sábado, 30 de julio de 2016

Un pequeño dinosaurio revela su anatomía oculta

En el caso del joven dinosaurio, del que se posee un esqueleto completo, permitió "desenterrarlo virtualmente" gracias a las instalaciones de la ESRF (European Synchrotron Radiation Facility).

Así habría sido el Heterodontosaurus. Foto: www.wikiwand.com














Un sistema de rayos X superpotentes permitió observar en detalle el esqueleto de un pequeño dinosaurio sudafricano rodeado de roca arcillosa, revelaron investigadores en Grenoble (sur de Francia).

"Es fantástico", exclamó el paleontólogo sudafricano Jonah Choinière, al descubrir las imágenes del cráneo de este heterodontosaurio en las pantallas de uno de los laboratorios del sincrotrón europeo de Grenoble.

Esta importante instalación científica internacional es capaz de producir rayos X 100.000 millones de veces más brillantes que los utilizados en un hospital.

En el caso del joven dinosaurio, del que se posee un esqueleto completo, permitió "desenterrarlo virtualmente" gracias a las instalaciones de la ESRF (European Synchrotron Radiation Facility).

Los contornos de los huesos se revelan con precisión en la pantalla, a pesar de que la composición del hueso fosilizado sea "casi la misma" que la de los sedimentos, destaca Vincent Fernandez, paleontólogo de la ESRF. Un tomógrafo, por ejemplo, no distinguiría gran cosa.

El heterodontosaurio, es decir un saurio con dientes de forma diversa, vivió hace 200 millones de años. Este herbívoro mide 1 metro de cola a cabeza, y se desconoce la función de la diversidad de su dentadura.

Inaugurado en 1994, el sincrotrón reúne a investigadores de 21 países. Utiliza electrones de alta energía que circulan en un anillo de almacenamiento desviados mediante campos magnéticos. El de Grenoble mide 844 metros de circunferencia.

viernes, 29 de julio de 2016

¿Tendría buen sabor la carne de dinosaurio?

Algunos paleontólogos creen que ciertas piezas tomadas de los grandes dinosaurios herbívoros hoy serían consideradas una delicatessen.

El larguísimo cuello de los saurópodos, unos inmensos herbívoros cuadrúpedos que vivieron hace entre 210 y 65 millones de años, como los diplodocus o los camarasaurus de Norteamérica, constituiría un bocado delicioso de carne roja. Eso, al menos, es lo que sospecha el paleontólogo David Varricchio, de la Universidad Estatal de Montana, que abordaba este asunto en una entrevista publicada en Popular Science.

Este investigador destaca que la actividad del animal influiría notablemente en el sabor de su carne. Así, los hadrosáuridos, unos dinosaurios gregarios reconocibles por la forma de su hocico, parecido al pico de un pato, pasaban mucho tiempo en movimiento, buscando las plantas de las que alimentaban. Varricchio cree que su carne debía ser roja.

Por su parte, los ornitomímidos, unos terópodos herbívoros del Cretácico superior (hace entre 100 y 65 millones de años), cuya anatomía recuerda a la del avestruz, podrían también compartir con esta ave su fuerte sabor.


Varricchio señala que, por el contrario, la de tiranosaurio no sería muy suculenta. “Se han descubierto algunas anormalidades en sus mandíbulas que sugieren que se alimentaba de carne en mal estado. Probablemente también portaba numerosos parásitos”, indica.

jueves, 28 de julio de 2016

Icla: Hallazgo de huellas revela una nueva especie

ES LA MÁS ANTIGUA DE ESTE TIPO DE TODA SUDAMÉRICA


CAMINATA. Uno de los rastros encontrados en el lugar.
UBICACIÓN
A 50 kilómetros de Icla, se encuentra Ruditayoj, desde ahí, queda una hora de caminata para llegar al Palmar de Tunasniyoj, donde se encontraron nuevos rastros de dinosaurios.








Una visita a Icla terminó con el hallazgo de la huella de una especie de estegosaurio jamás registrada hasta ahora, como parte de uno de los repositorios de rastros más antiguos de Sudamérica. La nueva icnoespecie (especie de huella) corresponde a un dinosaurio que habitó el mundo hace 145 millones de años.

Si bien en Chile y Brasil existen lugares con la antigüedad de Icla, en ningún otro lugar de Sudamérica aparece este tipo de dinosaurio, afirmó el paleontólogo Sebastián Apesteguía, investigador que viajó hasta la zona de Tunasniyoj, de la comunidad de Ruditayoj ubicada a 50 kilómetros de Icla, como parte de una expedición organizada por el director de Cultura y Turismo de la Alcaldía de Icla, Adhemar Rodríguez junto con autoridades departamentales del área.

Esta nueva especie de huella deberá ser estudiada y para que tenga un nombre propio y así sea registrada para los estudiosos del área del mundo, un proceso que podría durar aproximadamente un año, comentó Apesteguía, quien se encargará de realizar ese proceso.

“A nivel científico Icla es importante, siempre lo fue, desde 1820 (cuando un investigador registró el lugar), lo extraño es que muchos chuquisaqueños no tenían idea de esto, entonces hay que despertar, hay que dar la relevancia que tienen estas cosas porque no solamente importan para la ciencia, importan para el turismo”, remarcó.

Y es que Icla es un yacimiento sin precedente –literalmente hablando debido a que es de los tres puntos más antiguos de Sudamérica–, con fósiles de mar de 400 millones de años, huellas de un desierto de hace más de hace 145 millones de años que tenía dunas de más de 100 metros de altura, y ahora, fósiles de lo que fue un bosque en aquella época, pues también se encontraron troncos petrificados que serán estudiados para determinar a qué especie corresponden.

Entre los nuevos rastros encontrados también se identificaron formas correspondientes a dinosaurios conocidos como “cuello largos” y de otros carnívoros pequeños que hasta ahora no se habían encontrado en Icla.

En la zona se ve también el paso de dos estegosaurios adultos y cuatro crías que los acompañan.

OASIS PARA DINOSAURIOS
La razón para que en esa zona de Icla se registre una gran cantidad de huellas es debido a que hace 145 millones de años, ese espacio era un oasis que servía para que los dinosaurios puedan saciar su sed tras caminar por el enorme desierto en el que estaban.

Este punto fue el espacio en el que los dinosaurios de distintas especies convergían en busca del líquido elemento y fue así que marcaron su paso y con ello el registro de que alguna vez estuvieron en este planeta.

NUEVO PANORAMA

“Esto nos brindará un panorama fantástico de un ambiente y una época completamente diferente a la del resto de Bolivia en cuanto a la antigüedad de dinosaurios”, comentó Apesteguía al anunciar que se está proyectando la segunda parte del Parque Cretácico de Sucre y se busca representar una nueva tanda de dinosaurios más antiguos y los de Icla son “el perfecto ejemplo”.

miércoles, 27 de julio de 2016

How dinosaurs hopped across an ocean

Ancient land bridges may explain how animals navigated breakup of continents

BRIDGE THE GAP  Land crossings may have allowed dinosaurs (such as Supersaurus, shown in this artist’s illustration), 
lizards and early mammals to migrate across the Atlantic Ocean around 150 million years ago, one researcher proposes.















Two land bridges may have allowed dinosaurs to saunter between Europe and North America around 150 million years ago.

The bridges would explain how dinosaurs, mammals and other animals were able to hop from one continent to the other after the Atlantic Ocean formed during the breakup of the Pangaea supercontinent. Some species of Stegosaurus, for instance, appear in the fossil record on both sides of the Atlantic.

Leonidas Brikiatis, an independent biogeographer in Palaio Faliro, Greece, proposes that two strips of land bridged North America and Europe during the late Jurassic and early Cretaceous periods. One bridge spanned from eastern Canada to the Iberian Peninsula, where Spain is today, and lasted from around 154 million to 151 million years ago. The other linked North America and Scandinavia from around 131 million to 129 million years ago, Brikiatis reports in the August Earth-Science Reviews.

The routes allowed dinosaurs to “foil plate tectonics’ plan to break up the world,” says Paul Sereno, a vertebrate paleontologist at the University of Chicago who was not involved in the study, which reviewed recent studies of vertebrates in the fossil record appearing on opposite sides of the Atlantic. “A continent can’t contain a dinosaur; they’ll escape. This work highlights two of the routes they took.”

A LINK BETWEEN WORLDS A land route may have connected eastern Canada 
and the Iberian Peninsula around 150 million years ago. That bridge would have 
allowed animals to hop between Europe and North America
Dinosaurs, including species of Supersaurus and Allosaurus,probably made the transatlantic trek alongside turtles, lizards and early mammals. While the Atlantic Ocean was narrower back then, it was probably too wide to swim across. Brikiatis used the dates of the relocations to establish a potential window of time when the bridges existed and considered potential crossings that might have existed at the time. The best contenders are patches of relatively shallow water called ocean shelves. Tectonic activity could have lifted these shelves above sea level, creating narrow strips of land around 80 to 160 kilometers across, Brikiatis says. Over time, the bridges may have sunk back below the sea.

Those land routes would have been somewhat similar to other ocean crossings, such as the Bering land bridge humans traversed around 23,000 years ago between Asia and North America (SN: 8/22/15, p. 6) and the modern Isthmus of Panama that links North and South America (SN: 5/2/15, p. 10).

The ancient bridge connecting North America and Scandinavia may have coexisted with another land route that connected Europe and what would later become Russia, allowing migrations across much of the world, Brikiatis proposes.

While the routes proposed in the work are plausible, the dates might be off, says Octávio Mateus, a paleontologist at the Universidade Nova de Lisboa in Caparica, Portugal. Species may have migrated earlier than evidenced in the fossil record, he says. “Just because you find them then doesn’t mean they came then. They could have come millions of years before, but just didn’t leave fossils.”

The bridges may also have been more like stepping stones than an unbroken migration highway, says vertebrate paleontologist Anne Schulp of the Naturalis Biodiversity Center in Leiden, the Netherlands. “A narrow body of water is not impenetrable,” he says. “You don’t need a full bridge.”

martes, 26 de julio de 2016

¿SE HUBIERA EXTINGUIDO EL T. REX DE HABER TENIDO PICO? QUIZÁS NO.

Un nuevo estudio señala que los dinosaurios con dientes tenían una clara desventaja, frente a aquellos con pico, durante la extinción masiva hace 66 millones de años

El pico de ciertos dinosaurios fue una ventaja en el entorno de la extinción masiva. 
Crédito imagen: Temprbo

















Al final del período Cretácico, unos 66 millones de años atrás, la extinción masiva provocó la desaparición del 75% de las especies conocidas. Los más damnificados fueron los dinosaurios que no pertenecían a la familia de las aves modernas.
Los expertos han estudiado durante décadas la extinción del Cretácico y aún así las causas, los plazos y la ecología  son aspectos muy debatidos. Intentar una respuesta consensuada es muy importante para averiguar lo que desencadenó el origen de las aves modernas, estrechamente relacionada con la extinción de sus primos cercanos.
Ahora un nuevo estudio, publicado en Current Biology, dirigido por Derek Larson, analizó más de 3100 piezas dentales de diferentes grupos de dinosaurios para ver cómo cambió la disparidad hasta la extinción masiva. La disparidad es la diversidad de diferencias anatómicas relacionados con funciones específicas. Una medida simple de la disparidad podría ser la curvatura de un diente, o la distancia desde la raíz a la corona.

Los dientes son particularmente útiles para estudios de este tipo, ya que no sólo son relativamente frecuentes en el registro fósil, sino que también nos revelan mucho sobre la ecología de los dinosaurios en este momento, como por ejemplo su alimentación. La investigación se basó principalmente en maniraptores, el grupo de dinosaurios que incluye al Velociraptor y a las aves modernas y las conclusiones muestran que tener un pico les confirió una ventaja al proporcionarles la capacidad de comer semillas. Cuando los animales del entorno mueren en masa por el impacto de un meteorito, esto sería una herramienta muy útil para explotar la escasez de recursos. Esto es similar a lo que se observa tras los incendios forestales: las aves se encuentran entre las primeras en recolonizar las áreas dañadas gracias a su capacidad para alimentarse de las semillas que han quedado.
Los expertos descubrieron que hasta la extinción, la disparidad se mantuvo bastante alta en los grupos de dinosaurios terópodos como dromaeosaurios y troodóntidos, incluyendo las aves. Lo que indica una estabilidad del ecosistema, cada animal se especializa en diferentes configuraciones para sacar partido de los recursos disponibles.
"Hemos utilizado los dientes de estos antepasados de las aves – explica Larson – para demostrar que estos dinosaurios eran una parte consistente y estable del ecosistema que conduce hasta el final del Cretácico. Mediante el análisis de las dietas conocidas de las aves modernas, podemos ver muchos grupos que probablemente sobrevivieron a la extinción lo habrían hecho comiendo semillas, uno de los pocos recursos abundantes que estaban disponibles durante las secuelas del impacto del asteroide. Los dinosaurios sin pico y sin los dientes  adecuados no habrían podido acceder a estos recursos y habrían quedado relegados a la extinción”.
Una notable diferencia entre los pequeños manirraptores y las aves tempranas en aquellos tiempos fue la presencia en este último grupo de un pico de queratina, una característica clave de su supervivencia y su posterior evolución. Incluso hoy en día, hay más de 10.000 especies de aves, lo que destaca el éxito de esta innovación evolutiva.
Así, solo queda preguntarse…¿qué hubiera ocurrido si el T. rex tuviera pico? Quizás se hubiera salvado de la extinción masiva.

La evolución se tomó una pausa antes de que surgieran los animales

La evolución puede haber estado a la espera de una respiración idónea de oxígeno, según señala el investigador Chris Reinhard, del Instituto de Tecnología de Georgia, en Estados Unidos, cuyo equipo está rastreando las concentraciones de O2 en los océanos, donde se desarrollaron los primeros animales.

Un par de veces en 4.000 millones de años, la evolución se ha ralentizado hasta casi detenerse y ha pasado un eón antes de que pudieran surgir formas de vida más complejas, como animales simples.

La evolución puede haber estado a la espera de una respiración idónea de oxígeno, según señala el investigador Chris Reinhard, del Instituto de Tecnología de Georgia, en Estados Unidos, cuyo equipo está rastreando las concentraciones de O2 en los océanos, donde se desarrollaron los primeros animales. 

"El oxígeno atmosférico tenía un valor de 'x' en aquel entonces, por lo que asumimos que todo el océano es un vaso de precipitados que se equilibra con ese valor", señala Reinhard. Entonces, todos los animales en evolución en todas partes tendrían la misma concentración de oxígeno para vivir.

Pero los océanos son expansivos y asimétricos: con unas zonas profundas, otras menos, heladas en los polos y espesas en la circunferencia. Las turbulencias, las corrientes y las temperaturas distribuyen los sedimentos, las algas, la sal --y los gases como el oxígeno-- en depósitos desiguales. Los océanos dejan algunas zonas repletas y otras vacías y luego reorganizan sus cargas. Incluso hoy en día, las concentraciones de oxígeno disuelto varían ampliamente de región a región y de océano a océano. 

El doctor Reinhard, profesor asistente de la Facultad de Ciencias de la Atmósfera y de la Tierra de Georgia Tech, y su equipo modelaron cómo el oxígeno entró en los océanos y la atmósfera a partir de fuentes acuáticas, y cómo los océanos podían haberlo mezclado durante mediados y finales del Proterozoico --hace entre 600 y 1.800 millones de años, cuando la atmósfera de la Tierra tenía solamente una parte del oxígeno respirable que posee en la actualidad. 

En el modelo, el océano no participaba o participaba por igual, sino que en su lugar empujaba el O2 disuelto en áreas de concentración que cambiaron severamente a medida que las correspondientes concentraciones en la atmósfera crecían. Esto tiene implicaciones para la forma en la que los científicos piensan en el marco de tiempo para la evolución de los animales en la tierra y para las estimaciones futuras de la probabilidad de que haya vida compleja en exoplanetas. 

Los resultados y parámetros detallados del modelado se describen en un artículo publicado este lunes en 'Proceedings of the National Academy of Science'. La investigación fue financiada por la 'National Science Foundation' y el Instituto de Astrobiología de la NASA. 

OCÉANOS POCO PROPICIOS A LA EVOLUCIÓN EN EL PROTEROZOICO 

Los humanos y los animales grandes de hoy en día se habrían sofocado rápidamente en un mundo similar al proterozoico y, según la investigación de Reinhard, sus océanos pueden no haber sido tan propicios para la evolución como se pensaba anteriormente. "Lo que realmente importa para la evolución temprana de los animales es el oxígeno del océano. Hasta cierto punto, realmente lo que importa es el oxígeno del mar a poca profundidad", dice Reinhard. 

Esas aguas poco profundas del océano se llaman regiones bentónicas y en el Proterozoico, recibieron mucha luz solar y nutrientes clave para la evolución. Incluso hoy en día, están llenas de vida, lo que las hace lugares populares para el buceo y la pesca. Pero el nuevo modelo muestra que los niveles de oxígeno pueden haber habido poco fiables durante mediados y finales del Proterozoico. 

Los metazoos más tempranos, término empleado para los seres multicelulares que son animales, pueden haber funcionado bien con cantidades escasas y haber sobrevivido a sequías de O2 --periodos de anoxia--, pero también evolucionaron en un mundo de creciente oxígeno respirable. El modelo computacional de Reinhard representó escenarios de concentraciones de oxígeno atmosférico de entre el 0,5 al 10 por ciento de los niveles actuales. A bajas concentraciones, la simulación mostró que el oxígeno oceánico aumentó alrededor del ecuador, donde los puntos calientes en el agua producen mayores cantidades del mismo. Entonces -a medida que la atmósfera comenzó a llenarse de oxígeno-- en los océanos, se desplazó hacia los polos, donde el agua fría fue capaz de resistir a más oxígeno. Regiones anteriormente ricas en oxígeno fueron despojadas de las condiciones propicias para la evolución animal. "En realidad, la ecología a la que habrían tenido que hacer frente hubiera sido muy grave", señala Reinhart, cuyo equipo podría haber enmarcado el estudio alrededor de otros organismos, pero eligió los metazoos. "Nos centramos en los animales, principalmente porque ahí es donde tenemos las mejores limitaciones empíricas de los niveles de oxígeno que los organismos necesitan", detalla. 

LOS ANIMALES SURGIERON EN EL ÚLTIMO TERCIO DE LA HISTORIA DE LA VIDA TERRESTRE 

Su evolución también dejó un calendario idóneo para el estudio científico, un registro fósil progresivo que se hizo más complejo a medida que los niveles de oxígeno aumentaron. En más o menos 3.700 millones de años de historia de la vida de la Tierra, los animales se presentaron en aproximadamente el último tercio. Animales peludos, con plumas e, incluso, animales escamosos sólo han aparecido en los últimos cientos de millones de años. 

A medida que el oxígeno se hizo abundante, los animales se hicieron más grandes, más inteligentes, más rápidos y se convirtieron en depredadores y presas. La evolución fue a toda marcha, diversificando el registro fósil con el tiempo, pero volvieron a caer en picado durante mil millones de años más o menos, a mediados y finales del Proterozoico, y los fósiles de animales se hicieron más pequeños y más simples, como pequeñas esponjas blandas y medusas. 

Sus huellas pétreas marcan el comienzo de una evolución muy compleja y pueden indicar concentraciones de oxígeno en ese momento. "Nos centramos en los cambios en el oxígeno atmosférico durante el periodo de tiempo en el que los animales aparecen en el registro fósil y tratamos de vincular cuantitativamente qué niveles de oxígeno habrían necesitado los primeros animales", apunta Reinhard. 

Su modelo de cálculo de distribución de oxígeno se basó en la constelación actual de los continentes de la Tierra, muy diferente de la del Proterozoico, pero, según Reinhard, la diferencia no cambiaría las conclusiones y los conceptos que apoyan también deben aplicarse a las predicciones sobre la vida en exoplanetas con diferentes estructuras continentales. 

Hallan en Bolivia huella de dinosaurio de 1,2 metros de diámetro

El Terópodo Alebisaurio, dinosaurio carnívoro, bípedo de hace mas de 80 millones de años.
Una huella de 1,2 metros de diámetro de dinosaurio de unos 80 millones de años de antigüedad fue encontrada en el sureste de Bolivia.

El hallazgo, en una región considerada como la meca de la paleontología, corresponde a un dinosaurio carnívoro, bípedo, característico del cretácico superior de hace unos 80 millones de años, informó este lunes a la AFP el investigador Omar Medina.

"Lo que se ha encontrado, el Terópodo Alebisaurio, corresponde a un dinosaurio carnívoro, bípedo, característico del cretácico superior de hace unos 80 millones de años y debió haber tenido una altura de unos 15 metros, era grande", precisó.

Lo que se ha encontrado, el Terópodo Alebisaurio, corresponde a un dinosaurio carnívoro, bípedo, característico del cretácico superior de hace unos 80 millones de años y debió haber tenido una altura de unos 15 metros, era grande", precisó el investigador Omar Medina.
El experto señaló que "este es uno de los mayores hallazgos de este tipo de huellas" en el país. Dijo no tener información que en otros lugares del mundo existan estos rastros, a pesar de que en Francia y Argentina se encontraron entre 2009 y 2010 similares pisadas de animales prehistóricos.

"Se ha encontrado una huella de un Terópodo Alebisaurio de 1,20 metros de diámetro, a 64 kilómetros al noreste de la ciudad de Sucre" capital de Bolivia, señaló Medina, integrante de la Sociedad de Paleontólogos del departamento de Chuquisaca.

También indicó que en los últimos meses se han hallado por el mismo lugar rastros de Terópodos, del tipo Megaraptor, que confirman a la zona boliviana como un valiosísimo centro de investigación paleontológica.

Casi en la misma ciudad de Sucre se encuentra el Parque Cretácico Cal Orcko, uno de los mayores depósitos icnológicos (estudio de huellas fósiles) más importantes del mundo.

"Esto nos permitirá poder determinar la ruta migratoria que han tenido los dinosaurios por Sudamérica y por nuestro país y conocer la megafauna de la zona", comentó Medina.

Puso como ejemplo que la huella del Terópodo Alebisaurio, estampada sobre una piedra, estaba en dirección norte-sur, desde el centro de Bolivia en ruta al norte argentino.

"Ya anteriormente también hemos encontrado huellas de saurópodos de cuello largo y estos descubrimientos y hallazgos nos entusiasman, por lo que podrán aportar a las investigaciones", apuntó Medina.

lvs/ncl/hnb

viernes, 22 de julio de 2016

Hallan fósiles de un temible dinosaurio que mataba y mutilaba con sus garras a sus víctimas

Vivió hace unos 80 millones de años durante el Período Cretácico, medía unos 6,5 metros de largo y era un cazador de persecución más ligero que otros dinosaurios depredadores.

Ejemplar fósil de un insólito dinosaurio carnívoro procedente de la Patagonia 
argentina./ Alberto Ortiz (EFE)
Se trata del Murusraptor barrosaensis, miembro de un grupo de carnívoros llamados megaraptores, que significa "ladrones gigantes", que recorrió la Patagonia argentina, aunque se han descubierto fósiles de dinosaurios se características similares en Australia y Japón.

Los fósiles de este dinosaurio carnívoro hallado en Argentina están dando nuevas pistas sobre un intrigante grupo de depredadores que aparentemente podían matar a sus víctimas con sus garras con forma de hoz y mutilarlas.

"La mayoría de las diferentes especies conocidas de esta rama se basan en especimenes parciales. El espécimen del Murusraptor preservó toda la mitad posterior del cráneo, varias vértebras y huesos de la pelvis, revelando áreas desconocidas del esqueleto de este grupo", dijo el paleontólogo Rodolfo Coria, de la Universidad Nacional de Río Negro de Argentina.

"La cavidad craneal está completa y es la única conocida entre los megaraptores (...) Brinda una oportunidad única de buscar características de desarrollo neurológico en estos dinosaurios", agregó Coria.

Los megaraptores eran depredadores de tamaño mediano comparados con algunos de los gigantescos carnívoros argentinos del Cretácico, como el Giganotosaurus -que medía unos 12,5 metros de largo-, y probablemente cazaban de forma diferente.

El Giganotosaurus, que posiblemente vivió unos 17 millones de años antes que el Murusraptor, tenía un enorme cráneo y grandes dientes para matar a su presa, además de brazos muy pequeños que no habrían servido mucho para cazar.

Otros científicos anunciaron la semana pasada el descubrimiento de fósiles de otro dinosaurio carnívoro argentino, llamado Gualicho, un poco más grande que el Murusraptor y que tenía brazos pequeños similares a los de un niño humano.

En contraste, los megaraptores poseían brazos fuertes con garras con forma de hoz que podían infligir heridas letales a su presa, además de un cráneo más ligero y mandíbulas con dientes más pequeños. También tenían huesos huecos, similares a los de las aves, informa Reuters.

Murusraptor significa "ladrón de la muralla", debido a que sus fósiles fueron hallados en la pared de un arrollo en la provincia de Neuquén en Argentina. La investigación fue publicada en la revista PLOS ONE.

miércoles, 20 de julio de 2016

Tercera circular: VII Jornadas Internacionales sobre Paleontología de Dinosaurios y su entorno

Ya está disponible la tercera y última circular de las Jornadas. No olvidéis que el plazo para presentar resúmenes y para obtener una reducción en la inscripción acaba el 1 de julio. 

La organización ofrece 15 becas para participantes en anteriores excavaciones paleontológicas en la comarca de Sierra de la Demanda, que cubren los gastos de inscripción. En el programa preliminar encontraréis más detalles del desarrollo previsto de conferencias, comunicaciones y actos culturales.

Pinche aquí (en español). Third circular (inglés).

viijornadassalas.blogspot.com.es

sábado, 16 de julio de 2016

Y los dinosaurios se ‘esfumaron’

El asteroide que impactó contra la Tierra hace 66 millones de años pudo caer en una región rica en petróleo que ardió cientos de años y provocó la extinción de estos animales

Un asteroide y múltiples meteoritos marcaron el final de la supremacía de los dinosaurios en
la Tierra (Mark Stevenson/Stocktrek Images / Getty)
Hace 66 millones de años un asteroide de entre 10 y 14 km de diámetro entró en la Tierra a 44.000km/h e impactó contra la Península de Yucatán, en México. Y con una potencia equivalente a mil millones de bombas atómicas como la de Hiroshima, lanzó a la atmósfera una nube de millones de toneladas de polvo. Esa nube provocó un efecto pantalla evitando que la luz del Sol incidiera sobre el planeta; y entonces las plantas murieron. Y tras ellas los herbívoros y, finalmente, los carnívoros. Y la Tierra se sumió en una especie de frío invierno nuclear.

Esta es la hipótesis con la que desde los años 80 se trabaja para intentar explicar la extinción masiva de los dinosaurios, los animales que reinaron en el planeta durante 160 millones de años, desde el principio del Mesozoico hasta el final del Cretácico.

Dinosaurios Tiranosaurio rex escapando del fuego provocado por el impacto de un meteorito 
(Elena Duvernay/Stocktrek Images / Getty)
Sin embargo, esta hipótesis presenta lagunas importantes. Para empezar: ¿por qué se extinguieron los dinosaurios y no, en cambio, otros animales como los cocodrilos, con un estilo de vida similar?

Para intentar arrojar algo de luz sobre esta cuestión, un equipo de investigadores japoneses, de la Universidad de Tohoku, en la provincia de Sendai, plantean una hipótesis novedosa, que recoge la revistaScientific Reports: ¿y si el asteroide hubiera caído sobre un terreno repleto de petróleo?

“Si ese hubiera sido el caso, sería como estar quemando petróleo de forma brutal durante cientos de años”, apunta Albert G. Sellés, investigador del Mesozoico del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP). Lo que hubiera lanzado a la atmósfera terrestre millones de toneladas de hollín.
¿Por qué se extinguieron los dinosaurios y no, en cambio, otros animales como los cocodrilos, con un estilo de vida similar?
Hasta el momento, se pensaba que el impacto del bólido había formado aerosoles de ácido sulfúrico que se habían condensado en la estratosfera terrestre, habían provocado lluvia ácida y habían sido los causantes del efecto pantalla de la luz solar.

Pero a los científicos nipones esta idea no les cuadraba, puesto que diversos experimentos recientes ya habían demostrado que los aerosoles sulfúricos no pueden ni formarse ni persistir durante largos periodos de tiempo, como hasta ahora se pensaba.

Cuestión de hollín

Para intentar arrojar luz sobre este episodio, los investigadores de la Universida de Tohoku examinaron, por un lado, sedimentos del denominado límite K-T, con el que los paleontólogos se refieren al fin del Cretácico e inicio del Paleógeno (antes conocido como Terciario), de hace 66 millones de años, hallados en Haití, muy cerca del lugar de impacto del asteroide, y también en España. Y hallaron restos de hollín, lo que casaba con la idea de que el asteroide podría haber caído sobre una región rica en petróleo y haber provocado una nube de partículas de este producto, un potente aerosol capaz de absorber la luz solar cuyo tiempo de vida es más largo que el de los aerosoles sulfúricos.

A continuación, implementaron modelos matemáticos con los datos obtenidos y observaron que ese hollín, procedente sobre todo del impacto pero también de los incendios que se desataron, se distribuía por la atmósfera pero que tenía sobre todo un efecto brutal y devastador en el ecuador terrestre, la zona donde de hecho cayó el asteroide. Y eso provocó una disminución de las temperaturas, pero no en todo el planeta por igual, como se pensaba hasta ahora, sino de forma distinta en cada región.

“Algunos animales, como los mamíferos y los cocodrilos sobrevivieron, según la hipótesis expuesta por los investigadores japoneses, porque los efectos del hollín sobre su ecosistema no fueron tan fuertes”, explica Sallés, del ICP, que no ha participado en esta investigación.

Últimos días de los dinosaurios durante el período del Cretácico (Stocktrek Images / Getty)
Nuevos interrogantes

Ahora bien, apunta Sallés, crítico, “los autores de este trabajo interpretan que pájaros, tortugas y mamíferos sobrevivieron en zonas alejadas del ecuador comiendo detrito, cosas podridas. Y no está tan claro que un animal pueda sobrevivir décadas comiendo cosas en descomposición. Este trabajo aporta nuevas ideas interesantes sobre la extinción de los dinosaurios, pero abre interrogantes”.

Para empezar, los autores del trabajo sólo analizan sedimentos en dos puntos geográficos, Haití y España, lo que resulta pobre para argumentar su hipótesis. En segundo lugar, el estudio defiende que esa estratificación que se produce en el globo terrestre, por la que queda más afectada la zona del ecuador y menos, las más alejadas, también se produce en los océanos. Los nipones sugieren que el hollín afectó a las capas más superficiales de los mares, acabando con el plancton y los organismos que las habitaban. En cambio, aquellos que vivían a mayor profundidad sobrevivieron, ya acostumbrados a temperaturas más bajas y mayor oscuridad.

“Pero es que los animales que viven a mayor profundidad se alimentan de los que viven en las capas superficiales. Si estos últimos mueren, ¿cómo sobreviven los de abajo?”, cuestiona Sellés, para quien algunas de las conclusiones a que llegan los investigadores japoneses entran en contradicción con el conocimiento actual sobre el proceso que dio lugar a la extinción de los dinosaurios.

De hecho, otro estudio publicado recientemente, esta vez enla revista PNAS, apuntaba que estos animales ya se estaban extinguiendo millones de años antes de que cayera el asteroide. Y alegaba que el motivo era que habían perdido la capacidad de diferenciarse en nuevas especies mejor adaptadas a los cambios en el entorno, lo que pudo contribuir a su incapacidad para recuperarse de la crisis ambiente provocada por el impacto del bólido.

“Resulta más interesante pensar que la Tierra estaba sumida en un cambio climático. El planeta experimentaba una auténtica revolución faunística y vegetal, las especies se regeneraban de manera natural y eso coincidió en el tiempo con el gran impacto, que acabó acelerando el proceso de transformación de la vida en el planeta”, sugiere el experto del ICP.

viernes, 15 de julio de 2016

Ganadores del I Concurso de Fotografía "Tierra de Dinosaurios", 2016

Después de unos meses abierta la convocatoria de la primera edición del Concurso de Fotografía "Tierra de Dinosaurios", 2016 ya tenemos las obras premiadas.

Cartel anunciador de la 1ª edición del Concurso. Foto: Fundación Dinosaurios
La Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y Léon convocó en marzo el primer concurso de fotografía “Tierra de Dinosaurios” con el fin de promover un mayor conocimiento social del valioso patrimonio geológico y paleontológico de la Sierra de la Demanda burgalesa.

El tema al que se ha dedicado esta primera edición ha sido el paisaje geológico del macizo de Cameros/Demanda burgalés. Las imágenes debían ser tomadas en el entorno natural.

Primer premio: Tierras de Costalomo, de José Ramón Miguel. / Fundación Dinosaurios CyL
El ganador ha sido José Ramón Miguel Izquierdo con la instantánea titulada "Tierras de Costalomo". Según su autor, fotografía realizada en los terreros de las Tenadas de Costalomo de Salas de los Infantes, en una tarde nublada de verano. Se aprecia una gama de estratos arcillosos oscuros en el entorno de las areniscas a cielo abierto del yacimiento de huellas de dinosaurio.

2º premio: Dinosaurios de piedra, de Carmelo García. / Fundación Dinosaurios CyL
El segundo premio ha sido para Guillermo Carmelo García García con la fotografía titulada "Dinosaurios de piedra". Las masas pétreas del paraje "El Castillejo", en la ladera sur de la Sierra de Trasomo, primer tramo de la Sierra de Neila, en el término municipal de Monasterio de la Sierra, ofrecen diferentes sensaciones según la perspectiva que se tenga. En esta imagen la erosión kárstica parece que ha conformado un ejército de animales prehistóricos que se dirigen hacia un tótem, relata su autor.

3º premio: Nieblas mesozoicas, de Aquilino Molinero. / Fundación Dinosaurios CyL
El tercer premio lo ha obtenido Aquilino Molinero Martínez, también oriundo de Salas de los Infantes como sus dos compañeros de pódium, con su imagen titulada "Nieblas mesozoicas". Obra realizada desde Monasterio de la Sierra en la que se observan las densas nieblas que descansan bajo la Peña Carazo.

Os agradecemos, sinceramente, a todos los que habéis participado en este I Concurso de fotografía "Tierra de Dinosaurios", 2016 y os animamos a que, desde ya mismo, penséis o hagáis fotografías para presentar a la segunda edición del concurso que será en 2017. Y también agradecer al Pub El Pozo, de Salas de los Infantes, por colaborar en esta primera edición de este concurso.
¡Os esperamos!

Descubren un dinosaurio con los mismos brazos cortos que el Tiranosaurio Rex

El Gualicho Shinyae encontrado en Argentina es un terópodo, un dinosaurio de dos patas similares a pájaros

Los expertos calculan que era un predador de tamaño medio con un peso de más de 450 kilos 
(similar al de un oso polar). | Fuente: The Field Museum
EFE Un nuevo tipo de dinosaurio descubierto en la Patagonia argentina presenta el mismo tipo de extremidades superiores diminutas que el Tyrannosaurus rex, pero su evolución fue independiente, lo que apoya la teoría de que esos pequeños brazos eran habituales en el Cretáceo superior.

Como el Tyrannosaurus rex (T. rex), el Gualicho Shinyae es un terópodo, uno de los dos dinosaurios de dos patas similares a pájaros, pero pertenece a una rama diferente de la familia, lo que significa que esas inusuales extremidades evolucionaron de manera independiente en lugar de surgir de un ancestro común.

Un estudio publicado ayer por Plos One describe las características del Gualicho, un alosauro (una rama de dinosaurios terópodos carnívoros de medio y gran tamaño) cuyo esqueleto se encontró incompleto.

Los expertos calculan que era un predador de tamaño medio con un peso de más de 450 kilos (similar al de un oso polar), pero a pesar de su tamaño las extremidades delanteras del Gualicho eran del tamaño de un niño y, como en el caso de T. rex, solo tenía los dedos, pulgar e índice.

Los científicos no están seguros de por qué el T. Rex y otros terópodos tenían unas extremidades delanteras tan pequeñas y aunque la aparición del Gualicho no da una explicación, sí que añade evidencias a que este rasgo evolucionó de manera independiente numerosas veces.

"Conociendo más de cómo evolucionaron esas extremidades reducidas, podríamos se capaz de descubrir por qué evolucionaron", indicó el autor del estudio, Peter Makovicky, conservador del Field Museum de Chicago (EE.UU).

Gualicho es "un tipo de dinosaurio mosaico, tenía características que pueden observarse normalmente en varios tipos de teradópodos", indicó Makovicky.

"Realmente -explicó- es poco corriente, es diferente de otros dinosaurios carnívoros encontrados en la misma formación rocosa y no encaja con claridad en ninguna categoría".

El nombre del dinosaurio hace referencia a la historia de su descubrimiento durante una expedición conjunta realizada por los autores del estudio en 2007 a la formación Huincul en el norte de la Patagonia
El nombre de la especie, shinyae, hacer referencia a su descubridora, Akiko Shinya, mientras que el nombre genérico Gualincho deriva de Gualichu, un espíritu venerado por el pueblo Tehuelche de la Patagonia.

Shinya, jefa de preparación de fósiles del Field Museum explicó que encontraron a Gualincho al final de la expedición, estaban ya terminando cuando Makovicky le dijo bromeando: "Es el último día, será mejor que encuentres algo bueno".

Casi a la vez ella le respondió: "Pete he encontrado algo" y casi de inmediato estaba segura de que era algo bueno.

El estudio contó con la colaboración de la argentina Universidad Maimónides, así como del Gobierno de la provincia de Río Negro en Argentina y del Instituto de dinosaurios del Museo de Historia Natural de Los Ángeles.

jueves, 14 de julio de 2016

Spinosaurus, de coloso terrestre a nadador fluvial

El Museu Blau de Barcelona inaugura una exposición sobre el dinosaurio carnívoro más grande del cretácico 

Con 15 metros de longitud, Spinosaurus fue el dinosaurio carnívoro más grande 
y también el primero en adaptarse al medio acuático (Elsa Velasco)
El Spinosaurus fue retratado en la franquicia ‘Jurassic Park’ como un gigante terrestre, un monstruo feroz capaz de enfrentarse a los más grandes depredadores del cretácico. Ahora, el Museu Blau de Barcelona inaugura una muestra que ofrece una imagen muy distinta de este carnívoro que habitó la Tierra en el Cretácico, hace casi cien millones de años. Organizada por la National Geographic Society y la Universidad de Chicago, la exposición recoge los últimos hallazgos paleontológicos que han transformado la visión del dinosaurio que se ha tenido en el último siglo.

En 2014 un grupo de paleontólogos de las universidades de Chicago y Milán presentaron en la revista Science el resultado de analizar el esqueleto de Spinosaurus más completo hasta la fecha. Su conclusión fue rotunda: este dinosaurio no era el depredador bípedo terrestre que hasta el momento se había pensado, sino que estaba adaptado a pasar la mayor parte del tiempo en el agua y a duras penas podía sostenerse apoyándose sólo en sus patas traseras.

Los investigadores elaboraron una reconstrucción del animal basándose en todos los datos recabados hasta la fecha y descubrieron varias pistas que les llevaron a formular una nueva hipótesis sobre su modo de vida. Así, su mandíbula alargada, con dientes cónicos como los de un cocodrilo, sugería que su alimento eran peces. El cráneo también reveló unas fosas nasales situadas en la parte superior, lo que le habría permitido respirar cuando gran parte de su cuerpo se encontrase sumergido en el agua. En definitiva, su modo de vida habría sido muy parecido al de los cocodrilos actuales.

Pero la prueba más contundente fueron las extremidades posteriores, más cortas de lo que se había pensado hasta el momento. Su cuerpo y cuello alargados habrían desplazado el centro de gravedad del animal hacia delante y eso le habría forzado a caminar a cuatro patas. “Esta reconstrucción de Spinosaurus lo presenta como el primer dinosaurio carnívoro cuadrúpedo”, apunta Àngel Galobart, del Institut Català de Paleontologia (ICP).

Reconstrucción a tamaño real de Spinosaurus, expuesta en la plaça 
del Fòrum, delante del Museu Blau, en Barcelona (Josep Maria de Llobet)
Dado el cambio que suponía respecto al modelo anterior, el nuevo Spinosaurus generó cierta controversia en el momento de la publicación de los datos. “Siempre hay controversias en paleontología, porque tenemos restos parciales. Aunque no haya acuerdo total, la conclusión de este trabajo es perfectamente válida”, declara Vicent Vicedo, conservador de paleontología del Museu de Ciències Naturals de Barcelona, del que forma parte el Museu Blau. “La interpretación se pone en duda porque es un animal muy extraño”, explica Galobart. “Es una hipótesis muy interesante para la paleontología, pero evidentemente siempre quedarán dudas hasta encontrar nuevos esqueletos”.

Un siglo tras la pista del depredador

El descubrimiento de los primeros restos de Spinosaurus se remontan a la década de 1910, durante las expediciones del aristócrata alemán Ernst Stromer. Sin embargo, durante la II Guerra Mundial, un bombardeo aliado sobre la ciudad de Múnich, donde se exhibían los fósiles, los redujo a cenizas.

Desde entonces, el conocimiento sobre esta especie de dinosaurio se basó en las pocas notas y fotografías conservadas por Stromer y en algunos restos dispersos. Hasta que, cien años después del primer descubrimiento, una casualidad tras otra llevó a descubrir el esqueleto de Spinosaurus más completo hasta la fecha.

En 2008, el investigador Nazir Ibrahim, autor principal del artículo del 2014 en Science, compró unos fósiles de origen incierto en Marruecos. No les dio gran importancia hasta que un año más tarde, al contemplar unos restos de Spinosaurus del Museo de Historia Natural de Milán, intuyó que podrían pertenecer al mismo esqueleto. De confirmarse, sería la mayor oportunidad de la paleontología para estudiar el misterioso gigante desde la época de Stromer.

Reproducción a tamaño real del Spinosaurus, el dinosaurio carnívoro más grande
 de la Tierra, que vivió hace 95 millones de años, medía 15 metros de largo y 
pesaba 6,8 toneladas. (Toni Albir / EFE)
Decidido a resolver el enigma, Ibrahim regresó a Marruecos en 2013 y rastreó los mercados de venta de fósiles hasta dar con el hombre que le había vendido aquellos restos cinco años atrás.La insistencia de Ibrahim logró convencer al vendedor para que lo llevara al yacimiento donde los había encontrado. El análisis del terreno demostró que aquel era también el origen de los huesos de Milán. Ése fue el punto de inflexión que desencadenó un cambio radical en la concepción que se tenía de Spinosaurus.

La exposición ‘Spinosaurus, el gegant perdut del Cretaci’ permanecerá en Barcelona hasta el 26 de marzo de 2017. En ella los visitantes podrán contemplar reproducciones a tamaño real del esqueleto y de otros dinosaurios que poblaban un delta fluvial en lo que ahora es el norte de África, además de fósiles originales. También encontrarán la historia del descubrimiento de este coloso, narrada en detalle, y una muestra de las nuevas tecnologías aplicadas en paleontología.