miércoles, 13 de noviembre de 2024

Paleontólogos descubren un dinosaurio acorazado de 70 millones de años con aspecto de ‘dragón’ en China

Los restos de un dinosaurio acorazado de hace más de 70 millones de años revelan un nuevo miembro de la familia Ankylosauridae, único en su tipo y localizado en Jiangxi, China.

Recreación del dinosaurio Huaxiazhoulong shouwen, una nueva especie de
ankylosaurio descubierta en el sur de China. Fuente: Ziheng Zhu et al.
Un equipo de paleontólogos de la Universidad de Yunnan y el Museo Provincial de Jiangxi ha dado a conocer un descubrimiento fascinante: los restos de un dinosaurio de gran tamaño y completamente acorazado, hasta ahora desconocido para la ciencia, hallado en la provincia de Jiangxi, al sur de China. La nueva especie, bautizada como Huaxiazhoulong shouwen, representa no solo un importante hallazgo para el estudio de los Ankylosaurus –una familia de dinosaurios herbívoros conocida por su armadura ósea y su característico mazo de cola–, sino también una pieza clave para entender la diversidad y evolución de estos gigantes en la región asiática durante el período Cretácico.

El hallazgo fue publicado en la revista científica Historical Biology, y su nombre, Huaxiazhoulong shouwen, alude tanto a China (Huaxia) como a la estructura de armadura que caracteriza a estos animales (zhou) y al concepto de “dragón pintado”, en referencia a una figura cultural del Museo Provincial de Jiangxi. La investigación de esta especie aporta nuevas perspectivas sobre la distribución y diversidad de los dinosaurios acorazados en Asia, un territorio rico en fósiles de la familia Ankylosauridae.

Un fósil antiguo, pero clave

Dibujo del esqueleto holotipo de Huaxiazhoulong shouwen (JPM-N000),
 mostrando  el material preservado en el holotipo (A) y la reconstrucción
artística (B). Fuente: Ziheng Zhu et al.
Los restos de este dinosaurio fueron hallados en 1986 en el pequeño pueblo de Longxi, al suroeste de China, en la provincia de Jiangxi. Sin embargo, los estudios sobre el fósil no se intensificaron hasta décadas después, cuando un equipo liderado por el paleontólogo Ziheng Zhu realizó un análisis exhaustivo y detallado de sus características físicas. El fósil incluye gran parte del esqueleto poscraneal, es decir, sin el cráneo ni la mandíbula, lo que ha dificultado la reconstrucción completa de su apariencia, pero aún así ha permitido deducir muchos detalles sobre la anatomía y hábitos de vida de Huaxiazhoulong shouwen.

Este espécimen se preservó en los depósitos de la Formación Tangbian, una serie de sedimentos rojos de arenisca y conglomerados que datan del período Cretácico Superior, entre 84 y 72 millones de años atrás. Estos depósitos han sido conocidos por albergar restos fragmentarios de dinosaurios, aunque pocas veces en un estado tan bien preservado y completo como en este caso.

Las características únicas de Huaxiazhoulong shouwen

Al analizar el esqueleto del nuevo espécimen, los paleontólogos notaron una serie de rasgos distintivos que les permitieron clasificarlo como una nueva especie. Entre estos rasgos destaca la estructura robusta del isquion, que presenta una forma expandida en su zona media y distal. Este hueso, una parte clave de la pelvis, es notablemente más ancho en su parte distal, una característica que rara vez se observa en otros Ankylosaurus.

Otro detalle distintivo se encuentra en el húmero, cuyo extremo distal es tres veces más ancho que el diámetro de su parte más estrecha, un rasgo único en su tipo. El fémur, por su parte, es proporcionalmente más largo que el húmero, lo cual sugiere una adaptación particular en la estructura de sus extremidades que probablemente estaba relacionada con su modo de desplazamiento.

La armadura de este dinosaurio también merece mención especial. Estaban generalmente protegidos por placas óseas conocidas como osteodermos, que les servían de defensa contra depredadores. En el caso de Huaxiazhoulong shouwen, los osteodermos estaban organizados en patrones especiales que incluían placas más grandes en la espalda y costados, así como una especie de mazo en la cola, similar al de otros miembros de Ankylosauridae. Sin embargo, en esta nueva especie, el mazo de la cola estaba formado únicamente por dos osteodermos principales, lo que lo hace significativamente diferente de los mazos más complejos de otros ankylosaurios.

El papel de Huaxiazhoulong shouwen en el ecosistema del Cretácico Superior

Mapa que muestra la localidad fósil del holotipo de Huaxiazhoulong
 shouwen. Fuente: Ziheng Zhu et al.
Durante el período Cretácico, los anquilosáuridos vivieron en un mundo donde los ecosistemas estaban en constante cambio. Los depósitos de la Formación Tangbian, donde se encontró este fósil, revelan un entorno que incluía ríos y extensas llanuras, ideales para el desarrollo de una vegetación exuberante, con helechos y coníferas como las plantas dominantes. Estos ambientes habrían permitido la coexistencia de diversas especies de dinosaurios herbívoros, quienes podían alimentarse de la vegetación baja, algo que encajaría bien con la dieta de Huaxiazhoulong shouwen.

El estudio de estos fósiles sugiere que Huaxiazhoulong shouwen era un animal de aproximadamente seis metros de largo, con un peso estimado de más de una tonelada. Sus cortas y fuertes patas, junto con su pesada armadura, probablemente hacían que este dinosaurio fuese un herbívoro lento, pero formidable. La estructura de su cola, que posiblemente utilizaba como arma, habría sido una defensa efectiva contra los depredadores que pudieran acecharlo, aunque esta región de Asia es poco conocida por fósiles de grandes carnívoros del mismo período, lo cual deja abierta la interrogante sobre sus verdaderos enemigos naturales.

Su evolución en Asia

Hasta hace poco, el registro fósil de estos dinosaurios en China se concentraba en el norte del país, en regiones como Mongolia Interior y Liaoning. Sin embargo, descubrimientos recientes han comenzado a llenar el vacío en el sur, con la aparición de especies como Huaxiazhoulong shouwen y el también reciente Datai yingliangis. La diversidad creciente de estos descubrimientos sugiere que los Ankylosaurus probablemente ocuparon una variedad de nichos ecológicos en Asia, adaptándose a diferentes tipos de vegetación y climas. Esto da pie a nuevas investigaciones sobre cómo la geografía y el clima de la región influyeron en la evolución de estos dinosaurios.

La identificación de Huaxiazhoulong shouwen como un miembro basal de la familia Ankylosauridae también aporta valiosa información sobre la evolución temprana de estos dinosaurios acorazados. Al analizar su fisonomía en comparación con otros Ankylosaurus más avanzados, los paleontólogos pueden inferir los cambios evolutivos en la estructura del esqueleto y la armadura que ocurrieron a lo largo del tiempo, desde los primeros Ankylosaurus hasta los últimos, más robustos y especializados.

Este descubrimiento no solo añade una nueva especie a la familia Ankylosauridae, sino que amplía la comprensión de la biodiversidad que existía en el Cretácico de Asia. Además, este hallazgo aporta datos importantes para los estudios de biogeografía de los dinosaurios y contribuye a aclarar el panorama evolutivo de los Ankylosaurus en esta región.

Este nuevo miembro de los dinosaurios acorazados refleja la vasta diversidad que caracterizó el mundo de estos gigantes durante millones de años. Gracias a estos estudios, se va completando poco a poco el complejo rompecabezas de la vida en la Tierra durante el Cretácico, y nos acerca a comprender mejor cómo era el planeta y qué especies dominaban antes de la gran extinción que marcaría el final de la era de los dinosaurios.

Referencias:

Ziheng Zhu et al. A new ankylosaurid dinosaur from the Upper Cretaceous of Jiangxi Province, southern China. Historical Biology, published online November 8, 2024; doi: 10.1080/08912963.2024.2417208

muyinteresante.es

El hallazgo de un renacuajo fósil de hace 165 millones de años aporta pistas sobre la evolución de las ranas

Hay un grupo de vertebrados, llamados anuros, que incluyen a sapos, escuerzos y ranas. Son animales con un ciclo de vida en fases muy diferentes: larva acuática, o renacuajo, y una adulta generalmente terrestre. Pero ¿qué pasa cuando se quiere estudiar estos procesos en especies de hace millones de años?

Restos fósiles investigados. (Imagen: equipo de investigación)
Un equipo de investigación del Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN), la Fundación Azara en Argentina y la Academia China de Ciencias ha realizado un hallazgo paleontológico que ayuda, justamente, a entender la evolución del ciclo de vida de las ranas y sapos. El fósil en cuestión corresponde a un renacuajo de 165 millones de años de antigüedad (del período Jurásico). Fue descubierto en la Estancia La Matilde, ubicada en el sector nordeste de la provincia de Santa Cruz, a unos 100 kilómetros de Puerto Deseado, en Argentina.

“La especie en cuestión pertenece a un antecesor de los anuros, Notobatrachus degiustoi. La escasez de renacuajos en el registro fósil hizo que los orígenes y evolución temprana de la fase larval fueran enigmáticos”, explica a la Agencia CTyS-UNLaM Federico Agnolín, coautor del trabajo e investigador independiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina. El espécimen hallado está tan bien conservado que pueden observarse el contorno del cuerpo, los ojos, nervios, e incluso el aparato hiobranquial.

El renacuajo medía en vida unos 16 centímetros en total, muy por encima del tamaño de la mayor parte de los renacuajos vivientes. Además, tenía casi la misma longitud que los adultos de la especie. Esto permite a los investigadores afirmar que ambos estadios del desarrollo alcanzaron grandes tamaños. El gigantismo en renacuajos, al parecer, también estaba presente en los antepasados de los anuros.

“Este ejemplar tiene una doble relevancia. Por un lado, corresponde al registro más antiguo de un renacuajo fósil a nivel mundial. Por el otro, se destaca por su preservación excepcional. Los renacuajos son animales de cuerpo blando, pobremente osificado, lo que hace que su fosilización sea muy dificultosa", detalla en un comunicado de prensa Marian Chuliver, investigadora de la CCNAA-Fundación Azara y primera autora de la investigación.

Uno de los aportes claves de este trabajo son los datos en torno a la línea evolutiva de estas especies. Un análisis de las relaciones de parentesco de las larvas de anfibios actuales y fósiles permitió ubicar al renacuajo fósil de Notobatrachus muy cerca del grupo que incluye a todos los anuros actuales. Los análisis pudieron realizarse gracias al uso de una supercomputadora del Centro de Computación de Alto Desempeño de la Universidad Nacional de Córdoba en Argentina. 

“Las relaciones de parentesco encontradas para el renacuajo de Notobatrachus eran las esperadas si consideramos la anatomía de los adultos. Lo que resultó una gran sorpresa fue la gran similitud que tiene el nuevo ejemplar con algunos de los renacuajos que viven en la actualidad. Estos análisis muestran que la forma corporal larval de los anuros ha sufrido relativamente pocos cambios durante los últimos 160 millones de años”, explica Martín Ezcurra, uno de los autores del estudio e investigador del MACN.

La especie Notobatrachus degiustoi es un lejano precursor de los anuros. Es conocida desde 1957, a partir de la descripción de numerosos esqueletos de individuos adultos también hallados en la estancia La Matilde.

La especie, aseguran los investigadores, tiene una gran importancia, además, porque conserva rasgos “primitivos” que no existen en las ranas y sapos vivientes. De la misma, además, se cuenta con una gran cantidad de individuos adultos muy bien preservados. Los mismos incluyen no solo el esqueleto articulado sino también improntas de músculos y otros tejidos blandos.

“Los estudios sobre Notobatrachus se iniciaron a fines de 1950, en manos del gran paleontólogo argentino Osvaldo Reig. En aquel momento, su hallazgo dio por tierra todo lo que se pensaba sobre la evolución de las ranas. Además, demostró que América del Sur fue un escenario clave en la evolución temprana del grupo” explica Agnolín.

¿Cómo se dio el hallazgo del nuevo ejemplar? De una forma un tanto azarosa. Según detallaron en el comunicado de prensa los integrantes del grupo de investigación, en enero de 2020, un equipo de trabajo liderado por los investigadores Fernando Novas (CONICET) y Xu Xing de (Academia China de Ciencias) había empezado a realizar exploraciones en la provincia de Santa Cruz en busca de fósiles de “dinosaurios emplumados”.

A pesar de que no se realizaron hallazgos de dinosaurios, sí se hizo este gran descubrimiento: el paleontólogo Matías Motta, becario postdoctoral del CONICET descubrió una laja con una impronta muy particular. Se trataba de un renacuajo completo de Notobatrachus degiustoi que preservaba el cuerpo con restos del cráneo, la mayor parte del esqueleto postcraneano y parte de la cola.

El hallazgo ha sido presentado públicamente a través de la revista académica Nature. (Fuente: Nicolás Camargo Lescano / Agencia CTyS-UNLaM)

noticiasdelaciencia.com

martes, 12 de noviembre de 2024

Veinte años salvaguardando el patrimonio paleontológico de dinosaurios en Castilla y León

La Fundación Dinosaurios de Castilla y León celebra su vigésimo aniversario con un proyecto europeo entre manos que permitirá la difusión y creación de una red de museos paleontológicos del medio rural

El gerente de la Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León,
Fidel Torcida en el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes. 
Ricardo Ordónez (Agencia Ical).
La Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León celebra este 2024 su vigésimo aniversario, y lo hace con el importante reto de “mantenerse año tras año” y “seguir creciendo”. Así lo indica a Ical el gerente de la Fundación, Fidel Torcida, que señala que uno de los principales objetivos de la Fundación es lograr nuevos patronos, que les permitan “crecer en proyectos” y lograr así “reforzar la Fundación”.

Esta entidad sin ánimo de lucro, cuyos fines se dirigen a la gestión, promoción y divulgación del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos), nació en el año 2004, como necesidad para la gestión del patrimonio arqueológico y paleontológico de la comunidad autónoma. Tal y como recuerda Torcida, su creación estuvo promovida por el propio Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (C.A.S.), con el Ayuntamiento de Salas de los Infantes como principal impulsor, aunque a lo largo de estas dos décadas también ha contado con el apoyo y participación de otras instituciones públicas y privadas.

El gerente de la Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León,
 Fidel Torcida, en el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes.
Ricardo Ordónez (Agencia Ical).
Aunque los inicios fueron “poco a poco”, desde la Fundación se muestran orgullosos de los retos que han ido superando durante estos veinte años, dado que, tal y como recuerda Torcida, al poco de empezar tuvieron que afrontar la grave crisis económica que golpeó a España en 2008, y que llevó a la pérdida de algunos de los patronos que apoyaron el proyecto en su inicio. Sin embargo, lograron reponerse a este revés, y mantener tanto sus proyectos como las excavaciones.

En este punto, recuerdan, que el principal apoyo para el trabajo y continuidad de los proyectos llega precisamente desde la Diputación de Burgos, mientras que el peso de la actividad científica recae en el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas, así como en los Amigos de la Fundación, que apoyan su actividad con donaciones anuales y trabajo voluntario.

Actuaciones y próximos proyectos

En estos veinte años de historias son varios los proyectos y actuaciones que han podido poner en marcha desde la Fundación, situándose en primer lugar las excavaciones paleontológicas que realiza el C.A.S., y cuyo desarrollo apoya la Fundación Dinosaurios desde el inicio de su actividad."

Torcida subraya también el concurso internacional de ilustraciones científicas de dinosaurios, que este 2024 celebra su XVI edición. A lo largo de estos años han participado en él paleoartistas profesionales de Europa, América del Norte y del Sur, Asia y África, y además destaca por ser el “único concurso de Europa”, tal y como recuerda Torcida, que pone en valor las exposiciones que se han generado en distintos puntos del país.

Otro punto a destacar fue el conocido como Diario de Dinosaurios, el “único de su tipo en difusión de paleontología de dinosaurios”, tal y como apuntan desde la Fundación. Tiene un carácter divulgativo y de comunicación del trabajo propio de la Fundación, y cuenta con la colaboración de paleontólogos prestigiosos tanto nacionales como internacionales.

Echando la vista atrás, Fidel Torcida pone en valor también la exposición ‘Al encuentro de los Titanes. Dinosaurios en Castilla y León’, que se llevó a cabo en a finales de 2006 e inicios de 2007 en Burgos, y después viajó a Valladolid en 2008. “Nos hizo muy visibles, y aunque fue un reto realizar esa exposición, creo que es uno de los mejores logros de la Fundación”, señala Torcida.

Actualmente, la Fundación se prepara para acoger otro de sus grandes proyectos, esta vez europeo, y con financiación de los Fondos Next Generation, que le permitirá desarrollar un proyecto de difusión y creación de una red de museos paleontológico del medio rural. La Fundación para el estudio de los Dinosaurios de Castilla y León será la encargada de coordinar este proyecto 2024-2025, en el que están integrados, además del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, el Ayuntamiento de Igea (La Rioja), los ayuntamientos de Coll de Nargó, Isona i Conca Deliá y Villanova de Meià (Lleida), Ayuntamiento de Alpuente (Valencia), Ayuntamiento de Loarre y comarca de Ribagorza (Huesca) y la Fundació Jardí Botànic-Museu Balear de Ciènces Naturals de Sóller (Islas Baleares).

Crecer en patronos y apoyo

Hoy en día la Fundación tiene como patronos al Ayuntamiento de Salas de los Infantes, la Diputación de Burgos, el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) y el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (C.A.S.). Patronos a los que agradecen su ayuda y colaboración, aunque desde la Fundación subrayan también la importancia de poder contar con más patronos que les permitan seguir creciendo.

“No conseguimos crecer, y es importante hacerlo y no mantenerse en unos proyectos fijos, que aunque están muy bien, hay que renovarse y ofrecer más cosas a la sociedad”, afirma Torcida, que lamenta la situación en la que se encuentran los dinosaurios a nivel autonómico. “A escala regional estamos mal”, indica, en referencia a la nueva ley de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León. La Fundación ha expresado en varias ocasiones su oposición a esta nueva normativa, y consideran que tiene que “rectificarse” por la “protección de los fósiles de dinosaurios en toda la Comunidad”.

Torcida explica así que el apoyo al patrimonio paleontológico supone una “inversión”, y destaca el potencial de esta provincia, y lo que podría llevarse a cabo de contar con más apoyo. Así, pone como ejemplo el Parque temático de Dinópolis, en Teruel, y que cuenta con el apoyo del Gobierno de Aragón. “Se apoyan las excavaciones, la investigación y los resultados son muy buenos. Teruel puede tener una gran riqueza de dinosaurios y nosotros también la tenemos”, apunta.

Recuerda así la importancia del yacimiento de Torrelara, que han excavado estos últimos años, un yacimiento “fantástico”, que, de contar con más apoyo, podrían haber excavado en menos tiempo. “El no contar con el apoyo financiero suficiente nos obliga a ir más despacio y obtener menos resultados de los muchos que podemos obtener, porque aquí la riqueza paleontológica es inmensa”, concluye.

cope.es

El hallazgo del fósil de un reptil con el tamaño de un perro podría establecer una nueva fecha de origen de los dinosaurios

Los dinosaurios todavía guardan incógnitas para nosotros. Un nuevo estudio apunta que estos reptiles de sangre caliente eran 10 millones de años más antiguos de lo que se creía

Ilustración que muestra a una pareja de Gondwanax paraisensis en el periodo
Triásico (Matheus Fernandes Gadelha)
Los dinosaurios son los seres más majestuosos que han recorrido la superficie del planeta Tierra. A día de hoy estos reptiles de sangre caliente todavía esconden muchas incógnitas para nosotros. La dos grandes preguntas entorno a ellos son cuándo aparecieron y cómo desaparecieron. Las dos han tenido a lo largo de las décadas múltiples respuestas, pero ahora acabamos de saber que quizá aparecieron antes de lo que se pensaba.

Los dinosaurios aparecieron en el periodo Triásico hace 237 millones de años. Esta edad geológica de la Tierra es verdaderamente interesante, puesto que los primeros dinosaurios confluyeron con nuestros antepasados y otros reptiles aun más antiguos. Tras este periodo, los dinosaurios se convirtieron en los amos y señores del planeta Tierra extendiéndose por todos los territorios. Desde los calurosos desiertos hasta los frías estepas y sierras en los polos.

Tenía aspecto de galgo y es el dinosaurio más antiguo hasta ahora

Ahora bien, y después de encontrar una nueva especie cada semana que pasa, los paleontólogos se han dado de bruces con un espécimen desconocido del tamaño de un perro que habitó en los bosques prehistóricos hace cientos de millones de años. Este perro saurio tenía el cuerpo de un galgo, patas y cola largas y un pequeño pico, aunque provisto de dientes. ¿Cuál es la gran noticia? Que vivió 10 millones de años antes que cualquier otro dinosaurio.

Publicado el pasado mes de septiembre en la revista Gondwana Research, un nuevo estudio sostiene que el Gondwanax paraisensis (nombre científico que se le ha dado al animal) es uno de los dinosaurios más antiguos de los que se tiene constancia. Este dato es importante, ya que retrasa la edad de los primeros dinosaurios hasta en 10 millones de años, que no está nada mal.

El descubrimiento del Gondwanax paraisensis es un hito en la historia de la paleontología, porque nos aporta datos de un periodo desconocido, el albor de los dinosaurios. En la actualidad, no solo es importante datar cuándo ha desaparecido una especie, también cuando aparece. El inicio de los dinosaurios parece (y es) difuso, ya que hay muchos animales similares en características anatómicas. Aun así, ciertas partes del esqueleto nos indican si se trata de un antiguo dinosaurio o de un arcosaurios, familia de reptiles que desaparecen en este momento de la historia.

Ahora bien, ¿es el Gondwanax paraisensis un verdadero dinosaurio? Hasta ahora hemos dicho en este artículo que los dinosaurios retrasan su edad. Lo cual es cierto. Pero hay que matizar y seguro que los que saben de esto nos lo agradecerán. Realmente el Gondwanax paraisensis es lo que se conoce como un silesáurido. Estos animales se han definido habitualmente como antepasados directos de los dinosaurios, pero no lo son dinos propiamente dichos.

Aún así, eso no le quita ninguna importancia al hallazgo, al contrario. Los paleontólogos están realizando un gran trabajo en descubrir y desentrañar todos los secretos que rodean a estas criaturas, y nosotros no podemos más que agradecérselo.

mundodeportivo.com

domingo, 10 de noviembre de 2024

Ciclo Demanda Ciencia: Charla-debate: María Ortega / Carmen Marquina · 16 de noviembre de 2024 · Salas

Último acto de Demanda Ciencia 2024.

"Los okupas hospitalarios: infecciones y resistencias", con María del Pilar Ortega Lafont: del Servicio de Microbiología del HUBU y María del Carmen Marquina Verde: del Servicio de Farmacia de Atención Primaria de Burgos.

Grupo PRAN del Área de Burgos.

Enfermedades nosocomiales y resistencia bacteriana a los antibióticos.























Los organizadores del "Ciclo Demanda Ciencia" apuestan por reforzar la comarca de Sierra de la Demanda burgalesa como factoría tanto de Ciencia como de su difusión de calidad. Esta posibilidad no es fácil de materializar en un entorno rural de Castilla y León donde sus habitantes no tienen acceso fácil a centros de investigación, ni contacto directo con investigadores que en el caso de los más jóvenes puedan servir de referencia para fomentar una vocación científica.

El Ciclo Demanda Ciencia, organizado por el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (C.A.S.) y la Fundación Dinosaurios de Castilla y León, en colaboración con el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes.

P.D.: Adelantamos media hora la charla-debate para que el publico que lo desee pueda acudir a las 2 actividades programadas para la tarde del sábado 16 de noviembre en Salas de los Infantes. Finalmente será a las 19 horas.

fundaciondinosaurioscyl.com

sábado, 9 de noviembre de 2024

Veinte años salvaguardando el patrimonio paleontológico

La Fundación Dinosaurios de Castilla y León celebra su vigésimo aniversario con un proyecto europeo entre manos que permitirá la difusión y creación de una red de museos paleontológicos del medio rural

El director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, Fidel Torcida.
- Foto: Ricardo Ordóñez ICAL
La Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León celebra este 2024 su vigésimo aniversario, y lo hace con el importante reto de "mantenerse año tras año" y "seguir creciendo". Así lo indica a Ical el gerente de la Fundación, Fidel Torcida, que señala que uno de los principales objetivos de la Fundación es lograr nuevos patronos, que les permitan "crecer en proyectos" y lograr así "reforzar la Fundación".

Esta entidad sin ánimo de lucro, cuyos fines se dirigen a la gestión, promoción y divulgación del Museo de los Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos), nació en el año 2004, como necesidad para la gestión del patrimonio arqueológico y paleontológico de la comunidad autónoma. Tal y como recuerda Torcida, su creación estuvo promovida por el propio Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas (C.A.S.), con el Ayuntamiento de Salas de los Infantes como principal impulsor, aunque a lo largo de estas dos décadas también ha contado con el apoyo y participación de otras instituciones públicas y privadas.

Aunque los inicios fueron "poco a poco", desde la Fundación se muestran orgullosos de los retos que han ido superando durante estos veinte años, dado que, tal y como recuerda Torcida, al poco de empezar tuvieron que afrontar la grave crisis económica que golpeó a España en 2008, y que llevó a la pérdida de algunos de los patronos que apoyaron el proyecto en su inicio. Sin embargo, lograron reponerse a este revés, y mantener tanto sus proyectos como las excavaciones.

En este punto, recuerdan que el principal apoyo para el trabajo y continuidad de los proyectos llega precisamente desde la Diputación de Burgos, mientras que el peso de la actividad científica recae en el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas, así como en los Amigos de la Fundación, que apoyan su actividad con donaciones anuales y trabajo voluntario.

Actuaciones y próximos proyectos

Ricardo Ordóñez - El gerente de la Fundación para el Estudio de los dinosaurios en
Castilla y León, Fidel Torcida, en el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes
En estos veinte años de historias son varios los proyectos y actuaciones que han podido poner en marcha desde la Fundación, situándose en primer lugar las excavaciones paleontológicas que realiza el C.A.S., y cuyo desarrollo apoya la Fundación Dinosaurios desde el inicio de su actividad."

Torcida subraya también el concurso internacional de ilustraciones científicas de dinosaurios, que este 2024 celebra su XVI edición. A lo largo de estos años han participado en él paleoartistas profesionales de Europa, América del Norte y del Sur, Asia y África, y además destaca por ser el "único concurso de Europa", tal y como recuerda Torcida, que pone en valor las exposiciones que se han generado en distintos puntos del país.

Otro punto a destacar fue el conocido como Diario de Dinosaurios, el "único de su tipo en difusión de paleontología de dinosaurios", tal y como apuntan desde la Fundación. Tiene un carácter divulgativo y de comunicación del trabajo propio de la Fundación, y cuenta con la colaboración de paleontólogos prestigiosos tanto nacionales como internacionales.

Echando la vista atrás, Fidel Torcida pone en valor también la exposición 'Al encuentro de los Titanes. Dinosaurios en Castilla y León', que se llevó a cabo en a finales de 2006 e inicios de 2007 en Burgos, y después viajó a Valladolid en 2008. "Nos hizo muy visibles, y aunque fue un reto realizar esa exposición, creo que es uno de los mejores logros de la Fundación", señala Torcida.

Actualmente, la Fundación se prepara para acoger otro de sus grandes proyectos, esta vez europeo, y con financiación de los Fondos Next Generation, que le permitirá desarrollar un proyecto de difusión y creación de una red de museos paleontológico del medio rural. La Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León será la encargada de coordinar este proyecto 2024-2025, en el que están integrados, además del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, el Ayuntamiento de Igea (La Rioja), los ayuntamientos de Coll de Nargó, Isona i Conca Deliá y Villanova de Meià (Lleida), Ayuntamiento de Alpuente (Valencia), Ayuntamiento de Loarre y comarca de Ribagorza (Huesca) y la Fundació Jardí Botànic-Museu Balear de Ciènces Naturals de Sóller (Islas Baleares).

Crecer en patronos y apoyo

Hoy en día la Fundación tiene como patronos al Ayuntamiento de Salas de los Infantes, la Diputación de Burgos, el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) y el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (C.A.S). Patronos a los que agradecen su ayuda y colaboración, aunque desde la Fundación subrayan también la importancia de poder contar con más patronos que les permitan seguir creciendo.

"No conseguimos crecer, y es importante hacerlo y no mantenerse en unos proyectos fijos, que aunque están muy bien, hay que renovarse y ofrecer más cosas a la sociedad", afirma Torcida, que lamenta la situación en la que se encuentran los dinosaurios a nivel autonómico. "A escala regional estamos mal", indica, en referencia a la nueva ley de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León. La Fundación ha expresado en varias ocasiones su oposición a esta nueva normativa, y consideran que tiene que "rectificarse" por la "protección de los fósiles de dinosaurios en toda la Comunidad".

Torcida explica así que el apoyo al patrimonio paleontológico supone una "inversión", y destaca el potencial de esta provincia, y lo que podría llevarse a cabo de contar con más apoyo. Así, pone como ejemplo el Parque temático de Dinópolis, en Teruel, y que cuenta con el apoyo del Gobierno de Aragón. "Se apoyan las excavaciones, la investigación y los resultados son muy buenos. Teruel puede tener una gran riqueza de dinosaurios y nosotros también la tenemos", apunta.

Recuerda así la importancia del yacimiento de Torrelara, que han excavado estos últimos años, un yacimiento "fantástico", que, de contar con más apoyo, podrían haber excavado en menos tiempo. "El no contar con el apoyo financiero suficiente nos obliga a ir más despacio y obtener menos resultados de los muchos que podemos obtener, porque aquí la riqueza paleontológica es inmensa", concluye.

diariodeburgos.es

jueves, 7 de noviembre de 2024

Descubren en Neuquén una nueva especie de dinosaurio herbívoro que vivió hace aproximadamente 130 millones de años

Investigadores y becarios del CONICET participaron del hallazgo, junto con un grupo de científicos nacionales e internacionales. Este descubrimiento representa el primer miembro de los rhabdodontes en América del Sur y el taxón más primitivo del grupo.

Trabajo de campo. Foto: gentileza Rodolfo Coria
Científicos del CONICET, junto con colegas nacionales e internacionales (España, Canadá y Alemania), dieron a conocer, a través de la revista Cretaceous Research, el hallazgo de una nueva especie de dinosaurio herbívoro que vivió hace aproximadamente 130 millones de años en lo que hoy es la provincia de Neuquén. La nueva especie fue bautizada como Emiliasaura alessandrii y pertenece al grupo de los iguanodontes, un clado de dinosaurios bípedos.

"La denominación del género Emiliasaura fue en homenaje a Emilia Ondetti de Fix, fundadora del Museo Histórico de Las Lajas y referente cultural de la localidad. El nombre de la especie, alessandrii, es en reconocimiento a Carlos Alessandri, quien dio el aviso de los fósiles hallados", indica Rodolfo Coria, investigador del Museo Carmen Funes y primer autor del artículo publicado.

Hueso fósil de Emiliasaura alessandrii. Foto: gentileza Rodolfo Coria
Se identificaron dos ejemplares de la especie descubierta. El primero de ellos fue encontrado en el año 2008 por Carlos Alessandri, un vecino de la localidad de Las Lajas, provincia de Neuquén. Mientras que el segundo ejemplar fue hallado en el año 2010 por el geólogo Gerardo Azua, quien fue colaborador en los trabajos de campo de ese año. Los materiales fósiles fueron recuperados en rocas pertenecientes a la Formación Mulichinco, de edad Valanginiana, que datan del Cretácico Inferior hace aproximadamente 130 millones de años.

Trabajo de campo. Foto: gentileza Rodolfo Coria

"En términos generales, el período del tiempo mencionado, corresponde con un momento poco explorado a nivel mundial, por tal motivo cualquier registro nuevo es significativo. Las investigaciones paleontológicas efectuadas en capas continentales de la Formación Mulichinco están proporcionando un elevado número de información novedosa. Uno de los casos puntuales es la de la especie descrita, ya que representa el primer miembro de los rhabdodontes en América del Sur, y por ahora, el taxón más primitivo del grupo", explica Guillermo Windholz, becario del CONICET en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN).

Hueso fósil de Emiliasaura alessandrii. Foto: gentileza Rodolfo Coria
El nuevo hallazgo permitió comprender más sobre la diversidad de dinosaurios de la citada unidad geológica, que hasta el momento estaba representada por una diversa asociación de dinosaurios constituida por saurópodos diplodócidos y dicraeosáuridos, y terópodos carcharodontosáuridos.

Características de Emiliasaura alessandrii

"Esta especie de dinosaurio tenía un tamaño mediano, habrían medido entre unos 3 a 4 metros de longitud. La misma pertenece a un gran grupo de dinosaurios, conocido como ornitisquios, caracterizados por una dieta herbívora. Por lo que se asume dicho hábito alimenticio para la nueva especie. Los ejemplares estudiados conservaron parte de las patas delanteras, patas traseras, porciones de las cinturas escapular y pélvica, y vértebras caudales, es decir parte de su cola. Posiblemente eran animales veloces, ya que sus miembros posteriores eran robustos y adaptados a la carrera", señala Coria.

Metodología de estudio

Trabajo de campo. Foto: gentileza Rodolfo Coria
"Se analizó la anatomía de los huesos rescatados a fin de analizar su morfología y detectar caracteres anatómicos que permitieran su estudio filogenético -evaluar las relaciones de parentesco-. Además, se identificaron rasgos anatómicos únicos no presentes en otros dinosaurios, lo que permitió la identificación de esta nueva especie", afirma Windholz. Mientras que Coria añade que "el investigador Ignacio Cerda realizó estudios de la paleohistología ósea, estudiando cortes delgados de huesos en el microscopio. Esto permitió identificar el estado ontogenético de los ejemplares estudiados, quiere decir que se evalúo en qué etapa de la vida estarían al momento de su muerte, concluyendo que los individuos analizados eran sexualmente maduros (es decir que habrían alcanzado la etapa reproductiva), aunque no habrían conseguido aún el tamaño máximo de la especie".

Referencia bibliográfica:

Coria, R. A., Cerda, I. A., Escaso, F., Baiano, M. A., Bellardini, F., Braun, A., Coria, L., Gutiérrez, J. M., Pino, D. Windholz, G. J., Currie, P. J. y Ortega, F. (2024). FIRST VALANGINIAN (EARLY CRETACEOUS) ORNITHOPOD (DINOSAURIA, ORNITHISCHIA) FROM PATAGONIA. Cretaceous Research, 106027.

DOI: https://doi.org/10.1016/j.cretres.2024.106027

Por Nahuel Aldir – Área de Comunicación del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN).

iipg.conicet.gov.ar

Científicos de Harvard descubren un impresionante tesoro en Massachusetts

Fósiles de reptiles, insectos y plantas primitivas revelan interacciones ecosistémicas de hace 320 millones de años

Científicos de harvard descubren un impresionante tesoro de fósiles antiguos
en Massachusetts. / Scitechdaily
Un yacimiento fósil en Lantern North, Massachusetts, ha revelado detalles fascinantes sobre un ecosistema terrestre que existió hace entre 320 y 318 millones de años. Este descubrimiento, publicado en Nature Communications, ha revelado más de 130 especies, incluyendo reptiles, anfibios, insectos y plantas antiguas, brindando una visión inédita de la biodiversidad terrestre durante un período aún poco explorado en la historia de la Tierra.

Un yacimiento extraordinario en Lantern North

Imagen sobre Impresiones de cuerpos completos de invertebrados (FBI),
 fósiles corporales, huellas y rastros. / Nature Communications
El yacimiento de fósiles se sitúa en la Formación Wamsutta, una zona de depósitos de abanicos aluviales que en su momento tuvo bosques y un clima con una humedad estacional, cerca del paleoecuador. Esto diferencia a Lantern North de otros yacimientos de la Edad del Carbón, generalmente asociados a pantanos.

Los fósiles no solo incluyen cuerpos de especies primitivas, sino también huellas, madrigueras y otras pistas que reflejan el comportamiento y las interacciones de estos antiguos organismos que existieron en la Tierra.

Las primeras interacciones entre animales y vegetales

Comparaciones entre las localidades Lagerstätten terrestres del Carbonífero.
 / Nature Communications
Los investigadores han documentado rastros de actividades complejas, como la oviposición de insectos (puesta de huevos) y la formación de agallas en plantas, algunos de los comportamientos de insectos y de plantas más antiguos que se conocen. Según Richard Knecht, investigador principal del estudio y estudiante de la Escuela de Posgrado de Artes y Ciencias de Griffin en Harvard, este sitio les ofreció una visión sin precedentes de un ecosistema terrestre en un momento crucial para la evolución de la vida en la Tierra, y en donde la mayoría de ellos, son los especímenes más antiguos identificados en sus respectivas categorías.

La importancia de la Formación Wamsutta en el estudio de la evolución

La Formación Wamsutta brinda una perspectiva más rica sobre los ecosistemas terrestres de la Edad del Carbón. "La conservación excepcional de impresiones y rastros nos permite reconstruir comportamientos y ecología de formas que normalmente no serían posibles solo con fósiles corporales", afirma Jacob Benner, coautor del estudio y académico de la Universidad de Tennessee.

Descubrimientos que abren nuevas preguntas

El hallazgo en Lantern North marca un avance significativo en la comprensión de la evolución temprana y las interacciones de animales y plantas en los ecosistemas terrestres primitivos. Los científicos, comprometidos con la continuidad del estudio de este yacimiento, confían en que futuras investigaciones arrojarán aún más luz sobre el desarrollo de estos antiguos ecosistemas.

larazon.es

Fósiles marinos de 400 millones de años terminaron como escombros en un volquete

Eran parte de la mampostería de la sucursal del Banco Nación en la localidad rionegrina de Allen que fue refaccionada en los últimos días

Ante la remodelación de la sucursal del Banco Nación de la localidad
 rionegrina de Allen, ammonites, fósiles marinos de la era Mesozoica
 terminaron como escombros en un volquete (Imagen Ilustrativa Infobae)
Ammonites, fósiles marinos de la era Mesozoica, fueron destruidos durante las obras de remodelación de la sucursal del Banco Nación en la localidad rionegrina de Allen.

Estos fósiles, que datan de más de 400 millones de años, estaban incrustados en las piedras lajas de la fachada del banco y fueron descubiertos por un viejo cronista del lugar que ante su asombro consultó a un paleontólogo para confirmar su naturaleza.

En su momento, el descubrimiento llamó la atención de medios locales y nacionales pero a pesar de sus esfuerzos por proteger esos muros, no se logró una declaración oficial para su preservación.

Fósiles marinos fueron tirados como escombros en Neuquén
 (Foto: La Mañana de Neuquén)
Es por ello, y ante la necesidad de hacer refacciones en la sucursal bancaria, que comenzó un proceso de ampliación hace algunos años debido a la alta demanda de servicios y el limitado espacio disponible.

Según informó el portal LM Neuquén, las obras, que habían quedado paralizadas, se retomaron recientemente, y los muros con las lajas fósiles fueron removidos por obreros utilizando herramientas neumáticas. Los fósiles, conocidos como ammonites, fueron desechados como escombros, perdiéndose así un valioso testimonio de la historia geológica de la región dentro de un volquete.

Los ammonites son considerados un ícono de la era Mesozoica, comprendida entre hace 400 y 66 millones de años. Sus conchas espirales ofrecen información crucial sobre la paleoecología y la evolución de los cefalópodos, además de ayudar a entender la dinámica de los ecosistemas marinos del pasado. Estos fósiles han sido objeto de estudio por paleontólogos y coleccionistas debido a su singularidad y valor científico.

Los muros con las lajas fósiles fueron removidos por obreros utilizando
herramientas neumáticas (EFE/Iván Franco)
El portal especializado Todo Fósiles destaca que los ammonites proporcionan evidencias sobre la evolución de los cefalópodos y sus formas morfológicas, siendo esenciales para comprender la cadena alimenticia de los ecosistemas marinos antiguos.

Días atrás, y al cabo de dos intensas jornadas de trabajo, profesionales de Paleontología realizaron el rescate parcial de un reptil marino —de la era de los dinosaurios y llamados popularmente como pterodáctilos— y el monitoreo de restos de un cocodrilo en la localidad de Aguada de Tuco, en la zona norte de la provincia de Neuquén.

Según comunicaron las autoridades locales, el hallazgo se concretó en el marco de las acciones que se llevan adelante desde el Ministerio de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres para la preservación del patrimonio natural y cultural neuquino.

Bajo la coordinación de los paleontólogos Mateo Gutiérrez, de la dirección de Patrimonio Cultural de la Subsecretaría de Cultura provincial, y Micaela Chaumeil Rodríguez, del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN), en la primera jornada se realizó el rescate parcial de un reptil marino del grupo de los ictiosaurios en la formación Los Molles, cerca del arroyo Chacay Melehue. Estos organismos estaban completamente adaptados a la vida en mar abierto y presentaban un aspecto similar al de los peces o delfines actuales.

Las marcas se encontraron preservadas en rocas de la formación Candeleros del Cretácico Superior de la Cuenca Neuquina, que datan de aproximadamente 100 millones de años.

El descubrimiento fue publicado en la revista académica Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology.

Las huellas incluyen al menos 21 impresiones aisladas de manos y cuatro de pies. Las de las manos imprimen la marca de tres dedos y muestran una marcada asimetría, mientras que las huellas del pie revelan impresiones de tres dedos y una forma casi rectangular a casi triangular. Luego de compararlas con otras huellas de pterosaurios, encontradas en diferentes partes del mundo, se pudo reconocer que las estudiadas tendrían una morfología que, en principio, sería única en su tipo. Además, se encuentran asociadas a estrechos surcos interpretados como marcas dejadas por las garras de las manos y los pies de los pterosaurios, un detalle poco común en el registro fósil.

Ante este hallazgo, se tomaron muestras de roca para realizar análisis micropaleontológicos que ayudarán a determinar la antigüedad de los restos.

Este estudio representa uno de los pocos registros de huellas de pterosaurios en Sudamérica e incluso del hemisferio sur. En lo que fue el supercontinente de Gondwana, que incluía los actuales territorios de América del Sur, África, Antártida, Australia e India, solo se conocen huellas de pterosaurios en Marruecos y Argentina. Si bien, una posibilidad es que el escaso registro de huellas sea preservacional, es decir, que no se hayan dado las condiciones adecuadas para que se preserven, se cree que lo más probable es que sea una falta de búsqueda para su estudio.

infobae.com

Descubren en Neuquén huellas de pterosaurios de aproximadamente 100 millones de años

El hallazgo y estudio de las pisadas estuvo a cargo de científicos del CONICET.

Ilustración de los pterosaurios en el lugar de las huellas encontradas.
Créditos: Alessio Ciaffi.
En la localidad de Aguada de Tuco, al norte de la provincia de Neuquén, se hallaron huellas de pterosaurios, conocidos como los reptiles voladores de la era de los dinosaurios y llamados popularmente como “pterodáctilos”. Las marcas se encontraron preservadas en rocas de la Formación Candeleros del Cretácico Superior de la Cuenca Neuquina, que datan de aproximadamente 100 millones de años. El descubrimiento fue publicado en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology.

"El primero que descubrió que en la localidad de Aguada de Tuco había huellas fósiles de animales vertebrados, principalmente de dinosaurios, fue Pablo Pazos que fue mi director de doctorado. Así fue como esta localidad resultó ser el sitio de estudio de mi tesis doctoral sobre icnología -disciplina que estudia huellas fósiles- donde en las primeras campañas comenzamos investigando huellas de dinosaurios saurópodos y terópodos. Pero fue en otro viaje de campo, donde junto a Ignacio Díaz Martínez, quien fue mi codirector de doctorado, y Silvina de Valais, reconocimos la presencia de huellas de pterosaurios", indica Arturo Heredia, investigador del CONICET en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología (IIPG, CONICET-UNRN) y primer autor del artículo.

Huellas de los pterosaurios. Foto: gentileza investigador.
Este nuevo sitio preserva un mayor número de huellas, entre las que se distinguen una variedad de tamaños, algunas de tamaño pequeño, grande y la mayoría de tamaño intermedio. De manera que esto posibilitó un nuevo tipo de estudio a partir de métodos estadísticos sobre la distribución de tamaños, en particular de las huellas de las manos. La variabilidad observada en las huellas sugiere que las mismas habrían sido producidas por individuos de diferentes edades, más que por diferentes especies de pterosaurios.

Huellas de los pterosaurios. Foto: gentileza investigador.
Las huellas incluyen al menos veintiún impresiones aisladas de manos y cuatro de pies. Las de las manos imprimen la marca de tres dedos y muestran una marcada asimetría, mientras que las huellas del pie revelan impresiones de tres dedos y una forma casi rectangular a casi triangular. Luego de compararlas con otras huellas de pterosaurios, encontradas en diferentes partes del mundo, se pudo reconocer que, las estudiadas, tendrían una morfología que en principio sería única en su tipo. Además, se encuentran asociadas a estrechos surcos interpretados como marcas dejadas por las garras de las manos y los pies de los pterosaurios, un detalle poco común en el registro fósil.

"Las huellas se habrían preservado en una planicie aluvial, caracterizado por un clima semiárido y estacional, en donde las precipitaciones ocasionales habrían desarrollado pequeños cuerpos de agua, en los cuales los pterosaurios se acercaban, quizás, para hidratarse o alimentarse. La presencia de grietas de desecación fósiles da cuenta de las superficies secas en este tipo de ambientes. Sin embargo, la presencia de humedad en el sustrato, al menos en algún momento de la formación de las huellas, habría posibilitado que éstas se preserven adecuadamente", explica Heredia.

Arturo Heredia en el lugar del hallazgo de las huellas.
 Foto: gentileza investigador.
Este estudio representa uno de los pocos registros de huellas de pterosaurios en Sudamérica e incluso del hemisferio sur. En lo que fue el supercontinente de Gondwana, que incluía los actuales territorios de América del Sur, África, Antártida, Australia e India, solo se conocen huellas de pterosaurios en Marruecos y Argentina. Si bien, una posibilidad es que el sesgo del registro de huellas sea preservacional, es decir, que no se hayan dado las condiciones adecuadas para que se preserven, se cree que lo más probable es que sea una falta de búsqueda para su estudio. "El registro de huesos de pterosaurios es significativamente más abundante y conocido en Argentina y en el resto de Gondwana que el de huellas, por lo que a partir de este tipo de evidencia osteológica ya se tenía una idea de la distribución de estos reptiles voladores. Sin embargo, a diferencia de los restos óseos que al morir pueden ser transportados por un flujo de agua o por otros animales, el registro de huellas tiene la particularidad de no sufrir transporte. De esta manera, las impresiones que suelen preservarse in situ brindan una evidencia más precisa sobre el ambiente en el que vivían", señala el investigador.

Características de los pterosaurios

Estos reptiles voladores no pertenecen al grupo de los dinosaurios, tiene orígenes evolutivos distintos, sin embargo, estaban cercanamente emparentados a estos. Fueron un grupo sumamente diverso, se conocen más de 150 especies y se encontraban distribuidos prácticamente por todo el mundo.

Arturo Heredia en el lugar del hallazgo de las huellas.
 Foto: gentileza investigador.
"Había de todos los tamaños, algunos pequeños como un cuervo y otros de una envergadura estimada en unos 12 metros, tanto como una avioneta. También habitaron distintos ecosistemas, tanto dentro del continente como en costas marinas y con variados hábitos alimenticios. Por el estudio de la anatomía de estos animales, sumado al de las huellas fósiles, se sabe que los pterosaurios habrían sido cuadrúpedos al desplazarse por tierra. Las manos y las alas de los pterosaurios son muy diferentes a las de otros vertebrados voladores, como las aves y los murciélagos. La mano de los pterosaurios soporta cuatro dígitos, uno de ellos (el cuarto) es extremadamente largo, ya que posee falanges hipertrofiadas y es el que soporta la membrana alar. Los restantes son mucho menores en tamaño y son los que imprimen las huellas de la mano", finaliza el paleontólogo.

Referencia bibliográfica:

Heredia, A. M., Díaz-Martínez, I., Pazos, P. J., & de Valais, S. (2024). Pterosaur tracks from the upper cretaceous (Cenomanian) candeleros formation of northwestern Patagonia, Argentina: Ichnotaxonomic and palaeoecological perspectives from Gondwana. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 112338. https://doi.org/10.1016/j.palaeo.2024.112338

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¿Qué comían los pterosaurios? Fósiles revelan intrigante contenido estomacal

El descubrimiento del contenido estomacal fosilizado de reptiles voladores ofrece una visión única y fascinante de cómo vivían los pterosaurios, qué comían y en qué ecosistemas prosperaban hace 182 millones de años.

Impresión artística de un pterosaurio, denominado Haliskia peterseni, que vivió
entre los dinosaurios. | Fuente: Europa Press (Referencial). 
 Ilustración: GABRIEL UGUETO
Los pterosuarios dominaban los cielos durante la era de los dinosaurios. A lo largo de millones de años, evolucionaron hasta convertirse en una enorme variedad de formas, incluidas especies gigantes con envergaduras de hasta 12 metros. Pero se sabe poco sobre cómo y qué comían estos pterosaurios.

Ahora un espectacular descubrimiento de contenidos estomacales fosilizados en dos especies de pterosaurios, Dorygnathus y Campylognathoides, del Jurásico Temprano del suroeste de Alemania ha proporcionado nuevos conocimientos sobre su dieta y comportamiento alimentario.

El Dr. Samuel Cooper, paleontólogo del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart, examinó los fósiles y analizó los restos en los estómagos de los reptiles junto con colegas de la Universidad de Portsmouth en el Reino Unido, el profesor David Martill y el Dr. Roy Smith.

Los resultados, publicados en el Journal of Vertebrate Paleontology, muestran que el pterosaurio Dorygnathus comía peces pequeños, mientras que Campylognathoides comía calamares prehistóricos. Esta evidencia más antigua y la primera del mundo del consumo de calamares por parte de los pterosaurios dice mucho a los investigadores sobre el estilo de vida, la ecología y la evolución de los animales.

Los especímenes de Dorygnathus y Campylognathoides, que tienen alrededor de 182 millones de años, provienen de la pizarra de posidonia en la región de Holzmaden en Baden-Württemberg en Alemania. Hasta ahora, nada se sabía sobre la dieta de los pterosaurios de este período.

No compartían preferencias de comida

El notable hallazgo es la primera evidencia de diferentes dietas de dos especies diferentes de pterosaurios en el mismo entorno. "El contenido estomacal fosilizado nos dice mucho sobre el ecosistema en ese momento y cómo interactuaban los animales entre sí. Para mí, esta evidencia de restos de calamar en el estómago de Campylognathoides es, por lo tanto, particularmente emocionante. Hasta ahora, se pensaba que se alimentaba de peces, al igual que Dorygnathus, en cuyo estómago se encontraron pequeñas espinas de pescado.

Holotipo de Campylognathoides zitteli con contenido intestinal belemnoide.
 / Fuente: Europa Press
El hecho de que estas dos especies de pterosaurios comieran presas diferentes demuestra que probablemente estaban especializados en dietas diferentes. Esto permitió que Dorygnathus y Campylognathoides coexistieran en el mismo hábitat sin mucha competencia por el alimento entre las dos especies", afirma el Dr. Samuel Cooper, primer autor del estudio.

Los contenidos estomacales fósiles que representan la última comida de estos animales son extremadamente raros. Probablemente esto se deba a que los pterosaurios digerían su comida muy rápidamente, ya que el peso adicional en sus estómagos habría afectado a su capacidad para volar. Dorygnathus y Campylognathoides eran similares a las aves marinas modernas. Volaban sobre las aguas de un mar cálido y subtropical que inundó el sur de Alemania durante el período Jurásico y fue su fuente de alimento.

"Resulta increíblemente raro encontrar pterosaurios de 180 millones de años conservados con su contenido estomacal, y proporciona una prueba irrefutable de la dieta de los pterosaurios. El descubrimiento ofrece una visión única y fascinante de cómo vivían estas antiguas criaturas, qué comían y en qué ecosistemas prosperaban hace millones de años", afirma en un comunicado el profesor David Martill, de la Escuela de Medio Ambiente y Ciencias de la Vida de la Universidad de Portsmouth.

Los dos pterosaurios estudiados forman parte de las extensas colecciones paleontológicas del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart. Como parte de un proyecto de investigación sobre la "Paleobiología de los vertebrados en la pizarra de Posidonia", el museo ha reexaminado numerosos fósiles de este período. Durante esta investigación, se descubrió el contenido estomacal de los dos pterosaurios.

La pizarra de Posidonia es una formación de pizarra negra de aproximadamente 182 años de antigüedad en el suroeste de Alemania que es conocida por sus fósiles excepcionalmente bien conservados y diversos. La fauna fósil de este periodo incluye una gran variedad de animales, entre ellos ictiosaurios preñados con embriones conservados, plesiosaurios de cuello largo, cocodrilos marinos, varios peces grandes, crustáceos, sepias, amonites y pterosaurios.

En conjunto, proporcionan una de las instantáneas más completas y únicas de la vida marina del Jurásico temprano. Las partes blandas fosilizadas, como el contenido del estómago o la piel, son muy raras porque solo se pueden conservar en condiciones ambientales especiales. El fondo marino de la pizarra de posidonia tenía un bajo contenido de oxígeno, lo que dio lugar a buenas condiciones de conservación. Además, el lodo muy blando garantizaba que los animales muertos se hundieran rápidamente en el lodo sin que los carroñeros o las corrientes de agua destruyeran sus restos.

El pterosaurio comedor de calamares Campylognathoides se puede ver en la exposición permanente del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart en el Museum am Löwentor. (Con información de Europa Press)

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