jueves, 11 de diciembre de 2025

Dinosaurios de cuello largo erguidos sobre dos patas

Hace 66 millones de años, dos géneros de dinosaurios cuadrúpedos de cuello largo tenían una ventaja sobre otros saurópodos: podían mantenerse fácilmente erguidos sobre las dos patas traseras y durante más tiempo. Gracias a ello, podían espantar a potenciales depredadores o alimentarse de las hojas situadas en lo alto de los árboles, por ejemplo.

Recreación artística de dos ejemplares de Neuquensaurus erguidos sobre sus patas
traseras para alcanzar la copa de un árbol. (Ilustración: Guilherme Gehr)

El brasileño Uberabatitan y el argentino Neuquensaurus tenían un tamaño comparable al de un elefante actual y eran considerados pequeños dentro del grupo, aunque se estima que los adultos de Uberabatitan podían alcanzar hasta 26 metros de longitud, lo que los convierte en los dinosaurios más grandes de Brasil. Precisamente por su tamaño, estos saurópodos solo podían permanecer erguidos por más tiempo cuando eran jóvenes.

Esa es la conclusión de un estudio a cargo de un equipo internacional encabezado por Julian Silva Júnior, investigador de posdoctorado en la Universidad Estatal Paulista (UNESP), en Ilha Solteira, y que ha contado con el respaldo de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de Sao Paulo (FAPESP), en Brasil ambas instituciones. 

Los autores del estudio utilizaron una técnica computacional empleada en ingeniería con el objetivo de estimar el estrés en el fémur causado por la gravedad y el peso de los saurópodos al apoyarse sobre las patas traseras.

“Saurópodos más pequeños como estos tenían una estructura ósea y muscular que les permitía mantenerse sobre las dos patas traseras con mayor facilidad y por más tiempo. Los de mayor tamaño probablemente también podían hacerlo, pero solo por períodos breves y con menos comodidad, ya que la posición generaba un estrés muy alto en el fémur”, resume Julian Silva Júnior.

Los investigadores reconstruyeron digitalmente los fémures de siete saurópodos que representaban diferentes linajes evolutivos, tamaños y características anatómicas peculiares del grupo. Los modelos digitales se basaron en fósiles pertenecientes a colecciones de museos de historia natural en distintas partes del mundo.

Las simulaciones se realizaron utilizando el análisis de elementos finitos, una técnica computacional empleada para simular el comportamiento de materiales bajo condiciones de fuerza o calor, comúnmente usado, por ejemplo, en el diseño de puentes.

“Con esta técnica hicimos dos simulaciones. Una consideró el escenario extrínseco, simulando la fuerza que actúa de fuera hacia adentro: la gravedad y el propio peso del animal sobre el fémur cuando el dinosaurio se apoyaba en las patas traseras. En la otra, analizamos el escenario intrínseco, la fuerza que los músculos ejercerían sobre el fémur”, explica Silva Júnior.

La combinación de ambos escenarios permitió estimar el posible nivel de estrés mecánico soportado por cada especie. En general, los dos saurópodos sudamericanos mostraron los niveles más bajos de estrés en sus fémures: un ejemplar joven de Uberabatitan ribeiroi, nombrado en honor al municipio brasileño de Uberaba —donde fue hallado y, casualmente, ciudad natal de Silva Júnior—, y el Neuquensaurus australis, encontrado cerca del río Neuquén, en Argentina. Ambos datan del Cretácico Superior, hace unos 66 millones de años.

“Tenían fémures más robustos y podían disipar mejor el estrés. Los ejemplares mayores poseían músculos enormes y fémures gigantescos, pero aun así no lo suficientemente resistentes para soportar todo el peso. Eso no significa que no pudieran ponerse de pie, pero probablemente elegían con cuidado el momento de hacerlo, ya que debía ser una postura bastante incómoda”, explica el paleontólogo. Añade que, a diferencia del ejemplar joven analizado en el estudio, los individuos adultos de Uberabatitan probablemente tenían las mismas dificultades que otras especies gigantes para mantenerse sobre las patas traseras.

Esta posición habría sido útil para alimentarse, alcanzando las hojas situadas en las partes más altas de los árboles, ya que los saurópodos eran fitófagos. También podría haber servido en el apareamiento, permitiendo a los machos montar sobre las hembras o realizar exhibiciones para atraer pareja. Finalmente, podría haber sido una estrategia de defensa, al parecer más grandes frente a potenciales depredadores.

Los autores aclaran que en las simulaciones no se consideraron los cartílagos presentes en los huesos, las cuales podrían haber contribuido a disipar el estrés de manera eficiente. Tampoco se tuvo en cuenta el posible apoyo de la cola en una postura tripodal.

Aun así, dado que el cartílago no fue considerado en ninguno de los siete especímenes, se asume que habría tenido un papel similar en todos. “La herramienta que utilizamos es muy eficaz para realizar comparaciones, incluso si la respuesta no es exacta para cada caso. Al comparar representantes de diferentes linajes, obtenemos un retrato razonablemente fiel de cómo se comportaban estos animales hace millones de años”, explica el investigador.

El estudio se titula “Standing giants: a digital biomechanical model for bipedal postures in sauropod dinosaurs”. Y se ha publicado en la revista académica Palaeontology. (Fuente: FAPESP)

noticiasdelaciencia.com

Descubren en Patagonia las flores fósiles más antiguas de la región asociadas al dinosaurio más grande del mundo

Paleontólogos hallaron en Chubut (Patagonia, Argentina) diminutas flores fósiles en el mismo yacimiento donde se descubrió Patagotitan mayorum. Con 101 millones de años, constituyen uno de los registros de flores mejor datados de Gondwana y uno de los más antiguos del sur de Sudamérica. El estudio liderado por paleobotánicos del Museo Paleontológico Egidio Feruglio – CONICET, en colaboración con investigadores de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis y la Universidad de Cornell, fue publicado en la revista científica Cretaceous Research.

1) Reconstrucción ambiental realizada por Ema Antonena
El nombre elegido para la nueva especie: Patagoflora minima, es un juego de palabras que contrasta con Patagotitan mayorum. “Patagoflora” proviene de dos palabras, Patagonia y flor (del latín flos) mientras que “minima” alude a su diminuto tamaño, resaltando la diferencia abismal de dimensiones entre esta pequeña flor y el enorme saurópodo encontrado en el mismo yacimiento.

“Las flores miden menos de un centímetro de diámetro. Están bien preservadas y nos permiten observar detalles morfológicos típicos de las primeras plantas con flor. Se preservaron en un ambiente fluvio-lacustre, probablemente cerca de los márgenes de antiguos cuerpos de agua donde crecían estas plantas con flor, junto a helechos y coníferas”, explica Nunes (MEF-CONICET).

“El hallazgo fue completamente inesperado. En 2014, durante las excavaciones en la estancia La Flecha para recuperar más de 150 huesos de Patagotitan, comenzaron a aparecer también restos de plantas a pocos metros del sitio principal. “Registramos restos de maderas de coníferas, un pequeño fragmento de madera de angiosperma, además de numerosas impresiones y compresiones de hojas. Cuando analizamos las lajas con hojas en el laboratorio, nos dimos cuenta de que también había pequeñas florcitas””, relata Nunes.

2) Nueva especie: Patagoflora minima
Se trata de uno de los pocos casos en el mundo donde flores y dinosaurios aparecen preservados juntos. “Estos fósiles nos permiten reconstruir con mayor precisión el ambiente donde vivieron los dinosaurios más grandes que existieron. Aunque las coníferas eran el componente arbóreo dominante, las plantas con flor ya estaban diversificándose, y es probable que incluso hayan formado parte de la dieta de algunos herbívoros”, señala.

Las plantas con flor —que hoy dominan casi todos los ecosistemas terrestres y constituyen la base de nuestra alimentación— eran aún un grupo emergente cuando Patagoflora minima floreció en Patagonia. La mayor parte del registro fósil que documenta la radiación temprana de las angiospermas proviene del hemisferio norte, mientras que en el hemisferio sur los restos reproductivos (flores y frutos) son extremadamente escasos.

El hallazgo ayuda a completar ese vacío. “El registro fósil del Cretácico inferior de plantas con flores es fundamental para comprender su historia evolutiva temprana.” Explica Nunes. “Encontrar flores tan antiguas en Patagonia nos da una primera mirada sobre cómo se eran las primeras plantas con flor en esta parte del Hemisferio Sur”.

3) Yacimiento paleontológico (Chubut, Patagonia Argentina)
Aunque Patagoflora minima fue descrita a partir de varios especímenes, no se ha podido determinar cómo se veía la planta completa y a qué linaje dentro de las angiospermas pertenecía. Al respecto Nunes explica “Dado que las flores no se encuentran en conexión orgánica con los otros restos como hojas o ramitas, no podemos estar seguros sobre el hábito de esta planta, por ejemplo, si era herbácea, arbustiva o incluso una especie arbórea. En general se hipotetiza que las plantas con flor más antiguas serían de hábito herbáceo. En el yacimiento también encontramos restos de madera de angiospermas que sugieren que al menos algunas plantas con flor en estos ambientes de Patagonia habrían sido al menos arbustivas o incluso pequeños árboles”.

Para el equipo, el descubrimiento abre varias preguntas nuevas: ¿qué linajes de angiospermas habitaban Patagonia en el Cretácico inferior? ¿Cómo eran estas primeras plantas con flor? ¿Cuál era su rol en estos ambientes?

Los investigadores planean ampliar las campañas de campo en la región para buscar nuevas localidades y especímenes mejor preservados. “Cada flor que encontramos nos acerca un poco más a entender esa etapa clave de la historia de la vida, cuando las plantas con flor estaban comenzando a cambiar los paisajes del planeta”, finaliza.

El trabajo publicado en la revista científica Cretaceous Research fue realizado por Giovanni Nunes (CONICET-MEF), Ignacio Escapa (CONICET-MEF), Luis Miguel Sender (Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, Museo Aragonés de Paleontología, España) N. Rubén Cúneo (MEF) y Maria A. Gandolfo (Cornell University, Estados Unidos).

mef.org.ar

martes, 9 de diciembre de 2025

Francia devuelve a Mongolia los fósiles de dinosaurios de 70 millones de años

Las aduanas francesas han incautado una gran colección de fósiles de dinosaurio exportados ilegalmente desde Mongolia, y los ejemplares serán devueltos en breve a su país de origen.

es.euronews.com

youtube.com

Hallan plantas fósiles de 242 millones de años en Mendoza: un registro clave del Triásico Medio

El estudio brinda información clave para comprender las comunidades vegetales del Triásico Medio.

Hallan plantas fósiles de 242 millones de años en Mendoza: un registro clave
 del Triásico Medio.
Un equipo de investigación del CONICET analizó restos de plantas fósiles hallados en la subcuenca Santa Clara, al norte de Mendoza. El trabajo confirma que estas plantas pertenecen al Anisiano, un intervalo del Triásico Medio que abarca entre 247 y 242 millones de años. La formación geológica en la que fueron encontradas cuenta con una datación absoluta poco común para este período, lo que convierte al hallazgo en un aporte significativo, ya que las rocas del Triásico Medio con edades precisas son escasas tanto en Argentina como en otras regiones del mundo.

Tomás Pedernera, primer autor del artículo publicado en Review of Palaeobotany and Palynology, es investigador del CONICET en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA, CONICET-UNCUYO-Gob. Mza) y forma parte del grupo de Paleobiología y Paleoecología. Allí estudia los restos fósiles de plantas que habitaron la Tierra en el pasado.

“Me enfoco en las asociaciones de plantas del Triásico desde un punto de vista sistemático, taxonómico y paleoecológico; es decir, determinar qué especies vivían en ese período y cómo eran sus relaciones entre sí y con el ambiente”. Pedernera explica que los paleoecosistemas se reconstruyeron a partir de las asociaciones fósiles de plantas, pero también considerando restos de otros organismos y toda la evidencia geológica y sedimentológica disponible.

En general, los ambientes lacustres (de lagos o sus orillas) tienen un gran potencial de preservación debido a sus características. “Hemos encontrado plantas de distintos grupos, tanto órganos vegetativos como reproductivos. Eran plantas comunes en el Triásico. Estudios previos de tipo palinológico -estudio de granos de polen y esporas- ya sugerían la presencia de vegetación en los márgenes de este paleolago”, señala el investigador, y agrega que la excelente preservación se relaciona con condiciones como fondos anóxicos (sin oxígeno disuelto) y una alta tasa de sedimentación asociada a los deltas, lo que favorece que los restos queden rápidamente cubiertos.

Cecilia Benavente, investigadora del CONICET en el IANIGLA, y otra de las científicas involucradas en el estudio, destaca: “Este registro es muy importante porque todas estas rocas triásicas corresponden al piso Anisiano, un intervalo clave a nivel global. Casi no existen ecosistemas terrestres preservados de ese momento en el mundo con dataciones precisas”.

La subcuenca Santa Clara, donde se produjo el hallazgo, se ubica en el departamento de Las Heras, en el límite entre Mendoza y San Juan, dentro de la precordillera. Forma parte de la Cuenca Cuyana, cuyo relleno está compuesto íntegramente por rocas del Triásico. En esta subcuenca, el Grupo El Peñasco incluye todas las unidades depositadas durante ese intervalo, organizadas desde las más antiguas a las más jóvenes en las Formaciones Cielo, Mollar, Montaña, Santa Clara Abajo y, en la cima, Santa Clara Arriba. Es en esta unidad superior donde se registró el material vegetal.

“Aquí en Mendoza contamos con uno de los pocos registros anisianos de ecosistemas terrestres del hemisferio sur. Durante ese tiempo se propuso un evento climático de humedad muy elevada, comprobado solo en rocas del hemisferio norte. Como aquí tenemos un ecosistema anisiano con restos de plantas, podemos evaluar si ese clima húmedo también ocurrió en el sur o si, por el contrario, no fue un evento global y las condiciones paleoclimáticas fueron distintas”, agrega Benavente. Por último, Pedernera subraya que este hallazgo también tiene un valor patrimonial: “Los restos fósiles son patrimonio protegido por ley. Conocer la historia de la vida en la Tierra nos ayuda a comprender cómo fueron los procesos evolutivos”.

Tomas Ezequiel Pedernera, Cecilia Andrea Benavente, Paleobotanical insights from the Santa Clara Arriba Formation (Anisian, Middle Triassic, Cuyana Basin, West Gondwana), Review of Palaeobotany and Palynology, Volume 344, 2026, 105449, ISSN 0034-6667,

https://doi.org/10.1016/j.revpalbo.2025.105449.

mendoza.conicet.gov.ar

En Transilvania no todo es Drácula: encuentran restos de dinosaurios de hace 72 millones de años en un estado perfecto

Conservación excepcional — Los resultados publicados en PLOS ONE muestran que K2 contiene los vertebrados más antiguos de la zona, lo que permitirá comparar distintas etapas de la fauna local y entender cómo se mantuvo estable el ecosistema

La tierra de Drácula guarda un pasado que va mucho más allá del mito.
 / Eötvös Loránd University 
Los castillos que inspiraron la figura de Drácula han definido durante décadas la imagen exterior de Transilvania. Esa relación con el personaje literario y con el mito del vampiro ha eclipsado otras realidades científicas que laten bajo su suelo. En el subsuelo de esta región montañosa se conservan algunos de los registros fósiles más antiguos y completos de Europa, testigos de un pasado dominado por especies hoy extinguidas.

Las excavaciones realizadas en la cuenca de Hațeg han revelado que este territorio no solo está ligado a leyendas, sino que también fue un escenario importante de la historia evolutiva de los dinosaurios. Esa doble identidad, entre la ficción gótica y la evidencia paleontológica, ha impulsado un interés renovado por comprender su valor natural.

Un yacimiento que reúne una fauna fósil sin precedentes en Europa

El registro fósil recuperado en la zona muestra una variedad sin precedentes. Los investigadores han identificado restos de anfibios, tortugas, cocodrilos, pterosaurios, mamíferos y dinosaurios herbívoros. Entre ellos destacan un ornitópodo de la familia Rhabdodontidae, de dos metros de longitud, y un titanosaurio saurópodo cuya conservación resulta excepcional.

Un hallazgo reciente que redefine la paleontología de Transilvania.
 / Eötvös Loránd University
La capa principal del yacimiento tiene medio metro de espesor y una densidad superior a los cien restos por metro cuadrado. Algunos esqueletos permanecen articulados, lo que permite estudiar sus estructuras anatómicas completas. También se han hallado fragmentos de tortugas del género Kallokibotion y fósiles de reptiles menores y moluscos, además de microfósiles vegetales que ayudan a reconstruir la flora del entorno. La variedad y el estado de los restos convierten este conjunto en un referente científico.

El descubrimiento de este yacimiento, denominado K2, se produjo durante las campañas desarrolladas entre 2019 y 2023 por el Grupo de Investigación de Dinosaurios Valiora. El equipo, dirigido por Gábor Botfalvai, de la Universidad Eötvös Loránd, y Zoltán Csiki-Sava, de la Universidad de Bucarest, excavó una superficie inferior a cinco metros cuadrados en la que recuperó más de 800 fósiles de vertebrados. Botfalvai explicó que aquel primer contacto con el terreno marcó un punto de inflexión, cuando el grupo observó huesos de gran tamaño y una conservación inusual. Desde entonces, las excavaciones sistemáticas han confirmado que la densidad fósil de K2 no tiene equivalente en toda la cuenca de Hațeg.

Los investigadores vinculan los fósiles a la evolución insular de los dinosaurios

Los resultados publicados en la revista PLOS ONE evidencian la trascendencia del hallazgo. Csiki-Sava destacó que este conjunto constituye la acumulación de vertebrados más antigua registrada en la cuenca y que su estudio permite rastrear las etapas iniciales de la fauna insular de Transilvania. El equipo considera que la comparación con yacimientos más recientes del Maastrichtiense mostrará la continuidad de las especies y la estabilidad ecológica de la región durante los últimos millones de años del Cretácico. Estos datos ayudarán a establecer con mayor precisión la evolución y dispersión de los dinosaurios europeos antes de su extinción.

El contexto geológico explica cómo se preservó una concentración tan alta de restos. El análisis sedimentológico realizado por Soma Budai, de la Universidad de Pavía, indica que en el área existió una laguna alimentada por crecidas periódicas. Las corrientes, procedentes de zonas elevadas, arrastraban cuerpos de animales que quedaban depositados al disminuir la fuerza del agua en el delta. Este proceso originó una acumulación densa y bien conservada, con huesos sin abrasión ni deterioro notable. El sedimento gris azulado de arcillas finas selló los fósiles y mantuvo su integridad a lo largo de 72 millones de años.

El conjunto de datos tafonómicos y paleobotánicos permitirá reconstruir con detalle el paisaje y las dinámicas ecológicas del Cretácico en la cuenca de Hațeg, ofreciendo una visión más completa de cómo funcionaban los ecosistemas europeos antes de la extinción global.

eldiario.es

lunes, 8 de diciembre de 2025

El esqueleto de dinosaurio hallado en Argentina que da claves al rompecabezas de su evolución

En la precordillera riojana de los Andes se encontró el fósil casi completo de una especie hasta ahora desconocida. Vivió hace 230 millones de años

Ilustración de reconstrucción en vida de Huayracursor jaguensis.
/ Jorge Blanco (CICTERRA)
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Un equipo de paleontólogos argentinos encontró a más de 3.000 metros de altura en la precordillera andina, en el centro oeste de la provincia de La Rioja, el esqueleto casi completo —y prácticamente articulado— de un dinosaurio que vivió hace unos 230 millones de años, uno de los más antiguos conocidos en el planeta. Se trata de un fósil que se cree que dará claves al rompecabezas de la evolución de los primeros parientes de los enormes dinosaurios de cuello largo que dominaron el Jurásico y el Cretácico.

Se trata de una nueva especie bautizada Huayracursor jaguensis, en honor al viento y a la cercanía con el pequeño pueblo de Jagüe, y que sería un ancestro de los grandes dinosaurios de cuello largo que vivieron en el Triásico tardío, una etapa de grandes transformaciones en los ecosistemas terrestres, marcada por la irrupción de los primeros dinosaurios y los antepasados de los mamíferos. El descubrimiento de este espécimen y de otros animales contemporáneos, ha sido publicado en la prestigiosa revista científica Nature.

El hallazgo tuvo lugar en la Quebrada Santo Domingo, en el departamento Vinchina, una zona de altura, barrida por vientos y sometida a temperaturas extremas y cambiantes. De gran riqueza fosilífera, con afloramientos de rocas de distintas edades y un paisaje imponente, se consideraba una cuenca geológica hasta ahora inexplorada. Durante las últimas cinco décadas, la mayoría de la fauna triásica sudamericana fue hallada en la cuenca Ischigualasto-Villa Unión, compartida entre las provincias de San Juan y La Rioja, en el estado de Río Grande do Sul (Brasil).

“Cuando encontrás algo así, pasan dos cosas al mismo tiempo: la alegría absoluta del hallazgo y la toma de conciencia inmediata de todo el trabajo que vendrá por delante”, asegura el paleontólogo Jeremías Taborda, investigador en el Centro de Investigaciones en Ciencias de la Tierra (Cicterra) de la Universidad Nacional de Córdoba, y experto en biomecánica computacional.

El descubrimiento

Parte de los huesos recuperados de Huayracursor./ CICTERRA
Las primeras campañas de prospección en la quebrada de Santo Domingo comenzaron en 2015. “En ese momento no sabíamos que había dinosaurios en el lugar, aunque fuimos con la idea de que podría haberlos”, explica Martín Hechenleitner, biólogo y doctor en Ciencias Naturales por la Universidad Nacional de La Plata, investigador del Conicet.

“No íbamos a buscar algo en particular, íbamos a ver qué había porque no se conocía nada; entonces, cualquier cosa que encontráramos era importante”, asegura el paleontólogo Taborga.

Un año después, se hallaron los primeros fósiles triásicos. Y en marzo de 2018, emergieron los indicios de un dinosaurio completamente desconocido. “Una mañana uno de los colegas (Agustín Martinelli) se topó con unos pequeños huesos de pie de dinosaurio. Rápidamente, nos dimos cuenta de que eran unas falanges”, recuerda Hechenleitner, quien también es curador de la colección de paleontología de vertebrados en el Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica de La Rioja (Crilar).

Martinelli, investigador del Conicet en el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia, rastreó la procedencia de esas falanges. Primero identificó un pie articulado a una pata que, luego, llevaría al equipo investigador al esqueleto casi completo. Del animal se recuperó una parte del cráneo, una serie vertebral hasta la cola, las extremidades anteriores y posteriores casi completas, y la cadera.

Parte del equipo de trabajo en el campo./ CICTERRA
Para extraerlo se armó lo que comúnmente se llama “bochón”. Es una técnica mediante la cual se corta el bloque de roca que contiene el fósil, se envuelve en vendas de yeso y se transporta al laboratorio, donde se abre con herramientas de precisión. En este caso, el “bochón” fue analizado a través del tomógrafo de un hospital, lo cual permitió confirmar que el esqueleto estaba casi completo y en posición anatómica, tal como había muerto.

El trabajo científico sobre los restos fósiles tardó más de dos años y medio después del proceso de limpieza y preparación. Se estudió hueso por hueso, se comparó con especies ya conocidas de ese mismo período y se analizó si pertenecía a un linaje ya descrito o si representaba algo completamente distinto.

“Estimamos que Huayracursor tiene entre 225 y 230 millones de años, lo que lo convierte en uno de los dinosaurios más antiguos del mundo”, dice Taborda. El hallazgo es comparable a algunos descubrimientos en el Parque Ischigualasto en San Juan, patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco, considerado uno de los yacimientos paleontológicos más ricos del mundo en cuanto a terápsidos (reptiles mamiferoides) y dinosaurios primitivos, así como un sitio único para estudiar la historia de la vida en la Tierra.

En Argentina, el hallazgo de dinosaurios ha ocurrido principalmente en las provincias de La Rioja y San Juan y en la Patagonia, todos lugares favorecidos por el levantamiento de la cordillera de los Andes.

Una especie desconocida

Comparación del esqueleto de Huayracursor con otras especies y con
 un esqueleto humano. / CICTERRA
Huayracursor es un dinosaurio primitivo con dos rasgos característicos: cuello más largo y tamaño más grande que sus contemporáneos, lo que confirma su aparición temprana. Un adulto mediría unos dos metros de largo y pesaría entre 18 y 20 kilos. “Era un animal relativamente chico para la idea que uno tiene de los dinosaurios, pero para esa antigüedad era de los dinosaurios más grandes de su época”, explica Taborda.

Además de permitir estudiar cómo se originaron y evolucionaron los primeros parientes de los enormes dinosaurios de cuello largo que dominaron el Jurásico y el Cretácico, como los gigantes colosales Argentinosaurus o Patagotitan, el descubrimiento también genera información geológica nueva. A partir de estudios especializados, se reconoce que los terrenos triásicos del norte de la precordillera riojana pertenecen a una cuenca sedimentaria que evolucionó de manera independiente de otras cuencas sudamericanas del mismo período. Esto abre la puerta a ampliar la exploración más al oeste, en plena cordillera de los Andes.

“Además del valor científico, el hallazgo tiene una importancia desde el punto de vista social”, detalla Hechenleitner. En la provincia se trabaja en la creación de un corredor turístico-cultural llamado “la ruta de los dinosaurios”, que busca poner valor a los sitios paleontológicos del interior de La Rioja. La intención es generar experiencias de visitación pública, con recreaciones digitales y desarrollo de turismo científico. Los investigadores destacan que este tipo de proyectos pueden convertirse en alternativas de desarrollo sostenible para comunidades pequeñas, algunas de ellas de menos de 2.000 habitantes.

El fósil actualmente está depositado en el Crilar, el repositorio de la localidad riojana de Anillaco. En Argentina, los fósiles son patrimonio de la provincia donde se colectan

elpais.com

sábado, 6 de diciembre de 2025

El Museo del Jurásico recupera dos nuevos fósiles de un gran dinosaurio saurópodo

Las piezas trasladadas al MUJA son las vértebras del sacro articuladas y las últimas vértebras dorsales del dinosaurio cuyo peso, de algo menos de una tonelada cada uno

El MUJA recupera dos nuevos bloques fósiles de un gran dinosaurio saurópodo
 con la ayuda del Ejército de Tierra. Principado
El Museo Jurásico de Asturias ha recuperado este viernes, con la colaboración de un helicóptero de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra y del Batallón de Helicópteros de Maniobra III, dos nuevos bloques con restos fósiles de un gran dinosaurio saurópodo localizado en los acantilados de Ribadesella.

Las piezas trasladadas al MUJA son las vértebras del sacro articuladas y las últimas vértebras dorsales del dinosaurio cuyo peso, de algo menos de una tonelada cada uno, unido a la dificultad de acceso al yacimiento y la relevancia del material, han obligado a utilizar un helicóptero y a solicitar la ayuda del Ejército para su traslado al museo.

El traslado de este material, al que ha asistido, la consejera de Cultura, Política Llingüística y Deporte de Asturias, Vanessa Gutiérrez, pone fin a la segunda campaña de excavación del MUJA realizada en los acantilados de Ribadesella por el equipo científico del museo junto con el investigador del Museo de Trelew (Chubut, Argentina) Pablo Puerta y el paleontólogo y responsable de la Colección Estatal de Paleontología y Geología de Baviera, Oliver Rauhut.

En la primera campaña de excavación, realizada el pasado julio, se recuperó un bloque con varias vértebras de la cola y se extrajeron otras vértebras caudales, un pubis, un isquion, una costilla completa y cuatro chevrones, todas partes del mismo ejemplar que las piezas actuales. Además, en esta segunda campaña, iniciada en septiembre, se recuperó otro bloque de gran tamaño con una de las escápulas del saurópodo.

Para ambos trabajos fue necesaria la ayuda del helicóptero del Servicio de Emergencias del Principado (Sepa) y la colaboración de la Guardia Civil, que trasladó herramientas y materiales al yacimiento, así como del Ayuntamiento de Colunga, que se encargó del transporte del material a las instalaciones del museo.

Está previsto que los trabajos en el yacimiento del equipo científico prosigan el próximo año y que sean necesarias al menos dos o tres campañas más para extraer todos los restos fósiles del saurópodo, de cuello y cola largos, cuadrúpedo y herbívoro, que se estima midiese unos 20 metros de longitud, informa Efe.

lavozdeasturias.es

jueves, 4 de diciembre de 2025

HORARIO DEL MUSEO DE DINOSAURIOS EN EL PUENTE DE LA CONSTITUCIÓN 2025

Horario del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos):

SÁBADO, 6 DE DICIEMBRE: DE 10:00 A 14:00 H. 

DOMINGO, 7 DE DICIEMBRE: DE 10:00 A 14:00 H.

LUNES, 8 DE DICIEMBRE: CERRADO.

RESTO DE LA SEMANA: HORARIO HABITUAL.


¡OS ESPERAMOS!

Descubren en Bolivia el yacimiento de huellas y rastros de natación de dinosaurios más extenso del mundo, con más de 16.000 icnitas identificadas

Un estudio exhaustivo publicado en PLOS ONE documenta la mayor concentración mundial de icnitas, incluyendo rastros de natación y arrastre de cola, ofreciendo una instantánea sin precedentes de la actividad en una costa del Cretácico Superior.

Huellas con estilo de conservación M5 en el yacimiento CP3. Obsérvese las
ondulaciones en la superficie de la capa. Crédito: R. Esperante et al., 2025
El suelo de la Carreras Pampa, en el Parque Nacional Torotoro, no es simplemente tierra y roca. Es un palimpsesto gigante, una página monumental de la historia natural donde las pisadas de incontables dinosaurios se sobreimprimieron una y otra vez, creando un archivo de movimiento de más de sesenta y seis millones de años de antigüedad.

Una investigación meticulosa publicada en la revista PLOS ONE ha logrado ahora descifrar una parte sustancial de este registro, identificando y clasificando más de dieciséis mil huellas individuales, lo que consolida a este yacimiento boliviano como el sitio con la mayor densidad y diversidad de icnitas dinosaurias conocidas en el mundo.

El estudio, liderado por Raúl Esperante del Geoscience Research Institute de California, Estados Unidos, y desarrollado por un equipo internacional, se centró en nueve sectores concretos dentro de la vasta extensión de Carreras Pampa. La metodología empleada combinó prospección sistemática en superficie con análisis fotogramétricos y morfométricos detallados, permitiendo discriminar entre las más de dieciséis mil impresiones atribuidas a dinosaurios terópodos –carnívoros mayoritariamente bípedos– que habitaron la región durante el Cretácico Terminal. La escala del conteo supera cualquier concentración previamente documentada, estableciendo nuevos parámetros para el campo de la icnología.

A) Mapa de Bolivia en el que se muestran las principales regiones geológicas. El cuadrado negro destaca la ubicación del Parque Nacional Torotoro (TTNP) dentro de la Cordillera Oriental. B) Vista aérea desde un dron del sinclinal de Torotoro desde el noroeste. Se indican las principales formaciones geológicas. El yacimiento de huellas de Carreras Pampa está marcado como CP. C) Vista aérea desde un dron del yacimiento de huellas de Carreras Pampa con los yacimientos marcados como CP1-CP9. Una barra blanca mide 15 m de largo, lo que corresponde a la longitud de la pared lateral de la pasarela. Hay dos camionetas pickup situadas en el lado derecho, cerca del sitio CP6. Los iconos naranjas con forma de pájaro indican el área aproximada de las huellas de aves. El símbolo de la ola indica las regiones con las ondulaciones más notables, aunque se encuentran en todo el lecho de huellas expuesto. La línea blanca indica dónde se revela la capa que contiene las huellas en una sección transversal vertical. Crédito: R. Esperante et al., 2025

La significancia del yacimiento, sin embargo, no reside únicamente en el número abrumador, sino en la extraordinaria variedad comportamental que los rastros encapsulan. Las huellas, que varían en tamaño desde las diminutas, de menos de diez centímetros, hasta las grandes, que superan los treinta centímetros de longitud, capturan un repertorio completo de acciones.

Los investigadores han logrado diferenciar entre pisadas firmes dejadas en substrato blando, huellas profundas que sugieren movimientos enérgicos o cambios bruscos de dirección, y un conjunto particularmente revelador: las llamadas swim tracks o rastros de natación.

Estos últimos, marcas alargadas y rasguños poco profundos, se interpretan como el resultado de dinosaurios que, en aguas someras, impulsaban su avance tocando el fondo con las garras de sus pies. A estos se suman los rastros sinuosos dejados por el arrastre de la cola, un tipo de evidencia directa de postura y locomoción excepcionalmente rara en el registro fósil. La conjunción de todos estos elementos –marcha, carrera, giros, natación y arrastre caudal– en un mismo estrato geológico proporciona una visión dinámica y multifacética de la paleoecología del lugar.

C) Huellas profundas de la pista T22-2-25. D) Conjunto de cinco huellas muy profundas de la pista TS102. Las flechas blancas indican rastros de cola. E) Huella L10 de la pista T22-126. Los dígitos están marcados con los números II, III y IV. h = hallux. Las escalas en C y D son en secciones de 10 cm, y la escala en E es de 20 cm. Crédito: R. Esperante et al., 2025

La orientación predominante de las huellas, alineadas en una dirección noroeste-sureste, junto con la preservación de rizaduras en la superficie de la misma capa de limolita, constituye la clave para reconstruir el paleoambiente. Esta evidencia sedimentológica indica de manera concluyente que los dinosaurios se desplazaban paralelos a la línea de una costa antigua, posiblemente una llanura mareal o una zona lagunar marginal.

La recurrencia de la dirección en miles de impresiones sugiere un patrón de movimiento no aleatorio, quizás vinculado a rutas de migración, desplazamientos diarios entre zonas de alimentación y descanso, o simplemente el seguimiento de un litoral que ofrecía un terreno transitable.

La densidad de las icnitas, donde en algunos sectores la superficie parece literalmente pavimentada con ellas, lleva a los autores a caracterizar el área como una zona de tráfico intenso. La identificación de varias huellas paralelas, aunque sin formar secuencias de pasos estrictamente sincronizadas, abre la puerta a la interpretación de movimientos grupales, un dato conductual de primer orden para entender la sociabilidad de estos terópodos. La Carreras Pampa emerge así no como un sitio de un evento aislado, sino como una autopista costera extremadamente concurrida durante un período geológico concreto.

La preservación de las huellas, catalogada en varios morfotipos dentro del estudio, se debe a una combinación de factores tafonómicos afortunados. Los dinosaurios pisaron un sustrato de limo húmedo y blando en la orilla, dejando impresiones nítidas que luego fueron rellenadas rápidamente por sedimentos más finos, probablemente en episodios de crecida o marea alta.

Este enterramiento rápido permitió su conservación antes de que la erosión o el pisoteo posterior las destruyera. Posteriormente, los procesos de diagénesis endurecieron los sedimentos, y la erosión moderna ha ido removiendo la capa superior, exponiendo de nuevo el pavimento fosilífero.

El doctor Esperante, en el contexto de la publicación, destacó la singularidad del lugar como una ventana excepcional al pasado, no solo por la cantidad de individuos que por allí transitaban, sino por la riqueza de información sobre sus actividades específicas durante el tránsito. La experiencia en el campo, según describen los investigadores, es sobrecogedora: cada metro cuadrado de roca examinado contiene decenas de testimonios de vida antigua, un sentimiento de inmersión total en un ecosistema desaparecido.

El trabajo representa sin duda un hito para la paleoicnología mundial y posiciona a Bolivia, ya de por sí reconocida por su abundancia de sitios con huellas, en un nivel de relevancia científica aún mayor. No obstante, los propios autores subrayan que lo documentado es solo una fracción.

Miles de huellas adicionales en Carreras Pampa y en otros yacimientos de la región aguardan aún ser cartografiadas y analizadas, prometiendo futuros descubrimientos que seguirán ampliando nuestra comprensión de los últimos días de los dinosaurios en el continente suramericano. La roca de Torotoro, tallada por garras prehistóricas, aún tiene muchas historias que contar.

FUENTES

Public Library of Science (PLOS)

Esperante R, McLarty JA, Nick KE, Pompe LR, Biaggi RE, Medina HDB, et al. (2025) Morphotypes, preservation, and taphonomy of dinosaur footprints, tail traces, and swim tracks in the largest tracksite in the world: Carreras Pampa (Upper Cretaceous), Torotoro National Park, Bolivia. PLoS One 20(12): e0335973. doi.org/10.1371/journal.pone.0335973

labrujulaverde.com

domingo, 30 de noviembre de 2025

Ver fósiles de dinosaurios en España: yacimientos en Teruel, La Rioja y Asturias para una aventura jurásica

Museo Jurásico de Asturias. Cortesía de MUJA
España es una potencia paleontológica silenciosa. Entre montañas, playas y cañones se esconde un patrimonio jurásico que nada tiene que envidiar al de Utah o Alberta. Desde las huellas fosilizadas de saurópodos en Asturias hasta el estegosaurio de Teruel, pasando por los más de 9.000 rastros documentados en La Rioja, el país permite caminar, literalmente, sobre el pasado.

Teruel: estegosaurios, iguanodontes y 250 huellas nuevas

Pocas provincias pueden presumir de un museo paleontológico tan activo como Teruel. Y no es una hipérbole: en el yacimiento de Santa Ana (Ababuj), la Fundación Dinópolis ha registrado más de 250 nuevas huellas fósiles, entre las que destacan rastros de saurópodos, ornitópodos y terópodos. Este hallazgo, comunicado en febrero de 2024, forma parte del “Plan de protección patrimonial Dinoexperience” financiado por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con fondos Next Generation-EU.

Dinópolis. Cuatro.
El protagonismo lo comparte el estegosaurio fósil de El Castellar, un ejemplar tan excepcional que ha sido clave en una revisión taxonómica publicada por la UNED y la Fundación Dinópolis en la revista Zoological Journal of the Linnean Society. Además, Teruel alberga el Iguanodon más antiguo encontrado, con una datación de entre 125 y 127 millones de años, lo que confirma su relevancia para entender la evolución de los dinosaurios herbívoros en Europa.

La Rioja: más de 9.000 huellas en el “valle de los dinosaurios”

La comarca de Enciso e Igea, en La Rioja, acoge la mayor concentración de huellas fósiles del país: más de 9.000 icnitas distribuidas en 110 yacimientos de 21 municipios, muchos de ellos señalizados y visitables en rutas a pie o en coche. La propia web del Gobierno de La Rioja destaca este legado como un "Lugar de Interés Geológico Español de relevancia internacional" bajo la clave Geosite FC001, centrado en icnitas del Cretácico Inferior.

El Centro de Interpretación Paleontológica de Igea expone el fósil más completo del dinosaurio Hypsilophodon foxii hallado en España, con 74 piezas óseas bien conservadas.

Yacimientos como Peñaportillo (Munilla) permiten contemplar huellas de estegosaurio y carnívoros con alto nivel de detalle, mientras que en La Canal se documenta un rastro de 31 huellas consecutivas a lo largo de 27 metros, el más largo de La Rioja.

Asturias: la costa jurásica entre Lastres y Ribadesella

Museo Jurásico de Asturias. MUJA
En la franja litoral entre Colunga y Ribadesella, Asturias atesora uno de los entornos más ricos en fósiles de Europa. La conocida Costa de los Dinosaurios presenta formaciones geológicas del Jurásico con huellas visibles al aire libre, accesibles por rutas señalizadas.

La Playa de La Griega, a apenas 2 km del Museo del Jurásico de Asturias (MUJA), exhibe las huellas de dinosaurio más grandes de España, correspondientes a saurópodos gigantes que caminaron por esta zona hace entre 201 y 145 millones de años. El propio MUJA conserva más de 8.000 fósiles, incluidos 200 de dinosaurios, tortugas, peces y cocodrilos, además de 150 icnitas, lo que lo convierte en un referente europeo para la divulgación paleontológica.

En el Acantilado de Tereñes, cerca de Ribadesella, pueden observarse rastros de estegosaurios y ornitópodos impresos en la roca caliza. El espacio está declarado como Monumento Natural, lo que garantiza su protección y conservación.

Más allá del triángulo jurásico: otros destinos con fósiles en España

Aunque Teruel, La Rioja y Asturias concentran los yacimientos más célebres, el patrimonio paleontológico español se extiende mucho más allá. Otras comunidades autónomas han documentado hallazgos significativos y ofrecen experiencias para el visitante interesado en los dinosaurios, tanto en museos como en rutas al aire libre.
  • Cuenca: El yacimiento de Las Hoyas, en La Cierva (Cuenca), es uno de los más importantes de Europa para estudiar el ecosistema de agua dulce del Cretácico Inferior, con fósiles de peces, cocodrilos, insectos y plantas excepcionalmente conservados. Aquí se descubrió al dinosaurio Concavenator corcovatus, un terópodo con una peculiar joroba ósea en la espalda, apodado el “jurasaurio jorobado” por la prensa científica. Este ejemplar es una de las joyas del Museo de Paleontología de Castilla-La Mancha (MUPA), en Cuenca capital y una réplica de un Tyrannotitan de ocho metros de longitud.
  • Burgos: En la provincia de Burgos, la Sierra de la Demanda alberga una veintena de yacimientos con huellas fósiles de dinosaurios. El más destacado es el de Costalomo, donde pueden observarse icnitas tridimensionales elevadas, un fenómeno paleontológico poco común a nivel mundial. Según la Junta de Castilla y León, “se trata del único yacimiento del mundo donde las huellas fósiles sobresalen del terreno”. En Salas de los Infantes, el Museo de Dinosaurios expone fósiles originales, fragmentos de huevos, icnitas y reconstrucciones de especies halladas en la comarca y restos originales del Demandasaurus darwini, un saurópodo ibérico único el Arcanosaurus, un reptil marino del Cretácico.
  • Cataluña: En el Pirineo catalán, especialmente en la comarca del Pallars Jussà, se han descubierto restos de algunos de los últimos dinosaurios que habitaron Europa antes de la extinción masiva de hace 66 millones de años. El Instituto Catalán de Paleontología (ICP) ha estudiado ampliamente yacimientos como Conques y Abella de la Conca, donde se han encontrado restos de titanosaurios, hadrosaurios y huevos fósiles. El Museu de la Conca Dellà, en Isona, ofrece una ruta jurásica que incluye visitas a yacimientos y reproducciones a tamaño real de los dinosaurios que poblaron el Prepirineo hace 70 millones de años.

viernes, 28 de noviembre de 2025

Ganadores del XVII Concurso Internacional de Ilustraciones Científicas de Dinosaurios 2025

¡Ya conocemos los ganadores de esta nueva edición! 

La Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León junto con el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes han organizado conjuntamente el XVII Concurso Internacional de Ilustraciones Científicas de Dinosaurios 2025.

El tema principal del concurso son las ilustraciones sobre dinosaurios, que pueden representar reconstrucciones de los animales en vida (locomoción, reproducción, alimentación, etc.), situaciones de conducta (caza, lucha, grupos familiares, manadas y otros), en su medio, de los fósiles originales y de los ecosistemas que ocuparon. Otros grupos de seres vivos ilustrados han sido tortugas, reptiles marinos y pterosaurios, además de documentarse la vegetación y los paisajes característicos del Mesozoico.

Es el único concurso de estas características que se celebra en España y de los pocos que existen a nivel mundial. Su calidad está basada en las ilustraciones y el jurado que valora las obras presentadas; en esta ocasión ha estado formado por un equipo de 5 especialistas de distintas nacionalidades:

Andrey Atuchin (Rusia), paleoilustrador.

Peter Faikhingham (Reino Unido), Pedro Mocho (Portugal) y Diego Castanera (España). Paleontólogos especializados en dinosaurios.

Diego Monteromiembro del Comité científico del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (España).

En esta decimoséptima edición se han presentado un total de 24 ilustraciones de 18 paleoilustradores de América del Norte y América del Sur (Canadá, México y Argentina) y Europa (España, Italia y Ucrania). El concurso está consolidado como referencia internacional para artistas de la paleontología.

Se pueden ver todas las obras en este Blog de la Fundación Dinosaurios CyL en el apartado derecho del Blog titulado "Trabajos presentados XVII Concurso Internacional de Ilustraciones Científicas de Dinosaurios 2025". Y de manera presencial en la Exposición que se expondrá en diciembre en el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos).

Los premios están financiados por la Fundación Dinosaurios CyL y por la empresa salense Hernáiz Construcciones Hercam, S.L. 

Los premios otorgados han sido los siguientes: 

PRIMER PREMIO:

"Dilophosaurus wetherilli". Autor: Franco Tempesta (Italia).

Es el atardecer de otro día, para muchos es hora de retirarse y descansar, pero para este Dilophosaurus wetherilli es hora de cazar.

Técnica: digital (computer painting).

SEGUNDO PREMIO:

"Microraptor e Indrasaurus". Cristian Jesús Pampim (Argentina).

La obra representa a un individuo de la especie Microraptor zahaoianus alimentándose de un lagarto Indirasaurus wangi. Se inspira en los restos hallados en la Formación Jiufotang, -Liaoning, China- identificados STM5-32, en los que se preservan un espécimen de Microraptor con el contenido de su última comida, en este caso, un lagarto descripto como una nueva especie a partir de esos restos y nombrado Indrasaurus wangiEntre otros aspectos, es interesante la posición en la que se advierte que fue ingerido el lagarto, comenzando por la cabeza, como acostumbran hacerlo aves actuales, y en lo que se basó para su reconstrucción. 

El autor ha ubicado a Microraptor en el suelo, a la sombra de un bosque que lo cubre casi por completo. La escasa luz que logra filtrarse permite ver la iridiscencia de su plumaje , según los descripto en 2012 en base al estudio del espécimen BMNHC PH881. Lo cubre principalmente follaje de Ginkgoale Baiera -presente en esa misma formación- y ramas de una planta magnólida, de la cual se tiene registros de presencia en la formación Jiufotang a través de trazas de polen y por los restos encontrados en el estomago del ave fósil Jeholornis, en dicha formación. 

Técnica: Ilustración digital. 

PREMIO TIERRA DE DINOSAURIOS:

Hipsilofodóntido en Salas de los Infantes”. Autor: Juan José Castellano Rosado (España).

La ilustración representa un individuo de la especie Hipsilofodonte. Está inspirada en la ilustración que realizó el autor para la primera edición del concurso. Es el área de Salas, durante el Cretácico Inferior, y donde un Hipsilofodóntido juvenil es arrastrado por una crecida del gran río que cruzaba la zona durante este periodo.

Técnica artística: Digital. Ilustración creada con medios digitales, y emulando las técnicas tradicionales de acuarela seca, pastel, tiza, y acrílico.

Por último, nos gustaría agradecer a todos los artistas que han participado en esta decimoséptima edición con sus maravillosas ilustraciones. ¡Os esperamos el próximo año!

También cómo no, a la empresa Hernáiz ConstruccionesHercam, S.L. por colaborar un año más en este concurso tan especial.

www.fundaciondinosaurioscyl.com

Descubren que hubo dinosaurios en la región de la Amazonía: un hallazgo que reescribe la prehistoria sudamericana

Son más de 10 huellas fosilizadas en la cuenca del Tacutu, hecho que modifica la comprensión paleontológica de una región que siempre pareció borrar su propio pasado

Las huellas atribuidas ornitópodos y dinosaurios acorazados muestran una diversidad
inesperada en un territorio considerado inadecuado para fósiles (Freepik)
Durante décadas, la imagen de la Amazonía como una región incapaz de preservar su historia dominó la perspectiva científica. Todo parecía indicar que aquel ambiente húmedo, dinámico y biológicamente activo no podía guardar registros fósiles de dinosaurios durante millones de años.

Sin embargo, un equipo de investigadores de la Universidad Federal de Roraima (UFRR) comprobó que esa percepción no representaba toda la verdad. Lo que ocurrió en la cuenca del Tacutu abrió un vacío nuevo en la línea de tiempo sudamericana.

El hallazgo de huellas de más de 103 millones de años en la cuenca del Tacutu
revela que la Amazonía conservó rastros prehistóricos pese a su ambiente
 hostil ( adolfo-atm - X)
Las huellas se identificaron en el municipio de Bonfim, en el extremo norte de Brasil, cerca de la frontera con Guyana. Eran más de diez marcaciones en una secuencia de rocas que pertenecían al Jurásico-Cretácico. Tenían más de 103 millones de años y ofrecían una constatación inédita: los dinosaurios también caminaron por la Amazonía. Este registro nunca existió antes, aunque se conocían fósiles de estos animales en otras regiones del país.

El hallazgo documentado se construyó a partir de una observación que sorprendió al equipo. Las marcas revelaban la presencia de distintos grupos, lo que mostraba un ecosistema mucho más diverso de lo que se imaginaba. Algunos rastros correspondían a rapaces, predadores ágiles que dominaron varios ambientes del planeta.

Otros pertenecían a ornitópodos, herbívoros bípedos que convivían en grandes manadas. También aparecían señales de xireóforos, un linaje acorazado que desarrolló placas óseas en la parte superior del cuerpo. Ningún registro permitía determinar especies exactas, pero el conjunto mostraba un mosaico inesperado.

Se estima que la cuenca del Tacutu podría albergar cientos de huellas
más lo que convertiría a la región en un sitio icnológico clave de
Sudamérica (Agencia Brasil)
La aparición de estas huellas provocó un movimiento inmediato en la comunidad paleontológica. Por primera vez, existía evidencia directa de que esos animales habitaron un sector del continente que siempre se consideró desfavorable para preservar registros.

El descubrimiento generó una respuesta rápida entre especialistas que buscaban comprender cómo este rincón amazónico resistió la erosión, los cambios de nivel del agua y la intensa dinámica geológica.

En la región de Tacutu, la historia geológica operó de manera diferente. El investigador Lucas Barros explicó que en aquel tiempo el área funcionaba como un valle muy húmedo, rodeado de cauces fluviales y vegetación abundante. El lodo recibía las pisadas de los animales y, con el paso del tiempo, perdía humedad y se endurecía. Esa capa endurecida quedaba enterrada bajo nuevos sedimentos y se convertía en una roca capaz de resistir la erosión.

Investigadores de la UFRR identificaron por primera vez evidencia
concreta de dinosaurios en la Amazonía lo que modifica la comprensión
 paleontológica regional ( Crédito: JPavani/Reproducción)
Según Barros, “el Tacutu habría sido un valle con varios canales fluviales que corrían juntos. Era un lugar con abundante agua y vegetación”. En ese ambiente, las huellas dejaron impresiones profundas y estables que permanecieron ocultas durante millones de años.

La preservación también dependió de un detalle ecológico que parecía menor, pero que desempeñó un papel esencial: una franja de vegetación de sabana que aún existe en la cuenca. Esa área más abierta permitió que ciertos afloramientos rocosos quedaran expuestos sin que la selva los cubriera por completo.

Gracias a esa ventana geológica, los investigadores encontraron no solo huellas, sino también fósiles de plantas, restos de invertebrados, troncos petrificados e impresiones de hojas.

“Esta franja de sabana nos permite encontrar afloramientos en las rocas y verificar si contienen algún material fósil”, comentó Barros. La Amazonía, que siempre pareció borrar su historia, ofreció una excepción inesperada.

El hallazgo que esperó once años

La cuenca del Tacutu funcionaba como un valle húmedo donde el lodo
endurecido permitió que las pisadas se transformaran en rocas capaces
de resistir el clima (Agencia Brasil)

La historia del descubrimiento no fue lineal. En realidad, empezó en 2014, cuando un grupo de estudiantes de geología de la UFRR participó en una salida de campo dirigida por el profesor Vladimir Souza.

En aquel momento, la universidad no contaba con un especialista en paleoecología ni con los equipos necesarios para analizar las huellas. La ausencia de recursos y la preocupación por posibles intervenciones externas llevaron al equipo a tomar una decisión drástica: guardar silencio. Souza explicó que, si divulgaban el hallazgo demasiado pronto, otros grupos podrían apropiarse de la investigación y desplazar el trabajo local.

El proyecto quedó archivado durante años, mientras las rocas esperaban a que una nueva generación retomara el desafío. Recién en 2021, Lucas Barros decidió revisar el material. Lo hizo con apoyo del paleontólogo Felipe Pinheiro, de la Universidad Federal de Pampa (Unipampa). Ambos desarrollaron una línea de estudio que combinó trabajo de campo, análisis detallado y técnicas modernas.

El uso de fotogrametría permitió crear modelos 3D detallados que revelaron
 nuevos afloramientos y ampliaron el alcance científico del descubrimiento
 (Crédito: NHM/Reino Unido)
La fotogrametría permitió crear modelos 3D de gran precisión, lo que ofreció una lectura completamente nueva del registro fósil. Con estas herramientas, Barros amplió la búsqueda y descubrió nuevos afloramientos que no estaban identificados en 2014.

La revisión del sitio transformó lo que parecía un conjunto aislado en un yacimiento vasto y prometedor. Barros estima que la cuenca del Tacutu podría contener cientos de huellas aún sin analizar. Durante su investigación, detectó nuevas áreas en el Territorio Indígena Jabuti y encontró cuatro zonas con un potencial científico enorme. Los rastros no solo aumentaron en número, sino también en variedad. Las distintas profundidades, tamaños y orientaciones de las huellas sugieren dinámicas ecológicas que todavía no se comprenden por completo.

Investigadores de la UFRR identificaron por primera vez evidencia concreta de
dinosaurios en la Amazonía lo que modifica la comprensión paleontológica regional
El caso de Tacutu recuerda otros momentos en la paleontología sudamericana en los que pequeñas observaciones abrieron campos de investigación inmensos. En esta ocasión, las huellas no solo representan un avance científico, sino también un nuevo punto de partida. La presencia de distintos grupos de dinosaurios en la región plantea preguntas sobre las rutas migratorias, los ecosistemas amazónicos del pasado y las conexiones entre las faunas del norte y del centro de Brasil.

La lectura del paisaje geológico actual también ofrece pistas para futuras exploraciones. La región muestra una alternancia de áreas boscosas y zonas abiertas que permiten identificar afloramientos rocosos sin la interferencia inmediata de la vegetación tropical.

Esta configuración, que no es común en la Amazonía, funcionó como una ventana natural a un pasado remoto. La erosión expuso rocas que permanecían enterradas desde el Cretácico, y esa exposición permitió la detección de huellas que, en cualquier otro sector de la selva, se habrían desintegrado.

El descubrimiento contradice la idea tradicional de que la Amazonía no
preserva fósiles y abre nuevas preguntas sobre la fauna que habitó
 el Cretácico temprano ( Créditos: Jorge Blanco)
La investigación también enfrenta obstáculos sociales. Muchos de los sitios más prometedores se encuentran en propiedades privadas. Algunos ganaderos temen que la presencia de investigadores derive en disputas territoriales, demarcaciones de tierras o expropiaciones.

Esos temores dificultan el acceso científico a zonas clave y frenan el análisis detallado de los registros. A pesar de esas dificultades, Barros y su equipo avanzan en acuerdos para continuar las exploraciones de manera responsable y transparente.

El equipo cree que Tacutu podría convertirse en uno de los yacimientos icnológicos más importantes de Sudamérica. La posibilidad de que la Amazonía albergue un capítulo paleontológico tan extenso obliga a replantear el mapa fósil del país y del continente.

La región, que siempre pareció borrar su propio pasado, mostró que conserva historias más profundas de lo que se imaginaba. Bajo la selva, late un registro prehistórico que recién empieza a revelarse.

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