martes, 28 de febrero de 2017

La réplica del dinosaurio más grande del mundo llegó a Trelew

La figura del titanosaurio fue traída especialmente desde Alemania, en una operación de dos millones de pesos

El titanosaurio está en la entrada de la ciudad.
BUENOS AIRES (Redacción) - Trelew sumó un atractivo turístico muy especial: la réplica del dinosaurio más grande del mundo será a partir de ahora guardiana de la localidad austral. La figura, en tamaño natural, de un titanosaurio, fue inaugurada ayer y dará la bienvenida a la ciudad para quienes la visiten.

La estatua gigante que representa el animal terrestre de mayores dimensiones descubierto hasta hoy, fue traída especialmente desde Alemania, donde fue construida. La operación de traslado y reconstrucción de la misma en Trelew tuvo un costo total de dos millones de pesos.

La réplica de este dinosaurio herbívoro, que habitó en tiempos jurásicos lo que hoy es la Patagonia argentina, promete ser, a partir de hoy, el emblema turístico de la ciudad. Está emplazado en el acceso norte sobre la ruta 3. El titanosaurio tiene 40 metros de largo, 20 metros de altura y un peso total de 16 toneladas.

"Se convertirá en un emblema vinculado con uno de los recursos más importantes que tenemos turísticamente como es la paleontología y lo que representa el museo de esa especialidad, el Egidio Feruglio, que es atracción mundial", describió Mónica Montes Roberts, directora de turismo de la municipalidad de Trelew.

La especie a la que pertenece el gigante fue hallada por primera vez en el campo La Flecha, en el paraje El Sombrero, cerca de Los Altares. La descubrió el peón rural Aurelio Hernández en una de sus habituales recorridas por el campo. El ejemplar pesaba alrededor de 70 toneladas, el equivalente a 10 elefantes y, con los estudios, luego se determinó que vivió en la Patagonia hace alrededor de 100 millones de años, durante el período Cretácico. La excavación para extraerlo se inició en enero de 2013.

sábado, 25 de febrero de 2017

LOS DINOSAURIOS EMPEZARON A VOLAR A TROMPICONES

La evolución del vuelo no fue algo tan lineal como se creía. Las alas habrían surgido mucho antes que la capacidad de volar.

Museo Paleozoológico de China.
Entre 170 y 150 millones de años atrás, un pequeño grupo de dinosaurios comenzó a mirar al cielo con la firme intención de alzar vuelo. De ellos evolucionaron las aves actuales. Durante mucho tiempo se ha considerado al vuelo propulsado (es decir, el aleteo activo que genera empuje, en contraposición al planeo), como parte de un recorrido evolutivo en el que la selección natural refinó progresivamente a un subgrupo de dinosaurios hasta convertirlos en “pilotos”. Sin embargo, un grupo de científicos liderados por Stephen L. Brusatte, han descubierto una historia no tan lineal pero definitivamente más interesante. De acuerdo con los resultados, publicados enScience, el desarrollo del vuelo fue caótico: diferentes dinosaurios experimentaban con distintos comportamientos en vuelos, diseños aerodinámicos y plumas, hasta que finalmente sólo sobrevivieron las aves modernas.

Las plumas, por ejemplo, emergieron como filamentos similares a los cabellos, que los primeros dinosaurios adquirieron, muy probablemente, como aislamiento térmico, camuflaje o con propósitos estéticos. Aún así, los autores del estudio destacan que el desarrollo de plumas no es necesariamente un indicador de qué dinosaurios podían volar. Algo similar ocurre con el diseño de las alas. Los resultados apoyan la hipótesis de que estas se desarrollaron por razones no voladoras (tales como exhibición o la incubación de huevos) y que su evolución temprana no fue moldeada por la selección para el aleteo. Sólo mucho más tarde, al parecer, un subgrupo de paravaves desarrolló la combinación correcta de tamaño corporal pequeño, alas grandes y otros rasgos anatómicos que lanzaron a algunas especies en vuelo propulsado.

Charles Darwin tenía razón con su teoría de los 'fósiles vivientes'

El tuatara es un lagarto relativamente grande como el animal que una vez vivió en las islas principales de Nueva Zelanda, pero que ha sido empujado a las islas más pequeñas, en alta mar, por la actividad humana. Los tuataras no son lagartos, aunque comparten un antepasado común de hace unos 240 millones de años, y han sobrevivido como una línea evolutiva independiente durante todo ese tiempo.

El estudio del esfenodon -o tuatara - ha identificado una nueva forma de medir la tasa evolutiva de estas criaturas enigmáticas, dando crédito a la teoría de Darwin de los "fósiles vivientes".

El tuatara es un lagarto relativamente grande como el animal que una vez vivió en las islas principales de Nueva Zelanda, pero que ha sido empujado a las islas más pequeñas, en alta mar, por la actividad humana. Los tuataras no son lagartos, aunque comparten un antepasado común de hace unos 240 millones de años, y han sobrevivido como una línea evolutiva independiente durante todo ese tiempo.

En el estudio, investigadores de la Universidad de Bristol midieron los huesos de la mandíbula de todos los parientes fósiles del tuatara vivo, y los compararon como evidencia de la adaptación dietética. También examinaron las tasas de evolución morfológica en el tuatara viviente y sus parientes fósiles extintos.

El estudio confirma dos puntos clave: el tuatara ha mostrado una evolución muy lenta, como se esperaba, y lo importante es que su anatomía es muy conservadora.

Jorge Herrera-Flores, autor principal del estudio, dijo en un comunicado: "Los parientes fósiles del tuatara incluían a los comedores de plantas e incluso a las formas acuáticas, y eran mucho más diversos que hoy. Encontramos que el tuatara vivo comparte más con sus viejos parientes del Triásico".

Cuando Charles Darwin inventó el término "fósiles vivientes" en 1859, estaba pensando en especies vivas que se parecen a sus antepasados de hace millones de años. Su explicación fue que ellos ocuparon pequeñas partes del mundo, escapando a la competencia, y por lo tanto no cambiaron.

"La de Darwin no era una definición comprobable, pero usando los métodos numéricos modernos hemos demostrado ahora que los fósiles vivientes deben mostrar tasas de evolución inusualmente lentas en comparación con los familiares", dijo el co-autor, Tom Stubbs.

"A muchos biólogos no les gusta el término 'fósil vivo' porque dicen que es demasiado vago, pero hemos presentado una forma clara y computacional de medir la tasa evolutiva y, lo que es más importante, descubrimos un segundo hecho sobre el tuatara vivo: sus adaptaciones son centrales entre todos sus fósiles, y podemos decir que, numéricamente, el tuatara es conservador, al igual que sus familiares de hace más de 200 millones de años", dijo Mike Benton, profesor de paleontología vertebrada y jefe de la Facultad de Ciencias Biológicas Universidad de Bristol, y co-autor del estudio.

"Estamos con Darwin; ahora tenemos una prueba numérica de lo que es, y lo que no es, un fósil vivo. Es importante que estas pruebas se pueden aplicar a otros ejemplos clásicos", dijo el profesor Benton.

miércoles, 22 de febrero de 2017

'Arqueomúsica. ¡Así sonaba la Europa antigua!'

Única sede de la exposición en España 

Explora la música desde los orígenes de la Humanidad hasta la época romana y más allá, a través de réplicas y reconstrucciones reales y virtuales de alta calidad, de instrumentos musicales hallados en yacimientos arqueológicos europeos. Éstas han sido fabricadas con la colaboración de arqueólogos, científicos, artesanos y músicos de toda Europa y, siempre que ha sido posible, con los mismos materiales y técnicas de producción que los originales…

La exposición ‘Arqueomúsica. ¡Así sonaba la Europa antigua!’ llega, en exclusiva, al Museo de la Ciencia de Valladolid. Una muestra enmarcada en el Proyecto Europeo de Arqueología Musical EMAP del Programa Cultura de la UE, con la Universidad de Valladolid como único socio español, a través de la sección departamental de Historia y Ciencias de la Música.

Valladolid se convierte así en la única ciudad del país en recibir esta muestra que permanecerá en la Sala de Exposiciones del Museo del 7 de febrero al 21 de mayo de 2017, con el objetivo de descubrir las antiguas raíces musicales de la cultura europea.

Esta exposición ha sido creada por investigadores de toda Europa que, coordinados por el comisario Arnd Adje Both del Instituto Arqueológico Alemán de Berlín, han diseñado un  recorrido interactivo que acerca sus investigaciones al público general  y pone de manifiesto el conocimiento actual en esta materia.

De esta forma, ‘Arqueomúsica. ¡Así sonaba la Europa Antigua!’ explora la música desde los orígenes de la Humanidad hasta la época romana y más allá, a través de réplicas y reconstrucciones reales y virtuales de alta calidad, de instrumentos musicales hallados en yacimientos arqueológicos europeos. Éstas han sido fabricadas con la colaboración de arqueólogos, científicos, artesanos y músicos de toda Europa y, siempre que ha sido posible, con los mismos materiales y técnicas de producción que los originales.

Ejemplo de ello son las trompetas de cerámica numantinas que han sido fabricadas a partir de materiales obtenidos de forma tradicional, replicadas en función de las tipologías arqueológicas  y cocidas en la reconstrucción de un horno cerámico de la segunda Edad del Hierro. En otras ocasiones, se ha partido de réplicas exactas realizadas con escáner e impresión 3D.

A través de 3 espacios diferenciados, esta muestra interactiva ofrecerá al público la posibilidad de ver, escuchar y tocar algunos de los instrumentos antiguos más destacados, desde flautas e instrumentos de percusión del Paleolítico, pasando por  trompas y trompetas de la Edad del Bronce y del Hierro, hasta antiguas liras griegas o los instrumentos hallados en Pompeya.

Audioguías, audiovisuales, videojuegos y una gran “Puerta del Sonido”, que ayudará a los visitantes a acercarse a los paisajes sonoros del pasado, completan la muestra.

La muestra se acompaña también del libro infantil ‘Aki y la bramadera mágica’, que ha sido realizado desde la Universidad de Valladolid con dibujos de la ilustradora vallisoletana Raquel Aparicio. Además de este título y la coordinación de la exposición en Valladolid, el papel de la UVa, dentro del proyecto EMAP, se ha centrado en la investigación y difusión de resultados de carácter científico, la creación de materiales infantiles y didácticos, la organización de eventos como conciertos y talleres y la generación de contenidos y materiales de la propia exhibición.

Tras su estancia en Valladolid, esta muestra, que ya ha estado en Ystad (Suecia), viajará a Liubliana (Eslovenia), Roma (Italia) y Brandemburgo (Alemania). 

ESPACIOS DE LA EXPOSICIÓN

Sonidos primordiales de la humanidad
En el primer espacio se muestra todo lo que, a día de hoy, se conoce sobre la música en el Paleolítico y el Neolítico en Europa. De las épocas más antiguas sólo se conservan instrumentos fabricados con materiales que no se degradan (hueso, concha, dientes o asta). Con ellos se fabricaban instrumentos como flautas y clarinetes óseos, sonajeros de conchas y dientes, rascadores de cuerno… En el Neolítico aparecen los primeros instrumentos de cerámica y se extiende el uso de las trompetas de caracola marina.

Instrumentos a través del tiempo
La segunda parte presenta el desarrollo de los instrumentos musicales durante la Edad del Bronce, la Edad del Hierro y la Antigüedad Clásica. A través de laúdes, liras, trompetas, trompas y aerófonos dobles se pueden entender algunas de las conexiones culturales del pasado. También se exhiben instrumentos medievales y etnográficos que posiblemente son legados de tradiciones europeas anteriores.

Música para los vivos, música para los muertos
En el tercer espacio los visitantes pueden descubrir los usos y significados que las culturas antiguas europeas daban a los sonidos musicales en distintos contextos, entre los que se cuentan los concursos y espectáculos del mundo grecolatino, los rituales funerarios, algunos cultos religiosos y, además, mitos y leyendas en torno a la música. Finalmente, los impresionantes instrumentos encontrados en Pompeya son un ejemplo de la importancia de la música en los entornos urbanos de la Antigüedad.

Estaciones multimedia
Durante el recorrido, los visitantes encontrarán diferentes estaciones multimedia. En ellas, se podrán ver películas que muestran cómo se tocan y fabrican algunos instrumentos musicales; acceder a una lira virtual que permite elegir entre dos modelos antiguos y sus distintas afinaciones; contemplar reproducciones 3D de instrumentos musicales y de músicos de la Antigüedad realizadas con escáner y fotogrametría en distintos museos europeos; divertirse con  un videojuego que permite visitar diversos lugares arqueológicos y conocer su acústica; y experimentar los efectos de la “Puerta del Sonido”, una gran proyección multimedia semicircular que permite al visitante sumergirse en ambientes sonoros del pasado. 

Precio: 5 € adultos, 3 € niños y entradas reducidas.

martes, 21 de febrero de 2017

Hallado Zelandia, un enorme continente sumergido en el Pacífico

El territorio cubre un área de 4,9 millones de kilómetros y sus zonas visibles son Nueva Zelanda y Nueva Caledonia



Hace poco más de diez años, Plutón perdió su condición de planeta y cambió lo que se había enseñado en las escuelas durante décadas. Ahora es posible que los libros de ciencia tengan que añadir un continente —casi totalmente inmerso en las aguas del sureste del Pacífico— en sus mapas. Solo sus montañas más altas, el 6% de su territorio, se asoman sobre el mar: son Nueva Zelanda y Nueva Caledonia. Científicos del centro neozelandés GNS Science han publicado el descubrimiento de Zelandia (nombrado como Zealandia eninglés), en la revista de la Sociedad Geológica de América (GSA), dos semanas después de que se encontraran restos de otro continente bajo el océano Índico. Zelandia cubre un área de 4,9 millones de kilómetros, de la que forman parte Nueva Zelanda (con una extensión de 268.680 kilómetros cuadrados) y Nueva Caledonia (con 19.000 kilómetros cuadrados).

El equipo del GNS Science empezó a investigar la posible existencia del continente hace 20 años, pero solo ahora ha logrado probar, a través de datos colectados por sensores submarinos, que Zelandia reúne las condiciones necesarias para ser clasificado como tal: elevación sobre la zona circundante, geología distintiva, un área bien definida y una corteza más gruesa que el suelo oceánico normal. Según el estudio, los bordes de la corteza continental de Australia y del "nuevo" continente llegan tan cerca como 25 kilómetros entre sí.

Los investigadores sostienen que Zelandia se formó después de la desintegración del supercontinente Gondwana, desde hace 85 millones de años hasta hace unos 30 millones de años. "A los 30 millones de años, elcontinente estaba en sumergimiento máximo: hay calizas por todas partes. Desde entonces, la convergencia a lo largo y cerca de la frontera de la placa del Pacífico-Australia ha levantado partes de Zelandia que formaron las islas de Nueva Zelanda", explica Nick Mortimer, líder de la investigación.

El geólogo defiende que la importancia de Zelandia va más allá de añadir un nombre a la lista de continentes. "Es el continente más fino y más pequeño que se ha encontrado, y el hecho de que esté tan sumergido pero no fragmentado lo hace útil para explorar la cohesión y desintegración de la corteza continental", afirma. Mortimer también explica que Zelandia proporciona un nuevo contexto de "una tierra que se hizo más pequeña y se hundió bajo las olas" para los estudios de biología evolutiva, que pueden explicar los orígenes de la flora y fauna endémicas de Nueva Zelanda y Nueva Caledonia.


Según el conjunto de datos de los satélites y buques deinvestigación que mapean todo el planeta, ya no hay ningún otro lugar para ocultar un continente sumergido, al menos no uno tan grande como el que han hallado los científicos neozelandeses. "Es posible que se encuentre microcontinentes, sobre todo en el océano Índico, pero no continentes", escriben los investigadores.

Que Zelandia sea reconocido por la comunidad científica no es una cuestión de apelar a ningún organismo y tampoco hay una lista oficial de qué continentes existen —de hecho, algunos geólogos afirman que hay cuatro, mientras que otros sostienen que son siete—. El trabajo de Mortimer y su equipo será validado cuando otros científicos empiecen a mencionarlo en sus investigaciones. "Nos gustaría que reconocieran que simplemente mostrar esa parte remota del Pacífico, con un continente sumergido, es más geológicamente preciso e informativo que el panorama anterior. Nos gustaría verlo en el mapamundi", dice el geólogo.

Un agricultor descubre un nuevo yacimiento con huesos de dinosaurios en Hortigüela, Burgos

La hipótesis con la que trabajan los investigadores es que la mayoría de los dinosaurios murieron en ese lugar o muy cerca de él y se plantean una excavación que permita recuperar el máximo número posible de fósiles


Un nuevo yacimiento con restos de dinosaurios ha sido descubierto en la Sierra de la Demanda burgalesa, en las proximidades de Hortigüela. Los fósiles fueron hallados casualmente por Donato Blanco García, vecino de esa localidad, cuando desarrollaba labores agrícolas en su finca, quien se puso en contacto con el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes y donó al museo los restos recogidos.

Posteriormente, miembros del Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (C.A.S.) visitaron el yacimiento para valorar su importancia desde el punto de vista paleontológico. La presencia de un número alto de piezas--completas o astilladas--induce a pensar en que aún se conservan enterrados una gran cantidad de fósiles.

La edad del yacimiento se sitúa en torno a 125 millones de años, en el Cretácico inicial. Los restos recogidos, incluyendo las astillas, se acercan a las 200 unidades. Consisten en piezas pertenecientes a varias zonas anatómicas: cráneo, vértebras de la cola y la cadera, costillas y extremidades, en general en un buen estado de conservación.

Una identificación previa permite citar la presencia de dinosaurios de hasta cinco tipos diferentes: fitófagos (o herbívoros) como iguanodóntidos; pequeños euornitópodos, grandes saurópodos y tireóforos (dinosaurios acorazados, con espinas y placas óseas). También hay evidencias de terópodos (dinosaurios carnívoros).

Esta variedad en un solo enclave, refleja la biodiversidad encontrada a lo largo y ancho de toda la comarca, lo cual es indicio claro del potencial científico del yacimiento descubierto, según informan fuentes de C.A.S.

Interés por mas excavaciones

Podría considerarse un yacimiento complejo por la diversidad de dinosaurios registrada. Como aparecen huesos fósiles prácticamente completos y sin señales de haber sido transportados, la hipótesis con la que trabajan los investigadores es que la mayoría de los dinosaurios murieron en ese lugar o muy cerca de él. Esta interpretación lleva a plantear el interés de trabajar en el yacimiento por medio de una excavación que permitiría recuperar el máximo número posible de fósiles.

El descubrimiento de este yacimiento refuerza la gran riqueza e importancia de la Sierra de la Demanda como territorio rico en dinosaurios. La colección que conserva el Museo de Dinosaurios en Salas de los Infantes es una de las más importantes en Europa, con ejemplares reconocidos por distintos especialistas de trascendencia internacional: el caso más emblemático es Demandasaurus darwini, la única especie de dinosaurio rebaquisáurido descrita en el hemisferio norte.

En la comarca de Salas de los Infantes se han documentado aproximadamente 180 yacimientos que contienen fósiles de dinosaurios, si bien esa cantidad va incrementándose con el descubrimiento de yacimientos hasta ahora inéditos.

En ese sentido es importante la colaboración entre los habitantes de la comarca y las instituciones que investigan y velan por la conservación y la difusión de nuestro patrimonio paleontológico. Tomar conciencia de la singularidad de este patrimonio cultural--como ha sido el caso de Donato Blanco en Hortigüela--resulta necesario, por lo que los representantes de varias entidades de la comarca han comenzado a apostar en serio por su recuperación.

rtcyl.es

El Frontal 2 desvela 2.000 icnitas de dinosaurio en Regumiel de la Sierra

- El equipo de investigación lleva analizado el 50% de la superficie del yacimiento y se cuenta con una huella por metro cuadrado

- La mayor parte corresponden a carnívoros de tamaño medio y completan al rastro de ornitrópodo con cola descubierto hace años

- Las excavaciones en la necrópolis medieval concluyeron en diciembre con 130 tumbas recuperadas y algunos hallazgos relevantes

Los trabajos comenzaron a principios de mes. BC

De sorpresa en sorpresa van en Regumiel de la Sierra. Tras recuperar 130 tumbas en la necrópolis altomedieval, con un esqueleto “maltratado” de regalo, el yacimiento de icnitas de dinosaurio El Frontal 2 acaba de mostrar su gran potencial, que previsiblemente le hará valedor de entrar a formar parte del conjunto de mayores yacimientos de huellas de todo el mundo. Y es que el equipo investigador ha identificado ya 2.100 icnitas, una cifra nada desdeñable sobre todo si se tiene en cuenta que van por la mitad del yacimiento.

El arqueólogo Asier Pascual ha explicado que comenzaron a trabajar a principios de febrero y, si bien esperaban encontrar huellas, nunca en la proporción actual. En estos momentos, el afloramiento cuenta con una icnita por metro cuadrado, y vista la progresión hasta ahora, es muy probable que al finalizar la intervención se haya duplicado la cifra de 2.100. De este modo, El Frontal 2 podrá ser considerado uno de los yacimientos con mayor número de huellas, algunas especialmente significativas.

Se han encontrado numerosos rastros. BC
Cabe recordar que, años atrás, el Colectivo Arqueológico y Paleontológico Salense estudió el afloramiento. Entonces se encontraron huellas de un ornitópodo, un dinosaurio con cola, así que ya se sabía que el yacimiento era “peculiar”. La sorpresa viene ahora por este gran número de rastros, que aportarán información relevante sobre el comportamiento de estos animales. Se han hallado huellas de diferentes profundidades y, en el 90 por ciento de los casos, corresponden a terópodos bípedos, carnívoros de mediano tamaño.

Pascual ha explicado que prevén concluir la intervención en marzo. Se trabaja en localizar e identificar las huellas y, al mismo tiempo, consolidarlas para garantizar su conservación. Igualmente, se señalizará el yacimiento y se instalarán carteles informativos ya que el objetivo último es poner en valor El Frontal 2, como parte de una ruta turística en Regumiel de la Sierra. El itinerario incluirá el afloramiento de icnitas El Frontal 1, musealizado desde hace años, que cuenta con 86 huellas reagrupadas en ocho rastros, de iguanodonte en su mayor parte.

Necrópolis

El proyecto turístico facilitará al máximo la visita autónoma, ha asegurado Pascual, así que la señalética y los cartles informativos son claves, también en el caso de la necrópolis medieval. En este caso, los trabajos finalizaron el diciembre pasado, y se han realizado importantes hallazgos que permitirán reinterpretar un yacimiento que, como el de las icnitas, es de sobra conocido por los vecinos de Regumiel. Las excavaciones han permitido recuperar 130 tumbas excavadas en roca de los siglos IX a XI.

Se encuentran ubicadas en los alrededores de la iglesia parroquial, algunas bajo la escalera de hormigón y piedras que da acceso a la misma. De ahí que una treintena de los enterramientos recuperados sean completamente nuevos, y que se hayan encontrado algunas tumbas selladas, intactas. Sin embargo, el hallazgo más sorprendente es el de un esqueleto “maltratado”, al que intentaron encajar en una tumba demasiado pequeña, por lo que presenta las piernas y la cabeza fracturadas.

Asier Pascual reconoce que es “un extraño ejemplo de inhumación”, porque en la Edad Media se cuidaban los enterramientos, así que todo ello aporta información nueva “que hay que ver con cautela”. La necrópolis de Regumiel de la Sierra contaría con más tumbas, puesto que se sabe que continúa bajo la iglesia, y si bien es un proyecto “interesante”, deberá quedar para una intervención futura. El proyecto actual, que incluye la necrópolis y el yacimiento de icnitas, está impulsado por el Ayuntamiento con una ayuda de 30.000 euros de la Junta.

sábado, 18 de febrero de 2017

Conferencia: Arqueología inesperada: Saberes del pasado repletos de futuro

Hoy nos visita Juan José Sánchez-Oro con Arqueología inesperada: Saberes del pasado repletos de futuro.


Ooparts. Objetos fuera de su tiempo


La vida a veces depara sorpresas impresionantes. Por ejemplo, ir por la calle, doblar una esquina y encontrarse de golpe con un amigo al que deseabas ver hace años. O que la compañía de gas te mande una carta para decirte que bajarán los precios. O que una editorial como Luciérnaga, que suele publicar libros de Clara Tahoces, Bruno Cardeñosa y Lorenzo Fernández, de repente saque a la venta un texto serio sobre ooparts, o sea, ‘artefactos fuera de lugar’. Con esa palabreja se han definido en el mundo del misterio aquellos extraños objetos que parecen demostrar que en el pasado existió una tecnología avanzadísima que solo podemos atribuir a visitantes del espacio. Ya sabemos que nuestros predecesores humanos, especialmente los de Asia, África y América Latina, eran idiotas y solo podrían mostrar algún grado de civilización en la medida en que extraterrestres vinieran desde las estrellas para enseñársela.





































Ooparts. Objetos fuera de su tiempo (Juan José Sánchez-Oro y Chris AubecK).

viernes, 17 de febrero de 2017

Descubren, por primera vez, contenido estomacal en un dinosaurio de hace 180 millones de años

Isaberrysaura mollensis es el nombre del nuevo dinosaurio que vivió hace 180 millones de años y que acaba de ser descrito por un equipo de paleontólogos, liderado por el coordinador principal del grupo Aragosaurus de la Universidad de Zaragoza, José Ignacio Canudo, en colaboración con investigadores de universidades de Argentina y de Portugal.

Descubren, por primera vez, contenido estomacal en un dinosaurio de hace 
180 millones de años ZARAGOZA | EUROPA PRESS
La carcasa articulada de este dinosaurio se ha encontrada dentro de un yacimiento en el fondo del mar de la provincia de Neuquén (Argentina), lo que ha evitado que fuera devorada por predadores. Una de las principales singularidades de este nuevo fósil es la presencia en la zona del interior de la carcasa de una importante masa de semillas mineralizadas, lo que representa la primera evidencia de alimentación en un ornitópodo primitivo y en el Jurásico, tal como ha subrayado el paleontólogo José Ignacio Canudo.

La revista "Scientific Reports" recoge este jueves este hallazgo en el que han participado el equipo de investigadores de la Universidad de Zaragoza, junto a otros paleontólogos de la Universidad de Río Negro-Conicet, Universidad de la Plata, Museo Olsacher de Zapala, Museo de Huincul (Argentina) y Fundação para a Ciência-Universidade Nova de Lisboa, (Portugal).

SINGULARIDADES 

Este dinosaurio presenta varias singularidades que lo hace único en el registro fósil de dinosaurios a nivel mundial. Asi, la carcasa de Isaberrysaura se recuperó en la Formación Molles depositada en el fondo del mar. 

De hecho en esta formación además de animales invertebrados como ammonites hay vertebrados marinos como ictiosaurios o plesiosaurios. Sin embargo, los dinosaurios como Isaberrysaura eran animales terrestres y por tanto para que sus restos los encontrados en rocas marinas tuvieron que ser transportados mar adentro.

Los huesos de Isaberrysaura se encontraban articulados en el yacimiento. "Esto es importante porque nos ha permitido recuperar una información paleobiológia única", ha señalado Canudo.

Una de las particularidades de este nuevo fósil es el hallazgo dentro de la carcasa del contenido estomacal, formado por una importante masa de semillas mineralizadas.

Al respecto, Canudo ha detallado que "se trata, por tanto, de una evidencia directa de alimentación por parte de Isaberrysaura. En el registro fósil hay muy pocas evidencias de alimento en el interior de carcasas de dinosaurios herbívoros y, hasta el momento, solo habían sido descrito en hadrosaurios y ankilosaurios. Por tanto es la primera evidencia de alimentación en un ornitópodo primitivo y en el Jurásico".

La buena conservación de las semillas indica que el dinosaurio estaba en el inicio del procesamiento del alimento y aún no le había dado tiempo que la parte externa de las semillas se hubiera disuelto. Se han reconocido dos tipos de semillas pertenecientes a las últimas comidas del dinosaurio. Las más grandes pertenecen a Cycadales, las más pequeñas son de afinidades desconocidas.

Las actuales Cycadales tienen principios activos venenosos en hojas, tallos y semillas, aunque algunas partes de las semillas podrían ser comestibles para animales tan grandes como los dinosaurios.

Seguramente una parte de las semillas pasarían por todo el tracto digestivo para ser expulsadas como granos de semillas, al igual que hacen muchos vertebrados en la actualidad. Esto sugiere que las evidencias encontrados en Isaberrysaura sería una prueba que los dinosaurios dispersaban las semillas de las Cycadales.

NOMBRE

Isaberrysaura es lo que se suele conocer como un fósil fuera de tiempo y de lugar, lo que nos permite rellenar un hueco de información en los dinosaurios de la Patagonia totalmente desconocido, ha precisado la UZ en una nota de prensa.

El aspecto general del cráneo de Isaberrysaura es parecido al de los dinosaurios acorazados como los estegosaurios, sin embargo, carece de los osteodermos que caracteriza a este grupo. El estudio filogenético realizado los sitúa en la base de la radiación de los ornitópodos.

Este grupo de dinosaurios era muy popular muchos millones de años después (en el Cretácico), ya que algunos de sus representantes (Iguanodontios, hadrosaurios) fueron los dinosaurios herbívoros dominantes en el hemisferio norte. Sin embargo, poco se sabe de su historia evolutiva en el Jurásico Inferior y Medio, y nunca habían sido encontrados en esta edad en los continentes del hemisferio sur, hasta el descubrimiento de Isaberrysaurus.

El nombre Isaberrysaurus está dedicado a Isabel Valdibia, una aficionada que encontró los primeros restos de este dinosaurio y que posteriormente los donó al museo Olsacher de Zapala donde se encuentran depositados.

La referencia del trabajo es:

Salgado, L., Canudo, J.I., Garrido, A.M., Moreno-Azanza, M., Martínez, L.C.A., Coria, R.M., Gasca J.M. 2017. A new primitive Neornithischian dinosaur from the Jurassic of Patagonia with gut contents. Scientific Reports, 7, 4278


Hallan un reptil de la época de los dinosaurios que paría crías vivas en vez de poner huevos

El nuevo e inusual fósil de un «Dinocephalosaurus», de hace unos 245 millones de años, muestra un embrión dentro de la madre

Imagen: DINGHUA YANG|JUN LIU | AFP
El fósil de un reptil del Triásico medio, que conserva una cría en su interior, supone la primera evidencia de un arcosauromorfo -al que pertenecen dinosaurios, aves y cocodrilos- que daba luz a crías vivas en lugar de poner huevos. El nacimiento en vivo era desconocido en este grupo.

El nuevo e inusual fósil de un reptil de cuello largo llamado Dinocephalosaurus, un arcosauromorfos del mismo grupo que los dinosaurios, las aves y los cocodrilos, aporta la primera prueba de un nacimiento en vivo sin huevo. Previamente se pensaba que este grupo ponía exclusivamente huevos. El fósil, de hace unos 245 millones de años, muestra un embrión dentro de la madre.

La Universidad de Hefei, en China, lideró el estudio que analizó los restos del animal, que se publica en Nature Communications. «Nos emocionamos al hallar esta muestra embrionaria, pero no estábamos seguros de si el espécimen embrionario era el último almuerzo de la madre o una cría que aún no había nacido», dijo Jun Liu, autor principal del trabajo.

jueves, 16 de febrero de 2017

Escépticos en el pub: "El arte de vender mierda (con perdón)"

Os recordamos que, esta viernes a las 20.30 h, tendremos a Fernando Cervera dentro del formato Escépticos en el Pub en Salas.

Otra entrega de Escépticos en el pub en Salas de los Infantes para este viernes.

El arte de vender mierda es, además de un excelente título para cualquier libro que tenga la intención de venderse mínimamente, un relato que linda en lo absurdo. No por el contenido de la obra, que es muy interesante, sino por la historia que nos devela: un par de científicos, sorprendidos por la abundancia de creencias absurdas sobre temas de salud, se crean una terapia completamente ridícula que termina convenciendo a vendedores de misterios incluso al otro lado del charco y, lo más triste de todo, también a buscadores de soluciones rápidas. En el transcurso de su experimento,Fernando Cervera (autor del libro) y Mariano Collantes van conociendo el funcionamiento del submundo de las estafas de la salud, donde pueden llegar a decirte que el cáncer no existe y, al mismo tiempo, venderte la cura contra esa enfermedad. Lo que se llama un mundo mágico.

Sillón escéptico: el arte de vender mierda (Fernando Cervera).

sábado, 11 de febrero de 2017

Científicas en la sombra: las mujeres que fueron eclipsadas por sus colegas (y maridos)

Hoy sábado 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

La primera mujer de Einstein o la primera descubridora de un cometa son solo algunas de las científicas que vieron sus logros olvidados o menospreciados en beneficio de hombres

Mileva Maric y Albert Einstein, 1912.
Todo el mundo conoce al genio con bigote que revolucionó la física, pero casi nadie sabe que su primera mujer, Mileva Maric, fue una brillante matemática que le procuró la base matemática sobre la que se sustentan sus teorías. Hoy, en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, seguramente si salimos a la calle a preguntar por algún científico ocientífica famosa, todo lo que escucharemos serán nombres masculinos; como el de Albert Einstein.

Maric (1875-1948, Serbia) fue la única mujer de su promoción que cursaba Matemáticas y Física en el Instituto Politécnico Federal de Zúrich. Allí conoció a Einstein, en 1896, y se casaron siete años después, en un matrimonio que duró hasta que su química sentimental (y, sobre todo, profesional) se rompió: ella se volcó en los cuidados de uno de sus hijos, con problemas mentales.

Existe mucha controversia respecto a la importancia de las aportaciones de Maric en la teoría de la relatividad, pero hay varios aspectos innegables. “Lo que es indudable es que ella trabajó con su marido y le dio apoyo matemático”, dice Lorena Segura Abad, matemática de la Universidad de Alicante y divulgadora. “Einstein no era muy bueno en matemáticas, ella le daba clases y lo ayudaba con sus investigaciones. Sin ella, habría sido imposible que él hubiera llegado donde llegó”, añade.

Así lo atestigua, por ejemplo, el testimonio del Dr. Ljubomir Bata Dumic: “Nosotros sabíamos que ella era la base sobre la que Albert se levantaba, que era famoso gracias a ella. Le resolvía todos los problemas matemáticos, en especial los concernientes a la teoría de la relatividad. Resultaba desconcertante lo buena matemática que era”. Desconcertante, quizás, por ser mujer.

Además, el periodo más fructífero de Einstein coincidió con los años en los que estuvo con Maric, incluyendo la publicación en 1905 de sus tres trabajos más importantes: la famosa teoría especial de la relatividad, a la que Einstein se refería en algunas cartas a Maric como “nuestra teoría” y “nuestra colaboración”; la teoría del movimiento browniano; y el trabajo sobre el efecto fotoeléctrico. Este último fue el que le valió el Premio Nobel de Física. Por supuesto, en esos papeles, no aparecía el nombre de Mileva Maric. La figura de su esposa fue rotundamente eclipsada, al igual que les sucedió a otras muchas mujeres científicas, que desarrollaron su talento a la sombra de hombres.

La primera mujer que descubrió un cometa

Imagina que amas la astronomía. Que tu pasión es levantar la vista y observar las estrellas. Que, pese a pertenecer a una época en la que tu sexo está excluido de la universidad, tu padre y tu tío te educan, y luego un astrónomo te acepta como su aprendiz. Imagina que después aparece tu astrónomo azul, Gotfriend Kirch, uno de los más famosos de Alemania, y os casáis. Por imaginar, imagina que trabajas con él en la Academia de las Ciencias de Berlín; bueno, él es el Astrónomo Real y tú, su ayudante no oficial. Como amas tanto la astronomía, y eres paciente y tenaz, imagina que cada noche, desde las nueve, observas cuidadosamente el cielo. Imagina que un día de 1702 te das cuenta de que acabas de descubrir un cometa… pero el mérito se lo lleva tu marido. ¿Qué ha fallado en este cuento de hadas? Que has nacido en el siglo XVII, y, sobre todo, que eres mujer. 
Imagina que descubres un cometa… pero el mérito se lo lleva tu marido. ¿Qué ha fallado en el cuento? Que has nacido en el siglo XVII, y que eres mujer 
La astrónoma Maria Winkelmann-Kirch
Esta es la historia de Maria Winkelmann-Kirch (1670-1720, Alemania), una apasionada pero desconocida astrónoma, y la primera mujer en descubrir un cometa, el C/1702 H1. A menudo, es Caroline Herschel quien se lleva este reconocimiento, probablemente debido a que en aquella época el descubrimiento fue atribuido al marido de Winkelmann. Ocho largos años tardó este en reconocer que el descubrimiento era de su mujer. Pero el daño ya estaba hecho, la publicación al respecto nunca fue renombrada, y Winkelmann continuó siendo una ayudante el resto de su vida. Cuando su marido murió, solicitó su puesto en la Academia, pero se lo denegaron y la echaron, a pesar de haber dedicado dos décadas de su vida a convertirla en uno de los mayores centros de astronomía. Volvió años después, de nuevo como ayudante; esta vez, a la sombra de su hijo.

“Su valentía y determinación son muy relevantes. Es tremendamente injusto que su trabajo de observación continua no fuera reconocido”, opina Inés Rodríguez Hidalgo, doctora en Astrofísica y directora del Museo de la Ciencia de Valladolid. “Cuando se dice ‘observador astronómico’ puede parecer peyorativo, pero no: hace falta mucha precisión. Winkelmann realizó cálculos astronómicos, estudios de fases de la Luna, del Sol, de eclipses, de planetas, de la aurora boreal… No era una mera observadora rutinaria, sino alguien que tenía mucho conocimiento”. Tanto, que el propio Leibniz dijo que no creía que hubiera nadie tan bueno como ella en astronomía en su época.

A la sombra de las estrellas

Winkelmann no es la única astrónoma cuyas aportaciones no fueron reconocidas. Henrietta Swan Leavitt (1868-1868, Estados Unidos) hizo un descubrimiento que cambió nuestra concepción del universo, pero su nombre no se cubrió de gloria.

Las calculadoras del Observatorio de la Universidad de Harvard, 1890. 
En la foto, la astrónoma Henrietta Swan Leavitt, la tercera por la izquierda.
Formó parte de un grupo de mujeres astrónomas contratadas en el Observatorio de la Universidad de Harvard por Edward Pickering, un destacado astrónomo, para elaborar un catálogo de estrellas. Lo hacían de forma casi anónima y por muy poco dinero. Se las conocía como las “calculadoras de Harvard” (similar a las calculadoras humanas de la NASA, retratadas en lapelícula ‘Figuras ocultas’). Pero Leavitt no se limitó a trabajar como una máquina, también realizó un importante descubrimiento: observando las cefeidas, estrellas variables cuya luminosidad cambia en periodos regulares, descubrió una relación con la que estableció un método para medir grandes distancias en el universo; un hallazgo cuya importancia no puede medirse. Se publicó en un breve artículo firmado por Pickering; el nombre de Leavitt aparecía solo en una pequeña nota.

Gracias al trabajo de esta astrónoma, Edwin Hubble pudo determinar que el universo no estaba formado solo por nuestra galaxia, sino también por muchas otras que además se iban alejando. “Si no hubiera sido por su hallazgo, Hubble no podría haber probado la expansión del universo, que es probablemente el descubrimiento más importante en cosmología del siglo XX”, afirma Sara Gil Casanova, astrofísica especializada en divulgación de astronomía y autora del libro ‘Las astrónomas, chicas estrella’. El propio Hubble comentó que Leavitt merecía un Premio Nobel por su trabajo, pero nunca recibió ningún reconocimiento académico ni laboral. Mientras, Hubble es considerado el padre de la cosmología observacional.

Las ganadoras invisibles del premio Nobel

Si el reconocimiento a las científicas a lo largo de la historia brilla en general por su ausencia, el vacío femenino en el podio de unos premios tan internacionalmente importantes como los Nobel es patente. Las cifras hablan por sí solas: 18 mujeres contra 572 hombres premiados en los ámbitos científicos. Tras esta desigualdad tan acusada se esconden varias historias injustas que rezuman machismo.

Esther Lederberg (1922-2006, Estados Unidos) fue una microbióloga pionera en genética bacteriana que inventó, junto a su marido Joshua, un método clave para entender la resistencia antibiótica y que se utiliza hoy en día en cualquier laboratorio de microbiología: el método de sembrado por réplica en placa, que sirve para transferir colonias de bacterias. Sus grandes aportaciones a la microbiología y la genética bien merecían un reconocimiento, pero no se grabó su nombre en la medalla del Nobel de Fisiología o Medicina. Sí el de su marido, y el de sus colaboradores George Beadle y Edward Tatum.

La física Chien-Shiung Wu en la Universidad de Columbia, 1963.
Igual de inverosímil es el caso de Chien-Shiun Wu (1912-1997, China), una física experta en radioactividad que contribuyó al desarrollo de la bomba atómica como parte del Proyecto Manhattan. Su exclusión del Nobel de Física es incomprensible: los físicos Tsung-Dao Lee y Chen Ning Yang le pidieron ayuda para refutar la ley de conservación de la paridad, los experimentos de Wu consiguieron comprobarlo, y solo ellos dos se llevaron el premio. La apodada como la “primera dama de la física” se hacía una triste reflexión: “Me pregunto si los diminutos átomos y núcleos, o los símbolos matemáticos, o las moléculas de ADN, tienen alguna preferencia por el trato masculino o femenino”.

La astrofísica Jocelyn Bell Burnell, 1967.
También podríamos preguntarnos si los extraterrestres (si existen) son machistas. Jocelyn Bell Burnell (1943, Reino Unido) creyó haber recibido señales de ellos, pero después se dio cuenta de que había descubierto la primera radioseñal de un púlsar, un nuevo tipo de estrella muy densa que permitió avanzar en el estudio de las fases finales de la vida de estos cuerpos y en la formación de agujeros negros. También gracias a estudiar los púlsares se tuvo la primera evidencia indirecta de las ondas gravitacionales, que se detectaron directamente por primera vez en 2016. El gran hallazgo de esta astrofísica tuvo lugar mientras realizaba su tesis bajo la tutorización de Antony Hewish. Fue él quien se llevó el Nobel de Física, suceso muy criticado ya que la descubridora fue ella. “Por un lado, ayudó en la construcción del radiotelescopio; por otro, fue la primera que vio la señal; y, aún más importante, insistió en su importancia, siguió midiendo y analizó los datos, pese a que su tutor le dijo que era una interferencia y que no le diera relevancia”, explica Gil Casanova.

Incluso hay un caso con nombre español: Severo Ochoa, el famoso científico ganador del Nobel de Fisiología y Medicina por el descubrimiento del ARN-polimerasa, una enzima que se convirtió en una herramienta esencial para descifrar el código genético, debió haber compartido el mérito con una mujer. Marianne Grunberg-Manago (1921-2013) fue la importante bioquímica francesa de origen ruso con la que realizó conjuntamente el descubrimiento. Una vez más, la científica quedó en la sombra y su labor se ignoró.

Hora de que las Matildas salgan a la luz

Estos son cuatro ejemplos de una larga lista de mujeres silenciadas, a la sombra de hombres, que incluye otros casos conocidos como el de Lise Meitner y Rosalind Franklin. ¿Por qué ha sucedido esto tantas veces? “Cuando hay dos personas que descubren lo mismo, siempre se le da el reconocimiento a la persona más conocida. Es lo que se conoce como efecto Mateo”, explica Eulalia Pérez Sedeño, profesora de investigación en Ciencia, Tecnología y Género en el CSIC, y experta en mujer y ciencia. “En el caso de las científicas es todavía peor. Hay muchísimos casos debido a la falta de reconocimiento y a la invisibilidad que han tenido tradicionalmente las mujeres. Desafortunadamente, esto sigue pasando”, añade Pérez Sedeño. 
La composición de los grupos de investigación sigue siendo piramidal y liderada por hombres. El que está arriba siempre recibe las medallas 
Ese olvido permanente y reiterativo que han sufrido las contribuciones de las científicas e investigadoras es el llamado efecto Matilda. Marta Macho Stadler, profesora de la Universidad del País Vasco y Premio Emakunde a la Igualdad 2016, cree que “el efecto Matilda funcionará siempre, y costará mucho erradicarlo y revertirlo. Hoy en día, la composición de los grupos de investigación sigue siendo piramidal y liderada por hombres. El que está arriba en la jerarquía siempre recibe las medallas, y eso hace que la jerarquía cada vez esté más establecida. Esto invisibiliza a las personas que están en la base de la pirámide, y, en particular, a las mujeres, que por diferentes motivos casi siempre están en la sombra”.

La situación de las mujeres está muy estancada por este tipo de efectos. El informe 'Científicas en cifras 2015' corrobora que las mujeres no acceden a los puestos de alto rango en ciencia en España. El modelo jerárquico no cambia. Por eso, son necesarias iniciativas como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, y es vital poner de manifiesto la discriminación femenina y arrojar luz sobre el trabajo de las mujeres científicas que se vieron opacadas, simplemente, por su condición de mujer. “Hay que reivindicar su papel por una cuestión de justicia, y porque es muy importante que las chicas jóvenes tengan modelos de referencia”, sostiene Pérez Sedeño. “Demasiadas veces, las científicas han tenido que luchar contra muchas adversidades; pero se puede y se debe hacer”.