viernes, 28 de septiembre de 2018

Ledumahadi mafube, nuevo dinosaurio gigante del Jurásico en Sudáfrica

Restos fósiles de nueva especie de dinosaurio herbívoro gigante han sido descubiertos en Sudáfrica. 'Ledumahadi mafube' pesaba 12,5 toneladas y 4 metros de altura hasta las caderas.

VIKTOR RADERMACHER
'Ledumahadi mafube' era el animal terrestre más grande que existía en la Tierra cuando vivía, hace casi 200 millones de años, de aproximadamente el doble del tamaño de un gran elefante africano.

Un equipo de científicos internacionales, dirigido por el paleontólogo de la Universidad de Witwatersrand (Wits), en Sudáfrica, el profesor Jonah Choiniere, describe la nueva especie en la revista 'Current Biology'. El nombre del dinosaurio significa en Sesotho -- uno de los 11 idiomas oficiales de Sudáfrica y un idioma indígena en el área donde se encontró el dinosaurio-- "trueno gigante al amanecer".

"El nombre refleja el gran tamaño del animal, así como el hecho de que su linaje apareció en los orígenes de los dinosaurios saurópodos --explica Choiniere en un comunicado--. Honra la herencia reciente y antigua del sur de África". 'Ledumahadi mafube' es uno de los parientes más cercanos de los dinosaurios saurópodos, que pesan hasta 60 toneladas e incluyen especies conocidas como 'Brontosaurus'.


Todos los saurópodos comían plantas y andaban sobre cuatro patas, con una postura similar a los elefantes modernos. 'Ledumahadi' desarrolló su tamaño gigante independientemente de los saurópodos, y aunque se encontraba sobre cuatro patas, sus patas delanteras habrían estado más agachadas, lo que hizo que el equipo científico considerara a 'Ledumahadi' como un "experimento" evolutivo con un tamaño corporal gigante.

El fósil de 'Ledumahadi' cuenta una historia fascinante no solo de su historia de vida individual, sino también de la historia geográfica de su lugar de residencia y de la historia evolutiva de los dinosaurios saurópodos. "Lo primero que me llamó la atención de este animal es la increíble robustez de los huesos de las extremidades", dice el autor principal, Blair McPhee.

"Era de un tamaño similar al de los gigantescos dinosaurios saurópodos, pero mientras que los brazos y las piernas de esos animales son bastante esbeltos, los de 'Ledumahadi' son increíblemente gruesos. Para mí, esto indicaba que el camino hacia el gigantismo en los sauropodomorfos no era nada sencillo, y que La forma en que estos animales resolvieron los problemas habituales de la vida, como comer y moverse, fue mucho más dinámica dentro del grupo de lo que se pensaba anteriormente".

ETAPA DE TRANSICIÓN ENTRE DOS GRUPOS DE DINOSAURIOS   

El equipo de investigación desarrolló un nuevo método, usando medidas de los "brazos" y las "piernas" para mostrar que 'Ledumahadi' caminó a cuatro patas, como los dinosaurios saurópodos posteriores, pero a diferencia de muchos otros miembros de su propio grupo vivos en su época como 'Massospondylus'. Los científicos también demostraron que muchos parientes anteriores de los saurópodos iban sobre cuatro patas, que esta postura corporal evolucionó más de una vez, y que apareció antes de lo que los expertos pensaban anteriormente.

"Muchos dinosaurios gigantes caminaron sobre cuatro patas, pero tuvieron ancestros que caminaban sobre dos patas. Los científicos quieren saber acerca de este cambio evolutivo, pero sorprendentemente, a nadie se le ocurrió un método simple para contar cómo caminaba cada dinosaurio, hasta ahora", dice el doctor Roger Benson.

Al analizar el tejido óseo del fósil a través del análisis osteohistológico, la doctora Jennifer Botha-Brink, del Museo Nacional Sudafricano en Bloemfontein, estableció la edad del animal. "Podemos ver al observar la microestructura ósea fosilizada que el animal desarrolló rápidamente hasta la edad adulta. Los anillos de crecimiento depositados anualmente espaciados en la periferia muestran que la tasa de crecimiento había disminuido sustancialmente en el momento de su muerte", dice Botha-Brink. Esta indica que el animal había llegado a la edad adulta.

"También fue interesante ver que los tejidos óseos muestran aspectos tanto de los sauropodomorfos basales como de los saurópodos, lo que demuestra que 'Ledumahadi' representa una etapa de transición entre estos dos grupos principales de dinosaurios", añade.

'Ledumahadi' vivía en el área alrededor de Clarens en la Provincia de Estado Libre de Sudáfrica, la cual es actualmente una zona montañosa, pero era muy diferente en ese momento, con un paisaje plano, semiárido y lechos de aguas poco profundas e intermitentemente secos.

"Podemos decir a partir de las propiedades de las capas de rocas sedimentarias en las que se conservan los huesos fósiles que hace 200 millones de años la mayoría de Sudáfrica se parecía mucho más a la región actual de Musina, en la provincia de Limpopo, Sudáfrica, o al centro Karoo", dice el doctor Emese Bordy.

'Ledumahadi' está estrechamente relacionado con otros gigantescos dinosaurios de Argentina que vivieron en un momento similar, lo que refuerza la idea de que el supercontinente de Pangea todavía estaba ensamblado en el Jurásico temprano. "Muestra cuán fácilmente los dinosaurios podrían haber andado desde Johannesburgo hasta Buenos Aires en ese momento", dice Choiniere.

El ministro de Ciencia y Tecnología de Sudáfrica, Mmamoloko Kubayi-Ngubane, considera que el descubrimiento de este dinosaurio subraya la importancia que tiene la paleontología sudafricana para el mundo.

"No solo nuestro país mantiene la Cuna de la Humanidad, sino que también tenemos fósiles que nos ayudan a entender el surgimiento de los dinosaurios gigantescos. Este es otro ejemplo de que Sudáfrica está tomando el camino correcto y logra avances científicos de importancia internacional sobre la base de su ventaja geográfica, como lo hace en astronomía, investigación marina y polar, conocimiento indígena y biodiversidad", concluye Kubayi-Ngubane.


Grandes árboles con flores poblaban Norteamérica hace 90 millones de años

Grandes árboles con flores formaban parte de los bosques en América del Norte hace unos 90 millones de años, casi 15 millones de años antes de lo que se pensaba.   

ADELPHI UNIVERSITY
Así lo atestigua un nuevo fósil del periodo Turoniano, división del Cretácico Superior, encontrado por investigadores de la Universidad de Adelphi y el Museo de Historia Natural de Burpee en la Formación Shales Shale, en Utah, en antiguos depósitos de delta formados durante un intervalo poco conocido en el registro fósil de América del Norte.

"Estos descubrimientos añaden mucho más detalle a nuestra imagen del paisaje durante el periodo Turoniano que antes --dice Michael D'Emic, profesor asistente de Biología en Adelphi, que organizó el estudio--. Desde Darwin, la evolución de las plantas con flores ha sido un tema de debate para los paleontólogos debido a su críptico registro fósil. Nuestro artículo muestra que aún hoy es posible que un solo espécimen fósil cambie mucho sobre lo que sabemos sobre la evolución temprana del grupo".

"Comprender el pasado es la clave para gestionar el futuro --agrega D'Emic--. Aprender cómo evolucionaron y cambiaron los entornos en el pasado nos enseña cómo prepararnos mejor para el futuro cambio ambiental".   

Además del gran tronco petrificado, el equipo informa de follaje fosilizado de helechos, coníferas y angiospermas, que confirman que hubo vegetación de bosque hace 90 millones de años en la zona, que abarca un gran delta que se extiende hacia el mar.

El equipo también informa en Science Advances de los primeros restos de tortugas y cocodrilos de esta capa geológica, así como parte de la pelvis de un dinosaurio con pico de pato. Anteriormente, los únicos restos de vertebrados conocidos que se encontraron fueron dientes de tiburón, dos huellas cortas de dinosaurios y un pterosaurio incompleto.

"Hasta ahora, la mayor parte de lo que sabíamos sobre las plantas de Ferron Sandstone provenía del polen y las esporas fósiles --dice Nathan Jud, coautor y profesor asistente de Biología en William Jewell College--. El descubrimiento de la madera y las hojas fósiles nos permite desarrollar una imagen más completa de la flora".

jueves, 27 de septiembre de 2018

Así fue Vorombe, proclamada el ave más grande de la historia

Científicos del ZSL (Sociedad Zoológica de Lobdres) han zanjado el debate sobre cuál fue el ave más grande del mundo, otorgando el título al Titán Vorombe, con hasta 800 kilos y tres metros de altura.   

JAIME CHIRINOS/ZSL
Se trata de una especie extinta de pájaro elefante, que pobló Madagascar durante el Cuaternario, y que se presenta este 26 de septiembre en Royal Society Open Science.

Hasta ahora, se habían identificado hasta 15 especies diferentes de pájaros elefante en dos géneros. Sin embargo, las investigaciones de los científicos de ZSL cuentan con nuevas pruebas cuantitativas y rigurosas, que demuestran, de hecho, que este no es el caso. Armado con una cinta métrica y un par de pinzas, James P. Hansford analizó cientos de huesos de pájaros elefante de museos de todo el mundo para descubrir el ave más grande del mundo, revelando su taxonomía en tres géneros y al menos menos cuatro especies distintas; por lo tanto, constituye la primera reevaluación taxonómica de la familia en más de 80 años.   

Las aves elefante (pertenecientes a la familia Aepyornithidae) son un grupo extinto de colosales aves no voladoras que recorrieron Madagascar durante el Cuaternario tardío, con dos géneros (Aepyornis y Mullerornis) previamente reconocidos por los científicos. La primera especie descrita, Aepyornis maximus, a menudo se ha considerado el ave más grande del mundo.

En 1894, el científico británico C.W. Andrews describió una especie aún más grande, el titán Aepyornis, que generalmente fue descartado como un ejemplar inusualmente grande de A. maximus.

Sin embargo, la investigación de ZSL revela que el pájaro "titán" de Andrews era de hecho una especie distinta. La forma y el tamaño de sus huesos son tan diferentes de todas las otras aves elefantes que ahora se le ha dado el nuevo nombre de género Vorombe por ZSL.

El autor principal del Instituto de Zoología de ZSL, el Dr. James Hansford dijo: "Las aves elefante fueron la megafauna más grande de Madagascar y posiblemente una de las más importantes en la historia evolutiva de la isla, incluso más que los lémures".

El profesor coautor Samuel Turvey, del Instituto de Zoología de ZSL, dijo: "Sin una comprensión precisa de la diversidad de especies pasadas, no podemos comprender adecuadamente la evolución o la ecología en sistemas insulares únicos como Madagascar o reconstruir exactamente lo que se ha perdido desde la llegada humana a estos Islas. Conocer la historia de la pérdida de biodiversidad es esencial para determinar cómo conservar las especies amenazadas de hoy en día".

miércoles, 26 de septiembre de 2018

Un fósil del Cretácico ilustra la evolución del vuelo en las aves


CHUNG-TAT CHEUNG
Fósiles de ave de hace 127 millones de años recién identificados en el noreste de China proporcionan nueva información sobre el desarrollo aviar durante la evolución temprana del vuelo.   

Los doctores Wang Min, Thomas Stidham y Zhou Zhonghe, del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados (IVPP) de la Academia de Ciencias de China informan sobre los resultados de su estudio del esqueleto completo y las plumas bien conservadas de esta ave temprana en 'Proceedings of the National Academy of Sciences’.

El análisis de este fósil del Cretácico inicial muestra que se trata de un punto fundamental en la evolución del vuelo, después de que las aves perdieron su larga cola ósea, pero antes de que desarrollaran un abanico de plumas de vuelo en su cola acortada, informa la Academia de Ciencias de China.

Los científicos llamaron a esta especie extinta 'Jinguofortis perplexus'. El nombre del género 'Jinguofortis' honra a las mujeres científicas de todo el mundo, ya que deriva de la palabra china 'jinguo', que significa mujer guerrera, y la palabra latina "fortis" que significa valiente.

'Jinguofortis perplexus' tiene una combinación única de rasgos, que incluye una mandíbula con dientes pequeños, como sus parientes de dinosaurios terópodos; una cola ósea corta que termina en un hueso compuesto llamado pigostilo; una molleja que muestra que principalmente comía plantas; y un tercer dedo con solo dos huesos, a diferencia de otras aves tempranas.

UN VUELO TEMPRANO DIFERENTE AL DE LAS AVES DE HOY   

La articulación del hombro del fósil también da pistas sobre su capacidad de vuelo. En las aves voladoras, el hombro, que experimenta un alto estrés durante el vuelo, es una unión apretada entre huesos no fusionados. Por el contrario, 'Jinguofortis perplexus' conserva una cintura escapular donde los huesos principales del hombro, el omóplato (escápula) y el coracoides se fusionan entre sí, formando un escapulocoracoide.

La existencia de una cintura escapular fusionada en este fósil de cola corta sugiere una variedad evolutiva durante esta etapa de la evolución, lo que probablemente resultó en diferentes estilos de vuelo. Basado en su esqueleto y plumas, 'Jinguofortis perplexus' probablemente voló un poco diferente que las aves actuales.

martes, 25 de septiembre de 2018

¿Por qué se extinguieron los dinosaurios?

  • Una teoría sostiene que el impacto de un meteorito los aniquiló junto al 70% de las especies que habitaban la Tierra
  • Otra teoría defiende que fueron enfermedades derivadas del cambio climático las que acabaron con ellos 

Esqueleto de un T-Rex. GETTY IMAGES
Pese al dominio que ejercieron en el planeta, los dinosaurios se extinguieron hace unos 65 millones de años, cerrándose así la era mesozoica. No obstante, al día de hoy persiste una incógnita: ¿por qué especies de menor envergadura pudieron sobrevivir?.

En una entrevista a Efe, el paleontólogo y director del Museo de Geología de Ciudad de México, Luis Espinosa, ha señalado que grupos como las aves, los mamíferos o incluso otros reptiles como los cocodrilos lograron burlar el cataclismo planetario que acabó con el grupo dominante.

Este experto ha considerado relevante diferenciar entre las dos hipótesis más difundidas sobre la extinción. Una de ellas es que el impacto de un meteorito de 10 kilómetros de diámetro los aniquiló junto al 70% de las especies que habitaban la Tierra, sumiendo al planeta en una catástrofe ambiental, un cambio climático drástico.

La otra teoría sostiene que la población de dinosaurios estaba ya muy mermada y que fueron enfermedades presentes en el ambiente las que acabaron con ellos, unas enfermedades que vendrían derivadas de los fuertes cambios en el clima que experimentaba el planeta.

Estos cambios provocaron también modificaciones en la vegetación de la Tierra, que por aquel entonces apenas tenía plantas con flores, conocidas como angiospermas, las cuales, en cambio, predominan en la actualidad. Y es aquí donde surgen las hipótesis de por qué sobrevivieron otras especies.

Tasa de reproducción más alta que otras especies
Una de ellas se centra en las llamadas tasas de reproducción, y es que los dinosaurios tenían índices más largos que los de otras especies, según este especialista, experto en ciencias por la Universidad Estatal de California, en Long Beach (EE.UU.).

Tener una tasa de reproducción amplia implica alcanzar la madurez sexual con 20 o 30 años, lo que se suma a largos procesos de gestación, incubación y eclosión del huevo de dinosaurio. Esto supone un problema muy grave cuando el planeta está viviendo una catástrofe ambiental como la que el mundo experimentaba al final de la era mezozoica, que se extendió de hace unos 252 millones de años a alrededor de 66 millones, ha puntualizado Espinosa.

Ha detallado que "grupos como las aves y los mamíferos tienen tasas de reproducción muy cortas", las cuales son "muy buenas para poder sobrellevar fenómenos y catástrofes ecológicas".

Otra explicación que la comunidad científica ha tratado de dar a esta incógnita se refiere a la existencia de refugios, agujeros en los que algunas especies se metieron para sobrevivir. "Solo que, por ejemplo, los cocodrilos, que son otro de los grupos que se salvaron, no son tan chiquitos y no caben en un agujerito. Los tiburones que se salvaron tampoco sé cómo lo pudieron hacer para sobrevivir", ha reflexionado.

Los mamíferos son los que mejor encajarían en esta teoría, pues entonces eran muy pequeños. Esto se debe, según este exprofesor de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a que los dinosaurios eran en aquel tiempo los dominantes y los que atrapaban a sus presas, algo que impidió que los mamíferos se desarrollaran en tamaño hasta mucho tiempo después.

El legado de los dinosaurios
Pero, más allá de qué provocó la desaparición de los dinosaurios, es importante ver qué legado pudieron dejar al planeta. En términos filogenéticos, a raíz de estudios paleontológicos que observan las relaciones anatómicas, se deduce que las aves derivan de un grupo de dinosaurios bípedos llamados terópodos, al que pertenecen el enorme tiranosaurio y los más pequeños, pero también los atemorizantes velocirraptores.

Los velocirraptores eran dinosaurios pequeños y muy ágiles, con el metabolismo acelerado y capaces de elevar su temperatura corporal, ha dicho el experto. Características como estas de algunos dinosaurios, sumadas al desarrollo de plumas sobre la piel, habrían dado origen a las aves a partir del proceso de selección natural.

Las aves, así como los mamíferos, coexistieron con los dinosaurios durante millones de años, aunque se vieron eclipsados por la presencia de estos, tardando eones -miles de millones- en tomar el protagonismo del que gozan hoy día.

Pero, más allá de este legado genético, pudo haber algún tipo de herencia de comportamiento, lo que hoy seguiría teniendo eco en algunos animales. A raíz de huellas de dinosaurios encontradas, se deduce que se movían en manadas, de forma similar a los elefantes, por ejemplo, con los más pequeños en el centro, protegidos por los más fuertes.

sábado, 22 de septiembre de 2018

La columna vertebral hace únicos a los mamíferos

La composición de nuestra columna vertebral constituye un rasgo que distingue a los mamíferos de los reptiles, además de la sangre caliente o la agilidad, según una nueva investigación.

STEPHANIE E. PIERCE, MUSEUM OF COMPARATIVE ZOOLOGY
"La columna vertebral es básicamente como una serie de cuentas en una cuerda, con cada cuenta que representa un solo hueso, una vértebra --afirma Stephanie Pierce, conservadora de Paleontología de Vertebrados en Harvard--. En la mayoría de los animales de cuatro patas, como las lagartijas, todas las vértebras se ven y funcionan de la misma manera".

"Pero las columnas vertebrales de los mamíferos son diferentes. Las distintas secciones o regiones de la columna vertebral, como el cuello, el tórax y la parte inferior de la espalda, adoptan formas muy diferentes. Funcionan por separado y pueden adaptarse a diversas formas de vida, como correr o volar, cavar y escalar", detalla.

Aunque las columnas vertebrales de los mamíferos están especializadas, se cree que las regiones que las sustentan son antiguas, y se remontan a los primeros animales terrestres. Los mamíferos aprovecharon al máximo el modelo anatómico existente, o eso creían los científicos; pero el nuevo estudio --publicado esta semana en la revista 'Science-- está desafiando esta idea mirando el registro fósil.

"No hay animales vivos hoy que registren la transición de un ancestro de 'lagarto' a un mamífero --explica Katrina Jones, autora principal del estudio, publicado en Science--. Para hacer eso, tenemos que bucear en el registro fósil y observar a los extintos precursores de los mamíferos, los sinápsidos no mamíferos".

Estos ancestros antiguos tienen la clave para comprender el origen de las características específicas de los mamíferos, incluida la columna vertebral. Pero estudiar fósiles no es fácil. "Los fósiles son escasos y encontrar animales extintos con más de 25 vértebras en su lugar es increíblemente raro", señala Jones. Para abordar este problema, los científicos analizaron colecciones de museos de todo el mundo para estudiar los fósiles de animales mejor conservados que vivieron hace unos 320 millones de años.

UN CAMBIO TEMPRANO EN LAS COLUMNAS VERTEBRALES DE LOS MAMÍFEROS   

"Mirando hacia el pasado antiguo, un cambio temprano en las columnas vertebrales de los mamíferos fue un primer paso importante en su evolución", subraya Dena Smith, directora del programa en la División de Ciencias de la Tierra de la NSF, que financió la investigación. "Los cambios en la columna vertebral a lo largo del tiempo permitieron a los mamíferos desarrollarse en la miríada de especies que conocemos hoy en día", añade.

Pierce y Jones, junto con el coautor Ken Angielczyk, del 'Field Museum' en Chicago, Estados Unidos, examinaron docenas de columnas vertebrales fósiles, así como más de 1.000 vértebras de animales vivos, incluidos ratones, cocodrilos, lagartos y anfibios. Querían descubrir si las regiones vertebrales de los mamíferos eran tan antiguas como se pensaba, o si los mamíferos estaban haciendo algo único.

Si las regiones vertebrales se hubieran mantenido sin cambios a lo largo de la evolución, según la hipótesis, esperaríamos ver las mismas regiones en los sinápsidos no mamíferos que vemos hoy en los mamíferos", plantea Pierce. Pero parece no ser así: cuando los investigadores compararon el posicionamiento y la forma de las vértebras, encontraron que la columna vertebral había ganado nuevas regiones durante la evolución de los mamíferos.

"Los sinápsidos no mamíferos más antiguos tenían menos regiones que los mamíferos vivos", afirma Jones. Hace unos 250 millones de años, una nueva región evolucionó cerca de los hombros y las patas delanteras y comenzaron a aparecer cambios dramáticos en las extremidades anteriores de animales conocidos como terápsidos no mamíferos. Estos desarrollos simultáneos, creen los científicos, probablemente ocurrieron junto con cambios en la forma en que las criaturas caminaron y corrieron.

"Parece haber algún tipo de diafonía durante el desarrollo entre los tejidos que forman las vértebras y el omóplato --plantea Pierce--. Creemos que esta interacción resultó en la adición de una región cerca del hombro a medida que las extremidades anteriores de nuestros antepasados evolucionaron para adoptar nuevas formas y funciones".

Más tarde, una región emergió cerca de la pelvis. "Es esta última región, la región lumbar sin costillas, la que parece ser capaz de adaptarse más a los diferentes entornos", subraya Pierce. El paso final en la construcción de la columna vertebral del mamífero puede estar relacionado con los cambios en los genes Hox, importantes para las regiones de la columna al principio de su desarrollo.

"Hemos podido establecer conexiones entre los cambios en los esqueletos de animales extintos e ideas en la biología y la genética del desarrollo moderno --concluye Jones--. Este enfoque combinado nos ayuda a comprender qué hace que un mamífero sea un mamífero".

Determinan mediante el estudio de fósiles de anfibios y reptiles que hace 700.000 años llovía el doble en la Península Ibérica

Un estudio internacional en el que participa la UGR estudia la evolución climática durante el Pleistoceno Medio en la Península Ibérica utilizando los anfibios y reptiles que se han recuperado en los principales yacimientos con presencia humana 
Los anfibios y reptiles del Pleistoceno Medio eran prácticamente iguales a los actuales: lo único que varía es su distribución 

Material procedente del lavado del sedimento del yacimiento de Barranco León 
(Orce, Granada).
Un equipo internacional e interdisciplinar de científicos, en el que ha participado el prehistoriador de la Universidad de Granada (UGR) Juan Manuel Jiménez Arenas, ha estudiado la evolución climática durante el Pleistoceno Medio (hace 780.000-120.000 años) en la Península Ibérica utilizando los anfibios y reptiles que se han recuperado en los principales yacimientos con presencia humana en un intervalo temporal que va desde hace 850.000 de años hasta hace 150.000.

Gracias a esta investigación, sus autores han determinado que durante el Pleistoceno Medio llovía más que en la actualidad, con independencia de que la temperatura fuese más alta o más baja que la actual para un lugar concreto. En algunos casos, como los de los yacimientos estudiados de Cúllar-Baza 1 (Cúllar, Granada) y Cueva Victoria (Cartagena, Murcia), llovía en torno al doble de lo que lo hace hoy día.

En esta investigación, que lidera el paleontólogo Hugues-Alexandre Blain del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) de Tarragona, han participado también José Alberto Cruz Silva, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (México), Vasiliki Margari del University College London (Reino Unido) y Katherine Roucoux de la University of Saint Andrews (Reino Unido).

Jiménez Arenas destaca que “es bien conocido que los cambios climáticos han sido una constante a lo largo de la Historia de la Tierra. Concretamente, el periodo que nosotros estudiamos presenta una novedad importante: un enfriamiento global que se alterna con periodos más cálidos. Estas circunstancias van a condicionar de manera significativa, a veces dramática, el devenir de los seres vivos. Y de entre todas las especies de vertebrados, son las de pequeño tamaño, y especialmente las de sangre fría, como anfibios y reptiles, las más sensibles a las fluctuaciones de temperatura y precipitaciones”.

Las ranas del Pleistoceno eran como las de ahora

¿Cómo se puede reconstruir el paleoambiente a partir de ranas, lagartos, serpientes, etc.? Los anfibios y reptiles del Pleistoceno Medio son prácticamente iguales a los actuales. Lo único que varía es su distribución. Por tanto, resulta fundamental conocer dónde viven hoy, y bajo qué condiciones climáticas, estos singulares animales. A partir de aquí, los científicos establecen un rango de temperaturas y precipitaciones que se traslada al pasado.

Temperaturas superiores

Los autores de este trabajo han analizado también la diferencia de temperatura que existe entre el pasado y el presente. Y, nuevamente, el yacimiento cullarense cobra protagonismo. Efectivamente, hace 700.000 años en este punto de la cuenca de Guadix-Baza, la temperatura media anual era 4ºC superior a la actual; en el otro extremo se sitúa Cal Guardiola (Terrassa, Barcelona) donde 150.000 años antes era casi 4ºC inferior. Estas fluctuaciones se relacionan, obviamente, con las alternancias climáticas que caracterizan a este periodo temporal.

Por último, cabe destacar que la extensión de los bosques está relacionada tanto con las precipitaciones como con las temperaturas de los meses cálidos (a más lluvia y más frescor durante el verano, más cobertura arbórea). “Este hecho pone de manifiesto que una característica de los climas mediterráneos, la aridez veraniega como condicionante del retraimiento de las áreas forestales, nos viene acompañando por lo menos desde el Pleistoceno Medio”, señala Jiménez Arenas.

Sea como fuere, “nuestros antepasados pudieron y supieron adaptarse a un medio tremendamente cambiante ocupando regiones ciertamente hostiles. Y esto fue gracias a una cultura cada vez más compleja, donde los útiles llegaron a ser más especializados y eficientes y el uso y control del fuego más extendido, y a una sociabilidad heredada de nuestros antepasados y que se puede rastrear en el yacimiento de Dmanisi (Georgia) donde se registra la primera población que salió de África hace casi dos millones de años”, concluye el investigador de la UGR.

Referencia bibliográfica:

Blain HA, Cruz Silva JA, Jiménez Arenas JM, Margari V, Roucoux K (2018)

Towards a Middle Pleistocene terrestrial climate reconstruction based on herpetofaunal assemblages from the Iberian Peninsula: State of the art and perspectives. Quaternary Science Reviews 191, 167-188

Bautizaron al dinosaurio de Las Lajas que no tenía nombre

Se trata del saurópodo más antiguo del periódo Cretácico que se encontró en la provincia de Neuquén. El lunes 24 será presentado formalmente.

El hallazgo se produjo en 2016 a 10 kilómetros de Las Lajas.
Los dinosaurios de Neuquén siguen despertando pasión y se suman nuevos descubrimientos que engrosan la riqueza paleontológica de la zona. El investigador Rodolfo Coria presentará el lunes la identificación de un saurópodo, el dinosaurio más antiguo del período Cretácico que se encontró en la provincia. La presentación será el lunes 22 a las 12, en el Centro Cultural J.B. Alberdi.

El hallazgo de los restos fósiles se produjo a fines de 2016 y hasta hace pocas horas el saurópodo no tenía nombre. Ahora se identificó a la nueva especie como Pilmatueia faundezi, y tiene una antigüedad de 135 millones de años.

Su nombre Pilmatueia se refiere a la localidad de Pilmatué, a 9 km al norte de Las Lajas, donde se recolectaron los fósiles, y faundezi es en reconocimiento a Ramón Faúndez, encargado del Museo Municipal de Las Lajas, por su colaboración a lo largo de todo el proyecto de investigación.

Fue un cuadrúpedo herbívoro de aproximadamente 15 metros de largo y una de sus particularidades es que tenía las vértebras del cuello y del lomo con una peculiar doble hilera de espinas neurales.

Destacaron desde La Subsecretaría de Cultura provincial que este hallazgo aumenta los conocimientos sobre el registro de saurópodos durante el Valanginiano, un período en el que la diversidad de dinosaurios en todo el mundo es pobremente conocida.

Los animales prehistóricos llegaron al Congreso

El Senado de la Nación declaró de interés la presentación del descubrimiento del “Tratayenia rosalesi”, un dinosaurio depredador carnívoro que vivió durante el período del Cretácico.

Neuquén.
El dinosaurio posee extremidades anteriores largas y musculosas que estaban inclinadas con garras gigantescas en los dos dedos.

Se trató de una iniciativa de la senadora Lucila Crexell. “Cada nuevo hallazgo enriquece la historia de nuestro país, por lo cual creo que es importante acompañar e incentivar a los equipos que dedican tanto trabajo a estos estudios”, expresó la legisladora.

La investigación de esta especie cuyos restos fueron encontrados en Tratayén fue encabezada por el paleontólogo Juan Porfiri, por Domenica dos Santos, del Museo de Ciencias Naturales de la UNCo, y Matthew Lamanna, del Carnegie Museum of Natural History de Estados Unidos.

viernes, 21 de septiembre de 2018

La mayor extinción masiva duró un 'instante' geológico de 31.000 años

La mayor extinción en la historia de la Tierra, que acabó hace 252 millones de años con el 90% de especies marinas y la mayoría de terrestres, duró solamente un 'instante' geológico de 31.000 años.   

SHUZHONG SHEN
El episodio de la también conocida como la 'Gran Muerte', que marcó el final del Periodo Pérmico, ha sido definido temporalmente en un estudio publicado en 'Geological Society of America Bulletin'.

Científicos de China, Estados Unidos y Canadá combinaron nuevas dataciones radiométricas de alta resolución de siete capas de material volcánico estrechamente espaciadas de la sección Penglaitan del sur de China con bioestratigrafía detallada y análisis geoquímicos.

Los resultados muestran que la duración de la extinción masiva al final del Pérmico es de aproximadamente 31.000 años, esencialmente "instantánea" según los estándares geológicos. "La extinción masiva puede haber ocurrido solo en miles de años, pero la incertidumbre analítica de la actual técnica de datación de CA-ID-TIMS nos impide obtener una restricción más significativa por menos de 30.000 años", dice el autor principal de este documento, el profesor SHEN Shuzhong, del Instituto Nanjing de Geología y Paleontología (NIGPAS) de la Academia de Ciencias de China.   

El estudio también sugiere que la extinción repentina puede haber sido causada por inundaciones de Siberia y erupciones de basalto, junto con volcanismo explosivo intensivo local que puede haber comenzado unos 420.000 años antes de la extinción masiva. Estos eventos pueden haber reducido significativamente la estabilidad de los ecosistemas del Pérmico Tardío hasta el punto en que un solo incidente extremo finalmente resultó en un colapso repentino del ecosistema.   

Durante décadas, los científicos han estudiado el límite del Pérmico-Triásico en Meishan, en la provincia de Zhejiang, sur de China, que sirve como referencia internacional para el límite. Pero esta "sección condensada", una gran cantidad de tiempo representada por un pequeño espesor de sedimentos, hace difícil discernir si las extinciones fueron abruptas o graduales.

Para lidiar con este problema, SHEN y sus colegas de CAS, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), el Museo Nacional de Historia Natural de Washington D.C. y la Universidad de Calgary (Canadá), centraron su atención en la sección de Penglaitan en la Región Autónoma de Guangxi, en el sur de China.

Los sedimentos de Penglaitan se depositaron en aguas tropicales poco profundas, donde los sedimentos se acumularon más de 100 veces más rápido que en las capas de Meishan, lo que hace que el sedimento de Penglaitan sea mucho más grueso que el de Meishan durante un periodo de tiempo comparable. En otras palabras, solo unos pocos centímetros de roca en Meishan equivalen a metros de sedimento en Penglaitan. La sección ampliada en Penglaitan permitió a los científicos estudiar los eventos en el límite Pérmico-Triásico a una resolución temporal mucho más alta.   

Además de las mayores tasas de sedimentación, la sección de Penglaitan tiene mejores controles geocronológicos y estratigráficos, y una gran cantidad de datos paleontológicos, que permiten examinar la estructura fina de la extinción y las perturbaciones ambientales coetáneas.

SIN INTERVALO DE SUPERVIVENCIA DE LOS TAXONES

SHEN y sus colegas documentaron una rica biota del Pérmico tardío en Penglaitan, con al menos 10 grupos fósiles marinos principales, incluidos braquiópodos, amonoides, esponjas, corales, conodontos, foraminíferos, briozoos, bivalvos y trilobites.

Un total de 29 de las 66 especies del Pérmico identificadas en la sección desaparecieron dentro o en la parte superior de un solo lecho de piedra arenisca rica en cenizas volcánicas (lecho 141). Además, no existe un "intervalo de supervivencia" de los taxones del Pérmico que se extienda hasta el Triásico Inferior. Este ecosistema marino tan diverso desapareció repentinamente durante el momento de la deposición del lecho 141.

Las edades radiométricas del volcanismo de las trampas siberianas coinciden con las fechas radiométricas recuperadas de los lechos de cenizas volcánicas conservadas en Penglaitan y Meishan. La superposición de fechas sugiere que los efectos ambientales de los gases volcánicos como el dióxido de carbono, el metano y el dióxido de azufre podrían haber sido mortales. Un calentamiento invernadero letal, océanos con el oxígeno agotado, lluvia ácida y contaminación atmosférica causada por metales pesados habrían dificultado la vida.

Anteriormente, los científicos que trabajaban en el problema ni siquiera estaban seguros de si había un pulso o dos pulsos de extinción en el límite Pérmico-Triásico, o si algunas especies del Pérmico realmente sobrevivieron en los primeros lechos del Triásico. Estos problemas no se pudieron resolver en secciones condensadas como Meishan. 

Por el contrario, los depósitos de Pérmico en Penglaitan contienen más de 50 capas de ceniza volcánica y lechos volcánicos de arenisca ricos en cenizas, posiblemente producidos por flujos piroclásticos de los centros cercanos de erupción de arco volcánico en el sur de China, presentando así una imagen más clara del periodo de extinción.

El cambio abrupto en la deposición de las calizas del Pérmico superior y las areniscas ricas en ceniza a la pizarra negra con intercalaciones de piedra caliza de escala centimétrica en el Triásico inferior claramente representa un cambio importante en el medio ambiente oceánico.

La extinción del Pérmico se ha relacionado en el pasado con un tiempo de rápido calentamiento del clima, potencialmente producido por el dióxido de carbono y las emisiones de metano de las erupciones de basalto siberiano. Las mediciones de alta resolución de la paleotemperatura a través del intervalo de extinción masiva sugieren un calentamiento sustancial de hasta 10 grados Centígrados inmediatamente después del evento de extinción masiva.

"Esto podría explicar el cambio en el tipo de sedimentos de calizas en el Pérmico a las lutitas negras del Triásico temprano, lo que indica anoxia oceánica", dice SHEN.

Un clima cálido puede causar que las corrientes oceánicas se vuelvan lentas y al mismo tiempo aumente la meteorización y la escorrentía del río. La reducción de la mezcla de aguas ricas en oxígeno de la superficie del océano con aguas más profundas y el incremento de la productividad oceánica provocado por el mayor suministro de nutrientes podría haber llevado a un aumento de la deposición de carbono orgánico y a la anoxia del océano resultante.

Así es «Dickinsonia», el animal más antiguo que ha pisado la Tierra

El fósil fue hallado por un estudiante de la Universidad Nacional de Australia y habría vivido hace 558 millones de años

La grasa de hace 558 millones de años revela el primer animal conocido

Fósil de Dickinsonia orgánicamente preservado procedente de la zona del
Mar Blanco de Rusia (Ilya Bobrovskiy/ Australian National University)
Científicos de la Universidad Nacional de Australia (ANU) y otros países han descubierto moléculas de grasa en un antiguo fósil para revelar el primer animal confirmado en el registro geológico que vivió en la Tierra hace 558 millones de años. La extraña criatura llamada 'Dickinsonia', que creció hasta 1,4 metros de longitud y tenía forma ovalada con segmentos en forma de costilla que recorrían su cuerpo, formaba parte de la biota de Ediacara que vivió en la Tierra 20 millones de años antes de la 'explosión cámbrica' de la vida animal. 

El estudiante de doctorado de ANU Ilya Bobrovskiy descubrió un fósil de 'Dickinsonia' tan bien conservado en un área remota cerca del Mar Blanco en el noroeste de Rusia, cuyo tejido aún contenía moléculas de colesterol, un tipo de grasa que es el sello distintivo de la vida animal.

El investigador principal, el profesor asociado Jochen Brocks, explica que la "explosión del Cámbrico" ocurrió cuando animales complejos y otros organismos macroscópicos, como moluscos, gusanos, artrópodos y esponjas, comenzaron a dominar el registro fósil.


"Las moléculas de grasa fósil que hemos encontrado demuestran que los animales eran grandes y abundantes hace 558 millones de años, millones de años antes de lo que se pensaba", afirma el profesor Brocks, de la Escuela de Ciencias de la Tierra de ANU.

"Los científicos han estado luchando durante más de 75 años por saber qué fueron 'Dickinsonia' y otros extraños fósiles de la biota de Ediacaran: ameba unicelular gigante, líquenes, experimentos fallidos de la evolución o los primeros animales en la Tierra. La grasa fósil ahora confirma a 'Dickinsonia' como el fósil animal más antiguo conocido, lo que resuelve un misterio de décadas que ha sido el Santo Grial de la paleontología".

Bobrovskiy explica que el equipo desarrolló un nuevo enfoque para estudiar los fósiles de 'Dickinsonia', que tienen la clave entre el viejo mundo dominado por las bacterias y el mundo de los animales grandes que surgió hace 540 millones de años durante la 'explosión cámbrica'. "El problema que tuvimos que superar fue encontrar fósiles de 'Dickinsonia' que retuvieran algo de materia orgánica", relata Bobrovskiy, de la Escuela de Ciencias de la Tierra de ANU.

"La mayoría de las rocas que contienen estos fósiles, como las del yacimiento Ediacara en Australia, han soportado mucho calor, mucha presión, y luego han sido erosionadas después de eso. Estas son las rocas que los paleontólogos estudiaron durante muchas décadas, lo que explica por qué estaban atascados en la verdadera identidad de 'Dickinsonia", cuenta este experto.

Los paleontólogos normalmente estudian la estructura de los fósiles, pero Bobrovskiy extrajo y analizó las moléculas del interior del fósil de 'Dickinsonia' encontradas en rocas antiguas en Rusia para hacer un descubrimiento de gran avance. "Cogí un helicóptero para llegar a esta parte remota del mundo, hogar de osos y mosquitos, donde pude encontrar fósiles de 'Dickinsonia' con materia orgánica aún intacta", recuerda Bobrovskiy.

"Estos fósiles estaban ubicados en medio de los acantilados del Mar Blanco, que tienen entre 60 y 100 metros de altura. Tuve que colgarme del borde de un acantilado con cuerdas y excavar enormes bloques de piedra arenisca, sacarlos, lavar la piedra arenisca y repetir este proceso hasta que encontré los fósiles que estaba buscando", añade. 

El profesor asociado Brocks resalta que ser capaz de estudiar las moléculas de estos organismos antiguos era un cambio de juego. "Cuando Ilya me mostró los resultados, simplemente no podía creerlo --cuenta--. Pero también de inmediato vi la importancia". ANU dirigió la investigación, publicada en 'Science', en colaboración con científicos de la Academia Rusa de Ciencias y el Instituto Max Planck de Biogeoquímica y la Universidad de Bremen en Alemania.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Nueva versión actualizada de la Tabla Cronoestratigráfica Internacional en español

Se ha actualizado al español la última versión generada por la Comisión Internacional de Estratigrafía en agosto de 2018, como continuación de la primera traducción oficial al castellano de la Tabla Cronoestratigráfica Internacional (v2015/01).


Entre los cambios más significativos está la incorporación de las subseries y pisos del Holoceno (Groenlandiense, Norgripiense y Megalayense), además de la aparición de dos nombres nuevos para el Cámbrico (la serie Miaolingiense -ex "serie 3"- y el piso Wuliuense -ex "piso 5"- de este sistema). Otras diferencias con respecto a las versiones 2015/01 y 2018/08 de la Tabla en español son las referencias a tres nuevos "clavos dorados" (estratotipos globales de límite para las bases de los pisos Wuliuense, Albiense y Chattiense), así como revisiones en las dataciones absolutas para la base de tres pisos del Pérmico (el Sakmariense,  el Roadiense y el Wuchiapingiense) y para la base del Triásico (base del piso Induense).

Esta edición castellana actualizada de la Tabla Cronoestratigráfica Internacional ha sido realizada por nuestro compañero Juan Carlos Gutiérrez Marco y patrocinada por la Sociedad Geológica de España, el Instituto Geológico y Minero de España, el Instituto de Geociencias y la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

Hacerse pequeños fue esencial para la evolución de los mamíferos

Ser cada vez más pequeño fue un factor clave que contribuyó a la evolución excepcional de los mamíferos en los últimos 200 millones de años.    

BOB NICHOLLS
Un nuevo estudio publicado en Nature recurrió al análisis informático moderno para analizar lo que sucedió con el esqueleto de nuestros pequeños ancestros mamíferos.

El origen de los mamíferos modernos se remonta a más de 200 millones de años hasta la edad de los dinosaurios. Pero mientras los dinosaurios evolucionaron para convertirse en algunos de los animales terrestres más grandes, durante los siguientes 150 millones de años, los antepasados de todos los mamíferos modernos buscaron una estrategia completamente diferente: hacerse muy pequeños.

Los mamíferos modernos son únicos en tener una mandíbula inferior que consiste en un solo hueso con dientes. Por el contrario, todos los demás vertebrados poseen mandíbulas inferiores complejas formadas por al menos cinco o más huesos unidos entre sí. En el curso de la evolución, los fósiles muestran que la mandíbula inferior de los ancestros de los mamíferos se simplificó y se formó una nueva articulación de la mandíbula, mientras que algunos de los otros huesos se movieron al oído medio para ayudar a la audición.

EVOLUCIÓN DE LA MANDÍBULA DE LOS MAMÍFEROS   

La investigación del equipo se centró en la cuestión de hace mucho tiempo de cómo era posible simplificar y reestructurar la mandíbula inferior, a la vez que se podía comer y escuchar. Utilizando tomografía computarizada de rayos X (CT) de varios cráneos fósiles y mandíbulas inferiores, los investigadores generaron modelos digitales que fueron sometidos a diferentes simulaciones por ordenador.

Sus resultados mostraron que el pequeño tamaño de los mamíferos fósiles reduce significativamente las tensiones en los huesos de la mandíbula cuando se alimenta, mientras que aún son lo suficientemente poderosos como para capturar y morder a través de las presas, como los insectos.

"Nuestros resultados proporcionan una nueva explicación de cómo evolucionó la mandíbula de los mamíferos hace más de 200 millones de años. Ser muy pequeño parece haber sido crucial para nuestros antepasados mamíferos para reducir las tensiones en la mandíbula durante la alimentación y hacer posible la reestructuración de los huesos de la mandíbula", explica el autor principal del trabajo, el doctor Stephan Lautenschlager, profesor de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido.

La directora del estudio, la profesora Emily Rayfield, de la Universidad de Bristol, agrega: "La evolución de la articulación mandibular de los mamíferos ha dejado perplejos a los paleontólogos durante más de 50 años. Usando métodos computacionales podemos ofrecer explicaciones sobre cómo nuestros ancestros mamíferos pudieron mantener una mandíbula funcional mientras cooptaron los huesos en un complejo sistema de detección de sonido. Nuestra investigación trata de probar ideas de lo que hace que los mamíferos sean únicos entre el reino animal, y cómo pudo haberse producido".

¿Qué pasará si las tortugas desaparecen?

Cerca del 61% de las 356 especies de tortugas que existen en el mundo está amenazado o ya se ha extinguido. Según los científicos que han analizado su estado global, el declive de estos reptiles, cuyos ancestros caminaron con los dinosaurios, tendrá graves consecuencias ecológicas. Son protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia.

Tortuga de agua dulce originaria del centro y este de EEUU. / 
Universidad de Georgia
Las tortugas sobrevivieron a los dinosaurios y han vagado por la Tierra durante más de 200 millones de años. Pero en la actualidad, estos longevos reptiles se encuentran entre los animales más amenazados de la Tierra, por delante de las aves, los mamíferos, los peces o incluso los anfibios. 
La destrucción de su hábitat, la sobreexplotación como mascotas, las enfermedades y el cambio climático son algunas de sus amenazas 
La destrucción de su hábitat, la sobreexplotación de estos animales como mascotas, las enfermedades y el cambio climático son algunas de las razones que les han llevado a esta situación extrema en todo el mundo. ¿Pero qué perderíamos si desaparecieran todas las tortugas?

En un estudio, publicado en la revista Bioscience, un equipo de científicos estadounidense ofrece la primera síntesis de las consecuencias ecológicas de la continua disminución y extinción de especies de tortugas y muestra los diversos roles que cada una de ellas aportan a los ecosistemas, como mantener sanas las redes alimentarias, dispersar semillas o crear hábitats necesarios para otras especies.

“Nuestro propósito ha sido informar al público de los muchos roles ecológicos esenciales que las tortugas realizan a escala global y concienciar sobre la difícil situación de estos animales emblemáticos”, explica, Whit Gibbons, profesor emérito de Ecología de la Universidad de Georgia (EE UU) y coautor del estudio.

Una especie de tortuga nativa de la costa este y sur de EE UU, y Bermudas. / 
Universidad de Georgia
Según los científicos, las tortugas contribuyen a la salud de muchos ambientes, como los desiertos, los humedales, los entornos de agua dulce y los ecosistemas marinos. “Su declive puede tener efectos negativos en otras especies, incluidos los humanos, que pueden no ser visibles ahora”, indica Jeffrey Lovich, científico del Servicio Geológico de EE UU y autor principal.

Impacto en el ecosistema

Las tortugas pueden ser herbívoras, omnívoras o incluso carnívoras, por eso desempeñan importantes funciones en las cadenas alimentarias. Sus hábitos de alimentación influyen en la estructura de otras comunidades con las que comparten el hábitat, sobre todo si las poblaciones son muy numerosas. Las grandes masas de tortugas y sus huevos son alimento para otros animales. 
Las tortugas desempeñan importantes funciones en las cadenas alimentarias 
Por otra parte, algunas especies de tortugas pueden ser los principales agentes de dispersión de semillas para ciertas plantas, ya que no todas las semillas son destruidas por el tracto digestivo.

Además, si desaparecieran tortugas como la del desierto de Agassiz en el suroeste de EE UU y la tortuga Gopher en el sureste del país, ciertas arañas, serpientes, anfibios, conejos, zorros, u otros reptiles, no tendrían ‘hogar’. Estas especies cavan grandes madrigueras moviendo importantes montículos de tierra que son reutilizados por otros animales o plantas.

“La importancia ecológica de las tortugas, especialmente las de agua dulce, está poco valorada, y en general poco estudiada por los ecologistas”, recalca Josh Ennen, investigador del Tennessee Aquarium Conservation Institute. “La alarmante tasa de desaparición de las tortugas podría afectar profundamente al funcionamiento de los ecosistemas y a la estructura de las comunidades biológicas en todo el mundo”, concluye.

Referencia bibliográfica:

Jeffrey E Lovich et al. "Where Have All the Turtles Gone, and Why Does It Matter?" BioScience 12 de septiembre de 2018