viernes, 3 de noviembre de 2023

Un mundo oscuro y polvoriento fue el último escenario terrestre que apreciaron los dinosaurios

El polvo producido luego del impacto de Chicxulub fue uno de los principales impulsores del invierno global que acabó con los dinosaurios 

Reconstrucción artística que representa a Dakota del Norte en los primeros meses después del impacto
de Chicxulub hace 66 millones de años, mostrando un mundo oscuro, polvoriento y frío en el que los
últimos dinosaurios no aviares, ilustrados con un Dakotaraptor steini, estaban al borde de la extinción.
CRÉDITO: MARK A. GARLICK.
El polvo fino de la roca pulverizada generado por el impacto de Chicxulub, cuando hace 66 millones de años un enorme asteroide colisionó contra la Tierra en la península de Yucatán, México, probablemente jugó un papel dominante en el enfriamiento del clima global y la interrupción de la fotosíntesis después del evento. Esto derivó en la extinción de todos los dinosaurios no aviares y del 75% de las especies que habitaban entonces nuestro planeta.

Un grupo internacional de investigadores liderado por el Real Observatorio de Bélgica concluye en un nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Nature Geoscience, que el polvo producido por el impacto del asteroide que acabó con los dinosaurios jugó un papel preponderante en los profundos cambios climáticos y ambientales que derivaron en la extinción de gran parte de la vida existente en la Tierra, en el límite Cretácico-Paleogeno hace unos 66 millones de años.

El papel del polvo en el invierno global

Según una nota de prensa, durante mucho tiempo se pensó que el impacto de Chicxulub desencadenó un invierno global de enormes proporciones, que provocó la desaparición de los dinosaurios no aviares y de alrededor del 75% de las especies de la Tierra en ese momento. Sin embargo, aún no estaba claro qué efecto tuvieron los distintos tipos de escombros expulsados del cráter de impacto sobre el clima.

En investigaciones previas se ha sugerido que el azufre liberado durante el impacto y el hollín de los incendios forestales posteriores a la colisión constituyeron los principales impulsores de un invierno de influencia global, y no la expulsión de polvo de silicato a la atmósfera. Pero esta hipótesis se basaba en un conocimiento limitado de las propiedades del tamaño real de las partículas de polvo que inundaron el planeta luego del evento.

Ahora, los científicos a cargo de la nueva investigación concluyeron que la distribución y el tamaño de los desechos de silicato revelan que el polvo fino desempeñó un papel más importante del que se había apreciado anteriormente. Las simulaciones de modelos paleoclimáticos muestran el rápido transporte de polvo a través del planeta, lo que indica que el mundo Paleógeno fue rodeado por el material eyectado de polvo de silicato pocos días después del impacto de Chicxulub.

Un cambio profundo

“Las nuevas simulaciones paleoclimáticas muestran que una columna de polvo de silicato micrométrico podría haber permanecido en la atmósfera hasta 15 años después del evento, contribuyendo al enfriamiento global de la superficie de la Tierra, concretamente con temperaturas de hasta 15 °C menos después del impacto”, indicó en el comunicado el científico Cem Berk Senel, autor principal del nuevo estudio.

De acuerdo a estos datos, los investigadores concluyeron que el polvo de silicato, junto con el hollín y el azufre, desempeñaron un papel crucial en el bloqueo de la fotosíntesis y en el mantenimiento de un invierno de impacto lo suficientemente largo como para causar el colapso catastrófico de la productividad primaria, desencadenando una reacción en cadena de extinciones de las cuales el fin de los dinosaurios fue el ejemplo paradigmático.

Referencia:

Chicxulub impact winter sustained by fine silicate dust. Cem Berk Senel et al. Nature Geoscience (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41561-023-01290-4

levante-emv.com

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