LAIA ALEGRET, DOCTORA EN GEOLOGÍA, UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA
La doctora en Geología Laia Alegret imparte una conferencia en Salas de los Infantes sobre la gran extinción de finales del Cretácico debido a un asteroide caído sobre Yucatán. Un hecho que relaciona con el cambio climático y pone de relevancia este entorno burgalés en la paleontología
La doctora Laia Alegret con un sondeo. / BC |
En 2020, la paleontóloga Alegret contribuyó a demostrar que
fue un asteroide lo que extinguió a los dinosaurios, hallazgo publicado en la
revista Sciencie. Pero Alegret también ha contribuido a arrojar luz sobre
Zelanda, el continente sumergido. Alegret trabaja en el Instituto Universitario
de Ciencias Ambientales de Aragón y en 2017 formó parte de la expedición que se
dedicó a realizar una primera descripción de este continente. Los resultados
arrojan más datos sobre el origen y la formación de este continente sumergido,
Zelandia.
Este sábado, gracias a la organización del Museo de Dinosaurios, estará en Salas hablando sobre la gran extinción de finales del
Cretácico.
¿Cuál es la importancia de Salas de los Infantes y su
comarca en la paleontología?
Es un lugar privilegiado en cuanto a su patrimonio geológico
y paleontológico. Los hallazgos de restos de dinosaurios, y en particular de
sus pisadas (icnitas), lo han convertido en un lugar de referencia a nivel
científico. Ha contribuido a conocer los ambientes del Cretácico y a entender
el comportamiento de los grandes saurios. El valor de los yacimientos se ha
puesto de manifiesto con su reconocimiento como Bien de Interés Cultural, que
implica no sólo su protección sino también su difusión a nivel científico,
divulgativo y turístico.
¿Cómo pueden ser los microfósiles claves para entender lo
que ocurrió hace tantos años?
Los microfósiles son muy abundantes en casi todas las rocas
sedimentarias, y por sus características (evolucionan muy rápido a lo largo del
tiempo, están estrechamente ligados a las condiciones ambientales) son unas
herramientas excelentes para reconstruir los eventos del pasado. Son como las
cobayas para los experimentos médicos, al ser tan abundantes permiten hacer
estudios poblacionales y reconocer patrones de extinción, de migración, de
adaptación a los cambios climáticos, etc.
¿Pueden quedar dudas sobre las causas de la extinción de los
grandes saurios?
La extinción de los dinosaurios (y de otros muchos grupos de
animales terrestres y marinos, plantas, algas, y de organismos unicelulares
como el plancton marino) en coincidencia con el impacto del asteroide está
ampliamente aceptada entre la comunidad científica. Al igual que no quedan
dudas de que el vulcanismo de finales del Cretácico no fue determinante en las
extinciones.
«Salas de los Infantes y su entorno ha contribuido a conocer los ambientes del Cretácico y a entender el comportamiento de los grandes saurios»
¿Cómo se realizan estos estudios tan fiables para sucesos
ocurridos hace tanto tiempo?
Se realizan estudios integrados, que combinan análisis
paleontológicos, geoquímicos, estudios de los sedimentos, su mineralogía, etc.,
empleando las técnicas más avanzadas y realizando muestreos de alta resolución.
Todas estas herramientas nos permiten datar de forma muy precisa los
sedimentos, y correlacionarlos a nivel global. Por ejemplo, el impacto del
asteroide liberó una gran cantidad de iridio, un elemento muy escaso en la
corteza terrestre pero que abunda en los objetos extraterrestres. El iridio
despedido fue redistribuido por la atmósfera a nivel global, y posteriormente
volvió a caer sobre la superficie terrestre (océanos y continentes),
depositando una fina capa que es reconocible en cualquier lugar del mundo. Esa
capa tiene 66 millones de años de antigüedad, y cuando la encontramos, ya sea
en España o en Nueva Zelanda, en el fondo del Océano Atlántico o del Pacífico,
sabemos que tiene esa edad exacta. Y lo mismo podemos hacer con otros muchos
indicadores de edades.
¿Cómo era ese asteroide de 10 kilómetros de diámetro? ¿Cómo
afectó a la vida de ese lugar y al resto del mundo?
El asteroide cayó a una velocidad de unos 20 kilómetros por
segundo e impactó en la Península de Yucatán, en México. Los efectos inmediatos
incluyeron combustión instantánea, una gran explosión, terremotos, tsunamis,
incendios, y salió despedida una enorme cantidad de sedimento y rocas de la
plataforma, el propio asteroide volatilizado y gases. Los bloques más grandes
cayeron cerca del cráter, otros más pequeños fueron cayendo a más distancia, y
los más finos se distribuyeron por todo el planeta, bloqueando temporalmente el
paso de la luz solar. Tuvo consecuencias sobre el clima, incluido el
oscurecimiento del planeta e invierno nuclear (enfriamiento), efecto
invernadero y calentamiento global, lluvia ácida y acidificación de los
océanos.
Las consecuencias del impacto tuvieron lugar a diferentes
escalas temporales, algunas fueron instantáneas, otras duraron miles de años,
otras cientos de miles de años. Tras la extinción del 75% de las especies, los
nichos vacíos fueron ocupados por especies oportunistas. La recuperación de los
ecosistemas y de la vida en el planeta llevó más tiempo. Es un claro de ejemplo
de que una perturbación rápida del planeta (un impacto, o el actual cambio
climático) puede tener consecuencias a muy largo plazo.
«Los efectos inmediatos del asteroide incluyeron combustión instantánea, una gran explosión, terremotos, tsunamis, incendios, y salió despedida una enorme cantidad de sedimento y rocas de la plataforma, el propio asteroide volatilizado y gases»
Desaparecida ya la euforia por el Acuerdo de París del 2015,
en Glasgow asistimos al debate sobre cómo frenar el avance de la crisis
climática. Desde su perspectiva de experta en cambios climáticos ¿hay esperanza
en esta Cumbre del Clima?
Algunos de los países que más contaminan, como China o
Rusia, ni siquiera han asistido a la cumbre, y otros lo han hecho pero sin
planes convincentes para reducir sus emisiones. La cumbre sobre el clima surge
de la necesidad de contener las emisiones de CO2 y el calentamiento global. Y
se trata de un problema GLOBAL, por eso es tan importante que todos los países,
y especialmente los más contaminantes, se comprometan a solucionarlo.
¿Cuál es la situación del planeta? ¿Cuánto de preocupante
es?
Está científicamente demostrado que nos estamos acercando a
un punto de no retorno. Cuando estiramos una goma elástica y la soltamos,
recupera su estado inicial. Pero si la estiramos demasiado, al final se rompe.
Ese es el punto de no retorno, a partir del cual el calentamiento global
acelerará una serie de procesos como desaparición de los casquetes polares,
fenómenos meteorológicos cada vez más virulentos, ascenso del nivel del mar o
cambios en las corrientes oceánicas, entre otros, que se retroalimentarán entre
sí acrecentando aún más el cambio climático.
¿Preocupante? Para nosotros como especie, mucho, sobre todo
si queremos seguir manteniendo el estilo de vida de los países desarrollados.
El endurecimiento del clima (condiciones extremas), el retroceso de la línea de
costa, la desertificación de grandes áreas, nos dificultará seguir ocupando
esos «nichos ecológicos».
Por supuesto que el avance de la tecnología nos permite
hacer cosas que eran impensables hace unos siglos, como construir una pista de
esquí cubierta en pleno desierto, edificios que resistan tornados, o diques
para evitar que el mar inunde zonas terrestres, pero hasta qué punto
conseguiremos satisfacer nuestras necesidades mediante la tecnología resulta
incierto. Sin olvidar las grandes migraciones de personas que se ven obligadas
a abandonar sus hogares como consecuencia del cambio climático, las tensiones
geopolíticas asociadas, y posibles guerras.
¿Preocupante para el planeta? El estudio de eventos críticos
del pasado nos enseña que la vida siempre se abre paso, las especies
oportunistas aprovechan las crisis ambientales para colonizar nichos ecológicos
abandonados por otras especies más afectadas. Ahora bien, el que la especie
oportunista sea Homo sapiens, o las cucarachas, o las bacterias, es otro tema.
«Algunos de los países que más contaminan, como China o Rusia, ni siquiera han asistido a la cumbre, y otros lo han hecho pero sin planes convincentes »
Si los cambios no llegan a nivel de cambios políticos,
compromisos de las grandes empresas ¿Cómo podemos aportar algo como ciudadanos?
Modo de vida y consumo responsables. Todos podemos poner
nuestro granito de arena y fomentar los cambios desde la base hasta la cima de
la pirámide. Las grandes empresas existen porque venden, y para ello el consumidor
tiene que aceptar sus servicios o comprar sus productos. Si los consumidores
deciden apoyar a empresas con sellos de calidad medioambiental en lugar de a
aquellas que no los cumplen, éstas últimas se verán obligadas a cumplir los
requisitos de respeto al medioambiente. Este sería un gran paso, difícil de
alcanzar porque quizás no prioriza los productos más baratos, sino los más
sostenibles. También requiere un cambio en la mentalidad del consumidor en lo
relativo a la renovación de productos (cambiar de móvil cada dos años, o
ampliar vestuario cada nueva temporada simplemente porque las nuevas prendas
son económicas y están de moda, aunque no las necesitemos, etc.). La
obsolescencia programada de muchos productos electrónicos es un hecho,
controlado además por grandes empresas. Cambiar eso es una decisión de la
población, e implica decantarse por marcas o empresas que se comprometan a
asegurar una larga vida de sus productos. Todo son pequeñas decisiones que
tomamos cada vez que consumimos.
¿Está vilipendiada la ciencia en la sociedad? Con la
pandemia de la covid-19 se ha demostrado la eficiencia y la necesidad de contar
con científicos e investigadores, pero también ha crecido el movimiento
negacionista, tan alejado de evidencias científicas. ¿Cómo puede ser posible?
Yo creo que la ciencia y los científicos están bien
valorados por la sociedad, y la importancia de la investigación básica ha
cobrado más relevancia a raíz de la pandemia de la covid-19. ¿Por qué ha
crecido el movimiento negacionista? Está relacionado con el desconocimiento y
la desinformación. Cuando internet y las redes sociales transmiten la
información sin filtros y la desvirtúan, aparecen foros para todos los gustos,
que incluso niegan hechos científicamente comprobados. He visto foros que
incluso afirman que la Tierra es plana. Ante una situación tan crítica como la
que hemos vivido con la pandemia, es natural tener miedo, muchas preguntas,
agobiarse no sólo por el riesgo para la salud sino también por las medidas
adoptadas por nuestros gobernantes, que afectan al trabajo y al modo de vida y
a la psicología de las personas. Algunos llegan a negar la situación, o incluso
aluden a teorías conspiratorias. Y en las redes encuentran un lugar donde
afianzar sus ideas, como en las sectas. Y lo mismo ocurre con los antivacunas.
Cuando se vive en la sociedad de la sobreinformación es importante seguir a los
medios serios que contrastan las noticias. Y que los científicos se abran a la
sociedad para transferir el conocimiento.
«Algunos llegan a negar la situación, o incluso aluden a teorías conspiratorias. Y en las redes encuentran un lugar donde afianzar sus ideas, como en las sectas. Y lo mismo ocurre con los antivacunas»
¿Hay futuro para la ciencia en las instituciones públicas?
¿Están mejorando las condiciones laborales?
En las instituciones públicas españolas se desarrolla
investigación de muy alta calidad y reconocida a nivel internacional. Las
condiciones de trabajo, la burocracia asfixiante (que a menudo llega a extremos
ridículos) y el presupuesto asignado a la ciencia son un tema diferente, en el
que nuestro país debería mejorar. La plantilla de científicos investigadores
está muy envejecida, está habiendo muchas jubilaciones que no se compensan con
nuevas plazas, el tamaño de los equipos de científicos se ha reducido al
mínimo. Soy optimista, creo que sí hay futuro para la ciencia en instituciones
públicas. Ahora comienzan a convocar nuevas plazas, pero con cuentagotas. Es
necesario incorporar nuevos investigadores al sistema, y dar más estabilidad a
la carrera investigadora.
¿Cómo fue la investigación de Zelandia? ¿Qué novedades aportó a la evolución de los continentes?
Fue y sigue siendo, porque aportó datos y muestras que seguimos estudiando, y sólo se ha publicado una mínima parte de los resultados. Los primeros análisis que hicimos en el barco durante los dos meses que duró la expedición en el Mar de Tasmania fueron lo más parecido a las míticas exploraciones a lugares remotos de África o América, porque no todos los días se tiene la oportunidad de explorar un nuevo continente. No sabíamos lo que nos íbamos a encontrar en los fondos marinos, fue pura exploración, con sus dificultades técnicas y meteorológicas, y muchas sorpresas.
Describimos por primera vez la evolución de este continente desde que se separó de Australia y la Antártida hace 80 millones de años hasta la actualidad, y desmontamos la idea tradicional de que había permanecido sumergido bajos las aguas del Pacífico desde su separación. Documentamos en detalle los movimientos verticales que ha experimentado a lo largo del tiempo, hubo momentos en los que estuvo sumergido y otros en los que emergió por encima de las aguas, y fue el sustrato de árboles, helechos, etc. Estos resultados tienen gran importancia para estudios sobre evolución y para conocer las rutas migratorias de las especies. También descubrimos que este continente fue moldeado por las fuerzas que iniciaron el Anillo de Fuego del Pacífico, la zona de volcanes y terremotos más activa del planeta. Y esas fuerzas están relacionadas con la subducción (hundimiento) de unas placas tectónicas bajo otras, lo que genera mucho calor que derrite la corteza y genera magma que sube a la superficie creando volcanes. Hemos contribuido a conocer cómo se inicia la subducción de placas y cómo evoluciona, algo de gran importancia en la prevención de riesgos geológicos.
Recientemente hemos descrito diversos eventos de calentamiento global ocurridos hace unos 50 millones de años. Estos eventos se pueden comparar con el actual cambio climático, y hemos demostrado que sus efectos sobre la vida marina fueron diferentes en función de la magnitud de cada evento. Estos resultados permitirán mejorar los modelos predictivos del actual cambio climático, y conocer sus consecuencias sobre los océanos para los distintos escenarios de cambio climático previstos para un futuro cercano.
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