sábado, 27 de octubre de 2018

El meteorito que mató a los dinosaurios convirtió la roca en líquido

Un nuevo estudio sobre el cráter del Chicxulub en México descubre que la piedra fluyó durante unos minutos tras el colosal impacto

Los dinosaurios se extinguieron tras el impacto de un meteorito hace 66 
millones de años - Fotolia
Imagine una bola de fuego del tamaño de una ciudad llegando del cielo a gran velocidad para cambiar el mundo que conocemos. Parece el argumento de una película de ciencia ficción, pero ocurrió hace unos 66 millones de años. Un meteorito de unos 12 km de diámetro se estrelló contra la Tierra provocando una explosión 10.000 veces superior a todo el arsenal atómico existente en la actualidad. El brutal impacto cambió el clima global durante al menos dos años y sacó de escena para siempre a los dinosaurios. No fueron los únicos: el 75% de la vida planetaria desapareció.

Por supuesto, un evento de tal magnitud dejó huella en el terreno. Es el cráter de Chicxulub, un agujero de 200 km en su mayor parte bajo el mar en la península de Yucatán, México. Se trata del agujero de impacto más grande y mejor conservado de la Tierra, aunque está sepultado por una capa de rocas de alrededor de 2.400 metros. También es el único cráter en el planeta con un anillo montañoso de rocas aplastadas dentro de su borde exterior, llamado anillo de pico. La manera en que se ha formado este extraño anillo ha sido debatida durante mucho tiempo, pero un nuevo estudio en la revista «Nature» muestra que es el producto de vibraciones extremadamente fuertes en la Tierra que permitieron que la roca fluyera como un líquido durante unos minutos tras el impacto.

Cuando un asteroide se estrella contra la tierra, deja un pozo con forma de cuenco. Si el asteroide es lo suficientemente grande, el cráter resultante puede tener más de 32 km de profundidad, momento en el que se vuelve inestable y se colapsa.

«Durante un tiempo, la roca rota se comporta como un fluido», señala Jay Melosh, profesor de ciencias terrestres, atmosféricas y planetarias de la Universidad de Purdue. «Se han propuesto muchas teorías sobre qué mecanismo permite que ocurra esta fluidización, y ahora sabemos que son vibraciones realmente fuertes que sacuden la roca de forma suficientemente constante para permitir que fluya», explica.

Este mecanismo, conocido como «fluidización acústica», es el proceso que permite que el anillo de montañas en el centro del cráter aumente a los pocos minutos del choque del asteroide. Los cráteres son esencialmente iguales en todos los mundos terrestres (Tierra, Mercurio, Venus, Marte y nuestra Luna), pero son difíciles de estudiar en el espacio por razones obvias: no podemos mirarlos con el mismo detalle que podemos en la Tierra.

Un agujero de kilómetro y medio

La perforación ayudó a descubrir cómo se formó el cráter 
de Chicxulub- International Ocean Discovery Program
El cráter de Chicxulub tampoco es fácilmente accesible. Permanece enterrado desde hace 66 millones de años. Así que para estudiarlo, los investigadores del Programa Internacional de Descubrimiento de Océanos (un grupo dentro del Programa Internacional de Perforación Científica Continental) hicieron lo único que podía hacerse: cavar. El equipo perforó un núcleo de aproximadamente 15 cm de diámetro y kilómetro y medio de profundidad, recolectando rocas que fueron destrozadas y parcialmente fundidas por el impacto que destruyó a los dinosaurios.

Al examinar las zonas y los patrones de fractura en el núcleo, el equipo encontró una evolución en la secuencia de vibración que permitiría que los residuos fluyeran.

«Estos hallazgos nos ayudan a comprender cómo se derrumban los cráteres de impacto y cómo las grandes masas de roca se comportan de manera similar a un fluido en otras circunstancias, como deslizamientos de tierra y terremotos», ha afirmado Melosh. «Ciudades han sido arrasadas por enormes deslizamientos de tierra, donde la gente pensaba que estaba a salvo, pero luego descubrieron que la roca fluirá como un líquido cuando alguna perturbación ponga en movimiento una masa lo suficientemente grande», ha señalado.

La extinción de los dinosaurios en sí probablemente no se vio afectada directamente por el colapso interno del cráter, sino por otros efectos como el cambio climático. En cualquier caso, dicen los investigadores, es importante comprender las consecuencias de un gran ataque de asteroides en la Tierra.

Nueva especie de Archaeopteryx más cercana a las aves modernas

Una nueva especie de Archaeopteryx --eslabón perdido entre dinosaurios y pájaros-- más cerca de las aves modernas en términos evolutivos, ha sido descubierta gracias a un análisis de sincrotrón.   

El equipo investigador reexaminó uno de los 12 únicos especímenes conocidos con esta forma de análisis de rayos X en 3D.   

ZHAO CHUANG
Gracias a esta nueva visión, el equipo dice que este fósil individual de Archaeopteryx, conocido como 'espécimen número ocho', está físicamente mucho más cerca de un ave moderna que de un reptil. Por lo tanto, es distintivo evolutivo y lo suficientemente diferente como para describirlo como una nueva especie: Archaeopteryx albersdoerferi.

La investigación, que se publica en la revista Historical Biology, dice que algunas de las diferentes características esqueléticas de Archaeopteryx albersdoerferi incluyen la fusión de huesos craneales, diferentes fajas pectorales (pecho) y elementos de las alas, y una configuración reforzada de carpals y metacarpianos (mano) huesos.

Estas características se observan más en las aves voladoras modernas y no se encuentran en las especies más antiguas de Archaeopteryx lithographica, que se parecen más a los reptiles y dinosaurios.

La muestra número ocho es la más joven de todas las 12 muestras conocidas en aproximadamente medio millón de años. Esta diferencia de edad en comparación con los otros especímenes es un factor clave para describirla como una nueva especie.

El coautor del estudio John Nudds, de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente de la Universidad de Manchester, explicó en un comunicado: "Al diseccionar digitalmente el fósil, encontramos que este espécimen difería de todos los demás. Poseía adaptaciones esqueléticas que habrían resultado en un vuelo mucho más eficiente. En pocas palabras, hemos descubierto en qué se desarrolló Archaeopteryx lithographica, es decir, un ave más avanzada, mejor adaptada para volar y, hemos descrito esto como una nueva especie de Archaeopteyx”.

Archaeopteryx se describió por primera vez como el "eslabón perdido" entre los reptiles y las aves en 1861, y ahora se considera como el vínculo entre los dinosaurios y las aves. Solo se han encontrado 12 especímenes y todos son de un yacimiento de Baviera que data de aproximadamente 150 millones de años.

El autor principal, el Dr. Martin Kundrát, de la Universidad de Pavol Jozef Safárik, Eslovaquia, dijo: "Esta es la primera vez que se observan numerosos huesos y dientes de Archaeopteryx desde todos los aspectos, incluida la exposición de su estructura interna. El uso de microtomografía de sincrotrón fue la única forma de estudiar el espécimen ya que está muy comprimido con muchos huesos fragmentados parcialmente o completamente ocultos en piedra caliza".

viernes, 26 de octubre de 2018

El auge de la construcción en China descubre fósiles de dinosaurios enterrados

YANJI, China (AP) — Al final de una calle con rascacielos recién construidos en la ciudad de Yanji, al norte de China, hay un barranco en el que paleontólogos escarban rocas de 100 millones de años en busca de huesos prehistóricos.

Reproducción de un esqueleto de dinosaurio en el sitio que ocupará un futuro 
museo de dinosaurios en Yanji, Chins. El museo se construirá en un terreno 
en el que fueron hallados numerosos fósiles de dinosaurios. Foto: 12-9-2018. 
(AP Photo/Christina Larson)
Igual que tantas otras excavaciones en las que se encontraron fósiles, este sitio fue descubierto de casualidad.

El boom en la construcción que registra China ha sacado al descubierto una cantidad de fósiles de dinosaurios. Si bien no es inusual que las topadoras revelen la presencia de sitios prehistóricos, la escala y la velocidad de la urbanización de China no tiene precedentes, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Tal vez nadie ha aprovechado mejor esta oportunidad de investigación científica que Xu Xing, un abanderado diligente y modesto de la paleontología china. Les ha dado nombre a más especies de dinosaurios que ningún otro paleontólogo vivo, pasando de una excavación a otra en busca de información acerca de la evolución de los dinosaurios hasta transformarse en aves.

Matthew Lamanna, curador del Museo Carnegie de Historia Natural de Pittsburgh, dijo que Xu es “considerado uno de los paleontólogos especializados en dinosaurios más prominentes de China hoy, si no la máxima autoridad”.

Dos años atrás, Jin Changzhu, una colega de Xu en la Academia de Ciencias de China, visitaba a su familia en Yanji cuando él oyó hablar del hallazgo de fósiles en una obra en construcción. Una inspección preliminar dio con lo que pareció ser un hueso del hombro de un dinosaurio.

En esta ciudad a menos de una hora de la frontera con Corea del Norte se están construyendo viviendas a paso acelerado. En medio de tanta obra, hay un gran claro en un barranco: el sitio donde se lleva a cabo la excavación.

El paleontólogo Xu Xin examina unos dientes de cocodrilo 
encontrados en Yanji, China, en un sitio donde se hallaron 
numerosos  restos fósiles de dinosaurios y otros animales 
de la antigüedad durante la construcción de un complejo 
de edificios. Foto: 12-9-18. (AP Photo/Christina Larson)
Cuando Xu llegó a Yanji, inmediatamente se dio cuenta de que era un lugar que podía arrojar luz sobre un período del que se sabe poco. No se han recuperado muchos huesos de fines del período cretáceo, de hace alrededor de 100 millones de años. Un análisis de las capas de ceniza volcánica indicó la edad del lugar. Xu supervisa ahora un equipo de científicos que con picos, cinceles y agujas de acero estudian el terreno expuesto, donde las capas geológicas parecen una torta roja y gris.

Se han encontrado partes de esqueletos de tres ancianos cocodrilos y de un saurópodo, como se denominaba a dinosaurios gigantes que se alimentaban con plantas y que fueron algunos de los animales terrestres más grandes de que se tenga noticias.

“Esta es una de las grandes características de la paleontología en China en la actualidad: Las excavaciones para construir edificios ayudan mucho a descubrir nuevos fósiles”, dijo Xu mientras empleaba una aguja para remover partículas de un cráneo de cocodrilo.

Cuando Xi y Jin descubrieron fósiles en Yanji en el 2016, las autoridades municipales suspendieron la construcción de un edificio, apegándose a leyes vigentes.

“El constructor no estaba nada feliz conmigo”, contó Xu.

Sector donde se encontraron fósiles de dinosaurios durante la construcción de un 
complejo de edificios de viviendas en el marco de un boom de la construcción 
en Yanji, China. Foto: 12-9-18. (AP Photo/Christina Larson)
Pero la municipalidad le ha dado todo su respaldo e incluso construyó un puesto policial en el sitio de las excavaciones para proteger la zona. Cuando se complete el trabajo, se planea construir un museo que exhibirá los fósiles recuperados.

Estos hallazgos no han hecho sino aumentar la fama de Xu, quien, no obstante, dice que muchos descubrimientos fueron obra de la fortuna.

“Además de trabajar duro, uno necesita suerte”, manifestó.

China es un lugar ideal para estudiar la evolución de los dinosaurios hasta transformarse en aves.

Hace dos décadas, se encontraron fósiles de dinosaurios con algunas plumas en antiguos lagos secos del noreste de China. El descubrimiento ayudó a sustentar la tesis de que las aves descienden de los dinosaurios, lo que fue posible porque la mezcla de ceniza volcánica y lutita fina que había en los viejos lagos habían preservado tejidos suaves, incluidas plumas. La mayoría de los fósiles de dinosaurios consisten solo en huesos.

Desde entonces han aparecido una cantidad de huesos de dinosaurios que dieron a los científicos nueva información sobre el árbol de la vida.

Xu ha estado a la vanguardia de las investigaciones sobre cómo los dinosaurios terminaron con plumas y la capacidad de volar.

Empleando nuevas tecnologías, el equipo de Xu usa escáners para analizar el interior de los fósiles y construye simulaciones de computadora en 3D que permiten especular los movimientos que puede haber tenido un dinosaurio.

De vuelta en Yanji, un colega le lleva una gran piedra con una vértebra de saurópodo expuesta para que la examine.

El hueso es blando, lo que según Xu puede responder al sistema respiratorio del animal. El científico usa un cepillo para sacar partículas y poder examinar mejor la muestra.

“Básicamente, estamos reconstruyendo el árbol de la vida evolutivo”, manifestó. “Si tienes más especies para estudiar, tendrás más ramas en ese árbol, más información sobre la historia de la vida en la Tierra”.

Hallan en Las Carreras huellas de dinosaurios

El municipio de Las Carreras refuerza a Chuquisaca como destino paleontológico al confirmarse que alberga huellas de enormes dinosaurios como las encontrados en Cal Orck’o y Maragua, de hace 66 y hasta 80 millones de años. A diferencia de los yacimientos ya descubiertos, esta zona es todavía virgen y guarda un inmenso potencial para la investigación paleontológica. 
Las huellas de dinosaurios fueron encontradas en al menos tres planchones, de unos 70 metros cuadrados cada uno, a unos diez minutos de centro poblado de Las Carreras. 
En algunos planchones se aprecian huellas 
de dinosaurios terópodos.
El nuevo descubrimiento surgió de la curiosidad de los vecinos de Las Carreras, en la comunidad de Taraya, ubicada a 300 kilómetros de Sucre, en el límite con el departamento de Tarija. Inicialmente se conocía de la existencia de posibles huellas de dinosaurios a través de fotografías tomadas por los propios pobladores, hace dos años.

Esas imágenes llegaron a manos del paleontólogo Omar Medina, quien comenzó a investigar sobre las huellas de dinosaurio. Su equipo se trasladó hasta el lugar y constató que si eran marcas dejadas por estos reptiles hace 80 millones de años. Este trabajo de campo, realizado por Adhemar Rodríguez, fue compartido con paleontólogos de la Universidad de Sevilla (España).

Concretamente, el doctor en paleontología Fernando Muñiz, desde España, confirmó que esas huellas pertenecen a dinosaurios. En Sucre, en la Universidad San Francisco Xavier se ratificó que esas marcas impresas pertenecían a dinosaurios terópodos (bípedos, ágiles y carnívoros) muy similares a un carnotauro, además de otras huellas que deben ser investigadas para establecer la especie, posiblemente anquilosaurios (cuadrúpedos, herbívoros y acorazados) o saurópodos (cuadrúpedos, herbívoros de cuello largo).

Estas huellas fueron encontradas en al menos tres planchones, de unos 70 metros cuadrados cada uno, a unos diez minutos de centro poblado. Medina destacó que, felizmente, las huellas se encuentran bien preservadas y protegidas debido al difícil acceso y porque además muy poca gente conoce de su existencia.

Explicó que este descubrimiento, de gran importancia para la paleontología, permitirá reconstruir la geografía de la zona de los Cintis en el Cretácico superior (hace 80 millones de años). Es así que, inicialmente, se podría imaginar los municipios de San Lucas y Las Carreras como zonas costeras de un mar en retirada por las huellas dejadas por dinosaurios y, en cambio, el municipio de Camargo posiblemente haya estado cubierto por agua marina, debido a que en esa zona se estudian marcas dejadas por mantarrayas.

Rodríguez, en un su expedición, también encontró restos de invertebrados marinos como turritélidos, algas estromatolito y astillas de huesos fosilizados que pertenecerían a peces que habitaron la zona hace 80 millones de años.

Finalmente, Medina anunció que la Universidad San Francisco, a través de su instituto de investigación, dependiente de la Facultad de Arquitectura, desplazará a un equipo de docentes y estudiantes hasta el lugar para el levantamiento de un informe preliminar el cual permita abarcar más zonas para la investigación paleontológica en la zona de los Cintis de Chuquisaca.

correodelsur.com

CIUDAD MILENARIA AL ABRIGO DE LA DEMANDA

Salas de los Infantes, cuna de los Infantes de Lara y tierra de dinosaurios, ofrece al visitante importantes espacios culturales, naturales y patrimoniales

En una vista aérea se contempla toda la magnitud de la ciudad, la mayor
población de la comarca. -
En el corazón de la Sierra de la Demanda y regada por las aguas del río Arlanza, se encuentra la localidad milenaria de Salas de los Infantes, cuna de los Siete Infantes de Lara, pero también espacio natural cargado de flora y fauna prehistórica. La historia sitúa la fundación de Salas en el año 974 a cargo del conde Garcí Fernández, año en el que concede fueros y heredades a Gonzalo Gustios para poblar Salas. Hasta el siglo XVI era nombrada como Salas de la Hoz de Lara (del Alfoz de Lara) poco después pasó a llamarse Salas de los Infantes. El cambio pudo deberse al descubrimiento de las cabezas de los infantes en la iglesia de Santa María en el año 1579. El título de ciudad fue concedido por el rey Alfonso XIII en 1925. 

Pero la relevancia histórica de la población le viene dado desde la época prerromana y se conservan vestigios de aquella época que han sido encontrados en las excavaciones realizadas en los diferentes yacimientos de la zona. Otro de los rasgos que caracterizan a la ciudad, es su importancia como enclave fronterizo en los tiempos de los reinos cristianos. De esta época han quedado fortificaciones como puede ser el castillo de Castrovido, a 2,3 km de Salas y construido a finales del siglo IX o comienzos del X con el objetivo de defenderse de los ataques del califato de Córdoba y que, con el paso de los años y el avance de la frontera cayó en desuso.
En la propia localidad destaca el arte religioso. Por un lado, el templo de Santa María, enclavado en el barrio del mismo nombre donde se unen soluciones constructivas medievales y elementos ornamentales renacentistas. Al otro lado del río Arlanza, la iglesia de Santa Cecilia es un atractivo ejemplo de la arquitectura gótica burgalesa. Levantada sobre una fábrica del XII de la que aún quedan vestigios visible, en ella estaca la pila bautismal románica y el retablo mayor, contratado en 1640 para la honra de la mártir Cecilia. 

Salas es cuna de los Siete Infantes de Lara. De la leyenda épica castellana nace el cantar de gesta compuesto a principios del siglo XI, en la actualidad perdido, cuyo contenido ha llegado a nosotros a través de la ‘Primera Crónica General’, redactada bajo el auspicio de Alfonso X el Sabio, que utiliza como fuente el citado cantar. El argumento se basa en los sucesos acaecidos en las bodas celebradas en Burgos entre Ruy Velázquez (o Blásquez), señor de Vilviestre, y Doña Lambra de Bureba, prima del conde de Castilla García I Fernández el de las Manos Blancas. A los esponsales acuden como invitados los Siete Infantes de Lara (o de Salas), hijos de Gonzalo Gustios, señor de Salas, y de Sancha Blázquez, hermana del novio. 

La villa es además refugio de dinosaurios que dejaron testimonio de su existencia en las rocas del entorno de la localidad. En el yacimiento de Costalomo cuenta con icnitas que sobresalen de la superficie de la roca y que son moldes del pie del dinosaurio en los que se ve cómo eran los dedos incluidas las garras, algo que asombra porque parece que el pie del dinosaurio sigue apoyado en las arenas de hace 120 millones de años. Costalomo es uno de los yacimientos que forman parte de la candidatura Icnitas de Dinosaurios de la Península Ibérica, a Patrimonio Mundial y que en la actualidad no es visitable, ya que se encuentra tapado para evitar su deterioro y expolio. Para conocer este y otros yacimientos, Salas cuenta con el Museo de Dinosaurios de Salas, uno de los reclamos turísticos de la zona visitando por cientos de personas a lo largo del año. 

Tierra de madera, piedra y bellos bosques, Salas de los Infantes cuenta además con diversas rutas naturales en las que disfrutar del entorno. La subida a la cima encastillada del Fuerte San Carlos, el descubrimiento de los escenarios paisajísticos donde se rodó el spaghetti-western ‘El bueno, el feo y el malo’ o la visita al sabinar adehesado en las faldas de Peña Carazo son solo un ejemplo de esos recorridos.

La localidad también es territorio de festivales musicales y de diversas acciones culturales. Aunque a lo largo del año celebra diversas fiestas y citas como la matanza o de Acción de Gracias, las fiestas patronales tienen lugar del 14 y el 17 de agosto, en honor a Nuestra Señora y San Roque.

jueves, 25 de octubre de 2018

Científicos chinos descubren que las aves primitivas pudieron “deformarse” por exigencias de su entorno

Recientemente, el equipo de investigación del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados, adscrito a la Academia de Ciencias de China, descubrió que el pájaro primitivo Jinguofortis Perplexus tenía muchas características morfológicas únicas. Además, el estudio reveló un fenómeno único en la evolución de las aves antiguas: la plasticidad del desarrollo.

Fósil y reconstrucción del Jinguofortis Perplexus. (Foto: proporcionada)
Hoy en día, las aves que son capaces de volar tienen una escápula y un coracoideo que generalmente se separan una de la otra. Sin embargo, los dos huesos del Confuciusornis, conocido como el pájaro más antiguo con un pico de cutina, están conectados. Esta característica confundió a los científicos hasta que Jinguofortis Perplexus fue descubierto.

El equipo analizó la estructura ósea de las aves primitivas y descubrió que la conexión de la escápula y la coracoideo afecta sólo a estas dos especies, y se piensa que esto se debe a su tasa de crecimiento relativamente rápida. Los científicos especulan que las exigencias ambientales forzaron al Confuciusornis y al Jinguofortis Perplexus a disminuir el tiempo requerido para alcanzar la adultez, aumentando su capacidad de supervivencia. Un proceso osteogenético acelerado originó la conexión entre el omóplato y el coracoideo.

Wang Min, investigador del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados explicó que "el mayor resultado del hallazgo del Jinguofortis Perplexus es que permite indicar cuán importante fue la plasticidad del desarrollo durante la evolución temprana de las aves y otras criaturas”.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Polémica científica sobre el origen de la vida en la Tierra

Unas rocas de hace 3.700 millones de años que se consideraron los fósiles más antiguos del planeta podrían no serlo

Hasta ahora se pensaba que los fósiles, hallados en Groenlandia, podían ser 
restos de estromatolitos, unas estructuras construidas por cianobacterias en 
aguas poco profundas. En la imagen, estromatolitos en el oeste de Australia 
(dr322 / Getty Images/iStockphoto)
En 2016, un equipo de geólogos afirmó haber hallado en Groenlandia lo que podían ser los fósiles más antiguos de la Tierra: unas rocas de hace 3.700 millones de años que tenían signos de haber sido habitadas por microorganismos. Sin embargo, puede que las conclusiones de esta investigación, dirigida desde la Universidad de Wollongong (Australia), fueran erróneas.

Un nuevo trabajo ha reanalizado las rocas y ha llegado a la conclusión de que las estructuras que sus descubridores atribuyeron a la actividad de microorganismos arcaicos son en realidad resultado de procesos geológicos. Los autores de esta nueva investigación, liderada desde el Laboratorio de Propulsión a Reacción de la NASA, en Pasadena (Estados Unidos), publican los resultados en la revista Nature.

Las rocas proceden de una formación conocida como el cinturón de rocas verdes de Isua, situada en la costa a 150 kilómetros de Nuuk, la capital de Groenlandia. Se trata de una pequeña ventana a la Tierra del pasado, ya que contiene algunas de las rocas sedimentarias más antiguas y mejor conservadas del planeta. 
Las muestras proceden de una formación de Groenlandia que contiene las rocas bien conservadas más antiguas de la Tierra 
Antes del descubrimiento de estas rocas, el récord del fósil más antiguo lo ostentaban estromatolitos de hace entre 3.430 y 3.490 millones de años, hallados en el cratón de Pilbara, en el noroeste de Australia. Los estromatolitos son estructuras construidas por un tipo de microorganismos, las cianobacterias, que viven en colonias y capturan minerales que van depositando a lo largo del tiempo.

Algunos de los estromatolitos de Pilbara fueron descubiertos por el mismo equipo que ha realizado la investigación presentada hoy en Nature. Según escriben los autores, son la prueba de vida más antigua ampliamente aceptada, ya que contienen estructuras bien preservadas de origen claramente biológico. “Están entre las evidencias más fiables, aunque esta [las rocas halladas en Groenlandia] también se consideraba una de ellas”, coincide Víctor Parro, vicedirector del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA). Entre las estructuras más reveladoras se encuentran unas formas cónicas y laminadas que muy probablemente fueron construidas por biopelículas de microorganismos, entre ellos cianobacterias. No se conoce ningún proceso geológico que pueda crearlas.

En Groenlandia, las rocas de la ancestral formación de Isua pasaron años enterradas en las profundidades de la corteza terrestre antes de volver a emerger a la superficie. El calor y la presión extremos que experimentaron probablemente borraron cualquier rastro de vida que hubiera podido contener. Sin embargo, los investigadores liderados desde Wollongong descubrieron en sus muestras indicios de las mismas estructuras cónicas laminadas descubiertas en Pilbara, según publicaron en Nature en 2016. Por ello, concluyeron que esas rocas de hace 3.700 millones de años eran también estromatolitos, lo que adelantó la posible aparición de las cianobacterias en 200 millones de años. 
Los descubridores originales encontraron indicios de estructuras cónicas características de los estromatolitos, que habrían implicado que la vida ya llevaba tiempo evolucionando en la Tierra cuando tenía solo 800 millones de años 
Las cianobacterias son microorganismos capaces de realizar la fotosíntesis, un proceso biológico que requiere de componentes altamente complejos y especializados. El hecho de que ya existieran hace 3.700 millones de años implicaría que ya entonces la vida llevaba tiempo evolucionando en la Tierra, cuando el planeta tenía solo 800 millones de años. Y que esos organismos arcaicos, o sus ancestros, fueron capaces de sobrevivir a una lluvia de asteroides que asoló el globo hace entre 4.100 y 3.800 millones de años, conocida como bombardeo intenso tardío.

Ahora, el equipo liderado desde el Laboratorio de Propulsión a Reacción ha estudiado otra muestra de la misma formación de rocas de Groenlandia de forma más exhaustiva. Un análisis de la estructura tridimensional ha desvelado que las supuestas formas cónicas que revelaban la presencia de cianobacterias en el pasado en realidad no serían conos, sino rugosidades formadas por la compresión de la roca. Tampoco presentan la estructura de láminas típica de los estromatolitos de origen biológico ni tienen huellas químicas de la vida. 
El nuevo trabajo concluye que las rocas no tienen indicios de vida arcaica, sino huellas del ambiente extremo que experimentaron durante su paso por las profundidades terrestres 
Los investigadores concluyen, pues, que no hay signos de actividad de microorganismos en las rocas de Isua. Según escriben en Nature, su particular estructura no es una huella de la vida arcaica, sino del ambiente extremo que experimentaron durante su paso por las profundidades terrestres.

El equipo dirigido desde Wollongong, no obstante, sigue firme en sus conclusiones, según explica por correo electrónico Allen Nutman, quien lideró el descubrimiento original publicado en 2016. Uno de sus principales argumentos es que el otro grupo de investigadores no examinó en profundidad la geología de la formación de Isua y tomó la muestra de un lugar con características geológicas distintas, donde los estromatolitos estarían estado peor conservados. “Es un escenario clásico de comparar peras con manzanas, lo que lleva inevitablemente al resultado de que nuestras observaciones y las suyas no encajan exactamente”, declara Nutman.El investigador de la Universidad de Wollongong ofreció al otro equipo examinar sus mismas muestras, pero nunca aceptaron, añade. 

Por otra parte, “las estructuras de estromatolito que mostramos sí contienen vestigios de láminas”, afirma Nutman. “Es más, las estructuras genuinas de estromatolitos [...] que muestran Allwood y su equipo también presentan láminas internas”, si bien peor preservadas que en muestras más modernas. 
Nos mantenemos en nuestra interpretación de que hay estromatolitos extremadamente raros en las rocas de Isua, preservados en una diminuta reliquia de un ambiente marino de hace 3.700 millones de años” ALLEN NUTMAN Líder del descubrimiento original
En base a estos argumentos y a las pruebas químicas, que indican, según Nutman, que las rocas se originaron por sedimentación en un lecho marino poco profundo, “nos mantenemos en nuestra interpretación de que hay estromatolitos extremadamente raros en las rocas de Isua, preservados en una diminuta reliquia de un ambiente marino poco profundo de hace 3.700 millones de años”.

“Los resultados aportan nuevos datos a la controversia sobre estos indicios del origen de la vida, aunque ni el trabajo anterior ni este la resuelven”, valora por otra parte Víctor Parro, que no ha participado en la investigación, en entrevista telefónica. Según Parro, las pruebas morfológicas, que constituyen el principal argumento de los investigadores del Laboratorio de Propulsión a Reacción, “nunca van a ser concluyentes”. “A partir de este trabajo, va aumentar el estudio de estas rocas, y por otra parte habrá que intentar buscar otras evidencias más inequívocas. Por ejemplo, moléculas de origen biológico atrapadas en las rocas. Si pudiéramos encontrar biomarcadores de esas épocas, serían indicios muy fuertes”, añade. 

La investigación sobre el origen de la vida en la Tierra también puede ayudar a la búsqueda de vida antigua en otros planetas, como en Marte. “Si encontramos estructuras similares en Marte, podemos extrapolar lo que sabemos de las rocas de la Tierra”, señala Víctor Parro. Las rocas expuestas en el planeta rojo, además, son muy antiguas, ya que Marte carece de los procesos tectónicos que remodelan la superficie de otros planetas como la Tierra. Así pues, si una vez hubo vida allí, sus huellas podrían ser más accesibles.

Por otra parte, “cuanto más antiguo datemos el origen de la vida en la Tierra, más nos acercamos a la posibilidad de que hubiera vida en Marte en el pasado, ya que se enfrió más rápido que la Tierra y tuvo condiciones de habitabilidad mucho antes”, explica Parro. Una hipótesis, de hecho, propone que la vida se gestó en el planeta rojo cuando este aún tenía atmósfera y agua líquida en su superficie y viajó a la Tierra transportada en meteoritos. Eso explicaría que hubiera estado tan evolucionada en una época tan primigenia de nuestro planeta. “Todas esas hipótesis están ahí y por eso es importante acotar lo más precisamente posible el periodo en el que surgió la vida en la Tierra”, concluye Víctor Parro. 

Otras pruebas de los albores de la vida

Existen otros indicios de vida aún más antiguos que los estromatolitos de Australia –y los presuntos de Groenlandia–, si bien menos concluyentes. En 2017, un equipo liderado por el University College de Londres presentó el hallazgo de unos microfósiles de bacterias que vivieron en el fondo marino hace entre 4.280 y 3.770 millones de años, descubiertos en la bahía de Hudson, en Canadá. También en Canadá, en Labrador, otro grupo dirigido desde la Universidad de Tokio descubrió acumulaciones de grafito de hace 3.950 millones de años cuya composición solo se puede explicar si lo produjeron seres vivos.

Ambos descubrimientos apuntan a que o bien la vida surgió en la Tierra muy temprano después de su nacimiento hace 4.500 millones de años, cuando el planeta empezaba a enfriarse tras su formación, o bien vino del exterior. 
Esta noticia ha sido editada para incluir las valoraciones de Allen Nutman, investigador de la Universidad de Wollongong que lideró el descubrimiento original

martes, 23 de octubre de 2018

Dinosaurios: cómo aprovechar la fascinación de los chicos para investigar, leer o ir un museo

APRENDIZAJE

Muchas son las veces que escuchamos a nuestros hijos enumerar y describir 
especies de dinosaurios que, probablemente, nunca habíamos mencionado 
en el hogar.
Hay una etapa en que los niños suelen entusiasmarse con estas criaturas. El doctor Sergio Snieg, médico titular de la Sociedad Argentina de Pediatría, reveló a Entremujeres qué pueden hacer los adultos para enseñar a través de este fanatismo.

Diplodocus, triceratops, tiranosaurio y velociraptor. Muchas son las veces que escuchamos a nuestros hijos enumerar y describir especies de dinosaurios que, probablemente, nunca habíamos mencionado en el hogar. Estas criaturas prehistóricas pueden hacer algo más: abrir una puerta de entrada a ciertos hábitos y enseñanzas que se quieran establecer por parte de los adultos.

El doctor Sergio Snieg, médico titular de la Sociedad Argentina de Pediatría e integrante del Comité nacional de Pediatría General Ambulatoria, destacó a Entremujeres la importancia de que este deslumbramiento infantil sea para ellos un medio y no un fin.

“El tema de los dinosaurios fue impuesto por los adultos, no son los chicos los 
que lo buscaron. La fascinación de los chicos es por el juego, por investigar".
“El tema de los dinosaurios fue impuesto por los adultos, no son los chicos los que lo buscaron. La fascinación de los chicos es por el juego, por investigar. De esa forma aprenden y crecen; todo lo que los chicos aprenden es a través del juego, desde que son bebés”, aseguró el especialista.

¿Cómo lograr que esta admiración por la prehistoria, por ejemplo, se convierta en una herramienta para que los niños empiecen a disfrutar de otras cuestiones? Para el pediatra, aquí hay un punto clave y se basa en el acompañamiento de los adultos. “Si nosotros incentivamos y no nos quedamos sólo en el muñequito, sino que recurrimos a libros, lo llevamos a museos o a ver películas y compartimos con el chico, esta instancia de juego y aprendizaje se va a tornar más profunda”, sostuvo.

Al respecto, amplió que “compartir con los chicos esta instancia es fundamental; no dejarlos solos y mostrarse atraído por este aprendizaje va a hacer que ellos se interesen más”. Snieg aseguró que la fascinación de un niño por cierta temática puede derivar en algo sumamente positivo si se la afronta del modo correcto: “Tenemos que tratar de que éste sea el medio por el cual los chicos investiguen otras cosas: la lectura, los museos, o que puedan compartir un momento con sus padres, hermanos o abuelos, a través de un tema que les interesa”.

Al respecto, amplió que “compartir con los chicos esta instancia es fundamental; 
no dejarlos solos y mostrarse atraído por este aprendizaje va a hacer que 
ellos se interesen más”.
Finalmente, el médico se refirió a las señales de alerta que hay que tener en cuenta si el niño parece tener una fijación alrededor del tema: “Los pediatras hablamos de luces rojas. Esto se da cuando el chico se pone monotemático, cuando le trae algún tipo de aislamiento social, cuando recurre a engaños para esto (aunque esto se da más con las pantallas) o si le produce sedentarismo”. En ese momento -concluyó el pediatra-, hay que poner límites.

¿Dónde ver fósiles de dinosaurios? Museo de La Plata. De martes a domingo de 10:00 a 18:00. Venta de entradas hasta las 17:30. Feriados: abierto. Entrada general, 50 pesos. Menores de 12 años, gratis.

Encuentran un pulmón fosilizado que perteneció a las aves de la era de los dinosaurios

Los Investigadores encontraron el pulmón en un fósil que pertenecía a un afamado coleccionista.

Zhang / Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados de Beijing
Una de las cosas más raras que ha comprobado la paleontología es que los órganos antiguos lleguen a fosilizarse, este proceso ocurre pocas veces, por eso cada vez que aparece un órgano fosilizado los científicos se emocionan tanto, sobre todo cuando se trata de un pulmón que perteneció a una especie de ave de la era de los dinosaurios.

Científicos del Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados de la Academia China de Ciencias encontraron los restos de un espécimen denominado Archaeorhynchus spathula, un ave que vivió hace unos 120 millones de años. Lo sorprendente era que el fósil tenía las plumas muy bien conservadas, incluida la cola de alfiler, la cual no tiene ninguna otra ave del Cretácico pero que es muy común en las especies actuales. Además, lo más sorprendente fue que los pulmones del ave también estaban fosilizados.

Se trata del pulmón fosilizado más antiguo registrado y el más antiguo jamás visto en un ave. Esto permitirá a los paleontólogos recopilar información de manera más fidedigna sobre esta ave. Jingmai O’Connor,investigadora principal del estudio, dijo al respecto: 
“Fuimos y extrajimos algunas muestras, las pusimos en el microscopio electrónico de barrido (SEM, por sus siglas en inglés) y el tejido pulmonar. Entonces pensé: ‘¿Crees que esto es tejido pulmonar? Si crees que lo es, entonces ninguno de nosotros los paleontólogos que están cavando puede discutir contigo’”. 
Y es que un análisis del tejido mostró que contenía estructuras que asemejan a los capilares sanguíneos, los cuales absorben oxígeno para ayudar a impulsar el vuelo de las aves, mismo que implica mucha energía por parte de las mismas.

Este fósil proviene de la temprana formación de tierra cretácica Jehol Lagerstätte situada en lo que hoy comprende el noreste de China, pero O’Connor y su equipo lo encontraron en el Museo de la Naturaleza Shandong Tianyu, en Pingyi, donde un ávido coleccionista de fósiles alberga los miles de fósiles de aves que ha comprado con el tiempo.

El hallazgo revela que las estructuras pulmonares en las aves tempranas son similares a los pulmones de las aves modernas, afirmaron los investigadores. Esto significa que la A. Spathula tenía un flujo de aire unidireccional en sus pulmones. Esto significa que el aire fluía en gran parte fresco y lleno de oxígeno y no como en los pulmones de los mamíferos donde el aire nuevo se mezcla con aire respirado anteriormente, lo que significa que existe una menor cantidad de oxígeno.

Luego de que los científicos han presentado su hallazgo en la 8ª reunión anual de la Sociedad de Paleontología de Vertebrados, publicarán el estudio en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

sábado, 20 de octubre de 2018

Estudio sugiere que los brazos del T. rex eran más útiles de lo pensado

Durante mucho tiempo el propósito preciso de los pequeños brazos del Tiranosaurio rex ha sido tema de intensos debates en la comunidad científica. Ahora, una reciente investigación sugiere que las insignificantes extremidades del rey de los dinosaurios podrían ser más útiles de lo que hasta ahora se ha asumido.

A lo largo de los años, los científicos han sugerido una variedad de usos para los brazos del T. rex y otros terópodos, pero no existe un panorama claro al respecto. En este sentido, un par de investigadores de la Universidad de Stockton en Nueva Jersey proponen un novedoso enfoque para determinar la funcionalidad de estas extremidades.

Atraer a la presa

Fósil de un Tiranosaurio rex fosilizado.
Al estudiar los movimientos de los brazos de dos parientes lejanos de T. rex: el pavo doméstico (Meleagris gallopavo) y el caimán americano (Alligator mississippiensis), los investigadores descubrieron que el T. rex probablemente podrían mover las palmas de sus manos hacia sus pechos.

Lo que plantean los investigadores es que el T. rex pudo haber sido capaz de rotar la palma de la mano hacia adentro y hacia arriba, de tal manera que la palma de la mano se enfrentaría al pecho en la medida que flexionaba el codo.

En cuanto a por qué esto sería ventajoso, es difícil decirlo con certeza sin ver a un terópodo no avícola en acción. Sin embargo, los investigadores especulan que tal movimiento (rotar el antebrazo y la mano hacia el pecho) podría permitir que algunos de estos feroces depredadores usaran sus brazos para atraer a la presa a fin de darle un mordisco.

De hecho, el siguiente paso de la investigación de los científicos puede aportar nueva información sobre esta cuestión. El equipo planea examinar las formas de los huesos de la extremidad anterior en el terópodo Allosaurus y compararlos con los de caimanes y pavos, y de este modo tratar de determinar si un dinosaurio terópodo era realmente capaz de realizar este movimiento.

Estudiando parientes

Una extremidad de caimán listo para serle aplicada la técnica de reconstrucción
 de rayos X de morfología móvil, o XROMM.
Los investigadores no pudieron simplemente estudiar un brazo de T. rex, porque los tejidos blandos de las articulaciones rara vez se fosilizan. Como consecuencia, se carece de información sobre cómo estaban estructuradas las formas de las articulaciones.

Esa carencia de información llevó a los investigadores a observar el cúbito y el húmero en el caimán y el pavo con una técnica llamada Reconstrucción de Rayos X de Morfología Móvil, o XROMM.

Inicialmente, conectaron el brazo y la ala a una plataforma de plexiglás entre dos dispositivos que generaban películas de rayos X. Luego, los investigadores utilizaron alambre de pesca para tirar del codo de cada espécimen, lo que provocó que el ala y el brazo se flexionaran.

Finalmente, utilizaron las dos vistas de rayos X de cada codo para reconstruir cómo se movían los huesos en tres dimensiones, al hacer coincidir con precisión los modelos virtuales de cada hueso con las películas.

Los investigadores descubrieron que el T. rex probablemente podría mover
las palmas de sus manos hacia sus pechos.
Los resultados mostraron cuán complejos son los codos de pavo y cocodrilo. Básicamente, los caimanes y los pavos pueden girar la palma de la mano hacia adentro y hacia arriba como lo hacemos nosotros, pero lo hacen al usar movimientos más complejos de los huesos del codo.

Los autores del estudio señalan que es inexacto tratar de reconstruir el movimiento de las articulaciones de las extremidades sin tener en consideración las estructuras cartilaginosas, un elemento ciertamente poco explorado en los brazos del T. rex y otros dinosaurios.

Referencia: Exploring elbow kinematics in the american alligator and domestic turkey: implications for predatory dinosaur forelimbs. 78th annual Society of Vertebrate Paleontology meeting. http://vertpaleo.org/Annual-Meeting/Annual-Meeting-Home/SVP-2018-program-book-V4-FINAL-with-covers-9-24-18.aspx

viernes, 19 de octubre de 2018

El biólogo sueco Svante Pääbo cree que nunca recrearán especies de hace millones de años

Svante Pääbo, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica, explica los avances y límites de la paleogenética
  • Es el primero en demostrar que los humanos modernos se cruzaron con los neandertales
  • Afirma que no será posible recrear especies extintas a partir de fósiles 

Fotografía del científico sueco Svante Pääbo, director del Instituto Max Planck. 
EFE NIP
"Nunca recrearemos especies completas porque es muy difícil realizar la ingeniería con las células madres para conseguirlo", ha afirmado este miércoles el biólogo sueco Svante Pääbo, premio Princesa de Asturias de Investigación, a quien sin embargo le gustaría equivocarse una vez más.

Pääbo ha ofrecido esta mañana una rueda de prensa en Oviedo, donde recogerá el viernes de manos del rey Felipe el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2018 que le ha sido concedido por sus descubrimientos revolucionarios y ser el primero en secuenciar el genoma de los neardentales.


Fundador de la paleogénetica

Director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania), Pääbo está considerado a sus 63 años como uno de los fundadores de la paleogenética, disciplina con la que ha demostrado que los humanos tenemos entre un 1 y un 4 por ciento de material genético procedente de otras especies. Pääbo confirmó así que hubo sexo entre ambas especies, descubrimiento que, según ha reconocido, aceptó claramente la comunidad científica y que llevó al anterior papa Benedicto XVI a preguntarle personalmente si los naendertales tenían alma. 
“Yo no tengo una opinión concreta sobre el alma“ 
"Podríamos rastrear hasta un millón de años en el permafrost -la parte profunda del suelo de regiones frías permanentemente heladas-, pero no mucho más allá", ha afirmado el especialista en genética evolutiva. Aunque todo dependerá de la tecnología y la conservación de los restos que se quieran secuenciar, Pääbo apuesta por que "nunca se llegará a la secuenciación genómica de especies de hace siete millones de años". Tampoco es optimista ante la posibilidad de que algún día puedan "resucitarse" dinosaurios u homínidos extintos, cuestión sobre la que éticamente tampoco habría justificación.

"Parece éticamente imposible recrear un ser humano completo para resolver una curiosidad científica o decir a un adolescente por qué existe", señala el Premio Princesa de Investigación.

Sus trabajos más destacados

Algo en lo que sí que se está ya trabajando es en ver los cambios típicos de los humanos modernos o de los neandertales y trasladarlos a células madre para luego poder estudiar el comportamiento de determinadas células en ratones. Si se consiguiesen células intactas y bien conservadas de animales o especies extintas, entonces sí que se podrían recrear, pero no desde un punto de vista arqueológico, asegura este experto en métodos precisos para el estudio del ADN antiguo, que han permitido la recuperación y el análisis del genoma de especies desaparecidas hace cientos de miles de años.

Entre sus trabajos más destacados está la secuenciación del ADN mitocondrial más antiguo logrado hasta ahora, un hombre primitivo, a caballo entre los simios que se extinguieron y los primeros humanos. Pääbo ha planteado la necesidad de mejorar las técnicas que utilizan para secuenciar el genoma, pero también de encontrar "buenos huesos", como en Atapuerca o la cueva asturiana de El Sidrón, que visitó hace once años, dado que es el único yacimiento en el que hay un grupo de neandertales que probablemente murieron a la vez.

"De estos homínidos, se puede decir claramente que desaparecieron por los humanos modernos", hace unos 30.000 años, pero también que, dado que se mezclaron con nosotros, no se extinguieron del todo. "Parte de su genoma sigue estando ahí. Triunfaron en la sociedad humana al tener hijos e integrarse", afirma Pääbo, que no se atreve a especular sobre el futuro del planeta.

http://rtve.es/v/4797964 (vídeo noticia)