El
Tiranosaurio Rex tenía un primo enano adaptado a vivir en el Ártico. Su cráneo
medía poco más de 60 centímetros de largo frente al metro y medio del carnívoro
más famoso entre los dinosaurios y sería un animal adaptado a vivir en las
condiciones difíciles del extremo Norte. A esta conclusión llegan los
paleontólogos que han analizado unos fósiles del cráneo de un dinosaurio de
hace 70 millones de años hallados en el Norte de Alaska y que, dadas sus
características, incluyen en la familia de los tiranosaurios, aunque se trate,
afirman, de una especie nueva que han bautizado Nanuqsaurus hoglundi.
“El
tiranosaurio pigmeo por sí mismo es realmente genial porque nos dice algo
acerca de cómo era el medio ambiente en el Ártico en el pasado remoto, pero lo
que hace más interesante este descubrimiento es el hecho de que el Nanuqsaurus
hoglundi también nos dice algo acerca de la riqueza biológica del antiguo
mundo polar durante un tiempo en que la Tierra era muy templada en comparación
con ahora”, destaca Anthony R.Fiorillo, paleontólogo del Museo Perot de Naturaleza y
Ciencia de Dallas (Texas, EE UU) y autor del descubrimiento junto a
Ronald S. Tykoski.
No cabe
sospechar que pudiera ser una cría, ya que por las características dentales, el
nuevo ejemplar era todo un animal adulto, explican los investigadores en su artículo publicado en la revistaPlosOne.
“El estudio
de los tiranosaurios, el linaje de dinosaurios terópodos carnívoros que incluye
a los T. Rex y a sus parientes próximos, ha cautivado la atención del público y
de la comunidad científica desde que se describieron por primera vez hace más
de un siglo”, señalan los investigadores. Fueron predadores terrestres
dominantes durante el final del Cretácico, período geológico desde hace 145
millones de años hasta hace 65 millones de años, cuando se extinguieron los
dinosaurios (excepto los antepasados de las aves) y su conocimiento actual se
basa casi enteramente en fósiles procedentes de latitudes medias y bajas de
Norteamérica y Asia Central.
Aunque el
Ártico tuviera un clima más benigno que ahora hace 70 millones de años, la
región estaba sometida a profundos cambios estacionales del régimen de luz, con
inviernos oscuros y veranos de largos días. Muchos vertebrados, recuerdan
Fiorillo y Tykoski, se adaptan a vivir en regiones con fuerte variabilidad
estacional que supone una época de disponibilidad de alimentos y otra de
escasez o incluso ausencia; el truco está en almacenar reservas en la
primera para sobrevivir en la segunda. Se sabe que los vertebrados modernos
afrontan esas condiciones a través de cambios adaptativos fisiológicos o de
comportamiento respecto a sus parientes de zonas menos extremas. Tal vez los
dinosaurios funcionaran igual, señalan los investigadores de Texas, y el
pequeño tamaño del N. hoglundi en comparación con sus gigantescos
primos, la masa corporal reducida, sería una adaptaciones a la menor
disponibilidad de alimentos y a las variaciones de temperatura.
Los fósiles
del nuevo tiranosaurio fueron recogidos en el norte de Alaska en 2006 y estaban
incrustados en bloques de roca; se llevaron al Museo de Dallas y donde los
especialistas los sacaron y limpiaron. Actualmente se exponen en dicha
institución. Son tres piezas de un cráneo incompleto: un fragmento del maxilar,
otro de la parte superior del cráneo y el tercero de la cara.
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