salas de los Infantes, donde ya se ha detenido «en alguna ocasión», y aprovechará la invitación de la biblioteca municipal y del Ayuntamiento para «conocer bien la localidad, sobre todo sus museos y su patrimonio».

«Que te digan que les interesa la historia y la novela histórica, y en concreto mi novela, y que te pidan que vaya a hablar de ello es para mí una enorme satisfacción», admite quien ostenta el título de maestro de la novela histórica española contemporánea. No será su última visita a Salas, pues espera «volver en otros momentos».

Pregunta.- Dos años de disciplina, de viajes y de documentación. ¿Qué licencias ha concedido a la ficción?

Respuesta.- Mis novelas históricas están muy documentadas, pero también hay ficción, claro. Yo creo que la buena novela histórica tiene que ser verosímil, es decir, que lo fabulado no chirríe con lo histórico. En Los Austrias. El vuelo del águila hay mucha historia y mucha desmitificación de la historia oficial estereotipada y acrítica, pero también hay imaginación, que es lo propio de la literatura. En esta novela hay dos grandes tramas: la histórica, en torno a las relaciones de Fernando el Católico con su yerno Felipe el Hermoso, su hija Juana la Loca y su nieto Carlos de Austria; y la de ficción, en torno a una familia de judíos conversos, los Losantos, que son médicos de la corte y por ello testigos privilegiados de la intrahistoria y donde he desarrollado toda mi imaginación. Ensamblar esas dos tramas, una real y otra ficticia, ha sido lo más complejo a la hora de escribir la novela.

P.- En el vídeo promocional sostiene que «el conocimiento del pasado nos sirve para entender por qué el presente es como es». ¿Qué vicios o costumbres de aquella época mantiene la clase política actual?

R.- Muchísimos: la ambición por el poder y el dinero, el egoísmo que hace que se preocupen más por mantener su puesto que por el bienestar de la gente, las intrigas y la mentira como arma política, la falta de vergüenza... Además, hay algo que cuenta en favor de algunos poderosos de antaño con respecto a los de ahora: en 1500 muchos poderosos leían, se preocupaban las artes, amaban la belleza y gustaban de los libros y las bibliotecas. Encontrar a políticos que lean, amen la cultura, visiten museos, vayan a conciertos o frecuenten el teatro es casi un milagro. La clase política española actual es tremendamente inculta, y se le nota muchísimo.

P.- ¿Y el pueblo llano?

R.- Ya sé que esto no es correcto, pero una mayoría de la gente es hoy tan inculta y está tan despreocupada por la cultura como lo estaba en España a comienzos del siglo XVI. Con un agravante para los de hoy: ahora la enseñanza es obligatoria hasta los 16 años, pero, desgraciadamente, no se nota demasiado. Quizás muchas gentes siguen teniendo un comportamiento gregario muy arraigado: no les preocupa lo importante, no les preocupa la defensa de lo público y son acríticos e incultos. Una pena.

P.- Las traiciones entre rivales ya no acaban en muerte física, pero sí política. ¿Se puede jugar limpio y salir indemne?

R.- En la época de mi novela nadie jugaba limpio en la esfera de la política. Como escribo en alguna página, en la España de los Austrias «todos trataban de engañar a todos». Y creo que hoy pasa algo similar. En política, tal cual están las cosas, si vas de frente, con las manos por delante y sin trampas ni engaños, estás perdido. La política actual es lo más parecido a un juego de trileros, donde el engaño prima sobre la verdad.

P.- Ha denunciado en multitud de ocasiones la manipulación de la historia de España por parte del poder. ¿Mienten más los defensores de la unidad nacional o quienes pretenden irse?

R.- La Historia es un arma ideológica formidable y el poder la ha utilizad siempre para justificarse. Lo ha hecho, y lo sigue haciendo, el nacionalismo españolista, que sin el menor análisis crítico sostiene que España existe poco menos que desde los tiempos de los primeros pobladores de las cuevas de Atapuerca; y lo mismo hacen los nacionalistas de otros ámbitos más reducido en la geografía, por ejemplo los pancatalanistas cuando dicen que Cataluña es una nación desde el siglo IX o cuando hablan de términos inexistentes como «Confederación catalanoaragonesa» o «Países catalanes».

P.- En su día abordó la figura del Cid en forma de novela. ¿Qué le atrajo del personaje?

R.- Rodrigo Díaz de Vivar es un personaje extraordinario. Me fascinó su forma de comportarse en un tiempo tan convulso con los últimos años del siglo XI, su sentido de la independencia y del honor, su manera buscar la gloria y la fortuna. El Cid es una de las figuras más manipuladas de la historia de España. En mi novela, paradójicamente usando la literatura, desmonto las mentiras que se inventaron sobre él y sobre su tiempo.

P.- ¿Héroe, mercenario o ambas cosas a la vez?

R.- Los conceptos de héroe o villano, o mercenario en este caso, no son iguales según desde dónde se contemplen. Grandes generales y soldados que son considerados héroes por algunos aparecen como criminales de guerra por otros. Ser un héroe o un villano depende de muchas cosas: del bando ganador, de cómo lo traten los historiadores o los escritores, del punto de vista nacional, religioso, político... y de la época desde la que se mire el pasado. El Cid fue un héroe para la literatura medieval, pero visto desde los ojos de observadores del siglo XXI parece un mercenario. Eso sí, fue un hombre que siempre cumplió su palabra y que se impuso al destino, y ese es el estereotipo de héroe universal y atemporal. Por eso sigue siendo una figura muy atrayente para todo el mundo y en todas las épocas.

P.- También ha investigado los enigmas de las catedrales. ¿Algo que contar sobre la de Burgos?

R.- Burgos es una ciudad que me ha atraído desde hace años, y que suelo visitar con frecuencia, aunque hace ya tres años que no paso en ella algún día. Burgos ha sido muy importante en mi actividad como historiador y como novelista. Además de mi novela sobre El Cid,  he dedicado a su catedral muchas horas de investigación en mi ensayo El enigma de las catedrales y otras tantas en mi novela El número de Dios, que discurre durante la construcción de la catedral de Burgos en el siglo XIII. La catedral de Burgos es todo un texto semiótico, un microuniverso en el que se compendian los saberes, las esperanzas y los miedos de la Edad Media. La de Santa María es una catedral con muchas historias que contar todavía.

P.- ¿Cuál es su próximo reto historiográfico o literario?

R.- Pues acabo de terminar un ensayo histórico que me ha apasionado escribir; se titulará Misterios, enigmas y secretos de la Edad Media y lo publicará la editorial Síntesis este próximo mes de mayo. Y en cuanto a literatura, ando metido de lleno en una segunda entrega de Los Austrias, que comienza donde dejé Los Austrias. El vuelo del águila, es decir, cuando Carlos de Gante va a ser proclamado emperador. La publicará la editorial Planeta, creo que a fines de este mismo año. Será la segunda de una saga, una pentalogía, que quiero prolongar hasta la muerte de Felipe II; ya veremos.

P.- Viendo el panorama actual, ¿estamos condenados a repetir nuestra historia y ya la estamos repitiendo? Y no me refiero únicamente a España, sino a Europa y el mundo en general.

R.- Yo no creo que la historia se repita, porque cambian muchas cosas (escenarios, tiempos, paisajes, protagonistas, ideas), pero sí hay momentos que se parecen. La historia debería ser maestra de vida y aprender de ella, sobre todo de los errores, pero no hay manera de que los políticos lo entiendan. No estamos condenados a repetir la historia por no conocerla y no aprender de ella, pero sí estamos condenados a sufrir situaciones similares si no aprendemos de la experiencia. Las personas sabias son las que aprenden de los errores y los corrigen. Desafortunadamente, no hay sabios en el poder.

jueves, 23 de marzo de 2017

Se agitan las raíces del árbol genealógico de los dinosaurios

Más de un siglo de teoría sobre la historia evolutiva de los dinosaurios cambia completamente tras nuevas investigaciones de de la Universidad de Cambridge y el Museo de Historia Natural de Londres.

Su trabajo, publicado en Nature sugiere que los grupos familiares necesitan reordenarse, redefinirse y renombrarse, además de que los dinosaurios pueden haberse originado en el hemisferio norte más que el sur, como se creía hasta ahora.

BARON ET AL./NATURE
Durante 130 años, los paleontólogos han estado trabajando con un sistema de clasificación en el que las especies de dinosaurios se han colocado en dos categorías distintas: 'Ornithischia' y 'Saurischia'. Pero ahora, después de un cuidadoso análisis de docenas de esqueletos fósiles y decenas de miles de características anatómicas, los investigadores han llegado a la conclusión de que estos grupos familiares largamente aceptados pueden estar equivocados y que los nombres tradicionales necesitan ser completamente cambiados. 

La clasificación de los dinosaurios se remonta a la época victoriana. Los dinosaurios fueron reconocidos por primera vez como un grupo único de reptiles fósiles en 1842 como resultado del trabajo del anatomista Richard Owen, quien más tarde fue a fundar el Museo de Historia Natural en Londres. Durante las décadas siguientes, varias especies fueron nombradas a medida que se encontraban e identificaba más y más fósiles. Durante la segunda mitad del siglo XIX se comprendió que los dinosaurios eran anatómicamente diversos y se trató de clasificarlos en grupos que compartían características particulares.   

Fue Harry Govier Seeley, un paleontólogo formado en Cambridge bajo el renombrado geólogo Adam Sedgwick, quien determinó que los dinosaurios se podían clasificar perfectamente en dos grupos distintos, o clados; 'Saurischia' u 'Ornithischia'. Esta clasificación se basó en la disposición de los huesos de la cadera de las criaturas y en particular si mostraban un patrón parecido a un lagarto ('Saurischia') o un pájaro ('Ornithischia').  

A medida que se describían más dinosaurios, quedó claro que había tres linajes distintos; 'Ornithischia', 'Sauropodomorpha' y 'Theropoda'. En 1887, Seeley colocó los 'Sauropodomorpha' (que incluían los grandes dinosaurios "clásicos" como 'Diplodocus' y 'Brontosaurus') junto con los 'Theropoda' (entre los que estaba el 'T. Rex'), en el 'Saurischia'. Al principio se pensó que los 'Ornithischia' y 'Saurischia' no estaban relacionados, cada uno teniendo un diverso sistema de antepasados, pero un estudio más tardío demostró que todos evolucionaron de un solo antepasado común.

LOS DINOSAURIOS SURGIERON EN AMBOS HEMISFERIOS

Este nuevo análisis de los dinosaurios y sus parientes cercanos concluye que los 'Ornithischia' necesitan ser agrupados con los terópodos, con exclusión de los 'Sauropodomorpha'. Durante mucho tiempo se sabe que los pájaros (obviamente con sus caderas similares a las de los pájaros) evolucionaron de dinosaurios 'Theropoda' (con sus caderas como las de los lagartos). Sin embargo, el reagrupamiento de los dinosaurios propuesto en este trabajo demuestra que tanto los 'Ornithischia' los 'Theropoda' tenían potencial para desarrollar una disposición de la cadera como la de las aves, como hicieron diversas veces en su historia.   

"Cuando comenzamos nuestro análisis, nos desconcertó por qué algunos 'Ornithischia' antiguos parecían anatómicamente similares a los 'Theropoda'. Nuestro estudio reciente sugirió que estos dos grupos eran en realidad parte del mismo clado. Esta conclusión llegó como un gran bombazo, ya que iba en contra de todo lo que habíamos aprendido", explica el autor principal del análisis, Matthew Baron, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Cambridge.   

"Los 'Theropoda' carnívoros estaban más estrechamente relacionados con los 'Ornithischia' herbívoros y, además, algunos animales, como el 'Diplodocus', quedarían fuera del grupo tradicional que llamábamos dinosaurios, lo que significaba que tendríamos que cambiar la definición de 'dinosaurio' para asegurarnos de que, en el futuro, el 'Diplodocus' y sus parientes cercanos puedan clasificarse como dinosaurios”, añade.

El grupo revisado de 'Ornithischia' y 'Theropoda' se ha llamado 'Ornithoscelida', reviviendo un nombre acuñado originalmente por el biólogo evolutivo Thomas Henry Huxley en 1870. El coautor David Norman, de la Universidad de Cambridge, dice: "Las repercusiones de esta investigación son sorprendentes y profundas: los dinosaurios aves, que a menudo se consideraban que tenían nombres paradójicos porque parecían no tener nada que ver con los orígenes de las aves, ahora están firmemente unidos a la ascendencia de las aves vivas”.

Y añade: "Durante 130 años, los paleontólogos han considerado la filogenia de los dinosaurios de cierta manera. Nuestra investigación indica que necesitan volver a mirar la historia evolutiva de estas criaturas. Esto es simplemente ciencia en acción. Se sacan conclusiones de un cuerpo de evidencia y luego nuevos datos o teorías se presentan y repentinamente hay que reconsiderar y adaptar el pensamiento. Todos los libros de texto principales que cubran el tema de la evolución de los vertebrados necesitarán reescribirse si nuestra sugerencia sobrevive al escrutinio académico".   

Mientras analizó el árbol de la familia de los dinosaurios, el equipo llegó a otra conclusión inesperada. Durante muchos años, se pensó que los dinosaurios se originaron en el hemisferio sur en el antiguo continente conocido como Gondwana porque los fósiles de dinosaurios más antiguos han sido recuperados de América del Sur, sugiriendo que los dinosaurios más antiguos se originaron allí. Pero como resultado de un reexamen de los taxones clave, ahora se cree que pudieron surgir con la misma facilidad en la masa terrestre del norte conocida como Laurasia, aunque hay que recordar que los continentes estaban mucho más juntos en este momento.   

Otro de los investigadores que participaron en este trabajo, el profesor Paul Barrett, del Museo de Historia Natural, concluye: "Este estudio rediseña radicalmente el árbol genealógico de dinosaurios, proporcionando un nuevo marco para desentrañar la evolución de sus características clave, la biología y la distribución a través del tiempo. Si estamos en lo cierto, se explican muchas inconsistencias previas existentes en nuestro conocimiento de la anatomía y las relaciones de los dinosaurios y también pone de relieve varias preguntas nuevas relacionadas con el ritmo y el entorno geográfico de los orígenes de los dinosaurios".

miércoles, 22 de marzo de 2017

Conferencia de José Luis Corral: Los Austrias. El vuelo del águila

Este sábado tendremos en el Teatro-Auditorio "Gran Casino" de Salas de los Infantes (Burgos) al historiador y escritor José Luis Corral. Os esperamos.





































Ambición, sexo, poder: la gran novela sobre la forja de un imperio.

26 de noviembre de 1504. La reina Isabel la Católica acaba de morir y ya se empiezan a escuchar las voces de la mayoría de los nobles de Castilla, que reclaman a Juana la Loca como su verdadera reina. Fernando de Aragón intenta llegar hasta donde sea necesario para impedir que su yerno, Felipe el Hermoso, le arrebate el gobierno de las tierras castellanas.Entretanto, la casa de Austria, mediante una política de pactos y enlaces matrimoniales, pugna por convertirse en la familia más poderosa de Europa. Todos los países de la cristiandad, papado incluido, se enredan en una serie de luchas por el poder en las que el sexo, la violencia y el crimen se utilizan como armas para conseguir sus fines políticos. En medio de todos esos conflictos, una familia de judíos conversos, los Losantos, luchará por sobrevivir a la Inquisición, aunque para ello tenga que renunciar a sus propias raíces. Los Austrias. El vuelo del águila es la gran novela de un tiempo y de un imperio que sentó las bases de un mundo nuevo: nuestro mundo.


De dónde vienen los icónicos nombres de los dinosaurios

La mayoría conoce al famoso T. Rex (Tyrannosaurus rex) que Spielberg encumbró en Jurassic Park, pero hay muchos más. Cuando se trata de hablar de esas estrellas de la Era Mesozoica tenemos nombres para todos los gustos pero, ¿de dónde vienes esos nombres icónicos? Esta es la historia.

Impresión artística de cuatro saurópodos macronarianos. Wikimedia Commons
Si nos remontamos al principio de los primeros días de la paleontología, con añadir a saurus en un prefijo griego o latín era suficiente. De hecho, el primer dinosaurio en ser nombrado formalmente fue el Megalosaurus en el año 1824. Es verdad que tras este llegó el Iguanodon en 1825, pero podemos decir que durante el siglo XIX la mayor parte fueron variaciones del saurus.

¿Por qué? La parte griega o del latín se usaba generalmente para resaltar rasgos esenciales de los animales antiguos. Esto ha dado lugar a incoherencias a la hora de definir rasgos, sobre todo al comienzo, cuando se tenían pocos datos sobre los dinosaurios. Los nombres de algunas de estas criaturas fueron traducidos de forma pésima precisamente por ello.

Un ejemplo de ello lo tenemos con el Allosaurus, quién a pesar de ser todo un depredador del jurásico y “el animal” por excelencia de las películas de dinosaurios como The Valley of Gwangi, su significado viene a ser “lagarto diferente”. Y es que en su momento sólo había un primer espécimen, de ahí nombre.

El método para nombrar a un dinosaurio

Dos Centrosaurus apertus trabados en combate. Wikimedia Commons
En cualquier caso sí que existe un método para nombrar a las criaturas. Mientras que los dinosaurios individuales pueden obtener nombres de mascotas memorables, sus títulos científicos oficiales siguen las mismas reglas que cualquier otro animal. Primero está el nombre del género -como Brontosaurus- seguido por el nombre de la especie, que en este caso sería excelsus. 

También se da el caso en el que los paleontólogos encuentran una nueva especie de un género existente, por ejemplo el Velociraptormongoliensis, quién fue nombrado en 1924, pero en el 2008 los expertos describieron una segunda especie que denominaron como Velociraptor osmolskae.

Ocurre que para muchos investigadores nombrar una de estas bestias antiguas es un asunto bastante serio. Según explica Lindsay Zanno, del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte:
Para mí, elegir un nombre para una nueva especie de dinosaurio siempre ha sido una tarea pesada.
No sólo los nombres necesarios para la comunicación científica. Los dinosaurios, al igual que los planetas, son estrellas de la cultura cultura pop, estrellas tan importantes que nombrar una nueva especie es todo un evento. Como dice Zanno:

B. excelsus sumergido en el agua y un Diplodocus arrastrando su cola. 
Wikimedia Commons
Si se elige con sabiduría, un nombre puede convertirse en un vector para conectar la naturaleza y la humanidad a través de la cultura compartida, para inspirar curiosidad o despertar a una especie muerta en nuestra imaginación colectiva.

Como nos podemos imaginar, no todo es seriedad en el maravilloso mundo de nombrar a los dinosaurios. Hay de todo, incluyendo un pequeño espacio para las bromas con nombres oficiales como el Coronosaurus. Por otra parte, tradicionalmente los nombres de los dinosaurios se utilizan para honrar a personas o culturas cercanas al lugar donde fueron encontrados.

Desde los años 80, los huesos del dinosaurio que encontraron en el río Colville de Alaska fueron categorizados como Edmontosaurus, un herbívoro común y bastante conocido del Cretácico. Pero el año pasado el paleontólogo Hirotsugu Mori y sus colegas anunciaron que estos huesos pertenecían a una especie desconocida anteriormente, a la cual posteriormente nombraron Ugrunaaluk kuukpikensis.

E. annectens. Wikimedia Commons
El nombre completo, que se traduce como “el antiguo gigante del río Colville”, se derivó de la lengua Iñupiaq de Alaska en lugar del griego o latín. De hecho, los investigadores piensan que los indígenas de Alaska sabían que los huesos eran de reptiles herbívoros antes de que los científicos descubrieran los fósiles.

Luego pasaron los años y se implantó una “moda” que aún sigue vigente. La de mirar a la mitología para nombrar a los dinosaurios. Según explica Zanno:

Es una manera de vincular la ciencia con la imaginación, dos caras que a menudo no reconocemos son parte del mismo todo. Nos ocurrió con el oviraptorosaurio. Era obvio que el nombre debía destacar al menos su tamaño gigante, pero también queríamos que transportara al público a un tiempo perdido durante mucho tiempo, cuando nuestro planeta se parecía a otro mundo casi inimaginable. Por eso escogimos Hagryphus giganteus, una combinación del dios egipcio Ha del desierto occidental y la bestia del pájaro mítico.
Dicen los investigadores que debemos esperar muchos más nombres. De hecho, estamos en un época dorada de descubrimientos de fósiles, una donde los paleontólogos están nombrando una nueva especie de dinosaurio a un promedio de una vez cada dos semanas.

Y lo mejor de todo es que si las expectativas no les fallan, solamente estamos en el principio de todo. [Smithsonian]

El caballo de Troya lo inventaron los dinosaurios

El autor, Fidel Torcida Fernández-Baldor (Director del Museo de Dinosaurios) hace una reflexión sobre la información que proporcionan los fósiles de los dinosaurios. Su estudio, como si de unas matrioskas rusas se trataran, sorprende con cada muñeca que va apareciendo


El Correo de Burgos (El Mundo). Texto íntegro legigle: más abajo.





































LAS MATRIOSKAS rusas son la esencia de la sorpresa para un niño que las descubre por primera vez. Según van apareciendo nuevas muñecas, más aumenta la curiosidad que le tiene En vilo hasta el final: ¿4, 5, 6… 10 muñecas?  Ese misterio oculto en una imitación amable de las capas de la cebolla tendría variantes más simples e indeseadas, como es el caballo de Troya. El mito referido a la larga guerra entre griegos y troyanos quizás inspire otras réplicas en la historia de la Vida, como pretendo mostrarles.

Una buena noticia para un paleontólogo que se apresta a estudiar un fósil es disponer de un ejemplar bien conservado. Cuando se trabaja con fósiles lo más usual es pelearse con algo incompleto, dañado desgastado. El investigador, resignado, tiene que recurrir a unas buenas dosis de paciencia, minuciosidad y, sobre todo, un optimismo imperturbable que le libre del desánimo. Los padres de la paleontología mostraron el camino a seguir, como es el caso de Georges Cuvier. Este eminente sabio partía de un simple hueso para deducir su posición anatómica y el grupo biológico al que pertenecía su dueño, aunque éste ya durmiera en el remoto pasado del planeta.

La cruz de la moneda es cuando nos encontramos ante un fósil prácticamente completo y de conservación excepcional, desde insectos en ámbar a mamuts congelados. La relativamente e escasa antigüedad de éstos así como su proceso de preservación han hecho posible que conozcamos con seguridad qué comían en los páramos siberianos. En el caso de una cría de mamut se supo que su último menú: de primer plato musgos, líquenes, acículas de pinos y abetos que conservaba su estómago, y de segundo una ensalada de juncos y ranúnculos, a medio masticar en su boca. Una auténtica matrioska fósil que fue un regalo para los investigadores. 

La relación de matrioskas fósiles es sorprendentemente amplia e incluye a un dinosaurio carnívoro que resultó ser pescador (con restos del pez lepidotes en su vientre); o el pequeño dinosaurio injustamente tratado como caníbal, cuando en realidad comía lagartos y no as us propias crías. 

Y es que la información que nos pueden proporcionar los fósiles es notable, siempre que se proceda con cuidado a examinarlos. Además, debemos estar dispuestos a aceptar nuevas explicaciones cuando se realizan más estudios con técnicas novedosas o descubrimientos que obligan a cambiar nuestra mirada sobre el mundo natural.

A veces las sorpresas son mayúsculas, como en los fósiles de ‘reptiles’ acuáticos (los biólogos nos apuntan que no tenemos que hablar de reptiles, sino de un grupo denominado saurópidos). Algunos fósiles de esas bestias marinas contenían también crías en su interior, como si hubiera sido su última comida. La realidad parece ser más compleja, pues se ha deducido que eran animales vivíparos: los embriones completaban su desarrollo en el interior de la madre como ocurre en mamíferos entre los que se encuentra nuestra especie. ¿Reptiles vivíparos? Bueno, unas pocas especies de lagartijas y serpientes actuales lo son, pero no deja de ser un rasgo extraño. Por si había dudas, disponemos de una auténtica tragedia inmortalizada en la roca: un parto que no llegó a su fin, en el que una cría de ictiosaurio no había terminado de salir del vientre materno cuando los dos murieron a consecuencia de un derrumbe de barro en el fondo marino. 

Podríamos ir un poco más allá y especular sobre posibles caballos de Troya que destruyen al enemigo con un arma secreta oculta en su interior. Fijémonos en dos hallazgos que han llamado la atención por ser de características llamativas. En Portugal se estudió el fósil de un dinosaurio carnívoro que poseía en su abdomen una acumulación de gastrolitos, piedras que ingerían para ayudarse en la digestión… ¡dinosaurios herbívoros! Es algo que parece contradictorio, aunque podría tener una explicación si entramos en el detalle: junto a esas piedras había huesos de un pequeño dinosaurio vegetariano que probablemente fuera el que aportara los gastrolitos. Tan pesada e imposible digestión podría haber supuesto la muerte del glotón depredador: ¡muero, pero te llevo conmigo! Las plantas del pasado también serían capaces de derrotar a sus enemigos desde sus propias entrañas, si hacemos caso al  reciente descubrimiento de un dinosaurio argentino que también preserva su última comida, en la  que se incluyeron semillas de cycadales, unas plantas ricas en veneno en sus hojas, tallos y  semillas. Los paleontólogos entienden que estas plantas formaban parte de su dieta, como en otros muchos animales con adaptaciones a comer vegetales tóxicos.  

Y esa es una explicación razonable, pero también se puede hipotetizar que realmente ese dinosaurio comió lo que no debía por error y murió por intoxicación. El mundo natural y el ingenio humano se miran de reojo, imitándose. Así que les propongo un resumen de esta narración: el caballo de Troya lo inventaron los dinosaurios. Cierto: es una afirmación exagerada y poco ortodoxa. Pero si hay algo que espero compartan conmigo es que todo es susceptible de fosilizar, desde la dieta o la maternidad… hasta la mala suerte. 


* Fidel Torcida Fernández-Baldor es director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes.

martes, 21 de marzo de 2017

El Frontal 2 de Regumiel de la Sierra (Burgos) en La 8 Noticias


(Titulares: del segundo 10 al 27 y del minuto 15:45 a 17:25 la noticia)

Estos yacimientos han sido objeto de varios estudios por parte del C.A.S. desde 1986; asimismo, el grupo salense ha promovido su difusión en exposiciones, congresos científicos y visitas guiadas. Una importante intervención fue la de la Fundación Patrimonio Histórico de Castilla y León en 2013 que lo restauró, protegió y museizó gracias a la inversión del 1,5% cultural; este proyecto fue diseñado y ejecutado por Paleoymas y Paleocyl (una empresa ligada al C.A.S.).

Asier Pascual es también miembro del Colectivo Arqueológico y Paleontológico Salense (C.A.S.) y Pablo ha participado en varias excavaciones paleontológicas del Colectivo en años pasados.

viernes, 17 de marzo de 2017

Este es el aspecto de la planta más antigua de la Tierra

Perteneció a un alga roja y tiene una edad de 1.600 millones de años

«Fotografía» al microscopio de rayos X del fósil. Su hallazgo adelanta la aparición de la vida 
multiceular en 400 millones de años - STEFAN BENGTSON

Científicos del Museo de Historia Natural de Suecia han descubierto un fósil de un alga roja, un tipo de planta primitiva, de 1.600 millones de años de antigüedad. El hallazgo, publicado recientemente en PLOS Biology, indica que la vida multicelular apareció al menos 400 millones antes de lo que se pensaba hasta ahora.

«Esto retrasa el reloj de uno de los eventos evolutivos más importantes: el anterior fósil más antiguo de planta, un alga roja llamada Bangiomorpha, tiene alrededor de 1.200 millones de años». Ha explicado a ABC Stefan Bengtson, coautor del estudio. «Los nuevos descubrimientos sugieren que la vida multicecular apareció al menos mil millones de años antes que la explosión del Cámbrico, cuando los organsmos multicelulares se diversificaron y adquirieron un papel muy importante en los ecosistemas. Por eso deberíamos reevalular el momento en que aparecieron los linajes más importantes del árbol de la vida».

Los investigadores encontraron dos fósiles distintos en unas rocas sedimentarias situadas en el distrito de Chitrakoot, en la región central de India. Uno tenía forma de hilo y otro una forma más irregular. En ambos casos, los científicos pudieron observar la presencia de estructuras celulares, como filamentos y manojos, que no pueden encontrarse en las formas de vida más primitivas: las bacterias.

«No podemos estar seguros al cien por cien de que la antigüedad de este material, porque el ADN no ha sobrevivido, pero su aspecto concuerda bastante bien con la morfología y la estructura típicas de las algas rojas», ha dicho Bengtson.

Las huellas de vida más antiguas tienen 3.770 millones deaños de edad. Estos primitivos seres vivos eran básicamente bacterias, células más sencillas y generalmente más pequeñas que las que forman parte de plantas y animales en la actualidad (las llamadas células eucariotas). En todo caso, se cree que no fue hasta hace 600 millones de años, cuando las formas de vida multicelulares, basadas en estas células eucariotas, se hicieron frecuentes en la Tierra.

Recalibrar el «árbol de la vida»

El origen de los primeros seres vivos multicelulares siempre ha sido difícil de establecer, puesto que no formaron estructuras sólidas capaces de perdurar en el registro fósil. Hasta ahora, la huella más antigua de estos seres multicelulares le pertenecía a un alga roja de 1.200 millones de años de antigüedad.

Pero con este nuevo hallazgo, habrá que recalibrar el árbol de la vida. Gracias a estos fósiles, se debe adelantar el origen de los seres multicelulares en, por lo menos, 400 millones de años. «Parece que el momento de la vida visible, formada por multicelulares, comenzó mucho antes de lo que pensábamos», ha dicho Bengtson.

Estas formas de vida estaban enterradas en un estromatolito, una formación fósil formada hace miles de millones de años por cianobacterias, bacterias capaces de hacer la fotosíntesis y que son las responsables de haber llenado de oxígeno la atmósfera de la Tierra. Pues bien, los investigadores hallaron unos curiosos filamentos en su interior, y al examinarlos de cerca, pudieron ver lo que parecían ser unas formas más irregulares, típicas de organismos multicelulares.

«Estaba tan nerviosa que tuve que caminar tres veces alrededor del edificio antes de decirle a mi jefe lo que había visto», ha dicho Therese Sallstedt, la autora del hallazgo.

Los investigadores se valieron de la tecnología de los rayos X para echar un vistazo dentro del estromatolito. Y así observaron la estructura típica de las células de las algas rojas en un fósil de 1.600 millones de años de antigüedad. Entre otras cosas observaron las paredes que las envuelven y los cloroplastos, esos pequeños órganos donde ocurre la fotosíntesis.

«Si nuestra interpretación es correcta, estaas serían las plantas más antiguas conocidas», ha concluido Stefan Bengtson.