Jochen Welle (i) y Luis Ángel Izquierdo, ayer en el Museo de Salas de los Infantes |
Te dejamos completa la noticia que recoge hoy Diario de Burgos, en la que se cuenta como Jochen Welle, dedica al CAS dos fósiles inéditos que encontró en Alemania
Jochen Welle, geólogo y músico, dedicó al Colectivo Arqueológico Salense (CAS)dos fósiles inéditos que encontró en Alemania
Llegó a Salas en el verano del 79 con un compañero y un profesor de su universidad en Münster (Alemania) para realizar un trabajo y se enamoró del entorno, de sus gentes y de una salense, Marisa, con la que comparte su vida desde entonces. Geólogo y sobre todo músico, Jochen Welle, regresa a Salas de los Infantes cada verano y cada Navidad. Un municipio al que está muy unido, del que disfruta y a cuyos vecinos ha tenido en cuenta a la hora de bautizar a unos fósiles inéditos que encontró en Alemania cuando estaba realizando su Tesis.
Las conchas y los caracoles de la cuenca de Colonia fueron el objeto de su estudio. «Un profesor me dijo dónde podía encontrar fósiles sobre éstos. Empecé a buscar y a estudiar lo que había recogido y llegué a la conclusión de que había descubierto unas veinte especies nuevas. Eso lleva mucho trabajo porque antes de anunciar una nueva especie hay que asegurarse», comenta Jochen Welle.
Después de cerciorarse de que, efectivamente, nadie antes había registrado algo similar, Jochen tuvo que nombrar a cada uno de los fósiles marinos que había descubierto. «Todos pertenecen a la familia de los molusco. Comencé a comerme el coco con cómo podía llamar a todos esos bichos. Puse el nombre de mi ciudad, el de un investigador que había trabajado anteriormente sobre ellos, nombres descriptivos, luego los de mis padres, profesores… Aún me quedaban varios por nombrar y pensé que por qué no dedicarle una especie a Silver (Luis Ángel Izquierdo), que es un buscador muy bueno en el campo y que siempre encuentra. Dependemos mucho de esta gente que va al campo y encuentra los bichos para que luego nosotros los determinamos», asegura.
Jujubinus Silveri, un perfecto caracol de hace 30 millones de años, es la pieza que Jochen dedicó a Luis Ángel Izquierdo, miembro del Colectivo Arqueológico de Salas y empleado del Museo. El propio Colectivo Arqueológico Salense (CAS) fue también la inspiración que este alemán utilizó para denominar a otro de sus hallazgos. «Este colectivo es una institución peculiar, que al principio no contaba con científicos, sino con aficionados y eso me gustó mucho. Llamé a otro de mis bichos Capulus Casensis. Casensis es el nombre de la especie, y el género es capulus, que significa gorrito pequeñito», recuerda el geólogo alemán. Ambas piezas pertenecen a un mar subtropical de Alemania que se puede comparar con Florida y están muy bien conservados, se parecen a los que se pueden encontrar en cualquier playa actual.
La música y Salas
Los fósiles han quedado ya atrás en la vida de Jochen Welle, y la música ha pasado a ser ahora su ocupación exclusiva. Profesor en el conservatorio de su ciudad, este alemán toca la batería en su grupo y con aquellos músicos que le piden que les acompañe en algún concierto, motivo que le obliga a viajar por toda Europa incluso a otros continentes. «He actuado en Mónaco, Suiza, Austria, Inglaterra y Sudamérica. Llevo tocando muchos años la batería con mi grupo y también con otros músicos. Con los conciertos y dando clases en el conservatorio sobrevivo, porque vivir de la música es complicado. He dejado los fósiles, aunque de vez en cuando busco alguno», comenta.
Han pasado tres décadas desde que Jochen Welle pisara esta comarca por primera vez. «Vine a Salas por una tesina, con un profesor mío que ya había trabajado en esta zona, en Castrovido. Me dijo a mí y a un compañero: Venid conmigo que os voy a llevar a una zona muy interesante. Llegamos para realizar una cartografía, un mapa geológico», cuenta. Al año siguiente regresaron para seguir trabajando y desde entonces no ha dejado de venir, aunque ahora, más en calidad de salense que de investigador. Jochen recuerda cómo durante su primera visita a Salas sólo podía hablar con pocas personas que también dominaban el francés, «así que aprendí rápido español», comenta este extrovertido alemán al que le gusta el carácter abierto de la gente de esta comarca. «Me gusta participar en las actividades que se hacen en Salas. La gente en Alemania no es tan abierta, no se pone todos los días un disfraz. Para preparar una actuación son más lentos y organizados. Aquí sois más explosivos», dice Jochen, al que, sin embargo, hay algo que no le gusta. «La puntualidad no es lo vuestro», añade.
Foto: Paco Azúa