Hace millones de años, en la Tierra vivían dinosaurios de
todos los tamaños. De repente, todos desaparecieron. Durante mucho tiempo, su
destino fue un misterio para la ciencia. Explora las pruebas encontradas en
todo el mundo que por fin han explicado la desaparición de estos gigantescos
reptiles.
sábado, 28 de octubre de 2017
Descubren nuevos restos de dinosaurios en Uzbekistán e India
Dos equipos de científicos han descubiertos nuevos restos de
dinosaurios en Uzbekistán e India que pueden arrojar luz sobre la evolución de
estos reptiles, ha informado la revista especializada PLOS ONE.
Fig. Alvarezsauridae gen. et sp. indet., ZIN PH 2445/16,
falange manual derecha II-2
(ungual), en vistas dorsal (a), lateral (b),
ventral (c) y proximal (d).
Alexander Averianov Hans-Dieter Sues
|
Los huesos de un dinosaurio alvarezsáurido fueron hallados
en Uzbekistán por Alexander Averianov, del Instituto Zoológico de la Academia
Rusa de Ciencias, y Hans-Dieter Sues, de la Institución Smithsonian (EEUU).
Estudios previos han descrito al alvarezsáurido como un
pequeño dinosaurio bípedo de patas largas con extremidades delanteras cortas
parecidas a las garras de un ave.
Los expertos creen que, dado que los restos de ese animal
son muy inusuales, hay mucho que aprender sobre la evolución de esta especie.
Los autores del estudio analizaron restos de alvarezsáuridos
previamente excavados de la Formación Turonian Bissekty de Uzbekistán.
Examinaron las vértebras, el hueso que fusiona la muñeca y
el nudillo conocido como carpometacarpo, y pedazos de lo que serían los dedos
de las manos o de los pies, conocidos como las falanges.
Después midieron y compararon las formas y tamaños de estos
huesos con los de especies similares ya estudiadas.
Si bien existen teorías que compiten sobre el origen del
alvarezsáurido, los científicos sugieren que el descubrimiento de un ejemplar
de esa especie en Uzbekistán indica que este grupo tenía una historia evolutiva
en Asia, y prueba que este continente podría haber sido donde se originó el
clado (ramificación genética).
"Nuestro artículo informa sobre el descubrimiento del
dinosaurio alvarezsáurido más antiguo del hemisferio norte, basado en fósiles
de Asia central de hace 90 millones de años", afirmó Sues.
"Los alvarezsáuridos -agregó- eran pequeños dinosaurios
depredadores inusuales que tenían unos brazos poderosamente construidos que
terminaban en un solo dedo grande".
viernes, 27 de octubre de 2017
'El zorro' de los dinosaurios Sinosauropteryx lucía antifaz
CURRENT BIOLOGY |
Un examen de tres especímenes del icónico dinosaurio
'Sinosauropteryx' han confirmado que el pequeño dinosaurio tenía una cola
rayada y una 'máscara de bandido', similar a la del mapache o a la que lucía el
personaje de 'El zorro'.
"La máscara de bandido fue realmente increíble de
descubrir", dice uno de los miembros del equipo de investigación, Fiann
Smithwick, de la Universidad de Bristol, Reino Unido. "Es un patrón que se
ve hoy en día en numerosos animales vivos", añade este experto, cuyo
estudio se publica en ‘Current Biology’.
CURRENT BIOLOGY |
'Sinosauropteryx' también era sombreado, lo que significa
que su cuerpo era más oscuro en la parte superior y más claro por debajo. La
forma particular en que estaba sombreado sugiere que 'Sinosauropteryx' vivía en
hábitats más abiertos y no en el denso bosque, dicen los investigadores.
Estos patrones de color también se pueden ver en animales
modernos que los usan como diferentes tipos de camuflaje. Los patrones incluyen
una franja oscura alrededor del ojo, o 'máscara de bandido', que en las aves
modernas ayuda a ocultar el ojo de posibles depredadores, y una cola rayada que
puede haber sido utilizada para confundir tanto a los depredadores como a las
presas.
Para explorar el patrón de color de esta especie de
dinosaurio, Smithwick, junto con Jakob Vinther y colegas, examinaron
cuidadosamente los restos de plumas pigmentadas de los especímenes disponibles
mejor conservados. Al hacer comparaciones entre tres especímenes, pudieron
reconstruir con confianza la forma única en que se veían estos dinosaurios.
Una vez que los investigadores reconstruyeron el patrón de
color, crearon modelos en 3D del dinosaurio y los fotografiaron en diferentes
condiciones de iluminación para ver dónde su coloración los habría ocultado
mejor de potenciales depredadores. Sus imágenes muestran que 'Sinosauropteryx'
debe haber pasado mucho tiempo expuesto a la luz solar directa, no a la sombra.
PATRÓN DE TONOS EN EL CUERPO CLAVE PARA CAMUFLARSE
El autor principal, Jakob Vinther, señala que los
dinosaurios pueden ser extraños a ojos del ser humano, pero sus patrones de
color se parecen mucho a sus contrapartes modernos. "Tenían una excelente
visión, eran depredadores feroces y habrían desarrollado patrones de camuflaje
como los que vemos en los mamíferos y pájaros vivos", indica.
CURRENT BIOLOGY |
El pequeño dinosaurio tenía un patrón "sombreado a la
sombra" con una espalda oscura y una barriga clara; un patrón utilizado
por muchos animales modernos para hacer que el cuerpo se vea más plano y menos
en 3D. Esto impide que los animales sobresalgan de su entorno, haciéndolos más
difíciles de detectar, evitando la detección de posibles depredadores y
posibles presas.
El trabajo anterior sobre animales modernos, llevado a cabo
por uno de los autores, el profesor de Bristol Innes Cuthill, ha demostrado que
el patrón preciso de contra sombreado se relaciona con los entornos específicos
en los que viven los animales. Los animales que viven en hábitats abiertos,
como las sabanas, a menudo tienen un patrón sombreado que va de oscuro a claro
y alto en el costado del cuerpo, mientras que aquellos que viven en hábitats
cerrados, como los bosques, generalmente cambian de oscuros a claros mucho más
bajo y más gradualmente.
Este principio se aplicó a 'Sinosauropteryx' y permitió la
reconstrucción de su hábitat hace 130 millones de años. El contra sombreado en
'Sinosauropteryx' pasó de oscuro a claro en el cuerpo, pero de una manera
diferente, lo que sugiere que sería más probable que viviera en hábitats abiertos
con una vegetación mínima, de tipo bosque. La distinción entre especies sugiere
que el entorno de los lagos prehistóricos de Jehol en China, donde vivían estos
dinosaurios, era inesperadamente diverso y albergaba dinosaurios adaptados a la
vida en diferentes ambientes.
El ecólogo conductual Cuthill, que también fue coautor de
este estudio, apunta que el equipo ha demostrado antes que el contra sombreado
puede actuar como un camuflaje eficaz contra los depredadores vivos. "Es
emocionante que ahora podamos usar los colores de los animales extintos para
predecir el tipo de ambiente en el que vivieron", añade.
Por su parte, Smithwick agrega que al reconstruir el color
de estos dinosaurios extinguidos desde hace mucho tiempo, han comprendido mejor
no solo cómo se comportaban y las posibles dinámicas de depredador-presa, sino
también los entornos en los que vivían. "Esto pone de relieve cómo las
reconstrucciones de los colores pueden decirnos cosas que no son posibles si
solo observamos los huesos de estos animales", concluye.
Primer fósil de gran reptil marino del Jurásico hallado en la India
PLOS ONE |
Un nuevo esqueleto fosilizado casi completo se cree que
representa el primer ictiosaurio Jurásico encontrado en India, un monstruo
marino de más de 5 metros de largo que vivió en la época de los
dinosaurios.
Los ictiosauros, literalmente 'lagartos pez' en griego, eran
grandes reptiles marinos. Aunque se han encontrado muchos fósiles de
ictiosaurios en América del Norte y Europa, en el hemisferio sur, su registro
fósil se ha limitado principalmente a Sudamérica y Australia.
Ahora, los autores de este estudio, --dirigido por
Guntupalli Prasad, de la Universidad de Delhi, publicado en 'Plos One'--
informan sobre lo que creen que es el primer ictiosaurio jurásico encontrado en
India, en el área de Kachchh, en Gujarat. Se cree que el esqueleto casi
completo, de cerca de 5,5 metros de largo, pertenece a la familia
'Ophthalmosauridae', que probablemente vivió entre hace 165 y 90 millones de
años. Se encontró entre fósiles de amonites y belemnites similares a los
calamares, y sus patrones de desgaste de los dientes sugieren que era anterior
a esos animales duros y agresivos.
Aunque los autores aún no han podido identificar la especie
de ictiosauro, creen que una identificación completa podría aportar información
sobre la posible dispersión de oftalmosáuridos entre India y Sudamérica.
Esperan que desenterrar más vertebrados del Jurásico en esta región proporcione
más información sobre la evolución de los reptiles marinos en esta parte del
mundo.
jueves, 26 de octubre de 2017
Parque Jurásico no se equivocaba: había dinosaurios gigantes antes del Cretácico
La especie recién descubierta era un carnívoro del tamaño de
cuatro leones
Silueta de Kayentapus ambrokholohali. Al menos llegaba a los
nueve metros
de altura y 12 de largo - Fabien Knoll y Lara Sciscio
|
Un equipo internacional de paleontólogos ha encontrado
huellas de una criatura que vivió en el actual África meridional hace unos 200
millones de años. Se trata de Kayentapus ambrokholohali, una nueva especie
presentada recientemente en PLOS ONE y que está representada por un dinosaurio
de nueve metros de altura que pertenecía al temible grupo del Tyrannosaurus
rex: el de los megaterópodos, criaturas inmensas que se alimentaban de carne y
que caminaban sobre dos patas. Por eso también se les conoce como «megacarnívoros».
La nueva especie ha sido descubierta gracias al trabajo de
un equipo de científicos de la Universidad de Mánchester (Reino Unido), de
Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y de San Pablo (Brasil) alrededor de unas de las
mayores huellas descubiertas en África. Recuerdan mucho a las de un ave actual
pero con un tamaño gigantesco. Están formadas por tres dedos y miden unos 57
centímetros de largo y 50 de ancho. Según los cálculos de los paleontólogos,
pertenecían a un animal de nueve metros de alto y 12 de largo, como cuatro
leones actuales.
El paleontólogo Fabien Knoll junto a las huellas de la
especie recién descubierta.
Fabien Knoll
|
«Este último descubrimiento es muy interesante porque arroja
nueva luz sobre un tipo de carnívoro que rugió en lo que ahora es el Sur de
África», ha dicho en un comunicado Fabien Knoll, investigador de la Universidad
de Mánchester. «Además, esta es la primera prueba de la presencia de un animal
tan grande en un paisaje dominado por varios herbívoros, omnívoros y
dinosaurios carnívoros mucho más pequeños. Realmente debió estar en la cima de
la cadena alimentaria».
Los investigadores están convencidos de que las huellas se
remontan al Jurásico temprano, en una era en que la mayoría de los terópodos
eran mucho más pequeños que Kayentapus ambrokholohali: de hecho, apenas solían
medir entre tres y cinco metros de largo. Pero ya al final del Jurásico y al
comienzo del Cretácico, hace unos 145 millones de años, aparecieron los grandes
terópodos, como el famoso T. Rex.
«Este descubrimiento marca la primera aparición de un
carnívoro muy grande a comienzos del Jurásico en Gondwana –el gran continente
que después se fragmentó y dio lugar a África y a otra masas de tierra–. Esto
convierte al hallazgo en algo significativo», ha dicho Lara Sciscio,
investigadora en la Universidad de Ciudad del Cabo y coautora del estudio. De
hecho, según añadió, «solo hay un ejemplo comparable en edad con unas huellas
de ese tamaño, pero este fue encontrado en Polonia». De esta forma, el filme
Parque Jurásico, que presentaba animales gigantes en una época en la que se
creía que no tenía ese tamaño.
Las huellas fueron encontradas en la antigua superficie de
un lago, (en lo que se suele conocer como paleosuperficie), en el distrito de
Maseru (Lesoto). Alrededor de las huellas se encontraron restos de grietas de
desecación y marcas de corrientes que indican la pretérita presencia de agua.
Tal como ha concluido Knoll, si hasta ahora se habían
encontrado huellas de terópodos del Jurásico al sur de África, incluyendo
huellas y hasta marcas de las colas y los cuerpos, ahora también tienen
evidencias de la presencia de los más grandes: los megacarnívoros.
miércoles, 25 de octubre de 2017
De los dinosaurios a los visigodos en tierras de Lara
Ya podemos ver completo el programa de El Arcón de rtvcyl dedicado a las tierras de Lara,
con los dinosaurios y los Siete Infantes de Lara como protagonistas, que se emitió el pasado fin de semana en La 7 de RTVCYL.
El estrés afectó a la reproducción de los últimos titanosuarios de Europa
- Estos grandes dinosaurios sufrieron por la gran competencia entre especies
- Sus huevos se alteraron al retenerlos las hembras más tiempo del normal
El estrés afectó a la reproducción de los últimos
titanosaurios de Europa, según un estudio del Instituto Catalán dePaleontología Miquel Crusafont (ICP) que publica este lunes la revistaScientific Reports y que analiza huevos recuperados en varios yacimientos,
entre ellos uno en la provincia de Lleida.
Hace 70 millones de años, la competencia entre especies
afectó a la capacidad
reproductiva de los titanosaurios. THINKSTOCK
|
¿Cómo ocurrió esto? La investigación ha revelado que la
aparición de nuevas especies de dinosaurios produjo una gran competencia por
los recursos que perjudicó el proceso reproductivo de los grandes
titanosaurios, lo que fue la causa de huevos patológicos -anormales- de estos
dinosaurios de hace 70 millones de años que se han recuperado en varios yacimientos
del suroeste de Europa.
Los investigadores creen que el estrés sufrido por la
población de titanosaurios habría provocado que las hembras retuviesen los
huevos durante más tiempo de lo normal, provocando alteraciones en el proceso
de formación de la cáscara.
Los huevos patológicos de titanosaurios hallados en Europa
son un misterio que ha intrigado a los paleontólogos desde que se describieron
en los años 70 del siglo pasado.
Sección de la cáscara de un huevo de Megaloolithus normal
(arriba) y
patológico (abajo) | Fuente: ICP Miquel Crusafont
|
La principal característica de estos huevos anormales es que
tienen una cáscara multilaminada, con varios estratos superpuestos, una
malformación relacionada con el fenómeno de la distocia, que conlleva la
retención de los huevos en el oviducto de la hembra durante un periodo de
tiempo anormalmente largo.
"La distocia se produce a consecuencia de alteraciones
químicas ligadas al ciclo reproductivo cuando las condiciones ambientales, sean
climáticas o ecológicas, no son óptimas para la puesta", ha explicado
Albert G. Sellès, investigador del Grupo de Faunas del Mesozoico del ICP, que
ha liderado el estudio.
Perturbación del ecosistema a finales del Cretácico
Conjuntamente con otros investigadores del ICP vinculados al
Museo de la Conca Dellà en Isona (Lleida), Sellès ha identificado una
correlación entre la presencia de estos huevos patológicos y un intenso
fenómeno de reemplazo faunístico que tuvo lugar en Europa a finales del
Cretácico.
Según el paleontólogo, durante millones de años, los
titanosaurios fueron el grupo de dinosaurios más abundante y diverso de Europa,
hasta que llegaron los hadrosaurios hace unos 70 millones de años, que
irrumpieron con fuerza en un periodo relativamente corto dentro de la fauna de
finales del período Cretácico.
"Ante una perturbación de tal magnitud, sabemos que el
incremento en la competitividad entre especies por los recursos naturales
produce una serie de alteraciones en las comunidades ecológicas, entre ellas un
aumento del estrés", según Sellès. "Este estrés se puede expresar de
muchas formas y una de ellas la alteración de los ciclos reproductivos".
Respuesta de las hembras al estrés
Los huevos patológicos se han localizado en un intervalo
temporal muy concreto, lo que, según el trabajo, indicaría que su presencia
estaría relacionada con un fenómeno "muy particular y puntual".
"Del mismo modo que una gallina deja de poner huevos en
situaciones de estrés, las enormes hembras de titanosaurio habrían retenido los
huevos en los oviductos más tiempo del habitual y esta situación habría quedado
reflejada en la estructura de la cáscara", ha detallado Sellès.
Los investigadores han descartado otras hipótesis como que
la anomalía fuese producto de un cambio climático o de un cambio en los hábitos
alimentarios de los dinosaurios.
El estudio ha analizado 450 muestras de huevos patológicos
del género Megaloolithus, que se asocia al grupo de los titanosaurios,
dinosaurios herbívoros de largos cuellos y colas.
Estos huevos se recuperaron en distintos yacimientos del
suroeste de Europa entre los que se incluyen el de Els Nerets, en Coll de Nargó
(Lleida), que alberga uno de los mejores yacimientos del mundo de huevos y
nidos de dinosaurio.
A los dinosaurios les gustaba acurrucarse y socializar, según científicos
Fósiles descubiertos después de 70 millones de años muestran
a un grupo de dinosaurios del Jurásico durmiendo pacíficamente juntos
Sam Neill se enfrenta a tres velociraptors en Jurassic Park.
Se cree que los
carnívoros trabajaron juntos en manadas. Fotografía: AP
|
Los tres dinosaurios jóvenes se habían acurrucado juntos
para dormir cuando ocurrió el desastre. Una gruesa capa de ceniza o tierra,
probablemente de una erupción volcánica o una tormenta de arena, se derramó
sobre ellos y los animales, cada uno del tamaño de un perro grande, murieron en
cuestión de minutos.
Durante 70 millones de años yacen sepultados, acunados uno
junto al otro dentro de una losa de roca, hasta que científicos estadounidenses
descubrieron sus restos a principios de este año. El análisis posterior de los
huesos fosilizados, que provienen del desierto de Gobi, revela el primer ejemplo
conocido de dormideros entre los dinosaurios.
El descubrimiento, delineado en la reciente reunión de la
Sociedad de Vertebrados de Paleontología en Calgary, ha causado considerable
entusiasmo entre los científicos debido a que muchas especies modernas,
incluidos los cuervos y los murciélagos, exhiben el descanso comunal (durmiendo
en grupos).
Sin embargo, a mediados del Período Jurásico, los
dinosaurios ya exhibían tales interacciones sociales. Lejos de ser solo,
bestias pesadas, como se describió en el pasado, la evidencia ahora indica que
actuaron de maneras sorprendentemente sofisticadas.
Esto es enfatizado por Greg Funston, de la Universidad de
Alberta, quien dirigió el equipo que analizó los tres dinosaurios fosilizados.
“El trío tenía un vínculo bastante estrecho”, dijo en la revista Nature.
“Vivían juntos en el momento de la muerte”.
Los dinosaurios en la roca aún no han sido nombrados, pero
se dice que tienen crestas en forma de cúpula en la cabeza. Caminaron sobre dos
patas y parecían un casuario, el ave gigante no voladora que se encuentra hoy
en el norte de Australia y Nueva Guinea.
“Este es un descubrimiento espectacular porque muestra que
estos eran animales que vivían juntos en bandadas como lo hacen las aves hoy”,
dijo Stephen Brusatte de la Universidad de Edimburgo. “Probablemente tenían
plumas, aunque no podían volar. Sin embargo, sin duda alguna fueron criaturas
sociales “.
Con información de The Guardian
Estas aves fueron capaces de sobrevivir al cataclismo que extinguió a los dinosaurios
Holotipo y restos de la vegavii (Museo Bernardino
Rivadavia).
|
Una reciente investigación del Museo Argentino de Ciencias
Naturales Bernardino Rivadavia en Buenos Aires, Argentina, propone que unas
aves similares a los gansos y que comparten rasgos con estos y patos y pollos,
sobrevivió al proceso de extinción que acabó con los dinosaurios al final del
Cretácico, hace 66 millones de años. La revista The Science of Nature publica
los resultados.
Las Vegaviidae, un grupo recién nombrado de aves acuáticas,
están ahora extintas, son las primeras que la ciencia reconoce como
sobrevivientes a la extinción masiva, dice Federico Agnolin, miembro del equipo
del museo.
Ya en 2005, la especie acuática Vegavis iaai, descubierta en
la isla Vega, en la Antártida Occidental, había sido reconocida por la ciencia
como tal, pero los recientes trabajos argentinos revelan que no estuvo sola en
su hazaña por sobrevivir al cataclismo que borró de la Tierra a las especies
no-aviares de dinosaurios.
El año pasado, los paleontólogos describieron un segundo
fósil de Vegavis que incluía una siringe, la versión para las aves de las
cuerdas vocales, y concluyeron que estas aves graznaban como gansos.
Un análisis comparativo con otros fósiles de aves de las
regiones polares del sur reveló que la especie Vegavis formaba un grupo con
otras tres especies y algunos fósiles sin nombre, en su mayoría fragmentarios,
conjunto que ha sido bautizado ahora como Vegaviidae.
Dos de los Vegaviidae vivieron durante el Cretácico
superior: la Polarornis gregorii en la Antártida y la Neogaeornis wetzeli en
Chile. La tercera especie, Australornis lovei, apareció más bien poco luego de
la extinción de los grandes saurios en Nueva Zelanda, lo que sugiere que
sobrevivió a la extinción masiva.
Los indicios en los huesos de las Vegavis y Polarornis
señalan que estos crecieron rápidamente, algo que también ocurre en las aves
modernas, lo cual habría sido un factor crítico en su supervivencia, en
comparación con otras especies aviares que perecieron al final del Cretácico
como los Enantiornithes o pájaros opuestos.
“Además, los vegaviids representan el primer linaje aviar
que definitivamente cruzó el límite K-Pg [la transición del Cretácico al
Paleógeno], lo que apoya la idea de que algunos clados aviares no se vieron
afectados por el evento de extinción masiva mesozoico final, contrarrestando
las interpretaciones previas. El reconocimiento de Vegaviidae indica que las
aves modernas se diversificaron en los continentes del sur durante el Cretácico
y refuerza la hipótesis que indica el papel importante de Gondwana para la
historia evolutiva de Anseriformes y Neornithes como un todo”, concluye este
trabajo.
¿Fueron éstos los primeros animales sobre la Tierra?
Yale University
|
Un yacimiento de microfósiles similares a embriones,
descubierto en el norte de Mongolia, puede arrojar luz en torno a los enigmas
sobre la transición de microbios a animales en la Tierra.
Llamada la Formación Khesen, el sitio es uno de los más
importantes para los fósiles de la Tierra desde el descubrimiento de la
Formación Doushantuo en el sur de China hace casi 20 años. La Formación
Dousantuo tiene 600 millones de años; la Formación Khesen es más joven, tiene
alrededor de 540 millones de años.
"Entender cómo y cuándo evolucionaron los animales
resulta ser muy difícil para los paleontólogos. El descubrimiento de un almacén
fósil excepcionalmente bien conservado con fósiles de embriones animales nos da
una nueva ventana a una transición crítica en la historia de la vida",
dijo en un comunicado Ross Anderson, estudiante graduado de la Universidad de
Yale, primer autor de un estudio publicado en la revista Geology.
El nuevo escondite de fósiles representa ocho géneros y
alrededor de 17 especies, que comprenden de decenas a cientos de individuos.
Muchos de ellos son microfósiles espinosos llamados acritarcos, que tienen
aproximadamente 100 micras de tamaño, aproximadamente un tercio del grosor de
una uña.
La Formación Khesen se encuentra al oeste del lago Khuvsgul en el norte de Mongolia. "Este sitio fue de particular interés para nosotros porque tenía el tipo correcto de rocas, las fosforitas, que habían preservado organismos similares en China, dijo Anderson.
La Formación Khesen se encuentra al oeste del lago Khuvsgul en el norte de Mongolia. "Este sitio fue de particular interés para nosotros porque tenía el tipo correcto de rocas, las fosforitas, que habían preservado organismos similares en China, dijo Anderson.
El descubrimiento puede ayudar a los científicos a confirmar
una fecha mucho más temprana para la existencia de ecosistemas terrestres con
animales, en lugar de solo microbios. Durante dos décadas, los investigadores
han debatido los hallazgos en la Formación Doushantuo, sin resolución. Si se
confirman como animales, estos microfósiles representarían los animales más
antiguos que se conservarán en el registro geológico.
Los investigadores dijeron que la Formación Khesen debería
proporcionar a los científicos información adicional en los años venideros.
"Este estudio es
solo la punta del iceberg, ya que la mayoría de los fósiles provienen de solo
dos muestras", dijo Anderson. Desde el descubrimiento original, el equipo
de Yale ha trabajado con Harvard y la Universidad de Ciencia y Tecnología de
Mongolia para examinar varios sitios adicionales dentro de la formación.
Fósiles de los primeros árboles revelan una anatomía desconocida
Cardiff University |
Los fósiles de un árbol de 374 millones de años encontrado
en el noroeste de China han revelado una red interconectada de hebras en el
tronco mucho más compleja que la de los árboles actuales.
Estas hebras, conocidas como xilema, son responsables de
llevar el agua desde las raíces de un árbol hasta sus ramas y hojas. En los
árboles más familiares, el xilema forma un solo cilindro al que se añade un
nuevo crecimiento en forma de anillos año tras año justo debajo de la corteza.
En otros árboles, especialmente las palmas, el xilema se forma en hebras
incrustadas en tejidos más blandos en todo el tronco.
En un artículo escrito en la revista 'Proceedings of the
National Academy of Sciences', los científicos han demostrado que los árboles
más antiguos, pertenecientes a un grupo conocido como 'cladoxylopsida', tenían
su xilema dispersado en hebras en los cinco centímetros externos del tronco del
árbol solamente, mientras que el medio del tronco estaba completamente vacío.
Los estrechos filamentos estaban dispuestos de manera
organizada y estaban interconectados entre sí como una red de tuberías de agua
finamente sintonizada. El equipo, que incluye investigadores de la Universidad
de Cardiff, en Reino Unido; el Instituto de Geología y Paleontología de
Nanjing, en China, y la Universidad Estatal de Nueva York, Estados Unidos,
también muestra que el desarrollo de estos filamentos permitió el crecimiento
general del árbol.
En lugar de que el árbol depositara un anillo de crecimiento
debajo de la corteza todos los años, cada uno de los cientos de hebras
individuales estaba cultivando sus propios anillos, como una gran colección de
mini árboles. A medida que los filamentos se hicieron más grandes y el volumen
de tejidos blandos entre los filamentos aumentó, el diámetro del tronco del
árbol se expandió.
CONEXIONES ENTRE FILAMENTOS DIVIDIDAS DE MANERA
CONTROLADA
El nuevo descubrimiento muestra de manera concluyente que
las conexiones entre cada uno de los filamentos se dividirían de una manera
curiosamente controlada y autorreparable para adaptarse al crecimiento. En la
parte inferior del árbol también había un mecanismo peculiar en juego: a medida
que el diámetro del árbol se expandía, los filamentos de madera desplegados
desde el tronco hasta la base del árbol formaban la característica base plana y
forma bulbosa del ‘cladoxylopsida’.
El coautor del estudio, el doctor Chris Berry, de la
Facultad de Ciencias de la Tierra y el Océano de la Universidad de Cardiff,
subraya en un comunicado que "no hay otro árbol que conozca en la historia
de la Tierra que haya hecho algo tan complicado como este".
Simultáneamente, rasgó su esqueleto y se colapsó por su propio peso mientras
permanecía vivo y creciendo hacia arriba y hacia afuera para convertirse en la
planta dominante de su época", describe.
"Al estudiar estos fósiles extremadamente raros, hemos
obtenido una visión sin precedentes sobre la anatomía de nuestros primeros
árboles y los complejos mecanismos de crecimiento que emplearon. Esto plantea
una pregunta provocadora: ¿por qué los árboles más antiguos son los más
complicados?", apunta.
Berry ha estado estudiando los 'cladoxylopsida' durante casi
30 años, descubriendo fósiles fragmentarios de todo el mundo. Anteriormente,
ayudó a descubrir un bosque fósil previamente mítico en Gilboa, Nueva York,
donde los árboles de 'cladoxylopsida' crecieron hace más de 385 millones de
años. Sin embargo, se sorprendió cuando un colega descubrió un fósil masivo y
bien preservado de un tronco de árbol 'cladoxylopsida' en Xinjiang, al noroeste
de China.
"Los ejemplos anteriores de estos árboles se llenaron
de arena cuando se fosilizaron, y solo ofrecían pistas sobre su anatomía. El
tronco fosilizado obtenido de Xinjiang era enorme y estaba perfectamente
conservado en sílice cristalina como resultado de los sedimentos volcánicos, lo
que nos permite observar cada célula de la planta", detalla Berry, cuya
investigación tiene como objetivo principal comprender cuánto carbono eran
capaces de capturar estos árboles de la atmósfera y cómo esto afectaba al clima
de la Tierra.
sábado, 21 de octubre de 2017
Un esqueleto casi completo de tiranosaurio aparece en Utah
Los dedos de los pies, la mandíbula superior y el hocico del
tiranosáurido
fosilizado hallado en una zona remota del Monumento Nacional
de
Grand Staircase-Escalante. Foto: Mark Johnston / NHMU
|
Un extraordinario esqueleto fosilizado de tiranosaurio ha
sido descubierto en el Monumento Nacional GrandStaircase-Escalante en Utah
(EE.UU.), con una edad estimada de 76 millones de años.
Es muy probable que sea un individuo de la especie
Teratophoneus curriei, uno de los feroces tiranosaurios de Utah que se movió
por el oeste de América del Norte entre hace 66 y 90 millones de años durante
el Período Cretácico Superior.
"Con al menos el 75 por ciento de sus huesos
preservados, muchos en su posición original, este es el esqueleto más completo
de un tiranosaurio que se haya descubierto en el suroeste de los Estados
Unidos", dijo en un comunicado Randall Irmis, conservador de paleontología
del Museo de Historia Natural de Utah, --al que los restos han sido llevados en
helicóptero-- y profesor asociado del Departamento de Geología y Geofísica en
la Universidad de Utah.
"Estamos ansiosos por echar un vistazo más de cerca a
este fósil para aprender más sobre la anatomía, la biología y la evolución del
tiranosaurio del sur".
El paleontólogo Alan Titus descubrió el fósil en julio de
2015 en la Formación Kaiparowits, parte de la región de la meseta central del
monumento. Particularmente notable es que el fósil incluye un cráneo casi
completo. Los científicos plantean la hipótesis de que este tiranosaurio fue
enterrado en un canal fluvial o por un evento de inundación, manteniendo el
esqueleto intacto.
"El monumento es una compleja mezcla de topografía,
desde el desierto hasta las tierras baldías, y la mayor parte de la superficie
está expuesta a la roca, lo que lo convierte en un terreno rico para nuevos
descubrimientos", dijo Titus. "Y no solo estamos encontrando
dinosaurios, sino también también cocodrilos, tortugas, mamíferos, anfibios,
peces, invertebrados y fósiles de plantas, restos de un ecosistema único que no
se encuentra en ningún otro lugar del mundo ", dijo Titus.
Se cree que este fósil meridional de tiranosaurio es un
individuo subadulto, de 12 a 15 años de edad, de 5 a 7 metros de largo, y con
una cabeza relativamente corta, a diferencia de la apariencia típicamente más
larga de los tiranosaurios del norte.
Irmis dice que este nuevo hallazgo de fósiles es
extremadamente significativo. Ya sea una nueva especie o un individuo de
Teratophoneus, la nueva investigación proporcionará un contexto importante
sobre cómo vivió este animal. "Vamos a ver el tamaño de este nuevo fósil,
su patrón de crecimiento, la biología, reconstruir los músculos para ver cómo
se movía el animal, lo rápido que podría correr y cómo se alimentó con sus
mandíbulas. Las posibilidades son infinitas y emocionantes", dijo Irmis.
De los dinosaurios a los visigodos en tierras de Lara
Anuncio del programa de El Arcón que se emite, por partida
doble, hoy sábado y mañana domingo en Radio Televisión de Castilla y León: “De los
dinosaurios a los visigodos en tierras de Lara” en Burgos.
El programa de esta semana de El Arcón (sábado a las 21:30h y domingo a las 19:30h en RTCYL) entramos en uno de los lugares más fascinantes de la
geografía monumental de Castilla y León: la ermita visigótica de Quintanilla de
las Viñas en la provincia de Burgos. Catorce siglos después, sigue en el mismo
emplazamiento, aislada en un verde valle del alfoz de Lara. Su arco de
herradura y los detalles de los frisos forman parte de la iconografía más
valorada del arte español. La arqueóloga Marta Negro nos descifrará la clave de
esta huella visigoda en Burgos. Sin salir de Quintanilla de las Viñas,
charlaremos con Víctor y Beatriz en La Cantinilla, y saludaremos a Baudilio Fernández, el
delegado territorial de la Junta en Burgos.
En la Tierra de Lara entraremos en Salas de los Infantes.
Hablaremos con Fidel Torcida, director del Museo de Dinosaurios, que nos contará
por qué estos animales dejaron su huella en este territorio hace millones de
años. Pero no abandonaremos este lugar sin conocer la bellísima historia de los
Siete Infantes de Lara, que forma parte de la literatura universal. Raúl Fernández, un
historiador salense, abrirá el arca de la historia que acompaña a la leyenda de
los Siete Infantes de Lara. También nos sentaremos en la mesa del Azúa con las
hermanas Araceli y Josefina, en un restaurante con más de medio siglo de
trayectoria.
jueves, 19 de octubre de 2017
Vídeo de la XIV Campaña de Excavaciones Paleontológicas en la Sierra de la Demanda. Torrelara (Burgos). Julio 2017
El dinosaurio de Torrelara era un auténtico gigante
Los trabajos han expuesto en superficie unos 100 m2 de la
capa en la que yacían los huesos fosilizados de dinosaurios, compuesta de
margas grises correspondientes a una llanura de inundación de un río donde
quedó depositado el cadáver del animal.
Se han recuperado cientos de elementos fósiles, que han
quedado documentados en 145 registros: El conjunto de piezas permite
identificar a un dinosaurio de tipo saurópodo titanosauriforme (de gran tamaño,
cuadrúpedo y herbívoro). Algunas de sus características anatómicas son
llamativas, pues recuerdan a las de especies de saurópodos que no son tan
antiguas. Esto significa que el estudio del dinosaurio de Torrelara puede
aportar datos novedosos sobre la evolución de los titanosauriformes en el
planeta, durante el intervalo del Jurásico al Cretácico (hace aproximadamente
145 millones de años).
El balance de la campaña es muy satisfactorio; se ha
comprobado que el yacimiento no solo es rico en huesos fosilizados y en buen
estado de conservación, sino que todos los indicios apuntan a que la extensión
real del yacimiento es mayor y se podrían recuperar más huesos. Esta previsión
significa que se podría disponer de más información sobre otras partes del
esqueleto del animal, para lo cual habría que desarrollar una nueva campaña de
excavaciones. Este yacimiento refuerza la importancia en el contexto europeo,
de la Sierra de la Demanda para la paleontología de dinosaurios.
El primer fósil urbano descubierto en edificios modernistas de Barcelona
Fachadas ondulantes, azulejos árabes, cerámica vidriada,
forja artística y una imaginación libre y creativa son algunas de las señas de
identidad de la arquitectura modernista en Cataluña. A partir de ahora, esta
riqueza artística y patrimonial del modernismo será todavía más exclusiva con
el descubrimiento de Lapillitubus montjuichensis, un nuevo icnotaxón, es decir,
la madriguera fósil que dejó un organismo vivo, hallado por primera vez en
algunas fachadas de edificios modernistas en Barcelona.
El nuevo icnofósil urbano hallado en la Casa Pascual i Pons.
/ UB-IRBio
|
Los fósiles urbanos han llamado la atención de los
científicos y del público general desde hace tiempo. En este ámbito, la
icnología es una disciplina de la paleontología que estudia las trazas o
huellas fósiles que ha dejado la actividad de los organismos en el pasado. Esas
trazas fósiles o icnotaxones –antiguas madrigueras, huellas de dinosaurios,
etc.– pueden revelar algunas incógnitas sobre las características del organismo
productor y el paleoambiente en que habitaba hace millones de años.
Este nuevo icnotaxón de 12 millones de años de antigüedad se observa en los sillares de la fachada de algunos edificios modernistas de Barcelona
Un estudio, publicado en Geologica Acta, anuncia el hallazgo
de un nuevo icnofósil urbano, el primero descrito en un edificio modernista en
Cataluña y en toda Europa. "Lapillitubus montjuichensis es una madriguera
simple, vertical a subvertical, cilíndrica y sin ramificaciones. Se caracteriza
por presentar un revestimiento o pared de litoclastos de composición
cuarcítica, es decir, pequeños fragmentos o piedrecitas de cuarzo de 1 a 10 mm
de tamaño dispuestos de manera caótica", indica Zain Belaústegui, del
Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano y del Instituto deInvestigación de la Biodiversidad (IRBio) de la Universidad de Barcelona.
Este nuevo icnotaxón de 12 millones de años de antigüedad
puede observarse en los sillares que forman parte de la fachada de algunos
edificios modernistas de Barcelona. En los edificios del Palacio de Justicia,
la Aduana y la casa Pascual i Pons –obra del arquitecto catalán Enric Sagnier–
se encuentran los ejemplos más destacados.
De izquierda a derecha, los investigadores Alejandro
Belaústegui (UC3M)
y Zain Alejandro Belaústegui. / UB-IRBio
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"En general, el estado de conservación de estos
incofósiles es bueno. Sin embargo, como aparecen en los sillares de piedra,
únicamente es posible reconocer secciones longitudinales o transversales de
estas madrigueras fósiles", apunta Belaústegui. "En la casa Pascual i
Pons encontramos el ejemplar mejor conservado, que define el nuevo icnogénero y
la nueva icnoespecie", añade l investigador que ha trabajado junto a Alejandro
Belaústegui, de la Asociación Alumnos Mayores Universidad Carlos III (ALMUCAT),
en el campus de Getafe.
L. montjuichensis y otros icnogéneros similares
(Ereipichnus, Eklexibella, etc.) se agrupan dentro de lo que se conoce como
trazas fósiles aglutinadas. Todos estos icnogéneros –madrigueras simples y
cilíndricas– se caracterizan por presentar una pared o revestimiento exclusivo
que puede estar formado por diferentes tipos de materiales –de origen orgánico
o no– como, por ejemplo, foraminíferos, restos de moluscos, artejos de
crinoideos o incluso restos esqueléticos de peces.
En el caso de L. montjuichensis, por primera vez se ha
constatado que ese revestimiento está únicamente formado por litoclastos (sobre
todo, pequeños fragmentos de cuarzo) dispuestos de una manera caótica.
¿Cómo era Barcelona hace 12 millones de años?
Desde finales del siglo XIX, la montaña de Montjuïc ha sido
la gran cantera de piedra arenisca para la arquitectura modernista catalana.
Con el descubrimiento del L. montjuichensis, será posible conocer mejor cómo
era la fauna de invertebrados que habitaron durante el Mioceno la zona deltaica
que actualmente ocupa la montaña de Montjuïc.
"Estas madrigueras fósiles que decoran el modernismo
catalán fueron excavadas hace unos 12 millones de años por unos gusanos
(poliquetos terebélidos) en un ambiente deltaico, afectado por la acción del
oleaje y con un gran aporte de sedimentos. Por lo tanto, se trataría de un
ambiente subacuático, muy cercano a la costa y de poca profundidad, en el que
estos invertebrados y otros organismos marinos, como los crustáceos decápodos,
también habrían excavado sus madrigueras", señala Belaústegui.
"No sería descartable hallar otros icnotaxones e incluso localizar nuevos ejemplares de L. montjuichensis", dicen los investigadores
Los poliquetos terebélidos que dejaron su traza fósil en los
sedimentos deltaicos hace millones de años serían muy parecidos a algunas
especies actuales. En la costa oeste de Madagascar también se han descrito
madrigueras actuales de poliquetos terebélidos que son casi idénticas a las
observadas en el Mioceno de Montjuïc.
En busca de fósiles urbanos por todo el mundo
En la actualidad, la huella fósil de los seres vivos que
habitaron el planeta hace millones de años también puede admirarse en edificios
o monumentos históricos de ciudades de todo el mundo. En 1935, por ejemplo, se
descubrió una huella de dinosaurio en una de las rocas de la base de un quiosco
de música de la ciudad de Glen Rose (Estados Unidos), un ejemplar conservado
hasta hoy día.
También se han descrito icnofósiles de gran interés
científico en lápidas de cementerios (Leicestershire, Reino Unido), en paredes
de centros comerciales (Londres, Reino Unido) o en losas del pavimento
(Copenhague, Dinamarca). Desde hace años, los fósiles urbanos también han
enriquecido el patrimonio paleontológico de ciudades como Alcoy, Barcelona,
Burgos, León, Segovia, Toledo o Vizcaya.
"En nuestra opinión, si consideramos el enorme
patrimonio arquitectónico de la ciudad de Barcelona, modernista o no y
construido o no con la piedra de Montjuïc, y con el suficiente tiempo de
estudio, no sería descartable hallar otros icnotaxones e incluso localizar
nuevos ejemplares de L. montjuichensis. De esta manera, esperamos que este
trabajo sirva de acicate para futuros estudios similares y que se ponga de
manifiesto la importancia de estos singulares “afloramientos” urbanos»,
concluye Alejandro Belaústegui.
Referencia bibliográfica:
Zain Belaústegui Barahona et al. "Modernist
architecture in Barcelona reveals a new trace fossil from the Miocene of
Montjuïc (NE Spain)" Geologica Acta
Describen por primera vez una familia de aves buceadoras que convivió con los dinosaurios
PARIENTES LEJANOS DE LOS PATOS ACTUALES, VIVIERON EN EL
HEMISFERIO SUR
Una investigación reciente conducida por varios científicos
del Conicet junto a un colega de la Universidad de Texas, publicada en la
revista The Science of Nature, describió por primera vez un nuevo grupo de aves
modernas que sobrevivió a la extinción masiva del Cretácico – Paleógeno
(ocurrida hace unos 65 millones de años) en la que se produjo la desaparición
de los dinosaurios. Las aves modernas (Neornithes), grupo que incluye todas las
especies actuales de esta clase, se distinguen de aves más primitivas por un
pico sin dientes, la reducción de los huesos de la mano (sin garras) y una cola
muy corta, formada por un pequeño pigostilo que sostiene un abanico de plumas.
La nueva familia aviana fue bautizada por los investigadores
con el nombre de Vegaviidae. “Los vegávidos son parientes lejanos de los patos
actuales, habitaron los continentes del hemisferio austral, fueron buceadores
en ambientes marinos y tenían huesos compactos con paredes gruesas, tal como
ocurre con los pingüinos, lo que les permitia sumergirse con facilidad”,
comenta Federico Agnolin, becario posdoctoral del Conicet en el Museo Argentino
de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN-CONICET) y primer autor del
artículo.
Registros
Es de destacar que los registros fósiles de aves modernas
australes que habitaron la Tierra durante la Era Mesozoica (iniciada hace 251
millones de años y concluida hace 65 millones), en la que vivieron los
dinosaurios, son hasta ahora escasos. Bastante mejor representado se
encuentran, en cambio, el grupo de aves primitivas conocido como
Enantiornithes, de características reptilianas, como dedos con garras y dientes
agudos en las quijadas entre otras.
Sin embargo, a pesar de los pocos registros fósiles con los
que se cuenta, gracias al trabajo de distintos paleontólogos, algunas aves
australes modernas que habitaron el planeta durante la época de los dinosaurios
pudieron ser analizadas y comparadas entre si.
Especies pertenecientes al período Cretácico (que tuvo
comienzo hace 65 millones de años y finalizó, junto con la Era Mesozoica, hace
66 millones) como Vegavis iaai y Polarornis gregorii fueron halladas en la
Antártida, región que en aquellos años se encontraba recubierta por frondosos
bosques, similares a los que hoy se puede encontrar en el sur de la Argentina,
y habitada por diversas especies de dinosaurios y aves acuáticas.
Otra de estas aves fósiles es Neogaeornis wetzeli, especie
conocida a través de restos aislados de Chile, y el reciente descubrimiento en
Nueva Zelanda de registros fósiles de un ave que habitó el planeta en la etapa
inmediatamente posterior a la extinción de los dinosaurios, bautizada como
Australornis lovei.
“La publicación en el año 2016 en Nature de un esqueleto
casi completo de Vegavis iaai, exquisitamente preservado, posibilitó por
primera vez conocer en detalle la anatomía de un ave moderna del Cretácico.
Esto permitió hacer un estudio en el que a través de comparaciones anatómicas
pudimos reconocer que todas estas especies que se habían descripto pertenecían
a una misma familia, a la que denominamos Vegaviidae”, afirma Fernando Novas,
investigador principal del CONICET en el MACN, quien también participó de la
investigación.
Cómo sobrevivieron
Los investigadores pudieron además formular una hipótesis
acerca de la razón por la que las aves modernas lograron sobrevivir a la
extinción del Cretácico – Paleógeno, en la que no sólo desaparecieron la mayor
parte de los dinosaurios sino también los diferentes grupos de aves primitivas.
“Al igual que las aves vivientes, los vegávidos eran de
crecimiento muy rápido y alcanzaban la adultez en menos de un año, como
demuestra el analisis paleohistologico de los huesos de Vegavis y Polarornis.
Esto seguramente les permitió sortear las dificultades de vivir en un ambiente
tan frío como la Antártida y probablemente pudo influir en la supervivencia del
grupo a la gran extinción de finales del Cretácico”, concluye Federico Brissón
Egli, investigador del MACN y otro de los autores del artículo. (Fuente:
CONICET)
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