El yacimiento ha descubierto restos de dinosaurios,
mamíferos, cocodrilos, pterosaurios, lagartos, tortugas, anfibios y peces
|
UPV/EHU - Archivo |
Un trabajo llevado a cabo entre la UPV/EHU y la Universidad
de Zaragoza ha realizado un "profundo análisis" de fósiles de
dinosaurio de La Cantalera-1, en Teruel, uno de los yacimientos ibéricos del
Cretácico inferior con mayor diversidad de vertebrados.
Según ha indicado la Universidad Pública Vasca, este estudio
realizado con el centro universitario de Zaragoza ratifica la información que
se tenía sobre "un yacimiento con una gran biodiversidad de
vertebrados".
Los expertos han estudiado la estructura de los tejidos
fosilizados de los huesos, así como los procesos de fosilización. Según han
podido comprobar, la mayor parte de los dinosaurios encontrados en La
Cantalera-1 eran individuos juveniles.
El yacimiento de La Cantalera-1 está considerado como
"muy importante por la comunidad científica", por ser uno de los
yacimientos de la península ibérica con mayor diversidad de vertebrados del
Cretácico inferior.
DINOSAURIOS O PTEROSAURIOS
En este yacimiento, datado hace unos 130 millones de años,
se han descubierto restos de dinosaurios, mamíferos, cocodrilos, pterosaurios,
lagartos, tortugas, anfibios y peces.
Este trabajo de investigación multidisciplinar, llevado a
cabo por investigadores de los departamentos de Estratigrafía y Paleontología y
de Mineralogía y Petrología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la
UPV/EHU, junto con el Grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza, ha
estudiado tanto el proceso de fosilización o tafonomía que siguieron parte de
esos restos, así como la estructura interna que presentan los huesos o
paleohistología.
La primera autora del estudio y miembro del Departamento de
Estratigrafía y Paleontología de la UPV/EHU Leire Perales-Gogenola ha afirmado
que, aunque se trata de un yacimiento muy estudiado dada su importancia,
"ninguna investigación anterior lo había abordado desde estas perspectivas
ni con la profundidad" con que se ha realizado en este estudio.
Para el trabajo se escogieron dos grupos de dinosaurios, el
de los ornitópodos, cuyos restos son abundantes en el yacimiento, y los
anquilosaurios, conocidos como dinosaurios acorazados, por poseer una armadura
de placas óseas.
Según han indicado, aunque estos extintos animales cuentan
con piezas fósiles grandes, el grupo de investigación recurrió a "restos
fragmentarios, pequeños trozos de hueso, y los huesos dérmicos. En este
sentido, Perales-Gogenola ha indicado que la metodología que se debería seguir
"implica realizar cortes en las muestras", y no deseaba "dañar
las piezas más importantes".
INDIVIDUOS JUVENILES
La parte del estudio de las estructuras internas de los
huesos fósiles o paleohistología, reveló que la mayoría de los dinosaurios
ornitópodos eran individuos juveniles. Han indicado también que al
inspeccionarlos por el microscopio, los huesos fosilizados muestran la misma
estructura que los huesos sin fosilizar, pues conservan todas sus características.
Esto permite, ha destacado la bióloga y paleontóloga de la
UPV/EHU, identificar los signos que indican si pertenecían a individuos adultos
o inmaduros, de tal modo que "se puede saber, por ejemplo, si se está
tratando con un dinosaurio grande pero juvenil, o si se trata de un dinosaurio
pequeño pero adulto".
En el estudio de la parte interna de los huesos dérmicos,
por su parte, los investigadores observaron "una serie de rasgos que otros
investigadores habían asociado con un grupo específico de anquilosaurios, por
lo que se pudo determinar "con mayor precisión, en algunos casos, de qué
tipo de dinosaurios se trataba", ha indicado la paleontóloga.
Para el estudio tafonómico, por otra parte, la investigadora
remarca la utilidad de haber analizado restos fragmentarios, "ya que son
huesos que sufrieron fracturas, por la presión propia del enterramiento
posterior, entre otras causas, y eso hizo que por esas fracturas se pudieran
filtrar diferentes materiales sedimentarios, que han quedado fosilizados junto
con los restos óseos, lo cual da una información muy valiosa sobre el ambiente
en el que se encontraban".
En esta parte del estudio se pudo deducir que esos huesos
sufrieron un enterramiento rápido, y llegaron pronto al nivel freático, en el
cual ya se dieron los procesos de fosilización. Además, se ha detectado
actividad microbiana en los huesos, presencia de bacterias formando tapetes
microbianos, y eso probablemente favoreció el proceso de fosilización.
Los resultados obtenidos han servido para aumentar el
conocimiento que se tenía del yacimiento, y, básicamente, han "confirmado
las características del ecosistema y el grado de maduración de los individuos
allí presentes, que habían sido ya descritos en estudios anteriores".
Los datos indican, han destacado, que fue un ecosistema
palustre, y servía de zona de abastecimiento para la fauna del lugar. Por la
abundancia de individuos juveniles y restos de cáscara de huevo, que también
son muy abundantes en el yacimiento, se ha sugerido que podría corresponder a
una zona de cría o de alimentación", ha detallado Perales-Gogenola.
Los próximos estudios en este yacimiento previstos por la
Universidad de Zaragoza abordarán la paleohistología de otros dinosaurios
presentes en La Cantalera-1, y profundizarán en la edad de la muerte de los
dinosaurios herbívoros, para certificar si se trata de una población natural o
hay una sobredimensión de los juveniles por cuestiones de depredación de
dinosaurios carnívoros que pudieron atacar con más frecuencia a individuos
juveniles que a individuos adultos.