Conocido como "fósil viviente" , es tan esquivo y escaso que hace años se pensaba extinto. Hasta que en 1983 se capturó un ejemplar vivo en la costa oriental de Sudáfrica y cincuenta años más tarde se volvió a localizar en Indonesia.
Ahora los científicos confirman lo que llevan años sospechando: los genes de los celacantos evolucionan de una forma más lenta que cualquier otro pez o vertebrado terrestre.
Su aspecto recuerda a un pez prehistórico, detenido en la evolución, que parece estar a punto de sufrir una metamorfosis y cambiar sus aletas por patas y dedos. Por eso resulta tan especial su estudio, como un eslabón más en la evolución.
Del estudio de su genoma se desprende que lo completan casi 3 millones de letras de ADN, un genoma más simple que el de otro animal clave en el paso del agua a la tierra: los peces pulmonados. Estos peces tienen pulmones funcionales y aletas con un apéndice carnoso a modo de mano del cual salen los radios de la aleta.
El estudio se acaba de publicar en Nature
ABC BBC
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