martes, 15 de abril de 2025

Descubren el primer dinosaurio acorazado con cola en forma de maza que caminó por América del Norte hace 100 millones de años… y lo sabemos por sus huellas, no por sus huesos

Las primeras huellas de dinosaurios acorazados con la cola en forma de maza han sido descubiertas en las Rocosas canadienses, revelando la existencia de un tipo desconocido de anquilosaurio en América del Norte hace 100 millones de años.

Hallan en Canadá las únicas huellas del primer anquilosaurio con cola maza.
Ilustración  artística. Foto: ChatGPT-4o/Christian Pérez
Durante décadas, los paleontólogos han estudiado con detalle las pisadas fosilizadas de dinosaurios en América del Norte, pero ninguna correspondía a los célebres anquilosaurios con cola en forma de maza. Hasta ahora. Un descubrimiento reciente en la región de Tumbler Ridge, en la Columbia Británica, y en el noroeste de Alberta, ha permitido identificar por primera vez las huellas de estos formidables herbívoros blindados que caminaban por lo que hoy son los paisajes montañosos del oeste canadiense hace cerca de 100 millones de años.

Estas huellas no solo constituyen una rareza en el registro fósil, sino que también aportan nuevas piezas a un rompecabezas evolutivo que ha desconcertado a los científicos durante generaciones. El nuevo icnotaxón —una especie identificada únicamente por sus huellas— ha sido bautizado como Ruopodosaurus clava, un nombre que remite tanto al accidentado terreno en el que fue hallado como a la icónica arma natural que estos dinosaurios llevaban al final de su cola.

Un tipo de huella nunca antes visto

La mayoría de las huellas de anquilosaurios conocidas hasta la fecha en Norteamérica pertenecen al género Tetrapodosaurus borealis, caracterizado por dejar marcas de cuatro dedos en sus patas traseras. Sin embargo, las pisadas de Ruopodosaurus clava presentan solo tres dedos. Esta peculiaridad fue clave para distinguirlas de otros rastros similares y para vincularlas directamente con los anquilosaurios de cola maza, conocidos como anquilosaurios, que se diferenciaban de sus parientes nodosáuridos por esa singular adaptación defensiva.

Las primeras huellas tridáctilas de Ruopodosaurus halladas en Tumbler Ridge,
Columbia Británica. Fuente: V. Arbour/C. Helm, Journal of Vertebrate
Paleontology (2025)
A diferencia de los anquilosaurios, los nodosáuridos tenían colas más flexibles y carecían del poderoso garrote óseo que los primeros usaban para repeler a sus depredadores. Además, los nodosáuridos solían tener cuatro dedos en las patas traseras. Este detalle anatómico, aparentemente menor, ha sido esencial para que los investigadores puedan atribuir estas nuevas huellas a un grupo distinto dentro de la familia de los anquilosaurios.

El hallazgo tiene implicaciones que van mucho más allá del simple conteo de dedos. Hasta ahora, no se habían encontrado restos óseos de anquilosaurios en América del Norte correspondientes al intervalo comprendido entre los 100 y 84 millones de años atrás, un periodo del Cretácico medio que había quedado como una incógnita en la historia evolutiva de estos animales. Esta "laguna" temporal, conocida como el “hiato anquilosáurido”, había generado dudas sobre si este grupo había desaparecido momentáneamente del continente.

Gracias a las huellas de Ruopodosaurus, se confirma que no solo estaban presentes, sino que convivían con sus primos nodosáuridos en la misma región. Esto sugiere que ambos tipos de anquilosaurios lograron coexistir en un ecosistema compartido, posiblemente gracias a diferencias en su dieta, comportamiento o hábitat. El descubrimiento aporta así una nueva perspectiva sobre la biodiversidad de los dinosaurios acorazados en América del Norte durante una etapa poco conocida de su evolución.

Un entorno pantanoso lleno de vida

Las huellas fueron encontradas en formaciones geológicas de edad cenomaniense, lo que las sitúa en torno a los 100 a 94 millones de años atrás. El ambiente en el que se preservaron era una llanura deltaica con lagos someros, canales fluviales, barras de arena y áreas pantanosas cubiertas de vegetación. Este paisaje, parte del antiguo margen occidental del continente, ofrecía un entorno ideal para que estos pesados animales, que podían llegar a medir entre 5 y 6 metros y pesar varias toneladas, dejaran marcas profundas en el sedimento blando.

Las impresiones, preservadas en distintos niveles de relieve, han sido documentadas mediante moldes de silicona y modelos digitales en 3D. Algunas incluso conservan detalles excepcionales como impresiones de piel, lo que proporciona una visión más íntima y completa de cómo era la interacción de estos gigantes prehistóricos con su entorno.

La paleontóloga Victoria Arbour, del Royal BC Museum, examina el ejemplar
tipo de Ruopodosaurus en el yacimiento de Wolverine River (Alberta), agosto
de 2023. Foto: Royal BC Museum
El descubrimiento es el resultado de años de observación por parte del equipo del Museo de Tumbler Ridge, que desde principios de los 2000 había identificado varias de estas huellas inusuales. Sin embargo, no fue hasta 2023 que la paleontóloga Victoria Arbour, del Royal BC Museum, se unió a la investigación para analizarlas en profundidad. El trabajo ha sido publicado recientemente en la revista Journal of Vertebrate Paleontology, y ha contado con la colaboración de científicos locales e internacionales.

Cabe destacar que algunas de las huellas fueron encontradas por exploradores aficionados o incluso por niños que recorrían la zona, lo que pone de relieve la importancia del acceso público a los espacios naturales y la educación científica temprana.

Aunque no se ha podido vincular directamente las huellas con una especie ya conocida por su esqueleto, los expertos sugieren que el animal que las dejó podría haber sido similar a Gobisaurus o Jinyunpelta, dos anquilosaurios descubiertos en China. Esto abre la puerta a posibles conexiones biogeográficas entre Asia y América del Norte durante el Cretácico, una idea respaldada por otros hallazgos recientes que indican flujos faunísticos entre ambos continentes en distintos momentos del Mesozoico.

Además, el estudio sugiere que algunas huellas tridáctilas atribuidas hasta ahora a otros tipos de dinosaurios, como ornitópodos o incluso terópodos, podrían ser reevaluadas a la luz de este descubrimiento. Es posible que Ruopodosaurus no sea un caso aislado, sino el primero de muchos rastros que habían pasado desapercibidos por su morfología poco común.

Tumbler Ridge: un tesoro paleontológico por explorar

Con este hallazgo, la región de Tumbler Ridge consolida su posición como uno de los puntos calientes para la paleontología en Canadá. Desde el año 2000, cuando se descubrieron las primeras huellas de anquilosaurios en la zona, el interés científico no ha dejado de crecer. El trabajo del museo local, junto con el estatus de Geoparque Mundial UNESCO, ha convertido este rincón de la Columbia Británica en un referente mundial para el estudio de huellas fósiles.

La historia de Ruopodosaurus clava es un recordatorio de que todavía hay mucho por descubrir bajo nuestros pies. Cada nueva huella, cada marca en la roca, puede ser una ventana al pasado remoto de la Tierra, capaz de cambiar lo que creíamos saber sobre los gigantes que una vez dominaron el planeta.

Referencias

Arbour, V. M., Lockley, M. G., Drysdale, E., Rule, R., & Helm, C. W. (2025). A new thyreophoran ichnotaxon from British Columbia, Canada confirms the presence of ankylosaurid dinosaurs in the mid Cretaceous of North America. Journal of Vertebrate Paleontology. DOI:10.1080/02724634.2025.2451319

muyinteresante.com

lunes, 14 de abril de 2025

CAMPAÑA AMIG@S FUNDACIÓN DINOSAURIOS CYL 2025

La Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León invita a todos aquellos que quieran apoyarla a través de las distintas categorías de Amigos de la Fundación Dinosaurios CyL. Entrar a formar parte de “Amig@s de la Fundación” permite a sus miembros disfrutar de una amplia serie de ventajas y beneficios














Formulario de inscripción (cliquee aquí).

www.fundaciondinosaurioscyl.com

domingo, 13 de abril de 2025

HORARIO DE SEMANA SANTA 2025 DEL MUSEO DE DINOSAURIOS

Horario de Semana Santa 2025 del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos):

Jueves Santo, 17 de abril: de 10:30 a 14:30 h.

Viernes Santo, 18 de abril: de 10:30 a 14:30h.

Sábado Santo, 19 de abril: de 10:30 a 14:10 h. Y de 17:00 a 20:00 h.

Domingo de Resurrección, 20 de abril: de 10:30 a 14:30 h. Tarde: cerrado.

Lunes de Pascua, 21 de abril: cerrado.

El resto de los días, anteriores y posteriores, horario habitual del Museo de Dinosaurios.













http://www.fundaciondinosaurioscyl.com/es/c/sobre-el-museo

sábado, 12 de abril de 2025

La Escuela de la Fundación Dinosaurios de Salas abre sus inscripciones

FÚTBOL

Foto de familia de la Escuela de Fútbol Dinosaurios de Salas del año pasado.
/ Foto: Ayto. de Salas
Desde este pasado viernes 11 hasta este próximo martes 15 de abril va a permanecer abierto el plazo de inscripción para poder formar parte de la Escuela de Fútbol Municipal Fundación Dinosaurios CYL de Salas de los Infantes 2025, que vuelve a ponerse en marcha para las categorías prebenjamín, benjamín, alevín e infantil masculino y alevín e infantil femenino.

Esta Escuela de Fútbol Municipal se pretende que tenga un carácter comarcal y se desarrollará desde el 12 de mayo al 25 junio con el objetivo de introducir a los niños en el apasionante mundo del fútbol y a la vez prepararlos para participar los torneos de fútbol 7 y fútbol que se organizarán en los meses de mayo y junio por diferentes localidades de la provincia de Burgos.

La Escuela de Fútbol Municipal Fundación Dinosaurios CYL está organizada por el Ayuntamiento de Salas de los Infantes con el patrocinio de la Fundación para el Estudio de los Dinosaurios en Castilla y León y tiene la colaboración del Instituto Provincial para el Deporte y Juventud y empresas como Instalaciones Alonso, Kronospan, Café Bou, Covirán, CajaViva Caja Rural Burgos, Pinturas y Decoración Óscar Camarero, Bar Restaurante El Pozo, Embutidos Llorente, Autobuses Crespo y el Club Polideportivo Salas.

FORMULARIO DE INSCRIPCIÓN: https://forms.gle/Dih9YWDTdYrv6vZ47


Más INFORMACIÓN e INSCRIPCIONES en la página web: www.salasdelosinfantes.net 
Correo electrónico: deportesalasdelosinfantes@gmail.com 

Nueva hipótesis desmonta décadas de creencias: los dinosaurios no estaban desapareciendo antes del asteroide, sino que el registro fósil estaba sesgado, según nuevo estudio

Un nuevo estudio sugiere que los dinosaurios no estaban en declive antes de su extinción, sino que el registro fósil nos ha estado "engañando" durante décadas.

Nuevo estudio desmiente la teoría del declive dinosaurio antes del asteroide.
Ilustración artística. Foto: Dall-e/Istock/Christian Pérez
Durante décadas, la imagen predominante ha sido clara: cuando el asteroide impactó contra la Tierra hace 66 millones de años, los dinosaurios ya estaban viviendo sus últimos días. Se asumía que su diversidad se reducía, sus poblaciones menguaban y su extinción era inminente. Sin embargo, una nueva investigación publicada en Current Biology por un equipo internacional liderado por científicos del University College London (UCL) está revolucionando esa narrativa. Lejos de hallarse en declive, los dinosaurios podrían haber estado prosperando… hasta que el cielo literalmente se les vino encima.

¿Una caída en picado o un error de percepción?

La idea de que los dinosaurios estaban disminuyendo antes del impacto del asteroide proviene, en gran medida, del registro fósil. Al analizar los restos de estos gigantes del Mesozoico, los científicos observaban una disminución en el número de fósiles datados en los últimos millones de años del Cretácico. La interpretación parecía evidente: menos fósiles, menos dinosaurios, menos diversidad.

Una ilustración infográfica del nuevo estudio que representa la evolución temporal
en América del Norte y las técnicas empleadas para evaluar la presencia
de fósiles a lo largo del tiempo. Fuente: Tim Bird
Pero este nuevo estudio, titulado “The structure of the end-Cretaceous dinosaur fossil record in North America”, introduce un enfoque metodológico radicalmente distinto. En lugar de simplemente contar fósiles, los autores aplicaron modelos de ocupación, una técnica estadística desarrollada en ecología para estimar la presencia de especies en función de su detección. Esta herramienta permite distinguir entre la verdadera ausencia de un organismo y la imposibilidad de detectarlo debido a condiciones adversas.

Utilizando esta metodología, el equipo analizó cerca de 8.000 registros fósiles distribuidos en América del Norte y correspondientes a cuatro de los grupos más representativos de dinosaurios del final del Cretácico: los hadrosáuridos (los "dinosaurios de pico de pato"), los ceratópsidos (como el icónico Triceratops), los anquilosáuridos (acorazados y con colas en forma de maza) y los tiranosáuridos (sí, incluido Tyrannosaurus rex).

Un mundo cambiante… y traicionero para los fósiles

La gran revelación del estudio no tiene tanto que ver con los dinosaurios como con las rocas que los conservan. El aparente descenso en diversidad no se corresponde con una menor ocupación del territorio por parte de estas especies, sino con una reducción significativa en la probabilidad de encontrar sus restos fósiles.

El problema es geológico. Durante los últimos millones de años del Cretácico, grandes cambios como la retirada del mar interior que dividía América del Norte y la elevación progresiva de las Montañas Rocosas redujeron las zonas donde podían depositarse y preservarse restos fósiles. La tierra emergida en ese período, además, tiende a estar hoy cubierta de vegetación o estructuras humanas, dificultando el acceso a formaciones rocosas clave.

Así, lo que parecía una disminución de dinosaurios es, en realidad, una disminución de las condiciones adecuadas para conservar sus huesos. El registro fósil se convierte en un espejo deformado, donde la falta de pruebas no implica la ausencia de vida, sino la imposibilidad de detectarla.

Según los modelos del estudio, no hay evidencia real de que estos cuatro grupos estuvieran desapareciendo. De hecho, su presencia en el territorio se mantuvo estable en el tiempo, y su diversidad no parece haber sufrido grandes alteraciones hasta el momento fatídico del impacto del asteroide.

Un dato revelador es que los ceratópsidos, particularmente adaptados a las llanuras, aparecen con mayor frecuencia en los registros más recientes. Esto se debe a que esas regiones fueron más propensas a conservar fósiles durante la etapa final del Cretácico. Por el contrario, los hadrosáuridos, que frecuentaban zonas fluviales, parecen haber disminuido, pero esto podría deberse simplemente a una menor conservación de restos en hábitats ribereños, que sufrieron grandes transformaciones geológicas.

¿Una historia que necesita reescribirse?

Una nueva mirada al pasado: modelos científicos avanzados revelan que la aparente
desaparición de los dinosaurios antes del impacto del asteroide podría deberse a
un sesgo en el registro fósil, y no a un verdadero declive de sus poblaciones.
Foto: Istock / Christian Pérez
Este nuevo enfoque no solo cambia lo que sabemos sobre el final de los dinosaurios, sino también cómo lo sabemos. La paleontología, como disciplina, ha dependido durante siglos del registro fósil como única ventana al pasado profundo. Pero este estudio demuestra que esa ventana está sesgada, empañada por los caprichos de la geología, el clima y la erosión.

Hasta ahora, muchos trabajos habían asumido que la escasez de fósiles significaba menor diversidad biológica. Pero aplicar modelos como los de ocupación permite separar las limitaciones del registro de los verdaderos patrones biológicos. Y eso tiene consecuencias enormes: si los dinosaurios no estaban en declive, su extinción fue aún más repentina y catastrófica de lo que pensábamos.

¿Y si no hubiera caído el asteroide?

La hipótesis que se deriva de este trabajo es tan provocadora como fascinante. Si los dinosaurios estaban presentes en amplias zonas del continente, si su diversidad era estable y su riesgo de extinción bajo, entonces la catástrofe cósmica del impacto del asteroide fue el único factor determinante de su desaparición. De no haberse producido, es posible que los dinosaurios siguieran dominando la Tierra.

No es solo un juego de "qué hubiera pasado si…". Esta perspectiva plantea que la historia de la vida en la Tierra está más determinada por eventos aleatorios e imprevisibles que por procesos de declive interno. La extinción de los dinosaurios no fue consecuencia de su decadencia, sino de un golpe de azar cósmico.

Esta investigación no se limita a los dinosaurios. También es una llamada de atención sobre cómo interpretamos el pasado. Nos recuerda que el archivo fósil es incompleto y sesgado, y que la Historia Natural está escrita con tinta invisible, legible solo mediante técnicas cada vez más sofisticadas.

Los autores del estudio no descartan que algunas especies estuvieran en declive o que existieran variaciones regionales en la diversidad. Pero lo que sí han puesto sobre la mesa es la necesidad de tener más cuidado al interpretar los vacíos del registro fósil como silencios de la evolución.

Este hallazgo, en el fondo, es una invitación a replantear la narrativa del final de una era. Los dinosaurios no eran gigantes tambaleantes hacia la extinción, sino seres vivos plenamente adaptados a su mundo. Un mundo que se acabó no por agotamiento, sino por una explosión que nadie vio venir.

Referencias

Dean CD, Chiarenza AA, Doser JW, et al. The structure of the end-Cretaceous dinosaur fossil record in North America. Curr Biol. 2025;35(9):1-16. doi:10.1016/j.cub.2025.03.025

muyinteresante.com

Un nuevo dinosaurio herbívoro hallado en Portugal confirma la rica diversidad de los ecosistemas de finales del Jurásico

Paleontólogos del grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza han colaborado con investigadores españoles, portugueses y belgas en el estudio de los fósiles de un gran dinosaurio herbívoro que habitó Portugal hace unos 148 millones de años

El hallazgo muestra que los dinosaurios herbívoros del Jurásico ibérico eran más diversos de lo que se creía

Este dinosaurio, aún sin nombre, es uno de los mayores herbívoros bípedos conocido en los ecosistemas jurásicos portugueses

El abundante patrimonio paleontológico de la Cuenca Lusitánica se amplía con una nueva especie de dinosaurio iguanodóntido desconocido hasta ahora, que habitó Portugal hace casi 150 millones de años. Este descubrimiento, que ha contado con la participación de paleontólogos del grupo Aragosaurus-IUCA de la Universidad de Zaragoza, constituye un importante avance en el conocimiento sobre la diversidad de la fauna de dinosaurios presente en la parte final del Jurásico.

El análisis recientemente publicado en la prestigiosa revista científica Journal of Systematic Palaeontology, ha sido realizado por la NOVA School of Science and Technology en colaboración con la Universidad de Zaragoza (España). Además, en las investigaciones han estado implicadas importantes instituciones de investigación portuguesas, incluyendo la Sociedade de História Natural de Torres Vedras y el Museu da Lourinhã, que albergan el material estudiado, así como la Universidade de Lisboa. El equipo investigador también contó con la participación de otras instituciones internacionales como la Universidad Nacional de Educación a Distancia (España) y el Royal Belgian Institute of Natural Sciences (Bélgica).

El estudio se basa en el ejemplar SHN.JJS.015, depositado en la Sociedade de História Natural de Torres Vedras, y que se ha identificado como un dinosaurio herbívoro del grupo de los iguanodóntidos. Un examen detallado del material confirmó que no coincide con ninguna especie previamente identificada, lo que ampliaría la diversidad de dinosaurios conocida en Europa.

“Fue una sorpresa”, afirma el Dr. Filippo Maria Rotatori, autor principal del estudio. “Creíamos que la diversidad de este grupo de dinosaurios ya estaba bien documentada en el Jurásico Superior de Portugal y este descubrimiento demuestra que todavía queda mucho que aprender y que aún pueden producirse hallazgos emocionantes en un futuro próximo. Desafortunadamente, debido al poco material recuperado, aún no podemos asignarle un nombre científico formal a esta especie”.

Más allá de su singularidad, este dinosaurio también destaca por sus dimensiones. “Era un peso pesado”, señala el Dr. Fernando Escaso, otro de los autores principales y profesor en la UNED. “Cuando estimamos su tamaño y masa corporal, descubrimos que ese nuevo dinosaurio era significativamente más voluminoso que otras especies de iguanodóntidos como Draconyx o Eousdryosaurus con las que muy probablemente compartió ecosistema”.

“Además del ejemplar principal, se han descubierto más restos fósiles en otros yacimientos de la región, incluyendo fémures aislados de menor tamaño, lo que sugiere que estos dinosaurios eran relativamente comunes en Portugal durante el Jurásico Superior”, explica Bruno Camilo, estudiante de doctorado y director de la Sociedade de História Natural de Torres Vedras. “Es la primera vez que encontramos diferentes grupos de edad de este tipo de dinosaurios en Portugal, lo que abre nuevas posibilidades de investigación”.

El descubrimiento refuerza la importancia de Europa en la historia evolutiva y migratoria de los dinosaurios. “Este animal presenta muchas similitudes con otras especies de iguanodontios encontradas en América del Norte y otras partes de Europa”, afirma el Dr. Filippo Bertozzo, del Royal Belgian Institute of Natural Sciences. “Durante el Jurásico, la península ibérica probablemente desempeñó un papel crucial en los intercambios faunísticos entre continentes. Todavía estamos trabajando para comprender cómo se desarrollaron estos procesos”.

“Esta investigación ha sido posible gracias a la colaboración de varias instituciones europeas y organizaciones locales dedicadas a la preservación del patrimonio geológico y paleontológico de Portugal”, agrega el Dr. Miguel Moreno-Azanza, de la Universidad de Zaragoza.

Este hallazgo confirma el papel de la Cuenca Lusitánica como un territorio clave para la investigación paleontológica que proporciona de forma continuada valiosa información sobre los antiguos ecosistemas de la península ibérica. Las diferentes excavaciones y proyectos que se encuentran en curso hacen que los investigadores esperen más descubrimientos que amplíen el conocimiento sobre nuestro pasado jurásico.

Referencia al artículo: Rotatori, F. M., Escaso, F., Camilo, B., Bertozzo, F., Malafaia, E., Mateus, O., Mocho, P., Ortega, F., & Moreno-Azanza, M. (in press). Evidence of large-sized ankylopollexian dinosaurs (Ornithischia, Iguanodontia) in the Upper Jurassic of Portugal. Journal of Systematic Palaeontology.

Imágenes:

Figura 1: reconstrucción del nuevo dinosaurio iguanodóntido, del Jurásico Superior de Portugal. Ilustración de Victor Carvalho, usada bajo licencia CC BY 4.0.

unizar.es

Descubren el fósil de un dinosaurio herbívoro con garras colosales y una anatomía nunca vista

El Duonychus tsogtbaatari desafía las normas evolutivas de los terizinosaurios y plantea nuevas preguntas sobre la evolución

Recreación de cómo sería la nueva especie de dinosaurio con enormes garras.
 / Masato Hattori
En el desierto de Gobi, los paleontólogos han desenterrado un fósil que redefine nuestra comprensión de los dinosaurios: Duonychus tsogtbaatari es una especie única con dos garras monumentales que alcanzan los 30 centímetros, perfectamente preservadas gracias a su vaina de queratina.

En el desierto de Gobi en Mongolia, los paleontólogos han realizado un descubrimiento que reescribe parte de nuestra comprensión sobre la evolución de los dinosaurios. El hallazgo de los restos fosilizados de una nueva especie, bautizada como Duonychus tsogtbaatari, revela un fascinante capítulo en la historia de la vida prehistórica que habitó nuestro planeta hace aproximadamente 90-95 millones de años, durante el período Cretácico Superior.

Lo que hace extraordinario a este dinosaurio es su anatomía única entre los terizinosaurios, un grupo ya de por sí conocido por sus extrañas características. A diferencia de sus parientes, que típicamente poseían tres dedos en cada mano, Duonychus desarrolló una notable adaptación evolutiva: solo contaba con dos enormes dedos terminados en garras impresionantes. 

El nombre científico refleja precisamente esta particularidad, pues "Duonychus" deriva del griego y significa "dos garras", mientras que "tsogtbaatari" honra al paleontólogo mongol Khishigjav Tsogtbaatar.

Garras monumentales

Las garras de este ejemplar son verdaderamente monumentales, alcanzando aproximadamente 30 centímetros de longitud. Lo más extraordinario es que una de ellas conserva intacta su vaina de queratina, el mismo material que compone nuestras uñas, un fenómeno excepcionalmente raro en el registro fósil que ha permitido a los científicos determinar que la garra era un 40% más larga que su núcleo óseo.

Con una altura aproximada de 3 metros y un peso estimado de 260-270 kilogramos, este terizinosaurio de tamaño medio presenta un aspecto que los investigadores han descrito como una peculiar combinación entre un perezoso, una jirafa y el personaje de ficción Eduardo Manostijeras.

Su apariencia extravagante se complementaba probablemente con un cuerpo cubierto de plumas, característica común en los terópodos maniraptores, grupo al que pertenecen los terizinosaurios.

A pesar de ser pariente lejano de depredadores como el Tyrannosaurus rex, Duonychus tsogtbaatari era herbívoro u omnívoro. Sus garras curvas y flexibles no estaban diseñadas para desgarrar presas, sino principalmente para agarrar y manipular vegetación mediante una técnica que los científicos han denominado "enganchar y tirar". Según explica el Dr. Yoshitsugu Kobayashi, investigador principal del estudio, este dinosaurio empleaba sus garras de manera similar a como los camaleones actuales utilizan sus extremidades para sujetar ramas.

Referencia

Didactyl therizinosaur with a preserved keratinous claw from the Late Cretaceous of Mongolia. Yoshitsugu Kobayash et al. iScience, March 25, 2025. DOI: 10.1016/j.isci.2025.112141

Aspecto inusual

Los fósiles, descubiertos en 2012 durante una expedición a la Formación Bayanshiree en Mongolia, incluyen partes de la columna vertebral, pelvis, costillas, brazos y patas. La excelente preservación de estos restos ha permitido a los paleontólogos reconstruir con notable precisión la anatomía y posibles comportamientos de esta criatura.

La singularidad de Duonychus va más allá de su aspecto inusual; representa el quinto caso conocido de un linaje de dinosaurios terópodos que evolucionó para perder su tercer dedo, evidenciando una diversidad morfológica previamente insospechada. Esta adaptación posiblemente mejoró la funcionalidad de los dos dedos restantes para sujetar vegetación con mayor eficacia.

levante-emv.com

viernes, 11 de abril de 2025

La Universidad de Burgos logra 150.000 euros para impulsar 5 proyectos de divulgación científica

Los proyectos combinan divulgación científica, innovación pedagógica y actividades participativas dirigidas a públicos diversos

Una de las exposiciones desarrolladas en la Estación de la Ciencia y la Tecnología.
 ECB
La Universidad de Burgos (UBU) ha conseguido cerca de 150.000 euros de financiación en la convocatoria 2024 de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), destinada a promover la cultura científica. Los fondos permitirán desarrollar cinco iniciativas impulsadas por la Unidad de Cultura Científica e Innovación de la universidad.

El proyecto más destacado es ‘Gigantes. Grandes dinosaurios de la Sierra de la Demanda de Burgos’, que ha recibido 60.000 euros. Esta iniciativa, en colaboración con el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, contempla una exposición sobre saurópodos y actividades paralelas como talleres, charlas y un concurso de videojuegos. Sus coordinadores, Jordi Rovira y David Serrano, subrayan que los resultados paleontológicos de la Sierra de la Demanda, junto con los yacimientos de Atapuerca, "nos posicionan como una región clave en el estudio de la evolución en general".

Otro de los proyectos financiados es el liderado por Radu Bogdan Toma, centrado en el uso de inteligencia artificial para crear cómics educativos dirigidos a niños de Educación Infantil, con una ayuda de 4.600 euros. La propuesta busca capacitar al profesorado en el uso ético y creativo de esta tecnología para enseñar ciencia.

Además, se han renovado dos proyectos ya existentes: ‘La Estación. Un paso más’ (35.000 euros), que incluye actividades científicas itinerantes y acciones educativas en diferentes espacios de la ciudad, y ‘Científicas a pie de calle’ (14.000 euros), que rendirá homenaje a 20 investigadoras a través de murales urbanos creados por jóvenes artistas.

Por último, la FECYT también financiará con 33.800 euros el Plan de Comunicación y Divulgación de la UBU, que engloba actividades como charlas, eventos científicos y campañas de divulgación para dar visibilidad a la investigación desarrollada en la universidad.

elcorreodeburgos.com

martes, 8 de abril de 2025

Descubrimiento sin precedentes en Europa: hallan 131 huellas de dinosaurios en Escocia que revelan una convivencia ‘imposible’ hace 167 millones de años

Un hallazgo extraordinario en la isla de Skye revela que carnívoros y herbívoros prehistóricos compartieron pacíficamente una laguna hace 167 millones de años, ofreciendo una ventana única al comportamiento de los dinosaurios en el Jurásico Medio.

Encuentran en Escocia uno de los registros más completos del comportamiento de
dinosaurios  jamás hallados. Ilustración artística. Foto: ChatGPT-4o / Christian Pérez
Durante millones de años, las huellas permanecieron ocultas bajo las olas y la arena de la costa norte de Escocia. Solo el viento y la marea las acariciaban, hasta que un día, en una remota orilla de la isla de Skye, la historia pisada de dos mundos se dejó ver. Carnívoros y herbívoros, depredadores y presas, gigantes y cazadores más pequeños. Todos dejaron su rastro en un mismo lugar, como si el tiempo hubiera pulsado el botón de pausa en mitad del Jurásico Medio.

Un paisaje jurásico entre lagunas y volcanes

Hace unos 167 millones de años, el clima del norte de Escocia distaba mucho del frío húmedo que la caracteriza hoy. En lugar de brumas y gélidas corrientes atlánticas, la isla de Skye era una región cálida, salpicada por lagunas de agua dulce, bordeada por bosques tropicales y dominada por una red de ríos que desembocaban en un vasto estuario. En ese entorno, a medio camino entre lo terrestre y lo acuático, vivieron algunos de los dinosaurios más emblemáticos del Jurásico.

Una de esas lagunas, hoy conocida como Prince Charles’s Point, ha revelado recientemente un conjunto de 131 huellas fosilizadas en distintas capas de roca arenisca. Se trata de un descubrimiento excepcional no solo por su volumen, sino por el tipo de comportamiento que revela: animales muy distintos compartiendo un mismo punto de acceso al agua. Sin huir, sin acechar. Solo coexistiendo, aunque brevemente.

Un par de huellas de terópodo aún visibles en lo que fue una laguna
 de agua dulce en la isla escocesa de Skye. Foto: Paige E. dePolo
Las huellas más notables pertenecen a dos tipos de dinosaurios muy diferentes. Por un lado, los Megalosaurus, parientes lejanos del temido Tyrannosaurus rex, caminaban sobre tres dedos terminados en garras curvas. Estos depredadores bípedos, del tamaño de un todoterreno, podían desplazarse con agilidad y se presume que eran cazadores activos. Por otro lado, las huellas redondeadas, algunas del tamaño de neumáticos, corresponden a saurópodos, herbívoros colosales de cuello largo que se movían lentamente y se alimentaban de las copas de los árboles.

Lo sorprendente del hallazgo es que, aunque ambos tipos de dinosaurios dejaron sus huellas en el mismo espacio geográfico, no hay signos claros de persecución o confrontación. Los rastros no muestran signos de huidas abruptas, ni direcciones caóticas. Más bien parecen reflejar un uso común y pacífico —aunque seguramente breve— de una misma fuente de agua.

En algunos casos, incluso se ha documentado cómo un terópodo caminó exactamente sobre la huella dejada previamente por un saurópodo. Este tipo de superposición revela algo más que presencia: habla de una convivencia, aunque fuese fragmentaria, en el tiempo y el espacio. Los científicos lo comparan con los abrevaderos africanos actuales, donde herbívoros y carnívoros coinciden sin enfrentamientos, cada uno atento a su turno y su supervivencia.

Un oasis fósil del Jurásico Medio

El descubrimiento cobra aún más valor si se tiene en cuenta que las rocas del Jurásico Medio son extremadamente escasas en el registro fósil mundial. Mientras que el Cretácico y el Jurásico Superior han dejado abundantes esqueletos y yacimientos, el periodo intermedio —hace entre 174 y 164 millones de años— permanece como una de las etapas más misteriosas de la historia de los dinosaurios. Por eso, encontrar evidencias tan ricas y detalladas de su comportamiento, como estas huellas, es tan valioso como hallar huesos completos.

Ilustración artística que recrea a los terópodos carnívoros y a los saurópodos
herbívoros que dejaron sus huellas en el mismo yacimiento escocés.
 Fuente: Tone Blakesley/Scott Reid
Además, el estudio de las huellas permite ir más allá del simple reconocimiento de especies. Los investigadores han podido estimar las velocidades de desplazamiento, la altura de la cadera de los animales y el tipo de pisada en función de la profundidad y orientación de las marcas. Algunos Megalosaurus se desplazaban a unos cinco kilómetros por hora, mientras que los saurópodos apenas superaban los dos. Esto refuerza la idea de que ambos tipos de dinosaurios no coincidían en carrera, sino en tránsito tranquilo.

Las huellas también muestran un detalle revelador: todas ellas evitan una zona del terreno, una dirección concreta. Ningún dinosaurio avanzó hacia el sureste. ¿Qué había en esa dirección? ¿Un terreno peligroso? ¿Un área inundada? ¿Un espacio dominado por otro grupo de animales? La geografía fósil aún guarda secretos que el tiempo no ha desvelado.

Para captar cada detalle del yacimiento, el equipo científico empleó drones equipados con cámaras de alta resolución. Miles de imágenes fueron tomadas desde distintas alturas y ángulos para generar modelos tridimensionales precisos del terreno. Estas reconstrucciones permiten observar las huellas con un nivel de detalle imposible de conseguir a simple vista y facilitan el análisis comparativo con otros yacimientos.

Pero la tecnología no lo es todo. El trabajo de campo en la costa escocesa requiere paciencia, intuición y cierta sensibilidad arqueológica. Muchas de las huellas estaban cubiertas de algas, erosionadas por el oleaje o confundidas con formaciones geológicas comunes. De hecho, algunas de las marcas atribuidas durante décadas a simples madrigueras de peces resultaron ser huellas de saurópodos, lo que sugiere que otros en diferentes partes del mundo podrían ser en realidad pisadas de dinosaurios esperando su momento de revelación.

Historia sobre historia: los dinosaurios y Bonnie Prince Charlie

Prince Charles’s Point no solo es un yacimiento paleontológico, sino también un lugar cargado de historia humana. En 1746, tras su derrota en la batalla de Culloden, el joven pretendiente al trono británico, Carlos Eduardo Estuardo, más conocido como Bonnie Prince Charlie, se refugió en esta misma costa mientras huía de las tropas inglesas.

Los investigadores documentaron 131 huellas de dinosaurios en la isla de Skye,
Escocia. En la imagen B se observan pisadas superpuestas, mientras que la
imagen C muestra una marca deteriorada por la erosión actual.
Fuente: Blakesley, Tone et al., PLOS One (2025)
La coincidencia es poética: el príncipe rebelde, caminando sin saberlo sobre las huellas de unos titanes prehistóricos. Él no conocía el término "dinosaurio", pues no se acuñaría hasta casi un siglo más tarde. Pero quizás se detuvo un instante a mirar esas marcas en la piedra, y se preguntó qué criatura habría dejado semejantes rastros. Lo que entonces fue misterio, hoy se revela como una de las ventanas más emocionantes al mundo perdido del Jurásico europeo.

Este descubrimiento no solo enriquece la historia natural de Escocia, sino que convierte a la isla de Skye en uno de los enclaves más importantes para entender el comportamiento de los dinosaurios en el Jurásico Medio. Las huellas registradas no son solo marcas en la piedra: son páginas de un libro que nos cuentan cómo vivían, se movían y compartían espacio aquellos seres gigantescos que un día dominaron la Tierra.

Y aún hay más por encontrar. Los investigadores siguen regresando a Skye, porque bajo la arena y las rocas, el pasado aún late. En cada huella, una historia. En cada pisada, una señal de vida. Y en cada descubrimiento, un recordatorio de que el tiempo no borra, solo esconde.

Referencias

Blakesley T, dePolo PE, Wade TJ, Ross DA, Brusatte SL (2025) A new Middle Jurassic lagoon margin assemblage of theropod and sauropod dinosaur trackways from the Isle of Skye, Scotland. PLoS ONE 20(4): e0319862. doi:10.1371/journal.pone.0319862

muyinteresante.com

miércoles, 2 de abril de 2025

Jornada de puertas abiertas en el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes

Tu Voz en Pinares nos acompañó durante las Jornadas de puertas a las nuevas instalaciones del Museo de Dinosaurios, elaborando este reportaje de 30 minutos.


Importante con nuevos servicios en el Museo de Salas de los Infantes que necesita el trabajo de la restauradora para que el centro pueda funcionar bien conforme a lo que se espera de las instalaciones.

tuvozenpinares.com

El Museo de Dinosaurios estrena laboratorio y almacén sin asegurar el puesto de restaurador

La oposición podría tumbar la contratación estable del puesto de conservador del Museo en el nuevo presupuesto de Salas. Afecta a la investigación porque «no podemos planificar el trabajo pendiente»

Jornada de Puertas Abiertas en el nuevo laboratorio de restauración del Museo
de Dinosaurios de Salas de los Infantes. / MD.
Satisfacción agridulce en el equipo de científicos y voluntarios que trabajan en la investigación, difusión y conservación de los fósiles de Dinosaurios de Salas de los Infantes. Tras un «éxito total» de las jornadas de puertas abiertas de la ampliación del Museo de Dinosaurios llega la incertidumbre sobre quién va a utilizar esas nuevas instalaciones.

El segundo intento por parte del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Salas por consolidar la plaza de restaurador-conservador de la instalación museística podría volver a rechazarse. Un informe técnico determina que ese puesto incumple la tasa de reposición. La oposición, formada por PSOE, PP y Ciudadanos, considera que hay otras prioridades como renovar la red de alcantarillado, la mejora de aceras o la contratación de personal de limpieza del sistema viario de la localidad.

El puesto de restaurador del Museo de Salas, que se encarga de preparar, poco a poco, las piezas para la investigación y la conservación posterior y que revisa de forma permanente todo el material expuesto y el que se guarda, ahora sí, en los almacenes de la instalación, se cubre encadenando contratos temporales. Llevan así desde 2002 sin que la Junta de Castilla y León, competente en la gestión de personal del sistema de museos de la región asuma la gestión, o colabore en la financiación, del espacio y de su personal, y sin que el Ayuntamiento haya apostado por consolidar la plaza. El resultado es que la profesional que se encarga de esta labor, un perfil muy específico y especializado, encadena contratos temporales en función de proyectos y fondos de la Fundación Dinosaurios de Castilla y León y subvenciones que consigue el Ayuntamiento de Salas.

«El trabajo de restaurador no se puede planificar adecuadamente, no es una labor que se pueda desarrollar en dos días, los fósiles hay que prepararlos para el estudio y la conservación y conlleva tiempo pero con esta situación de contratos temporales no se alcanzan los objetivos del trabajo que queda pendiente al final de cada contrato», señala el director del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, Fidel Torcida.

El responsable de las excavaciones de dinosaurios y de la labor científica y museística de la localidad salense considera que los partidos políticos con representación en el Consistorio «deberían compartir el planteamiento de que el Museo de Dinosaurios es un proyecto de ciudad que puede tomar una dirección u otra, que el debate es sano y beneficioso, pero hay unas líneas básicas en las que debería primar el consenso porque el Museo hace a Salas más visible, atrae turismo, negocio y es una obligación por ley velar por la conservación del patrimonio que se custodia en la instalación», sostiene.

Puertas abiertas

Esta temporalidad ha acelerado, por ejemplo, el traslado de las piezas de Torrelara al nuevo almacén con el que dispone el Museo de Dinosaurios y que su jornada de puertas abiertas ha sido todo un revulsivo. Contrasta que se haya realizado una inversión de mas de 230.000 euros en un proyecto de equipamiento desarrollado en varias legislaturas y con dos partidos políticos diferentes al frente del consistorio salense.

Se trata de la ‘sala de máquinas’ del Museo donde ya se han dispuesto fósiles, muchos sin poder restaurar por falta de espacio y tiempo suficiente para una intervención a largo plazo, y que cuenta con un laboratorio más amplio. En total casi 150 metros cuadrados repartidos entre los 100 metros de la zona de almacenaje y los 44 del laboratorio de restauración que estrena equipamiento para realizar el trabajo con todas la garantías y con varias piezas a la vez, algo que en el anterior no se podía desarrollar.

«Esta es una instalación que necesitábamos, empezamos a solicitarla como urgente en 2004 cuando vimos que los yacimientos que excavábamos eran muy ricos en fósiles, ahora nos permite agrupar todas las piezas en un mismo espacio conectado con el laboratorio de restauración que, además, está unido al museo», señala Torcida. Hasta ahora las piezas se repartían en diferentes almacenes municipales, planteados para otras necesidades, y en el museo ya no había hueco donde colocar la gran cantidad de fósiles recuperados en las sucesivas campañas de excavación.

En la actividad de Puertas Abiertas, Fidel Torcida y la restauradora Caterine Arias, se encargaban de mostrar el trabajo concienzudo y delicado que supone recuperar las piezas que llegan en momias desde la excavación. Además permitió mostrar piezas que, por su dimensión, no se pueden ver en el museo: las vértebras de la cola y una escápula de 1,65 metros de Europatian, un fémur de 1,5 metros de Torrelara... «Son piezas espectaculares por el tamaño pero también porque tienen una conservación excelente y han llamado mucho la atención del público, que también valoraba muy positivamente el trabajo que se hace de puertas adentro del museo, que es desconocido», señala el director. El interés era patente puesto que las plazas disponibles para participar en la jornada de puertas abiertas del pasado fin de semana se agotaron de manera inmediata.

elcorreodeburgos.com

martes, 1 de abril de 2025

Noticias de la semana en la Comarca de Pinares | 1 de abril de 2025

Tu Voz en Pinares también se hizo eco de las Jornadas de puertas abiertas de las nuevas instalaciones del Museo de Dinosaurios, en la noticia, la alcaldesa de Salas de los Infantes hace un llamamiento a los diferentes grupos municipales para que apoyen la contratación, por parte del Ayuntamiento, de la figura del Restaurador; y el director del Museo, Fidel Torcida, indica la falta de sensibilidad de la Junta de Castilla y León por el patrimonio que alberga el Museo y reivindica un proyecto de mayores dimensiones que la propia Junta de Castilla y León debería asumir.


Desde el minuto 1:45 al 4:40.

tuvozenpinares.com

NOTICIAS 8 PRIMERA EDICIÓN | 31-03-2025

La 8 Burgos de Castilla y León Televisión se hizo eco de las Jornadas de puertas abiertas de las nuevas instalaciones del Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes (Burgos).

Del minuto 9:52 al 11:01.


cyltv.es

JORNADAS DE PUERTAS ABIERTAS A LAS NUEVAS INSTALACIONES DEL MUSEO DE DINOSAURIOS

El pasado fin de semana, desde el Museo de Dinosaurios de Salas de los Infantes, se organizaron unas JORNADAS DE PUERTAS ABIERTAS A LAS NUEVAS INSTALACIONES DEL MUSEO (ALMACENES Y LABORATORIO DE RESTAURACIÓN).

Unas 250 personas pudieron seguir las explicaciones de Caterine Arias (Conservadora-restauradora) y Fidel Torcida (Director) y comprobar el trabajo que atiende todos los procesos, entre otros, la forma de trabajar de los especialistas, las actuaciones en los propios yacimientos hasta la llegada de los fósiles al Museo, almacenamiento y clasificación en el almacén, y los diferentes tratamientos de restauración y conservación para que los fósiles estén listos (se expusieron piezas de gran valor que habitualmente no pueden verse) para su estudio y posterior divulgación.

El público ha manifestado reiteradamente su agradecimiento por la oportunidad que supone visitar y conocer dependencias que normalmente no se muestran en los museos, y de las que suele existir solo un somero conocimiento por parte de la sociedad.

Por nuestra parte, agradecer también todo ese interés mostrado, en el que se ha valorado todo el trabajo realizado y lo mucho que queda por hacer, en este sentido, las nuevas instalaciones van a impulsar y favorecer mucho las labores tanto de conservación y restauración como de investigación.

*Animar desde aquí, a todos aquellos que han participado de las Jornadas de puertas abiertas a que manifiesten sus impresiones, para conocerlas de primera mano. Siempre nos pueden ayudar a mejorar.*

Galería de fotos (cliquee aquí).


fundaciondinosaurioscyl.com

domingo, 30 de marzo de 2025

Científicos descubren un ser gigante y antiguo que podría pertenecer a un reino de vida nunca antes visto

Durante más de un siglo, los científicos han debatido dónde encaja el Prototaxites en el árbol de la vida, pero un nuevo estudio sugiere que podría representar una rama completamente nueva.

© Una pintura de cómo podría haber sido el Prototaxites. © Pintura de Mary
Parrish, Museo Nacional de Historia Natural.
Hace cientos de millones de años, formas de vida misteriosas llamadas Prototaxites se alzaban hacia el cielo. Se cree que fueron los primeros organismos gigantes en prosperar en tierra firme. Algunas especies de Prototaxites crecían hasta 8 metros de altura y se asemejaban a troncos de árboles compuestos por diminutos tubos interconectados. Su posición en el gran árbol de la vida ha sido motivo de debate durante más de 150 años. Nuevas investigaciones sugieren que esto se debe a que los Prototaxites no pertenecen al árbol de la vida tal como lo conocemos, sino que formarían parte de una rama previamente desconocida.

Investigadores del Reino Unido analizaron restos fósiles de una especie llamada Prototaxites taiti y concluyeron que probablemente pertenecía a un linaje extinto de eucariotas terrestres multicelulares (organismos, incluidos todos los animales y plantas, cuyas células contienen un núcleo). Su trabajo está detallado en un estudio publicado en el servidor de preimpresiones bioRxiv, aunque aún no ha sido revisado por pares.

“Realizamos un reexamen exhaustivo de P. taiti, lo que nos llevó a rechazar la hipótesis más aceptada de que Prototaxites era un hongo”, escribieron los investigadores, entre ellos Corentin Loron de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad de Edimburgo. Un artículo de 2007 había propuesto anteriormente que Prototaxites eran hongos antiguos.

Loron y su equipo llegaron a esta conclusión al “contrastar la anatomía y composición molecular de Prototaxites con hongos contemporáneos del Rhynie chert, un depósito sedimentario de 407 millones de años en Escocia”.

¿Un reino olvidado en el Árbol de la Vida?

La comparación reveló que Prototaxites taiti era el organismo más grande del ecosistema de Rhynie y que su anatomía era fundamentalmente distinta a la de todos los hongos conocidos, vivos o extintos. Los investigadores tampoco encontraron evidencia de quitina ni quitosano en las paredes celulares, moléculas presentes en todos los grupos de hongos conocidos.

Más ampliamente, los investigadores documentaron tres características definitorias de Prototaxites: grandes estructuras compuestas por componentes similares a tubos, compuestos parecidos a la lignina (las moléculas que dan rigidez a las plantas) y un estilo de vida heterótrofo (se alimentaban de otros organismos).

“Basándonos en esta investigación, no podemos asignar a Prototaxites a ningún linaje existente, lo que refuerza su singularidad”, explicaron. “Concluimos que la morfología y la huella molecular de P. taiti son claramente distintas de las de los hongos y otros organismos preservados junto a él en el Rhynie chert, y sugerimos que debe considerarse como miembro de un grupo de eucariotas totalmente extinto y previamente no descrito”.

Todos los organismos vivos en la Tierra pertenecen a uno de tres dominios: Bacterias, Arqueas o Eucariotas. Las bacterias y arqueas son microorganismos unicelulares sin núcleo, mientras que todos los organismos multicelulares se clasifican como eucariotas. Estos últimos se subdividen en cuatro reinos: animales, plantas, hongos y protistas (una categoría “comodín” para los que no encajan en los otros tres).

La conclusión de los investigadores parece sugerir la existencia de un nuevo reino de vida, aunque no mencionan explícitamente esa clasificación.

En otras palabras, los reinos olvidados podrían no ser solo cosa de novelas de fantasía.

Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.

es.gizmodo.com

sábado, 29 de marzo de 2025

Hallan un fósil único con músculos e intestinos intactos tras 444 millones de años bajo tierra: una criatura fosilizada “del revés” que desafía lo que sabíamos sobre los artrópodos

Un fósil hallado en Sudáfrica revela una criatura sin cabeza ni patas, pero con músculos e intestinos intactos, conservados durante 444 millones de años. El hallazgo reabre preguntas clave sobre la evolución de los artrópodos y los procesos de fosilización.

Fuente: Papers in Palaeontology
Puede que a simple vista no parezca gran cosa: un bulto alargado, algo rugoso, incrustado en una roca extraída de una cantera remota del sur de África. Pero ese fragmento de piedra guarda algo extraordinario: un organismo de hace 444 millones de años con sus tejidos blandos –músculos, intestinos, tendones y hasta parte de su esqueleto interno– perfectamente conservados. Lo que no tiene son patas, cabeza ni caparazón. De hecho, es un fósil “del revés”.

https://cdn.jwplayer.com/previews/z9lH94F6 (vídeo)

La criatura, oficialmente bautizada como Keurbos susanae y apodada “Sue”, fue descubierta por la paleontóloga Sarah Gabbott hace más de dos décadas. Tras años de análisis y búsqueda de más ejemplares –sin éxito–, Gabbott decidió finalmente publicar el hallazgo en 2025, dedicándolo a su madre. El resultado: un fósil que no solo es extraordinario por su estado de conservación, sino que desafía todo lo que creíamos saber sobre la evolución temprana de los artrópodos, el grupo al que pertenecen insectos, crustáceos y arácnidos.

Un fósil "del revés" que deja al descubierto lo que nunca vemos

Fotografía y esquema del ejemplar holotipo de Keurbos susanae: a la
izquierda, el fósil completo; a la derecha, el dibujo con sus principales
estructuras internas destacadas. Fuente: Papers in Palaeontology
Lo más inusual de Sue no es solo su antigüedad, sino el tipo de conservación. Lo habitual en los fósiles de artrópodos es encontrar partes externas: caparazones, exoesqueletos, mandíbulas o patas. En cambio, Sue ha conservado sus partes internas con un nivel de detalle asombroso. Según dicen los autores, Sue es una maravilla sin patas, sin cabeza, del revés. Sus entrañas son una cápsula del tiempo mineralizada: músculos, tendones y hasta intestinos, todo conservado con un detalle inimaginable.

El fósil fue hallado en la formación Soom Shale, un depósito de lutitas marinas del periodo Ordovícico ubicado a unos 400 kilómetros al norte de Ciudad del Cabo. Esta formación es conocida por su capacidad excepcional de conservar tejidos blandos, gracias a unas condiciones extremas: aguas pobres en oxígeno y cargadas de sulfuro de hidrógeno, un compuesto tóxico que impide la actividad de bacterias descomponedoras.

¿Cómo se fosiliza un cuerpo sin que se descomponga?

La clave del hallazgo radica en la peculiar química del lugar donde Sue fue enterrada. Durante el Ordovícico, una gran glaciación provocó una extinción masiva que acabó con el 85 % de las especies marinas. Sin embargo, en ciertas cuencas marinas, como la del Soom Shale, las condiciones tóxicas y sin oxígeno crearon un entorno casi estéril en el fondo marino, lo que permitió que algunos cadáveres se conservaran sin descomponerse.

Ejemplar paratipo de Keurbos susanae: a la izquierda, el fósil conservado; a la
derecha, el esquema con las principales estructuras resaltadas. En colores: límites
de los tergitos (azul), esternitos (rosado) y placas ovoides (naranja).
Fuente: Papers in Palaeontology
Los autores del estudio explican que es probable que “una extraña alquimia química” estuviera implicada en la fosilización de Sue, permitiendo que el fósil conserve músculos y otros tejidos internos, pero no el exoesqueleto. Es decir, lo habitual –que se preserve lo duro y se pierda lo blando– aquí está completamente invertido. Esta conservación invertida convierte a Sue en una excepción científica que desafía los modelos tradicionales de fosilización.

Los investigadores creen que la mineralización de los tejidos pudo deberse a la acción combinada de arcillas y fosfatos de calcio, compuestos que se depositaron sobre los tejidos blandos antes de que se descompusieran. Este tipo de fosilización es extremadamente raro, y por eso Sue es tan valiosa.

Una criatura difícil de clasificar

Aunque los autores del estudio coinciden en que Sue es un euartrópodo marino primitivo, su ubicación precisa en el árbol evolutivo sigue siendo un misterio. La falta de partes externas clave, como el caparazón, la cabeza o las extremidades, impide compararla de forma fiable con otros fósiles conocidos. “Estamos seguros de que era un artrópodo marino primitivo, pero sus relaciones evolutivas exactas siguen siendo frustrantemente esquivas”, puede leerse en el paper.

Uno de los pocos indicios morfológicos es que el tronco de Sue está claramente segmentado, lo que sugiere que tenía algún tipo de extremidades. Sin embargo, como esas partes no se han conservado, no es posible confirmar si eran patas, aletas o algún otro tipo de apéndice locomotor. Esta limitación plantea preguntas importantes sobre cómo evolucionaron las estructuras corporales en los primeros artrópodos.

Tafonomía de Keurbos susanae: imágenes del paratipo (A–H) y del holotipo (I–L).
Se muestran análisis químicos (μXRF y EDX) que revelan la distribución de
elementos como carbono, calcio y fósforo, claves para entender su preservación
excepcional. Fuente: Papers in Palaeontology
Además, el hecho de que los fósiles como Sue sean tan escasos –solo se han encontrado dos ejemplares– hace que las comparaciones sean casi imposibles. El yacimiento original ya no está accesible, y tras más de 25 años de búsqueda infructuosa, los científicos creen que es poco probable hallar otro espécimen similar.

25 años de espera y una historia personal

Sarah Gabbott encontró el fósil en una cantera junto a una carretera en las Montañas Cederberg, cuando apenas comenzaba su carrera científica. Durante más de dos décadas lo estudió con esperanza de encontrar otro ejemplar que completara el puzzle. Nunca llegó. Finalmente, y con el paso del tiempo, decidió publicar su estudio. La presión final llegó desde casa: “Recientemente, mi madre me dijo: ‘Sarah, si vas a nombrar ese fósil en mi honor, hazlo antes de que yo misma esté en el suelo, fosilizada’”, expresa Gobott

Así nació el nombre Keurbos susanae, en honor a su madre Susan. Gabbott lo relata con sentido del humor, diciendo que eligió el nombre porque su madre es una “especie bien conservada”, pero en realidad fue por el apoyo que siempre le dio para dedicarse a lo que amaba: “Mi madre siempre dijo que debía seguir una carrera que me hiciera feliz. Para mí, eso significa cavar rocas, encontrar fósiles y tratar de entender cómo vivieron esas criaturas y qué nos cuentan sobre la evolución en la Tierra”.

El artículo publicado en la revista Palaeontology no solo aporta un fósil extraordinario, sino también una historia humana de perseverancia, pasión y legado familiar. Es ciencia, pero también es memoria y emoción.

Un hallazgo que reabre preguntas sobre la evolución

Más allá del caso singular de Sue, el descubrimiento abre nuevos interrogantes sobre la evolución de los artrópodos y los procesos de fosilización. ¿Cuántas otras especies primitivas hemos pasado por alto porque no dejaron partes duras? ¿Qué otras criaturas vivieron en esos ambientes extremos, lejos de los focos de las grandes extinciones?

Los científicos creen que, aunque Sue sea un caso excepcional, puede haber más fósiles similares en otros depósitos de lutitas negras alrededor del mundo. Si se encuentran, podrían completar las piezas que faltan del origen de los artrópodos, uno de los grupos animales más diversos y exitosos del planeta.

Este hallazgo también plantea una cuestión metodológica: la necesidad de prestar más atención a los fósiles con tejidos blandos preservados, que a menudo se descartan por no encajar en los criterios tradicionales de clasificación. La historia de Sue es una llamada de atención sobre lo que podemos aprender cuando la naturaleza nos ofrece una mirada diferente, literalmente desde dentro.

Referencias

Gabbott, S.E., Purnell, M.A., Gabbott, C.E., Rayner, R.J., & Brasier, M.D. (2025). A new euarthropod from the Soom Shale (Ordovician) Konservat-Lagerstätte, South Africa, with exceptional preservation of the connective endoskeleton and myoanatomy. Papers in Palaeontology. https://doi.org/10.1002/spp2.70004.

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