· Hace 260 millones de años, el continente helado
era más cálido y húmedo que ahora.
· Los restos de un bosque hallado en una
expedición muestran que tenía una vegetación exuberante.
No quedan muchos sitios en la Tierra que no hayan sido
explorados aún por el hombre. Pero la Antártida conserva todavía zonas vírgenes
que siguen dando sorpresas como la que se llevaron Erik Gulbranson y sus
colegas. Estos geólogos de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, en EEUU,
aprovecharon el pasado verano en el continente helado -de noviembre de 2016 a
enero de 2017- para ascender al Promontorio McIntyre, en las Montañas
Transantárticas. Allí se encontraron con los restos de árboles que florecieron hace
260 millones de años, es decir, son anteriores incluso a los dinosaurios.
En concreto, hallaron fragmentos de 13 ejemplares que, según
Gulbranson, formaban parte de un bosque que debió ser bastante distinto a los
que existen en la actualidad en otras zonas del planeta. Durante el periodo
Pérmico, que acabó hace 251 millones de años con una gran extinción que se
llevó por delante al 90% de las especies, los bosques estaban formados por
diferentes tipos de plantas y árboles. "Lo más sorprendente de nuestra
investigación es que el patrón de vegetación, es decir, los tipos de plantas
que crecían juntas, variaban a lo largo del continente. También cambiaba la
densidad de los bosques", explica Gulbranson a este diario.
La expedición estaba compuesta por cuatro geólogos y un
montañero. "Acampamos en el glaciar Shackleton y exploramos las montañas
de los alrededores en avión", recuerda. La principal razón por la que
acabaron yendo al Promontorio McIntyre fue porque los otros lugares que habían
seleccionado "resultaban inaccesibles debido a los vientos extremadamente
fuertes, a veces de 40 nudos (74 kilómetros por hora) y a las malas condiciones
para aterrizar". Según el geólogo, los 13 árboles pertenecen al mismo
género, pero podrían ser de varias especies. "Estos árboles tenían que ser
capaces de sobrevivir y florecer en una gran variedad de condiciones",
dice Gulbranson. Y es que, aunque durante ese periodo la Antártida "era
más húmeda y cálida que ahora", habrían tenido que soportar la oscuridad
total durante los cuatro meses del invierno y la luz perpetua durante otros cuatro
o cinco meses. "Probablemente, la Antártida se parecía entonces a la
actual Siberia y a la taiga (el bosque boreal) del hemisferio norte. Grandes
sistemas fluviales cruzarían el continente y sabemos que también allí había
grandes lagos", recrea. "Es probable que hubiera nieve durante el
invierno austral pero que se derritiera durante el verano", señala el
paleoecólogo, que en enero regresará a la Antártida para investigar cómo y por
qué cambió el clima, causando esa gran extinción.
Vía El Mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario