jueves, 31 de mayo de 2018

DINOSAURIOS CUP: XX TORNEO DE FÚTBOL 7 SALAS DE LOS INFANTES

La Dinosaurios Cup tendrá lugar este fin de semana en Salas de los Infantes con la participación de 53 equipos procedentes de la provincia de Burgos y Soria.

¡No te lo puedes perder!

Salas deja huella


































miércoles, 30 de mayo de 2018

Expertos chinos y griegos conservan huellas de dinosaurio en Beijing

BEIJING - Expertos procedentes de China y Grecia han iniciado recientemente su primer trabajo de conservación conjunta en más de 170 huellas de dinosaurio fosilizadas descubiertas en un suburbio de Beijing.

El equipo ha comenzado a limpiar la superficie de los fósiles y aplicar un reactivo especial para evitar que sean dañados por el clima.

Las huellas, desenterradas en un parque geológico del distrito de Yanqing en 2011, son las primeras pistas de dinosaurio que se hallaron en la ciudad.

Se cree que se trata de unas huellas que dejaron los dinosaurios que vivieron hace entre 140 y 150 millones de años a finales del periodo Jurásico.

Los fósiles son interesantes para el estudio acerca de los dinosaurios de China durante los periodos de Jurásico tardío y Cretácico temprano.

"Las huellas requieren de un trabajo regular de preservación en curso", señaló Zeng Guangge, empleado del citado parque geológico.

sábado, 26 de mayo de 2018

MUSEO DE LA EVOLUCIÓN HUMANA - MUSEO DE DINOSAURIOS

Recordatorio: 
Os informamos a todos los visitantes del Museo de la Evolución Humana de Burgos (MEH) que con la entrada al MEH tienen una entrada gratuita al Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos). Solamente hace falta traer la entrada del MEH y tendrás una entrada gratuita para ver el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes.

El Museo de la Evolución Humana (MEH) firmó en 2015 acuerdos diferentes con otros tantos museos de la ciudad y la provincia de Burgos con el objetivo de aunar esfuerzos en la promoción conjunta y favorecer la cesión de fondos de las colecciones. El director gerente del Sistema Atapuerca Alejandro Sarmiento, rubricó el acuerdo con Fidel Torcida, director del Museo de Dinosaurios. 

En virtud de estos nuevos acuerdos el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes facilita entradas a sus instalaciones de forma gratuita a los portadores de una entrada del Museo de la Evolución Humana.   

El MEH quiere que su buena marcha en el número de visitantes y el aumento experimentado revierta en el resto de museos y anime a visitarlos, dentro de su estrategia de trabajo en red, actuando como palanca en la promoción turística de la ciudad y la provincia de Burgos. 
 
Asimismo, el MEH ofrecerá información a sus visitantes de forma visible a través de sus paneles informativos y vías de comunicación habituales. Estos acuerdos tienen una duración de un año a partir de su firma y si no hay impedimento por ninguna de las partes se renuevan anual y automáticamente.

Estos dinosaurios tuvieron caspa hace 125 millones de años

  • Los fósiles de hace 125 millones de años conservan restos de caspa.
  • La investigación muestra que los dinosaurios se despojaban de su piel como las aves y los mamíferos modernos 

Imagen de archivo. Crédito: David W. E. Hone, Helmut Tischlinger, 
Xing Xu, Fucheng Zhang (Wikimedia)
Un equipo de paleontólogos del University College Cork (Irlanda) ha descubierto caspa de hace 125 millones de años, la más antigua conocida hasta la fecha. Los restos se encontraban en fósiles que pertenecieron a tres tipos diferentes de dinosaurios (Microraptor, Beipiaosaurus y Sinornithosaurus) y un ave (Confuciusornis) que vivieron por aquel entonces en la actual China. Su investigación ha sido publicada hoy en la revista NatureCommunications. 
"Las células fosilizadas se conservan con un increíble detalle. Lo que es notable es que la caspa fósil es casi idéntica a la de las aves modernas", explica una investigadora 
Los científicos han analizado con minuciosidad los tejidos encontrados mediante microscopía. "Las células fosilizadas se conservan con un increíble detalle, hasta el nivel de fibrillas de queratina en la nanoescala", destaca en un comunicado Maria E. McNamara, primera firmante del trabajo. "Lo que es notable es que la caspa fósil es casi idéntica a la de las aves modernas, incluso la espiral de las fibras individuales todavía es visible", añade.

El análisis aporta la primera evidencia de que estas especies ya eran capaces de despojarse de restos de la piel en forma de pequeños "copos", tal y como hacen las aves y los mamíferos modernos. No lo hacen, sugiere la investigación, en una única pieza o en varias de mayor tamaño, como sucede con los reptiles actuales. Otra de las conclusiones del estudio es que la piel de los dinosaurios que portaban plumas evolucionó para adaptarse y hacer frente al plumaje ya durante el Jurásico.

"Es inusual poder estudiar la piel de un dinosaurio, y el hecho de que sea caspa demuestra que el dinosaurio no se estaba desprendiendo de toda su piel como un lagarto o una serpiente moderna, sino que perdía fragmentos entre sus plumas", asegura el catedrático Mike Benton, que también ha participado en la realización del trabajo. Los restos fósiles fueron descubiertos en diversas rocas situadas al noroeste de China. 
"El hecho de que sea caspa demuestra que el dinosaurio no se estaba desprendiendo de toda su piel como un lagarto o una serpiente moderna
En medicina la caspa del pelo se llama técnicamente pitiriasis, un problema que no representa ninguna enfermedad, pero sí produce efectos antiestéticos. Los minúsculos granos se producen por "la descamación excesiva, crónica y no inflamatoria del cuero cabelludo, que se manifiesta con desprendimiento de células córneas en forma de escamas", explicaba un estudio publicado en la revista Offarm. Su incidencia va disminuyendo con el paso del tiempo, aunque en el caso de estos restos fosilizados también se ve cómo los corneocitos también pueden conservarse durante millones de años.

viernes, 25 de mayo de 2018

Aves de suelo se salvaron del evento que extinguió a los dinosaurios

Las únicas aves que sobrevivieron al evento de extinción masiva del Cretácico-Paleógeno, --el asteroide que acabó con los dinosaurios hace 66 millones de años--, vivían en el suelo.

PHILLIP M. KRZEMINSKI
Aparentemente, fue así porque el impacto del asteroide destruyó los bosques en todo el mundo y pasaron cientos o incluso miles de años hasta que se recuperaron, según múltiples líneas de evidencia, que incluyen el registro de fósiles de plantas y la ecología de aves antiguas y modernas, de unestudio publicado en Current Biology.

"Nos basamos en una variedad de enfoques para unir esta historia", dice el autor principal Daniel Field, del 'Milner Center for Evolution' en la Universidad de Bath, Reino Unido. "Concluimos que la devastación de los bosques después del impacto de los asteroides explica por qué las aves que habitan en los árboles no sobrevivieron en este evento de extinción --añade--. Los antepasados de las aves modernas que vivían en los árboles no se movieron a los árboles hasta que los bosques se recuperaron de la extinción causada por el asteroide”.

El análisis de los investigadores del registro de fósiles de plantas confirmó que los bosques globales se colapsaron a raíz del impacto del asteroide. Luego, utilizaron las relaciones evolutivas de las aves vivas y sus hábitos ecológicos para rastrear cómo la ecología de las aves ha cambiado a lo largo de su historia evolutiva. Esos análisis mostraron que el ancestro común más reciente de todas las aves vivas, y todos los linajes de aves que pasaron por el evento de extinción, probablemente vivió en el suelo.

Por el contrario, muchas aves que vivieron al final de la era de los dinosaurios exhibieron hábitos de vida en los árboles; pero esas especies no sobrevivieron al K-Pg para dar lugar a ninguna de las aves modernas que conocemos ahora.

"Hoy en día, las aves son el grupo de animales vertebrados terrestres más diverso y globalmente extendido: hay casi 11.000 especies vivas --dice Field--. Solo un puñado de linajes ancestrales de aves logró sobrevivir al evento de extinción masiva de K-Pg hace 66 millones de años, y toda la asombrosa diversidad de aves vivas de hoy se puede rastrear hasta estos antiguos supervivientes".

Los hallazgos ilustran la influencia fundamental de los principales eventos en la historia de la Tierra en las trayectorias evolutivas de los principales grupos de organismos, dicen los científicos. En el futuro, el equipo planea continuar explorando el momento preciso de la recuperación de los bosques y la radiación evolutiva temprana de las aves.

"Estamos trabajando duro para arrojar nueva luz sobre esta turbia porción del registro fósil, que promete decirnos mucho sobre cómo las aves y otros grupos de animales sobrevivieron, y luego prosperaron, tras la extinción de 'T. Rex' y 'Triceratops", concluye Field.

Heces fósiles halladas en Cuenca revelan información sobre la vida en el Cretácico

En un trabajo que se publica esta semana en la revista PLOSONE, paleobiólogos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) (España), en colaboración con el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), describen cómo en el yacimiento de Las Hoyas (Cuenca), además de restos de plantas y animales fósiles, se están estudiando otros reveladores registros del pasado remoto: los coprolitos. 

Fotografía de un coprolito cilíndrico de Las Hoyas que podría ser atribuido
a un animal anfibio o terrestre carnívoro. (Foto: UAM)

Es poco frecuente que los paleontólogos logren documentar procesos vitales de organismos que vivieron hace millones de años. Esta difícil tarea requiere hallar icnofósiles (señales registradas de la actividad de seres vivos en el pasado). Entre estos, los más habituales son las icnitas, o huellas; pero también se pueden encontrar coprolitos, o heces fosilizadas.

En un trabajo que se publica esta semana en la revista PLOSONE, paleobiólogos de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en colaboración con el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), aportan nueva información sobre los coprolitos del Cretácico Inferior del yacimiento conquense de Las Hoyas, hasta ahora no estudiados.

Según describen los expertos, en la biota del yacimiento de Las Hoyas no sólo se están documentando fósiles corpóreos de plantas y animales. También se está descubriendo una gran diversidad y abundancia de heces fosilizadas, en general de tamaño medio (entre 1 y 5 centímetros).

“Hasta ahora hemos catalogado más de 1.500 ejemplares de coprolitos. Se trata de uno de los registros mejor documentados y completos del mundo referidos a un humedal continental del Cretácico Inferior”, aseguran los investigadores de la UAM.

“Dentro de este conjunto –agregan– hemos logrado caracterizar hasta 12 tipos diferentes de coprolitos, atendiendo a su morfología. Además hemos elaborado una clave dicotómica para precisar sus formas, la geometría de sus extremos y su simetría”.   

Los fósiles fueron estudiados con técnicas no destructivas. Los investigadores analizaron la composición química de la matriz mediante análisis EDX, observando que se compone principalmente de fosfato cálcico. Esto indicaría que los productores de los coprolitos eran carnívoros, en parte debido a la descomposición del apatito que forma parte de los huesos.

“Según sus formas, y en ocasiones también por su contenido, se puede afirmar que los productores de ciertos coprolitos eran depredadores de vertebrados, pues una buena parte de estos icnofósiles contienen pequeños fragmentos óseos”, aseguran los expertos. 

“Es más –añaden– gran parte de los huesos incluidos en los coprolitos son de peces, por lo que se puede asegurar que los productores eran mayoritariamente ictiófagos. Esto quiere decir que los depredadores que produjeron estas masas fecales pudieron haber sido otros peces, cocodrilos, salamandras o incluso tortugas”.

Los investigadores están tratando de comprender por qué los coprolitos son tan abundantes en el yacimiento de Las Hoyas. La preservación en este yacimiento se asocia a la presencia de tapetes microbianos, capaces de proteger los restos y favorecer la fosilización.

Al estimar la abundancia relativa de coprolitos en las capas de sedimento asociadas a los períodos de mayor crecimiento de los tapetes microbianos, el porcentaje de coprolitos en estas es hasta veinte veces mayor que en aquellos periodos con menor desarrollo o incluso sin estos tapetes microbianos.

Una de las conclusiones de los investigadores es que las heces fósiles permiten proponer diferentes tipos de estrategias alimenticias. Así, sugieren que hace 126 millones de años se podría distinguir entre procesos digestivos menos eficaces y/o contenidos ácido-enzimáticos poco agresivos, y estrategias digestivas más eficaces que darían lugar a heces en las que apenas aparecen inclusiones óseas y más degradadas.

“Estas evidencias nos ayudarán a caracterizar con precisión las relaciones tróficas de este ecosistema del Cretácico, para lo cual se requiere contrastar diferentes niveles de información. Esta publicación aporta una primera evidencia para valorar, según la muestra estudiada, que los procesos digestivos menos eficaces eran dominantes en este ecosistema”, concluyen los expertos. (Fuente: UAM)

jueves, 24 de mayo de 2018

Aragosaurus: 30 años en busca de dinosaurios

Canudo junto al fémur de Patagotitan, el dinosaurio más grande del mundo. 
El equipo participó en la excavación del ejemplar, encontrado en la Argentina.
Dice el paleontólogo José Ignacio Canudo que Aragón reúne en sus suelos "el libro completo de la Tierra", con páginas en forma de estratos, que guardan mil millones de años de fósiles y muestras geológicas. Y lo sabe porque, como paleontólogo principal del grupo de investigación Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza, se ha adentrado, con su equipo, en este mar de páginas durante más de 30 años, hasta desenterrar nuestra historia más remota. La de un Aragón en parte cubierto por el mar, donde Teruel tenía clima tropical y los dinosaurios caminaban por la costa. Tres décadas de descubrimientos que han situado a Aragón en la élite de la Paleontología mundial, en las que se han descrito ejemplares como el ‘Aragosaurus ischiaticus’ (ejemplar de 18 metros que vivía en Teruel hace 145 millones de años) o el mítico ‘Tastavinsaurus sanzi’, desenterrado por el equipo de Canudo en los noventa en Peñarroya de Tastavins (Teruel). 30 años en los que se han estudiado en Arén (Huesca) los restos de los que serían los últimos dinosaurios europeos antes de la caída del fatal meteorito que los extinguió. Pero también tres décadas de trabajos en el yacimiento de Atapuerca (Burgos).

Fue en 1988 cuando empezó ese viaje hacia lo ilimitado, el de escribir esa historia que se cuenta por millones de años. Cuando la ilusión de Canudo, investigador del Mesozoico, se unió a la de la también paleontóloga Gloria Cuenca, que buceaba en el Cuaternario. "Me contrató la DGA para hacer unas prospecciones en la zona de Catalayud y descubrimos en Orera un yacimiento de roedores. Llamé entonces a Gloria, porque sabía que era experta en ese campo, y empezamos entonces a investigar", recuerda Canudo. 
No había medios. Si querías excavar tenías que echar mano de voluntarios, de objetores de conciencia... 
José Ignacio Canudo, paleontólogo: "La vida 
continuará cuando el hombre ya no esté aquí"
No había entonces tradición ni fondos científicos en España. Se empezaban a crear organigramas con puestos de trabajo para investigadores y el mundo paleontológico todavía era muy pequeño. "Pero el entusiasmo entonces, y ahora, era fundamental. Por aquel entonces apenas había medios, si querías excavar tenías que echar mano de voluntarios, de objetores de conciencia...".

El gran esqueleto

La primera gran excavación de ese recién nacido grupo de investigación paleontológica fue en Galve (Teruel). Ese 1992 fue el inicio delos estudios de dinosaurios y sus icnitas (huellas). "Y un año después ya tuvimos en el grupo los primeros doctorandos, estudiantes que hacían su tesis doctoral participando en nuestro proyecto en Galve", recuerda Canudo. Y ya en el año 1994 se inician las excavaciones del Cuaternario en Aragón y se trabaja en el Museo del Oso Cavernario de Tella (Huesca). 
El retorno económico no tiene por qué ser siempre una patente, puede ser también el desarrollo de un territorio. Un valor añadido que, además, no puede deslocalizarse años después y llevarse a otro sitio 
Gloria Cuenca: "Los paleontólogos somos 
grandes coleccionistas de esqueletos"
Gran parte del éxito del grupo Aragosaurus estos últimos 30 años ha sido trasladar al territorio sus descubrimientos y aportar un atractivo que se ha traducido en motor de desarrollo para zonas rurales en Teruel y Huesca. Un ejemplo es ese museo del Oso Cavernario y que incluye el centro de interpretación, cuevas, pero también visitas al patrimonio de la zona. "Se considera a la Geología una ciencia básica, pero no existe ciencia de primera y de segunda categoría. El retorno económico no tiene por qué ser siempre una patente, puede ser también el desarrollo de un territorio. Un valor añadido que, además, no puede deslocalizarse años después y llevarse a otro sitio" destaca Canudo.

Quizá el momento más mediático del grupo Aragosaurus fue en los años 1995 y 1996, cuando se iniciaron las excavaciones en Peñarroya deTastavins (Teruel) y Arén (Huesca). "No teníamos claro el potencial ni lo que íbamos a descubrir allí", recuerda el investigador. El presupuesto en Peñarroya apenas era de 250.000 pesetas (1.200 euros) y solo gracias al interés del Ayuntamiento, que se involucró al 100%, así como a la enorme dosis de ilusión del equipo de Canudo y Cuenca, pudo salir adelante la excavación. Porque tuvieron que aportar sus propios vehículos, la escayola la cedió un aficionado, los punzones los traían los paleontólogos de su casa... El resultado fue el hallazgo de un ejemplar de 18 metros de longitud de una especie que recibió el nombre de Tastavinsaurius y que supuso un antes y un después en la investigación paleontológica aragonesa, porque se trataba de una especie nueva que abría muchas perspectivas y porque aparecieron además muchos fósiles de ostras en su interior, lo que ha permitido atisbar cómo era el paisaje en ese territorio que ahora llamamos Aragón, pero que entonces era una zona costera y de clima tropical.

De hecho, se cree que ese ejemplar pudo morir en la orilla, ser arrastrado mar adentro y, finalmente, su esqueleto se convirtió en un arrecife que dio cobijo a todo tipo de fauna. Además, otro gran hallazgo fue comprobar el parentesco del Tastavinsaurius con especies norteamericanas, lo que demostraría que hace más de 100 millones de años no existía el océano Atlántico y los dinosaurios migraban entre continentes. 
Imagínate, la primera excavación supuso el hallazgo de nuestra vida
Canudo destaca que "el Tastavinsaurus era un ejemplar excepcional. Nos llevó 13 años preparar y estudiar los restos. Imagínate, la primera excavación supuso el hallazgo de nuestra vida. Nada más empezar, ya nos encontramos con medio dinosaurio gigantesco. En el pueblo nos ayudaron con todo, nos cedieron un espacio para estudiar. Pero lo que hacía falta era gente, así que nos hicimos con un equipo de estudiantes que tenían que hacer la prestación social sustitutoria (que entonces era la vía para evitar el servicio militar obligatorio). Esos objetores de conciencia llegaron a ser más de cien a lo largo de los años". Un grupo de esos estudiantes montaría años después la empresa Paleymas, dedicada a la preservación, conservación, valoración, gestión y difusión del patrimonio paleontológico, geológico y natural. "Hacen centros de interpretación, turismo paleontológico... En realidad su trabajo fue el germen de lo que después sería Dinópolis".

Nace Dinópolis

Ese momento mediático vivido en Peñarroya de Tastavins fue inesperado por todos. "Nadie creyó que esas excavaciones iban a salir incluso en medios internacionales. No esperábamos que vinieran fotógrafos y televisiones, y cuando lo anunciaron no sabíamos qué hacer, porque allí había restos, pero no teníamos todavía grandes huesos que mostrar. Pero durante años los vecinos habían guardado huesos y restos que habían encontrado, así que los tomaron de sus casas y los llevaron allí para las fotos. Por ejemplo, un fémur de 80 kilos que tenía un vecino en su casa". Un tremendo momento mediático que coincidió además con la moda del filme ‘Parque jurásico’. "Había después una exposición de maquetas en Zaragoza y el entonces gerente del Instituto Aragonés de Fomento vio la conexión de enlazar la geología y el turismo a través de un parque temático. Un germen que dio lugar después a Dinópolis".

También influyó, y mucho, el segundo momento mediático, esta vez en Arén (Huesca). "En realidad, pensábamos ir a Arén antes que a Peñarroya. También sabíamos que allí encontraríamos restos, aunque no esperábamos tanto. Una vez más, el Ayuntamiento nos ayudó muchísimo, incluso hizo un camino para que pudiéramos acceder con vehículos hasta el yacimiento. Nos ayudaron también a conseguir financiación. Y cuando empezaron a salir muchos huesos, llamaron a la prensa. Una vez más, nos vimos sorprendidos por la llegada de diez o doce vehículos con periodistas aragoneses, catalanes, de medios nacionales... Nunca hemos vuelto a vivir algo así, con tantas entrevistas en tantos medios". Eran restos de dinosaurios del Cretácico. Huesos muy raros, ya que están muy cerca de la fecha de la caída de ese meteorito que arrasó parte de la vida en la Tierra y supuso el fin de los grandes saurios. De hecho, los yacimientos con vertebrados de esta zona de los Pirineos son uno de los escasos testigos de los últimos dinosaurios y otros vertebrados que habitaron el planeta antes de la gran extinción, como describía Aragosaurus este pasado abril en un nuevo estudio publicado por la revista ‘Cretaceous Research’.

Doble filo

Los impactantes hallazgos y su repercusión mediática pueden dar una imagen equivocada de lo que es la realidad del grupo que lideran Canudo y Cuenca, "porque parece que somos un equipo potente, pero nuestro día a día es un trabajo muy precario sin apenas fondos", admite por su parte Gloria Cuenca. Y un ejemplo estaría en el Museo de Ciencias Naturales deZaragoza, que solo emplea a dos personas. ACanudo, que está como director a tiempo parcial, y a un becario. "Y con esos medios tenemos que hacer todo tipo de actividades. Lo mismo sucede con todo el grupo Aragosaurus: la mayoría de proyectos dependen de nuestro esfuerzo personal", señala el paleontólogo. Y Gloria Cuenca destaca que "llama la atención lo limitado de los recursos teniendo en cuenta el impacto que nuestro trabajo tiene en el territorio y su desarrollo social".

Porque los yacimientos aragoneses son de enorme interés nosolo científico, también turístico. "Y en Aragón hemos sido especialmente inteligentes a la hora de aprovechar las posibilidades de la investigación puntera y su relación con el territorio –destaca Cuenca–. Existe una estrecha relación entre Aragosaurus, Dinópolis y centros de interpretación y yacimientos, como los de Arén, Herrera de los Navarros, Albarracín... Una relación que se estrecha en el Geoparque del Sobrarbe, la Asociación Cultural Río Martín, el Acuario de Zaragoza... Se ha formado una red de conocimiento que une Paleontología y patrimonio cultural, de manera que un visitante que desea conocer un territorio tiene no solo marcados los edificios singulares, sino también la posibilidad de conocer los yacimientos de la zona. Además, a diferencia de lo que sucede en ciudades como Madrid, donde toda la investigación está centralizada en un museo, aquí el trabajo paleontológico se desarrolla en diferentes centros de interpretación en las tres provincias".

Y Cuenca pone como ejemplo el caso de Galve (Teruel). "Cuando llegamos para iniciar la excavaciones en los noventa solo había 17 habitantes, no teníamos habitaciones donde dormir y el lugar carecía de un restaurante. Ahora, hay dos casas rurales y tres restaurantes. Pero lo que es más importante:ahora los habitantes se sienten orgullosos de lo que tienen en su pueblo". Porque el territorio aragonés no solo es rico en hallazgos, sino que sus yacimientos son únicos en el mundo: guardan restos de especies nuevas que vivieron en épocas de las que se sabe muy poco o nada. "Y vivir en ese territorio y contar con gente que viaja hasta allí para conocer los yacimientos es una importante dosis de autoestima y motor de nuevos proyectos". 
Ahora mismo hay 20 personas haciendo la tesis, la mayoría la terminarán y después llega la gran pregunta: ¿se quedarán o se irán?
La falta de fondos lleva a muchos investigadores a marcharse a otros países cuando terminan su tesis doctoral, ya que no hay dinero para más contrataciones. A pesar de estos 30 años de éxitos, Aragosaurus solo cuenta con dos dos trabajadores:José Ignacio Canudo y Gloria Cuenca. El resto son estudiantes. "Ahora mismo hay 20 personas haciendo la tesis, la mayoría la terminarán y después llega la gran pregunta: ¿se quedarán o se irán? Los ocho doctores que han hecho hasta ahora la tesis conmigo están en el extranjero. Ni uno se ha quedado, ninguno ha vuelto. Es un despilfarro de dinero que España no se puede permitir", afirma Canudo.

Vida animal de hace 540 millones de años desafía teorías evolutivas

Un análisis exhaustivo del grupo de animales más grande de la Tierra, los 'Euarthropoda', muestra que evolucionó gradualmente desafiando las principales teorías de la evolución animal temprana.

A. DALEY
Todos los principales grupos de animales aparecen en el registro fósil por primera vez hace unos 540-500 millones de años, un evento conocido como Explosión Cámbrica, pero este nuevo trabajo de la Universidad de Oxford, Reino Unido, en colaboración con la Universidad de Lausana, Suiza, sugiere que para la mayoría de animales esta 'explosión' fue de hecho un proceso más gradual.

La Explosión Cámbrica produjo la agrupación de animales más grande y diversa que jamás haya visto la Tierra: los 'Euarthropoda', un grupo que contiene insectos, crustáceos, arañas, trilobites y una gran diversidad de otras formas de animales vivos y extintos. Comprenden más del 80 por ciento de todas las especies animales del planeta y son componentes clave de todos los ecosistemas de la Tierra, lo que los convierte en el grupo más importante desde los albores de los animales hace más de 500 millones de años.

Un equipo con sede en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford y la Universidad de Lausana llevaron a cabo un análisis exhaustivo de 'Euarthropoda' fosilizados tempranos de cada tipo posible de preservación fósil. En un artículo publicado este lunes en 'Proceedings of theNational Academy of Sciences', estos expertos muestran que, en conjunto, el registro fósil total tiene una radiación gradual de 'Euarthropoda' durante el Cámbrico temprano, hace 540-500 millones de años.

El nuevo análisis presenta un desafío a las dos principales hipótesis competitivas sobre la evolución animal temprana. La primera de ellas sugiere una evolución lenta y gradual de los 'Euarthropoda' que comenzó hace 650-600 millones de años, lo que ha sido consistente con las estimaciones iniciales de datación molecular de su origen. El otro planteamiento afirma la aparición casi instantánea de 'Euarthropoda' hace 540 millones de años debido a las elevadas tasas de evolución.

La nueva investigación sugiere un término medio entre estas dos hipótesis, con el origen de 'Euarthropoda' no hace más de 550 millones de años, lo que corresponde con estimaciones de datación molecular más recientes, y con la posterior diversificación que tendrá lugar en los próximos 40 millones de años.

LA EXPLOSIÓN CÁMBRICA SE DESARROLLÓ GRADUALMENTE

"Cada uno de los principales tipos de evidencia fósil tiene su limitación y son incompletos de diferentes maneras, pero cuando se toman juntos se iluminan mutuamente y permiten que surja una imagen coherente del origen y la radiación de 'Euarthropoda' durante el Cámbrico inferior al medio --explica la profesora Allison Daley, que llevó a cabo el trabajo en el Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford y en la Universidad de Lausana--. Esto indica que la Explosión Cámbrica, en lugar de ser un evento repentino, se desarrolló gradualmente durante los aproximadamente 40 millones de años del Cámbrico inferior al medio".

El momento del origen de 'Euarthropoda' es muy importante ya que afecta la forma en que es vista e interpretada la evolución del grupo. Al determinar qué grupos se desarrollaron primero, se puede rastrear la evolución de las características físicas, como las extremidades. Se ha argumentado que la ausencia de 'Euarthropoda' del Periodo Precámbrico, hace más de 540 millones de años, es el resultado de la falta de preservación de los fósiles. Pero el nuevo trabajo exhaustivo fósil sugiere que no es así.

"La idea de que los artrópodos no aparecen en el registro fósil precámbrico debido a los sesgos en cómo se preservan los fósiles ahora puede rechazarse --apunta el doctor Greg Edgecombe, del Museo de Historia Natural, Londres, que no participó en el estudio--. Los autores presentan un caso muy convincente de que el Precámbrico y el Cámbrico tardíos son de hecho muy similares en términos de cómo preservan los fósiles. En realidad, hay una explicación plausible: los artrópodos aún no habían evolucionado”.

"Cuando se trata de comprender la historia temprana de la vida, la mejor fuente de evidencia que tenemos es el registro fósil, que es convincente y muy completo alrededor del Cámbrico temprano al medio. Habla mucho sobre el origen de los 'Euarthropoda' durante un intervalo de tiempo en el que la preservación fósil fue la mejor que jamás haya existido", asegura la coautora del artículo Harriet Drage, estudiante de doctorado en el Departamento de Zoología de la Universidad de Oxford.

Conferencia Ambiental: "Clima y Medio Ambiente en la época de los Dinosaurios"

Ayer miércoles 23 de mayo, el director del Museo de Dinosaurios, Fidel Torcida Fernández-Baldor impartio una conferencia dentro de las actividades de UBUVerde.

UBUVerde, la Oficina Verde de la Universidad de Burgos (UBU), creada en Noviembre de 2016, e integrada en el Vicerrectorado de Planificación, Servicios y Sostenibilidad, asume el compromiso de la Comunidad Universitaria burgalesa de incrementar, visualizar y coordinar las acciones que desarrolla la UBU en el ámbito de la Gestión y Sostenibilidad Ambiental, la Educación Ambiental y el Voluntariado Ambiental.

Para conocer mejor cómo era el clima y el medio ambiente del Mesozoico, la época de los Dinosaurios, UBUVerde organizó la conferencia “Clima y Medio Ambiente en la época de los dinosaurios, con Fidel Torcida, director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) en la Escuela Politécnica Superior.

La provincia de Burgos, junto a otros territorios vinculados a las cordilleras ibérica y Cantábrica, albergan espectaculares yacimientos fósiles de dinosaurios, que nos enseñan mucho acerca del clima y su evolución temporal en nuestro planeta.

Los dinosaurios vivieron durante la era Mesozoica, hace entre 248 millones y 65 millones de años. Durante su permanencia en la Tierra los continentes se movieron y el ambiente tuvo que cambiar en consecuencia. Los dinosaurios llenaron nichos que habían sido abandonados durante el evento de la extinción masiva de la era anterior, de manera que habitaron gran parte de la Tierra. Aunque el ambiente de la Tierra parece haber sido de alguna forma más consistente durante el Mesozoico de lo que lo es hoy en día, es probable que los hábitats de los dinosaurios hayan sido de algún modo variados. A pesar de esto, los registros fósiles de plantas y animales permiten a los investigadores crear algunas declaraciones generales acerca de su ambiente.

Fidel Torcida dirigiéndose a los asistentes de la conferencia.
El Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes se abrió al público el 21 de septiembre de 2001.  Desde su apertura, y hasta el 31 de marzo de 2018, ha recibido la visita de más de 193.000 personas. La cifra es significativa para tratarse de una instalación museística radicada en un entorno rural y que cuenta con unas instalaciones modestas en relación al enorme valor científico de las piezas que conserva. La provincia de Burgos, junto a otros territorios vinculados a las cordilleras ibérica y Cantábrica, albergan espectaculares yacimientos fósiles de dinosaurios, que nos enseñan mucho acerca del clima y su evolución temporal en nuestro planeta.

Los dinosaurios aparecieron a comienzos del mesozoico, en el período Triásico, situándose su origen entre 231 y 243 millones de años atrás. Fueron los vertebrados terrestres dominantes durante 135 millones de años, desde el inicio del Jurásico (hace unos 200 millones años) hasta el final del Cretácico (hace 66 millones de años), cuando la mayoría de los grupos de dinosaurios se extinguieron durante la extinción masiva del Cretácico-Terciario que puso fin a la Era Mesozoica. El registro fósil indica que las aves evolucionaron a partir de dinosaurios terópodos durante el período Jurásico y, en consecuencia, muchos taxónomos consideran que las aves forman un subgrupo dentro de los dinosaurios. Algunas aves sobrevivieron a este acontecimiento, y sus descendientes continúan el linaje de los dinosaurios hasta nuestros días.

A principios de Mesozoico todos los continentes de la Tierra estaban unidos en un continente masivo llamada Pangea. Esto afectó la distribución de los dinosaurios permitiendo rangos de migración masivos a principios de la era. Con el tiempo se dividió en dos continentes, el continente norte de Laurasia y Gondwana al sur, habiendo dinosaurios que vivían en porciones de cada uno. Al final del Mesozoico los continentes se habían dividido en las formas que conocemos hoy en día. Laurasia se dividió en América del norte y Eurasia, y Gondwana se dividió en América del sur, África, Australia y la Antártida.

El clima durante la mayor parte del tiempo de los dinosaurios parece haber sido generalmente cálido y seco, excepto en las latitudes medias tropicales. Los altos niveles de dióxido de carbono afectaron al océano elevando la temperatura del agua y reduciendo los niveles de oxígeno. La ausencia de los casquetes polares también sugiere un clima más cálido durante esta era. Las áreas que habían estado cubiertas previamente con glaciares y tundra se caracterizaban en ese tipo por tener bosques de árboles de hojas caducas. Las latitudes medias presentaban condiciones tropicales y las latitudes inferiores eran áridas. Los cambios estacionales parecían ser menos dramáticos de lo que son hoy en día y la mayoría de los ciclos de las plantas parecen haber sido controlados por cambios en la luz en vez de cambios en la temperatura.

¿Por qué las aves no tienen dientes? Para nacer antes

La ausencia de dientes en las aves modernas se explica en un nuevo estudio porque permite un desarrollo más rápido del embrión en el huevo, de modo que los animales puedan eclosionar antes.   

TZU-RUEI YANG
La nueva hipótesis de unos científicos de la Univeridad de Bonn, cuestiona la explicación tradicional de que un cráneo sin dientes es más ligero y, por lo tanto, más adecuado para volar.

Al respecto, opinan que esta hipótesis no explica por qué los picos se desarrollaron repetidamente en los dinosaurios carnívoros mesozoicos, que ciertamente no volaron, como es el caso de los dinosaurios similares a avestruces y los dinosaurios emplumados con aspecto de ave. Incluso antes de que Tyrannosaurus rex se ramificara desde la línea de los pájaros, se desarrollaron picos en algunos carnívoros del Jurásico.

La otra hipótesis es que un pico es más adecuado para tomar ciertos alimentos. Esto concuerda con la observación de que muchas aves mesozoicas primitivas aún tenían dientes. Solo al final del Mesozoico los dientes de las aves desaparecen. Pero todavía es difícil entender por qué un pico es mucho mejor para alimentar que una boca llena de dientes, que también puede realizar tareas muy específicas, como es el caso de los mamíferos.

El estudiante de doctorado Tzu-Ruei Yang, couator del estudio, publicado en Current Biology, dice en un comunicado: "Varios estudios recientes han sugerido que los cambios en la regulación génica son responsables de la pérdida de dientes en lugar de cambios en la dieta. Por lo tanto, puede haber un mecanismo desconocido que contribuya a la pérdida de dientes".

Una posible explicación de por qué un pico desdentado se desarrolló independientemente varias veces en diferentes dinosaurios y pájaros proviene de la biología reproductiva de los dinosaurios.

La investigación realizada por paleontólogos estadounidenses ha demostrado que los dientes tienen una tasa máxima de formación y que aproximadamente el 60 por ciento del tiempo de incubación se toma por la formación de los dientes. Yang explica: "El embrión básicamente tiene que esperar en el huevo hasta que sus dientes estén completamente desarrollados, solo entonces puede eclosionar".

En el huevo, sin embargo, el embrión está indefenso y corre el riesgo de ser comido. Por lo tanto, la eclosión temprana tiene una gran ventaja. "La omisión de la formación de dientes que consume mucho tiempo podría haber sido una forma efectiva de acortar el peligroso período de incubación", dice Yang. "Los mamíferos no tienen este problema porque sus embriones están protegidos en el útero".

El director de doctorado de Yang, Martin Sander, del Instituto Steinmann de Geología, Mineralogía y Paleontología de la Universidad de Bonn afirma: "La investigación actual reconoce cada vez más que muchas características de las aves ya han surgido en sus antepasados, los dinosaurios. El pico es uno de esos casos, pero nosotros mismos nos sorprendimos de que la tasa de formación de los dientes tenga un papel en la evolución".

Los pterosaurios volaron como pájaros y no como murciélagos

La mayoría de las representaciones de pterodáctilos muestran una pose de vuelo muy parecida a la de los murciélagos, hipótesis cuestionada en un nuevo estudio, que apunta a un vuelo más aviar.

HEINRICH HARDER (1858-1935)/WIKIMEDIA COMMONS
"La mayor parte del trabajo que se está haciendo ahora para comprender el vuelo de los pterosaurios se basa en la suposición de que sus caderas podrían entrar en una pose de murciélago", que vuela con sus miembros traseros extendidos muy separados, explica Armita Manafzadeh, estudiante de doctorado en la Universidad de Brown, que dirigió la investigación con Kevin Padian, de la Universidad de California, Berkeley.

“Creemos que los estudios futuros deberían tener en cuenta que esta postura era probablemente imposible, lo que podría cambiar nuestra perspectiva cuando consideramos la evolución del vuelo en pterosaurios y dinosaurios", añade.

La investigación, publicada en 'Proceedings of the RoyalSociety B', es un esfuerzo para ayudar a los paleontólogos a inferir el rango de movimiento de las articulaciones de una manera que tenga en cuenta los tejidos blandos, particularmente los ligamentos, que desempeñan papeles clave en el funcionamiento de las articulaciones.

En general, los tejidos blandos no se fosilizan, lo que hace que los paleontólogos infieran el movimiento articular solo de los huesos. Y no hay muchas limitaciones sobre cómo se hace eso, dice Manafzadeh, quien quiso así encontrar una forma de usar los animales de hoy en día para evaluar hasta qué punto los ligamentos limitan el movimiento articular.

Es una idea que comenzó con los pollos de las tiendas de comestibles, dice Manafzadeh. "Si coges un pollo crudo en el supermercado y mueves sus articulaciones, llegarás a un punto donde escucharás un crujido --explica--. Así se rompen los ligamentos. Pero si te doy un esqueleto de pollo sin los ligamentos, podrías pensar que sus articulaciones podrían hacer todo tipo de locuras. Entonces, la pregunta es, si fueras a desenterrar un pollo fósil, ¿cómo lo harías? ¿Crees que sus articulaciones podrían moverse, y cómo de equivocado estarías?”.

Para este último estudio, no usó un pollo de la tienda de comestibles, sino una codorniz muerta. Las aves son el pariente vivo más cercano de pterosaurios extintos y dinosaurios de cuatro alas. Después de cortar cuidadosamente los músculos que rodean las articulaciones de la cadera de las aves, esta investigadora manipuló las articulaciones mientras grababa vídeos de rayos X. De esta forma, podría determinar las posiciones exactas en 3-D de los huesos en poses donde los ligamentos impidieron un mayor movimiento.

Esta técnica permitió a Manafzadeh trazar el rango de movimiento de la cadera de la codorniz con los ligamentos unidos, lo que luego podría comparar con el rango de movimiento que podría haber sido inferido únicamente por los huesos. Para las posturas de los huesos solo, Manafzadeh usó los criterios tradicionales que los paleontólogos emplean a menudo, deteniéndose donde los dos huesos se golpean entre sí y cuando el movimiento sacó el hueso del muslo de su órbita.

ALAS SOSTENIDAS CON UN CUARTO DEDO ALARGADO
   
Así, descubrió que más del 95 por ciento de las posiciones de las articulaciones que parecían plausibles solo con los huesos eran realmente imposibles cuando se unían los ligamentos. El siguiente paso fue determinar cómo el rango de movimiento de las caderas de la codorniz actual podría compararse con el rango de movimiento de los pterosaurios y dinosaurios de cuatro alas extintos.

La suposición es que estas criaturas volaron mucho como los murciélagos, lo cual se debe en parte a que las alas de los pterosaurios estaban hechas de piel y sostenidas por un cuarto dedo alargado, que es algo similar a las alas de los murciélagos. Las alas de los murciélagos también están conectadas a sus patas traseras, que se extienden ampliamente durante el vuelo. Muchos paleontólogos, dice Manafzadeh, suponen que los pterosaurios y los dinosaurios de cuatro alas hicieron lo mismo; pero su estudio sugiere que eso no pudo ser posible.

En la codorniz, una postura de la cadera parecida a la de un murciélago parecía posible basándose solamente en los huesos, pero un ligamento particular inhibía el movimiento hacia afuera del muslo, un ligamento que está presente en una gran variedad de aves y otros reptiles relacionados con los pterosaurios. Ninguna evidencia, dice Manafzadeh, sugiere que los dinosaurios y pterosaurios extintos no hubieran tenido este ligamento tampoco.

Y con ese ligamento unido, este nuevo estudio sugiere que la pose de murciélago sería imposible. Según el trabajo de Manafzadeh, esta postura requeriría que el ligamento se estire en un 63 por ciento más que el ligamento de la codorniz. Eso es todo un estiramiento, dice esta experta.

"Es una gran diferencia que tendría que tenerse en cuenta antes de que pueda argumentarse que un dinosaurio o la cadera de un dinosaurio de 'cuatro alas' podría entrar en esta pose de murciélago", apunta Manafzadeh. Y eso, dice, puede requerir un replanteamiento de la evolución del vuelo en estos animales.

Además de cuestionar las ideas tradicionales sobre el vuelo en pterosaurios y aves tempranas, la investigación también proporciona nuevas formas de evaluar la movilidad articular de cualquier articulación de cualquier especie extinta observando a sus parientes vivos. "Lo que hemos hecho es proporcionar una manera fiable de cuantificar en 3D todo lo que una unión puede hacer", afirma Manafzadeh.

miércoles, 23 de mayo de 2018

El genoma de los dinosaurios se vislumbra entre los de aves y tortugas

La estructura general del genoma de los dinosaurios ha quedado al descubierto mediante la comparación de genomas de diferentes especies, principalmente aves y tortugas.   

Universidad de Kent
La investigación se llevó a cabo en el laboratorio del profesor Darren Griffin, de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Kent, y ahora se publica en la revista Nature Communications.

Implicó la extrapolación de la probable estructura del genoma de un ancestro común compartido de aves y tortugas que vivieron hace unos 260 millones de años, 20 millones de años antes de que aparecieran los dinosaurios.   

Becky O'Connor, investigadora postdoctoral senior y coautora del artículo rastreó cómo los cromosomas cambiaron a lo largo del tiempo evolutivo desde un antecesor de reptil hasta nuestros días.

Según un comunicado, el equipo descubrió que, aunque los cromosomas individuales reorganizaban sus genes internamente, esto no ocurría en absoluto entre los cromosomas, lo que los científicos describen como "un descubrimiento significativo".

Las aves (que a su vez son dinosaurios vivos) tienen muchos cromosomas en comparación con la mayoría de las otras especies y esa es posiblemente una de las razones por las que son tan diversos. Esta investigación sugiere que el patrón de cromosomas (cariotipo) observado en los primeros dinosaurios emergentes y después en los terópodos es similar al de la mayoría de las aves y, de nuevo, puede ayudar a explicar su gran diversidad.

El nuevo descubrimiento sugiere que, si los científicos hubieran tenido la oportunidad de hacer una preparación cromosómica a partir de un dinosaurio terópodo, podría haber sido muy similar a la de un avestruz, pato o pollo moderno.   

Una de las piezas clave de la biotecnología que lo hizo posible fue el desarrollo de un conjunto de sondas fluorescentes derivadas de aves que funcionaban bien en los cromosomas de las tortugas.

Así se desarrollaban las crías de los dinosaurios de pico de pato

Análisis de 15 esqueletos que murieron al poco de nacer

Reconstrucción de Maiasaura peeblesorum. / Nobu Tamura
Hace 40 años un equipo de científicos descubrió en EE UU 15 esqueletos perinatales de 77 millones de antigüedad de la especie de dinosaurio de pico de pato Maiasaura peeblesorum, pero nunca se estudiaron en detalle. Ahora, un equipo liderado por el Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont ha analizado los restos y revela que los principales cambios durante el desarrollo de las crías se centran en la elongación del hocico y de la mandíbula para acomodar el número creciente de dientes, entre otras adaptaciones.

En 1978 tuvo lugar un hallazgo excepcional en la Formación Two Medicine de Montana, en EE UU. Un equipo de paleontólogos de la Universidad de Princeton dirigido por John R. Horner, un reconocido investigador que además saltó a la fama como asesor científico de la serie de películas Jurassic Park, excavó una serie de nidos con huevos, embriones y 15 esqueletos de individuos perinatales (es decir, de muy corta edad, que murieron poco después de su nacimiento). 

Los fósiles corresponden a dinosaurios de pico de pato de la especie Maiasaura peeblesorum y, cuando fueron descubiertos, permitieron concluir que este grupo de reptiles atendían a sus crías concentrando sus nidos en determinadas áreas.

A pesar de la relevancia del hallazgo, los restos permanecieron en las colecciones del Yale Peabody Museum of Natural History durante 35 años, hasta que los investigadores Albert Prieto-Márquez del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) y Merrilee F. Guenther del Elmhurst College decidieron analizar los cambios en el esqueleto durante el crecimiento de este grupo de dinosaurios.

Los resultados de los análisis han sido publicados ahora en la revista PeerJ. "Hemos constatado que las muestras están formadas por un conjunto de fósiles pequeños y delicados que incluyen restos de la cara, la mandíbula, la columna vertebral, la pelvis y la cintura escapular y las extremidades anteriores y posteriores", explica Prieto-Márquez.

“La mayoría de las diferencias observadas en los huesos del cráneo están relacionadas con la elongación del hocico durante el desarrollo", comenta el investigador. En la mandíbula se observa una tendencia similar, que probablemente obedece a la necesidad de incluir un número creciente de dientes. 
Los investigadores han identificado un conjunto de características que se mantienen invariables a lo largo del desarrollo de las crías 
Por otro lado, los investigadores han identificado un conjunto de características que se mantienen invariables a lo largo del desarrollo de las crías. Los restos estudiados aún proporcionarán más información sobre las relaciones evolutivas de estos animales.

Unos dinosaurios bien conocidos

Los hadrosaurios fueron un grupo de dinosaurios ornitisquios con una dieta herbívora que vivieron a finales del Cretácico superior. Se trata probablemente del grupo de dinosaurios mejor conocido, ya que de ellos se han descubierto restos de todo tipo: esqueletos completos articulados, huevos, embriones, crías, juveniles, huellas y rastros, impresiones de piel y coprolitos (heces fosilizadas).

Popularmente se conocen como dinosaurios de pico de pato a causa de su cráneo alargado, pero la característica más distintiva se encontraba sobre su cabeza. Presentaban una cresta ósea de forma y tamaño muy variable, formada por diversos huesos del cráneo más o menos desarrollados.

Referencia bibliográfica:

Prieto-Marquez and Guenther (2018). "Perinatal specimens of Maiasaura from the Upper Cretaceous of Montana (USA): insights into the early ontogeny of saurolophine hadrosaurid dinosaurs. PeerJ 6:e4734; DOI 10.7717/peerj.4734