jueves, 28 de marzo de 2024

HORARIO DE SEMANA SANTA 2024 DEL MUSEO DE DINOSAURIOS













Horario de Semana Santa 2024 del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos):

Jueves Santo, 28 de marzo: de 10:30 a 14:30 h.

Viernes Santo, 29 de marzo: de 10:30 a 14:30h.

Sábado Santo, 30 de marzo: de 10:30 a 14:10 h. Y de 17:00 a 20:00 h.

Domingo de Resurrección, 31 de marzo: de 10:30 a 14:30 h. Tarde: cerrado.

Lunes de Pascua, 1 de abril: Cerrado.

El resto de los días, anteriores y posteriores, horario habitual del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes.

http://www.fundaciondinosaurioscyl.com/es/c/sobre-el-museo

Tras las lesiones de los dinosaurios de Salas

Un estudiante de la Universidad de León realizará un análisis de las patologías que presentan los huesos de Europatitán y Demandasaurus. Otro de la Complutense tratará de identificar la especie de Iguanodontio localizado en 2008 en su TFM. 

De izquierda a derecha: Víctor Contreras, Fidel Torcida director del Museo de
Dinosaurios de Salas, y Juan Pedro Fraga. Fundación Dinosaurios CyL.
El material fósil de dinosaurios que se conservan en el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes sale de sus cajas tras la ardua restauración para hacer ciencia. El director del Museo, Fidel Torcida, apoya la investigación de dos estudiantes de grado y de máster que analizaran los huesos de los gigantes de la Sierra de la Demanda. 

En concreto el estudiante de Veterinaria de la Universidad de Burgos, Víctor Contreras Santamaría, versará su Trabajo de Fin de Grado (TFG) sobre las lesiones que presentan los gigantes de la Demanda. «Busca dilucidar las patologías que afectaron a los dinosaurios Europatitan, Demandasaurus y un saurópodo sin identificar aun de Torrelara», explican desde el Museo de Dinosaurios en una nota. 

Trabajos de excavación de los restos de iguanodontio que se trata de identificar
 en este nuevo estudio. C.A.S.
Para su investigación, los huesos fosilizados se someterán a sesiones de escaneo y T.A.C., además de tomar muestras de ellos para analizar en el microscopio posibles anomalías en su tejido óseo. Para este trabajo se cuenta con el asesoramiento del Doctor Manuel Perales, del Servicio de Traumatología del Hospital Universitario de Burgos (HUBU), con el que se inició la investigación de estos fósiles, que ahora se pretende completar.

¿Quién es este iguanodontio?

El estudiante del Máster de Paleontología Avanzada de la Universidad Complutense de Madrid, Juan Pedro Fraga Hernández, desarrollará su Trabajo Fin de Máster, TFM, sobre un dinosaurio Iguanodontio recuperado en un yacimiento cercano a Barbadillo del Mercado, en excavaciones de los años 2007 y 2008. 

El estudio se realizará sobre una pata posterior casi completa, con fémur, tibia y peroné, de gran tamaño y muy buena conservación. Se identificará la especie a la que pertenece, su relación con otros especímenes de iguanodontios de la península ibérica y Europa, a la vez que se elaborarán reconstrucciones digitales en 3D de los fósiles, con fines de investigación y de difusión.

El resultado de ambos trabajos universitarios podrían conformar una publicación científica sobre los dos objetos de investigación. Estos restos que se van a poner sobre la lupa científica son restos que forman parte de la colección que desborda el Museo de la Evolución de Salas y que ni mucho menos se pueden visitar o conocer. «A pesar de su interés científico y divulgativo no se exponen, una situación que subraya con más énfasis las limitaciones de espacio y recursos existentes en el museo salense, considerando que este custodia un patrimonio paleontológico de relevancia internacional».

Con el apoyo a estos investigadores en la finalización de sus estudios, «el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes cumple con su función de formación didáctica y científica con este tipo de proyectos dirigidos a niveles universitarios, y que ayudan a desarrollar la cultura científica de nuestra comunidad». Esta labor se complementa con otra programación de actividades dirigidas a un público más general, centros educativos o colectivos sociales variados, en colaboración con el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas y la Fundación Dinosaurios en Castilla y León, como es el ciclo Demanda Ciencia iniciado este año.

elcorreodeburgos.com

Humanos antiguos dejaron dibujos junto a huellas de dinosaurios en Brasil

Los petroglifos fueron grabados en la roca cerca de huellas de terópodos, saurópodos y ornitópodos.

Un petroglifo (izquierda) y una huella de dinosaurio tridáctilo (derecha), dañada
por fracturación de la roca. Foto: 
Troiano et al., Scientific Reports 2024
Los antiguos sudamericanos aparentemente se inspiraron en huellas de dinosaurios fosilizados en lo que hoy es el este de Brasil, donde tallaron figuras en la roca, impresas decenas de millones de años antes por los movimientos de gigantes.

Las huellas de dinosaurios pertenecen a terópodos, saurópodos e iguanodontes, y están repartidas en tres afloramientos rocosos en el estado brasileño de Paraíba. Los petroglifos del sitio consisten principalmente en patrones circulares, pero varios se parecen mucho a las huellas de dinosaurios tridáctilos que también están presentes en el sitio. La investigación del equipo que catalogó los petroglifos y las huellas asociadas fue publicado en Informes científicos.

Ni las huellas ni los petroglifos han sido datados directamente, pero previamente se encontraron entierros humanos que datan de hace 10.000 años en dos sitios cercanos . Uno de esos sitios, Pedra do Alexandre, tiene entierros que abarcan desde 9.400 años hasta 2.620 años, lo que indica que todavía hay una amplia marco de tiempo en el cual los petroglifos podrían haber sido tallados. Pero la ubicación de los petroglifos y el diseño de algunas de las figuras fue claramente inspirado en las vías mucho más antiguas.

Una huella de dinosaurio (izquierda), una huella reciente que emula la (centro),
 un petroglifo que aparentemente emula la huella de dinosaurio (derecha).
Foto: 
Troiano et al., Scientific Reports 2024
Los terópodos eran un grupo de criaturas bípedas, a menudo carnívoras, que incluye tiranosaurio rex y todas las aves modernas. Los saurópodos eran cuadrúpedos herbívoros enormes, fácilmente reconocibles por sus largos cuellos, si no por sus enormes cuerpos. Iguanodontianos eran un grupo bípedo y herbívoro que incluía al epónimo Iguanodonte, así como los hadrosaurios de pico de pato.

Brasil fue alguna vez un semillero de un grupo de bestias antiguas, incluidos los dinosaurios, sus homólogos alados (pterosaurios) y otros reptiles más antiguos. De hecho, contrabando de fósiles fuera de Brasil sigue siendo un problema inquietante para las autoridades.

La proximidad de los petroglifos a las huellas fosilizadas revela un “compromiso activo con el material fósil”, escribió el equipo, “lo que sugiere que estas huellas no sólo captaron la atención de la comunidad nativa sino sino fueron significativos y se integraron en su repertorio de conocimientos».

Ningún petroglifo se superpuso ni causó daño a las huellas en el sitio, “lo que sugiere consideración por parte de los creadores”, escribieron. Datación absoluta de Los petroglifos que utilizan espectroscopía de fluorescencia de rayos X podrían revelar cuándo fueron hechos, tal vez a lo largo de los siglos, por diferentes grupos.

A rhea en Brasil.Foto: Rob Jansen (Shutterstock)
El equipo cita petroglifos en el cercano sitio arqueológico de Junco, que representan una variedad de figuras geométricas que se asemejan a estrellas, ruedas de radios, flores, y (si entrecierras los ojos) edificios. Los petroglifos fueron escritos por varias personas, concluyó el equipo, basándose en la variación de estilo entre las figuras. . Algunas de las figuras y vías están gravemente dañadas debido a la descamación de la roca.

Dada la falta de comprensión moderna de los dinosaurios por parte de los antiguos sudamericanos, el equipo agregó que los fabricantes de petroglifos pueden haber confundido las huellas de los dinosaurios con Huellas de ñandú. Los ñandúes son dinosaurios terópodos modernos y el ave más grande de Brasil; de hecho, son nativos de la misma región donde se encuentra el sitio paleontológico.

Puede que sea así, pero a diferencia de las huellas genuinas del ñandú que vieron esas comunidades antiguas, las que estaban en la roca de Paraíba no desaparecieron. Esto le dio a las impresiones cierta importancia para la comunidad local, como lo evidencian las antiguas obras de arte colocadas junto a ellas.

Este contenido ha sido traducido automáticamente del material original. Debido a los matices de la traducción automática, pueden existir ligeras diferencias. Para la versión original, haga clic aquí.

es.gizmodo.com

SPIELBERG TENÍA RAZÓN: EL TRICERATOPS IBA EN MANADA

Una investigación demuestra que cinco dinosaurios de tres cuernos vivieron y murieron juntos

Manada de triceratops - NATURALIS.NL
En el verano de 2013 en Wyoming, el equipo del Naturalis Biodiversity Center de Holanda buscaba un Tiranosaurio. En su lugar, encontraron un Triceratops: el famoso dinosaurio con los tres cuernos y una gran placa protectora rodeando el cuello. Y luego encontraron otro. Y otro más. Y más. La excavación se convirtió en un proyecto que duraría más de diez años.

En total, desenterraron 1.200 huesos y fragmentos de huesos de al menos cinco individuos. Un equipo de paleontólogos y técnicos profesionales y voluntarios pasó años sacándolos de la cantera. Se contrató a un investigador para estudiar los fósiles: ¿cómo acabaron allí, juntos, estos dinosaurios muertos? ¿Qué nos dicen sus huesos sobre su vida y su muerte? Ese investigador ha alcanzado ahora un hito: el miércoles 27 de marzo, el paleontólogo Jimmy de Rooij espera recibir el título de Doctor por la Universidad de Utrecht.

«El material es de muy buena calidad», reflexiona De Rooij sobre la historia de dinosaurios detectives que es su tesis doctoral. «Esto nos permitió demostrar que estos triceratops crecían muy lentamente, por ejemplo». Los detalles del lecho óseo indican que los cinco dinosaurios murieron juntos, posiblemente sumergidos en un pantano. Se encuentran en una fina capa de roca, sin huesos de otras especies.

La investigación de las propiedades físicas y químicas de los cientos de dientes de triceratops habla de una existencia migratoria, que fue la misma para los cinco dinos. En otras palabras: esta especie de dinosaurio formaba equipo, al menos ocasionalmente. «Y eso, por supuesto, lleva a todo tipo de nuevas preguntas», dice De Rooij: «¿Cómo de complejo era este comportamiento social, exactamente?».

La supervisora de De Rooij, la profesora Anne Schulp (Naturalis/Universidad de Utrecht), está muy contenta con toda la trayectoria desde la excavación hasta la ceremonia de defensa. «Naturalis, el museo nacional de historia natural de los Países Bajos, tiene ahora el mayor hallazgo de triceratops del mundo, y la Universidad de Utrecht tiene el primer Dr. Triceratops de los Países Bajos».

El trabajo de De Rooij no sólo ha dado lugar a artículos de investigación, sino también a una exposición sobre sus hallazgos. A partir de octubre, la exposición se inaugurará en Naturalis -y dará el pistoletazo de salida a la gira mundial-, donde los cinco triceratops se muestran tal y como vivieron y murieron hace 67 millones de años: juntos».

REFERENCIA:

Bringing fossils back to life: New insights on the biology of the iconic dinosaur Triceratops

Fuente: Naturalis Biodiversity Center, Utrecht University

quo.eldiario.es

Every Spinosaurid, explained

Spinosaurus, Baryonyx y Suchomimus tienen algo en común; ¡Son raros y también son miembros de un clado conocido como Spinosauridae (o espinosáuridos)!

Los Spinosauridae se componen de 20 géneros de dinosaurios terópodos tetanuros, pero algunos de los cuales ya no son un taxón válido y otros tienen validez cuestionada.

Sin embargo, en este vídeo se incluyen los 20 géneros de esos dinosaurios. Enumerados y explicados uno por uno desde el tamaño más pequeño hasta el más grande.


youtube.com

martes, 26 de marzo de 2024

Hallazgo histórico: descubrieron en la Patagonia el mamífero más grande que convivió con los dinosaurios

A 25 kilómetros de El Calafate, científicos argentinos encontraron restos de un animal llamado Patagomaia Chainko que habitó la región hace 70 millones de años. ¿Cómo era la especie y por qué es tan especial? El detrás de escena de un descubrimiento de relevancia mundial

Los investigadores exploran la Formación Chorrillo, un área donde se ha
encontrado una amplia variedad de fósiles.
Era un día de marzo de 2020. Ya había bajado el sol, la visibilidad no era del todo buena. Gastón Lo Coco recorría junto a otros investigadores la Formación Chorrillo, un área ubicada a 25 kilómetros de El Calafate, una zona montañosa dentro del campo “La Anita”, cuando se topó con unos huesos que llamaron su atención. Como ya era tarde, tomaron los restos que estaban a la vista, los guardaron en una bolsa plástica y marcaron el sitio para volver al día siguiente. Todavía no sabían que estaban ante un descubrimiento histórico.

“Cuando detectamos los restos fósiles, vimos que los huesos eran medianos, del grosor de un dedo de un adulto y largos, lo que era un indicio de que podía tratarse de una extremidad. En un principio no sabíamos si era parte del brazo, del antebrazo, de la mano de un réptil como una tortuga o un cocodrilo, incluso de un dinosaurio, o si se trataba de un mamífero. Había varias conjeturas que encajaban con lo que habíamos encontrado”, dijo Lo Coco, doctor en biología, en diálogo con Infobae.

La expedición en la Formación Chorrillo no era azarosa. En ese sitio ya se había descubierto una diversidad asombrosa de fósiles con 70 millones de años de antigüedad: dinosaurios carnívoros y herbívoros, diferentes mamíferos pequeños, aves, reptiles marinos, caracoles, insectos y restos vegetales. La era Mesozoica, la de los dinosaurios, se hace presente en ese territorio.

Los científicos Sebastián Rozadilla y Gastón Lo Coco
clasifican los fósiles que hallaron.
“Al fósil llegamos haciendo un estudio previo de la geología de la zona. Es decir, exploramos sitios donde en la superficie hay rocas y sedimentos en los que pueden aparecer dinosaurios o especies que convivieron con ellos”, explicó el biólogo.

Cuando llegaron a la zona, se organizaron con el grupo de trabajo para cubrir la superficie, para observar el suelo en busca de rocas que tuvieran la forma de posibles huesos o restos fósiles. El conocimiento previo, la paciencia y, cabe decirlo también, una dosis de suerte se combinan para llegar a los grandes hallazgos.

-¿Qué es lo primero que se hace cuando uno encuentra un fósil?

-Siempre que descubrimos fósiles queremos saber de qué animal se trata. La primera aproximación se genera ahí mismo, en el yacimiento o ya a la noche en el campamento, donde nos ponemos a interpretar las características de los fósiles, tratando de determinar si pertenece a un dinosaurio, un reptil, ave o mamífero.

-¿Con cuánta precisión se puede determinar en esa primera instancia?

-Es un proceso que lleva tiempo. Se necesita un estudio para poder determinar con total certeza a qué animal pertenecen los restos. Cuando uno encuentra un fósil es un momento grato, genera mucha emoción. El día que encontramos los restos en cuestión era ya de tarde, así que en el campamento compartimos opiniones sobre el hallazgo y sobre qué organismo podría ser. No sabíamos bien de qué se trataba. Eso se fue descubriendo luego con el estudio y la comparación de otros mamíferos actuales y fósiles.

-¿El siguiente paso es explorar más en profundidad los alrededores?

El equipo del Museo Nacional de Ciencias Naturales “Bernardino
Rivadavia”,  responsables del descubrimiento del animal.
-Sí. Cuando encontramos fósiles de nuestro interés, como los restos que vimos por primera vez en marzo de 2020, nos ponemos a revisar bien el lugar en búsqueda de más huesos. Si vemos que algunos huesos están dentro de rocas, podemos empezar a hacer una excavación cuidadosa, con la idea de sacar los fósiles en buen estado.

Por la pandemia, la expedición se vio interrumpida. La investigación para determinar a qué especie pertenecían esos huesos también. Los científicos no podían acceder a su lugar de trabajo. Recién se pudo reanudar dos años más tarde. En marzo de 2022 y en febrero de 2023 hicieron otras expediciones a la Formación Chorrillo. Cerca de donde habían encontrado los primeros restos, descubrieron huesos de otro ejemplar de la misma especie.

Unos meses después, esa especie recibiría el nombre de Patagomaia Chainko. Un mamífero similar a un zorro colorado, que habitó la zona hace unos 70 millones de años. No cualquier mamífero. El más grande del que se tenga registro hasta hoy que haya convivido con dinosaurios.

¿Qué arrojó el estudio de los fósiles?

Nicolás Chimento es paleontólogo, se doctoró en Ciencias Naturales y trabaja en el Laboratorio de Anatomía Comparada y Evolución de los Vertebrados (cuyo Instagram es @paleocueva.lacev) y en el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN). Después de que los restos fósiles fueran extraídos, llegaron a sus manos. El objetivo era responder la gran incógnita: ¿a qué animal pertenecían esos huesos? Parecían ser de una especie hasta entonces desconocida.

Ya en el laboratorio, después de las últimas expediciones, Chimento y su equipo prepararon los huesos y se dispusieron a estudiarlos. Hicieron comparaciones con otros animales y un conjunto de análisis para deducir su forma y tamaño, su morfología. Con la investigación terminada, el estudio se publicó hace apenas un mes, en febrero de 2024, en la revista Scientific Reports.

“Los afloramientos de la Formación Chorrillo ya eran conocidos por nosotros porque algunos geólogos ya habían publicado sus estudios de las rocas y habían hallado ciertos fósiles. Cuando nosotros comenzamos a explorar, pudimos ver que los fósiles que encontramos eran comparables a otros sitios donde se habían hallado fósiles similares, por lo cual asignamos estos afloramientos a una época conocida como Maastrichtiano, que es el último momento de la Era Mesozoica, y justo antes de la extinción de los dinosaurios. Es decir, estas rocas con fósiles tendrían aproximadamente 70 millones de años”, advirtió el paleontólogo en diálogo con Infobae.

Los análisis arrojaron que estaban ante el mamífero más grande que convivió con los dinosaurios. Un animal de cuatro patas, de 1,2 metros de largo y un peso aproximado de 14 kilos, posiblemente un cursorial, es decir, que caminaba y corría sobre el suelo, no era trepador, nadador o volador.

“Para saber esto lo que hacemos es comparar los huesos con mamíferos que viven actualmente y vemos qué características comparten con el que encontramos. Su tamaño lo calculamos utilizando regresiones matemáticas que nos permiten saber cuál era su masa en kilogramos. Estas regresiones utilizan medidas que podemos tomar directamente de los huesos, como el largo y ancho del fémur o la tibia”, explicó Chimento.

El animal en cuestión recibió el nombre de Patagomaia Chainko.

Cuando un científico publica un paper sobre una nueva especie, es como un hijo. Puede asignarle el nombre que quiera, pero siempre bajo una serie de reglas establecidas por el Código Internacional de Nomenclatura Zoológica. En este caso, los científicos argentinos eligieron el nombre Patagomaia porque ”Patago” es el prefijo que indica ‘Patagonia’, y “maia” significa ‘madre’. “Este nombre lo elegimos porque es bastante habitual que los mamíferos terios del mesozoico publicados por científicos del hemisferio norte usen ese sufijo (por ejemplo Eomaia o Juramaia)”, agregó el investigador.

La palabra chainko, en tanto, es una combinación de dos términos del lenguaje Aonikenk; “chaink”, que significa ‘grande’ y “ko” que quiere decir ‘hueso’. En síntesis, Patagomaia chainko significa “Madre de la Patagonia de huesos grandes”, en honor a ser un mamífero moderno, hallado en el sur, y el mayor de los mamíferos del Mesozoico.

-¿Cómo saben que el Patagomaia convivió con dinosaurios?

-Porque en las mismas rocas ya habíamos hallado y publicado dinosaurios nuevos, como el Nullotitan glaciaris, un herbívoro gigante, el Isasicursor santacrucensis, un herbívoro bípedo de mediano tamaño, y el Maip macrotorax, el megaraptor más grande de todos, un depredador enorme.

-¿Piensan que el animal solo habitó la zona de la Patagonia?

-Bueno, es posible que su distribución haya sido en gran parte de lo que hoy es la Patagonia. Esto no lo sabemos con certeza porque recién hallamos restos en este sitio únicamente. Esta área hoy es fría y montañosa, pero hace 70 millones de años era una zona sin montañas, con un gran delta de un río que desembocaba en una costa marina cercana. Eso sí lo sabemos porque, además de los vertebrados, hemos hallado también restos de plantas, caracoles de río e insectos, que nos indican este tipo de ambiente.

-¿Por qué es tan importante el hallazgo de este animal?

-Lo interesante de este mamífero, además de ser el más grande de la era de los dinosaurios, es que pertenece al linaje de los mamíferos modernos: los terios, que es el linaje donde también estamos nosotros los seres humanos.

Un descubrimiento que contradice la teoría

El Patagomaia chainko es ahora el mamífero más grande del mundo de la era de los dinosaurios, más puntualmente del período Maastrichtiano, que es el último momento antes de la extinción de los grandes ejemplares. Según el estudio, incluso las estimaciones más pequeñas situarían al animal entre los mamíferos mesozoicos más grandes, mientras que las estimaciones promedio y más altas “superan con creces las de los mamíferos mesozoicos más grandes conocidos anteriormente”.

“El Patagomaia también revela que la evolución del gran tamaño corporal entre los mamíferos del cretácico superior fue más compleja de lo que se entendía hasta entonces”, advierte el paper científico.

Para Chimento, la importancia no solo radica en las dimensiones del animal, sino en sus implicancias. El Patagomaia contradice las teorías predominantes que dicen que los mamíferos aumentaron sus tamaños gracias a la desaparición de los grandes dinosaurios.

“Con el descubrimiento del Patagomaia, nosotros estamos diciendo algo que no encaja en estas teorías. El Patagomaia indica que los mamíferos ya eran relativamente grandes antes de que los grandes dinosaurios se extinguieran”, explicó.

La evolución temprana de los mamíferos siempre se situó en el hemisferio norte. Sin embargo, la mayoría de los mamíferos registrados allí, que pertenecen al período de los dinosaurios, tienen una masa corporal promedio inferior a 100 gramos. Tan solo el 1% de ellos alcanzó el kilógramo de peso. Muchísimo menos que los 14 kilos estimados para el animal descubierto cerca de El Calafate.

Aún más, el Patagomaia es un terio. Los terios son los mamíferos modernos, entre los que se incluyen nuestros antecesores, los primates. “Esto es importantísimo porque la comunidad paleontológica actual tiene bastante aceptado que los terios se originaron en el hemisferio norte, mientras que nosotros estamos proponiendo que el Patagomaia es uno de los primeros terios, por lo cual tal vez el linaje de los mamíferos modernos, de donde venimos nosotros, se haya originado en el hemisferio sur”.

infobae.com

Nuevos estudios sobre dinosaurios de la Sierra de la Demanda (Burgos)

PALEONTOLOGÍA

Se realizarán por estudiantes universitarios, tutelados por el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes.

Víctor Contreras, Fidel Torcida y Juan Pedro Fraga. Foto: Fundación Dinosaurios.
El Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) prosigue su labor de formación de alumnado universitario en paleontología de dinosaurios, en colaboración con universidades de nuestro país. Dos estudiantes desarrollarán trabajos de formación e investigación sobre fósiles que forman parte de los fondos  patrimoniales del museo salense.

El interés de los dos estudiantes enlaza directamente con su participación en las excavaciones paleontológicas que organizan el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas, Museo de Dinosaurios y Fundación Dinosaurios en Castilla y León durante el mes de julio; concretamente, ellos trabajaron en el yacimiento de Torrelara.

El primero de ellos es el salense Víctor Contreras Santamaría, estudiante de Veterinaria en la Universidad de León. Su objetivo es realizar el Trabajo Fin de Grado, TFG, que le permitirá conseguir la titulación académica correspondiente. Su estudio se dirige a dilucidar las patologías que afectaron a varios dinosaurios burgaleses : Europatitan, Demandasaurus y un saurópodo sin identificar de Torrelara. Para su investigación, los huesos fosilizados se someterán a sesiones de escaneo y T.A.C., además de tomar muestras de ellos para estudiar al microscopio posibles anomalías en su tejido óseo. Para este trabajo se cuenta con el asesoramiento del Dr. Manuel Perales, del Servicio de Traumatología del HUBU, con el que se inició la investigación de estos fósiles, que ahora se pretende completar.

Excavación de Iguanodontio 2007. Foto: C.A.S.
En segundo lugar, Juan Pedro Fraga Hernández, estudiante del Máster de Paleontología Avanzada de la Universidad Complutense de Madrid, desarrollará su Trabajo Fin de Máster, TFM, sobre un dinosaurio Iguanodontio recuperado  en un yacimiento cercano a Barbadillo del Mercado, en excavaciones de los años 2007 y 2008. El estudio se realizará sobre una pata posterior casi completa, con fémur, tibia y peroné, de gran tamaño y muy buena conservación. Se identificará la especie a la que pertenece, su relación con otros especímenes de iguanodontios de la península ibérica y Europa, a la vez que se elaborarán reconstrucciones digitales en 3D de los fósiles, con fines de investigación y de difusión.

Posteriormente a la finalización de estos trabajos, se planteará la elaboración de artículos científicos que recojan los resultados obtenidos, para su publicación en revistas especializadas.

Se da la circunstancia de que los fósiles objeto de estos estudios no se exponen en le Museo de Dinosaurios, a pesar de su interés científico y divulgativo. Esta situación subraya con más énfasis las limitaciones de espacio y recursos existentes en el museo salense, considerando que este custodia un patrimonio paleontológico de relevancia internacional.

El Museo de Dinsoaurios de Salas de los Infantes cumple con su función de formación didáctica y científica con este tipo de proyectos dirigidos a niveles universitarios, y que ayudan a desarrollar la cultura científica de nuestra CCAA. Dicha función se complementa con otra programación de actividades dirigidas a un público más general, centros educativos o colectivos sociales variados, en colaboración con el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas y la Fundación Dinosaurios en Castilla y León, como es el ciclo Demanda Ciencia iniciado este año.