martes, 28 de mayo de 2024

'Parque Jurásico' tenía razón: los Triceratops vivían en manada

Así lo demuestran recientes hallazgos fósiles.

Recreación de un grupo de Triceratops. Bart Bus / naturalis.nl
Triceratops, con su impresionante corona de tres cuernos y un robusto collar óseo, ha cautivado la imaginación de generaciones, consolidándose como uno de los dinosaurios más emblemáticos de la prehistoria. Su imagen ha desfilado desde museos de historia natural hasta las pantallas de cine, destacando en la icónica película "Parque Jurásico" de Steven Spielberg. Tradicionalmente considerados criaturas solitarias debido a la dispersión de sus fósiles, un reciente cambio de paradigma ha surgido en la paleontología. Hallazgos en los estados de Montana y Wyoming, EE. UU., han revelado que estos gigantes herbívoros podrían haber sido mucho más sociales de lo que se pensaba anteriormente, indicando que vivían y se desplazaban en manadas. Este descubrimiento no solo desafía la visión tradicional de su comportamiento, sino que también añade una capa de complejidad a nuestra comprensión de su vida diaria y supervivencia en un mundo hostil.

El ‘solitario’ dinosaurio con cuernos

Recreación de Triceratops. ALLVISIONN / iStock
Históricamente, los Triceratops fueron percibidos como dinosaurios solitarios, una imagen construida a partir de la ubicación dispersa de sus fósiles individuales. Estos enormes herbívoros del Cretácico tardío, reconocibles por sus tres cuernos prominentes y un gran volante óseo que protegía su cuello, parecían diseñados para la defensa individual contra depredadores como los tiranosaurios. Sin embargo, sus características también podrían sugerir una adaptación a la vida en grupo, ya que esos mismos atributos defensivos, utilizados en manada, ofrecerían una protección aún mayor y facilitarían la supervivencia colectiva.

El rastro de la vida en grupo

Esqueleto de Triceratops. Naturalis Biodiversity Center
En el yacimiento de Homer, ubicado en el sureste del estado de Montana, un descubrimiento revolucionario cambió nuestra percepción de los Triceratops. Aquí, un equipo de paleontólogos desenterró los fósiles de tres jóvenes Triceratops que yacían juntos, en estratos de roca datados en 66 millones de años de antigüedad. La situación geológica y la proximidad de los fósiles sugieren que estos dinosaurios no solo murieron juntos, sino que vivían en grupo, posiblemente como parte de una manada.

Steve Brusatte, del Museo Americano de Historia Natural y la Universidad de Columbia, comentó sobre el hallazgo: "Es emocionante, porque podemos decir algo más sobre cómo vivieron estos dinosaurios. Los fósiles confirman que los jóvenes Triceratops también viajaban juntos en grupo". La importancia de este descubrimiento se subraya por el hecho de que altera la narrativa establecida de que los Triceratops eran criaturas solitarias.

Joshua Mathews, del Museo Burpee de Historia Natural, fue el investigador principal del proyecto y agregó: "Este hallazgo es una pista importante sobre el comportamiento social del Triceratops. Sugerir que agruparse era una estrategia de supervivencia, aunque no siempre utilizada, es abrir una ventana a la vida social de estos animales que antes no considerábamos posible." Este descubrimiento proporciona evidencia de comportamiento grupal e invita a repensar cómo interactuaban estos gigantes prehistóricos con su entorno y entre sí.

Ventajas de vivir en manada

Por tanto, Triceratops podría haber tenido una vida social activa, similar a la de otros dinosaurios herbívoros. Este comportamiento grupal, ahora observable a través de evidencias fósiles, podría haber ofrecido ventajas evolutivas significativas.

La agrupación en manadas proporcionaría una mayor defensa contra los depredadores, un aspecto crítico en un mundo donde los tiranosaurios representaban una amenaza constante. Además, vivir en grupos podría haber mejorado la eficiencia en la búsqueda y consumo de alimentos, permitiendo a estos grandes herbívoros acceder a mejores fuentes de nutrición y desplazarse de manera coordinada a través de vastos territorios en busca de pastos frescos. Estos descubrimientos no solo cambian la narrativa sobre Triceratops, sino que también enriquecen nuestra comprensión de las dinámicas sociales y de supervivencia de los dinosaurios en general, sugiriendo que la vida en manada podría haber sido una estrategia común, incluso entre los dinosaurios equipados con grandes defensas.

De la ciencia al cine

Cráneo de Triceratops calicornis. Jim Linwood / Wikimedia
Estos descubrimientos acerca de Triceratops no solo influyen en el ámbito científico, también lo hacen en la percepción cultural de estos dinosaurios. Al validar escenas de "Parque Jurásico" donde los Triceratops se mueven en manadas, estos descubrimientos refuerzan la integración de la ciencia en la cultura popular. En la paleontología, este giro en la comprensión incita nuevas hipótesis y metodologías de investigación, mientras que, en la educación pública, renueva el interés y la curiosidad por la historia natural, permitiendo que los educadores presenten una imagen más dinámica y precisa de la vida prehistórica. Estos avances, por lo tanto, profundizan y expanden nuestro conocimiento de la era de los dinosaurios.

Los avances científicos continúan remodelando profundamente nuestra comprensión del pasado prehistórico, revelando capas inesperadas en la vida de criaturas como Triceratops. Cada nuevo descubrimiento, como la evidencia de comportamiento social en estos dinosaurios, enriq uece nuestra narrativa histórica y plantea preguntas fascinantes para futuras investigaciones. Estudios adicionales sobre cómo interactuaban estas manadas, sus estrategias de supervivencia y reproducción, podrían revelar aún más sobre la complejidad de sus comportamientos sociales, influyendo decisivamente en nuestra visión global de la evolución y adaptación de las especies extintas.

Referencias:


Mathews, J. et al. 2009. The First Triceratops Bonebed and Its Implications for Gregarious BehaviorThe First Triceratops Bonebed and Its Implications for Gregarious Behavior. Journal of Vertebrate Paleontology 29 (1), 286-290. http://www.jstor.org/stable/20491089.

sábado, 25 de mayo de 2024

Animal extinto desvela un secreto evolutivo en la formación de las plumas de los dinosaurios

La transformación de las plumas a partir de escamas de los dinosaurios es uno de los eventos “más profundos pero poco comprendidos” de la evolución, según una de las investigadoras a cargo del estudio

La piel fue expuesta a luz ultravioleta y reveló su fluorescencia anaranjada.
(Zixiao Yang/Handout via REUTERS)
Paleontólogos identificaron que ciertos dinosaurios emplumados, como los Psittacosaurus, tenían piel escamosa similar a la de los reptiles actuales, revelando nueva información sobre la transición evolutiva de una estructura celular a otra.

Los resultados publicados en Nature Communications se centra en un espécimen específico de dinosaurio emplumado descubierto en estratos que datan de un periodo crítico para comprender cómo estos animales comenzaron su evolución hacia las aves modernas.

Según los investigadores, el espécimen muestra tanto plumas como escamas, indicando una fase intermedia en la evolución de estos animales. Los nuevos datos subrayan la importancia de los fósiles en la comprensión de la historia evolutiva de los dinosaurios y su proceso de adaptación a lo largo de millones de años y proporciona un nuevo entendimiento sobre las etapas intermedias que dieron lugar a la fauna que conocemos ahora.

Un dinosaurio con plumas y escamas

El hallazgo arroja luz sobre un proceso poco comprendido.
(Wikimedia/The Children's Museum of Indianapolis)
El estudio cuyos resultados fueron publicados en Nature Communications estuvo a cargo de los paleontólogos Zixiao Yang y Maria McNamara, ambos de la Facultad de Ciencias Biológicas, Terrestres y Ambientales de la University College Cork (UCC) de Irlanda, de acuerdo con información de la agencia de noticias Europa Press (EP).

Trabajaron en conjunto con un equipo de científicos de la Universidad de Nanjing de China. Para llegar a tal descubrimiento, los investigadores utilizaron luz ultravioleta para identificar parches de piel preservada invisibles a simple vista de Psittacosaurus, un dinosaurio que vivió a mediados del Cretácico temprano, época en la que estos animales se encontraban en proceso de evolución para convertirse en aves, según EP.

Llevaron a cabo una investigación más exhaustiva al recurrir a rayos X y luz infrarroja. Con esta técnica descubrieron más detalles sobre la estructura celular preservada.

A través de un comunicado emitido por el departamento de prensa de la UCC, Yang declaró que el fósil “realmente es una joya escondida”, pues la piel no es visible a simple vista y “permaneció oculta” cuando el espécimen fue donado a la Universidad de Nanjing en 2021.

La piel del Psittacosaurus vista desde un microscopio.
(Zixiao Yang/Handout via REUTERS)
“Sólo bajo luz ultravioleta es visible la piel, con un llamativo brillo amarillo anaranjado. Lo realmente sorprendente es la química de la estructura celular. Está compuesto de sílice al igual que el vidrio”, señaló Yang.

Destacó que ese tipo de preservación jamás se había encontrado en fósiles vertebrados y dijo que “potencialmente” hay más vestigios con “tejidos blandos ocultos” que esperan ser descubiertos.

McNamara por otro lado señaló que el descubrimiento podría arrojar luz sobre el proceso evolutivo de las plumas de los dinosaurios.

Luz nueva sobre un interesante proceso evolutivo

El trozo de piel preservada pertenecía al Psittacosaurus, quien vivió
durante  el Cretácico temprano. (Wikimedia/Robert Nicholls)
La transformación de las plumas a partir de escamas de reptiles es uno de los eventos “más profundos pero poco comprendidos” de la evolución de los vertebrados, esto se debe a que los fósiles de piel “son mucho más raros”, según la investigadora.

“Nuestro descubrimiento sugiere que la piel suave, parecida a la de un pájaro, inicialmente se desarrolló solo en las regiones emplumadas del cuerpo”, dijo la paleontóloga.

McNamara detalló que el resto de la piel “todavía era escamosa” igual que la de los reptiles modernos e indicó que tal “desarrollo zonificado” pudo mantener funciones esenciales como proteger al animal contra la abrasión, deshidratación y los parásitos.

“Por lo tanto, el primer dinosaurio que experimentó con plumas podría sobrevivir y transmitir los genes de las plumas a su descendencia”, agregó McNamara.

El descubrimiento de que algunos dinosaurios emplumados tenían piel escamosa, igual que los reptiles actuales, arroja luz nueva sobre el conocimiento que se tenía sobre los estos animales y la transición evolutiva de un tipo de estructura celular a otra.

Con información de Europa Press (EP)

infobae.com

Conferencia: "Torrelara: un ecosistema de 150 millones de años", por Fidel Torcida · Ciclo Demanda Ciencia 2024 · Día Internacional de los Museos 2024

Sábado 25 de mayo. Conferencia sobre el balance de las excavaciones de dinosaurios en Torrelara, por Fidel Torcida Fernández-Baldor, Director del Museo de Dinosaurios salense y Doctor en Geología por la Universidad de Zaragoza. "Torrelara: un ecosistema de 150 millones de años".

Lugar: Teatro-Auditorio 'Gran Casino' de Salas de los Infantes (Burgos).

20:00 horas.


























fundaciondinosaurioscyl.com

'Koleken', el feroz cazador que reescribe la historia de los últimos dinosaurios

Científicos argentinos buscan tener una imagen más completa de los últimos años de los dinosaurios en la Patagonia. El hallazgo de un nueva especie amplía el panorama y revela la existencia de una mayor diversidad de depredadores antes de la extinción masiva. 

Recreación del dinosaurio Koleken inacayali. / © Gabriel_Diaz_Yanten

En 1984, paleontólogos argentinos hicieron un descubrimiento increíble en el corazón de la Patagonia: encontraron los restos excepcionalmente bien conservados de uno de los dinosaurios más terribles hasta ahora conocidos, el Carnotaurus. Gracias a las protuberancias en su cráneo con forma de cuernos, este ágil animal de tres metros de altura y una longitud de entre siete y nueve metros se volvió con el tiempo en una verdadera celebridad, al punto de aparecer en documentales como Prehistoric Planet (2022) y en las películas Dinosaur (2000), Jurassic World: El reino caído (2018) y Jurassic World: Dominion (2022).

A 40 años de aquel descomunal hallazgo, un equipo internacional de científicos acaba de revelar que el Carnotaurus no estaba solo. Más bien, compartía la zona y sus presas con otro depredador no menos feroz: Koleken inacayali.

“Con una uña nos dimos cuenta a qué familia pertenecía”, cuenta a SINC el paleontólogo argentino Diego Pol. “Koleken y Carnotaurus vivieron en la misma región y más o menos en la misma época, hace 69 millones de años. Quizás los separaron 500 mil años o un millón de años. Aun no podemos saberlo con exactitud”.

Koleken y Carnotaurus vivieron en la misma región y más o menos en la misma época, hace 69 millones de años

Diego Pol, paleontólogo 

El estudio de los fósiles reveló que este animal murió antes de terminar
su crecimiento. / Amalia Villafañe/MEF.
Conocido por el descubrimiento del dinosaurio más grande hasta ahora conocido, el Patagotitan mayorum, este científico del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia emprendió poco antes del inicio de la pandemia de covid-19 una campaña en la formación geológica La Colonia, ubicada en el norte de la provincia del Chubut y conocida como hogar del Carnotaurus y del “mini-titanosaurio” Titanomachya gimenezi, recientemente anunciado. “Sabíamos que era un lugar con mucho potencial”, dice el investigador. “Nos interesaba porque es una zona que esconde los fósiles de los últimos dinosaurios y organismos que vivieron antes de la gran extinción”.

La forma de uno de los huesos que afloraban en la superficie reveló su linaje: se trataba de un abelisáurido, la familia de dinosaurios carnívoros más importantes de Gondwana, el supercontinente del hemisferio sur que incluía lo que ahora son América del Sur, África, India y Madagascar, Australia y Antártida. En un momento, los investigadores sosprecharon que se trataba de otro individuo de Carnotaurus. Recién en el laboratorio se disiparon las dudas.

Probablemente en el mismo tipo de ambiente vivían varios abelisáuridos compartiendo el ecosistema, como hoy en África donde hay diferentes felinos con roles de grandes predadores

Diego Pol 

“Koleken fue algo así como un primo de Carnotaurus”, revela el paleontólogo y autor principal de la investigación publicada en la revista Cladistics. “Probablemente en el mismo tipo de ambiente vivían varios abelisáuridos compartiendo el ecosistema, como hoy ocurre en África donde hay diferentes felinos que ocupan los roles de grandes predadores. Se trata de especies hermanas o primas, emparentadas cercanamente, especializadas para diferentes hábitos y dietas”.

Jóvenes y feroces

La paciente limpieza de los fósiles realizada por técnicos del Museo Paleontológico Egidio Feruglio y su estudio expuso que este depredador tenía miembros posteriores robustos. Las vértebras indican que la cola era muy rígida, sin mucha flexión. “Pero, a diferencia de Carnotaurus, este dinosaurio no tenía prominentes cuernos sino una cresta arriba del hocico”, indica el paleontólogo italiano Mattia Baiano del Museo Ernesto Bachman. “Demuestra que los abelisáuridos eran muy diversos. Pensamos que estos eran los carnívoros dominantes cuando se produjo la gran extinción”.

Demuestra que los abelisáuridos eran muy diversos. Pensamos que estos eran los carnívoros dominantes cuando se produjo la gran extinción

Mattia Baiano del Museo Ernesto Bachman 

Koleken, además, era un poco más pequeño: medía casi cinco metros de largo. El análisis de la microestructura del tejido óseo expuso su edad. “Las marcas de crecimiento que se preservan en los fósiles muestran que era un juvenil a la hora de morir”, explica Ignacio Cerda, científico del Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología de la Universidad Nacional de Río Negro. “Estimamos que tenía unos seis años. No había alcanzado su tamaño adulto. El animal murió antes de terminar su crecimiento”.

Aún así, estiman los paleontólogos, este depredador habría tenido la capacidad de atacar y derribar a un dinosaurio herbívoro. “Es posible que haya sido más ágil que los adultos, dada la contextura más grácil de sus patas y menor peso corporal”, agrega Fernando Novas, co-autor de la investigación. Este reconocido científico del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia fue uno de los que originalmente estudió los fósiles de Carnotaurus con el prócer de la paleontología argentina, José Bonaparte.

Es posible que haya sido más ágil que los adultos, dada la contextura más grácil de sus patas y menor peso corporal

Fernando Novas, co-autor de la investigación 

El proyecto “El fin de la era de los dinosaurios en Patagonia” busca entender los
cambios y  las crisis que tuvieron lugar en el hemisferio sur poco antes
de la extinción masiva. / María Agustinho/MEF
“Hasta 1985, se pensaba que los tiranosaurios norteamericanos se encontraban uniformemente repartidos en todo el mundo”, recuerda. “Desde entonces, aprendimos que los continentes australes no estuvieron habitados durante la Era Mesozoica por los mismos grupos de dinosaurios que los del hemisferio norte. Quedó claro que los animales que poblaron Gondwana habían seguido carriles evolutivos distintos. Koleken viene a indicarnos que el Carnotaurus, a pesar de haber sido una super-estrella entre los dinosaurios carnívoros, no reinaba solo ni cazaba lo que deseara en la Patagonia central hace 69 millones de años, sino que compartía sus dominios con un pariente de menor tamaño”, añade el científico.

Estos depredadores se repartían a “las vacas del Cretácico”, como llama Novas a los titanosaurios, los herbívoros más diversos y abundantes del continente Gondwana durante millones de años, animales de gran tamaño que se ubicaban en la base de la pirámide alimenticia.

“Eran ellos los que sustentaban a las poblaciones de carnívoros que habitaban las planicies patagónicas con otros grupos de dinosaurios herbívoros como los ornitisquios, iguanodontes y anquilosaurios”, indica el paleontólogo. “Así como la variedad de presas era variada y abundante, la diversidad de depredadores era muy alta también”.

Los abelisáuridos fueron los depredadores más abundantes durante el Cretácico superior y se encontraron en todas las regiones del supercontinente Gondwana 

Los abelisáuridos fueron los depredadores más abundantes durante el Cretácico superior y se encontraron en todas las regiones del supercontinente Gondwana, excepto en la Antártida y Australia. Se conocen especies de la India, del norte de África y Madagascar, aunque América del Sur cuenta con el mejor registro fósil de este exitoso grupo.

La descripción de Koleken implicó comparar sus restos con más de 20 especies abelisáuridos. Como el Carnotaurus, este dinosaurio carnívoro tenía 12 dientes en el maxilar, a diferencia de otras especies de la familia como Aucasaurus (14 o 15 dientes), Ekrixinatosaurus (16), Majungasaurus (17) y Skorpiovenator (16). Su pelvis es muy parecida a la de Carnotaurus y, como todos los abelisáuridos, tiene una profusa ornamentación en los huesos del cráneo: una superficie rugosa.

Antes del fin

Sus características físicas no son los únicos rasgos que lo distinguen. También destaca por su peculiar nombre. En lugar de hacer referencia a algún atributo, más bien, rinde homenaje a los pueblos originarios de la región de los cuales quedan pocos rastros.

“Buscando cómo llamarlo encontramos en la cultura nativa del centro de la Patagonia la palabra Koleken que significa 'proveniente del arcilla y el agua' en idioma teushen, una lengua indígena de Argentina extinta”, recuerda Pol. “Nos pareció una descripción muy acertada porque el esqueleto que hallamos es de un animal terrestre que fue transportado probablemente por algún río hacia lo que era un estuario, una laguna costera en la cual capas de arcilla se depositaron en el fondo. Su cuerpo fue sepultado, lo que permitió la fosilización”.

Buscando cómo llamarlo encontramos en la cultura nativa del centro de la Patagonia la palabra Koleken que significa 'proveniente del arcilla y el agua' 

Diego Pol 

En el caso del nombre “inacayali”, recuerda a Modesto Inacayal (1833-1888), uno de los grandes líderes de los pueblos del centro de la Patagonia. Fue capturado durante la campaña militar conocida como Conquista del Desierto y llevado como prisionero al Museo de La Plata donde vivió varios años y era exhibido. Cuando murió, sus huesos pasaron a formar parte de la colección. En 2014, su cuerpo fue restituido e inhumado en la provincia del Chubut. “Es una historia trágica de nuestro pasado que debemos recordar”, destaca Pol.

Koleken es la más reciente incorporación a la familia de grandes depredadores del hemisferio sur. Pero en especial es una novedosa pieza de un rompecabezas enorme en permanente reconfiguración. El hallazgo, de hecho, forma parte del proyecto “El fin de la era de los dinosaurios en Patagonia”, una iniciativa financiada por la National Geographic Society en la que 70 investigadores colaboran para  comprender cabalmente los cambios por los que atravesaron los ecosistemas de la región en los últimos millones de años antes de la extinción masiva.

“El objetivo es explorar y recolectar material vegetal o animal de todos los sitios en la Patagonia que geológicamente están cerca de lo que se conoce como Límite Kpg o límite Cretácico-Paleógeno, es decir, el límite que se corresponde con el impacto de un asteroide hace poco más de 65 millones de años”, detalla Baiano. “Y así tener un pantallazo general de ese mundo perdido”.

El objetivo es explorar y recolectar material vegetal o animal de todos los sitios en la Patagonia que geológicamente están cerca de lo que se conoce como Límite Kpg

Mattia Baiano 

Todavía quedan muchas preguntas a responder respecto a los últimos años de los dinosaurios. “Hay dos hipótesis en auge”, agrega el paleontólogo italiano especialista en dinosaurios carnívoros o terópodos.

“Una dice que había una alta diversidad de organismos al final del Cretácico y que el meteorito puso fin a eso. Mientras que la otra asegura que en realidad la diversidad venía bajando desde hacía varios millones años antes de la extinción masiva en la que desaparecieron casi el 70 % de los organismos que vivían en el planeta. Varios organismos ya se habían extinguido. Y el meteorito solo habría dado el golpe final. Estas hipótesis se basan en estudios realizados en el hemisferio norte. Esta es la primera vez que se busca entender de manera multidisciplinaria qué ocurría en esta región del planeta antes de la gran extinción”.

Referencia:

Cladistics

Fuente: SINC

Derechos: Creative Commons.

agenciasinc.es

Un estudio co-dirigido por la UVigo afirma que ya existían dinosaurios de sangre caliente hace 180 millones de años

Este nuevo estudio demuestra que los dinosaurios desarrollaron diferentes preferencias climáticas

La capacidad de regular la temperatura corporal puede haber evolucionado entre algunos dinosaurios a principios del período Jurásico, hace unos 180 millones de años.

Así lo sugiere un nuevo estudio sobre este rasgo que tienen todos los mamíferos y aves en la actualidad, dirigido por investigadores de la University College London y la Universidade de Vigo.

A principios del siglo XX, los dinosaurios eran considerados animales de "sangre fría" y de movimiento lento, como los reptiles modernos, que dependían del calor del sol para regular su temperatura. Descubrimientos más recientes indican que algunos tipos de dinosaurios probablemente eran capaces de generar su propio calor corporal, pero se desconoce cuándo ocurrió esta adaptación.

El nuevo estudio, publicado en la revista Current Biology, analizó la propagación de los dinosaurios en diferentes climas de la Tierra a lo largo de la Era Mesozoica, basándose en 1.000 fósiles, modelos climáticos y la geografía de la época y los árboles evolutivos de los dinosaurios.

El equipo de investigación descubrió que dos de los tres grupos principales de dinosaurios, los terópodos como el T. rex y el Velociraptor y los ornitisquios, incluidos parientes de los herbívoros Stegosaurus y Triceratops, se trasladaron a climas más fríos durante el Jurásico Temprano, lo que sugiere que pueden han desarrollado la endotermia, la capacidad de generar calor internamente, en este momento. Por el contrario, los saurópodos, el otro grupo principal que incluye al Brontosaurio y al Diplodocus, se mantuvieron en zonas más cálidas del planeta.

Investigaciones anteriores han encontrado rasgos relacionados con la sangre caliente entre los ornitisquios y terópodos, y se sabe que algunos tenían plumas o protoplumas, que aislaban el calor interno.

Preferencias climáticas entre los dinosaurios

El primer autor, el Dr. Alfio Alessandro Chiarenza, de Ciencias de la Tierra de la UCL, dijo en un comunicado: "Nuestros análisis muestran que surgieron diferentes preferencias climáticas entre los principales grupos de dinosaurios en la época del evento Jenkyns hace 183 millones de años, cuando la intensa actividad volcánica condujo al calentamiento global y la extinción de grupos de plantas.

"En ese momento surgieron muchos nuevos grupos de dinosaurios. La adopción de la endotermia, tal vez como resultado de esta crisis ambiental, puede haber permitido a los terópodos y ornitisquios prosperar en ambientes más fríos, permitiéndoles ser muy activos y mantener la actividad durante períodos más largos, desarrollarse y crecer más rápido y producir más descendencia".

La coautora, la Dra. Sara Varela, de la Universidade de Vigo, dijo: "Los terópodos también incluyen a las aves y nuestro estudio sugiere que la regulación única de la temperatura de las aves puede haber tenido su origen en esta época del Jurásico Temprano.

"Los saurópodos, por otro lado, que permanecieron en climas más cálidos, crecieron hasta alcanzar un tamaño gigantesco en esa época, otra posible adaptación debido a la presión ambiental. Su menor relación entre superficie y volumen habría significado que estas criaturas más grandes perderían calor a un ritmo reducido, lo que les permitiría permanecer activos por más tiempo".

En el artículo, los investigadores también investigaron si los saurópodos podrían haberse quedado en latitudes más bajas para comer follaje más rico que no está disponible en las regiones polares más frías. En cambio, descubrieron que los saurópodos parecían prosperar en ambientes áridos, similares a las sabanas, lo que respalda la idea de que su restricción a climas más cálidos estaba más relacionada con una temperatura más alta y luego con una fisiología más fría. Durante esa época, las regiones polares eran más cálidas y con abundante vegetación.

El evento Jenkyns se produjo después de que lava y gases volcánicos brotaran de largas fisuras en la superficie de la Tierra, cubriendo grandes áreas del planeta.

cadenaser.com

Huellas en Teruel revelan la locomoción cuadrúpeda del Iguanodon a lo largo de su desarrollo

Una nueva investigación de paleontólogos de la Fundación Dinópolis analiza la variabilidad de las huellas de los grandes dinosaurios ornitópodos que vivieron en esta provincia aragonesa hace unos 125 millones de años.

Huellas de Iguanodon y de otros ornitópodos. Fundación Dinópolis
Un equipo de paleontólogos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis ha llevado a cabo una nueva investigación que permite la diferenciación de las icnitas (huellas fósiles) de grandes dinosaurios ornitópodos procedentes de una de las formaciones geológicas que afloran en la provincia de Teruel (España), la Formación Areniscas de Camarillas. Estos dinosaurios se caracterizaban por comer plantas, por poder caminar de forma bípeda y/o cuadrúpeda, por presentar un pico córneo y un cuello corto y carecer de “armadura”. El trabajo se ha publicado en la revista china Palaeoworld. 

La Formación Camarillas está representada principalmente por depósitos fluviales con cierta influencia marina y tiene una edad aproximada de unos 125 millones de años (Cretácico Inferior).

La muestra icnológica está constituida por diecinueve nuevas huellas de pies y dos de manos que están preservadas en forma de relleno (contramoldes) y que proceden de los municipios turolenses de El Castellar y Cabra de Mora.

La muestra está constituida por diecinueve nuevas huellas de pies y dos de manos que están preservadas en forma de relleno y que proceden de los municipios turolenses de El Castellar y Cabra de Mora 

Arriba (de izquierda a derecha): asociación de huellas de pie y mano de pequeño
tamaño (14 y 2,4 cm, respectivamente) del mismo ornitópodo atribuido a
Iguanodon. Abajo (de izquierda a derecha): otro par de pie y mano de gran
tamaño (52 y 16 cm respectivamente). / Fundación Dinópolis
El análisis sobre la variación morfológica de las icnitas permite discernir dos grupos bien diferentes. El primero está representado por icnitas de pequeño a gran tamaño (de 10 a 50 cm de longitud aproximadamente) y el segundo por icnitas de mediano tamaño (de unos 20 a 30 cm de longitud).

La diferencia principal entre ambos grupos está relacionada fundamentalmente, con las proporciones de longitud y anchura de las huellas, siendo las pertenecientes al primer conjunto más largas proporcionalmente que las integrantes del segundo, que tienen una morfología aún más simétrica.

Pisadas de individuos de diferentes edades

Según Josué García Cobeña, primer autor de la publicación, “las investigaciones reflejan que los diferentes individuos productores pudieron tener una altura hasta la cadera que variaría entre los 48 centímetros y los 2,5 metros. Esta variación en tamaño, junto con las similitudes que se observan entre las huellas del primer grupo, indicaría que son icnitas que representan las pisadas de individuos de diferentes edades, desde juveniles hasta adultos”.

Además,  continua, “la asociación de dos pequeñas icnitas de los pies (de 10,2 y 14 cm) con las correspondientes icnitas de las manos (de 2,3 y 2,4 cm) de los mismos individuos productores, atribuidos a Iguanodon, refleja una tendencia de locomoción cuadrúpeda durante todo su desarrollo ontogenético. Huellas tan pequeñas de dinosaurios ornitópodos del Cretácico son extremadamente escasas en el mundo, aún más cuando el pie y la mano están asociados”.

Alberto Cobos, director-gerente de la Fundación Dinópolis y coautor de la publicación señala que “la presencia de ciertas características en las icnitas y su comparación con los huesos de los pies de algunos dinosaurios indica, al menos, dos tipos de ornitópodos productores: uno robusto, que atribuimos a Iguanodon galvensis, hallado también en la misma formación geológica y que pudo alcanzar unos 10 metros de longitud, y otro más grácil, posiblemente relacionado con un ornitópodo de menos de 6 metros, como Morelladon o Mantellisaurus”.

El trabajo resalta la presencia mayoritaria de huellas atribuibles a grandes ornitópodos en los sistemas fluviales del Cretácico Inferior respecto a otros grupos de dinosaurios 

Huella gigante (55 cm de longitud y de anchura) de Iguanodon
procedente de El Castellar (Teruel). /Fundación Dinópolis
Por último, el trabajo hace hincapié en la presencia mayoritaria de huellas atribuibles a grandes ornitópodos en los sistemas fluviales del Cretácico Inferior respecto a otros grupos de dinosaurios, lo que evidencia que estos animales tendrían predilección por estos ambientes donde, no sólo podrían alimentarse, sino también protegerse o nidificar, entre otros aspectos.

Nueva huella gigante de ornitópodo

Estas nuevas aportaciones científicas, a cuya presentación ha asistido el presidente del Patronato de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis y consejero de Medio Ambiente y Turismo del Gobierno de Aragón Manuel Blasco, han sido dadas a conocer por Alberto Cobos y otros miembros del equipo. Además, en la presentación, también se ha mostrado una nueva huella gigante de ornitópodo (55 cm de longitud y de anchura) en la que incluso se observan las impresiones de la piel del pie del dinosaurio productor y que ha sido hallada este mismo año en el marco de las prospecciones paleontológicas de la Fundación en El Castellar (Teruel).

Diversity and discrimination of large ornithopods revealed through their tracks (Lower Cretaceous, Spain): a phenetic correlation approach

agenciasinc.es

XXIV Torneo de Fútbol 7 "Dinosaurios Cup" en Salas de los Infantes · 25 y 26 de mayo de 2024

El Instituto Provincial para el Deporte y Juventud y el Ayuntamiento de Salas de los Infantes, con la colaboración de la Delegación Provincial de Fútbol y el C.P. Salas, organizan la XXIV "Dinosaurios Cup" de Fútbol 7 en Salas de los Infantes, los días 25 y 26 de mayo en el cual van a participar 44 equipos de la provincias de Burgos y Soria. La prueba forma parte del Circuito Provincial de Fútbol 7 dirigido a escolares.

Los equipos participantes el sábado 25 de mayo son:

Categoría alevín masculino: E.F. Municipal Fundación Dinosaurios CyL de Salas A, B y Femenino, Huerta de Rey, Racing Lermeño A y B, C.D. Calasanz de Soria, Arandina C.F., Escuela de Fútbol de Roa A y B, Ribera del Duero, C.D. Uxama Promesas (Burgo de Osma), C.D. Covaleda y C.D. San Pedro.

Categoría infantil masculino: E. F. Municipal Fundación Dinosaurios CyL de Salas A y B , C.D. Uxama Promesas (Burgo de Osma), Norma San Leonardo, Racing Lermeño A y B , C.D. Calasanz de Soria, C.D. Covaleda y Escuela de Fútbol de Roa.

Y el domingo 26 de mayo:

Categoría prebenjamin: E.F. Municipal Fundación Dinosaurios CyL de Salas A y B, Escuela de Fútbol de Roa A y B, C.D. Uxama Promesas (Burgo de Osma), C.D. Calasanz (Soria), Arandina C.F., Norma San Leonard , C.D. San Pedro y Racing Lermeño.

Categoría benjamín: E.F. Municipal Fundación Dinosaurios CyL de Salas A y B, Racing Lermeño, C.D. Calasanz de Soria, Escuela de Fútbol de Roa A y B, C.D. Uxama Promesas (Burgo de Osma) y C.D. Covaleda.

Categoría infantil femenino: E.F. Municipal Fundación Dinosaurios CyL de Salas, Covaleda y Norma San Leonardo.

Los partidos se celebrarán en el Campo de Fútbol Municipal José Rojo Martin “Pacheta” en Salas de los Infantes. En ambos días, el programa se desarrollará de la siguiente forma:

- 15:00 h. Desfile y presentación de equipos.

- 15:15 h. Desarrollo de la competición.

- 20:15 h. Finales de cada categoría.

- 20:45 h. Entrega de trofeos.

idj.burgos.es

martes, 21 de mayo de 2024

La importancia de la literatura en lenguas romances en la paleontología de dinosaurios

El próximo año se va a celebrar un novedoso congreso en un entorno idílico: San Millán de la Cogolla acogerá el Congreso 'Las lenguas romances y los dinosaurios. Una revolución en la ciencia'.







Este congreso, que pretende resaltar la contribución de la abundante literatura escrita en lenguas romances, dentro de un mundo dominado por la literatura en inglés, está organizado por la Universidad de La Rioja y el Gobierno de La Rioja, e impulsado por un impresionante Comité Organizador con investigadores de Italia, Brasil, Francia, Portugal, Rumanía, Argentina y España. Este comité está liderado por nuestros colegas, Félix Pérez-Lorente y Fidel Torcida Fernández-Baldor.

El principal objetivo de las Jornadas es mostrar la importancia de la investigación sobre dinosaurios, en lenguas romances o latinas que tienen la misma problemática. Otros objetivos son:

1. Reconocer la importancia de la literatura científica en esas lenguas, tanto en el pasado como en el presente, mostrando la preocupación por la desaparición paulatina de medios de expresión de los estudios científicos en idiomas romances o latinos.

2. Exponer trabajos recientes relacionados con el lema del congreso, sobre restos directos e indirectos de dinosaurios, historia de las aportaciones escritas y de la función de las publicaciones en el pasado y en el futuro.

3. Resaltar el papel de las lenguas latinas, en el lugar en el que se conservan los escritos más antiguos en lengua castellana (San Millán de la Cogolla).

El congreso tendrá lugar durante los días 12 al 16 de mayo de 2025.

Comienza el 12 de mayo con la recepción de los congresistas, 13 y 14 de mayo para lectura de ponencias, comunicaciones y pósteres. Durante el 15 de mayo tendrá lugar una visita a los yacimientos de La Virgen del Campo (Enciso) y La Era del Peladillo (Igea) a sus museos e instalaciones, Finalmente, el día 16 de mayo se dedicará a la visita a yacimientos más lejanos (Salas de los Infantes, y otros).

Para más información, recomendamos visitar la web de congreso: https://pala-dino.unirioja.es/

aragosaurus.com

El Museo de Dinosaurios pide que no se le excluya de la Ley de Patrimonio

El CAS de Salas mantuvo un encuentro con Patrimonio que resultó «frustrante» y ven «una cerrazón» en derivar los fósiles a la ley de Patrimonio Natural que «protege el territorio pero los restos quedan en el limbo»

Imagen de un hueso de dinosaurio presentado por el CAS de Salas de los Infantes.
SANTI OTERO
La Ley de Patrimonio de Castilla y León afrontará en las próximas semanas su debate final en las Cortes de Castilla y León, previsiblemente en junio tras haberse llevado a comisión, sin que la reclamación del Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas de los Infantes, expertos y científicos de paleontología y arqueología de todo el país y empresarios de la provincia se haya escuchado. El equipo científico que lidera las excavaciones paleontológicas que cada año se realizan en la zona de la Demanda y que participa en la gestión del Museo de los Dinosaurios salense incluido en el Sistema de Museos autonómico mantuvo un encuentro «cordial» con la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura.

«Nos escucharon, pero no tomaron en cuenta ninguno de nuestros argumentos», lamenta el director del Museo de Dinosaurios, Fidel Torcida. Consideran que «no hay ánimo de arreglar esto» y lo único que solicitan es que «no se cierre la puerta definitivamente a la protección de los fósiles no antrópicos (muy abundantes en Castilla y León) en la ley de Patrimonio, como hacen otras comunidades como la de Madrid, Castilla La Mancha, Andalucía o Aragón ( en general aquellas que tienen una riqueza paleontológica sobresaliente), que al menos en el futuro, si hay otra sensibilidad en un momento dado, se pueda cambiar».

En la reunión Cultura recomendó derivar todo el ámbito de excavaciones paleontológicas a la Ley de Patrimonio Natural de la Consejería de Medio Ambiente. «Es una norma que protege los fósiles solo de zonas que están bajo alguna figura de protección como patrimonio natural, pero para el material mueble que se extrae de él no hay nada previsto ni reglamentado referido a su registro, su análisis científico o la restauración de las piezas, lo que son los bienes muebles, los fósiles extraíbles, quedan en una especie de limbo legal», lamenta Torcida.

Se da la circunstancia de que compañeros de otras comunidades van a pedir permisos para el estudio de fósiles de Castilla y León y «se quedan desconcertados porque nadie les da respuesta». No entrar en la Ley de Patrimonio «cierra la puerta una planificación de la recuperación y restauración de esos fósiles y tampoco permite la gestión eficaz y garantista de esas piezas». Piensan en Colectivo Arqueológico y Paleontológico salense en qué va a pasar con el Museo de Dinosaurios, un activo imprescindible en la comarca de Salas de los Infantes. «Es un museo único en la región, operamos como tal, se investiga, se restaura, se difunde y no es una Casa del Parque donde colocas el material geológico y poco más, esto no lo quieren ver ni darle la importancia que tiene», lamenta.

Uno de los problemas de base que observan en el equipo del Museo de Dinosaurios de Salas es que «en la consejería no cuentan con un perfil especialista en paleontología y eso hace que no puedan tener una visión completa de todo este asunto», explican. En la Ley de Patrimonio se busca proteger los elementos arqueológicos de origen antrópico, es decir, hechos por el hombre.

La nueva Ley de Patrimonio afronta en estas semanas la fase final de su elaboración. Llegar a la comisión de Cultura para su debate en las Cortes de Castilla y León es inminente sin que las reivindicaciones por incluir los restos paleontológicos de Salas, entre los que figuran cuatro especies propias y decenas de publicaciones en revistas científicas de alto impacto en su campo no cuentan como en otras comunidades. Tampoco a otras zonas de la comunidad como el Carbonífero del norte de León, las cruzianas del fondo marino de Peña Francia en Salamanca o la colección de tortugas cenozoicas de Salamanca donde hay restos únicos de tortugas y lagartos de Zamora. Y pone en riesgo todo lo que pueda aparecer en la zona de Soria, donde son conocidas las icnitas.

La norma, que nació como anteproyecto en 2020 con Ciudadanos gestionando la materia de patrimonio cultural, afronta su fase final de tramitación en las Cortes de Castilla y León de la mano de Vox al frente de Cultura. Ambos derivan la gestión de este patrimonio al área de Medio Ambiente más que a la cultural. Es la única comunidad autónoma que hace este giro de competencias. Tras pasar por Comisión se debatirá en las cortes en el mes de junio.

Demanda ciencia

Durante el mes de mayo, con motivo del Día Internacional de los Museos que se celebra cada 18 de mayo, el Museo de Dinosaurios organiza el Ciclo Demanda Ciencia. El pasado sábado se organizó una mesa redonda sobre ‘Los primeros pobladores del Valle del Arlanza’ en la que han participado investigadores como Eudald Carbonell, codirector de Atapuerca, Marta Navazo de la Universidad de Burgos, Rodrigo Alonso, del Museo de la Evolución, Alfonso Benito del Cenieh y Marta Santamaría de la Fundación Atapuerca.

El 25 de mayo será el paleontólogo Fidel Torcida quien aborde la actualidad sobre Torrelara, un ecosistema de hace 150 millones de años. El día 26 de mayo se entregaran los premios del XXI Concurso de Postales del Museo de Dinosaurios.

elcorreodeburgos.com

sábado, 18 de mayo de 2024

Los investigadores de la UC localizan huellas de dinosaurio en Cantabria

La UC lleva a bares de Santander, Torrelavega y Castro Urdiales el festival de divulgación científica 'Pint of Science'

Huella de dinosaurios / Cadena Ser
El paleontólogo de la Universidad de Cantabria, Ignacio Díaz Martínez, perteneciente al Departamento de Ciencias de la tierra y Física de la materia condensada, ha permitido sumergirse a los asistentes de 'Pint of Science', a través de actividad ‘Mi dinosaurio es más rápido que el tuyo’, en un viaje al pasado por la costa cantábrica para descubrir el papel crucial de los dinosaurios en las antiguas comunidades del norte.

El profesor Díaz Martínez ha realizado una exploración para comprobar cómo las huellas fósiles de los dinosaurios pueden revelar detalles fascinantes sobre su anatomía, comportamiento, evolución y relación con el medio ambiente, incluyendo ejemplos del registro fósil como las huellas de uno de los carnívoros más veloces conocidos hasta ahora.

Huellas de dinosaurio en Cantabria

Hace 120 millones de años la zona de La Rioja era un gran lago, donde pudieron habitar muchos dinosaurios dejando su pisada en el barro para fosilizarse con el paso del tiempo. El Departamento de Ciencias de la tierra y Física de la materia condensada ha detectado huellas de dinosaurio en Cantabria, según ha adelantado a la Cadena SER el profesor Ignacio Díaz Martínez.

El investigador es licenciado en Geología y máster por la Universidad de Zaragoza. Realizó el doctorado en la Universidad de La Rioja. Fue becario postdoctoral de CONICET en el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología en Argentina, investigador asistente de CONICET en el mismo lugar, profesor adjunto de la Universidad Nacional de Río Negro y contrato María Zambrano en la Universidad del País Vasco.

Desde 2023 es contratado Ramón y Cajal en la Universidad de Cantabria, perteneciente al Departamento de Ciencias de la Tierra y Física de la Materia Condensada.

Es autor de más de 50 publicaciones científicas e investigador principal de varios proyectos en Argentina y España. Su línea principal de investigación es la Paleontología, y más concretamente el estudio de las huellas fósiles. Sobre todo, ha trabajado con huellas de dinosaurios y mamíferos, incluyendo homínidos.

Pint of Science

La Universidad de Cantabria (UC) ha organizado, un año más, el festival internacional de divulgación científica 'Pint of Science', que se ha celebrado los días 13, 14 y 15 de mayo en diferentes establecimientos de restauración de Santander, Torrelavega y Castro Urdiales.

Se trata de un evento que se ha desarrollado de forma simultánea en coordinación con 25 países de los cinco continentes. Ésta es la séptima edición en Santander, quinta en Castro Urdiales y segunda en Torrelavega.

Investigadores de la UC y de sus institutos mixtos de investigación (IIIPC, IHCantabria, IFCA, IDIVAL, IBBTEC) han dado a conocer avances tecnológicos y científicos a la sociedad, que ha participado activamente.

El objetivo principal del evento Pint of Science es acercar la investigación de la UC a personas que no son expertas en el tema, usando un lenguaje fácil de entender, en un ambiente distendido y compartir, de este modo, los avances en diferentes ámbitos de la ciencia y el conocimiento.

Bloques temáticos

En esta edición se han explorado temas tan diversos, según han explicado los conferenciantes, como la persistente ola que moja la toalla en la playa, la genómica aplicada al cáncer, los péndulos de Newton, la prospección de minerales futuros, la intersección entre arte y matemáticas, la revelación de la luz tóxica y la activación del ADN para una vida plena.

Todos estos asuntos se han agrupado en cinco bloques temáticos: 'Mente Maravillosa' (neurociencias, psicología, matemáticas, psiquiatría), 'Nuestro Cuerpo' (biología humana y salud), 'Nuestra Sociedad' (derecho, historia, política), 'Planeta Tierra' (ciencias de la tierra, evolución, ¡zoología) y 'Tech me out!' (tecnología y ordenadores).

Colaboraciones

La información del contenido de las charlas y sus temáticas, localizaciones y horarios se puede consultar en https://pintofscience.es/

En Cantabria, el evento, coordinado por la UC, cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Santander, el Ayuntamiento de Torrelavega y el Ayuntamiento de Castro Urdiales, a través de su Centro Cultural La Residencia. También con la colaboración de organizaciones a nivel nacional que patrocinan el festival como CESIF, Jóvenes Nucleares, LABBOX; TRBL Intellectual Property y Vadillo Asesores.

cadenaser.com

Un estudio describe restos de un cocodrilo de más de 70 millones de años excavados el pasado siglo en el Pallars Jussà

La investigación evidencia la diversidad de fauna de vertebrados, más allá de los dinosaurios, en Europa hace 66 millones de años

Arriba, el fragmento del cráneo fósil del ejemplar de Suterranya. A la derecha, la
ubicación del fósil en el cráneo.. En primer plano, cocodrilo marino (Crocodylus
porosus) actual en la arena. (Cedida a ACN por Pexels debajo licencia CC0 1.0)
Un nuevo estudio publicado en la revista 'Historical Biology' describe los restos de un crocodiliforme excavados a mediados del siglo pasado en el Pallars Jussà. Su análisis revela que este ejemplar, con una antigüedad de unos 70 millones de años, pertenecía a una especie distinta a las ya conocidas de los yacimientos contemporáneos cercanos. 

La investigación supone una nueva evidencia de la diversidad de faunas de vertebrados, más allá de los dinosaurios, en Europa durante el Cretácico superior, poco antes de la extinción masiva de hace 66 millones de años. Los restos fueron hallados, a finales de la década de 1950, por un trabajador de una mina de carbón en Suterranya, en el municipio de Tremp (Lleida).

Fósil olvidado hasta 2023

Josep Montané trabajaba en la mina, donde recogió varios fósiles, entre ellos el fragmento de un cráneo parecido a un cocodrilo. El fósil permaneció olvidado hasta que en 2023. Este ejemplar (que ahora forma parte de la colección del Museo de la Conca Dellà de Isona), fue finalmente estudiado por Riccardo Rocchi (Universidad de Bolonia) y Bernat Vila (Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont y Museu de la Conca Dellà).

Tras analizar el cráneo, los investigadores han determinado que ese fragmento de cráneo pertenecía a un ejemplar de la familia de los alodaposúquidos, un grupo de cocodriliformes hoy extinguido que fueron muy abundantes durante el Cretáceo superior de Europa. Los cocodriliformes engloban varios grupos de “cocodrilos”, las formas actuales y también sus antepasados.

Si bien en 2015 ya se describió una especie de allodaposúquido (Allodaposuchus palustris ), en yacimientos cercanos y contemporáneos de Fumanya (Berguedà) el ejemplar descrito recientemente en Suterranya-Mina de lignito no parece pertenecer a esta especie sino que comparte más semejanzas con el Allodaposuchus subjuniperus, una especie conocida sólo en yacimientos más antiguos del Pirineo aragonés. Concretamente, el fósil estudiado y esa especie comparten algunas características de la región entre las órbitas.

Dientes

Habitado con una biodiversidad rica

A partir de un documento inédito que ahora ha salido a la luz, los investigadores han descubierto que Josep Montané también halló unos dientes asociados al cráneo y que fueron atribuidos a la especie Allodaposuchus subjuniperus.

A pesar de todas estas evidencias, la naturaleza fragmentaria de los restos no permite atribuirlos de forma concluyente a Allodaposuchus subjuniperus, pero sí puede afirmarse que indudablemente no pertenece a la otra especie conocida, Allodaposuchus palustris.

Este hallazgo abre un escenario donde al menos dos especies distintas de allodaposúquidos posiblemente coexistían en el mismo ecosistema costero del Cretácico superior, reforzando la interpretación de que estas áreas representaban un hábitat con una biodiversidad notablemente rica, incluyendo cocodriliformes, dinosaurios, tortugas, peces, plantas y otros muchos organismos que formaron una compleja red ecológica pocos millones de años antes de la gran extinción masiva que supuso la extinción de todos los dinosaurios no aviarios y, con ellos, el fin del Mesozoico.

Yacimiento de Suterranya-Mina de lignito

El yacimiento de Suterranya-Mina de lignito se formó hace 70 millones de años en un entorno costero salobre, que formaba parte de las costas de la isla iberoarmoricana del archipiélago que corresponde a la Europa actual. 

El paleoambiente donde vivieron estos cocodrilos era una laguna cercana al mar, con confluencia de aguas marinas y otras que llegaban del continente, con abundante vegetación que favorecería posteriormente la producción de carbón (lignito).

lavanguardia.com

martes, 14 de mayo de 2024

GANADORES DEL XXI CONCURSO DE POSTALES DEL MUSEO DE DINOSAURIOS 2024

Esta misma tarde se ha reunido el jurado del XXI CONCURSO DE POSTALES DEL MUSEO DE DINOSAURIOS DE SALAS DE LOS INFANTES y ha fallado los siguientes premios:

- Categoría A (menores de 15 años): Lilian Victoria Buschmann Haro (Osorno-Chile) con "Nadando en el mar Cretácico".

- Categoría B (de 15 años en adelante): Jorge Álvaro González (Araúzo de Miel, Burgos) con "Sad Hill Patent Office 2".

- Categoría C (personas con discapacidad intelectual o del desarrollo): Pedro García Camarero (Colegio El Alba-Autismo-Burgos) con "Cristiano".

El jurado también ha otorgado un accésit en la categoría A para Victoria Vaselinova Nicolova (Salas de los Infantes, Burgos).






El jurado ha estado compuesto por: Ricardo Elvira (pintor), Diego Montero (comité científico del Museo de Dinosaurios), Emilio Tejera (ASPANIAS Salas de los Infantes) y Rosa María Vicario (Colegio Público Fernán González de Salas de los Infantes).

¡Enhorabuena a los ganadores! Y gracias a todos los que han participado en nuestro concurso.

El concurso está organizado por el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes y colaboran la Fundación Dinosaurios CyL y la Fundación Aspanias.

fundaciondinosaurioscyl.com