El Museo de Historia Natural de Londres se suma a los museos más importantes del planeta que exhiben una réplica del Patagotitan mayorum, el dinosaurio más grande conocido. ¿Por qué son importantes las copias de los huesos fósiles y cómo las hacen en la 'fábrica de dinosaurios' en la Patagonia argentina?
La celebridad: el 'Patagotitan mayorum', el mayor dinosaurio conocido hasta el momento, es deseado por los grandes museos del mundo. El último en adquirir una réplica de sus restos fósiles ha sido el Natural History Museum de Londres. / NHM.
El Patagotitan mayorum se extinguió hace más de 95 millones de años pero este dinosaurio sigue reproduciéndose: año a año, réplicas de los huesos fósiles del animal más grande que ha caminado sobre la Tierra invaden los museos más importantes del mundo.
El colosal esqueleto de este titanosaurio —cuyos restos
fueron descubiertos en 2013 en la provincia argentina de Chubut— ya deslumbra
en el Museo paleontológico Egidio Feruglio (MEF) de Trelew, Argentina. También
atrae multitudes en el American Museum of Natural History de Nueva York y en el
Field Museum de Chicago. Y, desde finales de marzo, también lo hace en uno de
los museos con más historia: el Natural History Museum (Museo de Historia
Natural MHN) de Londres.
“Empezamos a trabajar en esta exhibición en 2018”, cuenta a
SINC el paleontólogo Paul Barrett, responsable de la exhibición Titanosaur:Life as the Biggest Dinosaur (Titanosaurio: la vida del dinosaurio más grande).
“El museo estaba ansioso por montar una espectacular
exhibición sobre estos animales, ya que no habíamos organizado una gran
exhibición de dinosaurios en muchos años, y el tamaño colosal de Patagotitan,
junto con la historia que podíamos contar sobre la vida en tamaño gigante,
parecía ser en una oportunidad ideal”, sostiene.
El Patagotitan medía aproximadamente 37 metros de largo y se estima que, cuando vivía, pesaba alrededor de 57 toneladas
La pandemia de covid-19, sin embargo, alteró todos los
planes y dilató los tiempos de la organización. Hasta que, al fin, se relajaron
las medidas de prevención y las fronteras abrieron: distribuida en 40 cajas, la
réplica del Patagotitan primero viajó en camiones desde Trelew a Buenos Aires,
en febrero. De ahí, la empresa IAG Cargo la transportó a través del Atlántico
en la bodega de dos aviones BA Boeing 787-9 'Dreamliner', junto a cuatro cajas
que contenían fósiles reales, incluido un fémur de más de dos metros.
“Uno de los principales desafíos que tuvimos consistió en
asegurarnos de que pudiéramos colocar el esqueleto de Patagotitan en nuestro
espacio de exhibición principal, dado su tamaño y peso”, señala el organizador.
El Natural History Museum de Londres tuvo que reforzar el
suelo de su galería para que pudiera soportar el peso de las réplicas. / NHM
No era un detalle menor: desde la nariz hasta la cola, este
animal medía aproximadamente 37 metros de largo. Se estima que, cuando vivía,
el Patagotitan pesaba alrededor de 57 toneladas. Es decir, más de nueve elefantes
africanos, que son los animales más grandes vivos en la actualidad. Su réplica
de yeso, en cambio, es algo más ligera: pesa 2,67 toneladas, lo mismo que cinco
pianos de cola de concierto.
“Se necesitó una planificación cuidadosa para colocar las piezas
de una manera que fuera anatómicamente precisa, agradable a la vista y que
utilizara el espacio disponible con la mayor eficacia posible”, explica el
paleontólogo británico. “Además, se reforzó el suelo para que pudiera soportar el peso del animal”.
Llegan los gigantes
Un día, hace diez años, mientras recorría a caballo una
estancia conocida como La Flecha, en el centro de la provincia de Chubut, un
peón llamado Aurelio Hernández observó algo raro que sobresalía del suelo: era
un hueso de dinosaurio. De inmediato, llamó a los paleontólogos del gran museo
local, el MEF.
Después de días de trabajo en el campo, los científicos no
lo podían creer. Ahí no había un fósil; eran 223. En realidad, no pertenecían a
un solo dinosaurio sino a seis ejemplares, distribuidos en tres niveles. Tras
años de estudio, el equipo dirigido por los paleontólogos argentinos Diego Poly José Luis Carballido determinaron que se trataba de una especie que vivió
hace 101 millones de años: un titanosaurio monumental, la especie más grande
hasta entonces hallada de un dinosaurio.
Para mostrarle al público lo grande que era este animal, los
investigadores del MEF escanearon cada fósil encontrado y realizaron la primera
réplica del esqueleto de este dinosaurio. Y la montaron en un galpón cercano.
Las salas del museo les habían quedado chicas.
La noticia dio vueltas por el mundo. Hasta el naturalista
David Attenborough viajó para ver los fósiles en persona y lo registró en el
documental Attenborough and the Giant Dinosaur. Fue entonces cuando empezaron a
llegar los pedidos. Los grandes museos del mundo querían tener su réplica de
titanosaurio, incluirlo como una nueva joya entre sus exhibiciones. El
Patagotitan se había convertido en una celebridad.
Realizada en colaboración con la empresa canadiense Research Casting International, el 15 de enero de 2016 debutó, en el American Museum ofNatural History de Nueva York, la réplica de este herbívoro gigante. Es tan grande que su cabeza se extiende fuera de la galería en el cuarto piso del museo.
El 21 de mayo de 2018, después de un largo viaje de dos
meses en camiones, barco y tren de carga, el personal del Field Museum de
Chicago le dio la bienvenida a un nuevo integrante: otra réplica del
titanosaurio al que bautizaron Máximo. Con la ayuda de grúas, el esqueleto fue
instalado en el hall central, desplazando a la hasta entonces estrella el
museo, la T. rex Sue. Desde aquel momento, Máximo es un imán para sacarse
selfies.
Incubadora de dinosaurios
En los museos de historia natural, las réplicas de
esqueletos de dinosaurios son las verdaderas estrellas. Hasta hace unas
décadas, los paleontólogos solían hacer montajes con los fósiles originales. En
el proceso, destruían algunas piezas por accidente o taladraban agujeros
directamente a través de ellos para mantenerlos de pie. En muchos casos, el
tremendo peso de los huesos fósiles hacía que se desplomasen.
Así entraron en escena los moldes, réplicas, copias de
huesos reales que reproducen el original con la mayor precisión posible.
“Es un trabajo bastante caro y agotador”, explica el
paleoartista argentino Jorge González, responsable de réplicas de dinosaurios
como Gualicho, Bajadasaurus, Tarjadia, Llanosuchus, Priosphenodon avelasi,
entre muchos otros.
Los huesos fósiles son frágiles y deben ser conservados en las condiciones adecuadas, en un museo. Exhibir réplicas es una manera de proteger el patrimonio paleontológico
Jorge González, paleoartista
“Hay muy poca gente capacitada para hacerlo de manera
correcta. Se empieza tomando el fósil preparado, es decir, sin sedimentos, y se
le hace una estructura de arcilla. La réplica se puede hacer de escayola,
espuma poliuretano o resina poliéster que mantienen la forma lo mejor posible.
Así se logran copias livianas. Luego se perforan o se les hacen estructuras de
metal que los contienen para ubicarlos en la posición anatómicamente correcta
en el montaje del esqueleto, bajo la supervisión del paleontólogo”.
Otra técnica más moderna consiste en escanear el fósil o
hacerle una tomografía. Así se consigue un archivo digital que luego se imprime
con una impresora 3D. “No se pierde la magia si no se exhiben los fósiles
originales”, indica González.
“Los huesos fósiles son frágiles y deben ser conservados en
las condiciones adecuadas en las colecciones de un museo para su posterior
estudio. Exhibir réplicas es una manera de proteger el patrimonio
paleontológico. En cada réplica, paleoartistas y paleontólogos combinan fuerzas
para mostrar algo que nunca nadie vio antes. Además, los esqueletos, por lo
general, están incompletos. De otra manera nunca podrían exhibirse”, sostiene
el paleoartista.
Además, gracias a las réplicas exactas de los huesos
fósiles, museos de todo el mundo pueden tener exhibiciones de alta calidad de
esqueletos de dinosaurios.
Tanto el titanosaurio exhibido en Chicago como el que se
presenta en el Natural History Museum de Londres fueron realizados
completamente en la “fábrica de dinosaurios” del MEF. Ubicado en el parque
industrial de la ciudad de Trelew, provincia de Chubut, Argentina, este enorme
taller funciona como una incubadora. Allí los dinosaurios vuelven a nacer.
“El Patagotitan se construye en un plazo de, al menos,
cuatro meses de trabajo, por un equipo de 20 personas, entre investigadores,
artistas plásticos, herreros, carpinteros, técnicos en paleontología,
paleoartistas”, explica Matías Cutro, coordinador de prensa y comunicación del
museo.
“Para realizar la réplica se escanea en 3D cada uno de los
originales. Esta información se traslada para la reconstrucción en materiales
livianos y plásticos, pieza por pieza, de todo el esqueleto. Cada hueso tiene
su molde hecho de látex, resina de poliéster con fibra de vidrio, gelcoat (una
resina de poliéster mucho más delgado), vaselina sólida y otros materiales
expuestos sobre una estructura de acero”, detalla el comunicador.
Entonces, cada reconstrucción se pinta hasta que se ve igual
a las piezas originales, solo que mucho más liviana. “Luego, se ensamblan en
cajas especialmente diseñadas para ser transportadas”, agrega. “Desde la más
pequeña, la del cráneo, que mide 1,20 m x 60 cm, a la más grande, de 3,40 x
1,80 metros”.
Cada uno de los huesos reales que se transportaron —y se
exhiben por primera vez en Europa— requirió un permiso de exportación temporal
para el patrimonio paleontológico. “Esto es muy similar a un pasaporte e
incluye detalles como el nombre y código de la colección, su peso, tamaño y una
fotografía, así como un seguro y un documento tipo visa, que le da permiso para
estar fuera del país por un tiempo determinado”, señala David Shepherd,
director ejecutivo de la empresa IAG Cargo.
Embajadores culturales
Durante días, trabajadores y paleontólogos montaron la
réplica del gran dinosaurio en la Galería Waterhouse, un antiguo edificio
victoriano del NHM. El esqueleto del Patagotitan es tan grande que tuvieron que
esforzarse para que entrase. El extremo de la cola tuvo que doblarse alrededor de
una columna.
La exhibición se inauguró el 31 de marzo. “Permitimos que
los visitantes interactúen con el Patagotitan directamente: pueden tocar la
réplica y caminar debajo de ella”, detalla Barrett. “Esperamos que experimenten
una sensación de asombro ante la gran escala del titanosaurio. Aprovechamos la
oportunidad para explicar qué son los titanosaurios y utilizamos una serie de
juegos interactivos y exhibiciones para brindar información sobre cómo
crecieron, cómo alimentaron sus enormes cuerpos y cómo caminaron. También
destacamos la difícil situación de los animales gigantes actuales y esperamos
que las personas se sientan inspiradas a hacer más para ayudar a protegerlos
para las generaciones futuras”.
Las copias de Patagotitan y de otros dinosaurios hallados en Argentina —como el Tyrannotitan y el Herrerasaurus— ofician de embajadores
La nueva exhibición de tremendo tesoro significa mucho para
la paleontología argentina. “Saber que las réplicas de uno de los dinosaurios
que, tanto yo como mi equipo, estudiamos, describimos, nombramos y publicamos,
se encuentran en los museos más importantes a nivel mundial es realmente un
orgullo”, indica el paleontólogo José Luis Carballido del MEF. “En esta
exhibición no solo se muestra el Patagotitan, sino que además se expone algo de
lo que hacemos los paleontólogos que trabajamos en Argentina”.
Las cuatro réplicas del titanosaurio que se exhiben en estos
momentos en el mundo no serán las últimas. El Patagotitan seguirá
“reproduciéndose” en la fábrica de dinosaurios del MEF. Cada réplica vendida
impulsa a los técnicos, herreros y paleoartistas a realizar nuevas obras, como
las que integran la exhibición itinerante 'Dinosaurs of Patagonia', que ya ha
pasado por Brasil, Alemania, República Checa y Australia.
Las copias de Patagotitan y de otros dinosaurios hallados en
el país sudamericano —como el Tyrannotitan y el Herrerasaurus— ofician de
embajadores. O, como dice Carballido, “permite que los miles de visitantes
piensen, al menos por un momento, en las riquezas paleontológicas que tenemos
en el país”.
Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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