jueves, 6 de noviembre de 2025

El Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes participa en la Semana de la Ciencia 2025 en Castilla y León

El centro salense organiza conferencias, talleres y una exposición para acercar la investigación científica a la comarca de la Sierra de la Demanda

El Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes participa en la Semana de la Ciencia 2025 en Castilla y León, un evento que se celebra del 8 al 16 de noviembre con el objetivo de acercar la investigación científica y tecnológica a todos los públicos. La iniciativa está coordinada por el Parque Científico de la Universidad de Valladolid, en colaboración con la Fundación Universidades y Enseñanzas Superiores de Castilla y León.

A través del portal semanadelacienciacyl.es, los ciudadanos pueden consultar las actividades programadas en toda la comunidad, entre ellas talleres, conferencias, exposiciones y visitas guiadas. Todas estas propuestas buscan fomentar la cultura científica y promover la participación ciudadana en el conocimiento y la innovación.

El Museo de Dinosaurios participa en esta cita desde 2006, en colaboración con la Fundación Dinosaurios de Castilla y León y el Colectivo Arqueológico y Paleontológico de Salas (C.A.S.). Además de compartir los objetivos generales del evento, el museo centra su programación en acercar a la comarca serrana temas de actualidad científica e investigaciones desarrolladas por jóvenes investigadores. Con ello, se pretende reforzar la idea de que la ciencia es patrimonio de todos y un elemento clave para el desarrollo del conocimiento en el medio rural.

Las actividades se desarrollan a lo largo del mes de noviembre e incluyen conferencias, talleres y una exposición. Las charlas tendrán lugar en el Teatro Auditorio de Salas de los Infantes y abordarán temas como la prevención de incendios forestales, la estructura de las galaxias o el estudio del cerebro de los dinosaurios.

El ciclo comenzará este sábado 8 de noviembre con la conferencia “Autoprotección en tiempos de grandes incendios forestales”, a cargo del ingeniero forestal Ferrán Dalmau Rovira. El viernes 14 intervendrá el astrónomo Miguel Querejeta Pérez, del Observatorio Astronómico Nacional, con una ponencia titulada “Galaxias: de la Vía Láctea a los confines del universo”. El programa se cerrará el sábado 29 con la charla “Diseccionando el cerebro de los dinosaurios”, impartida por la paleontóloga María Ciudad Real, de la UNED.

A partir del viernes 28, el Museo de Dinosaurios acogerá también la exposición de los trabajos presentados y premiados en el XVII Concurso Internacional de Ilustraciones Científicas de Dinosaurios, organizado por la Fundación Dinosaurios de Castilla y León. Además, se celebrarán talleres didácticos sobre dinosaurios en varios centros escolares de la comarca, con fechas aún por confirmar.

Durante la semana del 11 al 16 de noviembre, la entrada al Museo de Dinosaurios será gratuita, con el objetivo de facilitar el acceso al público y fomentar el interés por la paleontología y la ciencia en la Sierra de la Demanda.

canal54.es

martes, 4 de noviembre de 2025

EL MUSEO DE DINOSAURIOS DE SALAS DE LOS INFANTES CELEBRA LA SEMANA DE LA CIENCIA 2025

Unas 50 instituciones y empresas abren sus puertas, del 8 al 16 de noviembre de 2025, para esta gran cita con la divulgación

El Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes se suma, un año más, a la celebración de la Semana de la Ciencia, que organiza junto a la Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León y la colaboración del Colectivo Arqueológico-Paleontológico de Salas (C.A.S.), el ayuntamiento de Salas de los Infantes y la Diputación Provincial de Burgos.

La XIX Semana de la Ciencia en Castilla y León, que tendrá lugar del 8 al 16 de noviembre, oferta unas 300 actividades gratuitas programadas por 50 instituciones.

El objetivo de esta iniciativa es fomentar la cultura científica en la ciudadanía, favorecer la incorporación de los investigadores a los entornos de divulgación de la ciencia y acercar a la sociedad la actividad de las instituciones y de las empresas de la comunidad autónoma que forman parte de la Semana de la Ciencia en Castilla y León. Toda la programación está publicada en la web http://www.semanadelacienciacyl.es/.

La divulgación de la ciencia y la tecnología es una prioridad para la cincuentena de instituciones de la comunidad autónoma que participan en la Semana de la Ciencia 2025. Los cursos, talleres, conferencias, visitas guiadas, exposiciones y debates programados cumplen con la misión de acercar la ciencia, la tecnología y la innovación a todos los públicos.

Cada una de las actividades de la XIX Semana de la Ciencia tienen un nexo común: poner en valor la divulgación de la ciencia y la tecnología que se lleva a cabo en Castilla y León.

En la programación de las instituciones salenses se han combinado actos que abordan distintas temáticas científicas, y con formatos diversos. Además de los objetivos compartidos con otras instituciones, la programación que ha encabezado el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes se ha dirigido a dinamizar esta zona rural, promoviendo el disfrute por sus pobladores del conocimiento generado por los investigadores. Este planteamiento es significativo si se entiende que, en los territorios rurales, en nuestros pueblos, hay una serie de dificultades para el desarrollo y el ejercicio de la profesión científica, comenzando por la falta de infraestructuras y de inversiones en Ciencia, concentradas en las ciudades del territorio. El mensaje es sencillo: la Ciencia es patrimonio de todos los ciudadanos y no debe ser un motivo que aumente la desigualdad y falta de oportunidades para la España vaciada. Las actividades se prolongarán a lo largo del mes de noviembre:

CONFERENCIAS:

- Sábado 8 de noviembre: 20:00 h. Teatro-Auditorio 'Gran Casino' de Salas.

Ferrán Dalmau Rovira. Ingeniero forestal. Especialista en protección civil y emergencias. Director de Medi XXI GSA.

Título: “Autoprotección en tiempos de grandes incendios forestales”.

- Viernes de noviembre: 18:30 h. Teatro-Auditorio 'Gran Casino' de Salas.

Miguel Querejeta Pérez. Dr. En Astronomía. Observatorio Astronómico Nacional, Madrid.

Título: "Galaxias: de la Vía Láctea a los confines del universo".

Formadas por miles de millones de estrellas, las galaxias constituyen los ladrillos del cosmos. Partiendo de nuestra galaxia, la Vía Láctea, esta charla propone un viaje por el universo y por la fascinante aventura histórica de descubrirlo. Hoy sabemos que las galaxias contienen gigantescos agujeros negros en sus núcleos y que están inundadas por una gran cantidad de materia oscura. Nuestros telescopios han revelado galaxias de las formas más diversas y nos han permitido observar la luz emitida por algunas en la infancia del universo.

- Sábado 29 de noviembre: 20 h. Teatro-Auditorio 'Gran Casino' de Salas

María Ciudad Real. Paleontóloga, UNED, Madrid.

Título: “Diseccionando el cerebro de los dinosaurios”.

María se graduó en Biología y estudió el Máster en Paleontología Aplicada en la Universidad de Valencia donde se especializó en paleontología virtual. Actualmente estudia la evolución del sistema nervioso central en dinosaurios ornitópodos en la UNED para su tesis doctoral. Ha estudiado los cerebros de dinosaurios tan conocidos como Carcharodontosaurus, Spinosaurus, Iguanodon o Jobaria, y ha sido miembro de una de las mayores expediciones paleontológicas del siglo XXI que recuperó más de 55 toneladas de nuevos dinosaurios del desierto del Sahara.

También, durante la Semana de la Ciencia en Castilla y León 2025, el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes saldrá de sus dependencias a impartir actividades a dos centros educativos de la comarca.

TALLERES:

Semana del 10 al 14 de noviembre: talleres didácticos sobre paleontología y arqueología (y charlas) en el C.E.I.P. Fernán González de Salas de los Infantes y en el I.E.S. Alfoz de Lara de la misma localidad, para alumnos de ambos centros. Una actividad donde los futuros paleontólogos o arqueólogos disfrutarán aprendiendo sobre los paleontología o arqueología con la ayuda de monitores del Museo salense.

Es una buena oportunidad de dar a conocer, a los jóvenes de la comarca, lo que conserva el Museo, la labor que realiza y proyectarlo a la sociedad.

EXPOSICIÓN:

A partir del 28 de noviembre (Museo de Dinosaurios): obras seleccionadas del XVII Concurso Internacional de Ilustraciones Científicas de Dinosaurios 2025, organizado por la Fundación Dinosaurios CyL y con la participación de grandes paleoilustradores de todo el planeta.

Además, la semana del 11 al 16 de noviembre la entrada al Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes será gratuita para todo el público.


fundaciondinosaurioscyl.com

domingo, 2 de noviembre de 2025

El pueblo de Burgos que tiene su propio Jurassic Park a la española: ideal para hacer una escapada

Se conservan fósiles originales y réplicas a tamaño real.

Getty Images. Una niña mirando el cráneo de un T-rex en un museo.
El norte de España guarda paisajes que parecen sacados de una postal: cumbres que se elevan como antiguas murallas, bosques con apariencia cuidada al detalle y ríos que atraviesan valles secretos. Quien se adentra en estas tierras no solo encuentra belleza natural, sino escenarios que despiertan la imaginación y la sensación de haber viajado a otra época. Esto es lo que ocurre en un pequeño enclave de Burgos que alberga su propio Jurassic Park.

Estamos hablando de Salas de los Infantes, un pueblo serrano con menos de 2.000 habitantes ubicado a poco menos de una hora de Burgos capital, que se ha convertido en referencia para aficionados a la paleontología y familias en busca de planes distintos. Entre sus calles de piedra y el pinar de la Sierra de la Demanda, el municipio ofrece un recorrido que mezcla naturaleza, ciencia y patrimonio local.

Uno de sus grandes atractivos es el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, un centro dedicado a la investigación y la divulgación del rico patrimonio paleontológico de la zona. La sala reúne fósiles originales, réplicas a tamaño real y reconstrucciones que ayudan a entender cómo era la fauna y la flora durante el Cretácico. El museo, gestionado en colaboración con la Fundación Dinosaurios en Castilla y León, también dispone de almacenes y laboratorios donde se preparan las piezas halladas en las campañas de excavación.

Un paraíso del Cretácico

El municipio forma parte del entorno del Parque Natural de las Lagunas Glaciares de Neila, una zona de belleza natural que combina bosques, montes y yacimientos de incalculable valor científico. En lugares como Costalomo se han documentado más de 200 icnitas distribuidas en múltiples rastros de terópodos, saurópodos y ornitópodos. En otros yacimientos como La Pedraja o Las Sereas también se pueden observar huellas fósiles perfectamente conservadas.

Ahora bien, la investigación no se limita a mostrar piezas en vitrinas, sino que la Fundación Dinosaurios impulsa campañas de excavación y programas educativos que atraen a estudiantes, voluntarios y científicos. Según recoge la web de la entidad, en los últimos años se han incluido convocatorias de excavaciones estivales y la coordinación de proyectos con financiación europea para crear redes de museos paleontológicos.

Más allá de sus dinosaurios, el pueblo conserva elementos de interés histórico como la iglesia de Santa María y el Puente Romano sobre el río Arlanza, además de una oferta gastronómica de raíz castellana que completa la experiencia. Entre huellas de gigantes prehistóricos, museos con piezas únicas y rutas por lagunas glaciares, esta villa burgalesa ofrece un fin de semana que combina emoción, aprendizaje y paisaje.

huffingtonpost.es

Burgos y Palencia guardan secretos jurásicos: hallan restos fósiles de dinosaurios saurópodos en "Las Loras"

Durante diez intensos días, un equipo del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes ha hallado restos fósiles que certifican la presencia de estos animales de gran tamaño que habitaron la zona hace más de 120 millones de años en el Geoparque Mundial Unesco.

Saurópodos en Las Loras. COPE.
Las excavaciones en el Geoparque Las Loras, dirigidas por el paleontólogo Fidel Torcida, confirman la presencia de dinosaurios en Peña Amaya. Durante diez intensos días, un equipo de excavadores del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes ha desarrollado una campaña de excavaciones paleontológicas en las faldas de Peña Amaya, dentro del territorio del Geoparque Mundial Unesco Las Loras. Los trabajos se han llevado a cabo en una capa de conglomerados del Cretácico Inferior, donde se han encontrado nuevas evidencias fósiles de dinosaurios, confirmando una vez más la relevancia paleontológica de este enclave. 

Ciencia y participación ciudadana  

La excavación ha contado con un equipo de especialistas y con la colaboración de varios voluntarios, que han tenido la oportunidad de participar directamente en el delicado proceso de búsqueda, consolidación y extracción de los restos fósiles. Una experiencia que combina ciencia, formación y participación ciudadana, y que contribuye a reforzar el vínculo entre la comunidad y el patrimonio del territorio. 

“Hemos recuperado alrededor de 40 elementos fósiles en un estado de conservación muy delicado”, explicó Torcida, quien destacó que “lo más interesante ha sido la identificación de restos pertenecientes a dinosaurios saurópodos, herbívoros gigantes de cuello y cola largos. 

Fidel Torcida

Director del proyecto

Precisamente, para acercar este rico patrimonio a los vecinos y vecinas del territorio, se organizó una jornada de puertas abiertas que reunió a más de cuarenta visitantes. Niños y adultos pudieron acercarse al yacimiento, escuchar las explicaciones del equipo investigador y observar de cerca cómo se desarrolla una excavación paleontológica. “Ha sido una experiencia única para muchos asistentes, que cumplieron el sueño de ver una excavación en directo”, destacan los organizadores.

Charlas y divulgación científica  

“Hemos recuperado alrededor de 40 elementos fósiles en un estado de conservación muy delicado”, explicó Fidel Torcida, quien añadió que “lo más interesante ha sido la identificación de restos pertenecientes a dinosaurios saurópodos, herbívoros con cola y cuello largos de gran tamaño y peso.”

Un proyecto con respaldo científico e institucional

La iniciativa se completó con un programa de charlas divulgativas, organizadas con el objetivo de profundizar en los conocimientos sobre los dinosaurios y el trabajo que rodea al estudio de sus fósiles. Una serie de conferencias que, además, sirvieron para celebrar el Día Internacional de la Geodiversidad.

El propio Fidel Torcida ofreció una conferencia sobre el reto evolutivo de los dinosaurios gigantes, mientras que la restauradora del Museo de Salas de los Infantes, Caterine Arias, impartió la ponencia “De la tierra a la vitrina: el largo viaje de los fósiles”, en la que explicó las fases de restauración y conservación que permiten que los fósiles lleguen al museo en perfecto estado. 

Restos de saurópodos y más de 40 piezas recuperadas  

Jornada de puertas abiertas en Peña Amaya.
Tras la finalización de los trabajos de campo, los materiales recuperados se encuentran en proceso de limpieza, consolidación y estudio en los laboratorios del Museo de Salas de los Infantes. Los resultados permitirán conocer con mayor detalle las especies que habitaron la zona hace más de 120 millones de años.

Esta intervención paleontológica se integra en un proyecto más amplio sobre los dinosaurios del Geoparque, en el que participan varias universidades y centros de investigación. Además, la iniciativa forma parte del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino Geoparque Mundial Unesco Las Loras, y reafirma el compromiso del Geoparque con la investigación científica, la conservación del patrimonio y la divulgación del conocimiento.

Una jornada de puertas abiertas reunió a más de cuarenta visitantes —entre ellos numerosos niños— que pudieron observar cómo trabaja un equipo de paleontología sobre el terreno. “Fue una experiencia única, emocionante para grandes y pequeños”, señalaron desde la organización. 

Divulgación y futuro del hallazgo  

Jornada de puertas abiertas en Peña Amaya.
El programa se completó con varias charlas divulgativas para celebrar el Día Internacional de la Geodiversidad, entre ellas la conferencia El reto evolutivo de los dinosaurios gigantes a cargo de Torcida, y De la tierra a la vitrina; el largo viaje de los fósiles, impartida por Caterine Arias, restauradora del Museo de Salas.

Los fósiles se encuentran ahora en proceso de limpieza y estudio, lo que permitirá identificar con precisión las especies que habitaron la zona hace más de 120 millones de años.

Este proyecto forma parte del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino Geoparque Mundial Unesco Las Loras y reafirma el compromiso del Geoparque con la ciencia, la conservación y la divulgación del patrimonio paleontológico.

cope.es

sábado, 1 de noviembre de 2025

RECORDATORIO: XVII CONCURSO INTERNACIONAL DE ILUSTRACIONES CIENTÍFICAS DE DINOSAURIOS 2025

Queda UNA SEMANA para que finalice el plazo.

La Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León y el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos) organizan un año más el XVII Concurso Internacional de Ilustraciones Científicas de Dinosaurios 2025. En esta decimoséptima edición, de nuevo vuelve a colaborar la empresa salense Hernáiz Construcciones Hercam, S.L., a la que volvemos a agradecer enormemente su implicación en el concurso.














Podrán participar todas las personas españolas o de cualquier nacionalidad sin límite de edad.

El tema principal del concurso son las ilustraciones sobre dinosaurios y otros seres vivos contemporáneos suyos (Mesozoico). Las ilustraciones pueden representar reconstrucciones de los animales y otros seres mesozoicos en vida, en su medio o de los fósiles originales.

Se valorarán las ilustraciones sobre dinosaurios hallados en la comarca de Sierra de la Demanda (Burgos), así como las especies descritas en esa comarca y en el conjunto de la península ibérica.

El plazo de envío será hasta el 8 de noviembre de 2025.

No podrán ser premiados aquellos participantes que ya lo hayan sido en la última edición de 2024.

Podéis descargaros las bases (en castellano e inglés) en el siguiente enlace: pincha aquí.

Listado de dinosaurios, otros vertebrados y plantas de la comarca de Salas de los Infantes (pincha aquí).

www.fundaciondinosaurioscyl.com

El cerebro de los cocodrilos enanos del Jurásico sale a la luz

Un estudio internacional reconstruye por primera vez la anatomía cerebral de un cocodrilo del Jurásico Superior de Portugal

1. Reconstrucción 3D del cráneo y del endocráneo del cocodrilo enano
 del Jurásico (imagen: E. Puértolas-Pascual).
El aragosaurero Eduardo Puértolas Pascual de la Universidad de Zaragoza y colaborador con la Universidade NOVA de Lisboa y el Museo de Lourinhã (Portugal), ha logrado reconstruir el cerebro y el oído interno de un diminuto cocodrilo fósil de hace unos 150 millones de años, hallado en las cercanías de Lourinhã, localidad costera famosa por sus descubrimientos de dinosaurios. Se trata del primer estudio paleoneuroanatómico realizado en un miembro de la familia Atoposauridae, un grupo extinto de cocodrilos enanos que no superaban el metro de longitud.

El fósil fue recuperado en el yacimiento de Zimbral, cerca de Porto Dinheiro (Lourinhã, Portugal), por Filipe Vieira junto a Micael Martinho. Ambos son colaboradores activos del museo, y sus labores de prospección y preparación paleontológica han permitido el estudio y la publicación de numerosos hallazgos fósiles en los últimos años. El ejemplar fue hallado dentro de un duro nódulo calcáreo y, tras una minuciosa preparación supervisada por la responsable del laboratorio, Carla Alexandra Tomás, se comprobó que conservaba parte del cráneo y del neurocráneo en un estado de preservación excepcional. Gracias a la Tomografía Axial micro-Computarizada (micro-TAC), se obtuvo una reconstrucción tridimensional del cerebro, algunos nervios y el oído interno. El estudio, publicado en la revista Fossil Record, también identifica una combinación única de caracteres anatómicos que aportan nuevas pistas sobre la evolución filogenética de los atoposáuridos. Los análisis filogenéticos de “parentesco” evolutivo muestran que este nuevo fósil pertenece a un linaje de pequeños cocodrilos cuyo registro más antiguo también procede del Jurásico de Portugal, y que se extendió por Europa a lo largo del resto del Mesozoico hasta su extinción en el Cretácico Superior, junto con los dinosaurios. Desafortunadamente, el fósil está incompleto y carece de rasgos suficientemente diagnósticos para determinar si pertenece a una nueva especie. Futuros hallazgos en la zona podrían arrojar más luz sobre su verdadera identidad.

Aunque el ejemplar es diminuto (el cráneo apenas tiene 3 centímetros de anchura y el animal completo no alcanzaría el metro de longitud), este estudio sugiere que se trata de un individuo adulto, no de una cría. Este hallazgo reafirma que los atoposáuridos fueron verdaderos cocodrilos enanos, adaptados a ambientes continentales y transicionales, y probablemente con ciertos hábitos terrestres. La reconstrucción del oído interno, o laberinto óseo, muestra una morfología intermedia entre las especies anfibias y las más adaptadas a la vida en tierra firme. Esta morfología sugiere una buena sensibilidad a los movimientos angulares de la cabeza y un control del equilibrio bien desarrollado, rasgos asociados a una locomoción activa y eficiente. Gracias a ello, este pequeño reptil habría sido un depredador ágil, capaz de desplazarse con soltura para capturar animales pequeños como artrópodos o pequeños mamíferos.

Este trabajo resalta el valor científico del patrimonio fósil portugués y el potencial de las nuevas tecnologías de imagen para estudiar especies extintas sin alterar los ejemplares fósiles originales.

La referencia completa del artículo, disponible en open access, es:

Puértolas-Pascual, E. (2025) New dwarf crocodylomorph from the Upper Jurassic of Portugal and the first neuroanatomical data for Atoposauridae. Fossil record, 28 (2), 321-346. https://doi.org/10.3897/fr.28.167846

aragosaurus.com

jueves, 30 de octubre de 2025

Resuelven el misterio de los ‘tiranosaurios enanos’: no eran jóvenes ‘T. rex’, sino una especie diez veces más pequeña

El análisis de un valioso fósil confirma que el ‘Nanotirano’ fue una especie diferente, que convivió y compitió por los recursos con los tiranosaurios a finales del Cretácico, y que confundió a los investigadores durante décadas

Representación artística de una manada de 'Nanotyrannus' atacando a un
 'T. rex' joven. Anthony Hutchings
En las últimas décadas una de las discusiones más intensas en el mundo de la paleontología ha sido si lo que sabemos sobre el crecimiento de los Tyrannosaurus rex está bien o estamos totalmente equivocados. ¿El motivo? La aparición de un cráneo fosilizado que para algunos científicos pertenecía a un ejemplar juvenil de tiranosaurio y para otros era un impostor. 

El cráneo en cuestión (etiquetado como CMNH 7541) se descubrió en 1946 en una formación llamada Hell Creek, al norte de EEUU, pero no fue hasta 1988 que algunos paleontólogos lo nombraron como Nanotyrannus lancensis, es decir, un “tirano pequeño”. Sin embargo, en 2020, el especialista en tiranosáuridos Thomas D. Carr publicó un estudio detallado que concluía que el cráneo no pertenecía a una especie diferente, sino que encajaba perfectamente dentro de las edades juveniles del Tyrannosaurus rex (unos 12 o 13 años) y que todos los especímenes formaban una sola serie de crecimiento de este famoso depredador.

Ahora, un equipo de científicos liderado por Lindsay Zanno y James Napoli, ha analizado con detalle otro fósil mejor conservado que contradice a Carr y permite, a su juicio, poner fin a la polémica. Se trata de un fósil hallado por unos ganaderos de Montana en 2006 en la misma formación de Hell Creek en el que aparecen los restos de dos dinosaurios que parecían estar peleando al que bautizaron como “Dinosaurios en duelo”. Aparentemente, el fósil ha inmortalizado la lucha entre un Triceratops y un pequeño T. rex, pero las disputas legales sobre su propiedad han pospuesto durante años la posibilidad de examinarlo. 

Tras analizar este fósil con detalle, los investigadores, cuyo trabajo se publica este jueves en la revista Nature, llegan a la conclusión de que no se trataba de un T. rex joven, sino de un ejemplar adulto de una especie diez veces más pequeña. Es decir, se trata de la misma especie que la del cráneo CMNH 7541 de la polémica inicial, Nanotyrannus lancensis. Y, aunque revisiones anteriores ya apuntaban en este sentido, el nuevo análisis es especialmente contundente por la buena conservación de los huesos. 

“Más ágil, veloz y esbelto”

La paleontóloga Lindsay Zanno posa con el famoso fósil de "Dinosaurios en duelo"
 que ha sido determinante en la investigación. NC State University
El examen minucioso del fósil indica que los huesos son maduros —casi completamente desarrollados— en lugar de juveniles, lo que demuestra que hay una diferencia notable en el tamaño adulto entre N. lancensis y T. rex: el primero tenía un peso máximo estimado de alrededor de 700 kg, en comparación con los alrededor de 7.000–8.000 kilos que pesaba un tiranosaurio. 

El trabajo también sugiere que Nanotyrannus tuvo diferentes trayectorias de crecimiento óseo respecto a Tyrannosaurus, lo que se suma a la evidencia de que son dinosaurios distintos. “Para que el Nanotyrannus fuera un T. rex juvenil tendría que desafiar todo lo que sabemos sobre el crecimiento de los vertebrados”, afirma James Napoli, coautor y anatomista de la Universidad de Stony Brook. “No es solo improbable, sino imposible”.

‘T. rex’ era un depredador formidable, pero no reinaba sin rival. A su lado estaba el ‘Nanotyrannus’, un cazador más ágil, veloz y esbelto. / Lindsay Zanno — Paleontóloga y autora principal del estudio 

En el mismo trabajo los autores han analizado otros especímenes descubiertos previamente, que les han permitido identificar una especie separada en el género que han llamado Nanotyrannus lethaeus, en referencia al río Leteo, un guiño a la mitología griega y a cómo esta especie permaneció oculta a plena vista y “olvidada” durante décadas. 

Estos resultados establecen la posibilidad de que al menos dos especies distintas de dinosaurios depredadores coexistieran con Tyrannosaurus en el plazo de un millón de años tras la extinción del Cretácico final, lo que sugiere que la diversidad de dinosaurios era abundante en la época en la que un meteorito acabó con su existencia. “Este descubrimiento ofrece una visión más rica y competitiva de los últimos días de los dinosaurios”, afirma Zanno. “T. rex era un depredador formidable, pero no reinaba sin rival”, concluye. “A su lado estaba el Nanotyrannus, un cazador más ágil, veloz y esbelto”.

Un espécimen espectacular

Angélica Torices, profesora de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), considera que se trata de un artículo excepcional que proporciona una serie de datos muy relevantes sobre la famosa polémica. “El espécimen estudiado por el equipo de Lindsay Zanno es absolutamente espectacular”, destaca. “Está prácticamente completo, lo que les ha permitido una serie de análisis anatómicos y osteológicos mucho más completos de lo que se había podido hacer hasta ahora para llegar a la conclusión de que son dos especies distintas”.

La osteología, apunta la especialista, parece indicar que este ejemplar era prácticamente adulto y estaba ya terminando su crecimiento. “Además, Zanno y Napoli describen un género nuevo e incluso llegan a identificar dos especies distintas de Nanotyrannus”, añade. “El estudio es increíblemente detallado y, sin duda, va a tener gran repercusión en la comunidad paleontológica”.

El estudio demuestra que el individuo tenía al menos 14 años y se encontraba en la fase final de crecimiento, lo que significa que no era un ejemplar juvenil, sino casi adulto. / José Ignacio Canudo — Paleontólogo de la Universidad de Zaragoza (Unizar)

José Ignacio Canudo, paleontólogo de la Universidad de Zaragoza (Unizar), cree que el nuevo estudio aporta pruebas contundentes que resuelven el debate. “El estudio paleohistológico de los huesos demuestra que el individuo tenía al menos 14 años y se encontraba en la fase final de crecimiento, lo que significa que no era un ejemplar juvenil, sino casi adulto”, señala. Además, muchas de las diferencias anatómicas detectadas —como ciertos canales nerviosos o caracteres craneales— se forman durante el desarrollo embrionario y permanecen invariables en la edad adulta, lo que demuestra que no pueden explicarse como simples variaciones del crecimiento“.

Más diversidad de la esperada

Para Canudo, una conclusión relevante de este estudio es que la biodiversidad de terópodos de tamaño mediano y grande era mayor de lo considerado al final del Cretácico, y coexistían al menos dos géneros de tiranosauroideos (Tyrannosaurus y Nanotyrannus) con estilos de vida diferentes. “En otras palabras, la diversidad de grandes depredadores era mucho mayor y más compleja de lo que se consideraba hasta ahora, justo antes del evento que extinguió a la mayoría de los dinosaurios”.

Va a ser difícil zanjar completamente esto si no se hace un estudio exhaustivo de todos los especímenes y se ve cuáles podrían ser Nanotyrannus y cuáles juveniles. / Penélope Cruzado Caballero — Paleontóloga de la Universidad de La Laguna (ULL)

Fabien Knoll, investigador del Departamento de Paleobiología del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), cree que el nuevo artículo complementa lo que se publicó el año pasado gracias a un nuevo espécimen excepcional. “En mi opinión, es un estudio muy convincente”, asegura. “Tyrannosaurus no es un dinosaurio cualquiera y, como es comprensible, la polémica ha sido intensa, con opiniones a veces contradictorias expresadas incluso en un mismo congreso, e implicando a varios equipos de investigación”.

'Tyrannosaurus' no es un dinosaurio cualquiera y la polémica ha sido intensa, con opiniones a veces contradictorias expresadas incluso en un mismo congreso. / Fabien Knoll — Investigador del Departamento de Paleobiología del MNCN-CSIC

Para Knoll, el resultado sugiere que el “Nanotirano” era más capaz de cazar presas rápidas y de menor tamaño que Tyrannosauruspor lo que ambas especies no entraban necesariamente en competencia. Sobre la confusión de juveniles como adultos, recuerda que es un tema complejo, porque hay pocos especímenes y son más o menos incompletos. Además, apunta, el error puede ir en ambos sentidos. “Por ejemplo, Lesothosaurus, un dinosaurio del sur de África, era conocido esencialmente por individuos juveniles”, recuerda. “Los fósiles de un individuo adulto descubierto posteriormente fueron considerados como una especie distinta antes de que se reconociera su verdadera naturaleza”.

La paleontóloga Penélope Cruzado Caballero, de la Universidad de La Laguna (ULL), considera que el trabajo es “muy trascendente” y revoluciona lo que sabíamos y obliga a revaluar muchas cosas que se habían dicho sobre T. rex, sobre su diversidad, evolución o etología. “El estudio también habla de que el tiranosaurio ya no estaba tan solo y que debía compartir el espacio con otro”, subraya. “En este caso se habla de partición de nichos ecológicos, para que ambos pudieran convivir sin hacerse competencia en la obtención de alimentos, por ejemplo”. 

Sobre si zanja o no definitivamente la cuestión, Cruzado recuerda que sigue habiendo muchos estudios que dicen lo contrario. “Hay que recordar que hay otros especímenes que dicen lo contrario a lo de este artículo”, señala. “Así que va a ser difícil zanjar completamente esto si no se hace un estudio exhaustivo de todos los especímenes y se ve cuáles podrían ser Nanotyrannus y cuáles juveniles y, en definitiva, obtenemos el marco completo para poder tener mas claro lo que ocurre”.  

eldiario.es

Nuevas excavaciones en el Geoparque Las Loras confirman la presencia de dinosaurios en Peña Amaya

La excavación, dirigida por el paleontólogo Fidel Torcida, ha contado con un equipo de especialistas del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes

Excavación paleontológica en Peña Amaya.
Las excavaciones en el Geoparque Las Loras, dirigidas por el paleontólogo, Fidel Torcida, confirman la presencia de dinosaurios en Peña Amaya. Durante diez intensos días, un equipo de excavadores del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes ha desarrollado una campaña de excavaciones paleontológicas en las faldas de Peña Amaya, dentro del territorio del Geoparque Mundial Unesco Las Loras. Los trabajos se han llevado a cabo en una capa de conglomerados del Cretácico Inferior, donde se han encontrado nuevas evidencias fósiles de dinosaurios, confirmando una vez más la relevancia paleontológica de este enclave.

Excavación paleontológica en Peña Amaya.
La excavación ha contado con un equipo de especialistas y con la colaboración de varios voluntarios, que han tenido la oportunidad de participar directamente en el delicado proceso de búsqueda, consolidación y extracción de los restos fósiles. Una experiencia que combina ciencia, formación y participación ciudadana, y que contribuye a reforzar el vínculo entre la comunidad y el patrimonio del territorio.

Excavación paleontológica en Peña Amaya.
Precisamente, para acercar este rico patrimonio a los vecinos y vecinas del territorio, se organizó una jornada de puertas abiertas que reunió a más de cuarenta visitantes. Niños y adultos pudieron acercarse al yacimiento, escuchar las explicaciones del equipo investigador y observar de cerca cómo se desarrolla una excavación paleontológica. La actividad tuvo una gran acogida y despertó un entusiasmo generalizado: muchos asistentes expresaron la emoción de poder vivir una experiencia única y cumplir el sueño de ver una excavación paleontológica en directo.

La iniciativa se completó con un programa de charlas divulgativas, organizadas con el objetivo de profundizar en los conocimientos sobre los dinosaurios y el trabajo que rodea al estudio de sus fósiles. Una serie de conferencias que, además, sirvieron para celebrar el Día Internacional de la Geodiversidad.

Una charla informativa sobre excavaciones de dinosaurios en el Geoparque Las Loras.
El propio Fidel Torcida ofreció una conferencia sobre el reto evolutivo de los dinosaurios gigantes, mientras que la restauradora del Museo de Salas de los Infantes, Caterine Arias, impartió la ponencia De la tierra a la vitrina; el largo viaje de los fósiles, en la que explicó las fases de restauración y conservación que permiten que los fósiles lleguen al museo en perfecto estado.

Tras la finalización de los trabajos de campo, los materiales recuperados se encuentran en proceso de limpieza, consolidación y estudio en los laboratorios del Museo de Salas de los Infantes. Los resultados permitirán conocer con mayor detalle las especies que habitaron la zona hace más de 120 millones de años. “Hemos recuperado alrededor de 40 elementos fósiles que presentaban un estado de conservación muy delicado”, indicó Fidel Torcida al tiempo que asegura que “lo más interesante ha sido la identificación de restos pertenecientes a dinosaurios saurópodos (herbívoros con cola y cuello largos de tamaño y peso elevados).

Esta intervención paleontológica se relaciona con un proyecto más amplio de investigación sobre los dinosaurios del Geoparque en el que participan varias universidades y centros de investigación. Además, la iniciativa se enmarca en el Plan de Sostenibilidad Turística en Destino Geoparque Mundial Unesco Las Loras (Municipios de la provincia de Burgos) y reafirma el compromiso del Geoparque Las Loras con la investigación científica, la conservación del patrimonio geológico y paleontológico, y la divulgación del conocimiento entre la sociedad.

palenciaenlared.es

martes, 28 de octubre de 2025

Los dinosaurios no estaban en declive antes del asteroide que acabó con ellos

Un equipo internacional de investigadores, con representación española, halla en unos fósiles de Nuevo México (EE UU) las pruebas de que los dinosaurios eran diversos y abundantes durante el Cretácico final

Una representación del meteorito que extinguió a los dinosaurios
 hace unos 66 millones de años. Adastra (Getty Images)
Hace 66 millones de años tuvo lugar la extinción masiva más emblemática de la historia de la Tierra: la de los dinosaurios. Mientras algunos investigadores sostienen que su desaparición fue un proceso gradual, otros defienden que ocurrió de forma súbita tras el impacto de un asteroide. Un equipo de investigadores, liderado por el geólogo Andrew G. Flynn, de la Universidad Estatal de Nuevo México (EE UU), y con participación española, pretende esclarecer este evento, cuyo debate ha dividido a la comunidad científica durante décadas.

La investigación, que se publica hoy en la revista Science, apunta que existen evidencias sólidas de que los dinosaurios siguieron siendo diversos, activos y bien adaptados hasta el final del Cretácico, justo antes del impacto que marcó el fin de su era. Basados en una nueva geocronología del Miembro Naashoibito, una unidad rocosa rica en fósiles dentro de la Formación Kirtland (al norte de Nuevo México), los análisis sitúan sus depósitos entre 66,4 y 66,0 millones de años, lo que indica que los restos fósiles encontrados allí corresponden a algunos de los últimos dinosaurios que habitaron América del Norte.

Según los autores, entre los que figura el investigador español Jorge García Girón (Universidad de León), los datos sobre diversidad y actividad refuerzan la idea de que su desaparición no fue un proceso paulatino, sino el resultado de un evento repentino y global. Así lo explica Flynn, autor principal de la investigación: “Durante años se pensó que en el oeste de Estados Unidos existía una fauna homogénea, una especie de comunidad uniforme de dinosaurios. Pero eso era solo porque no teníamos buenos registros rocosos de esa época”. Este geólogo, experto en paleoclimatología, continúa: “Ahora, con dos yacimientos bien datados (Hell Creek y Kirtland), vemos que son muy distintos entre sí. Tienen dinosaurios diferentes, lo que nos indica que existían regiones ecológicas separadas, en las que prosperaban distintas especies”.

Los dinosaurios, dice el investigador, interactuaban constantemente con su entorno, como cualquier otro grupo de animales. Y es este factor el que explica la diferenciación ecológica y variedad de especies: “Nuestros modelos muestran que la fauna del sur prefería temperaturas altas. Era una región más cálida, y eso parece ser el principal factor discriminante. La latitud influye, pero está ligada al clima”.

Caitlin Leslie, una de las investigadoras, recolecta muestras paleomagnéticas
 en la Cuenca de San Juan. Daniel J. Peppe
Sin embargo, los fósiles de Nuevo México carecen de un elemento importante: de la capa que marca el impacto del asteroide, la llamada frontera K–Pg, con su característico depósito de iridio. “Nos falta la capa de cenizas y escombros”, aclara Flynn. “Sabemos que nuestros fósiles datan de los últimos 300.000 años del Cretácico, lo cual, en tiempo geológico, es cercano al impacto. Todo indica que los dinosaurios estaban prosperando hasta que ocurrió el evento que los eliminó”.

Pese a que Flynn reconoce que este registro es todavía limitado, tiene esperanza en que nuevos yacimientos permitan esclarecer esa etapa de la prehistoria: “Nuestro sitio en Nuevo México es apenas el segundo en Norteamérica con edades bien controladas. Pero con cada nuevo yacimiento, especialmente fuera de Estados Unidos, como en Asia, Sudamérica o Europa, podremos reconstruir una imagen más precisa de cómo era la diversidad de los dinosaurios justo antes de su desaparición”.

De acuerdo con Thomas Richard Holtz, paleontólogo estadounidense ajeno a la nueva investigación, esta aporta una base sólida al debate sobre la extinción. “El artículo toma diversas líneas de evidencia, principalmente datación geológica y un censo de vertebrados terrestres del final de la era de los dinosaurios en Norteamérica, y las combina para demostrar que la diversidad no disminuyó hacia el final de su reinado”, explica.

Holtz recuerda que el registro fósil es, por naturaleza, irregular. “No todos los organismos o especies se fosilizan, y no todos los lugares del mapa tendrán fósiles formándose en la misma época. Por lo tanto, siempre existen preguntas sobre cuál era la verdadera diversidad de un grupo en el pasado”. Pero, detalla, este nuevo estudio ayuda a aclarar una cuestión importante: la edad del Miembro Naashoibito. Durante años se discutió si esos yacimientos —con restos de Alamosaurus, un colosal dinosaurio herbívoro— eran más antiguos que los depósitos de Hell Creek, en Montana, Wyoming y las Dakotas. “El nuevo estudio combina diferentes tipos de datos geológicos para demostrar que es, de hecho, un depósito del Cretácico tardío, equivalente en el tiempo al de Hell Creek. Dicho de otro modo, hubo dinosaurios que formaron parte de la comunidad de Naashoibito y que habrían presenciado los efectos del impacto final”.

La paleontóloga Penélope Cruzado Caballero subraya un avance clave: “Lo interesante de este trabajo es su enfoque multidisciplinar”, explica. “No solo han analizado los fósiles y los ambientes en los que vivieron, sino que han incorporado datos geocronológicos muy precisos. Eso permite situar los restos en el límite de extinción”.

Sin embargo, la investigadora —experta en la paleobiología de los dinosaurios ornitópodos y también ajena al nuevo estudio— insta a la cautela. “El propio artículo lo reconoce: los resultados se basan en una región concreta del mundo, relativamente cercana al área del impacto. Las conclusiones, por tanto, deben tomarse con cuidado”, advierte. “En España, por ejemplo, en los Pirineos aragoneses y catalanes tenemos yacimientos de datación similar, pero con menor diversidad faunística porque aún tenemos que hacer trabajo de campo”.

¿Final abrupto o declive gradual?

Aunque se muestra prudente, reconoce una tendencia: “Decir que fue blanco o negro es difícil. Todo tiene matices. Pero es cierto que los últimos estudios van apuntando cada vez más hacia un impacto catastrofista inmediato. Aunque todavía harán falta muchos años de investigación para entender bien qué sucedió”. A su juicio, la gran tarea pendiente es ampliar el mapa de las investigaciones. “El trabajo de Flynn y su equipo es extraordinario, pero necesitamos más estudios como este en otras regiones del mundo. Si logramos replicar estas investigaciones en otros lugares, podremos comparar resultados. Necesitamos mucha comparabilidad de datos para poder entender mejor el contexto de lo que ocurrió”.

Elena Cuesta, especialista en la paleobiología de los dinosaurios terópodos, tiene una opinión similar: “El propio artículo lo reconoce: seguimos hablando solo de Norteamérica. No sabemos qué estaba ocurriendo en el resto del planeta”, señala. “Estados Unidos cuenta con una gran infraestructura de financiación y una tradición paleontológica muy fuerte. Por eso se estudian mucho más especies icónicas como Tyrannosaurusrex o Triceratops. Pero hay otras regiones con un potencial enorme para contrastar o matizar estas conclusiones”. La especialista destaca que estudios que se realizan en países como Argentina, donde se está analizando a los últimos dinosaurios de la Patagonia, podrían ayudar a equilibrar la balanza de una ciencia que, según la experta, históricamente ha estado muy centrada en el hemisferio norte: “Esos datos podrían ofrecer una visión del sur global”.

Gerta Keller, catedrática del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Princeton (EE UU), ha expresado su desacuerdo con las conclusiones del estudio. “Que la desaparición de los dinosaurios fue abrupta por el impacto de un asteroide a finales del Cretácico fue teoría propuesta por primera vez en 1980 por Luis Álvarez, premio Nobel, y su hijo Walter con gran entusiasmo. Desde entonces, la teoría se ha repetido con pocos o ningún cambio, y la mayoría la cree. El artículo no es de buena calidad porque omite mucha información”, comenta.

Keller defiende una explicación alternativa, basada en el cambio climático y las erupciones volcánicas del Deccan, en la India. De acuerdo con la investigadora, esto condujo al declive a largo plazo de los dinosaurios durante 300.000 a 400.000 años. Sostiene además que la datación del momento de la caída del gran asteroide ha sido malinterpretada: “Se descubrió, por la verdadera edad del cráter de Chicxulub, que este se estrelló en Yucatán 200.000 años antes de la extinción masiva de los dinosaurios hace 66 millones de años”. Y enfatiza: “Fue un simple incidente en nuestro universo, mientras la vida continuaba como siempre”.

Según Cuesta, lo más rescatable de este trabajo es su demostración de que la ciencia está viva. “Cada nuevo fósil, cada nueva datación puede cambiar lo que creíamos saber. Hipótesis bastante robustas años después pueden desmantelarse de repente y generar otras nuevas. Debemos seguir explorando, excavando y financiando la ciencia. Solo así tendremos el conocimiento de este periodo de la historia de la Tierra”.

elpais.com

domingo, 26 de octubre de 2025

Las ‘momias’ de hadrosaurio son en realidad moldes de arcilla creados por microbios

Nuevos fósiles hallados en Wyoming (EE UU) muestran que la piel y las pezuñas de los dinosaurios con pico de pato que se creía ‘momificados’ no se fosilizaron, sino que quedaron impresas en finas capas de arcilla formadas por microbios durante la descomposición. El hallazgo redefine cómo pueden preservarse los tejidos blandos en el registro fósil.

'Momia' del dinosaurio juvenil con pico de pato Edmontosaurus annectens con
Tyler Keillor, de la Universidad de Chicago. / University of Chicago Fossil Lab
Las llamadas ‘momias’ de dinosaurios con pico de pato de Wyoming (EE UU) ofrecen nuevas claves sobre la preservación de tejidos blandos en el registro fósil. Un equipo de paleontólogos, liderado por la Universidad de Chicago (EE UU), ha demostrado que la piel y las pezuñas de estos animales no son restos fosilizados, sino delicados moldes de arcilla formados por microbios durante la descomposición de los cadáveres.

“La ‘plantilla de arcilla’ es un proceso de preservación que antes se pensaba que se daba principalmente en animales de cuerpo blando mucho más antiguos y pequeños, que suelen conservarse como láminas aplanadas en entornos marinos. Sin embargo, hemos descubierto que este mismo proceso también se encuentra en las ‘momias’ de dinosaurios, que son animales grandes preservados en tres dimensiones”, dice a SINC Baumgart Stephanie Lynn, coautora del trabajo en la Universidad de Florida (EE UU).

Hemos descubierto que este mismo proceso también se encuentra en las ‘momias’ de dinosaurios, que son animales grandes preservados en tres dimensiones

Baumgart Stephanie Lynn, coautora del trabajo en la Universidad de Florida 

Reconstrucción de una escena de hace unos 66 millones de años
 que muestra al dinosaurio con pico de pato. / Dani Navarro
Este hallazgo sugiere que la formación de plantillas de arcilla podría ser un proceso de preservación más común de lo que se creía, y que quizá otras ‘momias’ también presenten este tipo de conservación. La piel es un material resistente y tarda más en descomponerse que los músculos o las vísceras, además se seca por exposición antes del enterramiento.

La científica explica así el proceso: “Se forma una biopelícula sobre un cuerpo en descomposición y, por lo general, tiene una carga negativa. La arcilla del sedimento circundante tiene una carga positiva, por lo que esta biopelícula atrae las partículas de arcilla hacia el cadáver, de manera similar a como un globo cargado estáticamente atrae el cabello cuando se sostiene sobre la cabeza. Las partículas de arcilla recubren la piel del cadáver y capturan los detalles finos de su textura. La piel real no se conserva, pero la forma general permanece”.

Una réplica milimétrica

El estudio, publicado en Science, describe cómo hace unos 66 millones de años los cuerpos del hadrosáurido Edmontosaurus annectens quedaron cubiertos por una finísima capa de arcilla que conservó con detalle la superficie externa de los animales.

“El tapete microbiano era una fina película depositada en cada recoveco de la piel del animal que, al atraer estos minerales de arcilla, consiguió que esta película sobreviviera a la descomposición de la materia orgánica y el propio tapete microbiano. Esto dejó como producto final una máscara de arcilla que replicaba cada pliegue de cada escama de la piel a escala submilimétrica con total fidelidad”, señala a SINC Daniel Vidal, de la Universidad de Chicago y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), coautor del estudio.

El tapete microbiano era una fina película depositada en cada recoveco de la piel del animal que, al atraer estos minerales de arcilla, consiguió que esta película sobreviviera a la descomposición

Daniel Vidal, de la Universidad de Chicago y la UNED 

A diferencia de los casos tradicionales de fosilización de tejidos blandos, que suelen ocurrir en ambientes finos y pobres en oxígeno como lagunas o fondos marinos, estas momias se formaron en depósitos fluviales gruesos.

La pezuña, conservada en sección como una capa muy fina de arcilla, cubre el
hueso terminal del dedo del pie de una momia adulta del dinosaurio con pico
 de pato Edmontosaurus annectens. / UChicago Fossil Lab
“Es posible que este mecanismo también pueda conservar impresiones de tejidos blandos en otros fósiles grandes; todo depende del entorno y de la rapidez del enterramiento. Requiere que haya arcilla en el sedimento y que el tejido blando seco sobreviva el tiempo suficiente hasta quedar enterrado”, puntualiza la paleontóloga.

“Podemos decir que muchas de estas ‘momias’ de dinosaurio no se preservan evitando la descomposición de la materia orgánica original, sino por un replicado milimétrico realizado por la acción de microorganismos que depositaron una fina capa de arcilla”, explica a SINC María Ciudad Real Ballestero, de la UChicago y la UNED, coautora del estudio.

Reconstrucción más precisa

Mediante documentos y fotografías históricas, los investigadores localizaron los mismos yacimientos del este de Wyoming donde, a inicios del siglo XX, se descubrieron las primeras ‘momias de dinosaurios’. En este lugar excavaron dos nuevos ejemplares de Edmontosaurus: un juvenil tardío y un adulto temprano, ambos con amplias áreas de piel conservada.

Son las pezuñas más antiguas documentadas en un vertebrado terrestre, el primer reptil con pezuñas confirmado y el primer animal de cuatro patas con pezuñas 

Paul Sereno, Universidad de Chicago 

El juvenil representa la primera momia subadulta conocida y el primer dinosaurio de gran tamaño con un contorno carnoso completamente conservado, que incluye una cresta de cuello y tronco.

Por su parte, el adulto. apodado "Ed Sr.", conserva la fila completa de púas de la cola y las pezuñas más antiguas documentadas en cualquier tetrápodo, convirtiéndose así en el primer reptil con patas y pezuñas.

“El hallazgo de crestas en la línea media y de pezuñas en los pies nos ofrece más información para reconstruir con mayor precisión a Edmontosaurus annectens. Ahora sabemos que este dinosaurio presentaba una cresta carnosa a lo largo de la línea media, así como espigas también en la línea media, cada una alineada con una de las vértebras”, señala Lynn.

Para Paul Sereno, autor principal del estudio en la Universidad de Chicago, afirma: “Hay muchas ‘novedades’ asombrosas conservadas en estas momias con pico de pato: las pezuñas más antiguas documentadas en un vertebrado terrestre, el primer reptil con pezuñas confirmado y el primer animal de cuatro patas con pezuñas con diferentes posturas de extremidades anteriores y posteriores”.

Las espigas descubiertas se superponen entre sí, algo más común en los lagartos que en los dinosaurios o sus parientes vivos más cercanos, los cocodrilos y las aves. Reconstrucciones anteriores mostraban vainas de queratina de las pezuñas ajustadas al hueso, pero estas ‘momias’ revelan que eran más parecidas a las de los caballos, con más espacio entre el hueso y la queratina. “Una especie estrechamente emparentada, Edmontosaurus regalis, también se sabe que tenía una carúncula carnosa en la parte superior de la cabeza”, puntualiza Lynn.

Es la primera vez que tenemos una visión completa y desarrollada de un gran dinosaurio en la que realmente podemos sentirnos seguros

Paul Sereno 

Paul Sereno, de la Universidad de Chicago, observa las pezuñas
conservadas en los pies de una momia adulta del dinosaurio con
pico de pato 'Edmontosaurus annectens', apodado
 "Ed Sr.". / Keith Ladzinski
“Es la primera vez que tenemos una visión completa y desarrollada de un gran dinosaurio en la que realmente podemos sentirnos seguros. Las tierras baldías e Wyoming son una ‘zona de momias’ única que tiene más sorpresas reservadas a partir de fósiles recolectados durante años de visitas de equipos de estudiantes universitarios”, explica Sereno.

Tecnología y trabajo minucioso

Exponer una superficie de arcilla tan delgada como el papel requirió horas de limpieza cuidadosa bajo la dirección de Tyler Keillor, gerente del Laboratorio de Fósiles de la Universidad de Chicago.

Otros investigadores, dirigidos por el investigador Evan Saitta, utilizaron imágenes 3D, micro-CT y huellas fósiles para reconstruir la anatomía blanda y las posturas del animal. “Los dos especímenes se complementaron maravillosamente”, afirma Sereno.

Una momia de Edmontosaurus encontrada en la misma región por el Museo Americano de Historia Natural a principios del Siglo XX preservaba una cresta sin soporte óseo sobre el cuello 

La descripción de una momia de Edmontosaurus encontrada en la misma región por el Museo Americano de Historia Natural a principios del siglo XX preservaba una cresta sin soporte óseo sobre el cuello sin ningún tipo de espinas que se utilizó para reconstruir el animal durante décadas con escamas pequeñas y ningún tipo de espinas.

Hallazgos posteriores de fragmentos de la cola de otros Edmontosaurus, por el contrario, preservaban una fila de espinas bajas sobre el dorso. Esto hizo que se pensara que el ejemplar del museo no había preservado estas espinas y se comenzó a reconstruir a Edmontosaurus con una fila impar de espinas desde la base del cuello hasta la punta de la cola.

“Las nuevas momias de este estudio muestran que ambas interpretaciones eran correctas, pues solamente la cola tenía estas espinas mientras que desde el cuello hasta la cadera la espalda tenía una cresta, apareciendo en la cadera a esta fila de espinas”, argumenta Ciudad Real Ballestero.

Respecto a la reconstrucción del pie, detalla: “Durante mucho tiempo hemos conocido huellas de hadrosaurios en rocas de la misma edad que han sido asignadas a Edmontosaurus. Sin embargo, había mucha discrepancia sobre cómo encajaría el esqueleto dentro de la huella, pues la pisada dejaba una impresión que no se correspondía del todo”

Al colocar sobre las huellas este tejido blando hemos podido ver que coinciden perfectamente

María Ciudad Real Ballestero 

El ejemplar adulto encontrado tiene en sus pies pezuñas fosilizadas de mucho mayor tamaño que la última falange de cada dedo del pie, que es la que da soporte esquelético a la uña. Inmediatamente detrás sigue una almohadilla plantar que ocupa la práctica totalidad restante del dedo. “Al colocar sobre las huellas este tejido blando hemos podido ver que coinciden perfectamente”, sostiene la científica.

Este estudio no solo redefine la apariencia de Edmontosaurus annectens, sino que también aporta un nuevo modelo para comprender la momificación de dinosaurios y una metodología aplicable a futuras investigaciones. “Este puede ser el mejor artículo que he publicado. Desde el campo hasta el laboratorio y las reconstrucciones en 3D, cuenta una historia coherente sobre cómo surgen estos notables fósiles y qué podemos aprender de ellos”, concluye Sereno.

Referencia:

Paul C. Sereno et al. "Duck-billed dinosaur fleshy midline and hooves reveal terrestrial clay-template “mummification”". Science. 

Fuente: SINC

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