sábado, 29 de junio de 2024

Trilobites sepultados por cenizas volcánicas revelan su anatomía en 3D

Como si se tratase de Pompeya, en Marruecos han aparecido restos de este animal del Cámbrico excepcionalmente conservados al quedar atrapados tras la erupción de un volcán submarino. Gracias a este hallazgo conocemos más sobre cómo era su sistema digestivo o sus apéndices.

Comparación de la vista ventral de las reconstrucciones 3D de Protolenus (Hupeolenus)
y Gigoutella mauretanica. / © Arnaud Mazurier | Universidad de Poitiers
Los trilobites dominaron los océanos durante 350 millones de años, cuando la vida se concentraba en estas masas de agua y la superficie terrestre era un paisaje hostil para la vida. Son, quizás, las criaturas más conocidas del Cámbrico y tenían una gran diversidad.

Hasta hoy se han identificado más de 22.000 especies de estos animales marinos extintos, gracias al duro exoesqueleto que tenían, un hecho que facilita su identificación dentro del registro fósil.

Un equipo de científicos acaba de descubrir nuevos restos de estos artrópodos en la formación Tatelt en Marruecos con características muy peculiares, ya que fueron rápidamente sepultados por cenizas volcánicas, en un proceso "similar al de Pompeya", según relatan, por lo que la anatomía completa de estos trilobites ha quedado al descubierto.

Organicé varias salidas de campo a la zona para explorar y buscar otros especímenes. Fue entonces cuando encontramos los fósiles mejor conservados

Abder El Albani, Universidad de Poitiers 

“El primer fósil de esta especie lo hallaron accidentalmente otros investigadores no especializados que estaban en el yacimiento antes que yo y me alertaron de su existencia. A continuación, organicé varias salidas de campo a la zona para explorar y buscar otros especímenes. Fue entonces cuando encontramos los mejor conservados. Esta tarea fue todo un reto debido a la escasez de los fósiles y a la dureza de la roca que los contenía”, dice a SINC Abder El Albani, autor principal del estudio e investigador de Universidad de Poitiers (Francia).

En la descripción de estos fósiles, que publica la revista Science, se revelan, por ejemplo, detalles microscópicos de su anatomía, la forma de sus apéndices o su sistema digestivo.

Vista lateral de la reconstrucción 3D renderizada con transparencia y mostrando la
segmentación del aparato digestivo (azul), el hipostoma (verde), el labrum (rojo)
y apéndices seleccionados. / © Arnaud Mazurier
"Los fósiles de trilobites son muy comunes, pero los paleontólogos suelen encontrar solo sus duros exoesqueletos. Otros ejemplares mucho más raros (por ejemplo, los del famoso Esquisto de Burgess, en Canadá) muestran también algunas partes blandas del cuerpo de estas criaturas, como las antenas y las patas para caminar", explica a SINC John Paterson, de la Universidad de Nueva Inglaterra (Australia) y coautor del trabajo.

"Pero incluso estos rasgos anatómicos pueden quedar oscurecidos cuando están aplanados en dos dimensiones u ocultos por los sedimentos. Los nuevos restos no solo conservan las antenas y las patas para caminar, sino también estructuras bucales e incluso todo el aparato digestivo en tres dimensiones (3D)", añade.

Los nuevos restos no solo conservan las antenas y las patas para caminar, sino también estructuras bucales e incluso todo el aparato digestivo en 3D

John Paterson, Universidad de Nueva Inglaterra 

Hasta ahora, las características de partes como los apéndices de tejido blando y órganos internos estaban rara vez conservados y con un registro fósil muy limitado.

Detalles de su estructura de alimentación

Los trilobites de este yacimiento se fosilizaron al quedar sepultados rápidamente por las cenizas de un único evento de flujo piroclástico que arrasó un entorno marino poco profundo. Este evento hizo que quedaran enterrados de forma instantánea y que su estado de preservación esté intacto en 3D, tanto el exoesqueleto como la anatomía blanda contenida en él.

Gracias al depósito de cenizas volcánicas y a una cementación muy temprana, la preservación es muy rápida

Abder El Albani 

“Gracias al depósito de cenizas volcánicas y a una cementación muy temprana, la preservación es muy rápida. Este tipo de preservación (tipo Pompeya) permite una excelente fosilización mostrando un detalle con una resolución muy alta”, añade El Albani.

Con el análisis de imágenes de rayos X microtomográficas de estos fósiles, los investigadores pudieron observar características anatómicas, como el exoesqueleto articulado y no distorsionado de los trilobites, sus antenas, los apéndices posantenales, el sistema digestivo y otros tejidos blandos.

"Este tipo de imagen consiste en tomar múltiples cortes de rayos X del espécimen, que luego se reconstruyen digitalmente en una única imagen tridimensional de alta resolución. Esto nos permitió estudiar los exquisitos detalles anatómicos de estos trilobites", detalla Paterson.

Los autores del trabajo también describen características anatómicas previamente desconocidas, como sus novedosas estructuras de alimentación, una abertura bucal en forma de hendidura y apéndices de la cabeza especializados, que forman un complejo aparato de alimentación alrededor de la boca.

Durante décadas, los paleontólogos han sospechado que los trilobites poseían un labrum, pero faltaban pruebas convincentes

John Paterson 

“Observamos que los apéndices situados cerca de la boca tenían bases curvadas parecidas a cucharas, que a menudo pasaban desapercibidas en especímenes fósiles menos prístinos. Las hipótesis anteriores sugerían que los trilobites poseían tres pares de apéndices cefálicos detrás de sus largas antenas, pero nuestro estudio sobre las especies marroquíes reveló la presencia de cuatro pares en su lugar”, apunta el sedimentólogo de la Universidad de Poitiers.

"Además, nuestros hallazgos incluyen la documentación de un lóbulo carnoso previamente desconocido que cubre la boca, denominado labrum, lo que supone un importante descubrimiento en la anatomía de los trilobites”, continúa. 

Vista dorsal de la reconstrucción 3D. / © Arnaud Mazurier
Paterson, añade: “Durante décadas, los paleontólogos han sospechado que los trilobites poseían un labrum, pero faltaban pruebas convincentes. Nuestro descubrimiento confirma ahora su existencia. Otro descubrimiento clave es el primer par de apéndices de la cabeza detrás de las antenas, que poseen las ‘cucharas espinosas’, utilizadas para masticar y recoger alimentos en la boca. A estas se adhieren estructuras similares a antenas que pueden haber actuado como receptores del gusto o sensores táctiles. Esto nunca se había observado antes en otros especímenes de trilobites”.

Los científicos esperan que estos hallazgos conduzcan a otros depósitos de ceniza volcánica en entornos marinos, con potencial significativo para preservar criaturas de cuerpo blando o anatomía con gran detalle como los trilobites de Tatelt.

Referencia:

Albani et al. “Rapid volcanic ash entombment reveals the 3D anatomy of Cambrian trilobites”.  Science.

Fuente: SINC

Derechos: Creative Commons.

agenciasinc.es

Hubo un animal que existió antes de los dinosaurios y acaban de encontrar sus fósiles en Brasil

Artwork by Matheus Fernandes. FUENTE: Scientific Reports
En Brasil, un equipo de científicos ha realizado un descubrimiento revolucionario que podría cambiar nuestra comprensión del pasado remoto de nuestro planeta. Este equipo, de la Universidad Federal de Santa María, encontró los restos de un reptil prehistórico que vivió hace unos 237 millones de años, en una época en la que los dinosaurios aún no dominaban la Tierra.

El hallazgo tuvo lugar en la Formación Santa María, una zona rica en fósiles que ha sido fuente de muchos descubrimientos importantes, pero jamás se imaginaron lo que descubrirían. Resulta interesante haber encontrado los restos incluyen un cráneo completo, varias vértebras, una pelvis y partes de las extremidades traseras. Este conjunto de huesos ha permitido a los científicos reconstruir una imagen bastante precisa de cómo era este antiguo reptil. Era pequeño, con una longitud total de menos de un metro, y poseía una estructura corporal ligera y delgada, muy típica de ciertos reptiles de esa era.

Este reptil pertenece a un grupo conocido como pseudosuchios, los antecesores de los cocodrilos modernos. Durante el Triásico, estos pseudosuchios eran los amos y señores de muchos ecosistemas, mucho antes de que los dinosaurios comenzaran a dominar. La variedad de formas que estos reptiles adoptaron es impresionante, y el nuevo descubrimiento n os agrega un toque más de diversidad.

Su cráneo de aproximadamente 14.4 centímetros de largo y dientes finos y puntiagudos. Este animal, cuyo nombre científico es Parvosuchus aurelioi, deriva de las palabras latinas «parvus» (pequeño) y «suchus» (cocodrilo), mostrando sus características físicas distintivas. Además, este nombre rinde homenaje a Pedro Lucas Porcela Aurélio, un paleontólogo aficionado que jugó un papel básico en el descubrimiento de estos fósiles.

El verdadero valor de este descubrimiento radica en su capacidad para expandir el mapa de los fósiles de pseudosuchios. Hasta ahora, los registros de estos reptiles se limitaban principalmente a China y Argentina. Con este nuevo hallazgo, Brasil también forma parte de la posesión de estos, demostrando que estos antiguos reptiles también habitaron esta región del mundo.

El estudio de este reptil fue publicado en la revista ‘Scientific Reports’, detallando sus características anatómicas y el contexto en el que vivió. Con su construcción ligera y delgada, este pequeño reptil estaba bien adaptado para sobrevivir en un mundo lleno de grandes carnívoros. Su tamaño y agilidad eran claves para su supervivencia, permitiéndole moverse rápidamente y maniobrar con facilidad.

Más allá de su importancia científica, este descubrimiento, esta investigación cobra una gran importancia de la exploración paleontológica en regiones menos estudiadas como Brasil. Cada nuevo hallazgo en estas áreas puede aportar piezas importantes al rompecabezas de la evolución de la vida en la Tierra. Además, el hecho de que un paleontólogo aficionado haya tenido un papel tan importante en este descubrimiento ya nos dice algo sobre su pasión y la dedicación pueden llevar a contribuciones significativas en  la ciencia ciencia, independientemente del nivel de experiencia formal.

ensedeciencia.com

Ariana, de Bariloche al mundo: la primera investigadora que analiza el cerebro de los dinosaurios

Ariana Paulina-Carabajal es pionera en su materia. Es la primera persona en Argentina que se dedicó a estudiar el funcionamiento cerebral de los dinosaurios. Una historia que no te podés perder.

Ariana Paulina-Carabajal pionera en la neuropaleontología. Foto: Gentileza
Ariana Paulina-Carabajal hoy tiene 46 años, pero ya de chica, le gustaba estar en la naturaleza. Se crio en Bariloche, con paseos en el bosque y caminatas por el lago. “A los 3 o 4 años ya estaba enamorada de los reptiles”, cuenta. Hoy no solo es paleontóloga, también es directora del Museo Paleontológico Bariloche, y además es pionera en Argentina de lo que hace.

Cuando estaba en el secundario Ariana conoció, a través del hermano de una compañera, la vida de los fósiles. Siempre quiso estudiar algo relacionado a la biología, pero él le permitió conocer la paleontología. “Él se había ido a estudiar a La Plata y siempre hablábamos, me contaba de lo que aprendía, de los viajes de campo y me encantó”.

Ariana Paulina-Carabajal desde su infancia le interesó
 la naturaleza. Foto: Gentileza
Fue así que decidió seguir los pasos del hermano de su amiga. “No fue fácil, vengo de una familia humilde, asique siempre tuve que trabajar y estudiar. Si no hubiese sido por la educación pública, no hubiese podido estudiar”.

Lo que le pasó a Ariana en la Universidad fue un vuelco en su vida. Empezó a ver el mundo con otros ojos. “Empecé a entender porque las flores tenían tantos pétalos, o con las piedras y las rocas, empecé a hacerme preguntas que nunca antes me había hecho. Fue como sacarme las vendas de los ojos, empecé a mirar la naturaleza de otra forma”.

Ariana supo estar en los lugares correctos con las personas indicadas. Y su curiosidad fue el motor de su carrera. Hizo una pasantía en el Museo de La Plata, y ahí se encontró con Zulma Gasparini, una referente en la materia. Y ella le hizo preguntas, que a Ariana le trazaron el camino. “¿Y vos querés hacer un doctorado?”, Le preguntó. Así fue que en su último año de la carrera la contactó con el museo de Plaza Huincul para que acompañe una campaña.

Para obtener la información Ariana necesita utilizar tomografías computadas.
Foto: Gentileza
En esa colaboración se cruzó con el renombrado paleontólogo canadiense Phil Currie en una investigación en la que lograron extraer los huesos del dinosaurio carnívoro Murusraptor. Y Rodolfo Coria, otro paleontólogo, la invitó a hacer su doctorado en Plaza Huincul, para estudiar el neurocráneo, es decir, la caja craneana del dinosaurio que habían descubierto.

Y así siguió su historia: le quedaban cuatro materias, volvió a La Plata, estudió, rindió, se recibió, armó el bolso y se mudó a Plaza Huincul. Esta fue la precuela de lo que más tarde sería su tema central. Comenzó estudiando cajas craneanas y de a poco, llegó a lo que hoy se dedica: estudiar el cerebro de los dinosaurios. “Me apasioné”, cuenta, “por lo raro”.

Estudiar el cerebro de los dinosaurios no es tarea fácil. El 90% es líquido, por lo que se desintegra fácilmente y ya con el paso de los años, no hay rastro material posible a analizar. Pero, los dinosaurios tienen particularidad: se emparentan con cocodrilos, un modelo que le permite trazar hipótesis. “Nos manejamos mucho con la comparación”, explica, “es una rama que va variando con el tiempo, a medida que vamos conociendo más, vamos cambiando de ideas”.

Ariana Paulina-Carabajal trabaja con becarios: Facundo Irazoqui y
Karen Ulloa-Guaiquin. Foto: Gentileza
Para desarrollar su trabajo Ariana necesita de tomógrafos. Pedir permiso al curador de los museos y sacar turno en alguna clínica u hospital que habilite el estudio. Y Ahí con esas imágenes Ariana puede analizar. Por ejemplo, si ve que en un encéfalo el bulbo olfatorio es grande, interpreta que el sentido del olfato era el más importante para ese animal o, al contrario, en otros descubre la predominancia de la vista. “Es armar un rompecabezas, donde te faltan mil piezas”, explica.

Ariana Paulina-Carabajal trabaja con becarios. Realizan impresiones 3D a partir
 de tomografías, a escala. Foto: Gentileza.
Ariana es la primera científica de Argentina que empezó a estudiar el cerebro de los dinosaurios, hoy ya tiene grupo de becarios que siguen sus pasos. Para Ariana y para muchos otros, las instituciones públicas son importantísimas. Y el recorte de presupuesto en el Conicet impacta en su investigación. “Ya no sabemos si las campañas que tenemos planificadas las vamos a poder hacer”, cierra, “necesitamos vehículos, personal, combustible, comida, financiamiento, tenemos muchos proyectos que hoy están paralizados».

rionegro.com.ar

Los ammonites desaparecieron en el mismo evento catastrófico que acabó con los dinosaurios

Un nuevo estudio ha utilizado colecciones de museos para cartografiar la diversidad de ammonites en todo el mundo antes de su extinción total y ha descubierto que no estaban en declive antes de su extinción junto a los dinosaurios no avianos hace 66 millones de años.

Un banco de fósiles de ammonites en el museo Bergér en Eichstett,
Alemania. Crédito: Christian Reinboth / Wikimedia Commons
Los ammonites, esos icónicos moluscos marinos con conchas en espiral que han fascinado a paleontólogos y aficionados durante generaciones, no estaban en declive antes de su extinción, según ha revelado un nuevo estudio. Estos organismos, que prosperaron en los océanos de la Tierra durante más de 350 millones de años, desaparecieron en el mismo evento catastrófico que acabó con los dinosaurios hace aproximadamente 66 millones de años.

Históricamente, algunos paleontólogos han sostenido que la desaparición de los ammonites era inevitable y que su diversidad estaba disminuyendo mucho antes de su extinción al final del período Cretácico. No obstante, una investigación reciente, publicada hoy en la revista Nature Communications y liderada por un equipo de paleontólogos de la Universidad de Bristol, ofrece una perspectiva diferente, sugiriendo que su destino no estaba predeterminado. En lugar de una declinación continua, la historia final de los ammonites es considerablemente más compleja.

Ammonites tomando el sol en el Cretácico Superior.
Crédito: Callum Pursall (@cpursall on X)
El Dr. Joseph Flannery-Sutherland, autor principal del estudio, señaló que entender cómo y por qué ha cambiado la biodiversidad a lo largo del tiempo es un desafío monumental. A menudo, explicó, el registro fósil actúa como un narrador poco fiable. Los patrones de diversidad que observamos pueden ser simplemente el resultado de patrones de muestreo – es decir, dónde y cuándo se han encontrado nuevas especies fósiles – y no necesariamente reflejan la verdadera historia biológica.

Uno de los errores de estudios anteriores, según el equipo de Bristol, fue analizar el registro fósil existente de los ammonites del Cretácico Tardío como si fuera una historia completa y global. Este enfoque probablemente llevó a la conclusión equivocada de que los ammonites estaban en un declive ecológico a largo plazo. Para superar esta limitación, el equipo de investigación creó una nueva base de datos de fósiles de ammonites del Cretácico Tardío, lo cual ayudó a llenar los vacíos en el muestreo del registro fósil.

El coautor del estudio, Cameron Crossan, un graduado del programa de MSc en Paleobiología de la Universidad de Bristol en 2023, destacó que recurrieron a colecciones de museos para obtener nuevas fuentes de especímenes en lugar de depender únicamente de lo que ya se había publicado. Este método les permitió asegurar una imagen más precisa de la biodiversidad de los ammonites antes de su extinción total.

Utilizando esta base de datos ampliada, el equipo analizó cómo variaban las tasas de especiación y extinción de los ammonites en diferentes partes del mundo. Si los ammonites hubieran estado en declive durante el Cretácico Tardío, sus tasas de extinción habrían sido generalmente más altas que sus tasas de especiación en cualquier región estudiada. Sin embargo, lo que encontraron fue que el equilibrio entre especiación y extinción cambió tanto a lo largo del tiempo geológico como entre diferentes regiones geográficas.

Reconstrucción de ammonites. Crédito: Bramfab / Wikimedia Commons
El Dr. James Witts, del Museo de Historia Natural de Londres y coautor principal del estudio, subrayó que estas diferencias en la diversificación de los ammonoideos en todo el mundo son una parte crucial de por qué su historia en el Cretácico Tardío ha sido malinterpretada. Por ejemplo, el registro fósil de los ammonites en partes de América del Norte está muy bien muestreado, pero si uno solo se basara en estos datos, podría pensar erróneamente que los ammonites estaban en declive, mientras que en realidad estaban prosperando en otras regiones. Su extinción fue realmente un evento fortuito y no un resultado inevitable.

Para entender mejor qué permitió el éxito continuo de los ammonites durante el Cretácico Tardío, el equipo de investigación exploró los factores que podrían haber causado cambios en su diversidad a lo largo del tiempo. Estaban particularmente interesados en determinar si las tasas de especiación y extinción de los ammonites estaban impulsadas principalmente por condiciones ambientales como la temperatura del océano y el nivel del mar (Hipótesis del Bufón) o por procesos biológicos como la presión de los depredadores y la competencia entre los mismos ammonites (Hipótesis de la Reina Roja).

La Dra. Corinne Myers, de la Universidad de Nuevo México y coautora del estudio, comentó que las causas de la especiación y extinción de los ammonites eran tan variadas geográficamente como las tasas mismas. Esto significa que no se podía simplemente observar su registro fósil total y concluir que su diversidad estaba impulsada enteramente por cambios en la temperatura, por ejemplo. Era un fenómeno más complejo y dependía del lugar en el mundo donde vivían.

El Dr. Flannery-Sutherland concluyó que los paleontólogos a menudo son aficionados a las narrativas simplificadas sobre qué impulsó los cambios en la diversidad fósil de un grupo, pero este trabajo muestra que las cosas no siempre son tan simples. No podemos confiar necesariamente en los conjuntos de datos fósiles globales y necesitamos analizarlos a escalas regionales. De esta manera, podemos capturar una imagen mucho más matizada de cómo cambió la diversidad a lo largo del espacio y el tiempo, lo que también muestra cómo la variación en el equilibrio de los efectos de la Reina Roja y el Bufón moldearon estos cambios.

FUENTES

University of Bristol

Flannery-Sutherland, J.T., Crossan, C.D., Myers, C.E. et al. Late Cretaceous ammonoids show that drivers of diversification are regionally heterogeneous. Nat Commun 15, 5382 (2024). doi.org/10.1038/s41467-024-49462-z

labrujulaverde.com

Por fin logra desvelarse el complejo mundo perdido de los primeros dinosaurios

Un yacimiento de fósiles revela información sobre un ecosistema prehistórico perdido en el que los primeros dinosaurios deambularon hace 200 millones de años.

Representación artística en 3D de tres dinosaurios saurópodos. Aunque los
yacimientos óseos de Lavernock Point se descubrieron en el siglo XIX, la
paleontología moderna aún no los ha investigado a fondo. (iStock)
Un sitio paleontológico de “singular importancia” con relevantes lechos fósiles ha sacado a la luz un ecosistema prehistórico perdido en el que los primeros dinosaurios deambularon hace más de 200 millones de años.

Para el estudio, publicado en la edición de junio de 2024 de la revista Proceedings of the Geologists’ Association, un equipo de paleontólogos analizó y describió los lechos fósiles de Lavernock Point, yacimiento localizado en la costa sur de Gales, uno de los países que integran el Reino Unido.

Dichos lechos fósiles datan del periodo Triásico, el cual abarcó una escala temporal que inició hace 252 millones de años y concluyó hace unos 201 millones de años, época que atestiguó la aparición de los primeros dinosaurios.

“Aunque los yacimientos óseos [de Lavernock] fueron descubiertos en el siglo XIX, la paleontología moderna aún no los ha investigado a fondo”, informó a Newsweek el paleobiólogo Owain Evans, egresado de la Universidad de Bristol, Reino Unido y autor principal del estudio.

“Nuestro objetivo era crear un registro oficial de los estratos geológicos y obtener más información sobre la fauna fósil con la finalidad de averiguar cómo era la geología local hace 200 millones de años”, agregó Evans.

El científico y sus colegas empezaron por hacer trabajos de campo en Lavernock con la idea de precisar la localización exacta del lecho óseo y obtener muestras. Sin embargo, durante esos trabajos el equipo no solo encontró los lechos fósiles descubiertos en el siglo XIX, sino que descubrió un lecho secundario que albergaba tipos geológicos distintos y diferentes conjuntos de restos animales.

SE HALLARON IMPORTANTES FÓSILES DE DINOSAURIOS

Evans señaló que, también durante los trabajos de campo, los investigadores recuperaron dos fósiles “importantes”. El primero fue el osteodermo (una suerte de armadura escamosa) de un placodonto (especie extinta de reptil marino), en tanto que el segundo fue un hueso de celacanto: antiguo grupo de animales acuáticos, algunas de cuyas especies aún existen en la actualidad. 

“Son dos fósiles muy raros para el Reino Unido, por lo que subrayan la importancia de la fauna fósil de Lavernock Point”, aseveró Evans.

Para la segunda etapa del estudio los investigadores se trasladaron al laboratorio para trabajar con las colecciones del Museo Nacional de Gales (NMW, por sus siglas en inglés).

“Una vez en el laboratorio, procesé las muestras que reunimos en el campo y extraje microfósiles minúsculos que habían quedado incluidos en la roca”, prosiguió Evans. “Esos fósiles consistían en dientes, escamas, huesos de tiburones y de otros tipos de peces”.

El análisis de los microfósiles “nos permitió dar cuenta de todos los animales que vivieron en ese mar poco profundo durante la edad Raetiana”, como se denomina la tercera y última subdivisión del periodo Triásico. 

“Y cuando estudié las colecciones del NMW, pude hacer un inventario completo de cada fósil recolectado en Lavernock, algunos de los cuales databan de la década de 1870”, añadió el paleobiólogo Owain Evans.

Gracias a ese proceso se dio cuenta de que varios fósiles del museo estaban mal identificados; en particular, una vértebra de gran tamaño, la cual había sido catalogada como procedente de un animal anfibio, pero que en realidad perteneció a un dinosaurio herbívoro que formó parte de la familia de los plateosáuridos: animales que precedieron a los saurópodos, grupo que incluyó a las bestias terrestres más grandes que jamás hayan pisado el planeta.

LOS FÓSILES PERTENECIERON A ALGUNOS DE LOS DINOSAURIOS MÁS PRIMITIVOS

De la misma manera, el paleobiólogo logró identificar una segunda vértebra y la falange (hueso de un dedo) de un terópodo depredador, un suborden de dinosaurios carnívoros.

“Aunque fragmentarios, esos fósiles son en extremo valiosos porque pertenecieron a algunos de los dinosaurios más primitivos que merodearon las costas del Reino Unido”, sentenció Evans.

“También recuperamos muchos otros fragmentos de hueso —probablemente, pedazos de material de dinosaurio—, mas no tenían la integridad necesaria para hacer una identificación positiva”, aclaró.

Los resultados del estudio apuntan a que Lavernock Point alberga un rico lecho óseo que data de la edad Raetiana, época en que esa región del actual territorio de Gran Bretaña estuvo conformada por un archipiélago de islas tropicales rodeadas por un mar cálido y somero.

Por otra parte, los fósiles permitieron que el equipo reconstruyera un ecosistema muy complejo en el que los grandes reptiles marinos compartieron las aguas con una gran variedad de tiburones y otros peces, mientras que las islas sirvieron de hogar a una numerosa población de dinosaurios terrestres.

“Creemos que, ocasionalmente, las grandes tormentas arrastraron huesos de esos animales hasta una zona de marea, donde quedaron depositados en el cieno y pasaron por el proceso de fosilización hasta que fueron descubiertos, unos 200 millones de años más tarde”, detalló Evans.

“El hecho de que estemos desenterrando tantos huesos de dinosaurio en un depósito marino sugiere que había tantos de ellos en la tierra firme circundante que el mar arrastraba sus restos con cierta frecuencia”, conjeturó el investigador.

TODO EL ARCHIPIÉLAGO ESTUVO POBLADO POR VARIOS GRUPOS DE DINOSAURIOS

“Y la gran cantidad de fósiles de dinosaurios de Lavernock Point nos dice que, hacia el fin del Triásico, todo el archipiélago estuvo poblado por varios grupos de esos animales, ya que los antepasados herbívoros de los saurópodos de gran tamaño y cuello largo debieron alimentarse con la flora local para así evitar a los terópodos depredadores”, presumió Evans.

A juzgar por el tamaño de algunos de los huesos recuperados, los investigadores sospechan que aquellos dinosaurios debieron ser razonablemente grandes. Tal vez no los animales gigantescos que evolucionaron en periodos posteriores; pero, de cualquier manera, son de un tamaño sustancial.

“Si bien se han descrito algunas especies triásicas halladas en Gales del Sur, los fósiles de Lavernock sugieren que aquellos animales eran bastante más grandes que cualesquiera otros hallados hasta ahora, lo cual me resulta de lo más emocionante”, comentó Evans. “No hay que perder de vista que los fósiles del Triásico son en extremo raros. Y no solo en el Reino Unido, sino en cualquier otra parte del mundo.

“Nuestros hallazgos resaltan la preeminencia de Lavernock Point. No solo como uno de los yacimientos de fósiles de dinosaurio más importantes del Reino Unido, sino de todo el mundo. [El sitio] nos permite estudiar un periodo temprano en la evolución de los dinosaurios, el cual, muchas veces, ha escapado a la atención de los paleontólogos. 

“En estos momentos, estamos concentrando esfuerzos en expandir el conocimiento sobre la fauna de los dinosaurios, porque ahora tenemos una oportunidad única para estudiar la riqueza de la organización de los dinosaurios durante el periodo Triásico”, concluyó el paleobiólogo.

(Publicado en cooperación con Newsweek)

newsweekespanol.com

Descubren en Neuquén una nueva especie de dinosaurio carnívoro que vivió hace aproximadamente 83 millones de años

Un investigador del CONICET participó del hallazgo, junto con un grupo de científicos nacionales e internacionales. Este descubrimiento aporta información para futuras investigaciones sobre la anatomía y la diversidad de este grupo de terópodos.

Reconstrucción de Diuqin lechiguanae. Créditos: Hannah Jones y
Andrew McAfee.
Un investigador del CONICET, junto con colegas nacionales e internacionales, dieron a conocer, a través de la revista BMC Ecology and Evolution, el hallazgo de una nueva especie de dinosaurio carnívoro que vivió hace unos 83 millones de años en lo que hoy es la provincia de Neuquén. La nueva especie fue bautizada como Diuqin lechiguanae. Diuqin pertenece al grupo de los terópodos, un clado de dinosaurios bípedos y en su mayoría carnívoros. A su vez, y más específicamente, se lo ha clasificado dentro del grupo de los unenlaginos, que son dinosaurios terópodos que se encuentran cercanamente emparentados con los ancestros de las aves.

Importancia del hallazgo

Los investigadores destacan que este descubrimiento es importante por varios motivos. En primer lugar, el hallazgo de dinosaurios terópodos no es muy frecuente, y en particular este tipo de terópodos, de pequeño a mediano tamaño y con huesos más gráciles y frágiles, son aún más difíciles de descubrir. Por otro lado, los unenlaginos son muy escasos, por lo que cualquier nuevo resto fósil que pueda ser asignado a este grupo brinda una gran información tanto anatómica como de la diversidad que tenía este grupo de terópodos.

“Esto nos ayuda a entender un poco más acerca de las relaciones de parentesco entre los unenlaginos y otros grupos de terópodos. En el caso particular de Diuqin, es importante también su antigüedad, porque hasta ahora no se había encontrado otro unenlagino de esa edad. Los otros que se han encontrado son más antiguos o más recientes en tiempo, por lo que esta nueva especie tendría una posición temporal intermedia. Esto último se condice con el tamaño y algunas características anatómicas que se pueden interpretar como transicionales entre las especies más antiguas y las más recientes. Este hallazgo, además, enriquece nuestro registro de dinosaurios en particular y nuestro patrimonio paleontológico en general”, afirma Federico Gianechini, investigador del CONICET en el Instituto Multidisciplinario de Investigaciones Biológicas de San Luis (IMIBIO-SL, CONICET-UNSL) quien participó del trabajo publicado.

“Los restos fósiles fueron hallados por Juan Porfiri, paleontólogo de la Universidad Nacional del Comahue y líder del trabajo publicado, y Gastón Garat en una zona cercana al Lago Barreales, específicamente en un istmo que lo separa del Lago Mari Menuco, en el centro-este de la provincia de Neuquén. Los fósiles se encontraron durante una exploración en la zona mencionada, primero hallándose astillas de hueso de un dinosaurio saurópodo y muy cerca aparecieron los restos del Diuqin lechiguanae, todo en un área relativamente pequeña”, continúa el investigador.

El nombre Diuqin proviene de un término Mapuzungun, la lengua del pueblo Mapuche nativo de la región, que quiere decir “ave de presa” en castellano. Por otro lado, la segunda parte del nombre, lechiguanae, proviene de “Lechiguana”, que era el nombre de la bruja de la película argentina del año 1975 “Nazareno Cruz y el lobo”, dirigida por Leonardo Favio. Por lo tanto, el nombre completo de esta nueva especie significa “el ave de presa de Lechiguana”.

“El proceso de trabajo sobre esta nueva especie de dinosaurio tuvo diferentes etapas, primero se realizó un estudio anatómico de detalle de los huesos. Esto se hace a partir de observaciones generales y con lupa binocular para poder visualizar detalles específicos e ir tomando medidas. También se escaneó el material con un escáner 3D, y a partir de las imágenes obtenidas se pudieron realizar modelos tridimensionales de los huesos. La anatomía siempre se compara con la de otras especies, para ver similitudes y diferencias. Estos estudios anatómicos son la base para todos los estudios posteriores, porque son los que nos permiten identificar a qué grupo de dinosaurio pertenecen los restos y poder ver qué características particulares posee la nueva especie que la diferencian de otras. Por otro lado, se realizó lo que se llama un análisis filogenético, el cual nos permite ver las relaciones de parentesco con otras especies de terópodos”, explica Gianechini.

El trabajo también incluyó un estudio acerca de unas marcas que se observaron en el húmero, uno de los huesos preservados. Éste presentaba unas depresiones circulares en uno de sus extremos. A veces sucede que en los huesos fósiles quedan preservadas marcas producidas por otros animales, como pueden ser aquellas generadas por los dientes durante las mordidas. Esto pasa en animales actuales que fueron devorados por depredadores o por carroñeros luego de la muerte, pero estos sucesos también ocurrían en el pasado y a veces estas evidencias quedan preservadas en la superficie de los huesos.

“A través de estudios sobre la forma, su ubicación y otras características, se puede inferir qué tipo de animal produjo la marca y esto nos da información de las interacciones que pudo haber habido entre depredadores y presas o con animales carroñeros, dándonos un panorama mayor de cómo fue el ecosistema de ese momento y las relaciones entre los diferentes animales que lo habitaron. En el caso particular de las marcas observadas en Diuqin, es probable que hayan sido generadas por mordidas de otro depredador e incluso por otro miembro de su misma especie, lo que indicaría un posible ejemplo de canibalismo”, indica el investigador.

Características de Diuqin lechiguanae

“Algunas características son muy difíciles de inferir, debido a que se han hallado pocos huesos como para hacer una reconstrucción completa del animal o para averiguar los hábitos de vida y el modo de alimentación. A pesar de esto, como se lo ha clasificado como un unenlagino, se puede decir que habría tenido una forma corporal y un modo de alimentarse similar a la de otros unenlaginos, es decir, que es muy probable que haya sido un carnívoro depredador y un ágil corredor. Por otro lado, en base al tamaño de los huesos, se puede decir que poseía un porte similar a otro unenlagino de Patagonia, llamado Unenlagia, con una longitud corporal estimada en más de 2 metros”, indica el investigador.

Los unenlaginos son un grupo de dinosaurios terópodos depredadores que, hasta ahora, solamente se han encontrado en el hemisferio sur, principalmente en Sudamérica. En Argentina es donde se hallaron la mayoría de las especies, siendo seis las reconocidas hasta la publicación de Diuqin lechiguanae, todas de Patagonia. Pero de Argentina no solamente proviene la mayor parte de los unenlaginos, sino también los que tienen un esqueleto casi completo y muy bien preservado. En general, a los unenlaginos se los ha relacionado cercanamente con otros dinosaurios terópodos tales como el Velociraptor. Estos dinosaurios se caracterizan, entre otras cosas, por tener una garra en el segundo dedo del pie mucho más grande que las de los otros dedos, con forma de cuchilla curvada, como una hoz, la que era usada por el animal durante la caza de sus presas.

“Los unenlaginos, a diferencia del Velociraptor, tenían un cuerpo más grácil o esbelto, patas largas y una cabeza con un hocico alargado y dientes pequeños. Habrían sido ágiles corredores y podrían haber perseguido y cazado a sus presas a la manera de aves actuales como las chuñas, aunque también se ha postulado que pudieron haberse alimentado de peces, similares a aves acuáticas actuales, como por ejemplo las garzas o las cigüeñas”, señala Gianechini, y continúa “Tanto el Velociraptor como muchos otros terópodos muy cercanamente emparentados con los unenlaginos poseían plumas en la mayor parte del cuerpo, incluidos los brazos y las piernas. De esta manera, aunque aún no se han hallado unenlaginos con plumas, es muy probable que también las hayan tenido. También se han propuesto a los unenlaginos como muy cercanamente emparentados con las primeras aves. Así entonces, se destaca la importancia de este grupo también desde el punto de vista evolutivo, debido a su cercanía con el origen de las aves”.

Referencia bibliográfica:

Porfiri, J.D., Baiano, M.A., dos Santos, D.D., Gianechini, F.A., Pittman, M., & Lamanna, M.C. 2024. Diuqin lechiguanae gen. et sp. nov., a new unenlagiine (Theropoda: Paraves) from the Bajo de la Carpa Formation (Neuquén Group, Upper Cretaceous) of Neuquén Province, Patagonia, Argentina. BMC Ecology and Evolution. DOI: https://doi.org/10.1186/s12862-024-02247-w

conicet.gov.ar

Descubren unos excepcionales fósiles de un dinosaurio estegosaurio en Teruel

El ejemplar hallado en el municipio de El Castellar esclarece la clasificación de este espécimen en Europa. 

Paleontólogos de la Fundación Dinópolis durante las labores de excavación e
 investigación de los fósiles de Dacentrurus armatus (El Castellar, Teruel).
(Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis)
Paleontólogos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis y de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) han descrito un excepcional ejemplar de dinosaurio estegosaurio hallado en el municipio de El Castellar, en Teruel.

Este espécimen es uno de los más completos de Europa y su estudio arroja luz sobre la clasificación y la diversidad de los estegosaurios europeos durante el Jurásico Superior (hace aproximadamente 155-145 millones de años), según ha informado este lunes la Fundación Dinópolis.

Se trata de una investigación recogida en un artículo que se ha publicado en la revista internacional británica Zoological Journal of the Linnean Society -titulado "A new specimen of Dacentrurus armatus Owen, 1875 (Ornithischia: Thyreophora) from the Upper Jurassic of Spain and its taxonomic relevance in the European stegosaurian diversity"-, de los paleontólogos Sergio Sánchez Fenollosa y Alberto Cobos, de la Fundación Dinópolis, y Fernando Escaso, de la UNED.

Ilustración del estegosaurio Dacentrurus armatus acompañado de algunos de los
fósiles procedentes del excepcional espécimen hallado en el municipio de
El Castellar (Teruel, España).(Fundación Conjunto Paleontológico
 de Teruel-Dinópolis)
Los estegosaurios se caracterizaban principalmente por alimentarse de plantas, desplazarse de forma cuadrúpeda y exhibir dos hileras de placas (o púas) desde el inicio del cuello hasta el final de la cola.

Los fósiles del ejemplar estudiado proceden del yacimiento San Cristóbal, ubicado en sedimentos de la Formación Villar del Arzobispo.

Dacentrurus armatus

Parte de los fósiles estudiados (algunas vértebras dorsales y caudales, elementos de la cintura pélvica y sacro) están en el Museo Aragonés de Paleontología en Teruel, y el resto del material (vértebras dorsales, costillas, fémur y tibia) se encuentra expuesto en el propio yacimiento de procedencia, el único lugar de Europa en el que es posible observar huesos de dinosaurio "in situ" en una exhibición permanente.

Sergio Sánchez Fenollosa, investigador predoctoral de la Fundación Dinópolis y primer autor del estudio, señala que tras una detallada investigación de este ejemplar y una revisión exhaustiva del registro fósil de los estegosaurios europeos, han clasificado este espécimen y otros diez procedentes de otras comunidades autónomas de España, Francia y Portugal, como Dacentrurus armatus.

Fósiles del estegosaurio Dacentrurus armatus expuestos en el
yacimiento de  procedencia (El Castellar, Teruel). Fundación
Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis
"El estudio conjunto de estos individuos aporta información clave sobre la anatomía, la apariencia y la paleobiología del que es el primer estegosaurio descrito para la ciencia (en 1875)", explica, al tiempo que destaca que esta investigación "demuestra la ausencia de evidencias anatómicas para considerar a Miragaia longicollum (un estegosaurio definido en Portugal en el año 2009) como un género y una especie válidos, y que en esta investigación asignamos a Dacentrurus armatus".

"Repercusiones en la diversidad"

Fernando Escaso, profesor titular de la UNED y coautor de la investigación, destaca que los resultados del estudio "tienen repercusiones significativas en la diversidad de este grupo de dinosaurios".

"Ahora, Dacentrurus armatus y Stegosaurus stenops son los únicos estegosaurios reconocidos en el Jurásico Superior europeo. Del mismo modo, el material de estegosaurio del Jurásico Superior de América del Norte atribuido a la especie Miragaia longispinus ha sido reasignado al género Alcovasaurus", añade.

El director gerente de la Fundación Dinópolis y coautor de la publicación, Alberto Cobos, reafirma que tras años de investigación con este grupo de dinosaurios, la provincia de Teruel "es una ventana única para el estudio de los estegosaurios, tanto con sus huellas como con sus huesos", como es el caso del espécimen de esta publicación y de otros que están en investigación actualmente.

20minutos.es

«ECHANDO LA MAÑANA» CON "RED PALEONTOLOGIA Y TURISMO" , "RUTAS TEATRALIZADAS" , "PREGONEROS APAREJA

El programa "Echando la mañana" de Radio Evolución Burgos, entrevistó a Fidel Torcida, director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, en relación a la reciente "Red Paleontología y Turismo" financiada con fondos europeos y que engloba a diferentes centros paleontológicos que tienen como denominador común que albergan un gran patrimonio paleontológico, en localidades pequeñas y con pocos recursos. La red engloba a centros como el Museo de Dinosaurios en Castilla y León y otros de La Rioja, Cataluña, Comunidad Valenciana o Islas Baleares.


Desde 1:00'25'' a 1:11'05''.

radioevolucion.es

Salas de los Infantes lidera una red de turismo y paleontología

El proyecto Red Turismo y Paleontología nace de la existencia de un rico patrimonio paleontológico localizado en pequeñas poblaciones

Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes. MD.
La Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León, con sede en Salas de los Infantes (Burgos), está coordinando y participando en una ambiciosa red, denominada «Red Turismo y Paleontología». Este proyecto, surge debido al rico patrimonio paleontológico presente en pequeñas localidades, muchas veces desapercibido para el público en general, lo que ha subutilizado su potencial turístico, cultural y socioeconómico.

El proyecto cuenta con un presupuesto cercano a los 300.000 euros financiado por la Unión Europea a través del programa Next Generation EU, administrado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. En él participan nueve entidades de varias comunidades autónomas, todas ellas con una oferta turística basada en su riqueza paleontológica. Estas entidades gestionan museos, centros de interpretación y yacimientos visitables, además de organizar diversas actividades para los visitantes.

La colaboración entre estas entidades busca crear una red de destinos que permita mejorar la oferta turística mediante la adquisición de equipamiento, la implementación de tecnología para la gestión y comunicación turística, y el desarrollo de experiencias innovadoras como la realidad aumentada y pantallas táctiles interactivas. Esta iniciativa no solo busca atraer a turistas interesados en la cultura y el aprendizaje, sino también potenciar el desarrollo económico y social de los municipios involucrados.

La Fundación Dinosaurios Castilla y León, con su experiencia de veinte años en la promoción del patrimonio paleontológico a través del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, jugará un papel clave en esta red, apoyada por el Ayuntamiento de Salas de los Infantes, la Diputación de Burgos y otros colaboradores.

canal54.es

Herrera en COPE en Burgos (26/06/2024) - 12:50

🦖 El Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes y la Fundación Dinosaurios CyL se unen a la Red nacional de promoción. Habla Fidel Torcida en Herrera en Cope en Burgos.

Del minuto 0:06 al 3:32.



cope.es

domingo, 23 de junio de 2024

Rebelión paleontológica por los dinosaurios de Burgos: "¡La ley no protege los fósiles!"

¿ES QUE NADIE PIENSA EN LOS SAURÓPODOS?

Fidel Torcida, director del Museo de Dinosaurios de la localidad burgalesa
de Salas de los Infantes. (EFE/Santi Otero)
Los fósiles de dinosaurios de Castilla y León están en el limbo. No se incluyen en la ley de patrimonio y la de Parques Naturales tiene un vacío legal. Las diferencias entre consejerías tampoco ayudan

La ambiciosa fascinación de José Royo y Gómez por los dinosaurios empezó hace un siglo. De aquella, este paleontólogo castellano se emperró en recopilar información sobre la especie extinguida. Royo excavó durante años en diferentes puntos del país. Así, en torno a 1926, halló los primeros restos de un gran reptil en la provincia de Burgos. El forofo de los dinosaurios jamás sabrá que su hazaña sentó algunas de las bases del interés por los dinosaurios en España. Ahora, los paleontólogos del siglo XXI de la región temen que todos estos años de investigación se vayan al garete. "La nueva ley no protege los fósiles", afirma el director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos), Fidel Torcida. 

El cabreo viene a raíz de la última Ley de Patrimonio de Castilla y León. La norma, aprobada en las Cortes el pasado 14 de junio, sustituye la anterior –vigente desde hace más de dos décadas–. ¿El problema? Los fósiles que no estén vinculados al ser humano, no están protegidos bajo el paraguas de esta ley. Desde el Museo de los Dinosaurios de Burgos reconocen que, por el momento, no tienen "ninguna" expectativa de que las cosas vayan a cambiar. En dicha institución descansan más de 10.000 piezas de dinosaurios que, desde el punto de vista de los expertos, parecen no importarles a nadie.

Hallazgo del yacimiento de dinosaurios Valdepalazuelos-Tenadas del Carrascal,
 en Burgos. (EFE)
El museo, además, ni siquiera se ubica en la capital de la provincia. Es la localidad de la Sala de los Infantes –con una población de 2.000 habitantes– la que acoge la colección. En otras palabras: en este municipio burgalés hay más piezas de dinosaurios que vecinos. Y es gracias a la inversión del propio gobierno local por lo que se mantiene el museo. "Salas es una ciudad pequeña con unos recursos económicos limitados", confesó hace escasos días la alcaldesa. La otra fuente de ingresos del museo es a través de subvenciones de la Diputación de Burgos. Desde los inicios de las excavaciones en 2002, el equipo de profesionales ha dado con restos de dinosaurios de más 80 toneladas. Solo en julio del año pasado, encontraron 10 vértebras de un terópodo medio.

"Nosotros llevamos los fósiles al museo porque queremos, pero ni siquiera estamos obligados", continúa Torcida. Hoy día, los restos de los dinosaurios de Burgos podrían abandonarse a su suerte en un espacio natural no-protegido y, legalmente, no pasaría absolutamente nada. El presidente de la institución asegura que han mantenido conversaciones con diferentes partidos políticos para abordar el asunto. Sin embargo, su conclusión es clara: "Dedicamos a esto nuestro tiempo y esfuerzo, pero llegamos hasta donde llegamos". 

El argumento que ofrece la Consejería de Cultura, liderada por Vox, es que dichos restos paleontológicos están regulados por la ley de Patrimonio Natural. Fuentes de la Junta de Castilla y León confirman a este diario que "la normativa estatal y autonómica del patrimonio cultural solo contempla la paleontología cuando pueda relacionarse con la historia del hombre". Todo lo demás que se halle excavando, se regulará por la norma medioambiental.

Sin embargo, según altos cargos de la arqueología y paleontología consultadas –que han preferido mantenerse en el anonimato–, la ley de Patrimonio Natural solo tiene en cuenta los restos encontrados en espacios protegidos. "Como comprenderás –continúa Torcida–, la mayoría de las piezas de Burgos nos las localizamos en todo tipo de enclaves". Es decir, que los fósiles de dinosaurio no suelen ubicarse en el subsuelo de parques y zonas naturales protegidas.

Es ahí donde existe "un limbo legal". De hecho, desde 2011, ni siquiera es obligatorio pedir permiso a la Junta para excavar: "Antes sí. Incluso les hacíamos un inventario de lo que encontrábamos y ellos tenían que autorizar que quienes íbamos era personal cualificado. Después de 2011, bastaba con avisar", reseña. 

Trabajando uno de los fósiles. (EFE/Santi Otero)
Lo cierto es que no sería disparatado acoger los fósiles de dinosaurios dentro de la ley de patrimonio cultural. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid sí se han incluido este tipo de fósiles en la norma de patrimonio. El yacimiento del Cerro de los Batallones, en Torrejón de Velasco, no está dentro de ningún espacio natural protegido. Si la ley autonómica no incluyera este tipo de fósiles, todo lo descubierto en dicho yacimiento no contaría con ningún tipo de seguridad.

No obstante, hay que tener en cuenta que en la región madrileña gobierna el Partido Popular con mayoría absoluta. En cambio, el Gobierno de coalición de Castilla y León limita la puesta en marcha de algunas iniciativas. La consejería de Cultura está liderada por Vox, mientras que la de Medioambiente pertenece al PP. El conflicto solo podrá resolverse si ambas consejerías deciden caminar de la mano.

elconfidencial.com

¿Cuándo apareció el primer dinosaurio de sangre caliente?

Nuevos descubrimientos indican que algunos tipos de dinosaurios probablemente eran capaces de generar su propio calor corporal.

Impresión artística de un dromeosaurio, un tipo de terópodo emplumado,
en la nieve.  
Crédito: Davide Bonadonna/Universidad de Vigo/UCL
¿En qué momento los dinosaurios empezaron a ser capaces de regular su temperatura corporal en vez de tener que depender del calor de Sol? Originalmente se pensaba que los dinosaurios eran criaturas de sangre fría y que por eso precisaban de la luz natural de nuestra estrella para calentar su sangre. Sin embargo, esta idea entró en conflicto en un acalorado debate paleontológico sobre los dinosaurios que concluyó que algunos dinosaurios eran endotérmicos (de sangre caliente, como nosotros, los perros, los pájaros...) y otros, eran exotérmicos (de sangre fría, como los cocodrilo o los grillos).

Pero la gran pregunta es... ¿cuándo aparecen los primeros dinosaurios de sangre caliente? ¿En qué instante de la era de los dinosaurios -era Mesozoica- desarrollaron una aclimatación ambientalmente independiente, al estilo de las aves? Según un reciente estudio, hay indicios de que la termorregulación evolucionó entre ciertos dinosaurios hace 180 millones de años.

“El aspecto más sorprendente es la coincidencia de la mayoría de los cambios evolutivos en el evento de Jenkyns. Se trata de un evento hipertermal reconocido relativamente recientemente y rastreado en nuestro registro geológico”, explicó el paleontólogo Alfio Alessandro Chiarenzae del University College de Londres en su estudio publicado en la revista Current Biology.

El evento Jenkyns, ocurrido hace 183 millones de años, provocado por la actividad volcánica en la gran provincia magmática de Karoo-Ferrar, también afectó a los dinosaurios y podría haber sido el detonante para desarrollar esta importante habilidad que afecta directamente la capacidad de muchos animales para habitar diversos hábitats y adaptarse a los desafíos ambientales.

Rastreando pistas

En su trabajo, los investigadores observaron la propagación de los dinosaurios en diferentes climas de la Tierra a lo largo de la Era Mesozoica, basándose en 1.000 fósiles, modelos climáticos y la geografía del período, y los árboles evolutivos de los dinosaurios. Descubrieron que dos de los tres principales grupos de dinosaurios, los terópodos (como T. rex y Velociraptor) y los ornitisquios (incluidos los parientes herbívoros de Stegosaurus y Triceratops), migraron hacia climas más fríos durante el Jurásico Temprano. Esto sugiere que podrían haber desarrollado la endotermia, la capacidad de generar calor internamente, que los hacía más capaces de soportar ambientes más fríos, en ese preciso período. Por contra, los saurópodos, otro grupo principal que incluye a Brontosaurus y a Diplodocus, permanecieron en regiones más cálidas del planeta.

Jurásico. Midjourney/Sarah Romero
"Nuestros análisis muestran que surgieron diferentes preferencias climáticas entre los principales grupos de dinosaurios en la época del evento Jenkyns hace 183 millones de años, cuando la intensa actividad volcánica provocó el calentamiento global y la extinción de grupos de plantas", dijo Chiarenza.

Es probable que este cambio estuviera impulsado por las altas temperaturas, aunque parezca contradictorio, pero parece que habrían creado un entorno más factible para desarrollar esta capacidad de soportar condiciones de temperatura más frías. En aquella época, incluso las regiones polares eran más cálidas y tenían abundante vegetación.

“En ese momento surgieron muchos nuevos grupos de dinosaurios. La adopción de la endotermia, tal vez como resultado de esta crisis ambiental, puede haber permitido a los terópodos y ornitisquios prosperar en ambientes más fríos, permitiéndoles ser muy activos y mantener la actividad durante períodos más largos, desarrollarse y crecer más rápido y producir más descendencia”, continúa el experto.

"Los terópodos también incluyen a las aves y nuestro estudio sugiere que la regulación única de la temperatura de las aves puede haber tenido su origen en esta época del Jurásico Temprano. Los saurópodos, por otro lado, que permanecieron en climas más cálidos, crecieron hasta alcanzar un tamaño gigantesco en esa época, otra posible adaptación debido a la presión ambiental. Su menor relación entre superficie y volumen habría significado que estas criaturas más grandes perderían calor a un ritmo reducido, lo que les permitiría permanecer activos por más tiempo”, apuntó la investigadora española Sara Varela, de la Universidad de Vigo y coautora del trabajo, ya que en esta investigación participaron investigadores de la UCL, la Universidad de Vigo, la Universidad de Bristol y el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid.

Así las cosas, el estudio indica que algunos dinosaurios podrían haber desarrollado la capacidad de regular internamente su temperatura corporal durante el período Jurásico temprano.

El Período Jurásico, también conocido como la "Era de los Dinosaurios", representa un capítulo fascinante en la historia de la Tierra. Abarca desde hace aproximadamente 201 millones a 145 millones de años, y fue testigo del surgimiento de algunas de las criaturas más emblemáticas e impresionantes que jamás hayan vagado por nuestro planeta. Esta era estuvo marcada por importantes cambios geológicos y climáticos que influyeron profundamente en la vida en la Tierra. Curiosamente, el clima jurásico era generalmente más cálido y húmedo que el actual, y no había casquetes polares. Fomentó una exuberante vegetación, incluidos vastos bosques de coníferas, cícadas y helechos, que a su vez proporcionaban abundante alimento a los dinosaurios herbívoros.

Referencias: 

Alfio Alessandro Chiarenza et al. Early Jurassic origin of avian endothermy and thermophysiological diversity in dinosaurs. Current Biology, published online May 15, 2024; doi: 10.1016/j.cub.2024.04.051

muyinteresante.com