miércoles, 17 de febrero de 2016

Dos nuevos fósiles de homíninos identificados en las cuevas de Sterkfontein

Dos nuevos fósiles de homíninos (Homininae) han sido analizados en una cámara previamente no investigada de las cuevas de Sterkfontein, al noroeste de Johannesburgo en Sudáfrica. Este conjunto de cuevas ha gozado de fama mundial desde 1936, por haber brindado un gran número de fósiles de Australopithecus.

Los dos fósiles nuevos, el hueso de un dedo y un molar, parecen pertenecer a homíninos primitivos que pueden estar relacionados con herramientas de piedra que también quedaron resguardadas en la cueva hace más de dos millones de años.

Los dos fósiles son apasionantes no solo por su conexión con las herramientas de piedra, sino también porque poseen una mezcla de características intrigantes que plantean más preguntas que respuestas aportan, tal como destaca Dominic Stratford, de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, y miembro del equipo de investigación.

El primer fósil, el hueso de un dedo, es bastante más grande y más robusto que cualquier otro hueso de una mano de cualquier homínino hallado hasta la fecha en los yacimientos sudafricanos del Plioceno-Pleistoceno.

Está casi completo y muestra una mezcla realmente interesante de características modernas y arcaicas. Por ejemplo, el espécimen está sensiblemente curvado, más que en el Homo naledi, y de forma similar a la del Australopithecus afarensis, una especie mucho más antigua.

El nivel de curvatura está relacionado a menudo con un estilo de vida arborícola, pero la pieza estudiada carece de los fuertes puntos de unión musculares que se esperaría estuvieran presentes.

El otro fósil es un primer molar adulto relativamente pequeño y casi completo, el cual también posee similitudes llamativas con respecto a la especie Homo habilis.

El molar investigado de homínino fue encontrado en las cuevas Sterkfontein.
(Foto: Jason Heaton)
En tamaño y forma posee asimismo un cierto parecido con dos de los 10 primeros molares de la especie H. naledi, aunque se necesitarán comparaciones más detalladas y adicionales para verificarlo.

La forma del diente y en particular la forma y los tamaños relativos de los conos en la superficie del diente sugieren que este perteneció a un miembro primitivo del género Homo. Todo apunta a una conexión entre estos homíninos y las herramientas de piedra halladas en el mismo lugar y cuya antigüedad se ha medido en unos 2,18 millones de años.


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