La paleobotánica (área de la paleontología que estudia los fósiles de plantas) está arrojando información de gran relevancia sobre los
ecosistemas en los que vivieron los dinosaurios que poblaron la provincia de
Teruel durante el Mesozoico. Un artículo científico que acaba de ser
publicado en la revista internacional
Historical Biology revela que los ambientes en los que vivieron estos
grandes vertebrados en la subcuenca de Galve eran muy húmedos y se
caracterizaban por la presencia de coníferas de gran tamaño.
La publicación de esta
investigación ha sido posible gracias a
las excavaciones que desarrolla la Fundación Conjunto Paleontológico de
Teruel-Dinópolis en la mina de Galve, dentro de los trabajos de control
paleontológico que desarrolla desde el año 2008 en colaboración con
Sibelco-Hispania, responsable de la explotación minera.
En el artículo se estudian los restos fosilizados de polen y de la flora
presente en el yacimiento, donde se han producido hallazgos también de fósiles
de huesos de dinosaurios del Barremiense, periodo geológico del Cretácico
Inferior comprendido entre 127 y 129 millones de años.
Rafael Royo Torres, paleontólogo de la Fundación Dinópolis y uno de
los autores que firman el artículo, ha explicado que en el trabajo se describen
los fragmentos de cutículas (capa de
las hojas) y el polen de plantas
procedentes de dos yacimientos ubicados dentro de la mina de Galve: Mina
Galve-9 y San Cristóbal-4.
El científico explicó que este
tipo de fósiles complementa la
información que se obtiene a través de los huesos y de las icnitas, las
pisadas dejadas por los dinosaurios. Su interés reside en que permite conocer
el ambiente en el que vivieron estos animales.
Mientras que hasta ahora eran
numerosos los artículos sobre fósiles de vertebrados hallados en Galve,
prácticamente no se había estudiado el entorno vegetal en el que vivieron.
Además, aporta información sobre la geología en la que aparecen estos restos
fósiles, por lo que ha sido posible situar la edad de la Formación Camarillas como
Barremiense inferior-medio.
"La flora es un elemento que habla claramente del ambiente, y nos dice
que estamos en un ambiente muy húmedo, con mucha agua; un ambiente de agua
dulce cerca de la costa, pero sin ser la costa", indica Royo para
referirse a la Formación Camarillas de la subcuenca de Galve.
En este sentido, añade que se
trata de "un ambiente fluvial que hace que haya mucha vegetación y sea
exuberante". Eso queda registrado en el sedimento por la gran diversidad
de polen fosilizado que se ha encontrado, con una gran variedad de especies,
entre una veintena, que pone de manifiesto la diversidad de la vegetación del
entorno en el que vivieron los dinosaurios.
Las muestras que se tomaron en su
día dentro de la Mina de Galve han arrojado la presencia de grandes coníferas como Pseudofrenolopsis,
así como helechos. De estos últimos
se han encontrado numerosas esporas de los géneros Cicatricosisporites y Plicatella.
También se han encontrado, aunque
en menor medida, restos de angiospermas, es decir, plantas con flores. Su
registro fósil está documentado a través de granos de polen de los géneros
Crassipollis y Retimonocolpites.
Muestras muy pequeñas
"Son muestras muy pequeñas
que recuperamos junto con los huesos, y es importante porque con eso tenemos la
representación de los fósiles que aparecen dentro de esa formación",
afirma el científico en referencia a la Formación Camarillas.
El trabajo ha sido fruto de varios equipos de investigación tanto de
España como extranjeros, y refuerza la colaboraciones que la Fundación
Dinópolis lleva a cabo con científicos especializados en diferentes áreas de la
paleontología.
En este trabajo, además de Rafael Royo Torres, Francisco Javier
Verdú y Luis Alcalá, de la Fundación Dinópolis, han participado
investigadores de la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), en concreto Uxue Villanueva-Amadoz, que es la primera firmante del artículo.
También ha participado Luis Miguel Sender, del Área de
Paleontología del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de
Zaragoza; Denise Pons, del Museo
Nacional de Historia Natural de París; y José B. Diez, del Departamento de
Geociencias Marinas y Ordenación del Territorio de la Facultad de Ciencias del
Mar de la Universidad de Vigo.
El artículo, aparecido en la revista Historical Biology: An
International Journal of Paleobiology se titula Palaeobotanical remains associated with dinosaur fossils from the
Camarillas Formation (Barreamian) of Galve (Teruel, Spain).
Rafael Royo señaló que se trata
de una revista de referencia y que la toma de muestras, la investigación y
publicación ha sido muy rápida. "Creo que las muestras se tomaron a
finales de 2012, en 2013 se hizo el congreso de paleobotánica en Teruel, y
ahora se han publicado los resultados", recordó.
El científico de la Fundación
Dinópolis comentó que en el yacimiento de San Cristóbal 4, dentro de la mina de
Galve, donde se han hallado los restos de polen, esporas y cutículas de hojas,
se han encontrado también huesos.
Congresos
Estos hallazgos han sido
presentados parcialmente en algunos congresos, mientras que actualmente el
paleontólogo Javier Verdú está realizando dentro de la Fundación Dinópolis una
tesis doctoral sobre el Barremiense en la subcuenca de Galve que permitirá
conocer en detalle la fauna y flora de este periodo geológico.
El paleontólogo añadió que el yacimiento donde han aparecido los
fósiles de plantas está muy próximo a otros con restos directos (huesos) e
indirectos (huellas). "Esto nos va a permitir reconstruir el ecosistema de
entonces con una gran precisión", apuntó.
Los dinosaurios característicos
que aparecen en estos afloramientos son ornitópodos, grandes vertebrados
fitófagos (comedores de plantas) que convivirían con Dellaparentia, un
iguanodóntido descrito por primera vez en Galve.
Ahora los científicos de la
Fundación Dinópolis están estudiando si los huesos que aparecen en la mina de
Galve pertenecen a ese mismo género o se trata de otro tipo de ornitópodos.
Royo manifiesta que los hallazgos
que están apareciendo son muy interesantes, como la zona de cría que están
estudiando. Valoró igualmente el apoyo que les da la empresa Sibelco, que
explota la mina de arcilla, para el estudio científico de estos yacimientos.
"Nos permite de una forma muy cordial llevar el control paleontológico
desde el año 2008 y trabajar de manera muy rigurosa en la mina", indicó el
científico.
Fuente: Diario de Teruel
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