viernes, 17 de enero de 2025

Un fósil destruido en la II Guerra Mundial es de un nuevo dinosaurio

JOSHUA KNÜPPE
Paleontólogos alemanes han identificado una nueva especie de dinosaurio depredador del Cretácico en el norte de África, de unos 95 millones de años de antigüedad.

Lo que hace que este descubrimiento sea tan especial es que el fósil original de Egipto fue destruido por completo hace 80 años, durante la Segunda Guerra Mundial.

Los investigadores analizaron fotografías de archivo hasta ahora desconocidas del esqueleto de dinosaurio del período anterior a 1944. Los hallazgos se publican en la revista PLOS ONE.

La agitada historia del fósil se remonta a tiempos muy remotos: el esqueleto original del gran dinosaurio depredador fue descrito por el paleontólogo de Múnich Ernst Stromer von Reichenbach (1871-1952). Fue excavado en 1914 durante una expedición al oasis de Bahariya en Egipto y fue enviado a Stromer en Múnich poco después.

Allí se almacenó junto con otros fósiles de dinosaurios egipcios en la Colección Estatal de Paleontología y Geología de Baviera, que en ese momento se encontraba en la Antigua Academia en el centro de Múnich. Stromer asignó el fósil al género Carcharodontosaurus, un lagarto con dientes de tiburón. Con unos 10 metros de largo, era uno de los carnívoros terrestres más grandes conocidos en la historia de la Tierra, comparable en tamaño al Tyrannosaurus rex de América del Norte, un poco más joven.

El 21 de julio de 1944, el edificio de la Antigua Academia fue alcanzado por un ataque aéreo aliado en Múnich y se quemó por completo. Una gran parte de la colección de la época, incluidos todos los fósiles de dinosaurios egipcios, fue víctima del bombardeo. Después de eso, el gigante depredador egipcio permaneció en silencio durante mucho tiempo y los hallazgos cayeron en el olvido. Los únicos restos de los dinosaurios del Cretácico de Egipto son las notas de Stromer, las ilustraciones de los huesos y algunas fotos de los esqueletos originales.

Durante la nueva investigación, el paleontólogo Maximilian Kellermann, un estudiante de maestría en la LMU München, encontró nuevas fotos, hasta ahora desconocidas, del dinosaurio depredador. Las imágenes muestran el esqueleto original de Egipto (partes del cráneo, la columna vertebral y las extremidades traseras) antes de su destrucción en la exposición de la Alte Akademie. Kellermann evaluó las nuevas imágenes junto con el especialista en dinosaurios Prof. Oliver Rauhut de la Colección Estatal de Paleontología y Geología de Baviera (SNSB-BSPG) y la Dra. Elena Cuesta de LMU.

"Lo que vimos en las imágenes históricas nos sorprendió a todos. El fósil de dinosaurio egipcio que se muestra allí difiere significativamente de los hallazgos más recientes de Carcharodontosaurus en Marruecos. Por lo tanto, la clasificación original de Stromer era incorrecta. Identificamos aquí una especie de dinosaurio depredador completamente diferente, hasta ahora desconocida, y la llamamos Tameryraptor markgrafi", dice en un comunicado Maximilian Kellermann, primer autor del estudio.

Tameryraptor medía unos 10 metros de largo, tenía dientes simétricos y un cuerno nasal prominente. El nombre hace referencia al antiguo nombre de Egipto, "Tamery", la tierra prometida, y honra al coleccionista de fósiles de Stromer, Richard Markgraf, quien excavó los restos del dinosaurio. Los investigadores descubrieron que el dinosaurio estaba estrechamente relacionado con los carcarodontosaurios del norte de África y Sudamérica, así como con un grupo de dinosaurios depredadores de Asia, los metriacantosaurios.

"Es de suponer que la fauna de dinosaurios del norte de África era mucho más diversa de lo que pensábamos anteriormente. Este trabajo demuestra que puede resultar útil para los paleontólogos excavar no solo en el suelo, sino también en archivos antiguos", afirma Rauhut. "Sin embargo, una evaluación más exhaustiva de la fauna de dinosaurios depredadores del Cretácico del oasis de Bahariya requeriría la recuperación de más fósiles del yacimiento".

infobae.com

Un hallazgo histórico bajo sospecha: el misterioso 'monstruo marino' descrito en 2021 pudo no haber existido nunca

El supuesto hallazgo de un mosasaurio con dientes en forma de sierra, 'Xenodens calminechari', ha generado dudas sobre su autenticidad y reavivado el debate ético en la paleontología.

El depredador de dientes de sierra que podría no haber existido nunca. Ilustración
artística de 'Xenodens calminechari'. Foto: Dall-e/Christian Pérez
En 2021, el anuncio de una nueva especie de mosasaurio llamada Xenodens calminechari captó la atención de la comunidad paleontológica. Con un nombre que evoca la peculiaridad de sus dientes, "extraños como un serrucho", esta criatura marina del Cretácico tardío parecía ser un hallazgo sin precedentes. Sin embargo, la emoción inicial ha dado paso a un debate candente entre expertos, quienes ahora cuestionan si este fósil es realmente auténtico o si se trata de un montaje deliberado. Este intrigante caso está reescribiendo nuestra comprensión de los desafíos en el campo de la paleontología.

Un depredador singular en su especie

Los mosasaurios, reptiles marinos que dominaron los océanos hace más de 66 millones de años, fueron extremadamente diversos en formas y tamaños. Desde especies que alcanzaban los 15 metros de largo hasta otras de menor envergadura, su dentición variaba según sus dietas: dientes cónicos para capturar peces, estructuras trituradoras para moluscos y formas cortantes para despedazar presas mayores.

Representación de Xenodens calminechari, un mosasaurio del Cretácico cuya
descripción  original proviene de fósiles que, según estudios recientes, podrían
no ser auténticos. Ilustración artística. Foto: Dall-e/Christian Pérez
El supuesto Xenodens calminechari, descrito a partir de un maxilar y varios dientes encontrados en una mina de fosfatos en Marruecos, parecía ir más allá de esta diversidad conocida. Sus dientes cortos, afilados y dispuestos como las hojas de una sierra, apuntaban a un depredador especializado en cortar grandes presas o incluso en el escarbar carroña. Esta singular configuración lo colocaba como una rareza no solo entre los mosasaurios, sino también entre todos los tetrápodos conocidos.

Las primeras dudas y el inicio de la controversia

A pesar del impacto inicial de su descubrimiento, el análisis de Xenodens no tardó en generar escepticismo. En 2024, un equipo de paleontólogos revisó minuciosamente las características de los restos fósiles originales y encontraron múltiples señales de alerta. Según sus investigaciones, dos de los dientes del maxilar ocupaban una misma cavidad, algo completamente incompatible con la anatomía conocida de los mosasaurios, que desarrollan un alvéolo único por diente. Además, se observó una posible superposición de material en los bordes de algunos dientes, sugiriendo que podrían haber sido adheridos manualmente a la mandíbula.

Mandíbula y dientes fósiles de Xenodens calminechari en su estado inicial antes
de la preparación. Esta especie fue descrita por primera vez en 2021.
 Fuente: Nick Longrich
El hecho de que el fósil no haya sido excavado en condiciones científicas, sino adquirido por mineros locales en una zona conocida por la manipulación de fósiles, añade peso a las sospechas. La posibilidad de que este espécimen sea una combinación de elementos auténticos y falsificados plantea un dilema ético y científico de enorme magnitud.

Tecnología al servicio de la verdad

Los investigadores que revisaron el caso han solicitado un análisis por tomografía computarizada (CT) del espécimen, una tecnología que permite examinar la estructura interna de los fósiles y detectar posibles inconsistencias en su ensamblaje. Sin embargo, sus intentos de obtener acceso al fósil original se han encontrado con obstáculos. Según el equipo, los responsables del descubrimiento inicial no han facilitado el espécimen ni información adicional, un comportamiento que los críticos han calificado como "poco ético".

El nuevo estudio ha revelado detalles importantes sobre el supuesto holotipo
 de Xenodens calminechari (MHNM.KH.331) y otras muestras similares, que
generan dudas sobre su autenticidad. Fuente: Henry S. Sharpe et al (2024)
La falta de colaboración y transparencia no solo dificulta el avance del debate científico, sino que también mina la confianza en el rigor de los estudios originales. Esta situación subraya la importancia de establecer estándares internacionales más estrictos para el manejo y el acceso a fósiles, especialmente cuando se trata de holotipos que representan especies nuevas.

Marruecos, un tesoro y un desafío paleontológico

Marruecos, y en particular la región de Khouribga, es famosa por sus yacimientos de fósiles. Las minas de fosfatos han producido algunos de los especímenes más impresionantes de reptiles marinos del Cretácico tardío. No obstante, esta riqueza paleontológica también ha atraído el comercio no regulado y, con él, la proliferación de montajes fraudulentos diseñados para aumentar el valor de mercado de los hallazgos.

La comunidad científica marroquí ha señalado la necesidad urgente de implementar leyes que protejan su patrimonio fósil y promuevan la colaboración entre expertos locales e internacionales. Estas medidas podrían ayudar a evitar futuras controversias y garantizar que los descubrimientos se realicen de manera ética y transparente.

Más allá de la controversia

Independientemente del resultado final, el caso de Xenodens calminechari ha puesto de relieve las complejidades del estudio paleontológico en regiones donde los fósiles están profundamente integrados en la economía local. También ha reavivado el debate sobre la fiabilidad de los especímenes utilizados para describir nuevas especies y la responsabilidad ética de los investigadores al manejarlos.

Mientras se espera una resolución definitiva, los expertos coinciden en que la clave para avanzar radica en la aplicación de tecnologías modernas como los escáneres CT, así como en el establecimiento de protocolos de trabajo más sólidos. El destino de Xenodens aún pende de un hilo, pero su historia ya es un recordatorio de los retos y las maravillas de explorar el pasado remoto de nuestro planeta.

Referencias:

Longrich NR, Bardet N, Schulp AS, Jalil N-E. Xenodens calminechari gen. et sp. nov., a bizarre mosasaurid (Mosasauridae, Squamata) with shark-like cutting teeth from the upper Maastrichtian of Morocco, North Africa. Cretaceous Res. 2021;123:104764. doi:10.1016/j.cretres.2021.104764

Sharpe, H. S., Powers, M. J., & Caldwell, M. W. (2024). Reassessment of Xenodens calminechari with a discussion of tooth morphology in mosasaurs. The Anatomical Record, 1–13. DOI: 10.1002/ar.25612

muyinteresante.es

Plantas fósiles de Teruel completan el puzle sobre los ambientes en los que vivían los dinosaurios hace 100 millones de años

Una investigación de paleontólogos de Teruel-Dinópolis muestra el tipo de vegetación que se desarrollaba durante el límite Cretácico Inferior-Superior en el este de España

Rama de conífera del género Frenelopsis parcialmente carbonizada de
Mosqueruela (Teruel)
Paleontólogos de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis han patentado una relevante investigación sobre paleobotánica, en la cual se ha estudiado una asociación de plantas del límite Cretácico Inferior – Cretácico Superior, de hace unos 100 millones de años; encontrada en el término municipal de Mosqueruela (comarca de Gúdar-Javalambre, provincia de Teruel).

Según informan, estas plantas pertenecen al grupo de las gimnospermas, y consisten en ramas multidivididas de coníferas y en una hoja de morfología acintada de gran tamaño. Los restos de coníferas corresponden al género Frenelopsis, perteneciente a la familia Cheirolepidiaceae, que es un grupo de plantas que se extinguió a finales del Cretácico y que se caracterizaba por presentar hojas con morfología triangular, a modo de escamas, de tamaño milimétrico.

Por su parte, la gran hoja acintada pertenece al género Desmiophyllum relacionado con un grupo de gimnospermas, de afinidad indeterminada, que estaban ampliamente extendidas geográficamente durante el Mesozoico.

Gran fragmento de hoja acintada de la gimnosperma del género Desmiophyllum,
 con venación paralela y ápice conservado, encontrada en Mosqueruela (Teruel)
Según Luis Miguel Sender, primer autor de la publicación, «estos fósiles son muy singulares, ya que corresponden a restos articulados y de tamaño considerable correspondientes a plantas que vivían en tierra firme, pero que han sido encontrados en estratos correspondientes a depósitos marinos costeros. Este hecho indica que estas plantas vivirían muy próximas a la línea de costa en la zona del mar de Tethys, que se extendía por el área donde actualmente se encuentra el término de Mosqueruela hace unos 100 millones de años, y que fueron arrastradas por corrientes de baja energía, posiblemente a través del medio aéreo, y depositadas posteriormente en un fondo marino poco profundo».

abc.es

Fósiles revelan la evolución temprana del sistema nervioso animal

Fósiles del Cámbrico han revelado cómo evolucionó el cordón nervioso ventral, un componente clave del sistema nervioso central, en los animales ecdisozoos, grupo que incluye a los insectos.

Un equipo de investigación, compuesto por el Dr. Deng Wang (Northwest University), el Dr. Jean Vannier (Université de Lyon), el Dr. Chema Martin-Durán (Queen Mary University of London) y la Dra. María Herranz (Rey Juan Carlos University), analizó fósiles excepcionalmente bien conservados de depósitos clave del Cámbrico en China y publica resultados en Science Advances.

Estos fósiles incluyen representantes de los Scalidophora de evolución temprana, un subgrupo de Ecdysozoa, que ofrecen una visión poco común de la arquitectura del sistema nervioso de los animales antiguos.

Los ecdisozoos incluyen artrópodos (como insectos y cangrejos), nematodos (gusanos redondos) y grupos más pequeños como los kinorrincos ("dragones de lodo") y los priapúlidos ("gusanos pene"). Sus sistemas nerviosos centrales, que incluyen el cerebro y el cordón nervioso ventral, han intrigado durante mucho tiempo a los científicos que buscan comprender las relaciones evolutivas entre estos grupos.

Por ejemplo, los priapúlidos presentan un solo cordón nervioso ventral, mientras que los loricíferos y los kinorrincos tienen cordones nerviosos pareados, y los kinorrincos también desarrollan ganglios pareados. ¿El ecdisozoo ancestral tenía un solo cordón nervioso ventral o un par?

Además, aunque los loricíferos y los kinorrincos comparten un diseño de sistema nervioso similar al de los artrópodos, son filogenéticamente distantes. ¿Son estas similitudes el resultado de una evolución convergente o reflejan un origen evolutivo compartido?

Los escalidoforos, que incluyen a los priapúlidos, loricíferos y kinorrincos, aparecieron por primera vez a principios del Cámbrico. Representan un linaje crucial para investigar la trayectoria evolutiva del cordón nervioso ventral en los ecdisozoos.

Al estudiar fósiles de la Formación Kuanchuanpu del Fortuniense (por ejemplo, Eopriapulites y Eokinorhynchus), la Biota de Chengjiang (por ejemplo, Xiaoheiqingella y Mafangscolex) y el Wuliuan Ottoia prolifica, los investigadores identificaron estructuras alargadas que recorren el lado ventral de estos antiguos organismos.

"Estas estructuras se parecen mucho a los cordones nerviosos ventrales que se ven en los priapúlidos modernos", explicaron el Dr. Deng Wang y el Dr. Jean Vannier. Su análisis indica que estos fósiles conservan impresiones de cordones nerviosos ventrales únicos, lo que arroja luz sobre la probable condición ancestral de los escalidoforos.

UN ÚNICO CORDÓN NERVIOSO VENTRAL

El análisis filogenético apoya la hipótesis de que un único cordón nervioso ventral era la condición ancestral de los escalidoforos. Además, la agrupación evolutiva de los nematoides y los panartrópodos (un clado que incluye a los artrópodos, tardígrados y onicóforos) sugiere que su ancestro común probablemente también tenía un único cordón nervioso.

"Esto nos lleva a proponer que el ancestro común de todos los ecdisozoos poseía un único cordón nervioso ventral", dijo el Dr. Chema Martin-Durán. "Los cordones nerviosos pareados observados en los artrópodos, loricíferos y kinorrincos probablemente evolucionaron de forma independiente, lo que representa rasgos derivados".

infobae.com

Encuentran el cráneo de un dinosaurio gigante que vivió hace 200 millones de años

Este increíble dinosaurio debió ser de los más grandes de su tipo, de acuerdo con el análisis que se hizo sobre el cráneo de la prehistórica criatura.

El cráneo de Lishulong wangi fue desenterrado en el Geoparque Nacional de
Dinosaurios de Lufeng en la provincia de Yunnan, en el sur de China.
 Qian-Nan Zhang et al/PeerJ
En China, un grupo de investigadores encontró un cráneo bien conservado y perteneciente a una especie de dinosaurio que nunca antes había sido identificada. Por lo que se informa, fue un sauropodomorfo que podía llegar a medir 10 metros de largo.

Según el estudio, que fue publicado recientemente en la revista PeerJ, los sedimentos en los que se encontraron los restos del animal prehistórico datan del Hettangiense, una división del Jurásico Temprano. De ser así, la criatura debió vivir, aproximadamente, hace 200 millones de años.

Para el momento, el dinosaurio ha sido identificado como Lishulong wangi y puede ser, de acuerdo con los autores, el sauropodomorfo no saurópodo más grande que se haya desenterrado en la Formación Lufeng. Esto es relevante porque ese yacimiento es rico en este tipo de dinosaurios. Hasta ahora, ahí se han reportado siete géneros de sauropodomorfos primitivos.

Tierra que preserva

Respecto a lo bien conservado que yace el cráneo de este dinosaurio,  Qian-Nan Zhang, del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de la Academia China de Ciencias y autor principal del estudio, explicó a Live Science que los sedimentos de grano fino de la región ayudaron a preservar los restos.

Del análisis los científicos concluyeron que el animal debía estar en una edad madura y que era probablemente herbívoro. Pero queda un gran misterio sobre la especie:

“Debido a la falta de preservación de la cintura escapular, la cintura pélvica y los huesos de las extremidades en este espécimen, no es posible determinar si era bípedo o cuadrúpedo”, dijo Zhang.

Tampoco está claro cómo pudo morir el animal. Los investigadores encuentran bastante interesante la notable posibilidad de que el cráneo del dinosaurio haya sido transportado antes de su descubrimiento oficial.

ngenespanol.com

martes, 14 de enero de 2025

Los dinosaurios habrían llegado al hemisferio norte millones de años antes de lo pensado, según un nuevo hallazgo

Un fósil de 230 millones de antigüedad encontrado en Estados Unidos reescribe teorías sobre la dispersión temprana de estas especies

Una representación artística muestra cómo pudo ser Ahvaytum bahndooiveche
en un hábitat que data de hace unos 230 millones de años (GABRIEL UGUETO)
El descubrimiento del dinosaurio Ahvaytum bahndooiveche, hallado en la Formación Popo Agie en Wyoming, Estados Unidos, está reconfigurando las teorías tradicionales sobre los orígenes y la dispersión de los dinosaurios. Según un estudio publicado en el Zoological Journal of the Linnean Society, los fósiles tienen una antigüedad de aproximadamente 230 millones de años, lo que convierte a esta especie en el dinosaurio más antiguo conocido del hemisferio norte y en uno de los primeros registrados en latitudes bajas de Laurasia.

La descripción de la nueva especie se basó en el descubrimiento de fósiles de Ahvaytum bahndooiveche desenterrados entre 2013 y 2016 por un equipo liderado por David M. Lovelace y Aaron Kufner de la Universidad de Wisconsin-Madison. El sitio de excavación, ubicado en la Formación Popo Agie, reveló fósiles clave, como un astrágalo y parte de un fémur, que permitieron identificar positivamente al animal como un dinosaurio temprano del grupo de los saurópodos.

El descubrimiento de Ahvaytum bahndooiveche en Estados Unidos
desafía las ideas tradicionales sobre su evolución (EFE)
La antigüedad de los fósiles se confirmó mediante técnicas avanzadas de datación radioisotópica, específicamente espectrometría isotópica de plomo-uranio (CA-ID-TIMS). Según explicó Kufner en declaraciones a Newsweek, este método permitió establecer con precisión que los fósiles son contemporáneos a los dinosaurios más antiguos hallados en Gondwana, en regiones como Brasil y Argentina.

Características de Ahvaytum bahndooiveche

El dinosaurio recién descrito es notablemente diferente de los saurópodos gigantes que dominarían épocas posteriores. Lovelace afirmó a Europa Press que el Ahvaytum bahndooiveche “básicamente era del tamaño de un pollo, pero con una cola muy larga”. Este dinosaurio adulto medía aproximadamente unos 30 centímetros de alto y 91 centímetros de largo, un tamaño pequeño en comparación con sus parientes posteriores. Aunque los fósiles no incluyen el cráneo, se presume que, al igual que otros saurópodos primitivos, podría haber sido omnívoro.

El nombre de la especie tiene raíces en la lengua Shoshone: “Ahvaytum” significa “hace mucho tiempo”, mientras que “bahndooiveche” se traduce como “dinosaurio”.

Un dúo de sauropodomorfos; uno masticando las plantas recién evolucionadas
en un ambiente húmedo del Jurásico Temprano mientras el otro mira hacia arriba
como si hubiera algo escondido en la vegetación (MARCIN AMBROZIK)
El hallazgo de Ahvaytum bahndooiveche está desafiando la teoría dominante que situaba el origen de los dinosaurios exclusivamente en Gondwana, el supercontinente del hemisferio sur. Esta teoría sostenía que la dispersión hacia el hemisferio norte fue gradual y limitada por barreras climáticas. Sin embargo, la presencia de un dinosaurio de 230 millones de años en Laurasia sugiere una dispersión mucho más rápida y temprana.

“Estamos completando parte de esta historia y demostrando que las ideas que hemos mantenido durante tanto tiempo no eran del todo correctas”, afirmó Lovelace. El descubrimiento sugiere que los dinosaurios pudieron haber surgido simultáneamente en ambos hemisferios, en lugar de extenderse exclusivamente desde el sur, como se pensaba anteriormente.

El contexto climático: el Episodio Pluvial Carniano

Ahvaytum bahndooiveche vivió durante un período de grandes cambios climáticos conocido como el Episodio Pluvial Carniano (CPE, por sus siglas en inglés), que ocurrió entre hace 234 y 232 millones de años. Este evento marcó un aumento en la humedad global, transformando vastas zonas desérticas en ecosistemas más habitables, lo que facilitó la diversificación temprana de los dinosaurios y otros grupos animales.

Según los científicos, las restricciones climáticas que antes se consideraban como barreras para los dinosaurios primitivos en estas latitudes pueden haber sido sobreestimadas.

El avance en las técnicas de datación fue crucial para confirmar la importancia de este descubrimiento. Como señaló Kufner, la falta de estudios en ciertas formaciones geológicas del hemisferio norte podría haber contribuido a un sesgo en el registro fósil. “Hay más rocas de esta edad expuestas en el hemisferio sur que en el norte, o tal vez nuestras restricciones sobre la datación de rocas con fósiles de dinosaurios en el hemisferio norte necesitan ser revisadas”, afirmó.

Además, los investigadores realizaron estudios histológicos en el fémur de Ahvaytum bahndooiveche para determinar su edad al momento de la muerte. Estos análisis revelaron que el espécimen estaba en una etapa avanzada de crecimiento, lo que refuerza su identificación como un dinosaurio adulto pequeño.

infobae.com

Hallan embriones de fósiles 500 millones de años más antiguos que los dinosaurios

Los embriones rara vez se encuentran en el registro fósil y este descubrimiento lo cambia todo.

Liu et al. 
Uno de los ejemplares de 'Saccus xixiangensis' mediante escáner de micro-CT.
Una visión a las primeras etapas de la vida en la Tierra. Así se presenta un hallazgo increíble desenterrado en la biota de Kuanchuanpu de la era cámbrica de la provincia de Shaanxi, China. Los investigadores, dirigidos por un experto del Instituto de Geología y Paleontología de Nanjing, han encontrado unos embriones fósiles de ecdisozoos de hace 500 millones de años que son más antiguos que los dinosaurios y, por tanto, estaban sentando las bases para la vida tal y como la conocemos.

Embriones fósiles de 500 millones de años: un hallazgo que sorprende a la ciencia

Cuando pensamos en la vida en la Tierra, estamos habituados a que la historia de la evolución se cuente a través de fósiles de dinosaurios, mamíferos y plantas. Pero uno de los grupos de animales más fascinantes y diversos, los ecdisozoos, tiene un registro fósil con un capítulo importantísimo en el pasado de la historia de la vida en nuestro planeta. Este grupo está unido por un rasgo evolutivo compartido: el proceso de ecdisis o muda, la fase de muda que experimentan ciertos animales para crecer, desprendiendo su exoesqueleto externo o cutícula.

¿Por qué los embriones fósiles son tan raros en el registro geológico?

Ahora, en un nuevo estudio publicado en la revista Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, los investigadores informan del hallazgo que ha revelado los orígenes de los ecdisozoos, que representa el grupo más diverso de animales del planeta: siete embriones fosilizados del grupo Ecdysozoa de hace unos 535 millones de años. Apenas tienen unos milímetros pero su importancia es monumental dado que encontrar embriones fósiles se considera casi como hallar una aguja en un pajar.

Es tan complicado encontrarlos debido a que son estructuras increíblemente delicadas, formados casi exclusivamente por tejidos blandos que son muy vulnerables a la descomposición o la destrucción. A diferencia de los huesos, los embriones no poseen estructuras protectoras como el calcio.

Estos embriones fosilizados pertenecen a animales vivieron durante el período Cámbrico temprano, que incluye a gusanos, insectos, arañas y crustáceos. Aunque los investigadores no han podido identificar con certeza la forma adulta a la que pertenecen estos embriones, sí creen que podrían estar estrechamente emparentados con Saccorhytus, una criatura diminuta y peculiar de la era Cámbrica que no poseía ano. Sigue siendo un descubrimiento sin precedentes, ya que es el primer caso de embriones de Ecdysozoan en la biota de Kuanchuanpu, lo que mejora nuestra comprensión de este grupo tan diverso y fundamental del período Cámbrico.

¿Cómo eran estos embriones? ¿A qué animales pertenecían?

Los embriones estaban encerrados en una envoltura fina y lisa, lo que sugiere una composición rica en yema para aportar nutrientes de cara al desarrollo. Para examinar el hallazgo, los investigadores utilizaron análisis de micro-CT de los especímenes fosilizados tridimensionales que revelaron que los embriones estaban huecos internamente y carecían de anatomía blanda interna preservada, algo esperable teniendo en cuenta la edad de los embriones y la fosilización. Clasificaron a los diminutos organismos como dos nuevos taxones: Saccus xixiangensis y Saccus necopinus. Ninguno de ellos tiene evidencia de extremidades y sorprendentemente, no hay orificios en ninguno de los embriones, lo que muestra que, probablemente, se encontraran en una etapa de su desarrollo embrionario anterior a la formación de una boca o un ano.

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