EFEFUTURO.- Células de piel mineralizada encontradas en el
fósil de una serpiente de hace diez millones de años han permitido a un grupo
de científicos averiguar su color original, con una técnica que abre la puerta
para volver a estudiar otros restos fosilizados y saber más sobre su evolución.
La serpiente se descubrió a principios del siglo pasado
durante la explotación minera de depósitos con azufre en el yacimiento de
Libros (Teruel, este de España) y se conserva en el Museo Nacional de Ciencias
Naturales.
Se trata de la primera vez que se han observado tejidos
mineralizados que han conservado evidencia del color original. Estudiados bajo
un microscopio electrónico de barrido se compararon con células pigmentarias de
las serpientes modernas y han determinado así el color que podían haber tenido
estos animales.
La serpiente, según el informe, era moteada con manchas
verdes y negras y tenía un vientre amarillo pálido, colores que probablemente
la ayudaban a camuflarse durante el día.
Descubrimiento que ayudará a conocer el color de los
animales
El trabajo se ha dado a conocer en la revista Current
Biology y el artículo destacan que este descubrimiento ayudará a la
investigación de la evolución y funciones del color de los animales.
Hasta ahora, las posibilidades de la ciencia para conocer la
paleta biológica de la Tierra del pasado se limitaban a marrones, negros y
rojos oscuros, según destacan los científicos en un comunicado, y siempre en
aquellos casos en los que se había preservado la melanina como material
orgánico.
Reconstrucción del aspecto en vida de la serpiente de
Libros.
Jim Robbins/Imagen facilitada por Dinópolis.
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Se creía que ningún otro pigmento había sobrevivido a la
fosilización, pero esta piel de serpiente fosilizó en fosfato cálcico, un
mineral que preserva los detalles a nivel subcelular.
El fosfato cálcico se presenta fundamentalmente en fósiles
de huesos y conchas, pero también se conocen ejemplos de piel transformada en
fosfato, por lo que este descubrimiento abre la puerta a reestudiar los fósiles
de un amplio grupo de criaturas, para buscar evidencias de conservación el
color.
Y saber el color de un animal puede también dar pistas a los
investigadores sobre su comportamiento y evolución.
Los investigadores han determinado que la piel de la
serpiente tiene fosilizadas tres tipos de células cromáticas: melanóforos, que
contenían melanina; xantóforos, que contenían los pigmentos caroteno; y pterina
e iridóforos, que dotaban de iridiscencia. EFEfuturo
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