La nueva especie es un ornitópodo, uno de los grupos de
dinosaurios herbívoros más diversos, longevos y cosmopolitas, del cual forman
parte algunos representantes emblemáticos como los iguanodontes o los
hadrosaurios de ‘pico de pato’. Dentro de los ornitópodos, C. rapidus pertenece
al grupo de los estiracosternos y habitó en los actuales Pirineos catalanes
durante la etapa final del Cretácico, hace aproximadamente 66 millones de años,
específicamente en los últimos cien mil años del Mesozoico. Esta era geológica
terminó con el conocido impacto de un meteorito en la Tierra que provocó la
extinción de todos los dinosaurios no-avianos, junto con muchos otros grupos de
organismos. Por lo tanto, Calvarius rapidus es uno de los últimos dinosaurios
que pisó el planeta.
Es precisamente la proximidad temporal entre este evento de
extinción masiva y la antigüedad del fósil lo que ha dado nombre al nuevo
género Calvarius, por el "calvario" que supuso el impacto del
meteorito en la biosfera. El epíteto específico rapidus hace referencia a las
adaptaciones propias de animal corredor que presenta el ejemplar.
Los restos fósiles que se han recuperado de Calvarius
consisten en un hueso metatarsiano largo y delgado del cuarto dedo del pie
izquierdo. Este material fue excavado en 2019 en el yacimiento de la Masia de
Ramon, cerca de Figuerola d'Orcau, en la comarca de Pallars Jussà (Lleida,
noroeste de Cataluña). Esta localidad fue descubierta en 2001 por un equipo de
paleontólogos del Museu de la Conca Dellà (MCD) y el Institut Català de
Paleontologia Miquel Crusafont (ICP) durante unos trabajos de prospección en la
cuenca central de Tremp en el Prepirineo catalán.
Metatarsiano IV izquierdo del holotipo de Calvarius rapidus en vista dorsal (A), lateral (B), plantar (C) y medial (D) |
"El hecho de que Calvarius presente un metatarsiano tan delgado y largo recuerda a los metatarsianos de los pequeños dinosaurios herbívoros que se ramificaron en sus propias líneas evolutivas antes del último ancestro común de los estiracosternos", comenta Albert Sellés, coautor del artículo e investigador del ICP. Gracias al conocimiento acumulado por diferentes estudios sobre la evolución de la historia vital de los estiracosternos, junto con los resultados obtenidos gracias al análisis histológico —la estructura interna de los tejidos óseos del fósil— del holotipo de C. rapidus, sabemos que era un subadulto tardío en el momento de su muerte. Aún no había completado su crecimiento, pero estaba llegando a la madurez esquelética, que probablemente alcanzaba entre los 8 y 10 años de edad.
El artículo publicado en el Journal of Vertebrate
Paleontology destaca que probablemente el animal era un veloz corredor. A
partir de la longitud del metatarsiano, de unos 15 centímetros, los
investigadores estiman que el animal no debía superar los dos metros de
longitud. "Si bien algunas especies de este grupo de dinosaurios
alcanzaban más de 10 o 12 metros de longitud, C. rapidus sería el dinosaurio
estiracosterno más pequeño del planeta", señala Sellés.
El estudio sugiere que estas reducidas dimensiones pueden
deberse a que C. rapidus sería una especie endémica altamente transformada,
dando lugar a adaptaciones particulares para el entorno insular en el que
vivía, marcado por la regla de la 'ley insular' o 'efecto isla' (Island Rule).
La limitación de alimentos que implica vivir en una isla hace que las faunas
que evolucionan allí tiendan a ser formas pequeñas e incluso enanas. Hace 66
millones de años, los actuales territorios del norte de España y sur de Francia
formaban una gran isla conocida como Ibero-Armorica, parte de un gran
archipiélago donde ahora se encuentra el continente europeo.
La interpretación geológica de los estratos donde se
encontró C. rapidus indica que este animal murió cerca de un río meandriforme, rodeado
de una abundante vegetación de arbustos y helechos. El clima a finales del
período Cretácico en el Prepirineo era más cálido y húmedo que en la
actualidad, muy similar al de las regiones subtropicales, con períodos largos
de sequía y épocas de lluvias torrenciales. Además de C. rapidus, en el
yacimiento de Masia Ramon también se han encontrado restos de cocodrilos, peces
y pequeños vertebrados como lagartijas. Este es el entorno en el que vivía la
especie en cuestión, compartiendo los ecosistemas ibero-armoricanos con otros
dinosaurios como los enormes saurópodos titanosaurios de cuello largo y los
grandes hadrosáuridos lambeosaurinos con su distintiva cresta ósea.
Los Pirineos preservan uno de los registros fósiles más
ricos de los últimos dinosaurios que vivieron en Europa antes de su extinción
en todo el mundo. Durante más de tres décadas, investigadores del Institut
Català de Paleontologia Miquel Crusafont han organizado campañas de excavación
en la zona y sus hallazgos han dado lugar a cientos de publicaciones
científicas que documentan cómo era la vida durante los últimos cuatro millones
de años del Mesozoico en esta región del mundo.
Paralelamente, el proyecto de divulgación “Dinosaurios delos Pirineos” impulsado por el ICP busca dar a conocer esta extraordinaria
riqueza al gran público a través de museos y salas de exposiciones como el
Museu de la Conca Dellà (Isona, Pallars Jussà) o Dinosfera (Coll de Nargó, Alt
Urgell).
Imagen principal: Recreación del aspecto de Calvarius
rapidus. Roc Olivé / © Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont. Con
la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología –
Ministerio de Economía, Industria y Competitividad.
Artículo original:
Prieto-Márquez, A., & Sellés, A. (2023, published
online). Evolutionary convergence in a small cursorial styracosternan
ornithopod dinosaur from western Europe. Journal of Vertebrate Paleontology,
e2210632. https://doi.org/10.1080/02724634.2023.2210632
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