Revista informativa del Geoparque
Fidel Torcida, director del Museo de Dinosaurios de Salas de
los Infantes, escribe un artículo sobre los dinosaurios burgaleses en el
magacín de agosto del Geoparque de Las Loras.
Descargar aquí.
Revista informativa del Geoparque
Fidel Torcida, director del Museo de Dinosaurios de Salas de
los Infantes, escribe un artículo sobre los dinosaurios burgaleses en el
magacín de agosto del Geoparque de Las Loras.
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Imágenes por TAC del animal fósil Kylinxia | foto Profesor Yu Liu, Universidad de Yunnan |
El animal, cuyo nombre científico es Kylinxia, fue
fotografiado con un escáner CT que reveló su anatomía blanda enterrada en la
roca. Con el tamaño de una gamba grande, sus sorprendentes características
incluyen tres ojos en la cabeza y un par de temibles extremidades
presumiblemente utilizadas para atrapar presas.
Reconstrucción artística de Kylinxia | foto X. Wang |
El nuevo hallazgo es importante para descifrar la historia de los artrópodos. Éstos son animales cuyo cuerpo está dividido en segmentos, la mayoría de los cuales llevan un par de extremidades articuladas, como los cangrejos, las langostas, los insectos y las arañas.
Aunque hay muchos artrópodos en el registro fósil -los más
famosos son los trilobites-, la gran mayoría sólo conserva sus esqueletos
duros. Dado que el nuevo material chino se conserva casi completo, el equipo
pudo obtener imágenes de la cabeza de Kylinxia, identificando seis segmentos:
el anterior con ojos, el segundo con un par de grandes extremidades de agarre y
los otros cuatro con un par de extremidades articuladas cada uno.
Modelo de microtomografía computarizada de Kylinxia que muestra las características de la cabeza | foto Profesor Yu Liu, YKLP |
El profesor Mark Williams, supervisor principal de Robert en la Universidad de Leicester, declaró: Kylinxia, y la biota de Chengjiang de la que procede, son fundamentales para construir nuestra comprensión de la evolución de los primeros euartrópodos. Me gusta pensar que Robert seguirá haciendo descubrimientos similares.
El profesor Yu Liu, del Laboratorio Clave de Paleobiología
de Yunnan, declaró: Robert y yo estábamos examinando los datos de la micro-TC
como parte de su tesis doctoral con la esperanza de refinar y corregir la
interpretación anterior de las estructuras de la cabeza de este género,
Kylinxia. Sorprendentemente, descubrimos que su cabeza está compuesta por seis
segmentos, como en, por ejemplo, los insectos.
El Dr. Greg Edgecombe, del Museo de Historia Natural,
añadió: La mayoría de nuestras teorías sobre cómo evolucionó la cabeza de los
artrópodos se basaban en que estas especies primitivas tenían menos segmentos
que las especies vivas. El descubrimiento en Kylinxia de dos pares de patas no
detectados anteriormente sugiere que los artrópodos vivos heredaron de un
antepasado una cabeza de seis segmentos hace al menos 518 millones de años.
Fuentes
University of Leicester | Robert J. O’Flynn et al., The
early Cambrian Kylinxia zhangi and evolution of the arthropod head, Current
Biology (2023). DOI:10.1016/j.cub.2023.08.022
Bautizado como Perucetus colossus, los autores calculan que su peso y tamaño pudo haber superado al de la ballena azul, hasta ahora considerada la criatura más pesada jamás registrada.
Reconstrucción de Perucetus colossus en su hábitat costero. — Alberto Gennari |
Los huesos de este animal son los más grandes y pesados que los de cualquier otro vertebrado que haya existido nunca
El animal se ha modelado en 3D a partir de un esqueleto
parcial, que incluye 13 vértebras, cuatro costillas y un hueso de la cadera. Se
estima que vivió durante el Eoceno medio, hace unos 39 millones de años.
"Este descubrimiento documenta la existencia de un
basilosáurido (una familia de cetáceos hoy extintos) caracterizado por huesos
enormes y pesados, más que cualquier otro vertebrado que haya existido
jamás", declara a SINC Giovanni Bianucci, de la Universidad de Pisa
(Italia) y primer autor del trabajo.
A la ballena azul le ha salido un competidor
El equipo internacional escaneó la superficie de los huesos
conservados para medir su volumen, hizo perforaciones para evaluar su
distribución interna y utilizó esqueletos completos de parientes cercanos para
estimar cuánto pesaba en vida la estructura ósea de la nueva especie.
Modelo en 3D del coloso Perucetus, junto con el de un pariente cercano más pequeño (Cynthiacetus peruvianus) y la ballena azul de Wexford. — Florent Goussard / MUSEO DE HISTORIA NATURAL DE LONDRES |
"Hemos sido extremadamente conservadores en nuestro enfoque", subraya Eli Amson, del Museo de Historia Natural de Stuttgart (Alemania) y líder del estudio. "La estimación más baja refleja una valoración extremadamente conservadora, y aun así es mayor que la de algunas ballenas azules adultas", agrega.
Sobre si podría tratarse del animal más pesado jamás
registrado, explica: "Podemos afirmar con un alto grado de certeza que su
peso era similar al de la ballena azul, e incluso superior".
Todos los huesos de esta ballena arcaica son extremadamente
densos y compactos, según los científicos. "Este tipo de engrosamiento y
pesadez del esqueleto, llamado paquiosteoesclerosis, no se encuentra en ningún
cetáceo vivo, aunque sí se observa en los sirenios (como los manatíes)",
señala Bianucci.
La paquiosteoesclerosis consiste en dos tipos de
modificaciones óseas. Por un lado, la adición de hueso extra en la superficie
externa de los elementos esqueléticos (lo que les da un aspecto hinchado,
denominado paquitosis). Por otro lado, el relleno de cavidades internas con
hueso compacto (osteosclerosis), lo que añade aún más peso.
La paquiosteosclerosis es un conjunto de modificaciones óseas que no se observa en ningún cetáceo actual
Estas modificaciones no son patológicas, pero son bien
conocidas en muchos mamíferos acuáticos y reptiles que viven sobre todo en
aguas costeras poco profundas. El peso extra ayuda a estos animales a regular
su flotabilidad y a ajustarse bajo el agua. En los cetáceos modernos, que
pueden bucear a mucha mayor profundidad y viven lejos de la costa, la
estructura ósea es mucho más ligera.
Fueron necesarias múltiples campañas de campo para recoger
las muestras del recién hallado animal. Cada vértebra pesa más de 100 kilos y
las costillas alcanzan una longitud de 1,4 metros. Este espécimen, que se
conserva en el Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional Mayor San
Marcos (Lima, Perú), representa uno de los primeros cetáceos que pasaron a un
estilo de vida totalmente acuático.
Tendencia al gigantismo
El registro fósil de los cetáceos es de gran importancia a
la hora de documentar la historia evolutiva de la vida de los mamíferos, cuando
algunos animales terrestres regresaban al océano. Los hallazgos sugieren que la
tendencia al gigantismo en los mamíferos marinos puede haber comenzado antes de
lo que se pensaba.
"Se cree que el gran tamaño corporal confiere algún tipo de ventaja competitiva", señala Bianucci
Uno de los investigadores posa con los fósiles para la exhibición organizada en el Museo de Historia Natural de Lima (Perú). — Rodolfo Salas-Gismondi y Niels Valencia |
Registros anteriores han identificado adaptaciones a un
estilo de vida acuático, que incluyen una tendencia al gigantismo y un aumento
de la masa corporal. "El gigantismo es un fenómeno que ha surgido, de
forma independiente y en distintos momentos, en muchos linajes de
vertebrados", explica Bianucci. "Se cree que el gran tamaño corporal
confiere algún tipo de ventaja competitiva, pero cómo y por qué evolucionó
exactamente sigue siendo objeto de debate".
Los hallazgos indican que los cetáceos habían alcanzado su masa corporal máxima unos 30 millones de años antes de lo que se creía, y en un contexto costero. Este trabajo cambia la comprensión sobre la evolución de las ballenas.
"La completa adaptación al medio marino, donde
disminuyen los problemas relacionados con la gravedad, puede haber favorecido
el aumento de tamaño en los cetáceos arcaicos", comenta el paleontólogo.
Una ballena hiperespecializada
La flotabilidad asociada al aumento de la masa ósea es
coherente con un estilo de vida en aguas poco profundas. El gigantismo en el P.
colossus también puede ir asociado a la selección natural, ya que esto "le
permite sumergirse más tiempo cerca del fondo en aguas poco profundas",
destaca el autor del estudio.
"De hecho, los grandes vertebrados marinos que respiran
aire tienen una mayor duración de inmersión que los más pequeños", añade.
Los resultados apoyan la teoría de que los basilosaúridos
estaban hiperespecializados para este tipo de entorno costero. Según Bianucci,
esto también pudo facilitar su extinción: "la hiperespecialización hace a
las especies más vulnerables y menos capaces de adaptarse a los rápidos cambios
ambientales".
Esta familia de cetáceos estaba hiperespecializada para vivir cerca de la costa, en aguas poco profundas
En concreto, este cetáceo vivía en zonas con una alta
disponibilidad de alimentos. "La repentina caída de la productividad en
las aguas costeras, hacia el final del Eoceno, probablemente impactó en estos
animales en favor de los antepasados de las ballenas y delfines actuales, los
cuales invadieron los entornos de mar abierto", concluye el investigador.
El equipo, en el que también se encuentra Mario Urbina,
continuará recorriendo el desierto peruano, porque están convencidos de que aún
tiene mucho que revelar. Preparar y conservar todos estos importantes fósiles
es uno de los grandes retos del departamento de Paleontología del Museo de
Lima.
Los fósiles, fascinantes vestigios del pasado que nos permiten descubrir cómo era la vida en la Tierra hace millones de años, han capturado nuestra imaginación. Pero ¿alguna vez te has preguntado cómo se forman estos tesoros paleontológicos? Conozcamos este intrigante proceso, un emocionante viaje en el tiempo que nos revela los secretos de la evolución y la historia de nuestro planeta.
Sedimentación y Fósiles: Un Encuentro Cósmico
El proceso de formación de fósiles comienza con la muerte de
un organismo. Cuando plantas o animales mueren, los restos orgánicos, como
huesos, conchas, hojas y troncos, pueden ser enterrados bajo capas de
sedimentos. La sedimentación es un fenómeno natural donde los sedimentos como
arena, barro y minerales se acumulan en el fondo de cuerpos de agua o en áreas
terrestres. Estos sedimentos enterradores desempeñan un papel crucial en la
conservación de los restos y su transformación en fósiles.
El Proceso de Fosilización: Mineralización y Petrificación
La petrificación es otro proceso de fosilización que ocurre
cuando los restos orgánicos son reemplazados por minerales, pero en lugar de
disolverse, la estructura original se mantiene. Este fenómeno ocurre cuando los
restos se sumergen en aguas ricas en minerales, como aguas termales o
soluciones ricas en sílice. Con el tiempo, estos minerales se infiltran en los
tejidos, preservando la estructura celular original.
Huella en el Tiempo: Los Fósiles de Huellas y Rastros
Los fósiles no solo incluyen restos de cuerpos orgánicos,
sino también evidencias de la actividad de seres vivos en el pasado. Los
fósiles de huellas y rastros son impresiones fosilizadas dejadas por animales
que caminaron, nadaron o se arrastraron sobre sedimentos blandos. Estas huellas
y rastros pueden proporcionar valiosa información sobre el comportamiento y el
movimiento de las especies antiguas.
Condiciones Especiales: Ámbar y Fósiles Congelados
Además de la mineralización y la petrificación, hay otras
formas especiales de fosilización. Uno de los ejemplos más notables es el fósil
de ámbar, que involucra la preservación de pequeños organismos, como insectos,
atrapados en resina fosilizada. El ámbar actúa como una cápsula del tiempo,
protegiendo los especímenes atrapados en su interior durante millones de años.
Otro fenómeno poco común es el de los fósiles congelados,
que se forman cuando animales o plantas quedan atrapados en capas de hielo o
glaciares. El frío extremo de estas regiones preserva los tejidos orgánicos,
brindando una visión sin precedentes de la vida prehistórica.
Preservando el Pasado: Importancia de los Fósiles en la
Ciencia
Los fósiles son tesoros invaluablemente preciosos para los
paleontólogos y científicos en general. Estos vestigios del pasado proporcionan
evidencias tangibles de la evolución y la historia de la vida en la Tierra. A
través del estudio de fósiles, los científicos pueden reconstruir ecosistemas
antiguos, comprender la evolución de especies y revelar cómo nuestro planeta ha
cambiado a lo largo de millones de años.
El impacto de un asteroide en la península de Yucatán se ha
relacionado con la desaparición de los dinosaurios, aunque también se ha
argumentado que esas bestias ya estaban en declive.
Los fósiles de unos dinosaurios descubiertos recientemente
en Marruecos demuestran que la diversidad de esos animales en el norte de
África era mayor de lo creído y que los dinosaurios de esa zona no estaban en
decadencia poco antes de desencadenarse la catástrofe.
La investigación la ha realizado un equipo encabezado por
Nicholas R. Longrich, de la Universidad de Bath en el Reino Unido. Erik
Isasmendi y Xabier Pereda-Suberbiola, ambos de la Universidad del País Vasco
(UPV/EHU), también han colaborado.
Las dos nuevas especies de dinosaurios pertenecen a los Abelisauridae,
una familia de dinosaurios carnívoros que eran homólogos de los tiranosaurios
del hemisferio norte. Vivieron al final del período Cretácico y demuestran que
los dinosaurios tenían suficiente diversidad en África justo antes de su
extinción masiva por el impacto del asteroide hace 66 millones de años.
Los fósiles de las dos nuevas especies de dinosaurios fueron encontrados en las afueras de Casablanca. Ambas bestias poseían hocicos cortos, al estilo del de un perro bulldog, y brazos aún más cortos.
Una de las especies, encontrada cerca de la ciudad de Sidi
Daoui, está representada por un hueso de un pie, y revela a un depredador de
aproximadamente dos metros y medio de longitud. La otra especie, procedente de
la cercana Sidi Chennane, está representada por una tibia y revela a un
carnívoro que alcanzó unos cinco metros de longitud.
Ambas especies formaban parte de una familia de dinosaurios
carnívoros primitivos conocidos como abelisáuridos, y convivieron con el
Chenanisaurus barbaricus, un abelisáurido mucho más grande.
Ello demuestra que Marruecos era el hogar de bastantes
especies de dinosaurios justo antes de la caída del asteroide que marcó el
final del Cretácico y de la era de los dinosaurios.
El estudio se titula “New fossils of Abelisauridae (Dinosauria: Theropoda) from the upper Maastrichtian of Morocco, North Africa”.
Y se ha publicado en la revista académica Cretaceous Research. (Fuente: NCYT de Amazings)
El proyecto permite ubicar con exactitud el surgimiento de las primeras plantas y el movimiento de las placas tectónicas
Proyecto paleontológico que permite observar los movimientos de los últimos 750 millones de años de placas tectónicas y los continentes. Imagen ilustrativa: INFOBAE. |
El proyecto tiene como objetivo apreciar la evolución de los
países, continentes y regiones, por lo que permite a los internautas elegir cómo
era alguna zona específica desde 20 millones hasta 750 millones de años atrás.
La aplicación también permite ubicar con exactitud el
surgimiento de las primeras algas verdes, conchas, arrecifes de coral,
vertebrados, plantas y animales terrestres, insectos réptiles, dinosaurios,
flores, primates y hierbas. Así como los primeros homínidos (primates bípedos
próximos al ser humano como se conocen), el supercontinente Pannotia,
supercontinente Pangea y la extinción de los dinosaurios.
“Ancient Earth”, proyecto paleontológico donde se pueden observar los movimientos de placas tectónicas y los continentes en los últimos 750 millones de años. Captura de pantalla: dinosaurpictures.org |
En el caso de los homínidos destaca que su aparición ocurrió en el “periodo Neoceno, los mamíferos y las aves continúan evolucionando hacia formas modernas. Los primeros surgieron en África”.
Es la mejor herramienta para conocer y localizar 1365 tipos
de dinosaurios como el Liopleurodón, Nasutoceratops, Fedrolosaurio,
Saurornithoides, Suzhousaurus, Tespecio, Wukongopterus, Yamaceratops, Zapsalis,
Zhejiangopterus:
Periodos:
- Triásico
- Jurásico
- Cretáceo
Región:
- América del Norte
- Sudamérica
- Europa
- África
- Madagascar
- Asia
- India
- Australia
- Antártida
También se puede manipular un globo terráqueo interactivo de
360 grados de la Tierra antigua: “la base de datos de dinosaurios más grande de
Internet”.
“Si eres un niño, estudiante o maestro, aquí encontrarás un
rico conjunto de nombres, imágenes y datos de dinosaurios”, se destaca que el
sitio está construido con PaleoDB, la base de datos científica recopilada por
cientos de paleontólogos durante las últimas dos décadas.
Ancient Earth agrupa ilustraciones realistas y de alta calidad
acerca de dinosaurios y otras criaturas antiguas.
¿Cuándo desaparecieron los dinosaurios?
La desaparición de los dinosaurios ocurrió en el periodo
Cretácico Superior con una extinción masiva de reptiles marinos, reptiles
voladores, algunos invertebrados marinos y otras especies, por lo que los
científicos creen que la extinción la causó el impacto de un asteroide en la
actual Península de Yucatán hace 66 millones de años.
La aparición de los primeros insectos ocurrió hace 400
millones de años, en el Periodo Devónico, por lo que la vida en la tierra se
volvió más compleja a medida que se desarrollaron las plantas, lo que permitió
su proliferación. A la par surgieron los animales terrestres y se desarrollaron
peces con aletas fuertes que eventualmente se convirtieron en extremidades y
los primeros vertebrados dieron sus primeros pasos sobre la tierra.
Unos 470 millones de años atrás surgieron los primeros
vertebrados en el Periodo Ordovícico, los mares se diversificaron y surgieron
los primeros arrecifes de coral, al tiempo que las algas se convirtieron en la
única planta multicelular y aún no existía la vida compleja en el planeta.
El supercontinente Pangea agrupó la mayor parte de las
tierras emergidas del planeta en el Triásico temprano, 240 millones de años.
Además, los niveles de oxígeno eran significativamente más bajos debido a la
extinción de muchas plantas, los corales se extinguieron y los arrecifes
tardaron millones de años en volver a formarse; sobrevivieron pequeños
ancestros de aves, mamíferos y dinosaurios.
El portal dinosaurpectures.org es considerado como un
instrumento o modelo de búsqueda para los diferentes niveles educativos del
país.
Tiene casi 170 millones de años de antigüedad y fue encontrado en la India
Dinosaurio Dicraeosaurus hansemanni, de la familia del nuevo dinosaurio hallado en la India. / ДиБгд ДиБгд |
Los dicraeosauridos eran saurópodos herbívoros de cuerpo
pequeño que se diversificaron desde el Jurásico Medio hasta el Cretácico
Inferior. Sus características más distintivas eran su larga columna y su forma
de caminar inusual. Sus fósiles se hallaron principalmente en África y América
del Sur, además de algunos casos en EE. UU. y China, pero hasta la fecha no se
había localizado ningún saurópodo diplodocoide (un grupo más amplio que incluye
a los dicreosáuridos) en la India. Hasta ahora.
De acuerdo con un estudio publicado en Nature, un equipo de
investigadores de la India ha descubierto fósiles de un nuevo dicreosáurido en
la ciudad india de Jaisalmer, en el oeste del país. Estos fósiles, que datan de
167 millones de años, incluyen huesos separados en las articulaciones, pero
asociados con especímenes de los huesos centrales del cuerpo repartidos en un
área de 25 metros cuadrados. El dicreosáurido, bautizado Tharosaurus Indicus en
referencia al desierto de Thar donde se encontraron los fósiles, es el primero
descubierto en la India y el más antiguo en el registro fósil del mundo.
"La importancia de este descubrimiento reside en su
antigüedad - explicaba Sunil Bajpai, paleontólogo del Instituto Indio de
Tecnología Roorkee y autor del estudio, en una entrevista -. El descubrimiento
de Tharosaurus convierte a la India en un importante centro no solo de
radiación diplodocoide sino también de neosaurópodos. El hallazgo sugiere que
la India jugó un papel importante en el surgimiento y diversificación de los
neosaurópodos, un grupo de dinosaurios herbívoros de cuello largo que
prosperaron como los animales terrestres más grandes del planeta”.
El equipo de cinco personas comenzó su trabajo en 2018
cuando descubrieron estos fósiles y, aunque el material es fragmentario y podría
haber cambios en su atribución taxonómica, no solo es el diplodocoide más
antiguo conocido, también, según los autores, sería el dinosaurio herbívoro más
antiguo que haya caminado sobre la Tierra, lo que proporciona información
fundamental sobre la diversidad de saurópodos en el Gondwana indio, con
importantes implicaciones para el origen y la dispersión de Neosauropoda.
Una pieza dental encontrada inicialmente en 1989 reveló que se trata de un Abelisaurio, un depredador que comparte algunas características con el famoso Carnotauro. Se trata del primero de su especie hallado en Chile.
Ilustración artística del Abelisaurio hallado en Chile. |
El hallazgo fue posible luego de analizar una pieza dental
no clasificada que había sido encontrada en 1989 en el Monumento Natural
Pichasca, en la región de Coquimbo (norte), lugar donde se han descubierto
huesos de otros animales prehistóricos como el Titanosaurio.
El nuevo ejemplar, del que no se tenían antecedentes en
territorio chileno, pertenece a los abelisáuridos, una familia de terópodos
carnívoros que incluye al famoso Carnotauro, un depredador con cuernos con el
que comparte características similares, como los brazos extremadamente cortos y
hocico corto.
Un depredador no tan grande
El diente del Abelisaurio encontrado en 1989, en Chile. Imagen: Sergio Soto/Universidad de Chile |
"Pero este dinosaurio, el de Pichasca, era pequeño si
lo comparamos con miembros del mismo grupo, como los que tenemos en Argentina o
Brasil", agregó.
¿Para qué servían los brazos cortos?
La finalidad de los brazos pequeños de este tipo de
dinosaurios ha sido objeto de debate entre los paleontólogos. Algunas teorías
sugieren que los brazos fueron reduciéndose a nivel evolutivo, porque no los
necesitaban, pero otras ideas plantean que estas cortas extremidades podrían
haber tenido un rol en la selección sexual.
"Si los brazos no cumplían una función en la
alimentación o en la captura de la presa y presentaban, además, esta reducción,
los caracteres (brazos) no eran seleccionados de manera natural y no se
reflejaban en la descendencia, resultando en vestigios", señaló Amudeo,
quien recordó que uno de los máximos depredadores del Cretácico, el
Tiranosaurio Rex, también poseía brazos pequeños.
Vivía en un lugar muy diferente al actual
La zona semiárida donde fue encontrado el diente del Abelisaurio era muy diferente hace unos 92 millones de años, con un clima probablemente mucho más cálido y húmedo que en la actualidad, con escenarios tropicales a subtropicales, según los expertos.
Asimismo, es probable que haya vivido con el dinosaurio más
famoso de la zona: "Sabemos que coexistió con los Titanosaurios, los
famosos dinosaurios de cuello largo, también con tortugas de agua dulce,
cocodrilos terrestres y se han encontrado moluscos de agua dulce",
concluyó Amudeo.
Editado por José Urrejola
Científicos de la Universidad de Alaska Fairbanks han hecho un sorprendente hallazgo en el Parque Nacional de Denali que ha dejado perpleja a la comunidad científica. En un acantilado de 20 pisos, se han descubierto huellas fosilizadas de dinosaurios que datan de hace unos 70 millones de años. Aunque estas huellas sugieren que los dinosaurios desafiaban la gravedad, en realidad son el resultado de procesos geológicos a lo largo de milenios.
El hallazgo, apodado el "coliseo de dinosaurios", abarca una extensión mayor a un campo y medio de fútbol y contiene huellas de diversas especies de dinosaurios, incluyendo ornitópodos, ceratópsidos y terópodos. Estas huellas superpuestas a lo largo de generaciones evidencian la increíble diversidad de especies que habitaban la zona en el pasado. Los procesos geológicos, influenciados por la actividad de placas tectónicas, elevaron y expusieron estas huellas fosilizadas, revelando además pistas sobre el antiguo ecosistema que incluyó plantas, polen, crustáceos y aves zancudas en lo que ahora es una región remota de Alaska.
Dentro de los límites del Parque Nacional de Denali, se ha desenterrado el depósito de huellas de dinosaurio más grande de Alaska, lo que ha llevado a los científicos a bautizarlo como el "coliseo de dinosaurios".
Una pared del "coliseo de los dinosaurios" muestra numerosas depresiones de huellas de hadrosaurio. / Imagen: Patrick Druckenmiller |
El hallazgo en Denali es excepcional, ya que contiene un
récord de huellas de diversas especies, superponiéndose en capas a lo largo de
múltiples generaciones. Esto ha llevado a los asombrados investigadores a
apodar el área como el "coliseo de dinosaurios".
Un abrevadero en una extensa llanura aluvial
Este yacimiento, que abarca el tamaño de un campo y medio de
fútbol, revela pruebas de la presencia de ornitópodos, ceratópsidos y
terópodos, lo que indica una diversidad significativa de especies y una
persistente ocupación del lugar a lo largo del tiempo. Según los
investigadores, la ubicación podría haber sido un abrevadero en una extensa
llanura aluvial.
"No se trata solo de un nivel de roca con
huellas", dijo Dustin Stewart, autor principal del estudio, publicado recientemente en la revista Historical Biology. "Es una secuencia a través
del tiempo. Hasta ahora, Denali tenía otros sitios de huellas conocidos, pero
nada de esta magnitud", agregó.
La actividad de las placas tectónicas hace que el suelo del Cretácico Superior sea ahora un acantilado jalonado de huellas de dinosaurios. / Imagen: Patrick Druckenmiller |
Aunque en un principio el yacimiento pasó desapercibido para
los investigadores en el vasto paisaje del parque, la luz adecuada reveló su
maravilla oculta. La posición del sol creó un efecto deslumbrante sobre las
huellas, lo que llevó al equipo a darse cuenta de que habían encontrado algo
realmente especial, por lo que inmediatamente documentaron el hallazgo.
"Cuando el sol forma un ángulo perfecto con esos
yacimientos, simplemente explotan", dijo. "Todos nos quedamos
atónitos y Pat nos dijo: 'Coged la cámara'. Estábamos alucinando", aseguró
Stewart.
¿Cómo se acumularon las huellas de dinosaurio?
Una sola huella, probablemente de un tiranosaurio. / Imagen: Dustin Stewart |
Según el Servicio de Parques Nacionales, esta actividad tectónica fue la que formó parte de la conmoción geológica que dio origen a la cordillera de Alaska, de 966 km de longitud, cerca del Parque Nacional de Denali.
Las huellas no solo representan la presencia de grandes
dinosaurios herbívoros y carnívoros –un entorno diverso y boscoso donde
convivían criaturas impresionantes como tiranosaurios, rapaces y reptiles
voladores–, sino que también muestran rastros fosilizados de plantas, polen,
crustáceos y aves zancudas.
"Era una zona boscosa repleta de dinosaurios",
explica Druckenmiller. "Por Denali correteaba un tiranosaurio que era
varias veces más grande que el oso pardo más grande de la actualidad. Había
rapaces. Había reptiles voladores. Había aves. Era un ecosistema
asombroso".
Los científicos esperan que estos descubrimientos
proporcionen una comprensión más detallada del ecosistema hace 70 millones de
años. "Todas estas pequeñas pistas nos ayudan a entender cómo era el medio
ambiente en su conjunto", afirma Stewart.
Editado por Felipe Espinosa Wang.
Un año más, la campaña de excavaciones en el yacimiento de Torrelara han vuelto a arrojar datos de lo más estimulantes. Ahora solo falta que la administración regional, empiece a tomárselo en serio. Con Fidel Torcida Fernández-Baldor, director de la XX Campaña de excavaciones en la Sierra de la Demanda y director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) en Canal 54.
Unas 350 huellas halladas en Bolivia respaldan la idea de que los saurópodos adultos cuidaban de las crías de toda la manada y exponen las dificultades del país andino para proteger el patrimonio paleontológico
Reconstrucción artística del paso del grupo de saurópodos y la interacción con las otras especies que se atravesaron en su camino. Gabriel Díaz Yantén. |
La escena que ilustra el hallazgo es la de dos saurópodos
(dinosaurios del tipo de los brontosaurios) adultos guiando a cientos de crías
en el Jurásico Superior, hace unos 150 millones de años, en plena época de
esplendor de los dinosaurios. Además, dos ornitópodos (concretamente,
iguanodontes) y un terópodo (del tipo de los tiranosaurios) se cruzan oblicuos
y en calma por un camino que, para algunos paleontólogos, era parte de la ruta migratoria de dinosaurios más larga del mundo: trasladada a la geografía
actual, iba desde el sur de Perú, pasando por el centro de Bolivia y hasta el
norte de Argentina.
Pero la relevancia de este descubrimiento se relaciona con
la culminación de otro recorrido, esta vez temporal. Hasta ahora, el país del
altiplano andino contaba con registros de inicios y finales de la era de estos
reptiles gigantes y “con esto, Bolivia ya tiene yacimientos de huellas de
dinosaurios de los tres períodos: Triásico, Jurásico y Cretácico”, subraya
Apesteguía, en una videollamada compartida con el geólogo boliviano Gustavo
Méndez Torres y el icnólogo español Raúl Esperante, radicado en EE UU desde
hace muchos años. Méndez Torres, primer autor del artículo y descubridor de las
huellas, recuerda el momento del descubrimiento: “Sentí que me invadía una gran
emoción; y más, al saber que fui el acreedor del único yacimiento de huellas
del sistema Jurásico en Bolivia”.
El artículo describe las pisadas de los saurópodos adultos
con una forma “redondeada, como la de los elefantes, y con entre 75 y 95
centímetros de diámetro”. Basándose en esos datos, los autores calcularon que
tendrían la cadera a casi cuatro metros del suelo, que sus cuerpos medirían
unos 20 metros de largo (desde la nariz hasta la cola) y que llevarían un andar
pesado, de menos de cinco kilómetros por hora. Las huellas de las crías, en
cambio, miden entre 15 y 30 centímetros de diámetro. En un comunicado de
prensa, los investigadores destacan que “lo curioso es que no se ven más de
esas huellas pequeñas en el yacimiento, lo que indica claramente que venían por
el mismo sendero o en grupo compacto con los dos gigantes, mostrando un
comportamiento de manada y de protección de las crías”.
El geólogo Gustavo Méndez Torres, descubridor de las huellas, trabaja con los estudiantes de biología en la pendiente que contiene varios niveles con huellas de dinosaurios. Ariel Ángel Céspedes Llave. |
Otro detalle refuerza esa idea. “Si los jóvenes hubieran pasado como una hora después o al día siguiente, cabría esperar que pisaran las huellas de los adultos; pero lo que vemos es muy poco o casi nada de solapamiento entre las huellas”, explica el investigador Esperante. La superposición se habría dado con mayor probabilidad si hubieran transitado en distintos momentos. En cambio, las pisadas de las crías no pasan por encima de las de los adultos, sino que van por sus costados. Hay una razón de peso: “Los grandotes dejaron las marcas de las patas, pero todavía debía pasar la cola del enorme animal; entonces los chiquitos no pueden caminar por ahí, tienen que hacerse a un lado”, ilustra Apesteguía, investigador de Conicet.
Al repasar los detalles que les permiten aproximarse al
intangible comportamiento de estos gigantes, Esperante no oculta su entusiasmo.
“Es que este yacimiento es la leche. Es espectacular. Hay que ir a verlo”,
recomienda. Apesteguía lanza enseguida una advertencia que cambia
irremediablemente el resto de la conversación: “Antes de que se caiga”.
La prehistoria que se derrumba
Los problemas que el paleontólogo Esperante sorteó para llegar hasta el sitio resultaron un anticipo liviano de las complejidades que afectan a valiosos yacimientos como el de Tarija. “Justo viajé la semana de la caída de Evo Morales, en 2019. Estaba Cochabamba paralizada, todo el país, pero de alguna manera conseguí volar a Tarija”, recuerda.
En medio de aquella crisis política, la protección del
registro fósil no fue una prioridad y cuatro años después sigue siendo un
desafío. “Uno de los grandes problemas en Bolivia, como en muchos lugares, es
cómo proteger estos yacimientos que en general están muy inclinados”, expone
Apesteguía. A menos de 500 kilómetros de Tarija se encuentra el monumento
nacional paleontológico Cal Orcko, el sitio con huellas de dinosaurio más importante del mundo, con miles de icnitas de múltiples especies dispersas en barrancos con 70 grados de inclinación. “Con cualquier cosa que pasa arriba, se viene el
derrumbe y en Tarija lo mismo. Se ve cómo un escalón de selva que se vino abajo
y eso anticipa cuál va a ser el próximo”, describe el paleontólogo argentino
mientras ruega una solución urgente.
“Proteger las huellas haciendo toda una estructura en la
cuenca del río es imposible. Eso no lo van a poder hacer y no tiene sentido. Lo
que sí hay que hacer es un escaneo de las huellas ya”, exige Apesteguía. Se
refiere al levantamiento mediante fotogrametría, una medición de alta precisión
a través de imágenes aéreas y satelitales, que permiten digitalizar las
imágenes y conservarlas con máximo detalle.
Los científicos ponen énfasis en el valor de Tarija como
patrimonio mundial. “Ha sido crucial en la paleontología durante mucho tiempo,
desde el siglo XIX. Los más increíbles fósiles de megafauna de Tarija, del
último millón de años, están en museos de todo el mundo, en lugares destacados de la exhibición”, resalta Apesteguía. Lo que describen empieza a parecer una
versión moderna de expoliación, pero Esperante evita esa palabra: “Yo lo
comparo con el éxodo de material arqueológico babilónico, sirio, egipcio, en el
siglo XIX y comienzos del XX, hacia Europa fundamentalmente y hacia
Norteamérica. Cuando no tenían el registro de cuidado y preservación que tienen
ahora esos sitios. Esto es equivalente”.
https://elpais.com/elpais/2016/07/29/videos/1469798770_208752.html
Méndez Torres añade al problema de gestión el de la falta de
cultura científica: “En sitios donde hay hallazgos del Cuaternario, la gente
baila sobre los fósiles porque hay sectores donde es totalmente imposible dar
un paso sin pisar un registro. Mastodontes, gliptodontes, perezosos e infinidad
de otros especímenes que están totalmente descuidados. Incluso donde hay
letreros que advierten sobre las multas por llevarse fósiles sin autorización,
he visto con mis propios ojos cómo un aficionado levantaba diez piezas, pagaba
la multa y se las llevaba”. “Lamentablemente, aquí en Bolivia no hay interés”,
denuncia.
Esperante achaca el problema a la ausencia de un protocolo
estandarizado. “No hay un sistema oficial, regular, sistematizado para
resguardar y proteger los fósiles. Algunos tienen la idea de que hay que
conservarlo en el sitio, pero en dos años no queda nada. Necesitamos educar a
los diversos estamentos en que conservación no significa dejarlo en el sitio,
si el sitio no va a estar conservado”, advierte.
La naturaleza le da la razón. El geólogo boliviano da a sus
colegas una mala noticia durante la videollamada. En febrero de 2020, en
Tarija, “un desprendimiento de rocas por las lluvias arrastró parte del
yacimiento [que reveló la guardería de dinosaurios]. En las noticias salió que
un derrumbe obstaculizaba parte del camino y cuando lo vi inmediatamente me di
cuenta de que era el sitio de las huellas”. Méndez Torres relata apenado cómo
se acercó al lugar y habló con las autoridades locales, para pedirles que
retirasen los bloques, “recuperarlas y llevarlas a algún lugar en el que se
pudieran proteger”. “Pero luego los operadores de máquinas pesadas cargaron los
escombros, se los llevaron y los tiraron quién sabe dónde. Así se perdieron algo más de 30 huellas que podrían estar expuestas en algún museo”, relata apenado
el boliviano Méndez Torres.
Del expolio a la protección de fósiles
En busca de respuestas oficiales sobre la conservación de este yacimiento de gran importancia paleontológica, las consultas rebotan durante días entre diversos departamentos de gobierno. En el Viceministerio de Ciencia y Tecnología, en proceso de cambio de titular desde el pasado 27 de julio, la atención se deposita en una voluntariosa empleada técnica, quien limita la competencia de la división en la que trabaja a la promoción de la investigación científica, y deriva en el Ministerio de Culturas la tutela del patrimonio paleontológico. En ese ministerio, según responden, tampoco se encargan del tema (a pesar de que la Ley de Patrimonio Cultural Boliviano, de 2014, así lo indica). Lo que ocurre, en cambio, es un nuevo pase de pelota. En esa cartera, el Director General de Patrimonio Cultural, Gonzalo Vargas, traspasa la responsabilidad al Museo Nacional de Historia Natural, que depende del Ministerio de Medioambiente y Agua.
Las huellas se hallaron en una ladera inclinada del río Santa Ana, cerca del pueblo de Entre Ríos, en Tarija (Bolivia). Gustavo Méndez Torres. |
Araníbar confirma la ausencia de un protocolo estandarizado,
como señalaba el paleontólogo Esperante. La reglamentación pendiente serviría,
además, para reforzar la lucha contra el tráfico de fósiles y el expolio
iniciada hace casi 30 años. Hasta mediados de los años 1990 “venían
investigadores [extranjeros] renombrados que no tenían en cuenta la normativa
nacional. Entraban, investigaban y salían con los fósiles”, relata el biólogo.
“Lo ideal es que los originales estén acá para que otros investigadores los
puedan utilizar para sus estudios”, anhela Araníbar. Para su compañero geólogo,
la fuga de fósiles no es un problema exclusivo de Bolivia sino algo que afecta
en general a Latinoamérica. Un caso emblemático que señalan “de esta
colonización indirecta que aún persiste” es el del fósil brasileño Ubirajara
jubatus, recientemente restituido desde Alemania tras su apropiación en 1995.
El director del museo explica que para retener los fósiles
en los sitios en los que fueron hallados, deben ponerse de acuerdo las
autoridades locales, gubernamentales o indígenas, con los científicos, “pero
para eso, deben construir los elementos que permitan el resguardo efectivo”.
Cuando eso está garantizado, según aclara Araníbar, pueden ser devueltos a
quien corresponda. “Por eso es importante fortalecer las capacidades locales”,
añade.
Mamani Quispe lamenta, en ese sentido, que en el país haya
solamente tres universidades que ofrecen la carrera de Geología; y en ella, la
paleontología ocupa apenas dos semestres en el plan de estudios. “El problema
es tan complejo que hay que mirarlo desde diferentes aristas. Quienes estamos
trabajando en paleontología somos prácticamente quijotes, querendones del
trabajo. Si yo me dedicara al petróleo o a la minería, ganaría cuatro o cinco
veces lo que gano acá. Imagínese: para un joven con aspiraciones, no es
atractivo”, explica el geólogo. A eso, le suma la falta de apoyo estatal a la
investigación básica porque, según él, no se ve en ese tipo de ciencia un
retorno productivo inmediato.
Sin embargo, se esfuerzan en crear esperanzas hacia la
conservación de los fósiles: “Estamos en una etapa de elaboración de nuevos
documentos, normativa y reglamentos que puedan uniformar el trabajo a nivel
nacional. Estamos trabajando todavía”, dice Mamani Quispe. A pesar de todo, su
pequeño grupo de quijotes, que resiste en el Museo Nacional de Historia Natural
de Bolivia, persiste en proponer avances.