La popular saga cinematográfica Jurassic Park no solo tiene
interés por sus efectos especiales asombrosos o su cuidada banda sonora. Los
esfuerzos de divulgación científica de Jurassic Park han dado numerosos frutos,
como una pasión renovada entre las nuevas generaciones por el fascinante mundo
de los dinosaurios, un mayor interés por los esfuerzos de conservación de las
especies y una curiosidad por técnicas de edición genética como la clonación. Y
precisamente de eso vamos a hablar en este artículo.
Una saga que ha levantado verdaderas pasiones
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Antes de entrar en materia, esta saga cinematográfica merece
por derecho propio que hagamos un breve repaso de su impacto en todo el mundo.
Marcó el inicio de la era dorada de la paleontología y puso a los dinosaurios
de moda. La recaudación mundial de los 5 títulos de la saga rozó los 5 mil
millones de dólares y dio lugar a una verdadera pasión jurásica que ha llegado
hasta nuestros días.
Editoriales como Topp Comics e IDW Comics han publicado
desde 1993 innumerables cómics sobre Jurassic Park. Empresas de juguetes como
Lego crearon gamas enteras de juegos basados en la paleontología jurásica.
Algunas de las principales compañías desarrolladoras de videojuegos crearon
títulos para videoconsolas de Sega, Sony y Nintendo. Incluso en el casino Betway existe una tragamonedas oficial de la saga, una de las preferidas por
los jugadores. Hay también atracciones jurásicas en parques como el Universal
Orlando Resort. Y estos son apenas unos ejemplos, ya que la presencia de la
saga en la cultura popular es muy rica y variada.
La democratización de la clonación
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Uno de los mayores logros de Jurassic Park ha sido sin duda
la divulgación accesible de conceptos científicos tan complejos como el de la
clonación. Gracias a ello, cuando el 5 de julio de 1996 asistimos impresionados
al nacimiento de Dolly, el primer mamífero clonado del mundo, este milagro de
la ciencia nos parecía más accesible gracias al visionado tan solo 3 años antes
de la primera película de Jurassic Park.
Al principio del film se narraba cómo se crearon los nuevos
dinosaurios. Se hablaba sobre el ADN y los huevos de rana, y luego se mostraba
el nacimiento de un bebé velociraptor. Así se introduciría a los espectadores
el asombroso origen de la reserva jurásica.
Si recuerdas la película original, los científicos extraían
la sangre de dinosaurios retenida en mosquitos muertos conservados en ámbar. El
mosquito, después de una sabrosa extracción de sangre de dinosaurio, quedaba
atrapado en la corteza de un árbol. La savia o la resina comenzaban a fluir
sobre su cuerpo, cubriéndolo y finalmente endureciéndolo. De esa manera, el
insecto con la sangre de dinosaurio dentro se conservaba perfectamente cuando
la resina se endurecía para formar ámbar. Los científicos del parque perforaban
el ámbar, llegaban al estómago del insecto y extraían la sangre del dinosaurio
con su ADN preservado. Sin embargo, había pasado demasiado tiempo desde la
extinción de los dinosaurios, unos 60 millones de años para ser exactos, por lo
que el ADN estaba incompleto, así que los científicos tenían que completarlo
con el genoma de las ranas. Un loable esfuerzo de divulgación científica,
aunque con algunas licencias que hacen imposible replicar la película en el
mundo real.
Malas noticias para quienes quieren clonar dinosaurios en la
realidad
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Por desgracia, resulta francamente improbable que algo
parecido a Jurassic Park pueda materializarse algún día. El mayor problema en
la clonación de dinosaurios es que han estado desaparecidos de la faz de la
tierra desde el impacto hace millones de años de un gran meteorito. En la vida real,
si nos encontramos con huesos de dinosaurio, recuperar su ADN es casi misión
imposible. Y es que la clonación de animales sigue siendo un proceso sumamente
complejo y difícil de realizar, incluso con animales extintos mucho más
recientemente, como sucedió con la fallida recuperación del bucardo en España.
Ahora bien, Jurassic Park solo fue una aproximación lúdica a la clonación y sus
películas incurren en errores científicos importantes. Ciertamente podemos
perdonarle sus licencias creativas, ya que se trata de un producto
cinematográfico destinado principalmente al entretenimiento, que aprovechó para
divulgar científicamente en la medida de lo posible y sin abrumar al
espectador.
Ulises Lima
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